CUBA EN 1858.
POWR
DIONISIO A.
GALIANO.
FIAT LUX.
SMADRID.
S)IPRBNTA DE BELTRAN Y VI.N As, E-;TRELI 17.
1859.
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* .
ADVERTENCIA.
Al trazar los renglones que a continuacion se estampaa, ne he
I levado por objeto desenivolver y ampliar el lexto de mis escritos
durante site afios de largas faenas como periodista en el Diario de
la Marina de la Habana. Por de contado, no iod0 lo que aqui
digo lo tenia de antemano dicho, pues ni eso era possible ni tam-
poco cuadraba con mis doctrinas conservadoras. La verdad entera,
tal cual estimo sibio y oportuno revelArsela al pbilico peninsular,
era manjar demasiado fuerte, para la situation de los Animos
en Cuba. AdemAs la novedad de atgunas de mis apreciaciones dis-
crepa de la pauta de las opinions generals de partido, en grado
suficiente para que no debieran aquellas pregonarse en un 6rgano
de la prensa. Reservadas para el caso de expresar un sentir pura-
mente personal, y escrito en donde el yo campea a sus anchas,
puedo y quiero por lo tanto exponerlas ahora sin rebozo. La res-
ponsabilidad moral que de ello resultare la acepto para mi solo
y sin el menor empacho.
Tambien creo de mi deber presentar con anticipacion a los lec-
tores mis humildes escusas, por la pobreza de formas que distingue
al present trabajo. Nutrido desde mi niiiez en la lectura de auto-
res ex raj s mas bien que en la de nuestros clisicos, vicio co-.
mun de las'eneraciones'actuale,;, jams pude, ni por asomo, jac-
tarmilde poster aquel dominio sobhre la langua castellana, de done
se derivan la fluidez y gala del -d~ir. Pero el inflijo de las faenas
del periodismo, bajo circunstancias peculiarmente desfavorables,
contribuy6 sin duda alguna a que se agravase el mal definitive.
Destructor de todo estilo llam6 al periodismo mi antiguo cola-
borador el malogrado 6 ilustre Donoso Cort6s; y si 61 ,tras su
breve paso en esta carrera, sac6 ilesa la magnificencia de expre-
sion que le seiiala, y si con 61 otro escritor de nota han sido igual-
mente felices, no me cupo la honra y dicha de verme incluso en
ese gremio. Colocado por espacio de siete afios y medio entire el
yunque y el martillo, con el empeiio de contribuir (casi sin ex-
cepcion) seis articulos editoriales, por lo bajo, caFda semana, siem-
pre sobre un reducido ndmero de temas, y sujeto d trabas que
obligaron a sutilizar el pensamiento 6 6 presentarlo disfrazado
bajo la forma de vagas abstracciones, no me fu6.dable escapar al
amaneramiento y aridez de la frase. Suplico, pues, que se perdo-
nen estos vicios, por done quiera patentes; y pues no .ofrezco
una obra de fantasia en que las dotes literarias constituyen el
m6rito principal, reitero la siplica de que se me juzgue por el
fondo y no por las formas, por la utilidad y no por el brillo de este
humilde escrito.
Y si acepto la critical en tan elevado terreno, tampoco es de atri-
buirse a un arranque de necio orgullo. El origen de la ostensible
petulancia consiste en que, abandonando la senda trillada, me
arrojo 6 decir la verdad, lisa lana y desnuda, sobre los asuntos
de Cuba; enlazando esta verdad material con las deduciones logi-
cas a que se presta en la esfera de las doctrinas.
Tamaiia novedad (porque lo es y muy grande) no tengo escripu-
lo en decir que pueda, y aun deba causar alguna sensation; pero
su auxilio me robustece sobremanera en la position, al parecer
agresiva, en que me veo colocado.
Ultima explicacion que agregar6 en este lugar seri la que jus-
tifique el amplio uso que de la part anecd6tica tengo hecho.
Puesto que el peligro que descubro para Cuba y para sus institu-
ciones, se mide en el escesivo acrecentamiento de la personalidad,
necesario era ir demostrando los efectos actuales de ese influjo, v
el paradera hacia el cual nos va impaliondo. Por lo demis es de
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observarse el mismo cuidado con que me cifio los actos y er-
rores que pertenecen A la vida piblica; dado que en este pais, pe-
queio a su manera y propenso en no leave grado i la murmuracion,
no escaseen los chismes de diverse naturaleza. Si acert6 i resistir
tal tentacion, no fue per miedo 4 una lucha en que, si bien recibi-
ria graves heridas, acaso tambien pudiera devolver estocadas que
vayan al corazon, cual lo autoriza el derecho de propia defense en
el caso necesario. Si me abstuve, digo, y si me abstendr6 hasta
el postrer moment, fu6 porque todo lo subordino al desenvolvi-
miento de mis doctrinas, y porque no gusto de lo que i tal fin no
coadyuva.
Promover una reform templada pero lata I la vez, reform
conducente al provecho y gloria de la causa espaiola en el Nuevo
Mundo, h6 aqui el inico m6vil a que obedezco. Puedo equivo-
carme; pero mis errors son hijos de la mas buena fe. De lo con-
trario, no tuviera que acudir A tales extremes. Con un tanto de
condescendencia y con un much de flexibilidad de cogote, (re-
cursos cuya utilidad y facilidad no se me esconden aun cuando no
los empleo) ficil me fuera vegetar en santa paz y silencio, apro-
vechando quiz.s mi docenita de negros emancipados.
