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Esquema sobre los factores alogenos de la poblacion cubana

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Title:
Esquema sobre los factores alogenos de la poblacion cubana (temas complementarios sobre la geografia social de Cuba)
Alternate Title:
Esquema sobre los factores alógenos de la población cubana (temas complementarios sobre la geografía social de Cuba)
Creator:
Martin, Juan Luis
Place of Publication:
La Habana
Publisher:
[Editora nacional, s.a]
Publication Date:
Language:
Spanish
Physical Description:
70 p. : ; 24 cm.

Subjects

Subjects / Keywords:
Ethnology -- Cuba ( lcsh )
Cuba -- Population ( lcsh )

Record Information

Source Institution:
University of Florida
Holding Location:
University of Florida
Rights Management:
All applicable rights reserved by the source institution and holding location.
Resource Identifier:
025587281 ( ALEPH )
23937400 ( OCLC )
ADL2841 ( NOTIS )

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uaz .2ua A fa&,Z
PROFESSOR TITULAR DE GEOGRAFIA DE LA ESCUELA PROFESSIONAL CD PErICDi3SM
"MANUEL MARQUEZ STERLING"












ESQUEMA SOBRE LOS FACTORS

ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


(7emad. omplemeoztaiuli. dcj4e
la leciaiP Social de Cuaa .




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1944


















1 .
I /






























*

El blanco que se aisla, aisla al negro. El negro
que se aisla. provoca a aislarse al blanco... Dos
racists serian igualmente culpables: el racist blan-
co y el racist negro ... No hay igualdad social sin
igualdad de cultural. Jos MARTi.




























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9,Sfudacci




Los PUEBLOS Y LA GEOGRAFiA

Eurasia, como nombre del segment continental, es, para la mente, a
despecho de su indudable valor cientifico, una expression artificiosa.
Onginalmente, no se empleaba el nombre de Eurasia, sino el adjetivo
euroasidtico, como distinci6n de una de las castas de la India Portuguesa,
resultante del mestizaje de los lusitanos y los indios. Mis tarde, se
extendi6 a otras dependencias europeas de ese subcontinente. Es probable
que comenzara a emplearse en Ceilin, en donde sirve actualmente para
designer a los individuos mezclados, de portuguis, ingles y holandes,
e indio. Del uso del adjetivo se pas6 a la creaci6n del nombre de
Eurasia, designando ya la masa de la lit6sfera que comprende a Europa
y Asia, el continue terrestre, que abraza a los continues hist6ricos de
Asia y Europa.
Originalmente, sin embargo, Ereb no era mas que la designaci6n del
ocaso; Asu, la del levante, en alg6n lenguaje semitico antiguo, que por
via de los fenicios pas6 al vocabulario helinico. Ereb produjo Europa,
en la deformaci6n que hicieron los griegos, Ilegando a suponer que
Ereb significaba cara ancha, ajustando el nombre semitico a uno de sus
mitos. Asu, o Asia, era la region de Anatolia (traducci6n helenica del
mismo nombre), que se hallaba al levante de los Dardanelos. S61o mas
tarde se hizo extensive a todo el mundo asiitico.
Las referencias antiguas, que registra la literature homerica, dan el
nombre de Europa a todo lo que no sea el Peloponeso y las islas del Egeo.
Las imfgenes mentales que a nosotros nos produce la palabra Europa
encierran acaso mis una noci6n intellectual que una noci6n geogrifica,
o, si se quiere, 6sta es mas vaga que aquella. Para nosotros, aunque
no correspond esto a la realidad, Europa es la unidad de la raza
blanca, el scenario de la civilizaci6n blanca; y tanto esto es asi, que
hasta existe a modo de una resistencia mental a iniciar los studios
hist6ricos por el Oriente. De este manera, la India, China y las islas
orientales se presentan a nuestra vision como otro mundo, escenarios
aislados de un drama de la Humanidad, muy apartadas de nuestra exis-
tencia. Incluso el studio de la historic de los judios, que tanto influye
en la de Occidente, y de los pueblos vecinos de la habitaci6n de Israel,
se hace ripidamente, juzgando que es tema mis propio de la especula-
ci6n religiosa la de los descendientes de Abraham, con las relaciones
que tuvieron con los demis pueblos de su vecindario. Igualmente, el
Egipto, que perteneci6 hist6ricamente a ese mundo oriental, no de-







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manda gran atenci6n de la generalidad de las personas medianamente
cultas. Se estima, por el hibito, que todo esto reclama casi de un modo
exclusive la atenci6n de los especialistas. No obstante tal indinaci6n,
los g&rmenes de nuestros comienzos, los elements necesarios para inter-
pretar los products sociales de nuestra cultural, hay que buscarlos en
Asia, cuyas relaciones con el mundo europeo fueron al parecer mis
intimas de lo que recientemente se suponia.
;Por qu6 se ha producido esta actitud mental? Seguramente, por la
solidaridad mis o menos continue, casi permanent, o mejor, perma-
nente en sus tendencies, que nos ofrece Europa. La historic es la que
da unidad a Europa y a la historic principalmente, referimos la geo-
grafia. Acostumbrados a examiner con unidad de pensamiento el fen6-
meno de la Civilizaci6n Europea, damos unidad a los sucesos y unidad
tambi6n a la variedad del ambiente en que se desarrollaron. Los pueblos
europeos, en sus multiples relaciones, son considerados, por esto, como
un conjunto; y es tan persistent esta vision que mis de una vez se ha
intentado someterlos a la unidad political o a la unidad religiosa. La
permanencia de las relaciones, el incesante intercambio cultural, produ-
ciendo estrecha semejanza en las costumbres y las instituciones, por im-
posici6n geogrifica, ha afincado ese criterio de la unidad europea. De este
modo, muchos pueblos europeos, afines etnogrificamente a otros de
Asia -o afin de Africa- se consideran mis semejantes a sus vecinos
europeos, que a sus hermanos de otras regions. Se necesitaron siglos
para descubrir que entire persas y griegos habia elements raciales co-
munes; y entire hindos y germinicos no vino a descubrirse la igualdad
lejana de origenes sino en nuestros mismos dias. Hoy, los checos, es-
lavos de raza, como los poloneses, se consideran mis cercanos a Ocd-
dente, a la gran fuente de la civilizaci6n europea, que de los eslavos
orientalizados o de sus mis distantes antepasados de la India. Los hin-
garos, que han aceptado una religion de origen semitico, estin mis
cercanos del cido cultural latino que de sus parientes de Asia Oriental,
que atacaron tambien a los chinos, en tiempos que se enlazan con la
levenda. Los lituanos no distinguen su parentesco con vieios pueblos
hindos; y un finlandes se parece mis a un sueco, que a sus parientes de
raza que estin interpenetrados en Asia. Los judios establecidos en los
paises europeos se han aoartado de lo prooio del Oriente y, a trav6s del
asimilismo, han hecho sintesis de su religion con el temperament eu-
ropeo, estando apenas nada de la actitud mental con que se acercaban a
tcdo lo que era prindcio fundamental de su religion v del nexo social
que 6sta creaba. La intervenci6n de la geografia en former estas apti-
tudes y tal conduct es bien visible.
El criterio antiguo de separaci6n de Europa y Asia se hallaba en la
demografia. Europa llegaba hasta donde se extendian las regions den-
samente pobladas, las zonas en que la relaci6n constant, la civilizadc6n
constituida por un sistema de agriculture basado canitalmente en el cul-
tivo de los cereales, tendia a.crear una comunidad de contacts que eli-
minaba las caracteristicas de raza. El ambiente geoarifico requiri6 del
hombre el esfuerzo de progress, que crea la dvilizaci6n.
Asi, la extension de lo que es Europa ha fluctuado a traves de los
tiempos, en la imagen popular que se ha tenido del Continente. Pero la







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realidad geogrifica es otra y hoy, Europa, en este dictamen, no es mis
que una secci6n del continent euroasiitico, la Eurasia.
La vision general de Europa nos ofrece limits maritimos bien des-
tacados a Occidente, en el mar. Las islas britAnicas estin propiamente
incorporadas al Continente, por el z6calo continental, que marca la
linea isobitica de 100 brazas, que arrancando de la desembocadura del
Bidasoa, en donde comienza a ampliarse, bordea la costa francesa, en-
vuelve el archipielago ingles y se acerca a la costa sur de Noruega, hasta
tocar en Suecia, entrando en el Biltico, que cubre un fondo sumergido
de la misma profundidad media. El Mediterrineo es mis profundo que
esa enorme plataforma continental. En el mar Negro, entire Crimea, las
bocas del Danubio y la peninsula bizantina, son menores las profundi-
dades, pero en el centro se registra una zona en decive de las cien a las
mil brazas. Inglaterra, pues, a despecho de su insularidad, que consi-
dera la geografia descriptive, es, en realidad, una porci6n continental,
separada de la tierra firme por la hondonada anegada del mar del Norte
y el valle del canal de la Mancha.
En tierra, hallamos caracteres distintivos entire el sur, montafioso, se-
parado del norte por fuertes macizos, y el extreme norte, en Noruega,
tambi6n muy abrupto, y el centro, ocupado por una extensa llanura, que
comienza en las tierras poco accidentadas de Francia, propiamente en la
zona comprendida entire los Pirineos occidentales y los montes de Au-
vernia, para no terminar sino en la barrera de los Urales, la depresi6n
del Caspio y la zona baja comprendida entire el mar de Aral y el rio
Ural, que se puede tomar como limited conventional, con el CHucaso,
como muralla cervical, que se levanta violentamente en las estepas li-
mitadas por el Don y el Ural.
Con criterio geogrifico es dificil contar dentro del area de Europa
a las islas del mar de Mirmara, las de Madera, las Azores y muchas
de las egeas, como sucede tambien con Islandia, Nueva Zembla y las
Spitzbergen. Algunos juzgan que tampoco forma geogrificamente parte
de Europa la region estepica del Caspio.
El hecho geogrifico de la indentaci6n de la costa, que crea facilidades
maritimas extraordinarias para las comunicaciones; el de la escabrosidad
de las regions meridionales, que facility la sedentarizaci6n de pobla-
ciones n6madas; y el de la gran lanura central, ilimitada en capacidad
de absorci6n de invasiones, han dado a los europeos abundancia de re-
cursos para construir una civilizaci6n de tan ricas caracteristicas. Las
grandes ciudades surgeon, como los emporios comerciales de la mis dis-
tante antigiiedad, en el sur, por el abrigo que ofrecia, por la multipli-
cidad de abrir rutas y porque la variada distribuci6n de altitudes permit
aclimatar plants y animals. Luego, los rios permitieron apresurar el
que la cultural creada en el sur se abriese paso hacia el norte, convir-
tiendo asi la civilizaci6n del Mediterrineo en civilizaci6n europea. El
Danubio y el Rin, particularmente, marcaron el camino de advance hacia
zonas en que cuando estaba ya asentada la civilizaci6n en el sur, y habia
pasado incuso por periods de decaimiento, permanecian todavia en
estado casi primitive. El process de advance de la Civilizaci6n Occidental
hacia los Urales continfia todavia en nuestros tiempos.








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El Continente Asiatico se ofrece a la imaginaci6n popular como la
porci6n de la Tierra en que habitat una gente estitica, dada a la especu-
laci6n filos6fica y la meditaci6n, contemplative, hibil en la agriculture,
entregada al patrarcalismo como regimen social y de gobierno. Pero
esta noci6n generalizante se restringe y encoge en cuanto se piensa en el
Jap6n industrializado, en la Arabia multiple en sus expresiones de cvi-
lizaci6n; y en la Siberia, que no se represent mis que como una inmensa
extension helada. O en cuanto se ahonda en lo que en si es China, o lo
que contiene la extension de la India.
El semblante de la civilizaci6n en Asia esta configurado por la geo-
grafia. Las diferencias que respect a Europa existen, tan claras, han
sido marcadas por el ambito geogrifico. En Europa, no hay montafias
impasables; no hay desiertos imponentes; no hay tales hondonadas, como
las que hallamos en el Continente Asiitico; no hay esa variedad de
rios; no hay esa riqueza de mesetas ni esas estepas interminables que en-
contramos en Asia. Las cordilleras mas altas del planet cierran la inter-
comunicaci6n entire las porciones del continent; las invasiones no han
podido realizarse con la facilidad con que se han producido en Europa;
la mezca de los pueblos y de las razas que en pocos siglos relativamente
se ha efectuado en Occidente ha sido much mas lenta en Asia Central y
Oriental; y cuando se ha producido el mestizaje ha conservado un ca-
ricter muy suyo, tan exclusive, que han sido menester extensos studios,
analisis muy cuidadosos, para descubrir los ingredients. Los ciclos
hist6ricos, por esto, se encuentran bien determinados en la geografia
etnografica, en la noci6n geopolitica. Y asi tenemos una zona de con-
tactos geograficos con Occidente, que es, a la vez, una zona de contacts
hist6ricos y etnicos; una region donde domina el nomadismo turco y
mongol; otra en que prevalece el element persa, con caracteres propios;
otra, que es la multiplicidad de la India; un area de transici6n, en los
paises indochinos; otra, con todo cuanto China represent. Y despues
las islas, en donde se mezdan la civilizaci6n y la barbarie, o en donde
ha surgido, artificiosamente, el industrialismo.
A travys de este mundo, se han tendido la ruta del te y de la seda, los
caminos de la porcelana, los itineraries de los artifices del marfil; y
tambi6n, los senderos por donde han marchado los fundadores de las
grandes religiones.
El eje de esos movimientos, la zona de trinsito de las migraciones de
pueblos, esta en Asia Central, verdadera encrucijada de las civilizadones,
que esta llamada a ser, quiza en un porvenir mas cercano de los que se
piensa, scenario de una transformaci6n hist6rica, que ya se viene apun-
tando. Algunos ge6grafos han llegado induso a fijar la linea de este
transito: los 40 grades de latitud norte, como divisoria capital, hist6rica
y geografica, en la vida de Asia.
Puede decirse, por esto, que el continent asiatico esta dividido en va-
rios subcontinentes, entire los que tienen una personalidad generica
la India y China, que han desarrollado tipos propios de civilizaci6n, en-
cerrados por sus montafias, envueltos por sus rios imponentes. En me-
mentos, parecen mundos distintos. Hasta ciertos periods de la his-
toria, era possible describir aisladamente el desarrollo hist6rico de esas








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naciones. No hacia falta a Europa conocer los hechos de la historic de
la India y menos ain los de Cnina para interpreter las suyas; y red-
procamente. Eran subcontinentes que habian vivido apartados, apar-
tados por las tremendas barreras geogrificas, fundando dentro de sus
propios limits, con los recursos umversales del hombre, sus civiliza-
ciones propias, que Ilegarian a dar los mismos products, por otros
factores, o por factors aparentemente otros, si se desconocia la univer-
salidad del hombre. Sin embargo, en sus products sociales se distingue
daramente la calidad de las especulaciones. En Asia, el hombre ampli6
los limits de la metafisica; en Europa y la porci6n asiitica mis rela-
cionada con ella, la filosofia natural.
En sus contornos, el continent asiitico se ofrece como un gigantesco
triingulo is6sceles, con base en el norte y virtice en la peninsula del
Decan, con una orla de islas al Oriente y una cadena que arranca del
sudeste, dividida, mis bien por la biogeografia, que por otra soluci6n
de continuidad del mundo austral, en la linea de Wallace, fijada en los
estrechos de Bali y Macasar. Es rasgo caracteristico suyo, a causa pre-
cisamente de esas cadenas insulares, el numero de mediterrineos que
present.
En cuanto al relieve interior, dos terceras parties ocupan las mesetas,
que corren sucesivamente desde el Oeste, el punto mas extreme, hasta el
Este, interrumpidas por cadenas montafiosas, en las cuales se alzan las
cumbres mis elevadas del planet. El nudo de todos los sistemas mon-
tafiosos asiAticos puede decirse que esti en el Hindokush. Al oriented
de esta cordillera, y despu6s de la meseta de Pamir, se abre la violent
hondonada que se prolonga en el Gobi y que bifurca las montafias,
lanzando una rama al punto mis oriental del Continente y otra hacia el
mediodia y el este, en busca de la costa.
Tenemos asi la gran Ilanura siberiana, inmensa, que bordea toda la
costa norte del Continente; la llanura de China; las Ilanuras de la India,
que comprenden las regions mis pobladas; la hist6rica llanura de la
Mesopotamia; y luego, la meseta de Mongolia, el Tibet, el Pamir, el
Irin, el Decin, la de Anatolia, que se liquid en las ondulaciones de
Armenia y el Kurdistan, que es acaso la continuaci6n del Ciucaso.
Es notable, en cuanto a sus rios, ademis de las grandes corrientes que
desembocan en el mar y junto a cuyas mirgenes han surgido las civii-
zaciones, el n6mero de las que desaguan en los grandes mares interiores,
como el Caspio, el Aral, el Hamin, el Baikal y el Balkasch, el mar
Muerto y el mar de Tiberiades, asi como otros menos importantes.
Las elevadas cordilleras, mis altas que hasta los limits de las posi-
bilidades de la vida humana, no han tolerado los contacts inmediatos
de grandes masas, ocurriendo algo bien distinto de lo que ha sucedido
en Europa, en donde, los pasos de la montafia, aun en las mis accidcn-
tados territories, han permitido la comunicaci6n constant y ficil, si la
comparamos con las de Asia. Tampoco han existido ni las formidable
mesetas ni los desiertos ni las areas de escasos medios de alimentaci6n,
que han dado perdurabilidad al nomadismo, en Europa, como en Asia.
En algunas regions, bajo el influjo del ambiente geogrifico, en todos








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sus factors, han podido conservarse permanentemente, a poca distancia
de zonas antiquisimas de civilizaci6n, pueblos animAlides, de primitive
cultural, encajonados entire altisimas montafias y viviendo en valles bajos
e insalubres. La impotencia del hombre, frente a fuerzas naturales casi
invencibles, ha creado para casi todo el Continente esa actitud fatalista,
que es casi como un rasgo comfin de sus civilizacones. El influjo del
nomadismo, por otra parte, ha dado. permanencia a las normas del cau-
dillaje, desp6ticas y patriarcales, que hallamos tambibn, impuestas por
otros motives, en la vida sedentaria de los agricultores y los artesanos.
Por esta causa, la configuraci6n political de los pueblos asifticos ha ten-
dido haca la autocracia, mientras que en Europa se encamina hacia la
democracia. En Europa, la civilizaci6n parti6 de una zona y se comu-
cic6 a las restantes; en el continent europeo, la cultural act6a como los
liquidos en los vasos comunicantes. En Asia, tiene various puntos de in-
cepci6n y se detiene, en su tipo especifico, cada civilization, dentro de
la muralla del vaso propio, de las montafias. Por eso,' falta en la cul-
tura, esa unidad continental que encontramos en Europa y que se re-
f;eja en la civilizaci6n europea.
Europa se toma como el continent de la civilizaci6n individualista y
democratic; Asia, del fatalismo en religion, el patriarcalismo en la or-
ganizaci6n centuriada y el despotismo en political. Africa fue, durante
muchos siglos, el continent misterioso, rico, sin posibilidades su po-
blaci6n de entrar en las grandes corrientes universales. Su nombre se
limitaba al principio a la descripci6n de una faia de su litoral medite-
rrineo, a las cercanias de Cartago, en la nomenclatura geografica de los
romanos. Luego abraz6 a todo el Continente. En'su historic no ha
habido unidad. El centro y el sur han estado separados virtualmente
del grandiose process de la dvilizaci6n en el norte y el este, en la porci6n
contigua al mar Rojo. Por eso, se ha aceptado, con dertas restricciones,
la designaci6n de "Continente Cultural y Econ6mico Eurafrasiatico",
todo ese mundo que comprende la costa norte africana, el Cercano
Oriente (encerrando a todos los paises de origen persa al este) y Eurona,
region del mundo en que se ha mantenido, durante muchisimos siglos,
la interdependencia. El resto era la terra incdgnita, de la que se tenian
vagas noticias, entire los europeos al menos, puesto que entire los Arabes
bahia un conocimiento mIs extenso, particularmente de la region del
Indico, desde antes de producirre las grandes i.vasiones agarenas que
se derramaron por la costa mediterrinea hasta rais alli del estrecho de
Gibraltar. El mundo guineo no comenz6 a ser levemente conocido
sino en visperas del descubrimiento de Amnrica.
;A que se debia este abandon, esa pcca preocupaci6n hacia lo que
Africa representaba?
Fuera de otras y poderosas razones muy abundantes, la misma configu-
raci6n del Continente Africano contribuv6 a que no se acometiese, sino
casi en nuestros mismos dias, la sistematica exploraci6 y conquista de
todo ese mundo.
Hallamos, en primer lugar, que el litoral africano es poco acciden-
tado; faltan las grandes bahias, las peninsulas extensas, las islas propias
para las recaladas y operaciones de aguada de los buques. La masa








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continental es gigantesca en comparaci6n con la costa; tiene un kil6-
metro de litoral por cada 1,000 cuadrados de superficie, en comparaci6n
con uno por 125 en Europa, uno por 700 en Asia, uno por 407 en Ame-
rica del Norte, uno por 686 en America del Sur, uno por 409 en Australia.
En algunas secciones, la costa es acantilada en interminable recorrido;
en otras, las tierras bajas que descienden hasta el mar se brindan guar-
dadas por montafias muy escarpadas; y no faltan las que, cubiertas de
mangles, ocultan la insidia de las fiebres. Los rios se ofrecian miste-
riosos, casi cerrados al trafico. La miseria del litoral hacia ver que poco
podia obtenerse del interior, en un tiempo en que no se buscaban zonas
de explotaci6n natural ficil, sino la relaci6n mercantil. La imaginad6n
estaba dominada por la vision de las opulentas ciudades lejanas y se
creia alcanzarlas mejor recorriendo mis trecho, que descendiendo en
parajes peligrosos, por las fiebres, por los habitantes, por las fieras de
la selva. Detris de las regions que parecian mas adecuadas al estable-
cimiento de factories y fortalezas, no habia sino el interminable desierto,
la misma muralla que se habia opuesto, por el lade del Mediterrineo, a
las invasiones y ataques de la Antigiiedad. De este modo, todavia a
mediados del Siglo XIX muy poco se conocia del interior de Africa y
casi habia la misma penuria en cuanto a los conocimientos acerca de la
costa.
Los que mis se aventuraron hacia el interior fueron los irabes, modi-
ficando en grandes extensions el aspect de la civilizaci6n. En algunas
parties, arabizaron los lenguajes, introduciendo sus sistemas de escritura
y atrayendo las tendencies religiosas al nicleo mahometano. Asi, logra-
ron hacer el envolvimiento del Sahara e impusieron, a sus finalidades,
el sedentarismo a multitud de pueblos n6madas. Ese mundo dormido
comenz6 a desperazarse apenas en el Sudin, region que lleva nombre
arabe, en su indefinida extension. No podian hacer absorber los objetos
de su trifico commercial las poblaciones atrasadas y miserables de esa pri-
mitivez y optaron entonces por convertir en esclavas a las gentes, en
lo que fueron seguidos por los europeos. Sus principles bases en Africa
eran, pues, bases para el comercio de esclavos. Despues de terminada
la esclavitud, en los moments en que se iniciaba la era del industria-
lismo europeo con su mayor expansion, la suerte de Africa fue mis dura,
en comparaci6n con la de otras areas coloniales. La explotaci6n de los
birbaros, de los hombres primitivos, con la imposici6n de sistemas re-
pugnantes a una recta concienca, en la lucha por las fuentes de materials
primas, hizo que las grandes potencias mercantiles penetrasen en el Con-
tinente Africano, para obtener alli casi sin costo, las riquezas que hacian
falta para estabilizar la situaci6n social en los grandes pueblos blancos.
Hoy, Africa es mejor conocida. En los ultimos cuarenta afios, los estu-
dios de etnografia y geografia han permitido liquidar, por lo menos para
los especialistas, la leyenda del misterio de Africa que aun se conserve
firme en la mente popular. Hoy, se conocen los idiomas africanos y
se ban recogido las manifestaciones del alma de Africa por los estu-
diosos, con lo que ha podido ratificarse la unidad del espiritu human,
con su gradaci6n dentro de la escala general evolutiva del hombre. Po-
demos, por tanto, afirmar que todos vamos recorriendo el mismo camino,
que todos hemos pasado por las mismas etapas y que nuestras creaciones







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religiosas mis sublimes tuvieron el germen y el punto de partida en
donde mismo lo tuvieron esos que estan mas retardados que nosotros en
la cultural y que son perfectibles, ripidamente perfectibles, como lo he-
mos podido ver en el gran experiment de las razas de America. En este
continent, el contact del africano con el blanco, ha producido hombres
negros de civilizaci6n europea, apresurando un progress para el que se
necesitarian mucnos siglos en Africa. En cambio, la presencia del negro
europeizado en Africa, en la colonia de Liberia, no ha podido producer
una transformaci6n honda; ha sido muy lenta, tan lenta como la que han
realizado los europeos en otras parties de Africa, menos quizi en las
colonies portuguesas, donde el advance cultural ha sido mis ripido.
En reducidas parties de America, hemos visto que la escasa dvilizaci6n
blanca no ha permitido la transformaci6n integral del africano. En las
Guayanas, por ejemplo, el africano ha tornado a la barbarie, mezdcn-
dose con los indios y creando, por trasplante, un ambiente netamente
africano. En Haiti, la situaci6n fue aniloga. Los esclavos, entire los
que se contaban muchos africanos, han hallado tremendas dificultades
para el ascenso a la civilizaci6n occidental y la democracia.
Como dificultad para el progress de la civilizaci6n en Africa, lo
mismo que en algunas aglomeraciones negras situadas fuera de ese
continent, hallamos las siguientes: 1) dificultad de comunicaciones
ficiles con el interior, aislado algunas veces por las barreras del suelo y
otras, por las enfermedades del Tr6pico; 2) bajo coeficiente de produc-
ci6n industrial de los indigenas; 3) carencia de una tradici6n perma-
nente de estado; 4) insalubridad del litoral; y 5) permanencia del esca-
vismo. Civilizaci6n es trabajo, consecuencia del apego a modos de vida,
que, en una gran proporci6n, dependent del ambiente. El hecho de que
la mayor parte de los grupos africanos, particularmente los colocados al
sur del Sahara, gozaran de una relative autarquia econ6mica, redujo el
comercio, no estableci6, como en otras parties, areas de producci6n y con-
sumo, y, asi, falt6 uno de los grandes factors de civilizaci6n. Hoy toda-
via, Africa no represent mAs que el 5% del comercio mundial. Es de
advertir, por afiadidura, que las regions en donde se ha iniciado la civi-
lizaci6n, y en donde existe cierto tipo adelantado de vida, estan inte-
gradas en areas de mestizaje, tanto del lado del AtlAntico como de la
parte del Indico y la contigiiidad del mar Rojo.
El interior de Africa, con su configuraci6n especial, ha contribuido a
crear todo un complejo de ambiente, que ha sido negative al desarrollo
de grandes cultures; la que se desenvolvi6 en el valle del Nilo, como
la que se ha desarrollado al norte del Sahara, responded a factors exter-
nos a la vida africana. La relative uniformidad del Continente, que ha
producido, con su sistema de masas casi regulars, una manera tambien
uniformemente tipica de la conformaci6n de las cuencas hidrogrAficas,
ha determinado el hecho human de que al sur del Ecuador pueda de-
cirse que no existe mis que una gran raza, un conjunto de pueblos que
designamos bajo el apelativo generico de bantiues, variando en sus cos-
tumbres por el influjo del clima local sobre la producci6n vegetal. En
esa masa continental, las mayores alturas surgeon violentamente, como
insulas, dando lugar a que los ge6grafos alemanes designed el paisaje de
las regions donde esto sucede, Inselberglandschaft.







FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


El continent ofrece el aspect de una fuente invertida. Al norte, en-
contramos el Atlas y luego las depresiones hasta el Nilo; luego los
grandes desiertos del Sahara y Libia, y, pasado el Nilo, sobre el litoral
cel mar Rojo, el desierto aribigo.
La inmensidad del Sahara, que en algunos puntos alcanza niveles in-
feriores al nivel del mar, esti interrumpida por la meseta de Ahaggar,
envuelta por los grandes oasis montafiosos de Adghad y Air. Mas al
este, al pie de las elevaciones de Tarso, hallamos la zona oasica de Ti-
besti, area muy codiciada por las potencias rivals. Con esto, el desierto
pierde esa generalizaci6n que antes de las grandes exploraciones se le
daba y se subdivide, bajo diferentes designacione-. Sobre la costa del
Senegal, se levantan aisladas, las alturas de Futa-Jal6n, formando la
meseta de Guinea. La elevaci6n central continia en suaves alturas hacia
el Sur, interrumpiendose a los 10 grades de latitud meridional, para
dejar, del lado del Atlntico, la rica cuenca del Congo, envuelta por
elevaciones, que se correspondent con las alturas que del sur remontan
hacia el norte, a poca distancia de la costa, tras de former macizos al
mediodia. La depresi6n del desierto de Kalahari, queda asi flanqueada
par los montes Omatako y el Hoogeveld, o meseta surafricana. En di-
recci6n norte-sur, a lo largo del litoral del Indico, descienden las cum-
bres que van bajando de la meseta de Etiopia, en cuyas fallas se en-
cuentran, en cadena, los grandes lagos africanos. Lo mis elevado se
halla detris de Zanzibar, delante del lago Victoria, en los picos del
Kilimanjaro.
Todo el sistema hidrogrifico esti conformado a este relieve, que,
en su mayor extension, en pendientes, se alza a altitudes de 200 a 1,000
metros. Las mayores elevaciones, que son las que tienen el nudo en el
sur, con su configuraci6n irregular, son las que han producido las dife-
renciaciones entire los bloques de la raza banti~ y las que han permitido,
en los territories surafricanos, la colonizaci6n blanca, favorecida por el
clima.
La palabra Continente, que no significa mis que lo que contiene, no
puede ser limitada en estos tiempos a la acepci6n de part del mundo,
que se le daba en otras epocas. Las diversas disciplines juzgan los con-
tmnentes segin el contenido que es objeto de sus estudios. Atendiendo
a la continuidad, a la continuidad geogrifica de la tierra firme, Eurasia
seria un continent; a la continuidad hist6rica, Eurafrasia, como .esce-
nario del drama de la Civilizaci6n, seria otro continent, que comen-
zaria acaso en el Indo, abrazaria a Persia, a Asia Menor, a la Mesopo-
tamia, a la peninsula aribiga, a todo Egipto y sus costas, a muy pequena
parte de Etiopia, prosiguiendo por toda la costa africana del Medite-
rrineo hasta el estrecho de Gibraltar, con zonas situadas al interior, se-
paradas por barreras que fueron casi infranqueables en el pasado; y de
esa continuidad, habria que apartar en ocasiones la enorme extension
de Rusia, que todavia, tal vez, es un continent de por si, propiamente
un continent econ6mico especifico.
En Africa tendriamos, con este dictamen, dos gineros de contenidos:
el de las civilizaciones mediterrineas, enlazadas con las de Europa y Asia
Occidental; y Africa Negra, lo que en un tiempo se llam6 Ghana o







JLAN LUIS MARTIN


Guinea. Pero en nuestros dias tendriamos que hacer la distinci6n del
Area de poblamiento blanco del extreme meridional.
En Asia, apartando esas regions que en lo hist6rico y lo econ6mico
se vinculan con Europa y Africa, hallamos los "subcontinentes" hindo,
chino, turinico e insulindico, con las areas de difumaci6n de las cul-
turas, interiores, movedizas, que se hallan en regions centrales y sep-
tentrionales. Para el bi6logo, en el estrecho de Macasar, que es un paso
relativamente insignificant, se fija lo que se ha apellidado linea de
Wallace", que divide el mundo austral del mundo de la Insulindia, to-
mando en aprecios los factors ecol6gicos.
Si atendiesemos a las pigmentaciones de la humanidad que habitat en
cada region del mundo, con enfasis particular sobre sus cultures y sus
idiomas, todavia seria possible hablar de "subcontinentes" de hombres
blancos (leucodermos), negros (melanodermos) y amarillos (xanto-
dermos), relacionando, un poco caprichosamente, sus cultures con los
tonos de pigmentaci6n.
Hoy, sin embargo, cuando hay la tendencia de examiner las cultures
con un criterio mis amplio, estimindolas en su desarrollo orginico, setia
muy estrecho este modo de apreciar las cosas.
Apartindonos entonces de la noci6n geogrifica, de "la descripci6n de
la Tierra que habitamos", simplemente estariamos haciendo una geogra-
fia aplicada, con predicado de hist6rica, etnogrifica y econ6mica, con
todas las subdivisions posibles. Tal es la tendencia modern, encido-
pedica, con todos los esfuerzos de la sintesis geogrifica.
Y en esta noci6n, el mundo que constituy6 el antiguo imperio de
Sri-Vijaya, que abrazaba zonas del sur de la India y la Insulindia, seria
tambi6n un "subcontinente", como en geografia regional tambien lo
seria; pero que, en aprecio de otros datos, habria que llevar hasta las re-
giones contiguas a Africa, en donde encontramos, con contagios cultu-
rales malayo, la isla de Madagascar. Mis ampliamente, el mundo me-
lanomodermo encerraria no s6lo el Africa Negra sino tambi6n, en la
6poca en que subsistian los australianos de 6poca anterior a la conquista
blanca, hace apenas un siglo, el continent austral, con la inmensidad
de islas pobladas por negros.
Hoy, no obstante, Australia y Nueva Zelandia son apenas parte de
ese mundo melanodermo. Y el Jap6n, xantodermo, o grandemente mes-
tizado, con su industrializaci6n occidental, con las transformaciones que
ha impuesto la adopci6n de metodos econ6micos, sociales y politicos de
Europa, tendria, en este aspect, el caricter de un "subcontinente", en
Asia Oriental -aunque, para el estudiante de geografia, continent no
sea mis que un continue de tierras. El Jap6n, empero, en el orden de
su vida internal, que siempre tuvo valores muy propios ain dentro del
cuadro de las civilizaciones asiiticas, conserve esos rasgos culturales in-
confundibles, que nos acreditan como todavia esta en curso de experi-
mentaci6n ese injerto de occidentalismo, que posee alli atributos umicos,
pero que permiten afirmar, en presencia de los hechos de la historic con-
temporinea, que no se ha logrado la simbiosis de las cultures.







FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


La cultural occidental, en cambio, fue transportada a Australia por
elements que sustituyeron a las antiguas poblaciones. En las Filipinas
el process fue diferente; en algunas de las islas, se implant, por coha-
bitaci6n, por contact de muchos siglos, la cultural europea, igual que
en algunas parties de la India. El conquistador cedi6 de lo suyo y asi-
mil6 de lo ajeno, complementando, aculturando, no destruyendo ni prac-
ticando, como los directors de la transformaci6n nipona, la planifica-
ci6n de una cultural, experiment peregrino en la historic. El process
de absorci6n de elements de la cultural china por el Jap6n fue mis
lento, pero mis firme y tenia en su ventaja la contigiiidad, como ha su-
cedido, en Occidente, a los turcos, persas y a6n algunos pueblos de
Africa Septentrional.
El experiment de aculturaci6n de una inmensidad de pueblos asia-
ticos lo esta practicando ahora mismo Rusia. Antes lo ejecutaron en
Europa misma, hace siglos, con satisfactorio ixito, los emperadores del
Sacro Imperio Romano. Y lo realize, en la media de sus fuerzas, en
America, Espafia, como tambien lo hizo Portugal. Inglaterra y Francia,
en America, sustituyeron con sus colonos a los pobladores primtivos,
menos numerosos, en las regions que conquistaron. Unicamente en las
Antillas encontramos excepciones.

Geogrificamente, Europa, Africa, Asia y Australia, constituyen una
masa de tierras del planet. Las dos Americas forman otra. En su
oportunidad, trataremos de las cuestiones relacionadas con la Civiliza-
ci6n en el segment geogrifico americano. Por el moment, nos limi-
taremos a! studio de 1 aaculturaci6n de los elements al6genos de la
poblaci6n cubana.















Pa/41a"w4 P4S~elimwt weA


Considerandose como element bisico de la poblaci6n cubana, mis
por el tipo de cultural que por ninguna otra raz6n, el espafiol, deben ser
estimados como al6genos los elements procedentes de otras parties del
mundo, afin los de raza blanca, aunque, con propiedad, la voz al6geno
significa otro pueblo, procedente de otro pueblo; y, en ciertos paises, los
el6genos de la poblacion son minorias, con usos, costumbres e idiomas
diferentes de los que pertenecen al factor 6tnico dirigente. En este con-
cepto, nuestro negro no es, con exactitud del lenguaje, aldgeno, aunque
si proceda de grupos al6genos importados; su asimilaci6n total a nues-
tra cultural, como la de otros elements de origen extranjero, lo hacen
part inseparable del pueblo cubano, intimamente soldada a todas sus
peripecias e incidents, a despecho de las modificaciones que haya su-
frido el sentimiento de integridad racial. Hay que sefalar, por esto,
que por muchos motives (que no es este el lugar de discutir) entire nos-
otros la solidaridad racial fue superada por la solidaridad national y asi,
con todo lo que pueda interesar al etn6logo el fen6meno de la cohabi-
taci6n tnica en nuestra Isla, los criterios de alogenia no son vilidos
mis que en cuanto al lugar de procedencia de las inmigraciones. El es-
tudio de todo esto es seductor y esti por hacerse.
Desaparecidas las poblaciones aut6ctonas, o de las inmigraciones pre-
colombinas, considerando como basica la colonizaci6n espafola post-
colombina, como factor conformador de nuestra cultural, se pueden citar
como elements blancos al6genos en masse, los siguientes:
1) Portugueses; 2) franceses; 3) siriolibaneses; 4) judios sefarditas;
5) judias askenazim; 6) alemanes; 7) norteamericanos.
Y como elements de razas no-blancas: I) negros; II) chinos; III) in-
dios de Yucatan; IV) filipinos en numero muy reducido. Culturalmente,
son ahora tan al6genos como antes los yorubas, haitianos y jamaicanes.
Esti por indagar si hubo asentamiento, en algunas parties del pals,
de gitanos sedentarios, pues en algunas regions de Cuba hay muchos
tipos que ofrecen caracteristicas raciales propias de los zincali. iVinieron
en grupos o su sangre lleg6 en el mestizamiento andaluz?
Entre los siriolibaneses hay cierto nfimero de musulmanes y drusos,
pero la mayor parte es cristiana, maronita, romana u ortodoxa.
Los sefaradim pasaron much tiempo por turcos y drabes, lo mismo
que los askenazim como polacos, en la etnologia popular. Los judios de
los Estados Unidos fueron considerados norteamericanos y no constitu-
yeron comunidad hebrea en los primeros tiempos.








FACTORS ALOGENOS DE LA POBLTACION CUBANA


La mayor parte de los portugueses y franceses se fundieron con la
poblaci6n cubana desde temprano, dejindonos los primeros muchos vo-
cablos del lenguaje popular; y los segundos un marcado influjo en la
evoluci6n de la cultural intellectual y ciertos hibitos de pensamiento, en
algunas classes.
Si en los primeros tiempos de la colonizaci6n hispinica vinieron he-
breos no dejaron rastro, quizi debido a la imposibilidad de perpetuar
en la colonia sus costumbres dieteticas y de guardar las fiestas religiosas.
Todo esto esta por averiguar y parece que se ha exagerado bastante lo
poco que se sabe. La influencia psicol6gica fue nula.
En estas notas nos limitaremos, sin embargo, s61o a dos elements
aligenos (tomando esta expresi6n con todas las reserves que antes sefia-
lamos) de la poblaci6n cubana: los negros y los chinos, aunque se nos
pueda reprochar no haber comprendido en este studio el que merece la
poblaci6n siriolibanesa, bastante asimilada. Sobre la influencia social y
econ6mica francesa, remitimos al lector a nuestro pequefio trabajo sobre
las relaciones de la economic de la cafia con la geografia social cubana.
Para llegar al fondo de la cuesti6n, en todos sus aspects, seria precise
hacer un studio extensisimo del poblamiento de Cuba, ahondando en
los interesantes esfuerzos de colonizaci6n que aqui se hicieron en los
siglos anteriores.
Por el interest que pueda tener en fijar nuestras ideas sobre el concept
funcional de las razas en la civilizaci6n, hemos hecho preceder estos
apuntes de una larga introducci6n, relative a la interdependencia de la
geografia y la cultural en Europa, Asia y Africa. Hemos destacado capi-
talmente el valor espacio-tiempo.
Este esbozo, destinado a complementary los cursos de geografia de la
Escuela Profesional de Periodismo "MANUEL MARQUEZ STERLING" y a
excitar el interns de nuestros alumnos, no pretend mis nada que pre-
sentar algunos puntos de partida o de referencia, y que otros, con mejor
fortune de vivir en un ambiente que mis se interest por estas cosas, ha-
gan la obra para la cual nos faltan los recursos materials y el tiempo
que reclaman las ocupaciones necesarias a la subsistencia.

JUAN Luis MARTIN.


La Habana, junio de 1944.
















PROCEDENCIA DE LA POBLACION NEGRA DE CUBA

En nuestros dias, en que alcanza un grado muy avanzado el mestizaje
entire los negros de Cuba, dudosamente se puedan encontrar unos pocos
de pura raza. Decimos mestizaje en el sentido de mezcla -pero no
mezda con blancos, sino mezcla entire las diferentes razas africanas, de
grupos de una region con elements de otras regions mis distantes. Se
ha producido asi acaso un tipo negro cubano, por mestizamiento, que no
es ya, ni en sus caracteres somiticos, ni por su cultural, ni por su evolu-
ci6n intellectual, igual a ningfin tipo negro africano. No se puede decir,
rigurosamente hablando, que todos los negros que trajeron a Cuba como
esclavos fuesen de la misma raza, si salimos de esa vaga generalizaci6n
del concept; ni todos estaban tampoco en la misma etapa cultural; ni
se hallaban en igual aptitud para similar la civilizaci6n blanca. No eran
todos de una bestial primitive, como por muchos se supone; ni eran
cazados, como generalmente se cree, en las sabanas africanas, para ser
traidos a las Antillas. Tampoco la mayor parte de ellos perdieron su
libertad a manos de los traficantes europeos; en gran nfimero eran ya
esclavos en la misma Africa, por el regimen social y econ6mico preva-
leciente en los estados, mis o menos imperfectos, que existian en Africa
Occidental. Casi todos eran esclavos ya en ese Continente, que eran
transportados, para continuar en la esclavitud, en estos paises. En mu-
chos de Europa Central y Oriental, bajo la servidumbre, existia un estado
muy semejante al que mantenian los r6gulos africanos y no gran cosa
distinto del que en las Antillas habia creado la explotaci6n mercantil
en gran escala y hasta estamos por decir que en algunas pares de Europa
era mis dura la servidumbre que la esclavitud coetinea aqui.
Muchos de los negros que vinieron a Cuba eran, sin embargo, inadap-
tados al cambio que se les imponia repentinamente. Hubo individuos de
pueblos pastores, n6madas, a quiefes se oblig6 a la vida sedentaria de la
agriculture extensive y que, claramente, con otra tradici6n cultural, no
podian ser tiles a las finalidades de los esclavistas; su primer impulso
seria former palenques de cimarrones, llevados por su genio guerrero,
que se manifestaba tambien en la misma Africa, luchando contra sus
enemigos seculares, contra sus vecinos. La pelea continue entire los Yo-
rubas y los Igbos, entire los Achantis y los Fantis, entire los Mandingas y
los Serer6s, entire las diferentes agrupaciones etnicas del Calabar, sirvi6
para facilitar los designios de los tratantes y para retardar el normal
desarrollo de esas naciones, algunas de ellas ya constituidas en grupos
que se aproximaban a una forma progresiva de organizaci6n political.
Dentro de esos nucleos existian comerciantes, foriadores habiles, car-
pinteros y albaiiiles, que, disponiendo de otras herramientas, en otras
sociedades mis evolucionadas, se convirtieron en buenos oficiales. Hoy,







FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


los descendientes de aquUllos, no son menos inteligentes que los campe-
sinos de muchos pueblos de la Europa Oriental, de raza blanca.
En muchos casos, los esclavistas atribuyeron a sus piezas el caricter
national de quienes los vendian y asi pasaron por yolofes, por achantis
y hasta por mandingas, los prisioneros de estos, vendidos a los tratantes,
po- medio de sus agents en las bases del negocio. En otros casos, el
hablar yolof hacia extensive la designaci6n national a los fetichistas del
interior del pais senegal&s; los de la costa, en mayor contact con los
tratantes, eran musulmanes. Asi, se apellid6 yolofes a los bambaras, a
los leb6s y a los fulas toucouleur; de igual manera, los balantes, del te-
rritorio de Futa Jal6n se hacian lamar mandingas. E indiferentemente,
mandingas, bambaras y yolofes, los sereris, seracolis y los yolas (diola
seg6n otra transcripci6n) de la cuenca del Senagal. No todos estos
nombres figuran en las listas de procedencias de esclavos de Cuba. Hasta
los fulas, de raza camitica, fueron considerados mandingas por error o
ignorancia, aunque muy posiblemente, por las mismas causes, se tomase
por fulas o fulbes los laobis, buenos carpinteros y talabarteros ya en su
tierra native, que a si mismos se daban ese gentilicio, que no les corres-
pondia. En general, en cuanto a los esclavos traidos de estas regions,
se puede afirmar que no vino nunca ningfin mahometano y que, por
tanto, los que se vendian a los tratantes en tales mercados eran los pri-
sioneros que hacian en esas interminables guerras, para el afianzamiento
de los grandes imperios negros. Entre todos ellos era muy acentuado
el espiritu de casta y hacian los esclavos menos aptos. Es probable que
los primeros negros libres que hubo en todos los paises americanos fue-
sen de esa procedencia, aunque no musulmanes.
Por achantis, como antes deciamos, pasaron los fantis, sus enemigos
seculares, llamados minas por algunos. Toda la historic de la Costa de
Oro no es mis que la relaci6n de las luchas constantes e interminables de
esos dos pueblos, ambos muy. progresistas.
Se aceptaron como lucumis a muchos pueblos de la region del Niger,
aunque no fuesen yorubas; y como calabaries a los habitantes de esta
region nigerocameroniana, de muchas designaciones raciales. El Ibo, el
Obane, el Isuama, el Isuekue y el Isuala, pasaron por calabaris, que, de
este modo, no venia a ser mas que un signo de procedencia. Hubo la
confusion entire los fanti (vecinos de los achantis) y los fan (paguifios).
Por congos se aceptaron todos los banthes, desde el Camerin hacia
abajo, menos los cabindas y angolefios y los congos reales, que se las
daban de mis civilizados y distinguidos, sfibditos del Mata Juambo.
De todos los que dejaron mayor influencia en Cuba, quiza por su nm.
mero y por su cultural mis avanzada, hay que contar preeminentemente a
los mandingas, los lucumis y los calabaries, aceptando estas designaciones
no como r6tulos etnogrificos, sino como signos de ireas culturales, que
son los que deben interesarnos fundamentalmente.
Quebrantado el contact con Africa, hecha la incorporaci6n del negro,
en una asimilaci6n total, hoy puede afirmarse que por su cultural, por
sus modalidades todas, a excepci6n de algunos valores ativicos, los ne-







JUAN LUIS MARTIN


gros de Cuba son individuos mestizados, dentro de su misma proceden-
cia eti6pica, pero dentro del espacio cultural hispinico. Son diferentes
a los de otras ireas y a los mismos de Africa, de quienes se han apartado
bastante hasta en los mismos rasgos corporales de raza.
Los negros no tan s61o se entremezdaron en Cuba, sino que tambien
se mestizaron con blancos y con chinos y hasta probablemente con in-
dios mexicanos, en algunas regions. Muchos hay que tienen dos abue-
los chinos y dos abuelos negros.
Ademas de chinos vinieron a Cuba (1), bajo el sistema de la contra-
taci6n (en el siglo XIX) algunos japoneses, coreanos y anamitas, multi-
plicindose el nfmero de los dos primeros (sin mezclarse much con la
poblaci6n cubana) en el siglo XX, por inmigraci6n; indios de Yucatan,
traidos desde los primeros siglos y mas tarde, cuando hacian falta brazos
durante la revoluci6n industrial, en mayor numero, aprovechando la
guerra de castas de la vecina peninsula, que sirvi6 para contratar a los
prisioneros; indios de La Florida (las dos veces que alli termin6 la so-
berania espafiola) en reducido nimero y, finalmente, de Venezuela. La
inmigraci6n de la India ha sido muy poco numerosa y vino toda en el
siglo XX, para trabajar en algunos ingenios, lo mismo que la de co-
reanos.


II

LAS NOCIONES DE GEOGRAFIA ETNOLOGICA
DE LOS ESCLAVISTAS

Cuando los esdavistas dividian a sus piezas en yolofes, mandingas,
gangs, lucumis, carabalis y congos, lo hacian, mas que con una noci6n
etnol6gica, o que correspondiese a una realidad, con un criteria pura-
mente geografico. Diriase que habian distribuido en tramos el litoral de
Africa y poco se ocupaban de los verdaderos nombres de tales agrupa-
ciones. En otros casos, queriendo precisar mas el concept, echaban
mano de gentilicios todavia mas locales, designando por poblaciones a
los grupos nacionales -poblaciones que eran bases de la trata en la costa
africana. Calabari o carabali, que de ambos modos dijeron, poco es
en etnologia; no es mAs que el adjetivo de una important poblaci6n;
Biafara, o Biafra, design un golfo del Cameriin, y, a la vez, un dialect
de Bissagos; Egbado o Egguado no es mis que una poblaci6n de Nigeria,
que no es necesariamente yoruba, pues parece mis bien Egba, de los
enemigos de los lamados lucumies; Bricamo, de Acricock (por Okrika)
o Port Harcourt; Benin, por esta region nigeriana. En algunos otros casos,
como en muchos del Congo principalmente, la designaci6n etnol6gica se
confunde con el toponimico, por haberse logrado ya en tales regions
la fijaci6n de los habitantes, en un estado politico de mas prolongada
paz. Tenemos en este caso: Masinga (cashingues, o shingas); Mayombe

(1) En Cuba hay mestizos de chino y negra; y, en n6mero creciente, de chino
y blanca.








