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Title: |
Archivos de Literatura Contemporanea. |
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Physical Description: |
Book |
Record Information |
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Bibliographic ID: |
UF00089412 |
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Volume ID: |
VID00023 |
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Source Institution: |
University of Florida |
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Holding Location: |
University of Florida |
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Rights Management: |
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Full Text |
JuNTA PARA AMPLIACI6N DE STUDIOS E INVESTIGACIONES CIENTfhUCAS
CENTRO DE STUDIOS HIST6RICOS
ARCHIVES DE
LITERATURE
CONTEMPORANEA
INDICE
~P?~Kt
(/ <22L,
LITERARIO
ENERO
1 9 3 5
MADRID
ANO Iv
N1jM. I
ARCHIVES DE LITERATURE CONTEMPORANEA
iNDICE LITERARIO
Publicara al afio diez cuadernos, correspondientes a los meses
de enero, febrero, marzo, abril, mayo, junior, agosto, octubre, no-
viembre y diciembre. Se propone informer puntual y objetivamen-
te, a los estudiosos de nuestra literature y al puiblico en general
sobre la producci6n literaria espaiiola contemporanea, dando re-
sefias o anilisis sumarios de libros de reciente aparici6n, incluyin-
dose asimismo, en su caso, en cada n(mero de INDICE LITERARIO,
trozos de las critics mis importantes que hayan suscitado en la
prensa, al salir a luz, las obras resefiadas.
PRECIOUS DE SUSCRIPCI)N
ESPARA .................................... 10 ptas. (afo).
EXTRANJERO ................................. 12 > ( ).
Espafia.... 1,-
Nfmero suelto.................. Espranjero.. 1,25
Extranjero.. 1,25
CENTRO DE STUDIOS HISTORICOS.--MADRID
MEDINACELI, 4.
SUMARIO DEL NOMERO I
Pagina.
1. Castelar visto por Jarns ................. 1
2. Resefias:
a) Novela y narraciones .............. 7
b) Poesia ........................... 10
c) Ensayos literarios. ................. 11
d) Antologias ....................... 14
e) Dramitica. Obras publicadas ...... 19
Literature hist6rica:
f) Biografias ........................ 21
g) Temas contemporineos............. 23
ARCHIVES DE LITERATURE CONTEMPORANEA
INDICE LITERARIO
ARo IV. NUM. 1. CENTRO DE STUDIOS HISTORICOS ENERO 1935.
MEDINACELI, 4.-MADRID.
CASTELAR VISTO POR JARNES
El prop6sito de Jarnms en este libro es, segfin nos dice en las
primeras palabras, Kremover un poco la mole castelarina,. ZQu6
objeto puede tener ese intent? Al remover una mole, si no esta
firmemente trabada, se nos podria venir abajo, deshacerse en pol-
vo. Remover una mole es tarea ardua para el realizador y ardua
la ingente masa. En muchas biografias hay la intenci6n de crear
una mole, de erigir en lines firmes y precisas un monument
donde hubo un hombre. Un tipo de biografia ya pasado era dse.
La biografia equivalia a una lipida en m6rmol o en bronce, era la
asunci6n del personaje a un definitive paraiso donde le entraba de
la mano el bi6grafo. Este era un entusiasta, un panegirista, un de-
voto y, como tal, su obra propendia fatalmente al culto. Biogra-
fias hay que son actos de culto a la memorial de tal o cual perso-
naje. Pero en el g6nero existe otro linaje de obras, que se propo-
nen precisamente lo contrario: convertir la mole en un hombre,
humanizar la ingente masa memorial, invitarla a que descienda de
su pedestal majestuoso y a que haga unos cuantos movimientos de
hombre ante nosotros. Todo el 6xito obtenido en ese g6nero por
un Strachey recientemente proviene de ese prop6sito de reducci6n
a lo human que hay en sus biografias. A este enfoque de la bio-
grafia no habria otra objeci6n que poner sino la implicada en el
soberbio verso de Mallarm6: KTel qu'enfin en lui meme l'et6rnit6
le change,. Un grande hombre es un hombre cambiado para la
eternidad. Devolverle, pues, a su humanidad simple, puede ser en
muchos casos un mal negocio, un retorno a la prisi6n de donde le
salvaba su grandeza: volver a ser uno de tantos, siendo uno entire
tantos.
Castelar es una mole, lo dice muy bienJarn6s. Es casi un mito.
Uno de los grandes mitos creados en Espaiia por el siglo xix. Mi-
Ilares y millares de personas le oyeron en sus relampagueantes
apariciones, se estremecieron con sus truenos, Iloraron con sus
ternuras. Y por ellos se fu6 difundiendo en Espaiia el mito caste-
larino. El siglo xx se mostr6 un poco asombrado, casi un much
esc6ptico, respect a 61. Muchos j6venes de este siglo buscaron
sus discursos impresos, y de la lectura salieron no pocos desencan-
tados. Es natural. En el arte de Castelar, el hechizo es inseparable
de la palabra viva, de la voz acariciante o atronadora. Como en el
mito maravilloso del mar, que se trasluce por muchos en el ro-
mance del Infante Arnaldos, el gran orador podria decir a los que
quieren buscarle en la letra impresa:
a quien conmigo va. Para poder vivir en el mito castelarino, juz-
garlo en toda su dimension, seria menester embarcarse ciegamente
en sus naves, fiarse en todos los puertos desconocidos adonde
Ilevan a todo trapo de la metifora y de la imagen.
Por eso Jarn6s insisted, muy certeramente, en evocar su voz. El
literate es un hombre de palabras. La palabra es su herramienta
migica, perforadora o elevadora. Pero en el orador no. Detras de
la palabra hay siempre una idea, un signo, una alusi6n. La voz es
puro sonido, va antes y despu6s de la palabra; aunque parezca
que nace con ella y para ella, en realidad la domina. Las palabras
sirven en funci6n de la voz. Y asi, cuando nos encontramos frente
a un discurso escrito, nos veremos como ante un libreto de 6pera,
masas de vocablos sin capacidad de vuelo, o de vuelo cortisimo.
He aqui la diferencia esencial entire un escritor y un orador; aqu61
queda en sus palabras; 6ste queda en su voz. Pero como precisa-
mente lo que no puede quedar es la voz, como ella es lo que el
orador se Ileva a su casa despu6s de cada discurso o la tumba des-
pu6s del 61timo, result que por fatalidad de su destiny el orador
no puede quedar sino como mito. Por eso Jarn6s se demora
en hablarnos de la voz de Castelar. -Una voz que saltaba
desde una nota grave, profunda como el rodar de un true-
no, a otra nota aguda, incisive, taladrante, como el rechinar de
una sierra. Una voz que subia y bajaba s6bitamente, que recorria
con deleitosa agilidad toda la escala sonora. A ella atribuye Jar-
n6s todos los 6xitos llamados delirantes del gran orador. EEl deli-
rio no era provocado por un gran pensamiento, sino por un gran
temblor de aquella voz comunicada a los oyentes>. Todas las cali-
dades del discurso de Castelar se original en su voz. Su pen-
samiento no era el senior de su arte; era la voz, la sefiora. Sefiora
escribimos, porque para Jarnms esta voz era femenina. Hay dos cla-
ses de voces, describe el bi6grafo: unas que atraen, otras que em-
pujan. Una voz invita a matar a Filipo, impulsa, mueve a la acci6n.
La otra, por el contrario, se recibe en embeleso, encanta, hechiza,
seduce. Esta era la castelarina, la voz de la seducci6n. Y de aqui
el diagn6stico de Castelar como seductor:
tor. Es un alma a caza de otras almas, arrojindoles el voluptuoso
cebo de la frase.... No es precise saber qu6 dice, no es precise
entenderlo... El espiritu aqui se aturde entire sonoras espumas.