Conocer la verdadera situation de Cuba es tarea harto dificil,
pero que sin embargo no require ni un esfuerzo peculiar de la
inteligencia, ni dotes sobrenaturales para llevarse A cabo. Y aun
cuando a primera vista parece que estos aSertos implican entire si
contradiccion absolute, no juzgo que sea impossible conciliarlos
cuando se venga i medir, definir y comparar su legitimo signifi-
cado. Lo que ahorra el empleo de facultades trascendentales, y
lo que exime de ser tachado por arrogant a quien sobre si to-
mare la empresa, consiste en que los elements primordiales de
esta situation nada encierran en si de novedad en un sentido per-
fecto; antes bien pertenecen i la categoria de los hechos conoci-
dos en su entidad abstrusa, y cuyo andlisis se encuentra al alcan-
ce de cuantos, con algun tanto de aficion y prActica en semejante
:clase de studios, reunan la firme voluntad de dedicarse i su
eximen. Pero si hasta aqui he querido demostrar que la naturale-
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za intrinseca del tema le hace acsequible, tampoco son de disimu-
larse los estorbos y tropiezos porque se, mira rodeado. De, na
larte median las peculiares circunstancias que.presiden a la opm-
binacion de aquellos elements; y al calificarlas. de peculiares,
por falta de ocurrirseme otro vocablo mas espresivp y energipo,,
apenas he hecho justicia a su. innegable estranieza. .De otra part
la gran actividad en los negocios que absorbe la casi, universal
atencion, y aquel insia de placeres (6 de goces materials, me-
jor dicho) quo por done quiera aeompaiia al trabajo rudo, sirvien-
dole de estimulo, y que se hace sentir con duplicada vehemea-
cia en climas donde el trabajo se mira revestido de condiciones
superlativamente ingratas; esa actividad febril' y esa ilimitada
ansia, repito, contribuyen on sumo grado 4 disuadir de una fiaena
cuvos resultados no se perciben en la forimade utilidad personal
direct, ni se palpan a guisa de buenos dividends. Per; fin, en
un siglo como el nuestro, donde la rapidez del movimiento inte-
lectual y econ6mico constitute el rasgo dominant, y en un pais
como Cuba donde.se vive aun mas de priesa que lo ordinario, y
done el acrecentamiento y el desarrol1j, cobra proporciones to-
davia ias colosales, la movilidad perpptua del cuadro, propende
a confundir las ideas. La esencia de la situation no,varia, por lo
menos en un sentido radical, pero sus aspects acusan una falta
de fijeza a la verdad maravillosa. En cuanto pueda llevar de auto-
ridad la humilde experiencia de un individnuo, sabr6 dedir de mi
propio que van transcurridos unos.diez aiios desde que (no sin
acopio de pr6vios y cuidadosos informes) ech6 la primera ojeada
sobre la sociedad cubana; y que ocho aios IlegarAn pronto-a cum-
plirse desde que, en intimo roce con ella, he agotado mis fuerzas
en el afan de desentraifar y comprender su indole.,Breve como es
el plazo, las transformaciones aparentes se repitieron en 6l con
tamaila frecuencia y en escala de tal magnitude que, lejos de ad-
mirarme cuando contemplo ai sangre fria la distancia andada des-
de el uno al otro extreme, mi verdadera sorpresa se cifra en quo
no hava sido mayor; arrebatados cual nos hemos visto por :el do-
ble torrente de los sucesos y de las opinions. Acaso tenga visos
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de paradoja to que voy A decir, y sin embargo, pasa a mi juicio
porcaxioma de la mas rigida exactitud; para dominar la cuestiony
abaicar bajo su verdadero punto de vista la situacioa moral en el
dia de hey, no cabe peeor auxilio que el de poseer un cabal cono-
cimiento de esa misma situacion veinte afios atras. Entre 4838
y 4 858, bien puede asegurarse que media un abismo; y el des-
conocerlo no conduce sine i crearse un tipo false, y & fundar los
raciocinios sobre -la basa de una de esas verdades incompletas
tanto mas peligrosas cuanto mas en oposicion se hallan con la ver-
dad verdadera.
- Pero pi tales obsticulos se presentan para liegar i un perfect
conocimiento del tema que nos ocupa, hay todavia otra cosa de
much mas dificil logro. Exponer con plena 6 ilimitada franque-
2I el fruto de semejantes studios es lo que hasta ahora creo que
no so haya visto; a lo menos en cuanto mis noticias alcanzan.
Tocante A las causes de donde ese silencio dimana, ,son multiples,
si bien todas ellas de muy ficil comprension y muy sencillas de
deslindar. Ante todo hay que descartar la mera posibilidad de que
eltcuerpo de empleados, ni altos ni bajos, venga espontineamente
allenar el vacio. Aparte de que, pot razones cuya esplicacion
se veri posteriormente, son quienes peor colocados se hallan para
adquirir el conocimiento necesario, hay otros motives, 6 de de-
licadeza 6 de cilculo, que losdisuaden de poner mano 6 laobra.
Si alguna exception se citare, como, por ejemplo, las malhadadas
Memories de General Concha (cuya apreciacion critical me reser-
ve para msas adelante, en su oportuno tiempo y lugar) hay en ta-
les escritos una mira mal disfrazada de apote6sis personal, que
los clasifica en una categoria de trabajos muy distinta y en es-
tremo subalterna. Dejando, pues, apart esa especie de oraciones
pro domo sua, no recuerdo ni siquiera un conato serio encamina-
do i plantear y resolver el problema en su sentido lato y eleva-
do. Ni son penosas de comprender, cual antes he dicho, las causes
de este silencio. De un lade obra esa fuerza de inercia tan pode-
rosa en el pais: de otro obstan las pasiones de quienes 6 calum-
nian i troche .moche, 6 se callan en la confianza do ue la falta
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-- S -
de enmienda coadyuve al logro de sus planes: de otro, en fin,
aparece la accion funesta de un desaliento en gran manera justi-
ficado, y no muy fAcil de superar. Pero sobre todos estos m6vi-
les descuellan otros dos, ambos emanados del egoismo y cuyo
poderio hubiera necedad en desconocer. La conveniencia propia
es el primero, pues quien modra y engorda A la sombra de lo
que existe, no suele cuidarse de si fuere en esencia malo 6 hue-
no, ni se apresura a denunciar aquello cuya prolongacion apetece
a todo trance. Un terror en parte vago, y en parte no del todo
aereo, es lo que retrae a otros de arrostrar compromises cual
los que siempre acarrea el discutir con plena franqueza temas es-
pinosos; ni negar6 por cierto que una d6sis no pequeia de valor
moral y de entereza se hace indispensable para desempenar el
oficio de censor gratuito. Yo mismo (y perd6neseme una alusion
personal casi inevitable) no he cobrado Animo para lanzarme al
palenque, sino en v'rtud acaso de las privilegiadas condiciones
que me escudan. Salvo a incurrir en uno de esos absurdos que
mueven a risa universal y que hunden para siempre a su autor en
inefable ridiculo, conozco toda la imposibilidad de que se preten-,
da siquiera desfigurar 6 interpreter torcidamente la tendencia de
mis doctrinas political, y la indole intensamente national de mis
aspiraciones.