FACTORES ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


(Nyombe); Mobangue (Bobangi, Bobangui); Mumbaque (Ngbaka);
Mundamba (Nbamba); Munyaca (yaka); Mombasa (M'basa), no Mom-
basa, en Africa Oriental, pais de negros musulmanes, para distinguirlos
de los Bassas, de Sierra Leona; Musombo (zumbo); Musongo (songo, el
de Angola); Loanda y Loango, nombres regionales, que sirvieron para
designer a los parlantes del Mbundu, que racialmente han sido califica-
dos de N'golas, o Angolas, que no tienen nada que ver con los otros
golas, de much mis al norte, que en la Polyglota Africana, de Koelle,
aparecen como Ngolas, y que hoy se apellidan gora o gola, que di6 el
norteamericano popular Gullah.
En la misma situaci6n estin: Cabenda y Cabinda, nombres locales,
que correspondent al de una misma poblaci6n, cuyo hablar es el Cacongo
(Kakongo); Casanga (Kasongo y Kasange); Briche, que no es mis que
el nombre de una poblaci6n, como tantas otras de Angola; pero Mon-
dongo es ya una designaci6n etnica, con apenas fijeza toponimica (mun-
dang el idioma); Quisiama (kisama); Matumba (Mtumba); Mumbala
(lubalo); Banguela, Ganguela o Bangela, son variantes de Benguela,
nombre de la region mis alta en latitud meridional de la colonia por-
tuguesa de Angola, en donde se habla el Ngala, como lengua franca, o,
en el interior, el Mbangala. En Nigeria, en la desembocadura del Niger,
tenemos que llaman Brass a los habitantes de Brasstown, a quienes
dieron este gentilicio caprichoso por el hecho de adornarse con brazaletes
de lat6n dorado; su nombre national es Oro; Acocui design en grupo
a once lenguajes de la region de Awkaka, en Oy6 (Nigeria), que no
son yorubas. Por confusion de Dahomey con Degama, Degema, y De-
hema, lamaron arara dahome los esclavistas a un bloque de gentes
que nada tenian que ver con los dahomeyanos, conquistadores de todo
el litoral lucumi y causantes en much parte de la venta en masa de
millares y millares de yorulas a los tratantes; a los Avikom, nezele y
afulu, por proceder de la misma region, los llamaron tambi6n araras,
con adjetivos que indicaban el contagio de hispanismo. El mismo hecho,
de tomar como timbre de naci6n el nombre topogrifico, lo tenemos en:
Abalo (Aba) y Abaya (Abak) que designan poblaciones de la unidad
administrative actual de Nigeria del Sur.
La identificaci6n de los apelativos que daban a las naciones africanas,
esos estudiosos que como Tranquilino Sandalio de Noda, Dumont y
Jose Maria de la Torre, indagaron su procedencia, no es dificil actual-
mente, si se tienen en cuenta las alteraciones fonol6gicas que se hacian
en el paso de las voces a la grafia espafiola.
Nos parece 6til completar estas notas con varias transcripciones que
no estan en otra parte del curso de este brevisimo apunte, poniendo asi,
dentro del cuadro de la etnografia actual, la rudimentaria de los tiempos
en que Africa era terra incdgnita:
Iy6 ........................ Ijaw
Bai6n ...................... Banyon
Berin ..................... Burum
Bibi ........................ Ibibio
Bram o Borom.............. Burum
Cambaca .................... Kumba
Efi ........................ Efik
Embuyla ................... Ba-ila








JUAN LUIS MARTIN


Ensenya .................
Ent6tera .................
E p a .....................
E sola ....................
E y ................ ......
F e ......................
Fir6 ..................... .
Y echa ....................
Ingr6 ......................
Isieque .................. .
Isuam a ...................
Ibo ......................
Longobi ...................
Carabali .................
M acui .....................


Mina o Elmina..............
M ontembo ..................
Orumbo ..................
Pop6 ........ ............
Q uisi ....................
Tacui ....................


Nsenga
Tetela
Eppo
Isala
lie
Efe o Ewhe o Ewe
Fitri (extinguido)
Ijesa
Nguere
Isieque
Isuama
Ibo
Logba
Kambali
Mo-kwa
(No debe confundirse con
Macui, Esteafricano)
Fanti
Ntumba
Oluwo
Popd
Kissi
Teke.


Generalmente se di6 el nombre de dahome a los escavos que se ad-
quirian en Whydah y Porto Novo y que no eran en realidad dahome-
yanos, sino esclavos vendidos por los regulos del Dahomey. Las llama-
das arard dahome procedian del Camerfin o del area palidica del Niger.
Para la fijaci6n territorial de estos lenguajes y naciones, todos de la
costa occidental africana, pueden consultarse con fruto las obras de
Carl Meinhof, Koelle, Delafosse, Migeod y Talbot y las publicaciones
de la Sociedad Biblica Americana. Las grafias que hemos presentado en
cursivas son las que contienen los modernos tratados de Etnografia
y Lingiiistica.


III
LOS EGIPCIOS Y NUESTROS NEGROS

La teoria insistente sustentada por Frobenius, Ellis y otros, de que las
civilizaciones nigerianas deben much al Egipto, parece tener un poco
ce realidad mayor que la aparente. Acaso de la aplicaci6n de los datos
de la Africanologia a la Egiptologia, que importantes consecuencias
pudieran deducirse.
Del examen de hechos actuales, de la revision de viejas teorias y de
postulados ya expuestos acerca de la Civilizaci6n de lle Ifi, y de la
comparaci6n de estos con los que se obtienen de numerosas inscripciones
de Siena y del Segundo Distrito GeogrAfico de Egipto (Duemichen), es
muy possible que se ganase la interpretaci6n de hechos que se presentan
aislados, pero que en sus fundamentos parecen estar estrechamente vin-







FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


culados; o bien Ilegar a una interpretaci6n mis radical de la cuesti6n:
que de la identidad de causes ha nacido la identidad de los efectod.
Pero esto, levado al extremo, seria como aquel razonamiento sobre
el cilculo de las probabilidades, que dejando caer todos los tipos de una
caja de componer sobre una mesa, el azar decretara la formacs6n de una
pigina de la Eneida o del Quijote.
E1 pez nyana, el cocodrilo tan repetidamente apareciendo en los mo-
tivos rituales y en las tradiciones con identico caricter, la serpiente que
quiere ser simb6lica, el traje blanco de Obatala, la triada en ciernes,
que vemos entire los lucumies y los bajo egipcios, son indicios que casi
resultan hilos conductores, a traves del laberinto complejo de las tradi-
ciones milenarias. Se nos dira quiza que el Niger es para los habitantes
de Bamako e Ibadan lo que el Nilo para los vecinos de Tebas y Siena,
o el Ganges para los de Benares o el Yang-Tze para multitud de
naciones chinas, sin que esto signifique un origen comfin para lucumies,
egipcios y chinos. Seria conducir al absurdo las suposiciones, amarrar
las hip6tesis.
Pero si es possible suponer, porque es legitima la conjetura, que o
bien en el Egipto hubo una fuerte inyecci6n de mitologia negra, o que
la egipcia toc6 la de Oy6. Aquellas sociedades no pudieron ser ajenas al
influjo de las creencias de pueblos que eran en ellas como sedimentos,
como terrenos primaries, de toda una narraci6n social. Si hubo una
oleada mediterranea, si se reconoce que de los Grandes Lagos remont6
hacia Tebas una linfa de pigmentaci6n oscura, hay que reconocer
que no iba a existir precisamente, porque estin para negarlo bechos
actuales, un polinomio donde 6nicamente el termino negro tenia sign
negative, y cuya cantidad era igual a la de los elements cuantitativos
y de signo positive de las otras procedencias, mas poderosos para redu-
cirlos a cero. El valor negative, sin embargo, no se anula cuando no
existe uno positive. De esta manera la destrucci6n del uno lo es tambien
del otro. PPor qu6 no reconocer, como en las sociedades de America,
valores positives' para todos los terminos de la ecuaci6n?
AdemAs, no es un hecho ignorado que sobre la Sirte y a traves del De-
sierto, hubo propagaci6n de cultural egipcia hasta el Niger; y que en
ondas, por percusi6n, tambien las tradiciones han debido de pasar del
pais bantu de los Grandes Lagos, a los semi-banties del Golfo de Guinea.
11 desierto, aunque un gran obsticulo, no era tan considerable para im-
pedir su travesia. Su magnitude no era la del Oc6ano y tampoco los
bosques del Africa Ecuatorial constituian una muralla infranqueable. La
historic nos demuestra lo contrario, con las migraciones songais y con
las incesantes que se han manifestado en todo el curso del desarrollo
de Africa.
El criteria cerrado de los que sustentan la generaci6n espontinea de
las civilizaciones egipcias ya no es acceptable. No se trata de una sociedad
aislada en el Valle del Nilo, sino de un organism vivo que se expan-
siona siguiendo la linea de menor resistencia, y que admite la pene-
traci6n de otros elements, indudablemente tambi6n la asimilaci6n de los
mis inferiores, y, por tanto, mas adaptables. En sociologia, existe la
capilaridad y la porosidad de los cuerpos sociales. Lo que no es admi-
sible es la existencia de pueblos, de naciones enteras, cuyos components
individuals sean estatuas de Condillac. Esto seria la negaci6n de los








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hechos, de la historic, de lo que estin contemplando nuestros propios
ojos.
La sociedad cubana es un ejemplo. Los fen6menos que aqui se han
desarrollado no son exclusivamente nuestros. Otras sociedades tambien
debieron de haber pasado por ellos. Los mestizajes se ban producido
en nuestro ambiente, en las caracteristicas antropol6gicas de la anatomia
v tambi6n en las psicol6gicas. En Egipto, el mestizaje fue considerable:
y tal vez para llegar al tipo national, el tipo del nil6tico, cuintas
etapas semejantes a las recorridas por los tipos nacionales americanos,
fuera precise atravesar. Es bueno hacer notar que nos estamos refiriendo
a los dos mestizajes de que hablibamos antes, y que en Cuba no es
precise cernir, para separar los eti6pico de lo amerindio extinguido.
Obatala, la Virgen de las Mercedes de nuestros brujeros, pudo haber
tenido un antecedente en Necheb, la Diosa Egipcia, quince siglos antes
de Nuestra Era, y tambien en Chnum. Por ciertas caracteristicas, parece
que la consideraban hermafrodita. A juzgar de lo que nos dicen los
arque6logos, era muy venerada en todo el sur de Egipto. En Neit,
llamada tambi6n Necheb, Isis y Hathor, en la forma ritual del medio-
dia, vemos el principio femenino de la creaci6n, como la Odudua de la
diada de la calabaza, que tenemos en las mitologias lucumi y afro-cubana.
Hathor identificado con Orungan y Osiris con Ogin o Aganyi y hasta
quizis con Chang6 por los brujeros de Cuba, encajan en una interpreta-
ci6n heli6tica del mito solar de Ile IfW. El Isismotiv de Yemayi queda
cumplidamente interpretado mediante las criaturas del pante6n egipcio.
En esto, no obstante tal vez haya algo mis important que una influencia
por contaminaci6n o por extension de tradiciones, como se nos pudiera
argumentar. El gran naturismo de los mitos solares es, en casi todas
parties, padre del mismo ciclo mitol6gico. Las causes mitop6yicas de la
region del Nilo, por razones identicas, acaso fueran semejantes si no
iguales en el Niger. Pero tambien es de no olvidar el influjo de las
civilizaciones egipcias en las lucumies.
Necheb Lucina, de la que los griegos y romanos hicieron una patrona
de las parteras, como entire nosotros Obatala, fue llamada tambien Hat-
Hat, que quiere decir "la muy blanca", y se la llamaba asi por raz6n
de la luz blanca de la luna, o por raz6n de la insignia real del Sur,
que consistia en una tela de color blanco, con la que esta muchas veces
adornada (Dumichen: "Geografia del Antiguo Egipto", en la Historia
Universal de Oncken).
En esa misma monografia hallamos las descripciones de otras caracte-
risticas de Obatala y de Odudui.
"De suerte que Chnum, dice una de ellas, llamado tambi6n Chnum-
Ra, que crea en la material eterna, la mezcla y junta y le da forma: la
fuerza divina que anima y conserve lo que aquel ha creado; Neit o
Nebuu, el todo en que se hace aquella creaci6n; y el joven Kahi, product
de esa generaci6n formaban la triada venerada en Seni, cuando 6sta era
metr6poli del tercer distrito del Alto Egipto".
Refiriendose a la misma Neit dice: Esta diosa, segin la antigua tra-
dici6n egipca, era la gran diosa de la Naturaleza, el principio feme-
nino en el cosmos, y como tal era identica a la tebana Mut, la gran








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diosa madre, que en otros puntos es venerada con las denominaciones
de Isis o de Hathor.
No en todo el arco del Niger, el papel predominante corresponde a
Obatali. Hay regions, en donde preside Odudui, su esposa.
"La palabra Chnum, explica el autor de la Geografia del Antiguo
Egipto, escrita con el signo "infora" tiene en las inscripciones el si-
guiente significado: mezclar, unir las substancias por medio de la yuxta-
posici6n, former y llenar un objeto con algo y usada hablando de la
divinidad "colmar de himnos de vida". Estos distintos significados
de la palabra nos descubren al dios Chnum. Concebiase a 6ste como
una fuerza active de la material e infundia la vida de ella. Por esto
le encontramos en las imigenes representado sentado en una vasija en
forma de disco, formando el huevo del mundo y las figures de los dioses
v los hombres: las inscripciones que acompafian y explican tales imagenes
de'signan a esta divinidad como Chnum-Ra, padre de los dioses, que
existe por si mismo y que forma los hombres y los dioses (la palabra
formerr" esta representada por la imagen de Chnum trabajando en el
disco vasija)."
Como decimos al principio, tambien en ese mismo distrito egipcio,
cierto pez, era tabi. Este pez figure tambien en la tradici6n de Neit,
si nos guiamos por las inscripciones del temple del Edfi. En el mismo
sitio, los mellizos, los "jimaguas" de nuestros brujeros, son objeto de la
veneraci6n popular.
El papel de Olur6n, creador de ObatalA y Odudua, estaba encomen-
dado en la tradici6n egipcia a Ptah, el fuego celeste, el brillo de la
b6veda donde se mueven los astros.
Y, a mayor abundamiento, ya con el mito mAs adelantado, el episodio
inexplicable en que ObatalA hunde un ojo a su esposa, tambi6n se ha
dado en el Valle del Nilo.
SCoincidencias concurrentes? Se podrA argumentar esto, pero son
ya tantas y tan repetidas en una misma region, que result duro aceptar
que haya existido una unidad de metodo entire todos los pueblos que
profesaban el animismo y el naturismo para arribar al mismo ciclo
mitopeyico.
Veamos ahora la tradici6n, yoruba, tal como ha llegado hasta los
criollos. ObatalA fu6 puesto en lo alto, como rey, por Olurin, el "espi-
ritu del Cielo". Ademis, Olurin, di6le por esposa a Odudua, la Tierra,
encerrAndolos a los dos en una calabaza. Por esta raz6n, se les repre-
senta en los retablos brujeros por dos giiiras superpuestas, en las que la
superior result ser Obatala y la inferior, Odudui.
Estando ambos encerrados en la calabaza, OduduA sinti6 el deseo
de soltar la lengua, pues alli se hallaba muy inc6moda, y comenz6 a
protestar a su marido de la condici6n en que la mantenia. Obatali,
indignado, hundi6 un ojo a su consorte, quedando para siempre tuerta.
C6mo salieron de su encierro, no se dice; pero se afirma que despues
de su liberaci6n, Oduduf comenz6 a tener ciertas galantes aventurillas
incluso con criaturas humans. De estos enlaces impuros proceden varias
estirpes del arco del Niger.
Antes de las malas andanzas de Odudu& con los mortales, habia tenido
de ObatalA dos hijos: Aganyi, el sol poniente, y Yemaya, el agua. Del








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enlace de los dos hermanos naci6 Orungin, el Sol en el cenit, y por el
incesto de este en Yemayi, Chang6 y sus catorce hermanos, ascendientes
de otras tantas tribus yorubas.
Todas estas criaturas han llegado hasta nosotros, gracias a la identi-
ficaci6n que de ellas han hecho con santos cat6licos, en impuras mixti-
ficaciones, los brujeros: Obatala, es, segin ellos, la Virgen de las Mer-
cedes; Odudui la del Carmen; Aganyd (confundido con Ogin, hermano
de Chang6), San Pedro; Yemaya, la Virgen de Regla; Chang6, Santa
Barbara; Och6n, esposa de este, la Caridad del Cobre...


IV

LOS LUCUMIES

De todos los negros que l1egaron a Cuba los que mayor influencia
ejercieron entire los esclavos fueron, sin dispute, los llamados lucumies,
por su procedencia de1 territorio que los negreros Ilamaban Ulcumi,
voz que en Cuba se dijo comunmente lucumi, igual que calabari se dijo
carabali. Los apellidados lucumis son los yorubas de los etn6grafos.
Fueron tambien los principles agents de la asimilaci6n de los demAs
esclavos; absorbieron la mitologia de 6stos y dieron unidad, en lo que
cabia, a sus expresiones subreligiosas. Prontamente, ademas, tomaron
para si los elements de la cultural hispanica, con una extraordinaria
facultad de adaptaci6n, a despecho de los obstAculos sociales. Su influjo
era ya notable en la mismc Africa, pues en la amplisima costa del
Niger muchos elements de su cultural dejaron sedimentos en otros
pueblos. Asi, por ejemplo, la sociedad secret de los Efik-Ibibios tom6
genericamente el nombre de Egbd, o "compafierismo". C. B. Seligman,
professor de etnologia de la Universidad de Londres, en su obra "Las
razas de Africa" (1935) dice: "Los yorubas ocupan actualmente un
extenso territorio litoral, pero, en realidad, son un pueblo del interior.
Son menos -maritimos que todos los demAs de esa area; el distrito de
Ilorin, al norte de la Nigeria, islamizado relativamente hace poco,
pertenecia tambi6n a esta tribu, que todos consideran como la mis
adelantada de todas las de Africa Occidental. La vida y la propiedad
estAn alli mas seguras que en ninguna otra parte y el yoruba pasa por
tener mAs independencia de caracter y un valor social mAs elevado que
sus vecinos. No es, pues, sorprendente que su poblaciones sean mayores
y sus comerciantes mAs agudos que los de los pueblos del vecindario".
Los yorubas debieron traer tambi6n a Cuba esas agrupaciones que
han sido llamadas con bastante libertad en el lenguaje, sociedades secre-
tas, cuyas funciones variaban regionalmente, desde las de caracter judi-
cial hasta otras maneras de asociaci6n que, en muchos paises de America,
originaron los llamados cabildos y de los que probablemente procedi6
la misma palabra lucumi, que los holandeses convirtieron en Ulcumi.
por Oba-logboni, o, en una transcripci6n fonetica mis adecuada, Ob'l'
gboni, por esa inclinaci6n de los parlantes de las lenguas sudanesas a
la contracci6n. Oba u Obba se traduce por jefe o rey; I'ogboni, por sabio.
Es probable que aceptaran, ademis, lucumi por olu-koni, maestros, que








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halagaba su vanidad. Los miembros de las socieddaes secrets eran ogboni;
el estado, en la forma en que lo iban constituyendo, no era mis que la
federaci6n de los cabildos, si no hemos de dar a esas organizaciones el
nombre demasiado amplio de sociedades secrets, cuando tenemos, por lo
menos en America, ese apelativo de cabildo que poseia tal precision en
la nomenclatura de la 6poca esclavista. Las sociedades secrets de los
fiifigos eran de otro tipo; los cabildos eran naturistas; las potencias, es-
piritistas.
En los canticos, palabras sueltas, frases enteras de los africanos que se
han conservado tradicionalmente, nos queda apenas, con la misica de-
formada y Ilena de mixtificaciones, un conjunto de supervivencias de
los lucumfes, que se van borrando, a despecho del esfuerzo artificial que
hacen algunos por guardarlos y galvanizar, entire negros muy mestizados,
en mil cruces, lo que esti condenado a desaparecer, por la misma indole
del yoruba, tan absorbente ya en sus primeros afios de estar en contact
con una civilizaci6n much mis adelantada, de una mejor cultural.
Hoy, es dificilisimo desentrafiar, a los efectos de la traducci6n mot a
mot, el significado de algunas frases, que continian usindose en los
procedimientos supersticiosos de hechiceria, en que se ban mezclado
expresiones, orales o de actitud, de la magia negra espaiiola, canaria
v ain francesa. La dificultad surge nor el double motivo de la imperfect
conservaci6n de los fonemas. de la aolutinaci6n v hacinamiento de various
vocablos hasta former un polisilabo criollo y ain de la misma riqueza
tonal del yoruba, mas atento quizi a la eufonia que a presentar aisladas
las palabras. Las contracciones, la eliminaci6n de sonidos y la preferen-
cia por el predominio de la harmonia tonal, todo eso que da al idioma
toda su primitive belleza, se present como obsticulo al empefio de quien
pretend hacer una reconstrucci6n lingiiistica de esas expresiones, restitu-
yendolas a sus sonidos primaries. Encima de esto, tenemos el contagio
de las expresiones espaiiolas, que ha sido un element de disoluci6n.
Hemos visto, asi, que algunos han supuesto, por haberlas encontrado
entire frases netamente yorubas, que frases como salama leco-malecosala
(salam-alekum, el-malek, salam) son africanos, pese a que evidente-
mente tienen otra procedencia. La que hemos citado pudo haber venido
de los brujeros espafioles, como del contact de los mismos yorubas
con sus congeneres islamizados. En cambio, se ha escrito Bitinte-go,
ganga, ven acj, cuando ese ven acd corresponde a una expresi6n yoruba:
ng-nika, que se suelda con la voz anterior. Bitinte es corruptela de
binrin, mujer joven; y asi, la invocaci6n, en que esti esa frase, se tra-
duciria asi: oh, dame a mi todas las mujeres jdvenes. Por el contrario,
chamba, que se escucha en muchos paises hispinicos, no es mas que gaje,
oportunidad, y que para los brujeros era el pago de su artes migicas.
En muchas de tales expresiones, ademis, habia equivoco: Bitinte-go;
puede convertirse en una expresi6n: Binrin-wo, que se traducia por
' /Mire, chiquilla!"
En otras, como en Erubami, cuya traducci6n nos han dado, por via
traditional, en el adjetivo temeroso, y que es Eru ba mi, "tengo miedo",
se da diferente latitud a la original.
Cuando una cosa es muy buena, emplean la exclamaci6n: Patd, que los
criollos han ampliado hasta patada de berraco para expresar su exce-
lencia. Y path o pat~-pati nones mis que la expresi6n de que un objeto







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esti terminado, que no hay mis que pedir. Bururt-barard sefiala, como
en Lagos, que se anda en malos pasos, en el mal, en lo malo. Un
bururt-barard es algo que tiene una significaci6n indecente (cunnus).
La frase vulgar estar en el duro tal vez este penetrada de yoruba pues
duro es esperar.
Tambien es obsticulo y no pequefio el que produce la multiplicidad
de dialectos; los idiotismos son muchos, las metaforas abundan.
En resume, puede decirse que afin contando con las expresiones que
ban continuado transmiti6ndose a trav6s de los actos lit(rgicos del
paganismo yoruba hoy seria muy dificil poder reunir un centenar de
palabras de esa procedencia. Es muy possible, por afiadidura, que a las
voces puramente yorubas que se han conservado en los cantos litftgicos.
se hayan mezclado, en las frases, otras, de distinta procedencia. Y esto
puede haber sucedido en la misma Africa, hasta crear variedades dia-
lectales, pues no hay pueblo africano que este en su area original y
que no se mezclara, en grado mas o menos notable, con otros de su
periferia. En el Ibibio, el Efik, el Obam, el Isuama y el Duala, como
en el Yaond6, encontramos voces yorubas y reciprocamente.
En Cuba, sin embargo, ha predominado, quizas por la mayor densidad
de esclavos venidos del arco del Niger, despu6s del siglo XVIII, el
yoruba; en segundo lugar, el Awak-Kpa. Esto tal vez se deba. a la
cohesi6n impuesta por una personalidad racial mis destacada, a traves
del ile-Olor~n de los brujeros o el butamt de los fiaifigos. El lamado
aapap estuvo mis extendida en La Habana.
Los nombres de deidades de la llamada santeria, o conjunto de santos
de ese g6nero fetichista, son todos de origen yoruba. Tenemos, por
ejemplo: Olhwa u Olurfi, Dios o espiritu uranico; Odudud, o la noche,
por dudt, negro, negra, con los prefijos personificadores yorubas; Yegud,
una de las virgenes, o una de las advocaciones de Maria, nombre de un
rio de ewd, bello, bella; Olugud o Elegud es otra variedad de lo mismo;
Ochosi, San Isidro Labrador, de ojo, lluvia, se, signo de acci6n; Oyd,
Nuestra Sefiora de la Candelaria, o Diosa del Otofio, por ol, prefijo de
santificaci6n, y ya, pasmo, asombro; ol, el mismo prefijo y octn, mar,
que nos dieron, Olocun, virgen thalassica; Exi, criatura maligna, de
oscho, brujo; Elegud, por Alagbard, criatura fuerte; Oghn, batalla, que
en yoruba produce el compuesto, Egbeogifn, o ejercito, es el San Pedro
de los brujeros. En Babayi-ayg, o Babd,~u-ale, Baba es abuelo, antepa-
sado, 19, dar, otorgar; agbU, que vertieron por aye, limosna; la traduc-
ci6n que ofrecen es... Lizaro el de Marta. AUl es la Ceres africana.
En frases, se han conservado: che re keti mi-obo, la grande y salvadora
madre mia; anu dara, iwo dard-be, tu eres buena, t6, la buena; igual
Yeye, mira con fijeza; oni-o, madrecita, ofi-a-be, madrecita para mi.
En un florilegio de invocaciones, recogidas por la doctor Flora Diaz
Parrado, encontramos esta bella plegaria barbara:
Ochtn chereketi biobo,
anudara,
odara-be.
Yeye ofii-d,
Oii a-b ...
Se co-le,







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alaido ...
Oi a-bi, alaido.
Que traducimos asi:
"Virgen de la Caridad del Cobre, madre mia, oh, que eres tan buena,
tan buena para mi: mira, madrecita, levantame a tu vera, para que me
puedas ver, oh, madrecita, elevame, madrecita, elevame".
Como incitaci6n litiirgica, de un sentido conjuratorio, tenemos este
estribillo:
Lumbe, lumbe, lumbela;
lumbela, cuaba gang,
siguarand6 que sele seli,
patio kindiambo eseso aud.
Que traducimos:
"Inclinen los cuerpos, inclinen los cuerpos, hagan reverencia, hagan
reverencia hacia el brujo que todo lo da y todo lo puede; digan sus
saludos, para que primero muera el mal". En estas frases, abundan los
elements semibanties.
Existe tambien otro conjuro, que en el ritual se junta, casi de ri-
brica, con el anterior:
Sare yeye
bacun6.
Sare yeye
oculd.
Cuya version es:
"JEs ese mi padre? jEn d6nde lo encuentro, en d6nde se queda el
espiritu de los muertos? Padre mio, vuelve a la tumba".
Hay tambi6n una expresi6n: "Cuaco, cuaco", que se tiene como de
mal agiiero: "Se muri6, se qued6 muerto".
Entre las expresiones del ile-Olurtn hay 6sta:
Ecurarg-o
Afualadd,
fayecu6.
Interpretamos:
"Que nos sentemos juntos, juntos nos sentemos... hasta morir".
Como invocaci6n ha perdurado la que sigue:
Elegud, ago-lani-mi egud,
elegua, ago-lani-mi egud,
aguasi lesi obara
cosima.
Elegua, ago-lani-mi egua,
Oyd, Oyi.
Estas expresiones parecen componer un conjuro de candelillas, que
dice:
"T6i que eres fuerte, mira a tu duefio, hermosura, que me regalas tu