Son las almas... las que vienen a arder en la luz castelarina. Era un
seductor y como tal un domador, un tirano,. ZEs ello suerte o
desgracia para el pais que los alumbra? ZQu6 papel es el de los
hechiceros, el de los seductores en un pais? El riesgo que se corre
es que las gentes se queden embobadas escuchandolos, y si no
viene un Angel como en la historic de San Isidro a hacerse cargo
del trabajo, la tierra siga por labrar.
sobran hechiceros. Se pasari el tiempo girando alrededor de la
llama. Substituiri su drama aut&ntico por la teatralidad de su
drama. Se entregari al histrionismo, apoyari su personalidad en
la corteza, en la superficie... ZEspaiia en el siglo xix y en el xx no
hubiera dado muy gustosa una docena de ilustres oradores por un
solo caudillo?>
Pero esto seran las consecuencias sociales del orador. ZY el
artist, que es lo que ahora nos interest? Castelar el artist esti
dominado por un rasgo muy frecuente en sus cong6neres, los ar-
tistas y los seductores, desde el romanticismo para aci: el narci-
sismo. Se esti siempre mirando y admirando.
es universal. Sus discursos han sido traducidos a todas las lenguas
cultas del globo. La opinion unanime le aclama por el orador de
los tiempos modernos que mis se parece a los oradores de los
antiguos tiempos. Sus oraciones... son models que los pueblos
cultos leen y admiran uninimemente en toda la tierra. 4De quin
son estas palabras que Jarnms transcribe? ZDe un ardoroso disci-
pulo, de un seducido oyente? No, son, con otras muchas parejas,
del mismisimo Castelar, del seducido por si mismo. Esto fue Nar-
ciso, el seducido por si mismo. En sus cartas a los amigos, al dar-
les cuenta de algunas sesiones de Cortes en que intervino, se
repiten las muestras. Jamis estaba la Cimara tan bien. Estaba
sin respirar siquiera, colgada de mis labios por espacio de hora y
media*. El eco triunfal de su voz parecia no apagarse nunca en el
animo de Castelar.
Se suele career que la oratoria, sobre todo la del siglo d6cimo-
nono, era cosa de improvisaci6n y soplo repentino de los cielos.
Pero en lo que a Castelar respect, Jarn6s rectifica completamente
esa especie. En primer lugar, era el tribune un hombre extraordi-
nariamente laborioso. Desde su nifiiz fue un estudiante infatigable,
leia sin tasa y siempre le falt6 tiempo. Los que le visitaban nos
hablan de su cuarto de trabajo repleto de obras
nocimientos, escritas en los idiomas de todas las naciones del
planeta. El espiritu de Castelar parecia vivir 6nicamente de los
libros, a pesar de sus entusiasmos ret6ricos por el arte.
estampa, ni un piano, ni un grabado, ni una pintura: cosa escrita o
cosa impresa. Nada mas, absolutamente nada mis~. Trabajaba
Castelar, aparte de su afici6n ingenita al studio, porque era el
6nico medio que le qued6 para tender su economic al abandonar
la political. Tendr& que trabajar, describe, en los meses menos
propios para el trabajo: en el mes de junio, julio, agosto y sep-
tiembre... pero equ6 remedio? Asi, como trabajador y como lite-
rato, es como nos lo present Jarnms. El gran orador escribia es-
crupulosamente sus discursos, sin omitir una sola frase de las que
mis tarde iban a salir, con la espontaneidad de torrente, de su
boca. Decia lo que habia escrito. ZQu6 consecuencia podria tener
esto en los discursos de Castelar? Sin duda, excelente. .Pero se
nos permitiri preguntar lo contrario? Es decir, Zese hibito de es-
cribir las oraciones que habia de pronunciar, no crearia en el otro
Castelar no orador la propensi6n a escribir siempre como si fuese
a hablarlo? Todo lector de Castelar advierte en seguida el tono
grandilocuente, el rodar oratorio, la estructura de la pigina, con-
formindose a moldes de discurso de palabra hablada. De manera
que lo que nos da Jarn6s como prueba de la escrupulosidad pre-
paratoria de Castelar al redactar sus discursos, como prueba en
favor del artist, podria tomarse como prueba en contra del escri-
tor. Si era un principio o una prictica, al menos, castelarina, que
todo lo que va a hablar debe ponerse antes por escrito, esto po-
dria tener su gravoso env6s: todo lo que escribia parecia que iba
a decirse en un parlamento o en un teatro, no estaba nunca pro-
yectado para la intimidad. Porque eso es lo cierto; cualquier pa-
gina del Castelar escritor, aun aquellas que tratan temas mas su-
tiles y adentrados, las de recuerdos de infancia, las de viajes, por
modestamente que quieran presentarse, arrojan en su alrededor
sombras grandilocuentes y desmesuradas. Y aqui esta la tragedia
castelarina, desde el punto de vista literario. Dice Jarn6s al empe-
zar su libro que prefiere el costado literario del tribune, por ser
quizas el mas conocido de su personalidad. Y es natural. La lite-
ratura de Castelar nacia para ser potenciada, realizada, finica-
mente por la voz. Su gran poder era, deciamos mas arriba, no la
palabra, sino la voz. Lo escrito por Castelar para la imprenta se
quedaria, pues, a medio camino, sin lograr encarnarse en voz, sin
Ilegar a su ser perfect. Intentar apresar a Castelar en sus escritos
seri, pues, arriesgarse a quedarnos con s61o un medio Castelar
entire las manos, un Castelar que iba con rumbo al piano Castelar.
Se echa en su prosa, tan curiosa por lo que tiene de tentative de
prosa de arte, de lenguaje artistic, algo de,menos, y se nota algo
de mis; sin duda lo que echamos de menos es la voz; y lo que
observamos como sobrante es lo que a ella, a ser dicho, gritado,
se destinaba, y que al no pasar de la imprenta se queda sin em-
pleo, casi vacio, inutil. La grandeza de Castelar, su ser de orador,
fu6 al propio tiempo su servidumbre; no salir de orador. No supo
resolver, como otro gran orador del siglo xvi, la distinci6n entire la
gran prosa hablada y la escrita: nos referimos a Fray Luis de Gra-
nada. Habra, pues, que devolver a Castelar a su mito, al pasado,
a la gloria, al arrebato y la seducci6n que inspire en tan fabulosa
media y que nosotros, por nuestra desgracia, no podemos sentir,
porque ya esta irremisiblemente perdido el gran instrument don-
de se hacia sensible la voz hechicera.
ZQue ha resultado, pues, de la remoci6n de la mole que ha
intentado Jarnms tan habil y elegantemente en este libro? No, no
6
se ha desmoronado Castelar. Su bi6grafo ha removido la figure,
como se cambia de lugar delicadamente una estatua para que la
alumbren otras luces, se la examine con otros visos, se le descu-
bran en el bulto esencial, matices, detalles que antes no se apre-
ciaban. Hemos visto algo del Castelar escritor, del Castelar hom-
bre. Pero Jarn6s, con acierto, no ha roto el equilibrio de fuerzas
que concurren a former la figure y el mito. Castelar sigue, mejor
visto, mis sutilmente apreciado, pero siendo siempre la estatua, la
mole estatuaria viva y la voz muerta.
RESE&AS
DB LIBROS PUBLICADOS DE DICIEMBRE DE 1934 A ENERO DE 1935
A) NOVELA Y NARRACIONES
BAROJA (Pio).- Vitrina pintoresca.-Espasa-Calpe, S. A.-
Madrid, 1935.-287 paginas, 8.-Pesetas 5.