Trazado asi el cuadro de las dificultades que circundan el tema
a cuyo analisis me dedico, y trazado tal como yo le comprendo,
con cuanta imparcialidad me fu6 dable y sin el menor conato de
rebozo, croo haber tambien bosquejado de paso las seducciones
que irresistiblemente me atraen hicia la ardua faena. La misma
novedad y la innata grandeza del asunto, su caricter en parte es-
peculativo y en otra parte eminentemente practice y concrete,
sirven para justificar el conato; en cuanto aumentarian la gloria
de un desempeilo siquiera median, i la par que aminoran las
amarguras de un kxito infeliz: Sat tentare est, dijo un poeta latino,
v esta frase me servira aqui de lema y i una de consuelo. Por lo
domas, si me asisten 6 no las calidades suficientes para dar cima
a la empresa, punto es que no me toca decidir, y que solo por los
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resultados podrA fallarse con just fundamento. En canto al co-
nocimiento de la question y. del pais, claro esti que no me creo
enteramente desprovisto de 61, pues de lo contrario hubiera per-
manecido mudo. Esta confession, fruto de aquella modestia ver-
dadera que tanto dista de una petulancia jactanciosa como de una
humildad fingida (humildad que, dicho sea de paso, no suele ser
sino el orgullo mas pueril elevado por una necia hipocresia hasta
su cuarta potencia), tiene por origen algunos afos de asiduo estu-
dio sobre el mismo terreno; circunstancia que, a falta de competi-
dores'mas autorizados, me permit alzar la voz sin esceso de ar-
rogancia. En cuanto A la segunda dote apetecible, esto es, en
cuanto al firme prop6sito de proclamar la verdaA, toda la ver-
dad y solo la verdad, me sustenta una voluntad tan firme y deli-
berada que voy 4 dar de ello ahora mismo muestras, al embestir
de frentts con uno de los puntos, mas escabrosos de mi tarea. H6
aqui, pues, la situation political de Cuba, pintada sin disfraz tal
cual i mis ojog aparece.
I.
Nadie se imagine, con todo, que voy a revelar algun profundo
arcano, 6 ni aun siquiera que procuro divulgar un secret de que
ciertos circulos privilegiados se hallan en posesion, pero que la
crecida mayoria ignore. Muy al rev6s es lo que sucede. Lo que
voy i repetir aqui es un hecho tan vulgar que, de puro sabido,
parece casi escusado el mencionarlo. No hay conversation fami-
liar en que no se parta de 61 como de un axioma inconcuso; y
quien manifest6ra no star enterado de su existencia, seria luego
calificado por un prodigio de candidez. La Anica novedad de mi
aserto (si novedad hubiere) consiste en que se estampe en letra
de molde; y aun esto ha de entenderse en el mezquino y relative
sentido del idioma castellano, pues en las naciones extranjera.
40 -
bien se public y se comenta y ana se. abulta, come parece' a-
tural, dado que la falta de contradioeion 6 de expli~caiohe se
toma por confesion implicita y por signo de tnemr 6 de ini.oten-
cia. Que provecho quepa sacarse de un disimulo no menos pueil
que sistematico, cosa es que sobrepuja a mi humilde capacidad.
Qui trompe-t-on ici? me sieht6 inclinado a preguntar con Beau-
marchais; y la palabra a nadie se asoaa tambien espoltinea-
mente a mis labios por via de respuesta, cuando Ilega a asaltarme
cierto escripulo de bastante monta. Mucho me temo que alguien
result, medio engaitado; y que ese alguien es quien cabalinente
conviniera tener iuejor enterado de cuanto en realidad pasa. El
public peninsular que en su mayor nifmero no posee otro con-
ducto que el de la prensa espafiola para saber lo que a Cuba con-
cierne, quiza Ilegue A reputar por real y positive un lenguaje do
mera convention, y que si algo significa es punto por punto lo -
- contrario de su sentido aparente. HA, aqui, quizA una delays causas
primordiales por donde se explica cierto grado de apatia que pre-
valece en la opinion popular de la peninsula respect A las cues-
tiones cubanas, apatia engendrada, A mi entender, por un espiritu
de exagerada confianza, pero que no pudiera subsistir ante un
cabal conocimiento de los grades intereses materials puestos
sin cesar en juego, 6 de los altos empeiios politicos que surjen A
cada paso. Y todavia, si se quisiera alambicar un tanto la material,
podria sostenerse que el daio cunde algo mas alli, hasta penetrar
en un recinto privilegiado. La mon6tona cadencia de esas frases
sin cesar repetidas, propende a desarrollai en los circulos bliro-
craticos la tendencia ya preexistente hacia un estado de beitica
somnolencia. Es un hecho publico y notorio, hecho cuya exacti-
tud pasa ya en autoridad de cosa juzgada, que ni en Mayo de 4 850
ni menos en Febrero de 4855 estaba el pais prevenido y detadb
de recursos materials adecuados al caricter de la double crisis
que en ambos periods sobrevino, y cuya gravedad'en.el Allimo
caso apenas fuera dable encarecer debidamente. A provocar tan
lamentable abandon hubieron en no leve grado de contribuir
esas promesas estereotipadas de sosiego y entusiasmo, con el con-
Ii -
sabido estrivillo de la siempre fidelisima, o de la inmensa maye-
ria Iensata,co. otras preciosidades de signal jaez. A supoowe lo
contrario, nos veriamos obligados i buscar el origen de tamaiio
descuido en un deliberado prop6sito de los gobernantes: 6 bien
un Iasgo de semi-traicion al honor y i los intereses nacionales;
6, ieq un simpleefecto de ignorante confianza: tal es el dilemma
segun queda planteado. Creo mas convenient y decoroso, pero
sobre todo,.mas just: y verdadero, optar a ojos cerrados por la
segunda alternative. Ni es necesario tampoco un esfuerzo de la
fantasia para eucebir. de done proviene la infundada creencia,
si l ea einos presuponer una serie no interrumpida de informed
ofipiales que described la situation semejante de todo punto A una
baJ~a d aceite, come suele vulgarpente decirse. Quiea i impulse
ude ben~f vala admiration de sipropio se juzga upiversalmente
adrado, 6: guien por otras iniras de cualquier especie aspira a
qpa asi-e crea, nada tiene de extraiio que trace un cuadro lleno
dqalegres y sonrosados matices. Quien con admirable buena fe
opina, que por sus seducciones consume la conquista moral del
pais,, y que tiene la, opinion publiqa en el bolsillo, nada de es-
traiio habri en que se declare profetade paz perpetua y perpetua
ventura, ni en que se constituya fiador por lo present y por lo
venider. -La prenda puede ser mala y de escaso 6 ningun pre-
cio en si, y desde luegp confieso que por tal aqui la repute; pero
tambienes cierto queresuena agradablemente al oido, y que es
mqs.c:modo adimitirla por buena y valedera, descartAndose de
enojosos cuidados 6 aplazindolos cuando menos. Mas hay aun: no
pretend' ostrarme con demasia severe al escudrifiar la indole
de tales promesas 6 la facilidad con que se miran acogidas; y las
atribuir. i esa illusion, casi inseparable del mando, que mueve a
medir el content ageno por la propia satisfaccion. Pero por mas
tolerancia que se despliegue en la esfera intellectual de la critical,
nunca podremos conseguir que lo falso se convierta en verdadero,
dentro del terreno aspero y brutal de los hechos positives. Ahora
bie: .bueno esti que al final de una 6pera cante la prima donna:
Tutto sari content
42 -
Tutto felicitO,
v bueno quo el tenor repita el mismo tema, que el bajo y. el
baritone lo desenvuelvan, y que los coros lo amplifiquen con su
voz de trueno, hasta que en un raudal de trinos, fiorituri y mo-
dulaciones lienas de arm6nica melodia, queden nuestros sentidos
embargados por el deleite. Pero en el mundo real no son muy
communes tales moments de intimo y general placer. En Cuba,
por lo menos, nos hallamos aun muy distantes de haber tocado i
tan halagueiia peripecia.