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poder, bellas candelillas que alumbran mi reposo, dejame descansar en
mi suefio".
Otro, similar, a la virgen de la Caridad, lRamada aqui Odo, rio, en una
variedad de Ochtin, tiene la siguiente lectura:
Odo ifa-fad
Odo iso-ld.
Odo ifa-faat
Odo iso-le.
Que tiene esta version:
"Virgen de la Caridad, madre de las candelillas, de las almas en pena,
dejame estar a tu lado, a tu lado, Virgen de la Caridad".
Como exorcismo del brujo actuante en la oraculizaci6n tenemos este
orro:
Echu-6
eleguard-i
eleguarad-
mo fori ba-ld
eleguard-e.
O sea: "Que tome su fuerza el brujo, que tome su fuerza yo, para
ver, su fuerza si".
Como canci6n mortuoria hay otra no menos interesante:
Baba fururu
ere, ere-d,
baba cafene,
eribd,
elerisa,
oba ti-basao,
o-batilbao.
Oluwa yeye,
e-yegua ra-laro,
lene-ka.
Es el lament que se traduciria asi: "Padre, cuanto temo, cuanto temo,
miedo, miedo, miedo de los difuntos. Amigos estoy triste... Habla,
amigo, habla, habla, habla... Senior, que me oyes... dame el poder de
consolarme de mis muertos".
La gran musicalidad del yoruba, con sus tonalidades silibicas, que
obligan a la harmonia como regla fundamental, ha permitido la conser-
vaci6n de estas expresiones con su entonaci6n, en valores que no han
sufrido gran desgaste a pesar de la atrici6n y la usura del tiempo.
Hablando de la eufonia vocilica del yoruba, el obispo Vidal sefala las
transformaciones de las vocales, la extraordinaria facilidad para soldar
voces monosilibicas y de transformar expresiones enteras, bajo el influjo
de lo musical. El fen6meno, si no es unico, es, en verdad, uno de los
mis interesantes de la lingiistica africana.
En tesis general, se puede decir que el yoruba ejerci6 atracci6n sobre








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casi todos los parlares de la region del Niger que trajeron los esclavos,
venciendo incluso al fan, que debi6 tener muchos hablantes.
Las peores prfcticas de la brujeria "quimbisa" se atribuyen a los "lucu-
mies oy6", designaci6n que no dan ya los etn6logos a los pueblos que
a si mismos se la adjudicaban hace siglos. En los registros de la escla-
vitud tambi6n figuraban los "lucumi ararA" y los "lucumi gangi.
Aquellos parecen ser los habitantes de Ibadan, raza invasora, como los
mismos oy6, que descendi6 de las marcas del Sahara, arrojada por los
fulas y los hausas, mahometanos de la segunda y tercera invasion egip-
cia que baj6 al Niger. Los lucumi oy6 (Oy6 es la provincia mis "yoru-
bizada", donde esta Ife, la ciudad sagrada de la raza) parecen ser des-
cendientes de los emigrantes egipcios que, durante la invasion de los
hiksos o Reyes Pastores, abandonaron el Nilo, tratanto de librarse de la
esclavitud. Frobenius sustenta este criterio. En tal caso, como en Ife
han aparecido restos de una civilizaci6n antiquisima, es muy probable que,
en efecto, en el siglo XIX antes de Cristo, la civilizaci6n egipcia o la de
Minos tuviera relaciones con las tribus establecidas en la cuenca del
Benu6.
Muchos cultos minoanos, como el de la Virgen de Faistos, y manifesta-
ciones litGrgicas, como las hachas y la astropelakia, que figuran en
Cnossos y en el rito de Chang6, tienen reconocidas semejanzas entire si,
como fuimos los primeros en hacer notar. En todos esos cultos existen
ciertos ciclos mitol6gicos en que como el mismo Frobenius quiere, se in-
sinian con prominentes caracteres las similitudes con no pocos motives
rituales egipcios. De este modo, casi pudiera formularse la afirmaci6n de
que la Ilamada Civilizaci6n Lucumi es mis antigua que la europea, o que
en Oy6 hubo organizaci6n social antes de que en Europa comenzaran a
lanzar sus primeros destellos las civilizaciones del MediterrAneo occidental.
Ciertos etn6logos consideran que sobre el pais de Oy6, 500 afios de
Cristo, cay6 una invasion originaria del Yemen, inyectando sangre
hamitica-esa sangre yemenita que todavia muestra trazas en determina-
dos tipos de color, de nuestro pais. Otros, yendo mis lejos, se muestran
inclinados a ver en la perdida civilizaci6n de los lucumies el mito de la
Atlintida.
La pyesencia de elements hamitas en el Niger quizAs pudiera dar
raz6n en parte a la existencia de mitos, que deaotan bien a las claras
una influencia del Viejo Testamento. Ore y su esposa, convertidos en
estatuas de piedra, son tal vez indicios de una leyenda parecida a la de
la mujer biblica que se convirti6 en mufieco de sal por mirar hacia atris.
Sin embargo, es bueno no olvidar que estatuas como la de Ore existen
hasta en las lejanas islas de la Pascua.
Sobre la fundaci6n de Ile Ife circulan entiree los yorubas, muchas
tradiciones. Una de ellas, recogida por un escriba musulmin, afirma
que los descendientes de Nemrod, arrojados de Arabia, penetraron por el
Cabo Guardafui en Africa, avanzando hacia el Oeste, mandados por
Orungan y Yemayi, madre de aquel, y luego, en virtud de un incest
sacerdotal, su esposa. Odudul, segiin la leyenda, fue el primer caudillo
de los invasores. Esto en parte esti comprobado en otra narraci6n de los
etiopes, que establece de manera concluyente la travesia de los suyos
de la Peninsula Aribiga a la costa somali.







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Esas tradiciones tienden pues, a confirmar el contagio evhemrico
del pante6n lucumi que hasta nosotros ha llegado. Se dice que tras de
haberse establecido en le Ife, Orungan consider que debia de trasladar
su capital a Oy6, efecto al cual hizo quedar en 116 Ife a su criado
Adamu (Adam, hombre hebreo), custodiando sus tesoros. La termina-
ci6n u de Adamu acaso sugiera remotas parentelas hititas a algunos.
Otros aseguran que en el trono de Il Ife, Orungan fu6 sustituido
por su primer hijo, Ayaca, y este por Chang6, el segundo genito, que
fue quien traslad6 la capital de 11 Ife a Oy6.
Hillanse tan entremezdadas la tradici6n y la historic, que no hay
cronologia possible en esta narraci6n de hechos. Lo que mis de cierto
parece haber es que coincidiendo con la presencia de un Rey en Oy6,
habia tambien un Sumo sacerdote, es decir, que el Oba y Oni, no siempre
eran dignidades vinculadas en una sola persona. De esto quizis resultara
un rey Chang6 y un sumo-sacerdote del mismo nombre, o de various lla-
mados de igual manera, en sucesivas generaciones.
En 1505, el cronista portugues, Pereira, describe al Rey Likasagu, en
t&rminos que lo hacen id6ntico a Chang6, pero lo compare con el Papa.
Dice que tiene potestad sobre el rey.
Hacia 1580, es introducida la sal en aquellos territories, traida por
el Oba o Locum, o Rey Olocum, "Rey del Mar", hijo de Yemayi,
ciertamente, puesto que, con el nombre de "Yemaya Olocum", es des-
cripta la deidad marina que los criollos identificaron en Cuba con la
Virgen de Regla, adorada en Chipiona. Ochin, otra deidad maritima,
es una de las esposas de Chang6. Hay quien supone que de aqui vino
Olokumi u Olkumi y Ulkumi.
La primera menci6n del nombre de "Reino de Ulkimi" o de "Ulkima",
de donde procede el gentilicio cubano "lucumi", figure en un libro
dl cronista Dapper, en 1668, que dice como los prisioneros de guerra
que se hacen en los ejercitos lucumies, son vendidos en Porto Novo
a los portugueses, que los conducen a las Antillas como esclavos. Otros
historiadores y cronistas que no atribuyen litoral a esa agrupaci6n, llaman
a esa entidad political "Reino de Ardra" subdivididndolo en "Grande
y Pequefia Ardra".
Por esa 6poca, las conquistas iniciadas en tiempos de Obi o Locum,
prosiguieron, de tal suerte que en 1747, Dahomey entero caia en poder
de los lucumies. Las leyendas aseguran que los regulos de las comarcas
que se iban sometiendo, eran victims de los rayos de Chang6, que
caian del cielo al ser invocado el espiritu del gran Oba por sus numerosos
subditos.
Pero la toma de Dahomey, con todo su especticulo de gloria military
y la expansion territorial que significaba para los "lucumi oy6", fue
coincidente con la hora en que comenz6 a decaer el poderio military
de los nietos de Chang6, que, una vez en su historic, Ilegaron a poner
50,000 hombres, caballeria incluso, sobre las armas. Los Nipe y los
fulas fueron los que se encargaron de dar, con los ibadaneses, el golpe de
gracias a los que quizi fueran descendientes de los bajo egipcios que
huyeron del Valle del Nilo, durante la 6poca de la invasion de los
Hiksos.
POSITION GEOGRAFICA DEL GEBIET YORUBA.- Los yorubas
ocupan un inmenso territorio que se extiende desde Ilorin hasta la costa







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situada al oriented del Dahomey, al occidente del Niger. Los hausas, los
fulas y los nipe, son infiltraciones mandingas; conviven, principalmente,
al Norte en sus dominios. En nueve naciones constituidos, y sub-dividi-
dos en muchas sub-tribus y clanes, cubren toda la provincia de Oy6, en
Nigeria, y parte de la de Ilorin, con las de Warri, Abeoukuta, Lagos,
lyebfi y parte del Ondo. Los lucumi-oy6 parecen ser los del territorio
contiguo a lyeshi, donde esti Ife, la ciudad principal de la region,
que fue capital del Oni.
La naci6n de Oy6 comprende las sub-tribqs de: Igbona, lye, al sur
de Nipe e Ilorin, donde tambi6n hay yorubas; e Ife, junto a Iyeshi, al
nordeste del "gebiet". Los Yecri cubren gran parte del arco de Beni,
hacia Forcados; los Iyeshi, estan entire los Oy6 y los Ekiti, los Iyebu, con
las sub-tribus de Iyeb6-Od6 y Rem6, hacen populosa la provincia de
Lagos, ocupando los territories situados sobre la Albufera, casi hasta
Porto Novo, ya en el Dahomey; los Ec6, mas al norte; los Egba-Aguori,
con las sub-tribus de Awori, en la Costa, los Egba, al oeste de estos l-
timos, integran el conglomerado etnico de una de las mAs extensas co-
marcas del pais, y las avanzadas del antiguo imperio lucumi, sobre la
Costa; los Ahori, divididos en Ahori e Ikpolo, debieron suministrar
muchos esclavos a los portugueses, pues pueblan las inmediaciones del
Popo; y, por fin, los Ekite, sobre el Benin, que son acaso los mAs nu-
merosos, formados por las sub-tribus de Akoko, Ekiti, Ekale, Imere,
Idanre, Mahin, Ondo y Owo-Ifon.
LOS LENGUAJES Y EL CRIOLLO. El yoruba, que en su vocabu-
lario deja ver ciertas semejanzas remotisimas con lenguajes de regions
muy apartadas del Niger, hecho a tonalidades, monosilAbico, deductible
fAcilmente a sus l6timos elements, es el idioma que en nuestros ba-
teyes se designaba por "lucumi-oy6". Propiamente, el "oy6" es un dia-
lecto del yoruba de Ife. En 1l se descubren intrigadoras semejanzas con
lenguajes banties fortaleciendo de la unidad lingiiistica de las len-
guas africanas. Sin embargo, por conveniencias de la clasificaci6n, se
dice que el Yoruba (yoruma decian los criollos) es una lengua su-
danesa con todo lo indeterminado de esto.
En Cuba, los criollos acomodaron los fonemas yorubas a la fonetica
castellana, conservAndose en esta deformaci6n en las palabras del ritual
cuya traducci6n, caprichosa en la mayor parte de los casos, se ajusta no
ya en el santoral, sino ahn en el "sistema" de las invocaciones cat6licas.
De esta manera, una oraci6n que tenia por valor rogativo conjurar una
tempestad a que se calmase, ha recibido su equivalent africano, aunque
la traducci6n de las palabras no sea la misma, en la double version.
Desde luego, el sistema tonal se ha perdido totalmente. La cantidad
silabica ha dejado de existir. La gb ha cobrado otro valor y, muchos
clicks del idioma, han desaparecido. La "sh" parecida a la inglesa tam-
poco ha sobrevivido; el valor francs de la j ha sido sustituido por el de
la y; se llega tambien a la asimilaci6n de la r a la consonante que le
sigue, aspirindola, como se ha practicado con el mismo castellano, por
contagio de las lenguas bant6es, que, entire otros, hablaron los fiAfiigos
y que se converse en los bateyes como "Spanish creole", de los lin-
giiistas.
El parentesco del Oy6 con el bantf se acentia en la comparaci6n del








JUAN LUIS MARTIN N5

dialecto con el Yache y el lyale. El Igbo, el IfW y el sub-dialecto de
Oy6, son, hasta las clasificaciones actuales, los miembros de esta familiar
dialectal del yoruba.
EL VOCABULARIO DE LOS CRIOLLOS. Uno de los mis bellos
lenguajes sudaneses, es, sin duda, el lucumi-oy6. El yoruba, con sin igual
riqueza de composici6n, rivaliza, en la creaci6n de vocablos con las mis
perfectas lenguas de aglutinaci6n. El sistema tonal daba a los monosi-
labos un valor insospechado por su extension, pero, en la conversion de
fonemas yorubas en sonidos castellanos, todo esto ha desaparecido y es
casi impossible ya encontrar en el criollo la entonaci6n propia del len-
guaje original.
Todos los vocabularies banties son tambien riquisimos. La variedad
de expresi6n, por las modificaciones vocilicas de los elements variables
de la raiz verbal, dan, a estos idiomas, una elasticidad de interpretaci6n,
que fija, como en las lenguas eslavas, diferentes contingencies de una
misma acci6n, situindolas perfectamente en el tiempo y en el espacio.
Muchas expresiones que los criollos han creido ser una voz en yoruba
son, en realidad, nombres rigentes y regidos unidos incluso por particu-
las de enlace. En otras, los descendientes de los esclavos han acudido a
procedimientos mis expeditos, y han hecho frases mixtas de africano y
criollo. "Me voy para el inl6", suelen decir, expresando que se marchan
a su casa; o "busca otro inle", que utiliza la mujerzuela para indicar a
su amante que ya no desea compartir amores con el.
Para dar fuerza a la afirmaci6n, utilizan interjecciones y adverbios
yorubas como "opop6", much, bueno, aprobado, en yoruba, queriendo
ratificar al que habla o hace una proposici6n.
Vamos a tratar de analizar la modalidad criolla de unos pocos voca-
blos yorubas.
ILLAMI. Mi madre. El sonido II no existe en yoruba. Tampoco en
Cuba los criollos le dan su valor castellano. Siempre se les asimila con
la semi-vocal y, que existe en oy6. De este modo, illami seria s6lo
"iyami". En efecto, "iya", con la a en tonalidad alta, una tercera sobre
la i, es madre, en yoruba. Mi, contracci6n de Emi, es yo, mi, sufijado.
El conjunto "iyi" se da en "iyaloche", desfiguraci6n de "iyalode", se-
fiora, patrona, ama. Los criollos han hecho de "iyaloche", simplemente
"yaloche", sacerdotisa. Tambi6n tenemos Iyamayi, que dijeron s61o
Yemayi.
B A B A, padre, que, tambien ha producido "babalogb6", o "ba-
balao", entire los criollos, por raz6n de la baja tonalidad de la o final.
En Saba la primer silaba es evanescente, por raz6n de la a, y la se-
gunda, aguda. Ambas a distan una tercera entire si. Babalao o Baba-
Icgbo es "padre del saber". El sonido gb del yoruba se ha perdido para
los cr;ollos. Esto principalmente se debe a que casi siempre los lenguajes
afr'canos se han transmitido por la escritura, con ortografia espafiola,
por manos inexpertas, de los esclavos a sus descendientes.
OMANI, hijo mio. El mi es el mismo de "Illami", o sea el "emi"
vo~r,,a. .os crrol1ns han hecho aqui una de las suyas. Omani no es
propiamente "mi hijo", en masculine, sino en neutro. "Meines Kind" en








FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


alemAn es su traducci6n mis propia. La a proviene de un error de au-
dici6n, pues en realidad es una o brevisima la 1ltima vocal de "Omo",
tan breve como la primera que, sin embargo, parece reforzada por la m.
Los elements "omo", en que ambas vocales estan a la misma altura, en-
tran en composici6n de los siguientes vocablos yorubas: omo-de, nifo;
omo-de-binrin, niiia; omo-de-konrin, muchacho; omo-de-binrin, mu-
chacha; omo, generico de todos estos valores. Omo-li-iwe, alumnos;
omo-odo, criado. Llevadas las cosas a su iltimo extreme, pudiera de-
cirse que el "omo" es, en iltimo anilisis, Om, y aun mis, 0, prefijal de
familiar.

OBINI, mujer y mi mujer. Es el equivalent del "binrin", o mejor,
"bin", yoruba, puesto que el rin es element de composici6n en otros
vocablos expresivos de persona. Rin figure como tal en "ckon-rin",
hombre, en que "oko" es esposo; obin-rin, mujer; ara-bin-rin, esposa,
ara-konrin, hermano. La o que en todos estos valores existe es una par-
ticula inseparable. La vemos en el "Oninam" de los criollos que no es
sino un compuesto de "o-nin-an", la gente, en que el "an" es meramente
el articulo determinativo. Los criollos tambien tienen para "mi mujer",
obo-te-mi, que no es sino "o-bite-mi", en que te es particular de genitivo.
Su traducci6n seria: "la mujer de mi", mi mujer. Obini tambi6n pudiera
decirse "obi-ni-mi".

OBA, rey, jefe de la casa o de la tribu. Esta designaci6n solia darse
tambien a los "reyes de los cabildos" que, en algunas iglesias cat6licas
de Cuba, como en la de Giines, tenia, ya en plena rep6blica, su trono en
ei crucero.
ACHO-FUNFUN, ropa blanca. En yoruba, Asho, ropa, fu-fun, blanco.
Son, pues, dos voces, acopladas por los criollos en un equivalent ver-
nacular del ingles "linen".
ALOGUARA, valiente, sin miedo. Entre los oy6 dicese "Alo-agbara",
tui, tienes fuerza, tu eres vigoroso. Tambi6n en este caso se trata de una
frase y no de un vocablo aislado.

HECHUN, caballo. La presencia de la h en la transcripci6n que he-
mos tenido a la vista es injustificada. No existe aspiraci6n en el
"Eshin" yoruba, caballo. Generalmente, la u yoruba es resultado de la
disoluci6n del diptongo. Cuando dos vocales se encuentran, la coales-
cencia se produce en una u. En otros lenguajes, la u tiene un valor de
click. Llamamos la atenci6n hacia la inexistencia del sonido "ch" en
yoruba. Los criollos asimilan el de la j francesa a la y, en "AIli", perro,
que con la ortografia aceptada para el yoruba, es "Aja". En Ocualluna,
buenos dias, tenemos la descomposici6n "Ocu" (interjecci6n salutativa)
oyo (graves las dos o, dia) an (articulo), en que la ortografia yoruba
seria "ojo" para el segundo element.
DAQUE. Silencio, como exclamaci6n. Igual que en yoruba.
OCU, es el vale latino. Entra en Ocualluna, buenos dias, ocuasan,
buenas tardes, san, almuerzo, y ocuale (le, lecho), buenas noches. Tam-
bien ocu, pero acentuando la 6 (larga), es muerto, en yoruba y en








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criollo. En algunas lenguas africanas, estar gravemente enfermo y haber
muerto, son concepts que see expresan por la misma voz.
OLOBO, gato. En yoruba, es ologb6. Gb es una sola consonante en
yoruba; los criollos, como hemos dicho, la han perdido.
ACUCO, gallo. Este es uno de los vocablos mis antiguos de las len-
guas africanas, segfn Johnston. El enquico carabali esti mostrando la
presencia de los mismos elements que este Acuco yoruba. Enkuku es
en diferentes lenguajes africanos. Acerca de esta voz puede escribirse
una extensa monografia, demostrando con ello la parentela de muchos
sonidos hoy alterados.
ALUFAN, elefante. No es ni yoruba ni hausa. Mis bien parece fula,
o mandinga, por sus matices semitas. Los hausas lHaman al elefante
"giwa", y erin-oke los yorubas.
MAHU, buey, en yoruba, es mahi, entire los criollos; o ocuabe, macho
cabrio, es entire los oy6, "ocuare"; yanmayanmu, mosquito, en el lenguaje
de Ife, result convertido en "fiamafiamu" por los descendientes de los
esclavos. Parece haber en esto evidencia del sonido grave de la a.
OMI, agua. Tambien dicen Ami. En Cuba se han formado los nom-
bres "omi inle", agua de casa; y "omi-alojde", agua de rio. lie y no inle,
es casa, en yoruba; y alojde, efectivamente, rio. Los criollos suelen decir
tambi6n Ele-emi, casa, por "Ile-mi", mi casa, de los yorubas.


V

MANDINGAS Y GANGAS

America es deudora de Africa -por lo menos la America Antillana
que tanto influjo ha ejercido en el Mediterrineo Caribe- de impor-
tantes aportes culturales. En las listas de vecinos de las mis sefialadas
ciudades espafiolas, a los pocos afios de la fundaci6n aparecen, como ne-
gros horros, ejerciendo las artes y los oficios, importantes grupos de
individuos.
Ellos levantaron las fibricas de las casas dc gobierno y construyeron
las fortalezas. En la sociedad primitive de la America del coloniaje
-de los siglos XVI y XVII- el negro, ya fuera libre, ya esclavo, era
un sefialado factor social. Muchos de los que aqui vemos realizando
obras destacadas en la estructuraci6n cultural, quizis no vinieran direc-
tamente de Espafia, sino de Portugal, pues tambien muchos portugueses
desempefiaban oficios en las ciudades americanas de tiempos de la casa
de Austria.
De entire todas las regions africanas que hicieron sentir su influencia
en los primeros afios de la Esclavitud africana en Cuba, los mandingas
y los gangs -de una civilizaci6n relativamente avanzada y en contact
con los espafioles y los portugueses desde hacia siglos, por la interme-








FACTORES ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


lectividades aisladas que eran las viejas ciudades y villas de los primeros
afios de la colonizaci6n, con rasgos definidos. Aqui aceptamos el genti-
licio con el valor que le dieron los escavistas.
Mandingas eran los esclavos traidos por los Hawkins en sus primeras
expediciones, como seguramente lo eran tambi6n los diez individuos que
recibi6 Ant6n Gonzilez, para Enrique el Navegante, en 1442, comen-
zando asi la trata. Col6n tambien tuvo contact con ellos, en la factoria
portuguesa de Elmina, pues, segin se asegura, estuvo con ella antes de
su primer viaje al Hemisferio Occidental. Quizis nuestro popular vo-
cablo, "rumba" -que aparentemente tiene una procedencia de vocabu-
lario de marineria en el Diccionario Acadimico- sea mandinga, pues
hoy'todavia los hausas laman a la rueda "Rumbua", y al baile ejecutado
en torno de ella. En nuestro folklore, tenemos reminiscencias de las
lenguas de la costa africana situada al Norte de Cabo Verde. Una gua-
racha antiquisima tenia el estribillo:
"Ay, Wangari,
yo no quiero wari-wari."
Wangari es el gentilicio del viejo reino de Wangara; wariwari es chi-
chara. Wangara es el nombre que dan los hausas a los mandingas.
Y un baile -quizis mis antiguo- la tonadilla: "Calabazun, zun, zun,
calabazin, zun, zun", en donde se otea el africanismo. Wangari es ma-
nifiestamente el gentilicio Arabe marroqui de los Guana, o mandingas; y
Calabazun, la deidad Sasabonson, en la cual algunos ban querido ver una
deidad telfirica, sismop6yica.
Mungo Park, el clisico de los libros de viaje, en sus descripciones, nos
ctrece datos similares a los que se obtendrian estudiando los organisms
sociales de las mas primitivas agrupaciones de afrocubanos. En efecto,
el hechizo lamado emb6 aqui -bilongo en la Costa de Marfil- se
confecciona id6nticamente como se hace en Cuba; la tomadura de santo
es igual en America que en la Costa de Oro; el sacrificio del gallo, la
limpieza, los oriculos por la p6lvora y el ron, de mandingas y afro-
cubanos son iguales.
Los Jengi, sociedad secret de la Costa de Marfil, debieron de enviar
adeptos a nuestras costas. El "Kuf6n" o temple de los fiifiigos, es "sa-
grario" en un dialecto gang, al extreme de ser Ilamadas gendricamente
en ese lugar del litoral africano "Kufong" las sociedades se:retas. In-
cluso en la misma Africa se permiti6 el ingreso de blancos y mestizos en
las agrupaciones ancestrales. Los Purah, de Sierra Leona, que tan gran
influencia tuvieron en la obra de penetraci6n europea en aquel litoral,
intervinieron directamente en el Esclavismo y fueron sin duda a'guna
responsables de muchos de los abuses perpetrados en los esclavos, durante
los pr;meros afios de la trata. Acaso fueran ellos tambi6n los que inter-
mezclaron de catolicismo los ritos cabilderos.
En el Siglo XVII, los "Poros", que tambi6n con este nombre eran co-
nocidos los Purah, contaban entire sus afiliados al Rey Naimbana el
"Grande", de Kafi-Bullom (Caffi), hijo del famoso Rey Borea, y nieto
del llamado "Felipe II", educado por los jesuitas portugueses. Conse-
jero de este fue el tan conocido mestizo portugues, Domingo, que hizo
fortune en el Pais de los Kissi, enviando escldvos a las colonies espafiolas
de America. Existe todavia en aquella region africana una "Domingo