El uiltimo libro de Baroja esti hecho por acumulaci6n de algu-
nas de sus iltimas cr6nicas no in6ditas, aparecidas con anteriori-
dad en los n6meros dominicales de un diario madrilefio. Viene,
pues, a enlazar con sus precedentes vol6menes Intermedios y
Siluetas romdnticas, por no referirnos a otras compilaciones de
esta indole mis antiguas, tales como El tablado de Arlequin y
Nuevo tablado de Arlequin. Frente al aire hetereg6neo que suelen
asumir tales colecciones, Baroja afirma la unidad de 6sta en el
breve pr6logo que abre el libro. Afirmaci6n que Ileva a seguido,
seg6n es habitual en su autor, la correspondiente reserve.
sea ello una pura ilusi6n. La unidad puede estar en la manera de
ver, de tratar los asuntos; en el tono, mas que en otra cosa>. Uni-
fica, sin embargo, esta series de trabajos la afici6n que en ellos
muestra su autor por lo singular, pintoresco y extravagant, ras-
gos ya advertidos aqui al resefiar sus Siluetas romdnticas (INDICE
LITERARIO, afio III, n6m. 5, pags. 99-101). Baroja explica tales pre-
dilecciones como una consecuencia de su individualism, que no
se resigna a pactar con ciertas tendencies hacia lo colectivo.
veo la posibilidad de realizar estas absorciones artisticas en el do-
minio de lo literario, no ya en la esfera de lo practice, ni aun en
la de lo te6rico,. Corroborando estas afirmaciones, en el primer
articulo nos expone su concept de lo pintoresco. Y vemos c6mo
esta cualidad radica para 61 esencialmente en lo viejo. De esta
forma Baroja se nos aparece tradicionalista en un aspect, al la-
mentar los cambios externos de lugares y las transformaciones ex-
perimentadas por pueblos y cosas. A continuaci6n describe algu-
nos tipos populares, rurales y urbanos, tales como
nes ambulantes,, -Los mendigos>,
una diatriba contra
jesuitas> y
tales entidades con los anecd6ticos. Otra series curiosa es la que
pudiera formarse agrupando algunos capitulos sobre personajes
caracteristicos de nuestros dias, tales como KEl extremista, Ti-
pos literarios>, etc. En pondera los arraba-
les urbanos; refi6rese incidentalmente a su antigua trilogia nove-
lesca sobre los bajos fondos, titulada La lucha por la vida, y alu-
diendo a La Horda, de Blasco Ibaiiez, afirma que,
de una idea falsa, es una imitaci6n de estos libros mios (suyos) fa-
bricada en frio,. Las siluetas de tDownie el quijotesco, un ingl6s
aventurero que particip6 en nuestra guerra de la Independencia, y
de Guzmin, el terrorrista espafiol,, que intervido en la Revolu-
ci6n francesa, pudieran muy bien incorporarse a las que figuraban
en su libro anterior, titulado precisamente Siluetas romdnticas. Ar-
ticulos de fondo hist6rico, mezclados en ocasiones con sugestiones
actuales, son los titulados
de Don Diego de Le6n>. De inter6s para el conocimiento psico-
16gico de las motivaciones barojianas es el capitulo titulado
h6roe y el aventurero>; en 61 subraya y defiende la primacia del
desaparici6n del primero en la novelistica contemporanea en vir-
tud de los cambios en la vida urbana impuestos por la civilizaci6n.
'La higiene-escribe-ha acabado con la ciudad laberintica y mis-
teriosa; la policia, los medios de identificaci6n, van acabando con
el hombre irregular y con los aventureros, posibles heroes. En
la naturaleza en grande ha pasado como en las ciudades en peque-
iio. La geografia ha aclarado el planeta. Y consiguientemente
agrega, pocos pirrafos mis adelante:
gestiva tiene que haber penumbra en el hombre o en el ambiente.
El h6roe y el aventurero necesitan, como las quimeras g6ticas, la
bruma, la confusion y el misterio. No resisten la luz demasiado
clara>. Este articulo puede relacionarse con el titulado
tura culpable>, donde examine la oposici6n entire political y litera-
tura, y especialmente con otro, El folletin y el sainete>, en el cual
defiende y justifica su predilecci6n sentimental por estos g6neros.
Observaciones penetrantes de viajero curioso a lo largo de cam-
pos y lugares son los articulos denominados Los rios de Espaiia>,
, ,
ciones del camino> y EEl monte Larrun y sus brujas>. En
juventud Baroja acumula algunas reflexiones de gran valor auto-
biogrifico que pudieran ponerse en la line de su famoso libroJu-
ventud, egolatria. Se asombra del inter6s que los escritores j6ve-
nes manifiestan por la 6poca de su juventud.
No era una 6poca de grandes hombres ni de interns hist6rico, y sin
embargo, la curiosidad existed. Advierte especialmente esta curio-
sidad en las ciudades castellanas, observando que, al referirse a la
generaci6n del 98, se le hacen preguntas sobre
61, mientras que a los demas escritores de ese moment se les juz-
ga individual e indepencientemente. En esto-agrega-, los j6ve-
pes que me hablan coincide con Val6ry Larbaud, que, mirando la
cuesti6n desde fuera, dijo que no creia que existiera esa genera-
ci6n del 98, pero que si existia la formabamos
dificil que dos escritores solos formen una generaci6n>. Transcri-
be luego Baroja pirrafos de un diAlogo mantenido con uno de
estos j6venes curiosos que se le acercan por las provincias; a lo
largo de 61 tiene ocasi6n de insistir una vez mis en various de sus
peculiares concepts sobre la libertad de juicio del escritor, el de-
recho a la contradicci6n, el estilo, la preocupaci6n del amor en la
mujer y otros puntos semejantes, encarados con su espontaneidad
y franqueza proverbiales. [1]
MILLE (Mateo). Capitin de corbeta.-iEspias! Las misterio-
sas actividades del servicio secreto.-Edici6n ilustrada con cua-
renta fotografias y un grafico, en liminas, fuera de texto.-Joaquin
Gil, editor.-Montaner, 180.-Barcelona, 1935.-69 paginas, 4.
Pesetas 3,50.
Se trata de una obra destinada al gran ptiblico en la que el
autor, al mismo tiempo que expone la organizaci6n de los dife-
rentes servicios de espionaje en las principles naciones que to-
maron parte en la pasada guerra mundial, va narrando en diferen-
tes capitulos los mas destacados episodios en que intervinieron
algunos espias famosos, como el coronel Redl, Mata Hari, Bob
Werner, etc., o bien hechos de la pasada contienda en los que in-
tervino decisivamente la actividad de los espias: la derrota del al-
mirante von Spee y el hundimiento del Lusitania, entire otros. [2]
RAIDA (Pedro).-Ritmo y azul de Maria andaluza (novela).
Imprenta de Galo Saez, Mes6n de Paiios, 6.-Madrid, 1935.-
236 piginas, 8.-Pesetas 4.
Pablo de Riomar, convaleciente de una enfermedad del pecho,
va buscando alivio y curaci6n a un pueblecillo andaluz, Alcores
del Paraiso. Alli encuentra las atenciones y cuidados necesarios a
su enfermedad en Aguilita y Antonio, antiguos servidores de los
padres de Pablo, y alegria y distracci6n, en las cuatro hijas del
matrimonio, Maria Teresa, Maria Luz, Aurora y Alegria, mucha-
chas en plenitud de vida y hermosura. Pablo se aficiona a ellas y
con ellas compare sus horas, ayudandolas en sus tareas en el jar-
din o en el huerto, pero sin que pueda fijar su atenci6n en una
determinada, aunque acaso sea la mayor, Maria Teresa, su prefe,
rida. Con esta indecision da lugar a que las tres hermanas meno-
res se prometan a tres j6venes del pueblo, y cuando, vencido tam-
bi6n el recelo que le producia su pasada enfermedad, aborda a
Maria Teresa y le comunica sus sentimientos, se encuentra con
que la muchacha, tambi6n cansada de la larga espera, le anuncia
sus reci6n iniciadas relaciones con un amigo de Pablo. La obra
esti escrita en un estilo vivo y cortado en agil diilogo. [3]
B) POESfA
HUERTA VALCARCEL (Eleazar). Cancionero mozo
(1925-1930).-Albacete, 1935.-[S. e.].-Pesetas 4.