Asi por mi parte rechazar6, y con supremo desden, todo papel
en el sainete, negando tambien toda codperacion a que se prolon-
gue tan trivial cuanto initil artificio. Si se me reprochase el pre-
gonar malas nuevas, nunca sera mia la culpa, sino del mal que
en realidad existed, y al que no se consigue suprimir por apartar
de 61 los ojos. Puesto que se trata de la situation political de Cuba,
la presentare tal cual es, toda cuajada de peligros. Dire que bajo'
su aparente calma y firmeza, encierra infinitos elements de una
situation forzada en el mas alto grado, ya que no la califique do
semi-revolucionaria. Dire que en esta sociedad, ostensiblemeste
adormecida, se encierran los g6rmenes de una lucha latente y
que pudiera estallar de sibito al menor instant de descuido.
Dir6 que en medio al mas profundo sosiego, se cuentan dos par-
tidos bien deslindados y separados entire si, con una organization
bastanto adelantada en sus pormenores; partidos, que sin haber
llegado aun a las manos, se reconocen y mituamente desconfian
cada cual de su adversario, y que se sienten divididos por hondo'
encono, hijo en parte de sus aspiraciones encontradas, en part de
alguna diversidad de interests, y en otra parte no corta de pre-
venciones que son fruto de una m'ala inteligencia. Dire por fin,
que para dominar semejante situation y enderezarla A mejores
vias, se require una alta inteligencia; capaz de obrar sistemitica-
mente para refrenar por de pronto con no desmentida energia,
mientras al tiempo propio se ocupa de ir calmando los Aninds y
de preparar a su actividad algun campo de mas laudable des-
ahogo.
43 -
Sentada, pues, la premisa de que existen dos partidos politicos
de encontradas tendencies, su description se hace necesaria, em-
pezando al efecto por el que todos A una conocemos como el
partido espatol. Y sobre este mismo tema, permitaseme otra acla-
racion personal de todo punto inevitable. He prometido la verdad,
segun yo la comprendo, sobre el conjunto de la situation, empe-
hindome por consiguiente a dar muestras de complete imparciali-
dad, hasta donde me fuere dable obtenerla en mis juicios; pero
esa promesa, a cayo fiel cumplimiento me obligo de nuevo, no
implica en manera alguna la profession de una neutralidad impo-
sible de alcanzar. No tratar6 pues de ocultar, ni tengo porque
hacerlo cuando de ello me glorio, que pertenezco al partido espa-
-iol en Cuba; y que si alguna separacion cabe sefialar en su
seno, mi puesto se encuentra entire las filas de aquellos que pro-
fesan las opinions mas ardientes y entusiastas. Bajo las banderas
de este partido he servido, hasta donde la profession del periodis-
me se roza con la political militant; y sus intereses .y su gloria
son el objeto de mis mas fervientes votes, dado que per susten-
tarlos he trabajado con menos acierto quiza que otros, pero con
un celo que a nadie le fuera dado superar. Nuestro comun lema
durante las recientes agitaciones obtuvo tambien mi deliberada
adhesion; y he proclamado que Cuba sera africana 6 espaiola,
abrigando el firme prop6sito de realizar nuestras amenazas. Si el
memento de crisis supreme hubiera llegado, de seguro so nos
habria visto arrostrar con impavidez el l6timo trance, y pelear
basta morir 6 veneer con el fusil en una mano y la tea incendiaria
en- la otra, y con la terrible palabra de emancipaelon en nuestros
labios. Esta resolution desesperada, y que no pequeiia aocion ha
ejercido en arredrar a infinitos adversaries, puede explicarse y
justificarse plenamente por muchos motives, En primer range apa-
rece el orgullo national y'ese espiritu de obstinado patriotism
propios de nuestra raza, y cuyo poderio se alimenta y crece fuera
de toda media en las regions del Nuevo Mundo. Al contemplar
mas de cerca y al recorder con mayor viveza el teatro de las ha-
zaias de nuestros abielos y la grandeza de esas misnas hazanas,
Ii -
el alma se siente poseida y arrebatada per un noble estimuhrde
seguir sus huellas. Esa constancia, hasta feroi si se quiere ;'que
nos distingue en la historic desde Sagunto 6 Zaragoza, y qte co-
loca el temple de alma espaiiol en tan estraordinario:relieve, 'ha-
llaria de seguro en Cuba files imitadores. Pero en segundo.lugar,
y aun cuando no tomisemos en cuenta tan poderoso mbvil, hay
.otrode diferente naturateza y que fuera suficiente 'i provocar
iguales actos. En la lucha supuesta, bien sabemos los espaiioles
que aventuramos cuanto tenemos de mas precioso en el Dlundo;
y que tan ruin fuera el implorar misericordia, como necia la espe-
ranza de que se nos dispensase. Si hasta el animal mas diQbil y
cobarde suele cuando se mira acosado revolverse contra sus per-
seguidores, bien natural parece que nosotros buscasemos en la
hora de la ruina el sabroso placer de la venganza que con tamafa
facilidad se brinda a nuestro alcance. Por fin, si pretendi6semos
buscar la pauta de nuestra conduct en consideraciones de mas
abstrusa y elevada esfera, ajenas hasta de ese egoismo patri6tico
,que para mi es una virtud eminente, todavia encontrariamos en
abundancia arguments que nos inducen i perseverar en nuestro
mismo intent. En otros actos de separacion, ya consumfados, los
grades intereses morales de nuestra raza han quedado, de mo-
mento siquiera, a salvo. Tan luego como la era de las pasiones
haya pasado, la gloria de la civilizacion espaiola brillard con re-
novado esplendor; y las geaeraciones venideras rendirin cumplido
homenaje A la grandeza de nuestra obra. -Los pueblos hacientes,
amamantados a nuestros pechos i costa de nuestra mas precibsa
sangre, darn testimonio de que Espaiia supo no solo conquistar y
avasallar un mundo entero, sino depositar alli los gbrmenes del
legitimo progress. El porvenir de las sociedades hispan.o-ameri-
canas, A las que algun dia califiqu6 de jigantes en mantillas, me
parece asegurado tras un cuidadoso examen de sus elements, no
obstante las tribulaciones porque hoydia se ven atosadas. El solo
y exclusive peligro reside para ellas en dejarse sorprender y aho-
gar en la cuna, por ja astucia de sus verdaderos enemigos. Ahora
bien: esta recompensa es sobradamente grandiosa para que on un
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rden encumbrado de ideas podamos aceptarla cual premio de las
faenas de Espaia; Pero en Cuba el problema -se mira planteado
bajo muy diveirsa formula; 6 mejor dicho, abreviados los termi-
nos,. hay dos grande problems refundidos en uno. Lo-que aqui
amenaza hoy dia es la inundacion de un torrente devastador que
barreri entire el remolino de sus ondas cuanto hay de pre-existente.