JUAN LUIS MARTIN


Town", fundada por la descendencia de 4 y sus secuaces. Este Domingo
utilizaba las sociedades secrets para que, como tribunales del pais, con-
denasen a cuanto hombre se ponia a su alcance, para remitirlos en pena
de sus deudas o de sus fechorias, a las plantaciones antillanas.
No menos influyente que 1l fue otro mestizo, Mungo John, o John
Ormond, que despues de haber pasado algin tiempo en Inglaterra, a
donde fuera llevado por los esclavistas, regres6 a su pais africano, en
1758, para "reorganizar" las sociedades secrets. Consecuencia de esta
"reorganizaci6n" fue adquirir una potencia sin paralelo. Prestaba di-
nero o cosa que lo valiera a los regulos del interior del pais, y cuando
no les pagaban puntualmente, movilizaba contra ellos a sus "Illambas",
que caian sobre las aldeas y cobraban en care humana deuda e intereses
con largueza. Fue el causante de una guerra crudelisima que dur6 diez
afios, y que le permiti6 enviar esclavos en abundancia, principalmente de
las cercanias de Ibadan e Ilorin, a las colonies de Espafia, Francia e In-
glaterra.
Domingo fue precisamente el heredero del poder de Mungo John.
Este' enferm6 un dia y sus tenientes, creyendole pr6ximo a la muerte,
rifieron entire si, dando ocasi6n a los esclavos para que se sublevasen,
quemando la factoria y llevindose un botin cuyo valor se hacia ascender
a 30,000 libras esterlinas.
Las luchas que venian sosteniendo los mandingas y los esclavistas
-aquellos decididos a no dejarse arrancar su patria- hizo que en 1701
Espafia no aceptase para sus colonies esclavos procedentes de los paises
situados en torno de Elmina y Cabo Verde.
A principios del Siglo XIX, Pedro Blanco, natural de Malaga, con-
tratista de esclavos, se estableci6 en el pais que habian explotado Mungo
John y Domingo, y vali6ndose de los mismos medios de estos, comenz6
a extraer esclavos entire Cabo Gallinas y Liberia. Su hijo, era el gran
sacerdote de las sociedades secrets, lo cual ya significa que en 6stas se
admitian blancos y mestizos. En 1839, vino a Cuba, trayendo, segin se
asegura, $5.000,000 contantes y sonantes. No muri6 en La Habana,
sino en G6nova, donde habia adquirido various palacios. Su hijo fue...
Dictador de Venezuela: Guzman Blanco. Muchas fortunes se hicieron
en nuestro pais gracias a una corresponsalia de negocios de este Pedro
Blanco, que envi6 grandes contingentes de lucumies o yorubas hechos
prisioneros por los reyezuelos paganos, a nuestros ingenios. No me-
nos famosos que el fueron los portugueses Gerardo Lema y Mora.
Mandingas, maniis y gangs, son, exactamente, los mismos grupos et-
nicos. La diferencia esti en la cultural. Mis adelante detallaremos este
aserto. Los mandingas tenian una historic brillante que, pre;isamente
por su brillo, condujo al Principe Enrique el Navegante al deseo de
conocerlos mis de cerca. La bisqueda de su fabuloso reino fu6 en gran
part el motivo inicial de las expediciones oceanicas, precursoras de las
flotas de descubierta enviadas al Nuevo Mundo. La historic del descu-
brimiento de America comienza en Africa.
Los mandingas tuvieron un pasado grandiose. El famoso reino de
Mele -el Imperio Mellistino en que pusiera sus miras Enrique el Na-
vegante, tomandolo por feudo del Preste Juan, que consideraba su aliado
natural en la guerra contra los moros- mantenia todavia a principios
del Siglo XIV su fama, divulgada por Espana y Portugal, por los tra-








FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


tantes venecianos que se internaban en Africa. Los aragoneses tuvieron
indudablemente intercambio con ellos. Pero Mele no era sino la conti-
nuaci6n del Imperio de Ghana. Cuenta el historiador arabe del Tarikh-
es-Sudin historica de los negros), que antes de la Hegira, Ghana habia
tenido veinte y dos reyes y otros veinte y dos despues. Estos reyes eran
blancos. Ellos civilizaron a los negros, les ensefiaron las artes traidas de
Oriente, pero el cuadrag6simo quinto, fue negro. Los hombres del de-
sierto y de las selvas se apoderaron de la ciudad capital, Ghana, y la
abatieron. Se instalaron entonces en Melle, que pronto sobrepuj6 en
fuerza, saber y extension, a todas las ciudades del Sudan. Dicese que
estaba construida sobre el Niger, no lejos de Jenne, y que su civilizaci6n
termin6 al caer sobre ella los salvajes, arruinindola en el Siglo XIII.
La caida de Melle estuvo marcada por el triunfo de los Songos, sus ene-
migos seculares, que en el afio 1355 se separaron del Imperio Mellistino,
empeiiindose en una lucha por la hegemonia en esa parte del Continente,
consumada en el Siglo XVI. Esta conquista no determine, sin embargo,
la suerte de los Songos y los Melles -ambas fracciones de la gran fa-
milia mandinga- pues los tuaregs, aprovechindose de la imperante anar-
quia, se adueiaron de Timbuctu (1434), con ayuda de los banthes, que
atacaban por el sur. La opresi6n tuareg dur6 hasta el Siglo XVI, en
que los moriscos los expulsaron de la region, instaurando un regimen
menos sangriento. Esos tres siglos de esclavitud y anarquia fueron fu-
ncstos al progress de los mandingas, que, perdidas ya las tradiciones de
grandeza de su raza, cayeron en la abyecci6n. En est eestado, los encon-
traron los viajeros europeos.
Cuentase de un Emperador Mellistino, Kamkam Mussa, que en el afio
1342 afianz6 su sefiorio del Atlintico al Niger, la historic de una fas-
tuosa procesi6n a la Meca, acompaiiado de miles de sus sfbditos, en que
todos ostentaron sus riquezas. Fanitico, pr6digo, reparti6 a manos le-
nas el oro y el marfil. El primer viernes de su estadia en la ciudad santa
del mahometanismo, en el mismo sitio donde le sorprendi6 la noche, hizo
comenzar una ostentosa mezquita.
Trescientos afios hacia entonces que los mandingas, arrollando a los
songos -sus enemigos de siempre- a los bereberes y a los rojos fulas,
habian formado el imperio mAs formidable que conociera el Africa Oc-
cidental. A trav6s de las distintas 6pocas hist6ricas diferentes nombres
ban sido dados a los "gangAs" nuestros. "Wankore" les Ilaman los
songos. "Wangara" los hausas y los habitantes de la Costa de Oro, des-
cartando el nombre de su totem, "Male" o "Ma". Tambien se les co-
noci6 por "Ghagas", contandose que intentaron emigrar al Congo,
pues los viajeros, todavia en el afio 1484, reportaban su presencia en
esas regions. Posteriormente, se mezclaron con los bantfes.
La designaci6n del totem, "Ma" o "Male", parece corresponder al
nombre de un animal. Unos opinan que se trata del hipop6tamo y otros
que del manati, llegando incluso a considerar que este cetfceo no leva
nombre americano, sino sudanes, por corrupci6n de "manti". Desplagne
tiene la teoria de que "ma", pez, es el original de "man", que vemos en
la voz, Mandinga. Otros autores prefieren "Mani", "mali", "madi",
maded" -todos nombres con que fueron designados nuestros "gan-
gas"- que significa hipop6tamo, llevando asi a career que este paqui-
dermo es el totem de la raza.







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La voz "mandinga" procede de "mande-nka", o "mande-nga", en que
"nka" vale tanto como "gente". De este modo, "nka-nka", o "nga-
nga", y por tanto, gangga, seria tanto como "la Humanidad", el pueblo,
en su mis amplio sentido. En Hausa, "ga" es gente, hombres: en el
mismo lenguaje, ganggi, vale tanto como "guerrero", "fiero", "re-
belde", aplicado a los "guineos", porque Guinea es la tierra situada al
Sur del desierto de Sahara. "Gana" y "Gara", en hausa, significant,
"fuerza", "poder".
En un mapa catalin de 1375, se citan Mole, Ginia y Guineua, al sur
del desfiladero de Barha, en las estribaciones del Atlas, "por donde se
pasa a las tierras de los negros de Guineua". Estos paises eran cono-
cidos ya de afios antes, pues los franceses fundamentaron sus derechos de
comerciar en aquella costa con el argument de haber extraido del litoral
del rio Sestros (en la costa de Mene) los primeros granos de la pimienta
de Guinea, llamada en el pais, "Emenequeta", o "meneguilia" o Mele-
gueta, o de Mole. Los portugueses designaron a los habitantes de esta
costa por "Mala gens", traduciendo "mala gente" afios mis tarde. Al
principio, quizas los mapas dirian "Mele gens", o mellistinos, como se
les llam6 corriendo el tiempo.
"Gangi", sin embargo, parece ser sustantivo de mayor extension que
"mandinga", concretado acaso a los mellistinos. Las tribus que depen-
dian de los soberanos moriscos de Timbuktu serian gangsi" y "man-
dingas", los sibditos inmediatos de aquellos. "Kan", en Hausa, es "in-
terior del pais": asi, "gangA", es hombre de Tierra Adentro. Ngan-na o
Gana o Ganga es generica de los pueblos fetichistas que combatieron
contra los mandingas islamizados.
AdemAs, en el mismo litoral de Africa hay los "Kangga", los "ngan"
y los "kankanda", amen de los muchos "gan", "gang", "ganga" y "gali"
de los tratados de Etnologia.
Los registros de la esclavitud contienen los esclavos de naci6n gangg"
con estas calificaciones: Mina, Pop6, insuru, oyesa, tacua, arriero, fay,
bombali, fiadejuna, taverofu, gimbujuA, gori, bucheg, bromu, coso,
cramo, longoba, moni, kissi, fire, mani y pop6.
QuizAs por descuido no se mencionarin otros, pero seguramente la
designaci6n de gangga, siendo tan amplia, habra de arrojar un dia mu-
chas mas calificaciones.
Los "hausas", que tambien son gangsi" no recibieron este nombre,
quizas atendiendo a la significaci6n que la civilizaci6n de estos tenia.
Su historic los hace descender de "siete tribus puras" (Hausas) y "siete
tribus bastardas" (banza), que son: Bokoi, Biram, Dano, Kano, Zaria,
Katsena, Gober y Daura; y, Nupe, Yoruba, Kororopa, Zanfara, Kobbi,
Gwari y Yauri. Es notable que los Yorubas y los Benin sostengan des-
cender tambi6n de "catorce hermanos" originales.
Vamos a tratar ahora de identificar las tribus gangsi" de la iomen-
clatura esdavista con ayuda de los datos de la Etnografia:
GANGA MINA O POPO. Son los procedentes de la porci6n de la
costa donde los portugueses establecieron la fortaleza de la Mina de Oro,








FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


o, simplemente, Establecimiento de Elmina. Tratando de dar valimiento
a sus reclamaciones, Francia alegaba que en 1384, ya los comerciantes de
Dieppe habian comerciado con los habitantes de esta costa. Sea como
fuere, los portugueses sostenian que sus derechos procedian de actos de
ocupaci6n realizados incontestablemente en 1470 por Pedro de Escobar
y en 1482 por Juan de Santarem, los cuales regresaron a Portugal 11a-
mando a esa region, "Costa de Oro". La construcci6n de los estableci-
mientos lusitanos data de la expedici6n que al mando de Diego de Asem-
buja, compuesta de diez carabelas, envi6 el Rey D. Juan II, para que
colonizaran el litoral y fundaran factories. Los expedicionarios obtu-
vieron una concesi6n (sic) del Rey Casamance, para construir en el lugar
Ilamado Sama, con los ladrillos que traia en sus barcos, un fuerte. Le-
vantado 6ste se marc6 el influjo mande.
GANGA KANKANDA. Idioma muy similar al Nupe, con seme-
janzas en el Hausa y el Mende. Una de sus peculiaridades es que para
former las unidades 18 y 19, se toma lo que suma de la docena posterior,
en vez de hacerlo de la anterior, como en Songhay, Nupe, Gbari, Igara
SYoruba, todos de la region del Niger. Hasta el 8, sus numerales son
semejantes a los del Efik.
GANGA FAY. Son liberianos, vecinos de los Mand6. La mayor par-
te de los individuos que antes hablaban Fay o Vei, hablan hoy mandinga.
Habitan alrededor del Cabo Gallinas, encontrindoseles tambien cerca del
Cabo Monte. Sus tradiciones cuentan que proceden de regions situadas
dentro del pais mandinga, emigrando de alli mandados por Fabule y
Kiatamba, para conquistar el litoral. Se apoderaron del pais y tomaron
el nombre de Vei o Fay -aunque en su mayor parte siguiendo ha-
blando mandinga- de sus habitantes. La historic de los mellizos, Zong
y Tori, se origin entire los Vai.
GANGA BOMBALIX. Parecen ser los Kambali, cercanos a los Nufi
y los Kouri. Hay otros Kambali mis lejos.
GANGA BROMU. Existe la posibilidad de ser los mismos "abrom",
de la zona de Niger.
GANGA TAVEROFU. Mandingas mestizados. Turawa, en hausa,
significa "blanco". Tambien hay los "Taura", en la misma zona.
GANGA 51ADEJUNA. Entre los Tshi de la costa occidental de Afri-
ca -junto a los Twi que estudi6 Ellis- hay los "Njangeyare".
Ademis hay los "ganga bucheg" y "longoba".
En nuestra poblaci6n, estos elements, los mis antiguos de los de
color de Cuba, han puesto la nota de su caricter y de sus costumbres.
Ellos, en la Esclavitud, pronto se adaptaron a la cultural del indio -ab-
sorbi6ndolo- y del blanco, asimilindosela. Por su bravura y su resis-
tencia, los descendientes de los mandingas fueron los mis recios mambies
de nuestras luchas. Espania, que aprendi6 a conocer su temple, prohibit
que siguieran importAndose en America: ellos habian sido los primeros
esdavos que vinieron a nuestra Antilla. La distancia entire mandinga y
gang fu6 puramente cultural; unos, mahometanos; otros, fetichistas.







JUAN LUIS MARTIN


VI

LOS CARABALIES, MACUAS Y ARARAS

Hay en el interior de Calabar una zona riquisima en restos de una
antigua civilizaci6n, tan antigua tal vez como la de Ile Ife, o la del
Zambezi, contemporAneamente acaso, o quizas mis vieja, que la egipcia.
Los dolmenes de Ogoji, tres veces milenarios, y los indicios de explota-
ciones metaliferas del mismo pais, revelan que en un tiempo hubo alli
una raza tanto o mis civilizada que sus contemporineas, y como estas, en
relaciones con paises muy distantes. Dicese que mantuvieron relaciones
con los egipcios, que estos erigieron alli sus colonies, y que de estas Ile-
varon al Valle del Nilo, para luego extenderla por el Mediterraneo, la
marca de una poderosa cultural. Sea como fuere, lo cierto es que alli
estAn los monumentos de la raza perdida, y que en las costumbres, en los
ritos religiosos de los pueblos que boy habitan la region, se conservan
products sociales id6nticos a los que se manifestaron en las civilizacio-
nes egipcia y minoana. Ellis Smith y Frobrenius han contrastado estas
semejanzas y legado a la conclusion de que entire Nigricia y el Egipto
existieron, en los tiempos mis remotos, relaciones culturales e inter-
cambio comercal, muy estrechos.
Del mismo modo que las conmociones political ocurridas en el Valle
del Nilo muy lejos y tiempos despues arrojaron sobre la costa del
Calabar fuertes contingentes hamiticos -que destruyeron el Imperio
del Bornu mis arriba, y que los hausas arabizaron -interprenetrando
las cultures locales de musulmanismo e impregnandolas de un sentido de
cohesion y nacionalidad que anteriormente no tenian- en la ipoca de
los cismas religiosos egipcios, debieron de acontecer sucesos semejantes.
Africa Occidental, en estas luchas, en la pugna desesperada entire dos re-
ligiones y la reform de Amen, di6 su parte a la cultural del mundo.
Luego vinieron los Ibo, y estos, arraigados en Ogoja, en Werre, y en
Calabar, cambiaron la orientaci6n de las cosas en el pais, sin que ya ni
Egipto, estatizado por el musulmanismo, ni los hausas, consolidados en
el Norte de Niger, ni las otras razas que descendieron hasta el Lago
Tchad, pudieran evitar la caida en el marasmo de aquellos pueblos. Los
portugueses hallaron a los Ibo y sus congeneres en la zona de Rio del
Rey, en plena lucha por la posesi6n de los deltas de los muchos rios que
salen al Golfo guineano. Alli los hall la trata negrega, que los de-
rram6 sobre el Continente americano, con la complicidad de aquellos
Amakiri y Peble, r6gulos del litoral, que en frecuentes "entradas", des-
poblaron el pais, y remitieron a los paises americanos pueblos enteros,
que en ellos influyeron con sus costumbres, con sus supersticiones, in-
cluso en las jergas. Los ibos y los yorubas mantenian una guerra cons-
tante, que favorecia los designios de la trata. Entre los crollos, habia
el reciproco desprecio entire descendientes de unos y otros.
En efecto, Amakiri, por virtud del Convenio de 1846, sobre sumi-
cistro de azicar, pudo enriquecerse con doblones y onzas espafiolas, que
vieron en sus cofres los capitanes ingleses encargados de informar al go-







FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


bierno de Londres sobre la trata, enviando miles y miles de esclavos,
principalmente ibos, a Cuba y el Brasil. Ya de antes se informaba que
los barcos conducian al afio 20,000 hombres -de ellos 16,000 ibos, se-
gin especificamente decian. Luego, las guerras entire Amakiri y Peble,
prolongindose durante various aios, contribuyeron a que para 1845 y
1850, enviaran a Cuba principalmente, grandes nicleos de los lamados
"carabalies", entire los cuales predominaban los calificados de bricamos,
apapis, bilis, briches, e ibos, banties y semi-banties, que hicieron
rugir, en los cuartos fambis de nuestros fiifiigos, la voz milenaria del
oriculo de Aro-Chuku, el Delfos de Africa, condensada en los ecue y
en los tambores sagrados de la raza, gracias a la hibil utilizaci6n del
fen6meno de resonancia. Uyo, el antepasado de la tribu de este nombre,
que habitaba una poblaci6n que aun hoy conserve en la toponimia de la
region del Rio de la Cruz el nombre, fu6 torado por las naciones del
Calabar, como el Juez Supremo de sus cuestiones, el "Hermes" africano
por excelencia. Aro-Chuku, con su caverna oracular, di6 a los "Nasac6"
de los fifiiigos cubanos, su autoridad de interpreter las voces del ecue y
el tambor, en los actos rituales.
Con el nombre generico de "carabalies" trajeron a Cuba a miles de
individuos de razas y naciones perfectamente diferenciadas, y ain de
pueblos enemigos. La "lingua franca" de Calabar, sea "ibo", o "iy6",
que en 1842 ya se habia apoderado de las zonas de Werri, Calabar y
Ogoja, era el fnico nexo existente entire ellos. Este caricter era el que
los distinguia, con precisa determinaci6n, de los lucumies (oy6s, yoru-
bas), y de los congos y otros bantiues que ignoraban completamente el
lenguaje de la gente de Calabar. Es decir: la diferenciaci6n era lin-
giiistica, lo que indica cierta intuici6n, en los negreros, para hallar que
alli habia tres perfectas entidades idiomiticas: banties (los congos), su-
daneses (los yorubas) y los semi-banties (carabalies).
Los nombres de las tribus, sub-tribus y clanes, se aplicaron, en Cuba,
a las "potencias" de los "fiafiigos. Todos estos, pueden identificarse en
los que se han conservado, que son la mayor parte de estos. Para esta
investigaci6n hay que tener en cuenta las alteraciones fonol6gicas de los
nombres, en las transcripciones dadas por los bozales a los ladinos, al
ser fundadas esas organizaciones.
En los registros de esclavos, figuran tambien los siguientes nombres,
todos de "cabildos" o sociedades carabalies:
ApapA, que son los Abakpi, una de las tribus mis antiguamente asen-
tadas en Ogoja y Calabar: Bibi, o Ibibio, nombre tambien escrito "Hee-
beebi", en documents holandeses e ingleses; Bricamo, llamados "Kriki"
por Barbot y otros (1668) y citados como intermediaries en el comercio
con el interior del pais, aunque algunas veces aparecen como "Okrika"
u "Okrikamos", en documents coloniales ingleses; Briche, dichos Bre-
ch6, voz que en Ibo significa "caballeros", y que son los actuales "Etche";
Efio o Efik, de Calabar y de mis el interior del pais, contiguos a los
Ofioc6, en ambos lugares: Elugo, actualmente Uge; Atin, en el pais de
Obabura, muy diseminados y conocidos por Atam, en la nomenclatura
inglesa: Yechas, con este nombre y con el de Ezza, en Ogoja; Ibos, con
el mismo patronimico; Ingre, ahora Indem; Yola, lamados en los trata-
dos modernos de Etnologia, lyola; Isuama, los Isu actuales; Isueque,







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Ilamados modernamente, Isukwetaw y tambien Isoko, en otros lugares;
y, finalmente, Siguato, tribu mixta de los Isu, los Kwo y los Itu.
De estas "naciones", se formaron los cabildos o potencias de los fii-
iigos. Las mismas enemistades que se sostenian en Africa, entire los ibo
mis civilizados y los Kriki antrop6fagos, prosiguieron en America. Efi
y Ef6, con todas sus derivaciones y sub-derivaciones, se prolongaron en
nuestras tierras. Por antonomasia se Ilamaron Efi los habitantes de Ca-
labar y Ef6, los de la desembocadura del Bonny. Mis tarde, los que
vivian en la orilla occidental del Rio Real de Calabar, fueron los Efik
y los que tenian por habitat el oriented, Efok, o "Efoco", en la transcrip-
ci6n portuguesa. Los ingleses escriben "Ifawko", afiadiendo que la voz
quiere decir en Ibo, "palma de vino". Efectivamente, en esa region
abundan las palmeras, "totem" de muchas potencias finfiigas.
La lengua secret de los fifiigos de Cuba tiene grandes afinidades con
el Acrikok, o Bricamo (en el pais de Bani, Okrika), hablado por la
"vaci6n" (tribu) de este nombre, que, mezclada con los Ibo a principios
del Siglo XIX, adopt el nombre de Ibo-Okrika, o Ibo-Acrickok. La
agrupaci6n etnica que primariamente se designaba por Acrikok, era una
tribu mestizada de los Iyo; las Kambali y Karaba son iyos; y de aqui
acaso pudo venir carabali, amen de la otra etimologia que se apunta.
Toda la tradici6n del fiafiiguismo cubano -que sirvio de fundamento
a la confusion con el Jordan, y, por ende, de Cristo con Uyo o Ecue, el
espiritu ancestral- discurre en torno del Rio Oldan. Esta corriente de
agua es el Rio de Bonny, que, desembocado por un dedalo de deltas,
vino a ser, en el Calabar, como un rio sagrado, un Nilo, de esa region.
Los Iy6 lo laman "Oko-laba", que en lyo significa "Dos Rios"; tambien
lo designan Okolo-ma, con igual valor. Los Ibo lo laman Ibame,
Ibani, Obane y Oban. En la tradici6n originaria del fiafiiguismo se le
dice Oldan, que luego concirtieron en Jordan. Algunas potencias se
lamaban "Odan Efi" y "Odan Ef6"; por Oban-Efi, margen occidental,
y Oban-Ef6, margen oriental, del mismo rio. Tambi6n hubo una po-
tencia, Ubane (1881), en La Habana, cuyo nombre tiene la misma pro-
cedencia. Hoy subsiste en el barrio habanero de Dragones.
La guerra sin cuartel que en La Habana se hicieron las diferentes po-
tencias fiafiigas, tuvo sus preliminares, sangrientos a veces, en la misma
costa de Guinea. En medio de las luchas civiles que secularmente se ve-
nian desarrollando en el recodo del Niger, surgieron las "Sociedades de
la Sangre", protegidas a veces por los cruceros de las potencias, contra
los negreros y los regulos que ejercian la trata. Las venganzas colectivas
de Africa, continuaron desarrollindose en America, y pueblos que fueron
enemigos alli, lo fueron aqui tambi6n. Los Ibo y los Ara, combatieran
en la esclavitud y en condici6n horra, como habian peleado en Africa.
De donde venian se hacia una guerra secular, que servia las intenciones
de la trata.
Aunque en todo el Continente africano hubo sociedades secrets, los
"carabalies" fueron los iinicos que trajero las suyas, tan tipicas, con
caricter definido de tales, a Cuba, bien que, en cierto modo, y muy de-
terminado a veces por cierto, los lucumies, con sus cabildos santeros y
los congos de todas las procedencias, tambi6n mantuvieron velado siem-
pre el verdadero objeto de sus antiquisimas sociedades, puesto que al-
gunas, como la del Espiritu Santo, ya existian en la primera mitad del