El libro se divide en varias parties, encabezadas por diversos
titulos (tales como , -La luna,, El campo,
etcetera), pero todas ellas comprenden breves poesias de aire muy
semejante. En su mayor parte son evocaciones o descripciones
liricas muy simples, de hechura elemental y fondo campestre. El
metro mis abundante es el octosilabo, con algunos romances y
serranillas, aunque tambi6n aparecen versos irregulares. [4]
JURADO MORALES (Jose). Hora morena versoss). -
Biblioteca de .-Barcelona, 1935.-92 paginas, 4.-Pese-
tas 4.
Luys Santa Marina caracteriza en el primer parrafo del pr6lo-
go que abre el libro los rasgos salientes del autor: -Este andaluz
del Santo Reino trata con incansable carifii un puiiado de temas
eternos, tan pocos, que se pueden contar con los dedos, y sobran
dedos: el agua, las mocitas morenas, la majeza, la rebeldia de los
oprimidos, las soledades del primer carifio sentidas con las prime-
ras canas.... Se trata, pues, de un poeta cuyas tres gracias -sefia-
la tambi6n el prologuista- son ternura, efusi6n y sencillez. A tono
con tales virtudes el autor manifiesta sus reacciones liricas en ver-
sos simples, cuyo caricter subraya su forma m6trica predilecta: el
romance de tipo traditional o el romancillo de resonancias popu-
lares. En la primera parte de este breve libro se agrupan algunos
poemas amorosos de fondo campesino. La segunda se titula KMo-
tivos del mar>, pero de un mar costero visto en mirgenes de pla-
yas con figures de nadadoras. En la tercera, cCoplas de mineros,
el poeta aplica su canci6n a lamentar las penalidades de dicha
gente en forma de coplas sentenciosas que traducen cierto espiritu
social reivindicativo. En la siguiente, -Romance de Flores Arocha,,
se evocan, de forma sintetica, las andanzas del famoso bandolero
andaluz, con acento de simpatia popularista que recuerda los ro-
mances de ciego. Al final, bajo el titulo de
une algunos endecasilabos y alejandrinos de indole amatoria. Pero
no es 6sta quiza la forma po6tica donde mejor se manifiesta el es-
piritu del autor. Poseen indudablemente mas acusado relieve los
romances aludidos de las parties anteriores, donde el octosilabo
abunda en certeros toques descriptivos que, a veces, se resuelven
en imagenes plisticas. [5]
C) ENSAYOS LITERARIOS
DOMENCHINA (Juan Josd).-Crdnicas de
ra (Libros y autores).-M. Aguilar, editor.-Madrid, 1935.-
253 piginas, 8.-Pesetas 5.
Rednense en este libro cuarenta y una cr6nicas, todas ellas
aparecidas con anterioridad en la prensa diaria bajo el pseu-
d6nimo de , aunque ahora el autor, al unir-
las en un volume, las ampare con su verdadero nombre, fa-
vorablemente conocido de antes por sus obras po6ticas y no-
velescas. No debera olvidarse en ning6n moment la oriundez
periodistica de tales cr6nicas, y no porque tal circunstancia su-
ponga ninguna imperfecci6n en la hechura de las Imismas-nada
improvisada-ni en su estilo-nada espontineo o negligente;
antes al contrario, muy esmerado y ret6rico, repleto incluso de
vocablos poco familiares seguramente a los lectores periodisti-
cos-, sino por el tono polemico y la intenci6n combative que las
mis de ellas muestran. Estan escritas en tono vehemente y resuel-
to; tanto las afirmaciones como las negaciones que contienen son
formuladas de un modo categ6rico, que arrastra naturalmente el in-
ter6s del lector. Mas en ning6n moment se present a nosotros
como una obra congruente, provista de un cuerpo de doctrine ex-
plicito. El mismo autor no otorga a esta recopilaci6n de cr6nicas
otro valor, segiin describe, que el de simpless pr6logos de escaso
volume y variable entidad: anticipos, improvisaciones o comenta-
rios de urgencia, que la premura del oficio supo conseguir,
mo currente, en un quehacer inaplazable, perentorio>. Por lo de-
mis, tampoco el Sr. Domenchina expone en ningin lugar lo que
pudieramos llamar su doctrine critical o, al menos, las premises en
que basa sus juicios. Hemos de inferirla de la misma lectura y co-
tejo de sus cr6nicas. Estas son muy variadas por las distintas cla-
ses de libros y autores que hace desfilar en sus piginas, tanto es-
pafioles como extranjeros. Comienza con un studio general de
Paul Valkry; comenta a Goethe con motive del ensayo de Ortega
y Gasset Goethe desde dentro; a Nietzsche en su Epistolario inddi-
to; a Hilaire Belloc en su Maria Antonieta, y a Stefan Zweig en et
libro consagrado a la misma figure, etc. Entre los autores espafio-
les dedica sendos capitulos a Juan Ram6n Jimenez, Gabriel Mir6,
Jarnms, Baroja, G6mez de la Serna, Jorge Guillen, Unamuno, Cam-
ba, Ortega y Gasset y otros, mencionados por el orden de los ca-
pitulos que les consagra. Ninguno de ellos pretend constituir un
studio complete desde el moment en que fueron redactados at
hilo de la actualidad bibliogrifica, generalmente con referencia a
una sola obra o a un moment de cada autor. Ello no impide, repe-
timos, que la opinion del Sr. Domenchina se manifieste de modo
inequivoco, tanto en sus elogios como en sus censuras, sazonados
unos y otros con buena copia de arguments, rasgos de ingenio
pol6mico y una gran exuberancia verbal. [61
ORTEGA (Te6filo). Sdcrates. Pr6logo de Ramiro de
Maeztu.-Biblioteca Men6ndez y Pelayo.-Araluce, editor.-Bar-
celona, 1935.-132 pAginas, 8.-Pesetas 5.
En la carta-pr6logo que encabeza el libro, Ramiro de Maeztu,
tras alabar al autor e incitarle a participar mas directamente en
, afirma que
del progress human es la necesidad. Sin ella no llegarian nunca
las ideas a encarnarse en los hechos>. El libro de T. Ortega no es
propiamente una biografia socritica ni una critical de sus ideas. El
prop6sito del autor queda expuesto en el capitulo titulado
Amor, donde describe:
su paso en lo que puedo percibir desde aqui-siglo xx-, consi-
derando a la persona que comento como nacida y viviente en mi,
en obra y movimiento perdurable,. De ahi el sesgo levemente no-
velesco que imprime a algunos capitulos, tales como el titulado
AIniciaci6n,. En -La carne> examine el concept socritico de la
mujer; en SS6crates, hoy>, elogia su curiosidad y su largueza. Fi-
nalmente, en pondera el estoicismo socratico ante
ella. La parte consagrada a S6crates s6lo llena la mitad de las pi-
ginas de este libro. El resto, bajo el epigrafe general de
ensayos>, aparece dedicado a temas various: una suerte de procla-
ma ; glosas a varies libros, entire
ellos el de Berdiaeff ; y various otros,
donde lo discursivo toma la forma del ap6logo. El libro esta es-
crito con lenguaje pulcro y sencillo estilo. [71
SANCHEZ ESTEVAN (Ismael).-Mariano Jose de Larra
(tFigaro).-Ensayo biografico, redactado en presencia de nume-
rosos antecedentes desconocidos y acompafiado de un catilogo
complete de sus obras.-Libreria y Casa Editorial Hernando.-
Madrid, 1935.-277 paginas, 8.-Pesetas 6.