Otra civilizacion antipdtica en su indole, a la vez que expansive 6
intolorane, es la que pretend hacer tabia rasa, borrando ep no
dilatado espacio hasta los mas levesvestigios de la antigua orga-
nizacion social. Culto, leyes, costumbres, propiedad y aun el
idioma y la estructura de la familiar, todo desapareceria en breve,
como ha desaparecido en cuantos passes tuvieron ti desdicha de
esperimentar los beneficios de ese m6todo a que lHaman sus auto-
res cistianizacion con refinada mofa. Esta sociedad, pues, a la
que hablamos en tono de ostensible amenaza al ponerle la dura
alternativa de su future destino,, debe reputarnos por sus mas
sinceros amigos y por leales defensores de su dignidad y. de su
propio ser; y aun me halaga la creencia de que tamaiia verdad,
en part ya sentida y reconocida, ha de verse muy luego univer-
salmente acatada., No hay por lo tanto una sola consideiacion ni
de orguilo, ni de interns, ni de deber, que no contribuya i que el
partido espanol en Cuba se fiance mas y mas en sus doctrinas y
proyectos. Porque asi lo juzgo, ratifico sin disfraz mi ilimitada
adhesion a su bandera.
Quiza tal declaration mueva ahora i sospechas de que, al des-
cribir las condiciones do este partido, cede a la tentacion de abul-
tar su entidad. Nada cabria, con todo, ni de mas injusto ni de mas
infundado. La fuerza del partido espaiol es much y muy estensa
bajo todos conceptss, y desde luego me inclino a career que
nunca ha side justipreciada en su debido valor.-Ni aun en el sen-
tido material, y esta es su prenda de menor valia, es de repu-
tirsele insignificant. Num6ricamente hablando compone una
evident minoria de los habitantes del pais, y aun es dable que
no todos se hagan cargo cabal de hasta -donde se estiende dicho
desnivel; mas en cambio subsana la cortedad del guarismo arit-
16 -
mblico pot la material de que se halla compuesto. Desde luego ni
las mujeres ni los nijios cuentan en el por cantidhd perceptible,
y aun los hombres de edad avanzada son relativamente escasos,
ya por los rigores de un clima devorador, ya por la retirada (si
bien no muy frecuente) de quienes lograron asegurar su fortune.
Adem6s, esos mismos ancianos, afianzados por la rutina en el
espiritu de partido, no son por cierto los que menos teson demues-
tran en los lances de prueba. Pero sobre todo la gran masa, y
aun casi la totalidad del partido, consta de individuos en la fuerza
de la edad y de la robustez, aptos para toda fatiga, dotados de
aquel arranque propio de las razas europeas, cuando la tempera-
tura tropical no amprtigu6 aun su impetu, 6 imbuidos sobre
todo por esa honda creencia de superioridad que tanto contribute
6 infundir mayores brios. T6mese, pues, la poblacion espaiiola
por un simple element fisico de defense y (aun cuando repito
que aqui reside su prenda de menor valia) hallaremos en ella un
fondo de reserve de muy subido precio.
Mas, si conforme a la indole de las sociedades modernas, en
la riqueza se cifra un germen de poder muy superior al de la
simple entidad individual, entonces habremos de tener en mas alta
cstima elinflujo del partido espaiol. Laborioso, emprendedor,
posesionado easi esclusivamente del comercio y del trafico inte-
rior, 6 la par que dueio de muchas y muy valiosas fincas urba-
nas y hasta r~sticas, el partido espahiol es acaudalado fuera de
todo limited 6 comparacion con su entidad num6rica. Ahora bien,
cuantos medios de accion proporciona ese cdmulo de capitals
venido i sus manos, esti pronto siempre i aventurarlos en de-
fensa de la causa national; movi6ndole a ello tanto los arranques
de un patriotism irreflexivo, cuanto los dictados del bien enten-
dido egoismo. Si semejante y tan espont6neo apoyo es 6 no de des-
preciarse, lo dejo 6 la consideration de cualquier juez mediana-
namente entendido y desapasionado.
Pero lo que en si encierra la inestimable calidad del partido, es
su compact organization y el foco de espiritu national que por
,llo se engendra y quoe l sin cesar alimenta. No soy yo de los
47 -
quelienen enpwoi eljusto alardetde-fuerza4,: w ERsp.ia'IsWta
.enie8astqpalitals previncias; -ni soy manpodcd6 los quel e de-
jariseducirper. srtoasies ieres de 'sosiego' hasta adormeeers
e.Jbrazos de uarviesgidis~ma confianza. Masiadelante dsplioar6
.Ia razsnes' perquere i wmijuiei la'organizazon miLitar delpais
es de mantenerse (sin reparar en sacrificios aparettes) sieeprei
ithlaltwbi qu6-posiblemente' eicda, p:tei, queodetuarorWi se
qoedee-orta kle:to neessrie, tomando pbr: punto de medtda las
,deceidades Lormales dgsu einpeo, y auA tambien las impievis-
tas. Coatodo, ,reo que s mincuiriia en ii error filos6fico, :may
craso y nmu superficial; si se quisiera explicar la consevaeion
del dominion. espaiot en Cuba per el simple despliegte de grades
fuerzas materials. Quien vive en una atm6sfera completamente
viciada y cargada de'miasmas deletereos, ha de ceder tarde 6
teniprano al'malfico irflujo y ha de sentir que sus:facultades se
einervan y apagan./ al,-es la sittiacion de toda- fuerza military
puesta en-directo'y exclusive clntacto con una opiionu iaime-
mente"i still; y la histpria nos di de ielo tan repetidqs ejemplos,
que.habria ano;vedadero' leessiaoen ome el c raciodin iendndo, je
tiatasdededmostra, verdad tan palmaria. Aqo 'esidoede lasa-
iudable; aecin, deli partidoespafiol eniXaba entra opierar c
incdleuilable Wfebto .Sai existence ay -st fervor pltr6tico sirven de
conservar ivo!et espiriti de Bnaioialidad e'ds fitas de.nuestro
digno ejercito; de precaverle wntra Ids iedaccionbs;, de evitatfe:l
malesidel iisetmientob, y' de infandirlepor t~n' -aqelvigor toral
que se hace-indispensable at dumplimiento de sa'alta irisioni Sin
esa m6tua iriadiacion qub alimenta la llama,- 8aso lt-hogiera
del espaioliimo pudiera ver apagarse: s foco, 6 porlo' meilosm r-
deria manMflitiguada.