45








FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


Siglo XVII, con tendencies a ganar la libertad de sus afiliados africanos.
Segun parece, hubo un tiempo en que los "ibos" eran preferidos por
los colonos de America. Los r6gulos de Bonny, Opobo, Calabar y otros
puntos de la costa de Guinea, a cambio de percales multicolores, aguar-
diente, mosquetones y efectos de metal, saqueaban las poblaciones del
interior del pais. Clarkson calcula que en dos siglos salieron de la costa
de Guinea, 3.200,000 ibos. En este cilculo no entran los que perecian
en los asaltos de sus pueblos ni los que morian en la caminata a la costa.
Los enfermos, los rechazados por los negreros, eran arrojados al rio,
para ser devorados por los escualos, que, en algunas de esas regions, se
estimaban totemes. Cerca de 5.000,000 de hombres de este grupo etnico,
causaron baja en la terrible batalla.
Las luchas secularmente sostenidas entire los vecinos de Bonny y An-
doni (Efi y Ef6), en la cuenca del rio Sombreiro; las incesantes guerras
entire los Aro y los Eschumpun, mis al Norte, en las mirgenes del rio
de la Cruz, propiciaban el trifico. El encono mortal, el odio mantenido
durante generaciones, la safia de los apapfs hacia sus vecinos, tan en-
venenados como en Africa, vino a los paises americanos. Aqui como alla,
los horros se dividieron en tribus, en clanes, en las agrupaciones mi-
nimas de la sociedad, y se repartieron las ciudades y los oficios de los
barrios.
La serpiente que vemos en las "firmas" de las potencias, el "maja" de
los fififigos, es indicio de la procedencia de muchos nicleos de esclavos.
En Aro-Chuku la serpiente simb6lica de bronce, antiquisima, contem-
porAnea de los jarros hallados por Frobenius en lie Ife, era la que pro-
nunciba los orAculos. Los Iy6 tambien la hicieron participar en sus actos
rituales, como los carabalies "brass", citados por autores cubanos del si-
glo pasado. Los carabalies "brass" son conocidos todavia por este nom-
bre, a causa de los collars de metal amarillo, que levaban. Otros dicen
que "brass" fue designaci6n que les dieron los portugueses, porque al
preguntarles si vendian esclavos, les respondieron "Ba-ro-su" (Sigue an-
dando), conforme dice el Conde de Cardier, en el apendice puesto al
libro de Mary Kingsley, "West African Studies".
Aparentemente, tambin eran ibos los lamados macuis y araris, en
Cuba. No formulamos la afirmaci6n conocedores de la existencia de
otros macuis y araras en Africa. Respecto a lo primero, dicese en la
misma obra de Mrs. Kingsley que los "Mo-Kwa", son tambi6n ibos, y
que en las Antillas Inglesas reciben el apelativo de "Mocos". Conside-
rando el punto, se nos hace duro career que los esclavistas fueran a ejercer
la trata a la zona de Mozambique, donde el mahometanismo ha modifi-
cado extraordinariamente el carActer de los moradores de aquella costa,
y que se hallaba fuera completamente de la ruta de navegaci6n favorable
a Cuba. La vuelta por el Cabo de Buena Esperanza, en la 6poca del
contrabando, debia de ser muy dificil, y, ademas, las defunciones y las
posibilidades de epidemias resultarian much mayores, en tan largo
viaje, con las consiguientes perdidas y peligros para los armadores ne-
greros. Recordemos que al Sur de Angola tenemos los "na-macuis".
Tambi6n vemos la posibilidad de que los llamados Araras vinieran de
las provincias de Calabar y Ogoja, por razones semejantes. Al norte de
Sierra Leona el trifico era mas dificil: mis despoblada, la region no era








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favorable a ese comercio. Quizis los llamados araris no fueran sino los
"Aro" de los censos ingleses de Nigrica.
En el recodo formado por el rio de la Cruz, al norte de Obabura, en
el interior del pais situado al Septentri6n de Nueva Calabar, hay una
"Arraraha" que registra Partridge, en "Cross River Natives", con otra
Ahaha tambi6n de los Aro, o Arum, enemigos de los Eshumpun.
Los danes de los Aro (Ibos) que figuran en la obra del mismo Par-
tridge, son: Ahaha, Akurubana, Arraraha, Eferebpi, Essobu, Niajaa,
tambi6n llamada Avonum, Obidem, capital de la tribu, Odeniga, Afun
Akpan, Ofun Bonga, Ogana, Okokomo, Osuku, Ovaveni, Owodoga y
Owujuga.
Los araris registrados en Cuba eran los calificados de "agic6n", "cue-
vano", "migico", "nejeve" y "sabalu", en documents oficiales. Pudieran
darse las correspondencias de los "agic6n" con los "Jukun", que son un
pueblo cuyo "habitat" se encuentra mis al Norte; de los "cuevanos" con
los "ovaveni"; de los "nejeve" con los "niajaa"; de los "magino" con
los "odeniga"; y de los "sabalu" con los "essobu". Hemos leido en al-
guna parte que existian "carabalies araris" y "lucumies araris".
En nuestros tiempos, en que todavia se mantienen con relative vigor,
mis por inmoralidad y corrupci6n de la political el uso, que por otras
causes, las potencias de los fiifiigos, no podemos ahora incurrir en los
errors de interpretaci6n de hace un siglo y menos todavia suponer, como
hicieron algunos, que remedaban a los masones, creando una suerte
de masoneria negra, de la que tomaron algunos puntos del ritual, mez-
clindolos con los propios. Sus logias, lamadas boc6 o loc6, se integra-
ban en una suerte de grandes logias, por prolificaci6n de las sociedades
matrices, apellidadas potencias, como las mas6nicas; pero rehuian llamar
templos a los puntos en que se efectuaban sus pricticas, prefiriendo
lamarlos butamu o cuarto fambd, o paraje del fondo del rio. Pero aunque
el fiafiiguismo, en sus calidades todas, es un fen6meno de la vida colo-
nial, tiene sus germenes y estimulos en Africa -y, para Cuba, en una
region bien determinada de Africa. Tanto esto es asi que vemos que s61o
en las provincias a donde Ilegaron esclavos de esas ireas floreci6 el fia-
liguismo, que ha tenido, a traves de un siglo y tantos afios de conocido
en Cuba, una existencia accidentada, como agrupaci6n de defense de
esclavos, como grupo filantr6pico de libertos, acaso como secci6n de
afinidad con las entidades abolicionistas que tal vez introdujeran sus
agents agentss de las sociedades africanas) en la colonia, en un tiempo
como camorra destinada a sujetar a los esclavos al yugo por la coerci6n
de los juegos secrets y en otro como organizaci6n o hermandad cri-
minal, hasta terminar siendo un instrument de la political caudillera.
Alterindose ripidamente, en una descomposici6n que dura mis de
un siglo, la lengua africana que les servia de comunicaci6n a los afilia-
dos, se desintegra no sin antes dar ingreso en el parla criminosa a vocablos
muy suyos, del mismo modo que en Espafia los gitanos impregnaron
con su lenguaje el idioma national. Esta lengua corriente, de la vida
cotidiana, no era igual al idioma ritual, un poco mis anticuado -ya
anticuado en la misma Africa y que era, alli en la tierra de Efik,
un lenguaje secret, uno de tantos, porque todas las sociedades secrets
africanas, o de otra procedencia, poseen, como se sabe, una lengua
"sagrada".








FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


Hoy, la filiaci6n de este idioma no es desconocida. Es un dialect
del Duala, quiza menos evolucionado que el que han estudiado los
lingiiistas, en que se encuentra voces del Basa, con ciertas formas propias
del Yaond6. La investigaci6n de Isa palabras que se han conservado
y aun de frases enteras de los sacramentarios iniciaticos hay que hacerla
comparando estos vocabularies con aquellos, teniendo siempre en cuenta
el nuevo ambiente en que se desenvolvi6 el idioma. Es necesario advertir,
empero, que algunos sonidos del lenguaje original se han deteriorado
completamente, en labios de los criollos y, sobre todo, de los blancos.
Los sonidos liquidos se han alterado totalmente, pese a lo cual se dis-
tingue todavia el valor original. Dicen engomo, por el yeso amarillo de
sus consagraciones, en vez de rfgomo, o tamborcillo de funciones rituales,
que son reyados con ese yeso, el yeso de los espiritus; y "ob6n", (1)
por mboi, afiliado, con grado superior, al bocd, o juego. Fueron siempre
remiss a pronunciar la i delante de gutural, como ocurre en esos idiomas
del grupo, en que la n se transform en i antes de k y j. En estas asimi-
laciones, perdieron parte del sonido y soldaron una vocal a la fi. Tro-
caron en s el sonido ky o kll, en la falta de tradici6n idiomatica espa-
fiola de hacerlo tsch o de optar por la j francesa. Las nasales fuertes
se perdieron casi de un modo total asi como la tonalidad propia de
cada vocablo; fnicamente conservaron de un modo parcial en los cin-
ticos rituales el ritmo de la frase, tambien modificado. En la gramatica,
persistieron bastante en el uso de los clasificadores originales, de la
lengua matriz, desconociendo el fen6nreno lingiiistico. Distinguieron
asi que habia voces que comenzaban con "me", con "mon" (mb), con
"e", con "i" o con "bu" (w), como nos revelaron los vocabularies que
se han guardado en los archives policiacos. En no pocos casos, si no en
todos confundieron los singulares con los plurales, con lo que vino a
desaparecer el nuimero, como ocurre en Efik. En otros casos, recordaban
frases enteras con una traducci6n convencional, en la imposibilidad de
separar las particular de la construcci6n.
Respecto a las prActicas rituales en si, es precise hacer la comparaci6n
antropol6gica con el regimen de las llanadas sociedades secrets de los
pueblos colocados en el delta del rio de la Cruz, sobre quienes se ha
escrito abundantemente. La procedencia die la mayor parte de los esclavos
fiafiigos, de los libertos o emancipados, de esta region acaso nos explique
la causa de que s6lo en algunas provincias de Cuba hubiese afifigos,
pues a otras regions no se levaron individuos de tales areas. Tam-
bi6n es sorprendente el hecho de que el fen6meno del fiafiguismo no
comenzara a manifestarse sino dentro de las tres primeras dicadas
del siglo XIX, cuando antes habian tenido que llegar forzosamente
esclavos de parajes en que habia sociedades secrets y en nfimero sufi-
diente para reconstruirlas aqui. (2) Casi coincide su aparici6n con la
de las lamados emancipados en el ambiente esclavista, estos a causa de
los tratados con Inglaterra. Tambien es singular el hecho de que el
primer juego de fiifiigo, formado por individuos de la nacidn apapi (3),

(1) Ob6n, en Bwen, significa hombre buero. En yoruba, Pogboni, maestro.
(2) En no pocas sociedades secrets ya en Africa ingresaron blancos y mes-
tizos, que incluso fundaron algunas.
(3) Akpi, en el rio de la Cruz, "hombre blanco", ario.







JUAN LUIS MARTIN


se constituyese en Regla, o sea, en una secci6n de La Habana que podia
mantener mejor comunicaci6n con los pontones ingleses fondeados en
la bahia y casi todos tripulados por negros. El trato frecuente con los
negros que eran s6bditos britimcos, el contact con los libres o con
los emancipados, podia facilitar la conspiraci6n, a la que muchos serian
atraidos por razones religiosas, ignorantes ellos de toda acci6n political.
El contact entire estos libres y emancipados lleg6 a producer alarma
al capitin general, que el 31 de mayo de 1844, dictaba disposiciones
entire las que habia algunas que delataban bien claramente sus temores.
Entre ellas se cuentan las siguientes:
"(1) -Los negros emancipados existentes en la isla se recogerin por
el gobierno, tan luego como se hallen en el caso de hacer uso de su
libertad, por haber terminado su ensefianza e instrucci6n civil y reli-
giosa, a fin de proporcionarles embarque y salida de este territorio en el
modo y forma que resuelva S. M., a quien se dari cuenta.
"(2) Se hara una averiguaci6n general de los hombres de color
libres que existan en la isla y no tengan oficio, propiedad o modo de
vivir conocido, a fin de que sean juzgados por el tribunal privativo de
vagos, como perjudiciales a la sociedad.
"(3) En un termino corto dado serin expulsados los hombres de
color libres procedentes de cualquier otro pais".
Despues se establecian providencias para prohibit las reuniones de
gentes de color, sin permiso -permiso que no se concedia mis que
estando presents las autoridades de policia en las reuniones.
Jose Ferrer de Couto, dice refiriendose a la presencia del pont6n ingles
fondeado en la bahia de La Habana:
"Influy6 esta circunstancia (la de haberse refugiado en Inglaterra
los emigrados politicos liberals de 1823) en el tratado de 1835; y los
efectos habrian sido harto mayores si en el excelente juicio del gobierno
espafiol no hubiesen preponderado, sobre los impulses de la gratitude
particular, los mis apremiantes deberes del servicio pfblico. Por cuya
raz6n, conociendo los agents de la sociedad antiesclavista que pocas
o ningunas concesiones oficiales lograrian ya en Espafia despu6s de dicho
tratado, al artificio acudieron para desmoralizar la esclavitud en donde
existia mis boyante.
"Con este fin, y puesto que dicha sociedad tenia a la saz6n gran
influjo en el gobierno de Londres, ning6n trabajo le cost conseguir
el establecimiento de un navio de linea de la marina real inglesa en el
puerto de La. Habana, tripulado por mariners negros, cuyo navio se
estacion6 alli con el fin ostensible de recoger los africanos procedentes
de las press arrancadas a los armadores antes de llegar a su destino,
pero evidentemente como foco y estimulo de insurrecci6n para los escla-
vos de la isla de Cuba".
En Africa, los ingleses tenian desde el siglo XVII contacts con los
efiks, que eran los mediadores de sus agents mercantiles, para lo que se
prestaba admirablemente el sistema de sociedades secrets de los Egb6.
Tambien tenemos que recorder que ya en 1840 se procedia a enviar,
por los abolicionistas de Inglaterra, a la misma Africa, grupos que
llevaban la encomienda de instruir a los negros africanos y alentarles
a los oficios. En otras palabras, la obra de la liberaci6n de los siervos
no se practicbaa ya por entonces s61o en Inglaterra, con discursos mis








FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


o menos te6ricos, sino en los mismos focos de la esclavitud. Obtenida la
emancipaci6n en las colonies inglesas (agosto 1 de 1834), los antiesca-
vistas se arrojaron a la obra en todas parties.
No queremos hacer afirmaciones arriesgadas, impertinentes conjeturas,
pero sobre la parte active y quizA noble del fiafiiguismo, que luego
perdido el contact o liquidada la direcci6n de los piadosos abolicionistas
wesleyanos se trocaria en una secci6n criminosa, debemos citar las
siguientes coincidencias:
(1)- Los comerciantes britAnicos tenian desde hacia much tiempo
contact con las "sociedades secrets" africanas, que consideraban a
modo de gobierno local, como, en efecto, lo eran.
(2) Desde 1834 y con mayor intensidad a partir de 1840, los abo-
licionistas britanicos obraban con mayor entusiasmo y desafiando todos
los riesgos. De entire ellos hubo muchos que procedieron con verdadero
celo apost6lico, arrostrando incluso el martirio.
(3)- La aparici6n de las sociedades secrets africanas, en la forma
active en que las vemos p'roceder, coincide en Cuba con la mayor inten-
sidad del abolicionismo.
(4) Se advierte en esas agrupaciones, desde el principio, cierto matiz
biblico, que nos sefiala marcadamente la contaminaci6n de los ritos
africanos con organizaciones en que acaso intervendrian mestizos, o
negros anglicizados.
(5) -Es interesante el hecho de que se constituyese en Regla la pri-
mera potencia nfiiga, matriz de todas las que despues se fundaron en
La Habana, propaganda en seguida a Matanzas y Cardenas, poblaciones
en que vivian elements que se hallaban en contact con grupos cons-
piradores de La Habana.
(6) Es notable que Inglaterra fuese representada en La Habana por
un abolicionista tan distinguido como Mr. Turnbull; en el consulado
ingles figuraba como medico el doctor Madden, (1) que participaba
de sus mismas ideas. Es bueno sefialar que es ciertamente notable este
hecho, porque no todos los ingleses que residian en Cuba eran aboli-
cionistas.
(7) Tambi6n hay que mencionar la circunstancia de que el pont6n
ingles, tripulado por mariners negros, interpretes de las lenguas africa-
nas muchos de ellos, estuviese fondeado junto a Regla. Hay motives para
sospechar que en los dep6sitos de emancipados hubiese individuos que
se habian introduc io, para instruir a los africanos y ain a los criollos
en la buena nueva del abolicionismo. La mayor parte de tales emanci-
pados, ya desde la 6poca de Vives, procedian de las press de esclavos
que en alta mar realizaban los cruceros britanicos.
(8) Aunque los abolicionistas mostraban interns por acabar con la
trata, no se detenian en esto sus empefios, puesto que la esclavitud
era una cuesti6n que les interesaba en todas parties.
(9) El inico medio de organizer a los esclavos en una conspiraci6n,
o colocarlos en posici6n de ir forzando concesiones hasta obtener la li-
bertad, era el que constituian las sociedades secrets propias, que se
adaptaba perfectamente a su native gregarismo, a su psicologia y hasta
a su parca cultural.

(1) Madden hizo investigaciones sobre la trata en la Africa.







JUAN LUIS MARTIN


Todo esto requeriri una investigation mis profunda en los documents
coetineos.
Sobre los fundamentos reales del fiafiguismo, no sobre lo que fui
en 61 instrument, bien por los vaivenes de la political o la evoluci6n
social, o por las deformaciones y degeneraci6n que padeci6 fuera de su
ambiente native, hallamos que se construye sobre la apreciaci6n propia
del polipneumatismo, o multiplicidad de almas, tan corriente entire los
pueblos que llamamos primitives, por la etapa cultural en que estin.
La vida se mantiene, segin los africanos, merced a un conjunto animico,
que determine todos los actos de la existencia vegetativa y de la exis-
tencia en colectividad. Mary Kingsley, en sus West African Studies,
llama a una de tales almas, bush soul, el alma separable, que puede ir a
residir en una criatura silvana; Frazer la llama external soul, o alma
externa. Talbot habla del oversoul, que seria Ecue, el alma madre de los
fnaiigos.
Nuestros fiifiigos, ritualmente, segfn las potencias, reconocian en cada
individuos cuatro almas separables, que podian residir en cuatro criaturas
silvanas. Eran: el alma insertable en "fiangand6" (cocodrilo sagrado),
"tanse" (mbongo, el pez del estanque sagrado de Ekit), "yeveng6"
(Njo, el leopardo africano) y "erecumbefiin" (la serpiente sagrada y
venenosa, ikule nyamA). Todas estas almas eran transferibles a la seiba
o la palma, simbolo de la fratria de la sangre (canimi o fi-knanimi).
Esa alma colectiva, deambulante, exterior, que inspira la vida y que
subsistiri tras de morir, podia depositarse en la colectividad, en la po-
tencia, a trav6s de los sitos iniciativos, en que el individuo, trastornado
por las drogas del encandemo o la mucuba, creia morir, para luego ser
resucitado, ya invulnerable, casi inmortal, por el compromise de sangre
que el obtenia, bajo el resguardo de ese espiritu colectivo que se albergaba
en la palmer. La protecci6n se ganaba a cambio de observer rigidamente
las 6rdenes del oriculo de la orden. Es claro que no existiendo ni el
tanse ni el lleveng6 (Efiyegueye en algunos lugares de Cuba), ni ninguna
de las otras potentes criaturas silvanas de Africa, la transmisi6n de los
efectos del pacto de sangre no podia efectuarse mis que con el contact
o la comunicaci6n de individuos que ya lo habian obtenido y que ficil-
mente podian brindar a los "bozales" esclavos el retorno a Africa, acaso
con su prole criolla, mediante procedimientos migicos o los mis reales
de la insurrecci6n.
Los finfiigos estaban convencidos de que esa alma exterior podia sepa-
rrase del cuerpo, por acci6n de la comida ritual preparada por el nasac6,
verdadero patriarca negro, generalmente africano, y en la que pondrian
alguna droga, tal vez la del frijol de Calabar. Esto les producia la muerte
ritual y cuando resucitaba, su alma quedaba bien a resguardo del adver-
sario, custodiada en la potencia. El simbolo de la uni6n de los hombres
estaba en la palma o la seiba, en que se albergaban las almas separables
de todos los antepasados. El destino de cada uno de los individuos se
confundia con el destino de la totalidad de los afiliados, hijos de una
misma madre mistica, la madre logia. Por eso, en los actos del fafii-
guismo hallamos todo un ritual de los manes, particularmente en el
lamado bast6n o palo mecongo, estaca porta-almas, pneum6fora, o ban-
dera de la potencia, como dicen ellos todavia.
Con estas creencias, los fiifiigos se presentan como una especie de







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deistas, en su fetichismo animista, frente a los llamados brujeros, todos
cuyos actos estin sujetos a la voluntad de los dioses naturistas. No se
preocupan mas que de la salvaci6n de su alma -de una de sus almas,
la que sale del cuerpo y lo protege desde su escondite, sin interesarse
en lo min6sculo por lo que no sea su invulnerabilidad. Esto nos
hace ver el caricter guerrero de los que organizaron la sociedad, so capa
de agrupaci6n filantr6pica y nos explica como creyendose impunes pu-
dieron transformarse en sociedades criminals, tras de haber servido,
con singular atrevimiento, a otros fines mis nobles. (1)
Lo que mis ha intrigado, por la curiosidad, respect a los fifiigos,
aparte de los diablitos, que tomaron en lo apelativo de los que figuraban
ca las procesiones del Corpus Christi, es, sin duda, el lenguaje. En primer
termino, encontramos que una lengua de los Efiks, particularmente de los
apapis (akpapi) (2) era ya en la lejana Calabar la lingua franca de
la region. A ellos se mezclaron esclavos yaond6s y dualas llevados de
territories situados mis al mediodia y esta es la raz6n de que encontremos
en su parla una gran proporci6n de palabras de'esas caracteristicas, que
pueden identificarse con facilidad todavia hoy, mediante la comparaci6n
de los vocabularies. La deidad capital de los efiks y los akpi es Abasi, (3)
como entire nuestros finfiigos.
Significa este hecho que no fue nada que exigiera esfuerzo excep-
cional el que se constituyeran las potencias de fiifiigos de calabaries (4),
que, ademas de disponer de un element comun de entenderse en cuan-
to a sus deidades, en sus invocaciones, traian ya de esa region de Africa,
como no ocurria tan extensamente con otros, una lingua franca, un ins-
trumento idiomitico com6n. En el saludo encontramos expresiones y usos
del yaonde, o pagiiino, desdefiadas las del Duala, que, aparentemente,
no tenian uso y que, por tanto, podian ser expresiones secrets. Tenemos,
asi, monina, nagiie, ecobio, tata, nangiieriero, que han pasado ya a la
expresi6n popular. En efecto, cuando dos calabaries se enrontraban
decian, con un gesto peculiar de la mano, que termin6 por ser signo de
la potencia. A man'na, o sea, a monina, o monina, simplemente, con
valor neutro, para los filfiigos y gente de su familiar, que significa her-
manos de la misma madre. En cambio, para distinguir a los hombres,
varones de la misma potencia fifiiga, en el trato usual, Mtata, o herma-
no; pero los que pertenecian a la fratria, aunque miembros de otras
agrupaciones, se les decia, A mb6n, u Obon, como tratamiento, que
traducen algunos por primo. Se respondia por Ecobio, voz que en la
lingua franca del Calabar seria: "iHola!", pero que los criollos traduje-
ron por amigo, tomando la expresi6n entire amigos, la respuesta que se
daba a quien decia: ";Hermano!" o "; Primo!", para identificarse, como
nominativo de la cualidad de individuo de la amistad. Mi amigo se diria
Na-bwe, que traduciriamos por pariente, expresi6n que todavia hallamos
en el lenguaje comun y que tenia por respuesta: Nangiie-riero, o pa-

(1) Es probable que la dominaci6n de los ibibios por los Efiks, que se registry
en Africa, se efectuase a travis precisamente de las agrupaciones animistas, o
sociedades secrets.
(2) En Ibibio "apapi" es "hombre bueno", en Ga, se dice "Kpakpa.
(3) En las traducciones de la Biblia, Abasi es identificado con Rios.
(4) Calabar, del holandis, kalvary, que di6 Kalabari, segfn algunos autores.







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riente de los africanos, con el aditamiento de bonc6 (1) subuso (2) en-
canime, o sea, pariente de la potencia que tiene tronco comun en el
secret de la palmer. Sobre la expresi6n de mbon, que establece el pa-
rentesco de primo, hemos de hacer saber que en yaonde corresponde a
laluaje de la sociedad secret, y que, en otra interpretaci6n criolla es
tanto como oficiante, o testigo de la ceremonia ritual, valor que alcanza
en duala.
El saludo de tata, entire los fifiigos, no tiene nada que ver con el tata,
padre, tan corriente entire otros afrocubanos.
En los vocabularies que se han conservado hay tambien una voz que
procede del ingles y es el nombre de la p6lvora, que dicen iramuta, cuya
evoluci6n vemos asi: "mpira-muta" (en fang), fira muta, con la caida
del clasificador original y de la f inglesa, que, en este caso, se ajusta
poquisimo al sistema del idioma.
En maribi, el mar, hay un fen6meno de contagio de mar. En duala,
se dice madiba, lo'mismo que en Bakele.
Por razones de tabi, encontramos asimismo que aunque en la palabra
enene-enquico aparece el nkiko para designer al gallo, tan corriente en
toda Africa, con antiquisima raiz bant6, la mfs repetida en todas las
parlas, prefieren para designer al gallo que emplean en sus comidas
rituales, mucuba, en donde vemos el uso de kub, gallo, del pongiie,
pahume, pahuino, fan o yaond6, que con tantos nombres se distingue el
mismo idioma en su dialecto prototipo. Enene-enquico se traduce por
gallina o gallo hembra. Este enene termin6, en la parla de los criollos,
por designer los femeninos y asi tenemos:
Changana-enene .......... Gata
Embore-efiene ............ Cabra
Efiene-efi ................ Negra (mujer)
Efiene-ef6 ................ Blanca
Efiene-efi, o efi............ Mulata
Efiene-ibondi ............. Mujer encinta
Efiene-entubican .......... Vaca
Hay ejemplos de prefijaci6n, (3) a gusto del parlante. Tambien por
prefijaci6n formaban los plurales, empleando la silaba en, no importando
si se repitiera. En algunos casos, hemos escuchado lo, por los, sin distin-
ci6n de g6nero.
Como sucedi6 con Nabwe ha ocurrido con otras voces. En el lenguaje
ritual, acamba significa los abuelos y asi han convertido esta voz para
expresar no s6lo los antepasados, sino tambi6n todos los adjetivos de la
idea viejo. Embori-acamba, chivo viejo; o cufdn acamba, la casa vieja.
La tiza ritual, o yeso amarillo -amarillo por estar impregnado de los
humores de la putrefacci6n de un cadaver o de un jugo vegetal amari-
lente, en defecto del otro, la apellidan engomo y, entonces, llaman al
lipiz engomo-macrarar, composici6n en que macarara significa blanco
de raza. El obispo cat6lico, en estos terminos, es macarard-obdn.
(1) En Ibo nko es tambor de madera, o madera. Tambien este instrument
se llama Bonkd.
(2) En yomba, "subus" se dice al lugar de reposo.
(3) Efik, el signo de genero se prefija cuando se trata de animals y se
sufija cuando de series humans.