No es 6sta una de las modernas biografias al uso, donde el
autor, basindose en la pintura evocative de ambientes y caracte-
res, reconstruye, con toques novelescos, la vida privada y piblica
del personaje. Por su estilo y su m6todo, por su forma escueta,
por la minuciosa agrupaci6n de datos, el libro del Sr. Sinchez Es-
tevan sobre Larra se mantiene en los limits estrictos del acostum-
brado studio biografico y critic, repleto de fechas y de docu-
mentos escrupulosamente contrastados. Mas o menos explicita-
mente, sazona estas paginas un afan pol6mico; o, mejor dicho,
resplandece en todas ellas el designio esencial del autor; consiste
6ste en registrar y elucidar, hasta el miximo limited possible, todas
las incidencias que Ilenan la vida de Larra. De esta suerte el senior
Sanchez Estevan aspira a rectificar las noticias y opinions verti-
das por los anteriores bi6grafos de Figaro, desde Cayetano
Cort6s hasta Carmen de Burgos, pasando por Ferrer del Rio, Co-
tarelo, Lomba y Pedraja, Nombela y KAzorin>. El autor se lamen-
ta en el pr6logo de que no exista, hasta la fecha, una biografia
cabal del gran articulista romantico, y, tratando de subsanar este
vacio, ha ido acumulando a los elements primitives cuantos datos
nuevos pudo encontrar; fruto del studio y de la comparaci6n de
todos los antecedentes reunidos es su libro. A este fin adopta un
m6todo expositivo rigurosamente cronol6gico. Afio por afio-des-
de el nacimiento de Figaro, 1809, hasta el de su suicidio, 1837-
va examinando con todo detalle su vida y su obra. Retienen par-
ticularmente la atenci6n del lector las paginas en que el Sr. San-
chez Estevan historic los amores de Larra con Dolores Armijo,
cuya identidad fu6 Carmen de Burgos la primera en descubrir. El
bi6grafo va desentrafiando en numerosos escritos de Larra las alu-
siones escondidas a tales amores que en ellos se contienen, ocu-
pindose tambi6n minuciosamente de otras aventuras amorosas de
Larra menos conocidas, tal la que mantuvo con la cantante Grissi.
Resefia detalladamente los estrenos de Larra, sus pasos de un pe-
ri6dico a otro, el circulo de sus amistades; prueba la inexistencia
de su supuesta enemistad con Bret6n de los Herreros; le sigue en
sus viajes, en sus ocasionales incursiones political, etc. En suma,
reune y ordena una apreciable cantidad de materials biogrificos,
hasta ahora poco o nada conocidos. Subraya la importancia docu-
mental del libro la inclusion de various ap6ndices. En uno de ellos
se contiene un catilogo de las obras de Larra; otro hace referen-
cia a los amores de Larra y la Grissi; el tercero, inserta la -necro-
logia que a la muerte de Larra escribi6 su amigo el marquis de
Molins; y el l6timo, un ,canto finebre> publicado por un desco-
nocido a los pocos dias de la muerte de Larra. [8]
D) ANTOLOGIAS
EL AVISO de escarmentados del afio que acaba y es-
carmiento de avisados para el que empieza de 1935. -
Cruz y Raya para todos.-Madrid, 1935.-112 piginas numera-
das y cinco pliegos con numeraci6n independiente, en 4.-Pese-
tas 15.
Se trata de un almanaque literario, muy originalmente com-
puesto e impreso con raro primor. Como justificaci6n de su largo
titulo, graciosamente anacr6nico, estampa en la segunda pagina
los siguientes versos de Calder6n: <10h monstruo de la fortuna!-
ZD6nde vas sin luz ni aviso?-Si el fin es morir, 4por qu--andas
rodeando el camino?> A continuaci6n, bajo el titulo rLos dias con-
tados>, inserta trozos de una antigua
los c6mputos clisicos del tiempo. Despu6s, formando el cuerpo del
primer volume, y con el epigrafe de , various
capitulos de un antiguo Libro de Agricultura, por Gabriel Alonso
de Herrera (1513). Alternando con ellos aparecen diversos origi-
nales clasicos y contemporAneos, espafioles y extranjeros, debidos
a Lope de Vega, Dante, Walt Whitman, Marcel Schwob, Leopol-
do Eulogio Palacios, Pablo Neruda y Miguel de Unamuno. En los
restantes pliegos, de numeraci6n independiente e impresos en pa-
peles de diferentes colors, alternan asimismo autores de todo
tiempo; entire los clasicos, Torres Villarroel, Fray Martin Peraza,
Fray Jer6nimo de Saona, Fray Luis de Le6n, Fray Antonio de
Guevara, Luis de Zapata, Fontenelle, Leopardi, etc.; entire los mo-
dernos, la traducci6n de un cuento de Apollinaire y otros origina-
les de Ram6n G6mez de la Serna y J. A. Mufioz Rojas. Inserta
finalmente algunos trozos de valor curioso o anecd6tico y nume-
rosas reproducciones de obras clasicas, entreveradas con fotogra-
fias modernas, junto con dibujos originales y fotomontajes de Ben-
jamin Palencia. En la aportaci6n de textos y traducciones, junto
con el director, Josd Bergamin, ban intervenido Luys Santa Mari-
na y Rafael Sinchez Mazas. [9]
LEON FELIPE.--Antologia. Espasa-Calpe, S. A.-Ma-
drid, 1935.-134 piginas, 8.-Pesetas 5.
Tras unos afios de ausencia empleada en viajes y en labor do-
cente en Am6rica del Centro y en Am6rica del Norte, el poeta
Le6n Felipe ha retornado a Espafia. Un grupo de amigos suyos le
han ofrecido como homenaje el present volume antol6gico, don-
de se reune la esencia de su producci6n po6tica y se nos ofrece
una vision complete de su poesia. Le6n Felipe se delinea como
hombre de espiritu y de vida errante, escotero, que va de pueblo
en pueblo, en una especie de romeria spiritual y guiado por va-
gas estrellas. No le atraen las gentes que van por el camino y le
invitan a seguirle; de cuando en cuando siente duramente su sole-
dad y tiene miedo a que la vida tuviese un t6rmino much mas
largo y nos abrumara mas con su monotonia. Este es el tempera-
mento del poeta. En ese andar, en esa peregrinaci6n dolorida, lo
que le consuela es su poesia. El concept que de la poesia tiene
Le6n Felipe es de fervor religioso. Quiere que su verso vuele mas
alto que el canto del ruisefior. Pide ante todo a la poesia luz, guia,
como se le pide a Dios. Y le sirve de simbolo la cruz en su pura y
perfect sencillez de dos maderos cruzados, uno paralelo a la tie-
rra otro apuntando al cielo, para la inspiraci6n po6tica. No quiere
el verbo raro, dice, quiere la palabra ungida de alma; el traje de
sus versos, de pafio recio. Para Le6n Felipe hay un verso que es
s6lo suyo, que siente en si mismo cUn verso que esti en mi- y en
mi siempre encuentra su mediaa. El verso, dice 61, es menester
hallarlo en una conquista interior. jQu6 es la poesia? Lo que
queda, dice Le6n Felipe, despu6s de quitar a un verso <... los cai-
reles de la rima- el metro, la cadencia- y hasta la idea misma,. No
obstante ese sentido religioso, ampliamente human de esta poe-
sia, el acento espaiiol en ella es indudable y, sobre todo, su car6c-
ter castellano. No porque haya en ella descripciones abundantes
de nuestro pais, sino porque esta recogida en la secci6n Ilamada
el libro, esa misma actitud de noble seriedad, de religiosidad grave
de lo castellano. Y en otra parte del libro que el autor titula
16
el material po6tico siguen siendo los mismos. La reciedumbre del
castellano no se deja ganar por el maravilloso espectaculo de un
mundo nuevo. Asi lo afirma: .... En este mundo nuevo- nada im-
pondri otras normas- a mi verso>. Por encima de toda la labor
po6tica de Le6n Felipe, llevada a cabo casi siempre en poemas
breves, algunos epigramaticos, domina un poema largo,
Star,, el de mayor importancia del libro y el que significa el maxi-
mo esfuerzo po6tico del autor. Representa este poema uno de los
ejemplos frecuentes en la poesia modern, asi en la inglesa, Eliot
(The Waste Land), o en la francesa, Valery (Le Cimetidre Marin),
de elevarse en una vision po6tica de conjunto a la concepci6n poe-
tica total del mundo.
logo dividido en cuatro parties, en que el poeta siente el desorden
y la angustia del mundo e intent lo que llamariamos una ordena-
ci6n po6tica del mismo. Todos los temas anteriormente tratados
por Le6n Felipe se presentan aqui, pero revestidos de su maxima
trascendencia e intensidad y envueltos en simbolismos c6smicos.