Lejos, pues,le afirigar escirpulos po0 baber encareeido en
demasia las'dotes, el prestigio, la fueraz intrisecay y- ia utilidad
political del partido espalol, macho me temo pecar de-esbcso eti
su elogio; dado que a ello me-obliga la indispensable- brevedad
del present escrito. Quien con mayor espacio se dedicase i me-
ditar sobre el significado de los datos que he presentado (y de
2
48 -
caya rigida veracidad sl respond) creo que Ilegari a formarae
una'idea mas cabal y tambien mas elevada. Esto qaizA pugna con
el lenguaje a la moda en ciertos circulos oficiales, en que se ha-
bla de los espafioles de Cuba en tono altisonante y hasta nn tanu-
to despreciativo; pero aun cuando puguase con tamaia flaqueza,
no sera por ello menos cierto.
Deslindada asl la existencia del partido espaiol y descrila la
accion que en lo exterior ejerce, conviene ahora hacersecargo
de su Indole interior. Lo que en este sentido descuella en grade
verdaderamente prodigioso es la unidad intima que posee, no
Qbstante los heterogAneos materials que entran a la parte en su
formation. Quien no haya visto de cerca, y palpado, per decirlo
asi, cuin completamente se olvidan y desaparecen los vestigios de
nuestras afejas rencillas peninsulares con solo atravesarel Oc6a-
no, es muy dificil que acierte a darse cuenta cumplida de este fe-
n6meno. Carlistas y dem6cratas, con todos los infinitos.matices
politicos intermedios, se confunden aqui en una masa comun,
dominada por las mismas ideas y ligada por identicos intereses.
No se olvidan las antiguas simpatias de cada cual, que asoman
luego si se discute, por ejemplo, el curso de los suoesos en la
Metr6poli; pero esta divergencia no ejere mayor influjo inmedia-
to que si la dispute versara sobre algun incidente.de. la historic
antigua, 6 sea entire los partidarios de C6sar y los admiradores
Bruto y Casio. La calidad de espaiioles es'el vinculo que mutua-
mente nos encadena y eclipsa cualqniera otra consideration, y
nos impulsa a aunar siempre y en todo nuestros esfuerzos- Mer-
ced a este m6vil, cuya double naturaleza, patri6tica y egoista,
instintiva y razonada, he procurado bosquejar, no-titubeariamas
siquiera en seguir con entusiasmo la suerte de la Peninsula, dado
que por hipotesis inadmisibles 6 imperase alli Montemolin 46 se
estableciese el dominio de una repAblica socialist. Pl gobierno de
Madrid es para nosotros el emblema de nuestra nacionalidad, y
ante ello se borra cualquier otro impulso. Esa indole compact es
lo que nos confiere aquella suma de poder que asiste a toda.mino-
ria bien organizada y resuelta, colocada frente a frente de .una
49 -
mTachedumbr~lacierta sobre sus: propiasraspiraciones, dislocada
doeminada por lainercia..
SSin embargo, oi'hay'que exajerar las cosas, infaliblemente
falseadas pa la exajeracion de todo principio. Esa unidad inne-
gabl~ absoenta del espaiiolismo en Am6rica, no es incompatible
con una divergencia muy lata respect a la linea de conduct
ma~iadecuada para afianzar los intereses y el prestigio de la causa
espaiola. De hecho, pues, prevalecen hoy-dia en el seno de
nuestro partido dos tendencies muy diversas y casi encontradas,
puesto que la una sedistingue pior s caricter negative, y la otra
por sus aspiraciones devida y movimiento. Aqui, como por done
quiera;se cuenta una fraction altra-onservadora que niega la ac-
eiondel tiempo, y no siente que ha de desmoronarse la fibrica bajo
euyo techo se cobija, siempre que con incesante esmero no se cui-
de de su reparo; fraccion amiga dela inmovilidad, antipitica hicia
todo cambio 6 reform, y que porque el dia de hoy corrid come
el de ayer, se imagina neciamente que asi correrantambien el de
maiana con los demas que le sigan. La causa eficiente de esos
grindes trastormos que de improvise surjen y devastan la tian-
quila superffcie de las sociedades, se halla esplicada per el influjo
de tan err6nio sistema. Mas al lade de esa fraction rutinera que,
per huir de dahios, imaginarios provoca peligros muy verdaderos,
sin prepararse para combatirlos, aparece otra fraccion cuyo pa-
triottsmo (eiitigual grado fervoroso ,ya que no se reclame en su
favor la supremaciay, obedece i impulses mas previsores y, lici-
to me sea decirlo, de mas encumbrada especie. Los que asi opi-
namos (porque entire ellos he de incluirme) somos partidarios de
la energia, pero no por ello se mira la justicia excluida de nues-
tro program. Acrrrimos defensores de la.causa espafola, nos cui-
damos de su gloria a la par. que de sus provechos; y esa causa se
santifica todavia mas nuestros ojos por reputarla hermanada con
las legitimas necesidades de la 6poca. Grande fuera nuestra trie-
teza y profuado nuestro desaliento, si llegisemos i admitir en
teoria que la civilizacion espaiola en America rechaza de si los
instintos de progress, ry que su subsistencia pende de:que alcance
90 -
a refrenar el espiritu del siglo' iPobre y d~ieznibteidiqiie, por
cierto, contra el turbulento raudal y contra sut gigante:einptjet
Pero nuestra fe en el porvenir, y es intima 1la par -qlie'siiceat,
dimana cabalmente de que muy lejos de descabrir *ntagbniW e
entire los dos grandes principios, logramos condlia krs A pmtnitde
descubrir entire ellos identidad absolute. Cuando se reczerdan os
prodigious que la misma civilization espaiola ha engendr' do~por
espacio de tres siglos en esta America fruto de:swarrjod, 'etiando
s~ contempla el cuadro no menos maravilloso del desarrblle de
Cuba, consumado en nuestros dias haj. idWnticos auspicio sno
hay motivo 6 buen seguro para descorazonarse ni para'rihuir ina
alianza 6til, y sobre lo 6til hacedera, y sobrelo hacedera feenn-
da en gloria. Eldominio espaiol en Cuba y el'progesso sdn dbs
principios hermanos, dado que aquel constitute el meidr instru-
mento para la realization de este. Tal es el articulo fundamental
de nuestra fe political. En cuanto al mrtodo oportuno de aploar
la teoria, es question cuyo desenvolvimiento me reserve para oto
lugar de este misnio escrito.