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Cufdn (1) es la cabafia y asi tenemos:
Cuf6; .Abasi ................ Iglesia
Cuf6o-efiengor6 ............. Presidio
Cuf6n-fini ............... Retrete.
A efengor6 aisladamente dan el valor de grillete.
Los criollos, en no pocos casos, se limitaban a imponer a los nombres
castellanos un prefijo y alterar el acento, tomando luego la parte por el
todo. Asi, entooi t el en-tobillo, que usaron por pierna.
En algunas frases del ritual, se conserve el genitivo en a, como pre-
posici6n inserta entire rigente y regido, al igual que ciertas voces en plural,
mediante cambios. Esto se escucha todavia, pero muy poco. Hemos regis-
trado molopo, en singular, y mulopo, en plural, en la plitica ordinaria.
Les gustaba a algunos que les Ilamasen morenos, (2) porque murena
o mulema era una dignidad. Mulema, como adjetivo, significa valeroso
y era una categoria social, guerrera. En enyegueye hicieron la traducci6n
principe, nombre de una de las antiguas fratrias de Regla, cuando en su
evoluci6n ese vocablo no significa mas que leopardo el leopardo inciitico.
Efi-meremo lo han traducido por rey y efimere-meyi, por reina, que no
es otra cosa que la madre del valiente, o la madre de los valientes.
Es de interns hacer notar que los africanos, o los criollos bastante afri-
canizados, aseguraban que los ntiiiigos hablan ingls, (3) cuando no
decian que haalaban lengua o papid lengua (con portuguesismo popular
evidence); y, veiase que confundian toda lengua que no era el espafiol
o la suya mis o menos deformada, con el ingles. Esto no procedia mas
que del hecho de que quienes aprendian esa lingua franca, mezcla de duala,
ibibio, efik y paguino, en sus aventuras comerciales, eran precisamente
los ingleses -agentes de las casas mercantiles, que tenian contact con
la gente de Calabar desde hacia muchisimo tiempo, o misioneros evange-
hstas o de las sociedades de la abolici6n.
Esta lingua franca, por supuesto, no se ha conservado hasta nuestros
tiempos. El fiiiiigo actual, o lo que Ilamamos fifiigo, ya en curso de
desaparici6n, es ya otra cosa completamente diferente de lo que era
el lenguaje de los "apapis", que fundaron las "primeras potencias".
El lenguaje de los fiifiigos no era ni una lengua que hubiesen creado
los afrocubanos, o los africanos, para entenderse con los espafioles; ni
un idioma inventado por los espafioles para hacerse comprender de los
esclavos, sino una parla que naci6 primero para comunicarse entire si los
mismos africanos de la region situada frente a Fernando Poo y despues,
para que no la entendieran ni los espafioles ni los criollos, que no estu-
viesen iniciados en la sociedad secret. Insistimos, en que no puede
decirse que el fifiiigo sea un idioma o un dialect africano; es un con-
junto minimo de voces africanas, convencionai, que se sueldan aislada-

(1) Cufo es casa, en Isoama; Kufong, por el punto de reuni6n, es el nombre
de una sociedad secret de Africa Occidental, descrita por Mary Ringaloy.
(2) En Sesute, morena es jefe. Letsie Ke morena va Lesothe, significa Letsie
es el jefe de los bisutos.
(') En Sierra Leona se habla un ingl6s corrompido que se ha llamado Sie-
rraleonhs.







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mente, procedentes del Calabar, (1) ademis de las voces de las germanias
criminosas espafiolas y deformadas estas con terminaciones africanas,
o a la manera africana, y prefijadas, para seguir el genio del idioma
primero y luego para darles el semblante propio de la jerga. Las maneras
del castellano se adoptan esquematicamente y en una forma pueril.
Forzosamente tuvo que constituirse en una lengua especialisima, sin
responder, en esas primeras etapas, a un solo dialecto africano, por
la multiplicidad de parlas que se asociaron con los nuevos juegos que
se constituian. Fue intencional el rehuir adoptar todas las voces tomadas
de una sola lengua, porque asi, en un cuerpo, no habria tenido el ca-
rfcter de idioma secret.
En Africa, se establecieron primero las maneras arcaicas y casi olvi-
dadas, accesibles nada mis que a las castas ob6nicas, manteniendose el
tab6 para ciertos sonidos. Existia asimismo, como se advierte todavia,
un lenguaje comiin a los hermanos y otro mis amplio, general, para los
primos. El primero no lo entendian los grupos rivals; el segundo era
entendido por todos. En general, se procuraba hablar con rapidez, sin
dejar advertir apenas la separaci6n entire una y otra palabra. Por eso,
cuando a los criollos se les pedia que dividieran en palabras las frases
que recordaban casi nunca acertaban y dividian conforme a las pausas
pros6dicas, o en los puntos en que aparecia algin vocablo espafiol, o
que suponian espafiol.
En los verbos se usaban cuando no la forma escueta conservada tra-
dicionalmente las terminaciones espafiolas y hasta en algunos casos
maneras dialectales de Espafia, de modo principal terminos del vocabu-
lario de marineria. Los fiifiigos blancos, por su parte, mezclaron a este
compuesto ya deformado de la lingua franca, de exiguo vocabulario,
frases y voces de las germanias criminosas.
Adenms, los mosongos o iyambas pretendian nada menos que
hacer career que ellos entendian otra lengua arcaica y que era la que
dictaban los oriculos por el procedimiento corriente: tambor, repicador,
lengua, o sea, el sonido del tambor telegrifico, el sonido del que man-
tenia el ritmo y la atenci6n del oyente por medio de evocaciones sonoras
y, finalmente, los sonidos articulados que decian ser la interpretaci6n
de un idioma africano y que leian ocultamente en sus breviarios transmi-
tidos por comunicaci6n oral. Este lenguaje no era, como se habra enten-
dido, el que todos hablaban en la vida profana y com6n. Del conocimiento
que poseian de la lingua franca traditional, empleada en los rituales,
aprendida de memorial, nos dan buen ejemplo las versions que se con-
servan y que palabra a palabra no dicen lo que ellos afirman que dicen.
Los parlantes de ese compuesto idiomftico generalmente gesticulaban,
con gestos convencionales, referentes siempre a charlas de hechos muy
privativos suyos, que, por obvias razones, no podian entender los profanos.
En una indagaci6n honda de los vocabularies limitadisimos que em-
pleaban, limitaci6n vencida a veces por la glosa de la conventional frase
ritual, notamos la presencia de elements de multitud de lenguas bantfes.
Por supuesto que al criollo iniciado, hispanoparlante exclusivamente, se

t') Calabar viene del holandis "Kalvary", modificado por los africanos en
"Kalavary" o "Calabar", segn algunos; pero existen otras posibilidades etimo-
16gicas.







IACTORES ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


le hacia dificilisimo emplear la lengua africana original, por el diferente
mecanismo que tenia en comparacion con el espafiol.
Sobre esto no hay que olvidar que el iiafiiguismo fu6 de florecimiento
urban y que su ahliados, incluso los primeros, no estuvieron nunca tan
aislados en la comunidad, como para conservar intacta la lengua ritual
con lo que ella expresaba.
La limitaci6n del vocabulario, reducido a nombres de animals, de que
se servian como nombres simbdlicos de los iniciados, onomisticos secre-
tos que empleaban en las conversaciones, a objetos de ritual, parentesco
v toao lo que puede interesar a un grupo perseguido, esti expllcada s6lo
porque la necesidad les hacia valerse de eilos para un conjunto de fina-
lidades, fuera del que era innecesario el esfuerzo. Y cuando faltaban
palabras, para sus propios usos, echaban mano de las que daba la ger-
mania, con su contagio de gitanismo.
El fen6meno es interesantisimo y casi unico, pues es el trasplante de
una lengua secret africana, construida sobre la lingua franca de los
Ifiks, con un conjunto de hechos subreligiosos que ha sido dificil inves-
tigar en la misma Africa.
Nos corresponde ahora indagar la significaci6n de la voz itiigo, a
trav6s de la comparaci6n de los vocabularies.
La palabra hfiiigo es la desfiguraci6n por los criollos de una voz
africana, casi pudiera decirse Basa por mejor detalle. En esa lengua del
Cameran, Fgo, que pronunciarian faigo y ihaigo, por el genio del
cistellano que no tolera fi liquid, es el espiritu de la selva, potente,
invisible, que comunica fiereza a las criaturas terrible, que atormentan
a los africanos. Para la veneraci6n de Ngo o I'ge, como se dice en algunas
parties, existe la colectividad secret del mismo nombre, cuyos afiliados
se dejan hacer tres sangrias en el pecho, que luego curan con p61vora
y huesos molidos. Es aparente que esas tres sangrias sefialan la mordedura
del Rge, o monstruo silvano. Los dualas llaman a la misma criatura,
Aiuigi, nuestro muhanga. En Yaonde, al zoantropo del leopardo llaman,
en las ceremonies rituales, Ezilengah. Y en otro lenguaje de otra colo-
cadin geografica, el chitonga, muy distant del Golfo de Guinea, a la
fabulosa serpiente de agua que en sus ritos figure la llaman inyuamunya.
En Duala, encontramos que a la madre se le llama fango, afigo,
baiango y manango; y que en los paises de organizaci6n matrilinea, el
gran antepasado comun venerado es la madre. Tambi6n en Duala, al
espiritu de las aguas, al que prestan homenaje los votarios, se llama,
Yengh, (1) en que se advierte el mismo fen6meno de las lenguas de esta
region, la n se conviertee n fi delante de gutural. Todas estas races
cstin emparentadas y su entrelazamiento en los actos rituales del fiaii-
guismo, principalmente en la leyenda iniciftica, esti bien patente.
Tanto en Basa, como en Duala y Yaonde, con mayor persistencia en
Efik, lenguaje en que para estos objetivos se emplean voces desfiguradas

(1) La sociedad secret mil veces descrita por los viajeros del Calabar se
apellida "Egb6". En Krepi, Egb6 significa el que viene. Existen otras etimologias.








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de los dialectos de la vecindad, existe toda una categoria de efectos
rituales abrazados por la raiz "Ng" o "Nj". Veamos:
En DUALA tenemos: Njangi, pagar impuestos, hacer ofrenda, o, co-
mo dicen nuestros fifiigos, pagar derechos; Sanga-nangi, limarse los
dientes, en ofrenda al espiritu de los antepasados, o como marca de adhe-
si6n spiritual, o juntar ofrendas para los muertos tribales, o cobrar tasa,
siempre en nombre de los abuelos; Njo, leopardo; Njo a dibanda, quien
se disfraza con la piel del leopardo para seguir a las gentes, zointropo
ritual de esa bestia; Njolandi, fulminita, o piedra del leopardo; Njolandi.
es, asimismo, la mirada del leopardo, "que deja paralizado al hombre".
Njom, es la tierra ancestral, la tierra de los abuelos y, al mismo tiempo,
un fetiche medicinal.
Njomnan, se traduce por hombre de brios y destacado, valiente como
un tigre. Entre los criollos, ion, o simplemente, no, que se suponia
corruptela de nor, por senor, era tratamiento que se daba a personas de-
reputaci6n y valer entire ellos. En Duala, tambien es un tratamiento.
Njongi, agrio; 1ofigo, la grasa del coco, con grafia, njongo. Y tambien:
njongo, con otros valores tonales en las silabas, es lo mis profundo del
bosque. En Santa Clara, Ilaman a los campesinos que viven en lo mis
hondo del territorio, iongos; pero aqui no hay raiz africana.
Ngan, el mejor, el mis avanzado, el mis progresista de los hombres;
Ngaf, el vino de la palma, que se obtiene por fermentaci6n del jugo
extraido estando en pie el arbol. El hechicero se nombra, en este mismo
lenguaje, Ngambi.
En BASA (1) encontramos: Nje, arbol de madera amarilla, que,
se reputa de mala suerte; Njeg, en duala, njou, hechizo; Njega, oriculo
de palma; Njega-kumba, tableta zumbadora (ecue), hecha de madera de
palma; Rga-saiigo, embrujado, alucinamiento; Rgan-nu, echadizo, men-
jurje para causar mala suerte; Ngaiia, disgusto, aversi6n y lo que lo
produce.
El pez que produce un ruido con el vientre, al rascarlo, y que es tabC
para las mujeres, Ngo; los dualas lo llaman din y nuestros fiafiigos,
chopa.
Podemos agregar a estos elements radicales, todos de las regions de-
procedencia, o contiguas a las regions de procedencia, de nuestros fia-
figos, otras races, haciendo interminables las referencias. S61o afiadire-
mos una list de voces del Congo (dialecto kikongo), con lo que seia-
laremos las posibilidades de former una lingua franca, en Cuba, para los
criollos que ingresaran en las llamadas sociedades secrets, o para los
esclavos de toda otra procedencia. Ademis, veremos que la voz ieque.
con que se design el espiritu de las aguas, espiritu maligno que algunos
aseguran haber visto, no es otra cosa que la deformaci6n del banti, ike,
o iki, con el valor traduccional mis antiguo de cambiarse, transformarse,
o, si preferimos el francis, devenir.
Esas voces del congo, que resultan fitiles para pesquisar en el signifi-
cado de la palabra fifiigo, son las siguientes:

(1) Tanto el Duala como el Basa estan impregnados de voces Ibibio y Efik.








FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


Ofigafga ................... espiritero
eiigo-fikitu ................ hombre-leopardo
emboma-fikitu .............. hombre-boa
efigandu-fkitu .............. hombre-cocodrilo
efigo a luanshi............... hombre-espiritu
efigombo ................... echadizo
endem bo .................
endembokta ................. Nombres congos de las socieda-

enkimba ................. des secrets de los hechiceros)
Rgafiga-a-figombo .......... Descubridor de sortilegios
fijiunga .................. andar los espiritus
fikondi .................... amuleto
fikwuiya ................... espectro.
Los hombres-boa, cocodrilo, leopardo y espiritu, son, en la nomen-
catura de nuestros fiifiigos, los diablitos.
Las leyendas tradicionales de la Costa Occidental de Africa estin car-
gadas de referencias a ese pez y a la tableta zumbadora; los finfiigos de
Cuba, refinen las alusiones al pez, a la tableta zumbadora, (1) a la palma
y al leopardo, que llaman tigre.
La persistencia de la raiz "nj" para designer al felino, es uno de los
fen6menos mis interesantes de la slenguas africanas. En Kamba, se dice
"ngoo" y "engo"; en Kikuyu, "ngare"; en Chitonga, "nemba"; en Herero,
ongiie; en Nyaja, "nyalugwe"; en pongw6, "Uvengwa, o "njo".
Un escritor norteamericano el misionero Robert Hamill Nassau, que
estuvo cuarenta afios en el Congo Frances y que reuni6 sus impresiones
en el interesante libro, "Fetichism in West Africa" (Duckworth & Co,
London, 1904), dice:
"No parecen estar perfectamente definidas las funciones de las varias
classes de espiritus, ni tampoco sus poderes. Ciertamente no se limitan
a sus localidades reconocidas o a sus funciones aceptadas, como perte-
necientes a su clase. Estas facultades y funciones se invaden mutuamente,
o pueden asumirse por los miembros de cualquier clase. Pero claramente
se cree que los espiritus, afin los de la misma dase, difieren en cuanto
a sus poderes. Algunos son fuertes y otros son debiles. Pero se limitan
conforme a la naturaleza de sus poderes, pues ningfin espiritu puede
hacerlo todo. La eficiencia de un espiritu esti cefiida a un solo dominion.
Todos pueden ser sometidos a influencia y al dominion de los deseos
humans, por medio de una gran variedad de encantamientos.
"Existen otros nombres que aunque pertenecen a los espiritus aparen-
temente no indican mis que peculiaridades en las manifestaciones espi-
rituales y no representan una clase. Hay los que pueden entrar en el
cuerpo de un animal (generalmente en el del leopardo) y hay afin los
que pueden instalarse en el alma de un ser human viviente. El animal,
si esta en posesi6n de un alma humana, guiada por la inteligencia y la
voluntad de esta alma, puede ejercitar su fortaleza en ventaja de lo,
prop6sitos de su poseedor temporal, human. Dicese que se han come
tido de este modo muchos crimenes, a la manera del wehrwolf alemit
o del loupgarou frances."

(1) En Yoruba se llama "oro"








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Nuestros fiiiigos, en los diablitos, no son mis que transmigracione!
de Ecui, (1) Yengsi, la deidad silvana; y, en ocasiones, del leopardo,
cometiendo hechos como los del wehrwolf y el loupgarou, que no sol
mis que las supersticiones de los antiguos zoantropos de los germanos.
El mismo misionero dice despu6s:
"Otra de las manifestaciones (de tales espiritus) es la del uvengwa
Se afirma que no es simplemente spiritual, sino tangible. Es el espiritu
y el cuerpo de un ser human resurrecto. Se le teme, aunque no se I
venera en modo alguno. No se sabe por que aparece. Acaso se mani.
fiesta s6lo con un sentir de inquietud, disatisfacci6n y falta de reposo
Es blanco de color, pero el cuerpo varia diversamente del parecido con
el cuerpo human original. Algunos dicen que solo tiene un ojo en el
centro de la frente; otros dicen que tiene los pies como las palmipedas.
No habla, s6lo merodea con avida curiosidad."
Cada fiiiigo, es un uvengwa de los pongwis; los diablitos no son mis
que momentineos albergues de este o del alma silvana que se introduce
en el leopardo y lo transform en la criatura recia, fiera, bravia. El
uvengwa de ese territorio s6lo es lo llamado entire los criollos afro-
cubanos, mufianga.
Vamos a tratar de investigar ahora la procedencia de los nombres de
las llamadas potencias de los fiifiigos de La Habana, Regla, Guanabacoa
y Matanzas, tomando como base la lista que de ellas da en "La Policia y
sus misterios en Cuba", Roche Mouteagudo. Cada potencia parece que
inicialmente reuni6 a individuos que venian de una misma poblaci6n
africana, probablemente emparentados, ya de sangre, ya de modo totemico.

POTENCIAS DE LA HABANA

Rama Efd Negros.

BACOCO EFO.- Nombre compuesto de Abak y Okkom, dos classes
de los Ibos. Ef6 parece indicar la posici6n relative con respect al rio
de la tradici6n, no al rio del actual habitat de las tribus.
Bacoc6 es tambi6n nombre dado a los Basis.
MUTANGA. En los fundadores de esta potencia prevaleceria segura-
mente la sangre semi-banti, y ain la banti. Otanga, el segundo element
(el primero, Abam), es una tribu de los Gayi, perteneciente a la agru-
paci6n tnica de los Goki, la mis oriental de las semi-bant6es sudanizadas.
Tambi&n hay una tribu Uyanga en el mismo territorio.
ENLLEMILLA. No hemos podido hallar antecedentes de esta tribu
o dan en Africa. En una tradid6n de los flifiigos se design un pais
como Enyemiya.
EFORISUN. Compuesto de Efor-Isun, Isu de Efok. Los Isu son un
clan de los Ibo.

(1) Akwa es el nombre de un rio del Calabar; Um6n es nombre de otro rio.
Pot lo primero, los calabaries designan al espiritu fluvial y pot lo segundo al
agua. Oqua, en yoruba, es vasija de agua; en Sesute se dice "mkho". Los fifigos
laman a la tinaja, cakureko Um6n, en que "Ko" es signo del genitivo.








FACTORS ALOGENOS DE LA POBLACION CUBANA


URIABANGA MU&ON.-Uri es prefijo. Tambien se dice: Uriaba-
banga Mufi6n, descomponi6ndose asi: Uri, prefijo; Abam, nombre de
una tribu de los Ibo; Abatanga, designaci6n de una de las naciones
dependientes del famoso "duque" Efraim, o Effium, de Calabar. Entre
las potencias blancas de la misma "rama", hay una: "Biabanga", que tal
vez tenga etimol6gicamente el mismo origen. Biabanga es un compuesto
de Mbiabo, nombre de una tribu: y Obang, de una subtribu de los Ekoi.
El element Mufi6n, que tambien se dijo, "Bafi6n", es el Manyo, de
Calabar.
Uribanga tambien se traduce por fundaci6n.
GUMAN EFO UlION. Es un clan de los Akunakuna, tribu de los
Ekuri-Akunakuna, de raza semi-banti. Hay un rio, una poblaci6n y
un pais entero con este nombre, al norte del Rio del Rey.
BETONGO. Se citan los Obutong en 1770 y un siglo antes, como
descendientes del regulo de Calabar. Actualmente hay los Okuretong.
Tambien el nombre de la sub-tribu Ekoi, Obang, pudiera figurar en este
nombre. Nos inclinamos a admitir este filtimo element, por mis modern.
Betong6 significa asimismo noble o iniciado.
FUERIN COMON. No encontramos determinaci6n possible.
URI APAPA. Orri es un lenguaje semi-bantfi, relacionado con el
Ibibio, segin Thomas. Los "apapa" son los "Ekoi". Abakpa los llamaban
los Efiks. Quiere decor esto que los Uriapapa, son los Ekoi que hablan
orri. Tambi6n Uri es un prefijo determinador.
MURANGA EFO Entre las tribus semi-bantues, hay los Uyanga; y
entire los Ekoi, los Banyangu. En el Camer6n existen los Bangwa, y los
Otukwanga, entire los Boki como subtribu de los Yakoro. Tal vez sea
errata por Mufianga Ef6, pues anteriormente, en La Habana existia una
potencia de esta designaci6n. Este "Mufianga" no tiene nada que ver
con el otro, que quiere decir, "aparecido". Los M-Uyanga, parecen ser
los que en el libro de Roche Monteagudo figuran como Mangua Ef6.
USAGARA. Los Isu son una tribu Ibo, y los ware, semi-hantfies del
N. E. del pais de los Boki. Anteriormente hubo en La Habana dos po-
tencias de Isagards, nombre en el coal se ve mAs marcada la semejanza.
Hay una tribu Irigwe en Africa.
Usagar6 se vierte por "alto poder".

Potencias de la Rama Efo
Regla (Negros)

ENLLEGUELLE EFO. Parece corresponder a la tribu de los Ekoi,
donde hay una subtribu, Ejagham (con fonetica inglesa). Enlleguel6 o
nyegy6, es el leopardo sagrado; tambi6n, principle o ilustre.
ABASI EFO. Parece ser invenci6n criolla. Obassi, entire los Ekoi, es
el espiritu del Cielo, esposo de Ale, la Tierra, y padres ambos de Ebinok-
pabi, la Ceres africana. Abasi contin6a figurando en el limitado pante6n
del fiafiiguismo.








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Potencia de la Rama Efi
La Habana (Negros)

AMIABON. En Calabar, la tribu de los Mbiabo.
URIABON. Los Adiabo, en Africa. El primer element bien es un
prefijo, bien la designaci6n. Aro, nombre de una tribu.
Uriab6n, el Adan de los lyes.
FIBONDA. Efik Ibo Nda, o bien Efik Ibo Indem, o Ibo Edda, todos
,ombres de tribus de los Ibos, llamados tambien ibones.
APAPA UMONE. Los Umones de Apapi. Hubo tambien los Gum6n
Ef6 (vease).
EFIQUEBUTON. Compuesto de Efik-Ekiti-Obutong, tribus de Ca-
labar. Los Ekiti existen todavia, pero los Obutong s6lo estin mencio-
nados en relaciones referentes al "Duque" Efraim.
Efikbut6n seria familiara Efik".
ENQUEREGUA. Los Iberiku, sub-tribu de los Nsobo, sobre el Rio
de la Cruz, en el distrito de Obabura. Los Ibos tienen la sub-tribu y dan
de los Enkweku. Anteriormente existi6 en La Habana la potencia de
los Ikoreguao.
En una tradici6n dicen que existia el rey de Equeregui.
EFI CUNACUA. En la region de Obabura, hay los Okuni. Los Aku-
nakuna son una tribu de Calabar y Ogoja. En los valores Efi de deter-
minadas regions africanas, hay que tener en cuenta las tribus "Afikpo".
EFI-ACANIRAN. Los semi-banties fundadores de Aro-Chuku, la mi-
lenaria poblaci6n, se Ilamaba Ekoi. Los Aram son los Aro.
Acaniran es "madre de los fiiiigos".
EFI CONDO. Los Ikonetu son una sub-tribu Ekoi.
En la tradici6n iniciitica Eficond6 es un pais.
BARONDO. Los Aro u Or6n, llamados tambien Araris y Oron, fue-
ron los habitantes de la costa de Guinea, que se sublevaron contra los
Ibos, hace mil quinientos afios, al invadir estos iltimos aquella zona.
Hubo en Cuba dos potencias Oror6, en 1880. Oror6 es uno de los tres
brazos del rio traditional.
EFI EBUTE. Los Uwett son una tribu del Golfo de Guinea. Tambien
hay los Boti, clan de los Igbo Imaban, de Ogoja. Otra potencia existia
en La Habana, con el titulo de Efiquebut6n.
EMBEMORO. Parece compuesto de M-Bami-Oror6. Los M-Bami son
una tribu semi-bant6 del interior del pais por donde corre el Rio de la
Cruz.
IRIANABON. Compuesto de los nombres de tribus semi-banties,
Oron y Ndiabo.
ECORIO APAPA. Hubo tambien los Ecorio Ef6. En Calabar, hay







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Ikorifiong. Ecorio es Ekuri, sub-tribu de los Ibo. Los Corio Efor cons-
tituian una potencia hace cincuenta afios, pero procedian de los Obioko,
una de las tribus dependientes de Efium.
EFITENTE. No hallamos semejanzas.
EFI ABACUA. Compuesto de Abak, nombre de una tribu, y Kwa,
designaci6n dada por los Efiks a los Ekoi. La jerga fifliga es el abacui.
ETERENON. Ntari, sub-tribu de los indems, cercanos a los Akaju,
en la meseta de Obaburi.
ENTOQUI. Hay las tribus Ntu y Nki, en la cuenca del Rio de la
Cruz. Entre los Ekoi, se conoce la sub-tribu de los Nde. Tambien pu-
diera tratrse de Edo y Ekoi, en que Edo, es el nombre africano de la
ciudad de Benin, una de las mis importantes del litoral guineo.
CANFIORE. Tampoco hemos podido encontrar la filiaci6n de esta
potencia de los iifiigos habaneros.
Ellos hablan de un viaje de certo rey al pals de Canfiore.
IBONDA. Hacemos la misma indicaci6n que para Fibondi.