A las condiciones que siempre tuvo la poesia de Le6n Felipe de
honradez spiritual, de sinceridad humana, de fervor de inspira-
ci6n, se afiade, gracias a este poema, un sentido de interpretaci6n
del alma modern, representada en la del poeta, much m6s am-
plio y esforzado que lo que hasta ahora tenia escrito. [10]
*** [Ya. Madrid, 2 de marzo de 1935].- .... Aqui es donde cla-
ramente se expone la estetica de Ledn Felipe. No pocos de sus ver-
sos han encontrado un nuevo ajuste: se han ceniido mds, han bus-
cado una linea expresiva mds escueta. Y en la persecucidn de ella
han pasado por versions sucesivas, tal como -Drop a Star*, que
aparece en esta Antologia en su cuarta variante. Certificacidn de
la discipline, pues. La angustia borboteante no ha logrado allanar
el camino de la expresividad desatada. El poeta ha forcejeado con
la forma; de aquella primera formula de su decir poetico, aquietada
y susurrante, ha pasado a mayores gritos en el verso. Porque los
versos de
veces un tanto atorbellinados, atorbellinamiento que hace seguir al
poema una linea sinuosa de no muy fdcil captacidn en algunos mo-
mentos.
-De esta Antologia se saca la consecuencia clara de que Ledn
Felipe es un poeta desgarrado -en un estricto sentido- y desga-
rrador, que trata de aguzar sus razones podticas entire las nieblas
de su desolado panorama del mundo.
TORRE (Guillermo de), PEREZ FERRERO (Miguel),
SALAZAR Y CHAPELA (E.).-Almanaque literario 1935.-
Publicado por ... -Editorial Plutarco.--Madrid, 1935.-297 pigi-
nas, 8. mlla.-Pesetas 10.
Declaran los autores haber querido ofrecer con 6ste
que fuese el registro del afio y, al mismo tiempo, la revista ex-
traordinaria, el vario magazine, la gran explanada por donde des-
filasen todas las figures, se barajasen todos los nombres y se pun-
tualizaran todas las realizaciones acontecidas en doce meseso. La
obra puede considerarse dividida en cuatro secciones. La primera
y mis extensa se refiere a Espaiia, y en ella se da cuenta, en bre-
ves resefias critics, originales de los autores del Almanaque lite-
rario y de otros muchos escritores (J. Chabis, M. Abril, A. Espi-
na, J. Bergamin, R. G6mez de la Serna, J. F. Montesinos, E. Diez-
Canedo, B. Jarn6s, M. Fernandez Almagro, etc., etc.), tanto de la
producci6n literaria y artistic espaiiola en el afio pasado, como
de otras varias actividades culturales. Figuran resefias sobre la
Novela, el Ensayo y la Critica, la Poesia, el Teatro, el Aiio artisti-
co, la M6sica, la Arquitectura, el Cinema, los libros de arte. Vie-
nen a continuaci6n otras de libros politicos, de educaci6n, hist6ri-
cos, infantiles, de viajes, deportivos. Otro grupo podria formarse
con los articulos dedicados a las actividades universitarias y cien-
tificas. Una secci6n de variedades, en la que se hace referencia,
entire otras cosas, a las tertulias literarias y a la literature en la
radio y en las revistas, complete el registro de la producci6n lite-
raria del afio. Por otra parte, en la secci6n de
figuran articulos sobre los centenarios de Lope de Vega, el Ro-
manticismo espafiol y el Ateneo madrilefio. Con esta secci6n po-
dria agruparse otra de Homenajes: a Unamuno, a Cajal, y a algu-
nos critics literarios desaparecidos, como Clarin,, Valera, Me-
n6ndez Pelayo,
secciones recoge tambi6n el almanaque las contestaciones de nu-
merosas personalidades de la vida intellectual espaiiola a tres en-
cuestas referentes a predilecciones literarias y a la posici6n del
escritor ante las inquietudes sociales de nuestro tiempo. Las tres
restantes parties en que hemos considerado dividida la obra son
de proporciones much mis reducidas. Tratan de recoger, respec-
tivamente, lo mis saliente del afio literario en el extranjero, en
Hispanoambrica y en las regions espafiolas. El libro, que se abre
con un calendario, acompaiiado de variadas efem6rides literarias,
y se cierra con un capitulo dedicado al movimiento editorial espa-
fiol, Ileva intercaladas, correspondiendo a cada una de las estacio-
nes del afio, cuatro poesias de Federico Garcia Lorca, composi-
ciones in6ditas, como los demis trabajos recogidos en este alma-
naque. [11]
SAINZ DE ROBLES (Federico). Archivero-bibliotecario
del Ayuntamiento de Madrid.-Elipando y San Beato de Liebana.
Siglo vm.--Biblioteca de Cultura Espafiola,.-M. Aguilar, editor.
Madrid (s. a.).-240 piginas, 8.-Pesetas 6.
Este segundo volume de la
(v. INDICE LITERARIO, aiio III, nim. X, pag. 224) esti dedicado a
dos contrapuestas figures del siglo viii: el arzobispo toledano Eli-
pando, uno de los promotores de la herejia conocida con el nom-
bre de adopcionismo, y su mis destacado contradictor ortodoxo,
San Beato de Li6bana. El Sr. Sainz de Robles, autor de este nuevo
volume, recoge, en la antologia que sigue al studio de la vida y
del pensamiento de ambos escritores religiosos, various trozos del
epistolario de Elipando, en version castellana, numerous fragments
de los comentarios al Apocalipsis de San Juan, de San Beato y
algunos parrafos del Apologetico del mismo Santo, en donde se
refuta la doctrine adopcionista de Elipando. En el libro, siguiendo
las riormas generals a esta colecci6n, figure, ademrs, una resefia
de las obras de los autores estudiados, con indicaci6n de los ma-
nuscritos en que se conservan, y una bibliografia. Por otra parte,
el Sr. Sainz de Robles ha hecho preceder su trabajo de dos capi-
tulos, a manera de introducci6n. En el primero traza -el paisaje in-
telectual y spiritual de Espafia durante el primer siglo-vmii-de
la Reconquista>. En el segundo subraya el contrast entire la per-
sonalidad de Elipando y la de San Beato. Para hacer mis complete
nuestra vision, en medio de los escasos datos que la historic pro-
porciona, el autor tiende en toda la obra a reconstruir el ambiente
y dar vida al scenario en que se movieron las dos figures que es-
tudia. [121
SANCHEZ PEREZ (Jose A.). De la Academia de Ciencias
Exactas, Fisicas y Naturales.-Alfonso X el Sabio. Siglo xm.-
Biblioteca de la Cultura Espaiiola.--N6mero 2.-Director: Fran-
cisco Vera.- M. Aguilar, editor.--Marqu6s de Urquijo, 43.-
Apartado 8011.-Madrid (s. a.).-299 piginas, 8.-Pesetas 6.