La gran mudanza A que antes dejo aludido en la sittacion
moral del pais, por donde el coneciniiento de lo pasado se gen-
vierte en poco menos que initil para la recta inteligencia di lo
present; la gran mudanza, repito, que ha sobrevenido : emana
de lo que vengo de explicar. Algo mas de diez afios atrds, y hasta
la misma 6poca poco mas 6 menos, cuando sla lyacla en pro-
fundo sosiego, desvanecidos los riesgos de gastadas combinaciones
subversivas y sin subsistir otro temor que el casi inlaginario de la
diferencia de raza, bien se comprende qne el partido espaoiol se
cuidase en muy corto grado de los asuntos politicos, embebido
en su objeto primordial, esto es, el de hacer, ensanchalr y 6on-
servar una buena fortune. Predominaba entonces cierta especie de
indiferencia, cuyos sintomas exteriores es fAcil confundir con los
de una docilidad sincera, prestAndose ambas dotes i facilitar la
direction de los negocios piblicos. Mas tan luego-como a impul-
sos de la malhadada guerra de M6jico y de la crisis revolucio-
naria europea en 4 848, vi6se renacer la' agitacion politiea bajo
Ii -
ota, farma ,qiwa as Imenazadora y tambien mas.apremiante,
aotcibe* que~4ual fuerade esperarse) i la mudanza de position
hblooide segoir un cambio en la manera de considerarla. La afieja
apa~h ert uaabeurdo l6gico que no podia permanecer en, pie.
Qsi k sabe qoe as vida.y hacienda, y cuanto tiene de mas caro
ysagrado edicualquier sentido, se hallan pendientes del juego y
formaa.parte de la apiesta, quiere ver las cartas, y aun procura
dar algun onsejo sore el modo de manejarlas. H6 aqui explicada
la indote del eambio que se oper6 en los sentimientosdel partido
espaiipl ea Cuba, y ie la participation moral i que aspira en la
direcion de,sus destinos. Diez afios de una lucha sorda, apenas
intefrtumpida por algunos momientos de calma engaosa y salpica-
do de. episedios mas ombrios,, ban contribuido 'a arraigar el
aueTo :mrode do sentir y jnzgar, confiriendole el poderio tirani-
code r:u nhbito ya enavejecido. La misma facilidad', frecuencia y
rapi4ez de:las comunieaciones coa el extranjero que hoy existe,
,y qe lhIi viulgarzado en la Isla la lectura de los diaries france-
ses, ingleses y,norte-americanos, contribuy6 tambien a exten-
derdicho -influjo (4). Ni. por (ltimo ha ejercido poca action el
oetraordiaario desarrollo de la prensa dentro del mismo pais,
deaarrollo cayas priebas materials estin la vista. Al abordar
semejante tema, bien conozco lo: delicado del: asunto- bajo un
punto de vista personal, dado que la carrera del periodisino es
la .qe he seguido. eonbreves interrupcjones por espacio de veinti-
cuatro.largos alios, i punt de poder ser llamada mi esclusiva
rofesion.. Pero si he.prometido decir la verdad entera, no he de
ceder aqui i aun sentiniento de alambicada delicadeza 6 de fingida
modestia hasta rehuirla aclaracion de punto tan vital. Nadie como
((f Apart del vapor de la Mala Real inglesa, -que viene con corres-
pondeocia dn Europa, entran cada mes en nuestro puerto diez vapores
norte-amercanos cuatro procedentes de Nueva-York, cuatro de Nueva-
Orleans y do de Charleston. Por esta via reeibimos noticias de todaEuropa,
inclasa la Peairsula, oe solo con mayor frecuencia sino tambien con mayor
rapidez. Rarisiqo es eel cqso en que las ultimas fechas de la c6rte, traidas
por el v*P6rtcorrb 'de Cidiz, no obren ya en nestro powder anticipadas.por
aquel condu ". ..
Ademis, dbs dias al mes hace s viaje a esle puerto otro vapoi norte-
americane procidente del Ist mode Panama.
22 -
yo, amaestrado por la e'speriencia, reconce ta abseOta;b figni
ficancia personal 'del periodista y la efimera iiaturaleza de4isos
tareas; pero nadie-como yo proclamara al-taaismo tieinpo elIbt'
e irresistible poderlo que al periodismo :correspdnde. Produeto
de una de aquellas grandes y espontAneas cuanto' universales
manifestaciones del espiritu del siglo, que en cualquier era- se
notan, constitute uno de esos fen6menos que el criten~i~aprecia1
ri tal vez en muy diversos sentidos, pero cuya existeneia po'cabe
desconocer, y contra cuya autoridad no es razonablerebelarsel
La question es demasiado honda para tratarse aqui' fond6, pero
no puedo menos de sentar el axioma por inconcuso, como base
de todo raciocinio practice. Si se me exigiese que oadlificia;.ea
rasgos dominantes del periodisino, me atreveria. adefinirlocob
verdadera humildad, diciendo que reune -enisla p6isesiontde"w
inmenso influjo con un escaso prestigio. Quien'moim affect ilse
deiiar el Apoyo de la prensa, no deja do irritarse cuanid le faisa,
porque se siente aislado, ni escusa quiza los manejos indirectos
para granjedrselo. Quien 6 su turno echa'al descuido la vista so-
bre un articulo que le fastidia, y que: aun tal vez no comprem-
de, no deja por eso de absorber i la larga: sus doctrines y de
amoldar insensiblemente stis propias opinions i las del incaasa-
ble consejero que, mariana tras maiiana, se las susurra at oido,
.sinofenderle siquiera por la'publicidad delacto. Puesto'que das
citas triviales y manoseadas suelen ser tambien las mas exaitas y
pintorescas, permitaseme recorder aquel texto latino: 2gutttavatat
lapidem, non vi, sed swpe cadendo. Ai es admisible la hip4tesis
de que pueda supri'mirse esa action; La minma estructura mate-
rial del periodismo en Cuba, calcada sobre el model itglt6s y
norte-americano, y que combine el diario politico con el diario
de avisos y con el boletin mercantil y econ6mico, hace quie la
lectura de unperiddico sea aqui uha necesidad rutinera inven-
cible. El gobierno mas fuerte y ,mas decidido a desplegar su
fuerza, vendria a estrellarse contra el poderde este ..4bite, y se
mostraria impotence para suprimir una institution maravilosa-
mente elistica. La represion several y sistemitia. ejercida sobre la
23 -
partedoctrinal,,no conduce (aun suponiendo que faera siempre
inteligente, local no es concesion-mezquina).sino i que agu-
zadoel ingenio, busque, el medio de eludirla mediante una espre-
sion mas suti y, embozada. En bien 6 en mal, lo que se'consi-
gue por tal via es aumentar la intensidad del poder de las ideas,
obteniendo su quinta esencia en reemplazo de su forma diluida.