Potencias de Matanzas
UBANE EFI. Ubani, sub-tribu sudanesa de los Ib6. Oban es la ca-
pital de esta agrupaci6n etnica.
OLDAN EFI. Oldan es version del nombre Ubane, a otro dialecto del
Calabar.
BACOCO. Igual observaci6n que para Bacoc6 Ef6, fifigos de La
Habana. Se dice tambien Bacoc6, en Matanzas.
EFI ABARACO. Abak-Aro-ko, tribus del Calabar.

Potencias de Rjiiigos Blancos en La Habana
ACARIRAN EFO. Parece compuesto de Ekoi, Okuni y Arin, tribus
de los Ib6s.
EBION EFO. Los Ibibios tienen una tribu y un clan de los Ibionaw,
que habitan en el centro de la provincial de Ogoja.
ECORIO EFO. Hay tres potencias de este nombre. De Ekuri Ebion,
o Ekuri de Ef6k. Los Ekuri son Ibibi6s. Existe una poblaci6n Ikorio-
fong, en la cuenca del Rio de la Cruz.
MACARO EFO. Macarari significa blanco. La presencia de la m
delata el bantuismo.
ABA TANGA EFO. Liga de Abam y Otanga, tribus del Calabar.
BIABANGA. Mbiabo y Obang, sub tribus de los Ekoi.
ECHENEBION EFO Y ESEMILLAN EFO. -No nos ha sido possible
definir estas filiaciones.







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RARIGOS BLANCOS

Regla
DIBO EFO. De la tribu de los Adiab6s.

Guanabacoa
ENDIBO EFO. Igual que los Dib6 Efo, de Regla.
No hemos querido hacer relaci6n en estas apuntaciones a las 85 po-
tencias que existian en La Habana en 1881, y que recoge, de "La Voz
de Cuba", el libro de Urrutia: "Trujillo y los Criminales de Cuba".
Muchas de las potencias que alli se citan, subsisten todavia. Los nom-
bres de algunas eran mis ficiles de investigar de acuerdo con la tradi-
cion, pues no eran ni tantas las complicaciones de mestizaje, ni tantas,
tampoco, las necesidades de multiplicar las determinantes para con-
creicr los nombres. Hoy, en las "potencias", no estin inscriptos, como
seria al principio, los nombres de los individuos que realmente pertene-
cian a las tribus africanas cuya designaci6n habian adoptado, sino los
que por casualidad, o razones de simpatia tocaban a los que intentaban
ingresar en el fiafliguismo. Los aportes al conocimiento de la procedencia
de los iniciados en aqullas sodedades, quizAs pueda suministrar luz
para conocer las verdaderas tendencies de tales organismos, y las causes
de hechos de sangre acontecidos en La Habana hace medio siglo, y que
tuvieron acaso sus origenes en seculares luchas de campanario en tierras
del Calabar. Queremos advertir, ademis, que la nomenclatura de las po-
tencias responded a citas de las tradiciones iniciaticas.


VII

LOS PRIMEROS CANTONESES

Despues de haber venido gran nfmero de "hakkas" y "fuk-lo" a Cuba,
de la region de Amoy, debido a los problems internos creados por la
guerra del opio y por las cuestiones surgidas alrededor de las actividades
de la Gran Bretafia en la provincia de Kwangtung, foco de incesantes
luchas contra el poder imperial, prodijose una crisis aun mis honda, en
el orden econ6mico, impulsando a gran numero de personas a emigrar
hacia las Filipinas, Australia, los Estados Unidos, Periu, Mexico y Cuba.
La "Compafiia de Londres", que continuaba realizando el trifico, a pesar
de haberse anulado sus privilegios de monopolio, contrat6 gran nfimero
de agricultores chinos.
No procedian la mayor parte de ellos de la ciudad de Kwong Chau
ni de sus inmediaciones, sino del delta que forma el gran rio Cant6n
con el Sai Kong, o "rio del Oeste", precisamente al poniente de la antigua
ciudad. Los mejores braceros de la agriculture cubana salieron de esa
region, habitada por elements que, procedentes de una zona en que la
tierra esti muy repartida, sabian explotar intensivamente el suelo.
De los primeros en venir se encontraban los habitantes del distrito
de Kau-Kong, o de los "Nueve Rios", cuyo centro principal se encuen-








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tra en la ciudad de Nam-Hoi, directamente al oeste de Cant6n. Kau
Kong es una isla del delta, situada entire el Sai Kong y uno de sus
brazos. En ella se encuentran las poblaciones de Kwong-San y Siu-Tau,
de donde vinieron tambi6n muchos inmigrantes.
Kau Kong, la poblaci6n de este nombre, se encuentra justamente en
la porci6n s. e. de la isleta, cuya otra mitad corresponde al distrito
de Sion Tek, que abraza tambien la isla de Kin-Tong y otras mis pe-
quenas.
Los habitantes de esta region estan constituidos en pequefias comu-
nidades cerradas, cada una con su dialecto y aun caracteristicas propias,
que las distinguen una de otra. Los valores hist6ricos, el caudal tradi-
cional, se han conservado en esos grupos y asi puede decirse que cada
isleta posee una condici6n tipica, por cuya conservaci6n estuvieron
luchando sus representantes, aun a costa, muchas veces, de querellas
tremendas, traducidas en rivalidades particularistas.
Los vecinos de la ciudad de Sion Tek eran reputados como afectos a
los conocimientos mercantiles y de entire ellos salieron los contadores,
tenedores de libros, etc., como representantes de una burguesia inci-
piente, que se desarrollaba al lado de Cant6n.
Finalmente, hay que contar a los que vinieron del distrito de Chung
San, o "Heung Shan", contiguo a Macau, la posesi6n portuguesa de
China. Las rivalidades entire los habitantes de Kau Kong y los de Chung
Shan y Sion Tek han dado lugar, en muchas parties, a luchas que resultan
de la competencia de dan o colectividad, en el campo mercantil. Las
contiendas de los grupos chinos que se han desarrollado en muchas
ciudades norteamericanas no tienen otro origen sino iste.
La zona que mis braceros di6 a la agriculture cubana fue la de San
Tsing o San Wui, centro de la region conocida por Sam Wei muy
extensa, situada a la margen del rio Sai Kong frente a Kau Kong.
La multiplicidad de los dialectos del Delta cantons ha hecho que los
chinos de Cuba no hablasen un idioma general, sino que se emplease
una suerte de jerga intermediaria de valor muchas veces conventional.
Sin embargo, las diferencias del pasado han ido cesando y pronto
no han quedado sino las de caricter politico, mantenidas mis por la
pasi6n particularista que por un verdadero sentido ideol6gico.
Entre los chinos que vinieron a Cuba en los primeros tiempos de la
contrataci6n, sin referirnos ya a los de la provincia de Fukien, muchos
habia que pertenecian a la raza de los hak-ka, o sea, de los que se encuen-
tran de visit en nuestra casa, como reza el double ideograma referido.
Como esto establece ya una diferencia entire el forastero, o hak-ka, y el
chino propiamente dicho, hubo, en los primeros tiempos de la formaci6n
de la colonia china entire nosotros cierto escozor regionalista que, por
fortune, en la comunidad del infortunio desapareci6.
Muchos de los hak-ka, o kok-ka, como se dice en cantons, vinieron
a Cuba a causa de la rebeli6n de los Tai Ping, cuyo jefe pertenecia tam-
bien a esa raza,suerte de gitanos que convivian con el resto de la pobla-
ci6n de la provincial de Cant6n. La familiar de los buhspedes tuvo asi
una representaci6n numerosa entire nosotros, no solamente porque fuera
possible obtener mejores condiciones de contrataci6n, sino porque ellos
mismos, cuya vida corria riesgo en el Imperio, por la parte que tuvieron







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en aquel movimiento, estaban decididos a salir de China a costa de
cualquier sacrifido, induso el de la libertad.
La generalidad de estos intrusos se encontraba establecida, como en
el present, en las cercanias de los limits de la provincia de Fukien,
en la region bafiada por el rio Chi-Kong, con centro mercantil en Suatau.
Tambien son considerados de raza a-china, o sea, de procedencia
diferente a la de los restantes habitantes del sur de China, los fuk-lo,
Uamados por algunos jo-lo, o la antigua gente alegre, que ocupan las dos
bandas de la linea divisoria entire las provincias de Fukien y Kwangtung.
Contaban entire los primeros chinos que vinieron a Cuba y que, sin
duda, se ban mezclado con la poblaci6n cubana. No solamente por
cuestiones de raza, sino tambien por motives de idioma, vivian aislados
y con mayor facilidad aprendian el castellano que el cantons. Formaron
tambi6n parte de las tropas de choque de los tai-ping y entraron en las
huestes mambisas, ya desde la primera guerra. Los primeros entraron
en Cuba en el afio 1847; procedian de un distrito situado al Nordeste
de la ciudad de Cant6n.
En igual consideraci6n tienese en la provincial de Cant6n a los Tan
Min, o n6madas fluviales, de los cuales vinieron algunos.
Las rivalidades entire las diferentes colectividades chinas en los pri-
meros afios de la contrataci6n eran, pues, de caricter regionalista.
Todos los chinos, except algunos que vinieron de Fu-Chau, proce-
dian, en Cuba, de la provincia de Cant6n. Nos proponemos en estas
notas hacer relaci6n de sus expresiones principles, ya que por el
caricter especial de la formaci6n 6tnica de esa region de China no
habia rasgos comunes entire los grupos emigrados, ni aim en el lenguaje.
Nos vamos a referir ahora exclusivamente a los kok-ka o kak-ka, como
diferentes de los chau-cbau o fuk-lo a que antes aludimos. Por su
character, son sobrios, integros, de una probidad proverbial, aunque en
algunas provindas de China se les exduye, como se hace en la India
con los individuos de las ilamadas tribus errantes.
Los primeros Ilegaron a La Habana en la fragata "Oquendo", proce-
dentes del puerto de Amoy, en la provinda de Fu-Kien, el 3 de junio
de 1847, tras de seis meses justos de viaje; nueve dias despues, llegaban
otros en la fragata Dupec of Argile. Julian de Zulueta y Joaquin de
Arrieta eran los consignatarios de esa expedici6n de esclavos amarillos,
tan vergonzosa como las de africanos. Los contratos firmados eran por
ocho afios. Durante veinte afios mis habria de durar el trifico, vinen-
do contratados de todas las regions de la provinda de Cant6n, princi-
palmente del famoso delta, que, desintegrado en miles de isletas, se
encuentra al sur de la famosa ciudad de Kwong-Chau, capital de la pro-
vincia. Cuando el trifico pas6 de manos de los ingleses de Amoy a los
portugueses de Macau, dejaron de venir en masa a Cuba los kok-ka,
cediendo el paso a los pun-ti, o cantoneses, legitimos chinos. Comenz6
entonces a crearse distingos entire chinos cbau-chau, o fuk-lo de Cant6n,
de Manila (colonizadores de las Filipinas) y el amoyano.







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Entre el pun-ti y el hakka o kok-ka existe una vieja rivalidad, mani-
festada tambien en La Habana, en donde, al constituirse las primeras
sociedades chinas en 1867, los segundos no se unieron con los primeros,
sino que organizaron su agrupaci6n, bajo el nombre de Gui Sen Tong,
o Segunda Alianza, para diferenciarse de los cantoneses puros, que or-
ganizaron la Kit Yi Tong, o La Unidn.
Segin las tradiciones, los kok-ka son mestizos de mongoloides y de los
primeros habitantes de China, acaso descendientes del famoso homo
pekinensis, de las provincias de Ho-pei y Shantung. Afirman que fueron
arrojados de esta iWtima por el emperador Shi-Hwang-Ti, que rein6
del afo 246 al 210 antes de Cristo, o sea, tres siglos antes de la era
actual. Se establecieron en las provincias de Cant6n, Fukien, Kwangsi
y acaso en la isla de Formosa, en los siglos VII, VIII y IX, en que fueron
empujados nuevamente hacia el sur, por los generals de la dinastia
de los Tang.
Constituidos ya en una casta de traficantes, aunque contribuyeron a
la defense del lar chino en los tiempos de Kublai Jan, no efectuaron
la uni6n.
El sistema hermetico de confederaci6n de families mantenido en
China hizo que a los kok-ka fuese absolutamente impossible penetrar
en la uni6n de los pun-ti, o cantoneses imperiales, constituidos en esa
forma de organization social en el delta del rio Cant6n. Tambi6n con-
tribuia no poco a estas formas de apartamiento el hecho de que el
kok-ka no reparase en entrar en contact mercantil con los extranjeros,
en una epoca en que se consideraban peligrosas estas relaciones.
Entre los kok-ka que vinieron a Cuba se recuerda particularmente a
los fundadores de la sociedad Gui Sen Tong coocidos por Jose Lo-pan,
Perfecto Diaz Ja-mot, Arturo Fu-fong, Desiderio Loi-tek, Rafael Shin-
meng, Carlos Li-sang, Antonio Ah-yih, Sabls Chung, Benito Chung y
Salustiano Chung, quienes constituyeron un grupo fraternal en la calle
Maloja, a los veinte afios de haberse establecido en nuestro pais.
Como se ha visto, los kok-ka Uevaban los mismos apellidos chinos.
En el cementerio chino de La Habana se guardian los restos de algunos
de esos fundadores de la "Segunda Alianza".
Todos los que vinieron en la "Oquendo", si no murieron bajo los
efectos de los malos tratos de los ingenios, se mezclaron. como los fuk-lo,
con la poblaci6n cubana, principalmente en la provincia de Matanzas.
Asi, en la consideraci6n de nuestra formaci6n racial, no hay que olvidar
el influjo, aunque reducido, de los chinos "jaci".
La mayor parte de los actuales nobladores de los distritos de Soy Yap
o si yop, Kau-Kong y Chung-Shan, proceden de la parte norte de
la provincia de Cant6n, de donde descendieron durante las prolongadas
guerras libradas contra los habitantes de la frontera. Para diferenciarse
de los kok-ki y de los fuk-lo, se hacen llamar Pun-ti. Pueblo fiero,
amante de su independencia, puede decirse que no se di6 reposo durante
la dominaci6n de la dinastia de Tsin, defendiendo siempre el libaro de
los Ming, en ocasiones mediante recios movimientos de rebeldia.







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De estas luchas y de las subsecuentes ocasionadas por la introducci6n
del opio en el pals, sacaron provecho los extranjeros para la explotaci6n
de los "pun-ti" y su contrataci6n con destino al Nuevo Mundo.
En 1844, Inglaterra fue la iniciadora, por contrato de la "London
Company", que poseia el monopolio con los puertos del Extremo Oriente,
del comienzo de esa restauracion velada de la esclavitud que se realizaba
mediante el contrato de indentacidn, que reducia a los hombres a la
servidumbre. El regimen del "capataz" (chau-chi t'au o porquero, lo
llamaban los' chinos) abri6 asi, en la colonizaci6n de los pueblos ameri-
canos, una ipoca de vergiienzas, tragedies y rebeli6n. Bajo la desig-
naci6n eufemistica de "kung t'au", el mayoral de la contrataci6n poco
se diferenciaba del mayoral de la esdavitud. El contrato se realizaba
siguiendo una formalidad que no se cumplia. El "contratado" tenia que
firmar un document y rara vez sabia leer; tampoco hablaba el idioma
del intermediario y, en ocasiones, ni siquiera el del kung t'au. No se le
decia que iba destinado a Am6rica que en su rudimentaria geografia
no conocia; se le sefialaba, cuando lo habrian de enviar a Cuba, que lo
conducirian a las Filipinas, conocidas por ellos bajo la designaci6n de
Si Liy Sung, o "Pequefia Espafia", sobrentendidndose asi todas las colo-
nias hispinicas, en la amplisnta latitud que se daba al imperio colonial
espafiol. Originalmente, el nombre era Liy Sung, o, en el lenguaje del
Norte, Lu-Sung, o Luz6n, en caracteres puramente fon6ticos que, am-
pliados mIs tarde, designaron a Espaia entera, por causa de que los
dos cuadrados unidos por un gui6n que forman el caricter lly, fueron
tomados por simbolo ideogrMico de la bandera espafiola. Espafia era
llamada Tai-Liy Sung.
Eran ficilmente engafiados, debido a que ya en las Filipinas, desde
hacia siglos, existian colectividades chinas, que desarrollaban potencia
econ6mica, por sus asociadones mercantiles.
El centro de la contrataci6n habia estado en Hong-Kong, pero en
el afio 1854, merced a la resoluci6n adoptada por el gobernador de la
colonia, por propia iniciativa, ces6 esa plaza de tener la posici6n que
basta entonces se le diese y pas6 a Macau, en donde el juego, el opio
y otros extravios, servian para secuestrar a muchos y a no pocos para
restarles la libertad. Tambien alli los pirates vendian a los prisioneros
y algunos jefes de banda, en las guerras civiles, a cuantos caian en sus
manos.
Cuando existian dificultades de orden politico, se acudia a la corpo-
raci6n mercantil de Cant6n, el famoso "Kau-Hiong", que servia de ve-
hiculo de enlace entire los comerciantes de la plaza y los extranjeros.
Como cada uno de los trece magistrdaos tenia tres nombres, resultaba
que, en la prictica, era siempre ficil esquivar responsabilidades. Por
medio de este grupo sindical vinieron a nuestro pais muchos obreros
especializados chinos.
Nunca, en nuestra nomenclatura, se llam6 al trabajador chino culi,
nombre de origen hindo que entr6 a former parte de la terminologia
de la contratac6n cuando cerrado en 1866, por el convenio de t'au ngan,
o de la capitaci6n, entire China, la Gran Bretafia y Francia, el trifico,







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comenzaron a salir braceros de la India para las colonies britinicas,
que se desarrollaban ampliamente con trabajo servil, mientras se oponian
trabas a los paises retardados del continent americano. Este instru-
mento, conocido por los europeos como "tratado del head money", o
sea, pacto por el cual habria de garantizarse el regreso del contratado a
su pais, con el dep6sito del pasaje, cerr6 virtualmente el trifico de
hombres, contra el cual habia ya protestado, en abril de 1859, el cuerpo
mercantil de Cant6n.
Ese espiritu cantonalista que vemos manifestarse entire los espafioles
de las diferentes regions, quizis debido al aislamiento de sus comuni-
dades provinciales, lo hallamos tambien en China. Dentro de la misma
provincia de Cant6n habia a mediados del siglo pasado una rivalidad
de comarcas, que, por fuerza, tenia que llegar tambi6n a los paises ame-
ricanos, en donde se constituian colonies chinas.
Las diferencias se manifestaban inmediatamente en el idioma y habia
asi, en la ignorancia de las leyes de la evoluci6n del lenguaje, especial
desprecio hacia quienes no sabian expresarse con la correcci6n de los
models aceptados, que, en este caso, tenian por principal el lenguaje de
la ciudad de Kwong Chau, capital del distrito de Pun-Yuo, o tronco de
la administraci6n regional. Entre los Pun-Yuo, los Kau-Kong y los
Soy Yap hubo, pues, una rivalidad propia del particularismo, que se
tradujo en los negocios. Quienes al hablar mal se entendian no se con-
sideraban quizis de la misma nacionalidad. Fu6 precise el transcurso de
los afios en la emigraci6n para dar a los chinos ese sentido de cohesi6n
national que posteriormente se ha visto; y que, en los siltimos afios,
intensificado en la misma China por los adeptos del doctor Sun Yat Sen
ha comunicado a todos el sentimiento de la uni6n national. Tal vez
muchas de las luchas partidaristas de los chinos en el extranjero se hayan
debido a la persistencia, exigida por los hechos econ6micos, de un espi-
ritu de emulaci6n nacido en el particularismo.
La region llamada de "Soy Yap", o de los "cuatro distritos" com-
prendida entire las fertiles tierras lianas del Delta (Sam Wui) y las
montafias de Tai Shan, que cierran en un cuadrante una zona perfecta-
mente compartimentada, di6 a los contingentes de la contrataci6n sus
mejores fuerzas, de elements laboriosos, dedicados a los cultivos inten-
sivos, propios del campesino cantons.
De la costa situada al oeste de Macau, fuera ya de la parte en donde
todavia vierten sus aguas los brazos del rio del Oeste, vinieron tambien
algunos grupos, particularmente de Wong Mui, punto principal de la
ensenada de Sam Hui, o de las tres bocas fluviales.
Muchas sociedades chinas constituidas en La Habana han Ilevado los
nombres de los centros de comarcas agricolas, del distrito de Soy Yap.
Las principles son: Hoi-Ping, Yan Ping, San-Wui y Hoy San, que
forman una suerte de confederaci6n de ciudades interiores, como es usual
en muchas parties de la provincia de Cant6n.
Los "Soy-Yap" eran preferidos por su condici6n sana, por su vigor,
por su perfecc16n moral, puesto que no procedian de dudades ni de
centros mis o menos densamente poblados en que habia entrado el vicio







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del opio. Tampoco eran levantiscos, como los habitantes del Delta,
acostumbrados a v6rselas con los pirates del Mar del Sur, o con las
gavillas que salteaban las isletas del Sai-Kong.
De la parte norte o del levante de la provincia de Cant6n, fuera de
los "hakkas" y "fuk-lo" que llegaron a Cuba con las primeras expedi-
ciones, pocos contratados vinieron.
De las islas Filipinas tambien vinieron a Cuba muchos chinos, que
poseian una preparaci6n commercial especial. Muchas veces en el curso
de la historic se alzaron contra los abuses coloniales; de los prisioneros
hechos en aquellas rebeliones, mandaron a muchos a este pais. Tales
fueron los "chinos de Manila", despreciados en cierto mqdo por los
"chinos de Cant6n", o los orgullosos soy-yap. Eran Ilamados sangleyes.
Cuando el doctor Sun Yat Sen identific6 la nacionalidad con la raza
en China meramente confirm, para la political, un hecho real para la
morfologia. Un sistema de moral comfin y una escritura uniform
son los monumentos de esa raza, el element de uni6n de todos sus com-
ponentes. No hay en China, es verdad, como no la hay en ninguna otra
parte del mundo (a despecho de las pretensiones de los nazis), unidad
racial; un tronco com6n sobre el cual los mestizajes han estado obrando,
como fuerzas atraidas a un n6cleo dinimico de civilizaci6n, es lo que
Ilamamos "raza china".
En el orden de la lingliistica, en que se encuentra el element principal
de las determinaciones del pueblo chino, encontramos los valores que
con mayor precision definen esa nacionalidad, integran sus particula-
rismos. No se puede afirmar que existe un idioma chino y various dia-
lectos; hay un grupo de idiomas chinos, en que cada uno, de la familiar,
posee sus caracteristicas especiales, en la fonetica, en la analogia, en la
sintaxis. Puede afirmarse no aue el cantons es similar al pekines en el
grado que lo es el bable del castellano o las parlas banties de la
lengua matriz; entire ellos existe una diferencia como del espafiol al
italiano o al frances. Son idiomas de un grupo. No hay distingos mera-
mente dialectales, coloquialismos propios de la conversaci6n, sino ca-
pitales divergencias. Pero hay una lengua artificial, escrita, universal
en el uso, que es el vehiculo de la cultural, de la moral, de las calidades
v valores comunes. Este idioma ha sido complementado ahora en lo
hablado por el "Min Hwa", o fonetica national, por medio de la cual al
leerse los viejos textos se acudira no a las formas regionales, si no a un
modo general, aceptado por todos.
Insistiendo en el cantons, que es el idioma de la mayor parte de
los chinos venidos en America (todos los de Cuba, menos los hakka
y los fuk-lo), nos encontramos que posee tantos dialectos propios suyos,
como los que tiene el castellano en la meseta espafiola y el Norte y
Noroeste de la Peninsula. En una forma arbitraria, habriamos de Ila-
marlos "subdialectos". Y, en general, como dice muy bien J. Dyer
Ball, quien deseando hablar con los chinos de Hong Kong, Cant6n o
Macao, hablase el pekinds o mandarin, haria como el que yendo a vivir
a Espafia pensara que habria de hacerse entender por medio del frances
o el italiano.







IACIOR[S ALOGENOS DE LA POBLACION CUI13NA


En las islas del Mar del Sur, de la costa cantonesa, se hablan dialectos
emparentados con la lengua de Kwong Chau, lo mismo que en las colec-
tividades agricolas, en las comunidades de ciudades, en los grupos de
pueblos y municipios. Los autores de los libros de texto y de dicciona-
rios encuentran dificultades para sus transcripciones, porque en la misma
provincia de Cant6n existen diferentes modalidades del mismo cantons.
El idioma tipo es el de Kwong-Chau, que asi se llama la ciudad de
Cant6n. Dentro de esta misma ciudad, el sonido puro es el Sai Kwan,
o lenguaje de las classes que habitan la parte occidental de la ciudad.
Existe un subgrupo dialectal, el que se habla en las lamadas Ja Shi Fu,
o cuatro distritos de la parte baja de la provincia; como hay el de Kau-
Kong, Shi Yop (Soy yap), etc.
Se distinguen, seg6n el referido J. Dyer Ball, en "Cantonese Made
Easy", las siguientes formas dialectales, que correspondent a diferentes
distritos:
Grupo I. San Wui Grupo II. Fa Yiyn
San Ning Tsing Yiyn
Yang Ping Sam Shou
Hoi Ping Tsung Fa
Hok Shan. Siong Pun Yuo.
Grupo IV. Lin Chau
Grupo III. Chung San Shiu Kwan
Wai Chau. Ying Tek.
Dentro de estos grupos tambien existen subdivisions. Asi, por ejem-
plo, el Yan Ping comprende los siguientes coloquiales: Shun Tek, Ja
Pun Yu ) Tung Kuong; y el Fa Yiyn, el Shiu Hing y el Yong Kong.
El grupo I ha prevalecido entire los chinos de Cuba, con sus subdivi-
siones, encontrindose parlantes del III Grupo y del Pun Yu6, o cantons
de Kwong-Chau.




































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