Este nuevo volume de la Biblioteca de la Cultura Espafiola
nos da a conocer la vida y el pensamiento de Alfonso X. La pri-
mera parte estd dedicada a exponer la biografia del rey sabio. A
continuaci6n se da una lista, clasificada, de sus obras, dando es-
cueta noticia de su contenido y sefialando los manuscritos en que
se conservan. Sigue una breve exposici6n de su ideario, en la que
se-combaten falsas apreciaciones tradicionales, y una amplia biblio-
grafia que
indicando las fuentes a que debe acudir si quiere conocer todas las
facetas de Alfonso el Sabio o alguna de ellas en particular,. Figura,
por iltimo, una antologia de sus obras. Se recogen various trozos
de las Partidas, de la Estoria de Espanna y de la General e Grand
Estoria; cuatro
cripci6n musical de algunas de ellas; un cuento de Calila e Dimna;
fragments sobre el juego del ajedrez del Libro de los Juegos;
abundantes y variadas piginas de los Libros del saber de Astrono-
mia, y el texto de dos testamentos otorgados por el rey. [13)
E) DRAMATIC
1. Obras publicadas.
BENAVENTE (Jacinto).-No jugueis con esas cosas.-Co-
media en tres actos y en prosa, estrenada en el Teatro Eslava, de
Madrid, el 18 de enero de 1935.-Primera edici6n.-Artes Grifi-
cas. Sucesores de Rivadeneyra, S. A.-Madrid, 1935.-54 pagi-
nas, 8.--Pesetas 2,50.
El primer acto, titulado KRecuerdos a la familia-, nos present
la vida intima de una familiar actual. Mientras el padre, Don Leo-
nardo, un politico, s61o piensa en su vida piblica y la madre, Dofia
Esperanza, muestra una gran irresoluci6n de caricter, los tres hijos
del matrimonio tienden a
por encima de las normas familiares. Manolin, el hijo, atiende inica-
mente a los deportes; Paulina, la hija menor, entrega sus aficiones
al cinemat6grafo y a sus galanes, en tanto que Cecilia, la mayor,
imbuida de las modernas ideas de camaraderie intersexual, ha re-
suelto abandonar el hogar para irse a vivir, en plan de camara-
das>, con Valentina y otros amigos. Manolin se encarga de comu-
nicar tal noticia a su padre, quien no se explica el motive de tal
deserci6n familiar. Los j6venes de ahora -exclama- hab6is sus-
tituido el razonamiento por la boutade, la salida de tono, la incon-
gruencia.. Requiere a Cecilia para que vuelva a la casa, al menos
para dar explicaciones de su march. Pero en este punto se pre-
senta Emilio, un amigo de la banda, quien explica la clase de amis-
tad que le une con Cecilia. KLa gente -dice- no se explica toda-
via que entire un hombre y una mujer pueda existir esto..., que no
tiene nombre, que no es amistad, ni amor, eso ni pensarlo, iqu&
locura!; para amores estamos. Entre nosotros nos Ilamamos cama-
radas por Ilamarnos algo, pero no es eso tampoco. Sin embargo,
no oculta su predilecci6n por Cecilia y el gusto que tiene de inter-
cambiar ideas con ella, comunista ac6rrima, al parecer. Manolin,
que represent el espiritu burl6n y esc6ptico -aunque en el fondo
lleno de buen sentido-, afirma no tomar en serio el comunismo
ni la camaraderie de su hermana y los amigos. En la escena pen-
Tiltima aparece Cecilia, quien corrobora su decision de abandonar
la casa paterna, huyendo no de ninguna tirania, sino de la incom-
prensi6n, que, seg6n ella, es peor. Pero antes, Manolin le da un
consejo a ella y a sus amigas: -No jugueis con esas cosas,. Esas
son, ante todo, la familiar y el coraz6n. El segundo acto se titula
, y se desenvuelve en el atico de Va-
lentina Pedraza, domicilio de los juveniles camaradas. Asistimos,
entire otras, a una escena donde estallan los celos y las rivalidades
que entire Valentina, Cecilia y los demis amigos existen. Consi-
guientemente, una de las muchachas, Margara, resuelve abandonar
la comunidad, y lo mismo hace Cecilia. El tercer acto nos traslada
otra vez a casa de Don Leonardo. Cecilia anuncia su prop6sito de
marchar a Norteam6rica. Un amigo, Rafael, se brinda a acompa-
fiarla, pero al mismo tiempo la descubre que aunque Emilio se
deje ver habitualmente con Mirgara, es a ella, a Cecilia, a quien
quiere, lo mismo que 61 ama a Mirgara; por consiguiente, deben
casarse con sus verdaderas predilecciones, prescindiendo del juego
de las camaraderias.
munismo que valga: sin querer darnos cuenta, siempre hay alguien
a quien se prefiere.> Manolin, como siempre, se encarga de sub-
rayar esta decision, recordando las teorias de Lawrence y afirman-
do que dlos nombres de camaradas o amigos son nombres de dis-
fraz, de hipocresia, buenos para encubrir perversiones o anorma-
lidades. Novios, esposos, amantes, queridos..., lo que sea, pero
que suene a verdad, a cuerpo y alma juntos, la vida entera. 1La
vida entera!> Llegan Mirgara y Emilio, quienes reconocen, en
efecto, que ellos quieren, respectivamente, a Rafael y a Cecilia, y
que deben ser novios. Manolin, ahora triunfante, reitera su frase,
que da titulo a la comedia, manifestando que no se pueden gastar
bromas con cosas series, y que el coraz6n es una de ellas. [14]
A. C.-[A B C. Madrid, 19 de enero de 1935.]-<... la comedia
es un palmetazo carifoso a ese afdn de emancipacidn de todo lazo
ancestral o cldsico convencionalismo que siente gran parte de la
juventud modern. Emancipacidn de la familiar, emancipacidn del
amor, que quiere convertirse en camaraderie sin otras mds agudas
complicaciones. Los tres actos de que consta la obra son otros tan-
tos ambientes en que cristaliza la sdtira contra los nuevos modos
juveniles, sdtira que se dulcifica en el curso de las escenas hasta
acabar en cariiosa admonicidn....
A. M. A.-[Ahora. Madrid, 19 de enero de 1935.]-.... La
vena satirica del maestro muestrase henchida de donosas ocurren-
cias en an didlogo dgil y risueio, que acredita el ingenio del autor.
Hay en la obra an personaje cdmico, el del politico trdnsfuga, cuyo
perfil ofrece rasgos caricaturales de factura magistral. El fino hu-
morismo de Benavente campea en todas las escenas de la comedia,
una de las mds amables que han salido de la pluma del insigne
comedidgrafo...>
FERNANDEZ ALMAGRO (M.).-[Ya. Madrid, 19 de enero
de 1935.]--Entre todos los rasgos que dan expresidn a la fisono-
mia literaria de D. Jacinto Benavente, es el costumbrismo quizd el
mds constant. Gran parte del teatro benaventino reconoce su eje
en la observacidn de las costumbres, si bien este procedimiento no
queda siempre en el simple y veraz reflejo de la realidad en torno;
lo frecuente en este observador infatigable de la vida es que tras-
pase el piano inmediato de la vision para tratar de someter las
cosas a una valoracidn determinable, a un juicio. Con lo que obras
que en principio no serdn mds que sainetes, se elevan a la condicidn
de comedies de ideas satiricas. Pero este element del costumbris-
mo no suele faltar ni aun en las piezas benaventinas de mayor
porte dramdtico, aunque sdlo sea para templar o mitigar la emocidn
dominant o definir un ambiente.
SCronoldgicamente hablando, es en el primer period de su pro-
duccidn cuando Benavente se ofrece al public con mds rotundidad
en su perfil de costumbrista y satirico...
>Pues bien; a este primer ciclo del teatro de Benavente se nos
ocurre referir la obra que anoche nos fud dada a conocer. A pesar
de la intencidn trascendental que, indudablemente, mueve al autor;
a pesar de la mayor gravedad que acusa su pensamiento; a pesar
de la actitud meditativa y alucinadora en que se coloca... [en la
obra] se soslaya en efecto la significacidn mds profunda de las
cuestiones planteadas, y lejos de acernos asistir a un choque entire
almas que oponen su contraria vision del destino human, nos pre-
senta una vulgar pldtica de familiar. Gente ligera contra gente
ligera...
LITERATURE HISTORIC:
F) BIOGRAFIAS
BELDA (Joaquin).-Mdiquez. Actor, guerrillero y hombre
de amor.-Los hombres de nuestra raza.-Ediciones Nuestra Raza.
Madrid (s. a.).-189 paginas, 8.-Pesetas 3.
Biografia escrita en un tono ligero y anecd6tico. El autor
declara no haber pretendido mas que trazar
rescas alrededor del primer trigico espafiol del siglo xix. Na-
cido en Cartagena de familiar de actors, Isidoro Miiquez se di6
muy pronto a la carrera teatral. Desempefi6 papeles secundarios,
en compafiia de su padre, por diversos teatros provincianos, y a los
veintitr6s afios de edad, con el apoyo de su mujer, conocida actriz,
consigui6 actuar en Madrid. La representaci6n de la tragedia de
Jovellanos
como actor sustituto le impuls6 a abandonar la Corte. Trabaj6 en
Granada durante un afio y a su regreso fu& nombrado primer
actor. Poco despu6s lograba ser pensionado para ir a Paris a per-
feccionarse en su arte. Alli conoci6, en una estancia de casi dos
afios, a Talma, cuya influencia fue decisive en su carrera teatral.
Al cabo de un aiio de su regreso a Madrid, represent, con 6xito
clamoroso, una de las obras en que habia visto actuar a Talma:
fiol de su tiempo. Las intrigas del mundo teatral, en choque con
su caricter altanero, le indispusieron con Godoy, quien lo deste-
rr6 a Zaragoza por alg6n tiempo. Es possible que interviniera en
el movimiento popular del 2 de mayo de 1808 contra las tropas
napole6nicas. Huy6 de Madrid. Al regreso fue delatado a las
autoridades francesas e internado en Bayona. Un afio despu6s es
nombrado director y primer actor del teatro del Principe. La ca-
rrera de sus 6xitos sigue ininterrumpida. En 1812 cae gravemente
enfermo. Mis tarde, al ser disueltas las Cortes por Fernando VII,
es encarcelado con otros actors, diputados y literatos. No tard6
much en caer otra vez enfermo. Por desacato a la autoridad vi6se
excluido de la compaiifa del Principe. Se refugi6 en C6rdoba. En
1818, con la vNumancia,, de Saviii6n, sali6 a escena por ultima
vez. La ronquera que le habia quedado de su enfermedad persis-
tia, tomaba escasa parte en las representaciones y fu6 conminado
por el Corregidor de Madrid. La altiva respuesta de Maiquez fu6
causa de un nuevo destierro. Ya no volvi6 a Madrid. Su enferme-
dad se habia agravado. Sin recursos, fue recogido por unos ami-
gos en Granada y alli muri6 en 1820. Al final, el autor examine la
personalidad patol6gica de Miiquez, al que consider un tipo
claro de ciclotimico. [15]
Nj JARN1IS (Benjamin).- Castelar, hombre del Sinai.-Vidas
espafiolas e hispanoamericanas del siglo xix.-Espasa-Calpe, S. A.
Madrid, 1935.-249 piginas, 8.-Pesetas 5.
V. INDICE LITERARIO, afio IV, n6m. I, pigs. 1-6. [16]
UNAMUNO (Miguel de).--[Castelar, orador,. Ahora. Ma-
drid, 20 defebrero de 1935.]-.... BenjaminJarnes ha publicado un
muy significado studio sobre Castelar, hombre del Sinai, que asi se
titula el libro. May significativo de la actitud de lajuventud actual,
de la generacidn del siglo XXfrente a los hombres del XIX, y repre-
sentada por uno de los mds representatives, mds comprensivos y
mds agudos de los de esta generacidn. Mi impresidn de intermedia-
rio -Castelar fue de la generacidn de mis padres y Jarnds lo es de
la de mis hijos- es de que Jarnis se encard con Castelar llevando
todos los prejuicios de sus coetdneos respect a iste y a su tiempo
spiritual, y segdn ha ido estudidndolo y dejdndose ganar del es-
piritu castelarino ha ido rectificando esos prejuicios, mas sin decla-
rdrselo del todo a si mismo. El personaje se le ha ido imponiendo.
Como a mi se me impuso el Augusto Perez de mi Niebla. Y de
aqui las tan vitales, tan fecundas, tan sugestivas contradicciones
que rebosan del excelente libro de Jarnms....
G) TEMAS CONTEMPORANEOS
SALAVERRIA (Jos6 Maria).-El instant dramdtico. Fo-
Iletos contemporaneos, I.-Exclusiva para la venta: Espasa-Calpe,
S. A.-Rios Rosas, 26.-Apartado 547.-Madrid, 1934.-82 pi-
ginas, 8.-Pesetas 3.
Relaciona el author esta obra con otra suya anterior, titulada
Instantes (1927). En aqu611a como en 6sta se nos present 61 mismo
como
tos hechos a la manera libre, independiente, acaso arbitraria, del
hombre sin partido, sin secta, sin capilla, sin tertulia..., En algin
capitulo de los siete que componen el folleto predomina la nota
descriptive e impresionista del observador literario, pero en gene-
ral la obra viene a ser una exposici6n de las opinions del autor
sobre la situaci6n political espaiiola a partir de la instauraci6n del
regimen republican. El Sr. Salaverria mantiene, fundamental-
mente, un criteria conservador y tradicionalista. La Espaiia re-
publicana ha roto violentamente con las mejores tradiciones del
pasado, que ha sido
aristocracia, el misticismo, el espiritu guerrero. Lo que caracteri-
baba a Castilla. iLo suntuoso, monirquico y caballeresco>, que
era lo que daba su mejor perfil a la personalidad espafiola en el
mundo. La Rep(iblica se le aparece falta de elevadas ambiciones.
Como Castilla, tambi6n ha sido jubilado Don Quijote, simbolo de
la noble tendencia espaiiola a excederse en los prop6sitos, a Kser
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demasiado,. Ataca la influencia de gran parte de los intelectua-
les, opuestos al sentido traditional de lo espafiol. Combate tam-
bi6n el regimen parlamentario. La Republica, en suma, la conside-
ra el Sr. Salaverria como una Kest6pida aventura antirreligiosa y
antijergrquica. Por ella es hoy Espafia una naci6n de orden infe-
rior, sin prestigio. Ante los graves problems que angustian hoy al
mundo entero, Espaiia-dice-, con todos sus sostenes tradiciona-
les por los suelos, no podri resistir los riesgos de esta hora hist6-
rica. Examina las posibilidades de una political national, para ter-
minar declarando que
vera e ilustrada... [17]
PUBLICACIONES PERIODICAS
DEL CENTRO DE STUDIOS HISTORICOS
REVISTA DE FILOLOGIA ESPANOLA
DIRECTOR R. MEN NDEZ PIDAL
PRECIOUS:
ESPARA, 20 pesetas aso. EXTRANJERO, 22 pesetas ano.
Se public en cuadernos trimestrales, que forman al afo un
tomo de unas 450 piginas. Van publicados dieciocho vol6me-
nes, 1914-1931.
ARCHIVO ESPA OL
DE ARTE Y ARQUEOLOGIA
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M. G6MEZ MORENO Y E. TORMO MONZ6
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ESPARA, un afo, 30 pesetas. PORTUGAL y AMERICA, 35 pesetas
Otros paises, 40 pesetas. Numero suelto, 15 pesetas
Se public en cuadernos cuatrimestrales.
ANUARIO DE HISTORIC
DEL DERECHO ESPArIOL
PRECIO DE SUSCRIPCI6N, 22 pesetas; namero suelto, 25 pesetas.
Todas estas publicaciones estan editadas por el Centre
de Studios Hist6ricos. Medinacell, 4.- Madrid.
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