En cuanto a la supresion violent 6 la muerte natural de cual-
quier peridico, es cosa que lastimaria interests individualss.
pero que no afecta la sustancia del negocio, pues otro brgano de
las. propias necesidades ocupara luego el puesto: imo avulso wn
adffici alter.
Al insistir con tamafio ahinco sobre la position del periodis-
mo, ai redo a lo que se llama espiritu de cuerpo. Mi m6vil es
fijar a atencion, hasta donde es debido, sobre uno de los indicios
quaeanmor revelan la situation moral de Cuba, y el abismo quo
hoy nos separa de los tiempos ya pasados. Ademis, no pretend
decidir sobre si el periodismo obr6 en bien 6 en mal hasta aqui,
dado.que, i mi sentir, contribuyese avivar y sostener los ins-
tintos patri6ticos del partido espaiol, enseiandole el modo de
conciliarlos con sus innatos deseos de progress y mejora; pero si
quiero sefialarlo como el mas eficaz agent en operar la mudanza
que se ha consumado en los sentimientos de ese mismo partido.
Y sobre todo, aun cuando mi anilisis de las causes que han
promovido el cambio fuese inexacto, como dimanado de err6neos
concepts, todavia quedaria en pie el hecho palpable de las do-
bles tendencies que despuntan en nuestro seno. Ni es just llevar
la condescendencia hasta.insinuar que existe 'un median equili-
brio. La fraccion estacionaria es ya hoy dia una minoria numerica
y que mengua-por instantes. En cambio la fraccion reformista,
que obedece pero no sin examen, cuenta en sus filas casi toda la
gente de nervio y de inteligencia. Si se pretendiese justipreciar la
aaturaleza 6 inclinaciones del actual partido espafol en Cuba, con-
viene que se nos tome por su legitimo tipo. La bip6tesis con-
traria prepararia un acerbo desengalio.
Dificit va pareciedo esta decripoion, y sin.embargo el tema
no se ha0a.aun! L oiAcoVIbplee agetod.. -Hayuam: ormomi l
tes, en la eondioiuia mieal de0 p~qdop v quoelwaloanzai i4iW.t.:
talidad* y quo noi~onwdddsstendev* EL: prinim 4 1osisec iv
en ;sulespfitcit:$e'ihddpondouoia.;i l~5ovid ';6*aAfiiex411o .qte:e~i-.
peca ooco qki? pol: uin& uoi my7n oijada ,pofr
hastasesr Ilamado iadiA ipliAa.qNifNies'dificiLesWHd e ia iv a
do se ationdo i sis gunevo idohida y a' siss Pfrfiw MeLii Las clases
ricas not soe istingen pir seFrias masd4ci~lein. ~gerrAL9; y :jTji
queza es el diswinritio de los pniniulares.d de i Gb -Ama, do.d-o JOe
heeleo ,:.i.o monose lnespctti~.at Muchos,dez*s 4 individim&p4-1
seen cuantiosos capitals; intinitos mas se hallan en buena vi.i
para& adquirivlos; -i ol reslo qo.e on Ipooasreie;pionic mceza
tra ocupaciah remunerativa se *tre&de iHisiones. fom0ntadus p
infihilosiejebn~ios2 :Ao hay .dpendieste- de 1bodog iseo um~o I dei-
cimos) quie al trabajAr :en. inagas de, camisa Ceamlsa -Iimpise n IQ
general,.dicha sea;dwepaso ,y _ye4ella imas fina: quo la usada! poz
Ios de sit tathgoria- en iEurapay- A& abriguae; la firme fe de ru~un*.
algun diaei- -mnil drrosi Aebidos :$ sd ulaboriosidad y,, A $ut vivezi
en log negocios.' Los; ~quereallzan, sus 6esperaneas- sounImenWs- uoe
qjuienos fracasan, pero. eutretaoato tbdas owdeoen,;al !ihflije! d
tales creenias. Fuera del circui6 do emupleados (y kastwhdeuoiodo
.L ehi muchos casos, por razones peliaguidas de exponeo); eacont;
liauza puode servirnosgde'regla, dasi -sin exew ion; .0ta-4i~ finir el
estzdo intellectual de las personas. D6 aqui, naa. cierto Oaemf de
ideas, 'cuya tendoncia. democritjco-miua util es yta do. suypivi
que niodianamenateirrespetuosa..i
-;Otra consecuencia deles.4eqonato univetsal por haoer -obtuwa
atosisto* en cierta manera espebial de _etimar el valor. del'diaero.
4Jow una facilidad eq gdstaflovercldderaainente" marawilUosa; ,iiwpe-
dirlkpor la pautaide las oostumbrnioewroeas~ soiinegijafie-*a e
i itud comercial on estimar, su" influjoT: loqne cuesia- adquivirloi
Somosli.si l h arpd~jai pdcibei i rnboeasryl iaohiwoadunadie
grado hen~ico y nem inente, ,,i ea: -umnbwas par MtWti, yl*
otgullo, y tacaiios porque sabqaos' .1
euestca el ganamle.., A tode eldesl n~wi4itl ,pp el Ofihdbe
-- 23 -
imaginar para aceptar aquellos sacrilicius que el patrixtismo impt-
ne y que por vei-daderos se reputan, va unida la mas soberana
impaciencia en punto i sufrir vejamenes ociosos, por done el
orgullo y el.bolsillo quedan de consuno lastimados. Si el entu-
siasmo de. nacionalidad 'Iegare tal vez a entibiarse por algunos
instantes, esto casi siempre habra de acontecer cuando los indivi-
duos del partido espafol se hallaren en roce demasiado intimo
con las dependencias adiniistrativas del gobierno.
De semejantes antecedentesse deduce cuan inltil, pueril y hasta
riesgoso seri el emplear un lenguaje imbuido de falso sentimen-
talismo. Si se pretendiese calificar al parlido espaiol en Cuba cual
un conjunto de caballeros andantes. penetrados de sentimientos
romancescos,.y que como los supuestos paladines de la Edad me-
dia llevan inscrito en su bandera Dios yel Rey, y por esta sagra-
da insignia se:saerifican a eiegas sin discutir ni juzgar; si se pre-
tendiese, digo, trazar esa poelica iinagen, dire 6 boca llena que
fuera imposible:ir masalla en material de absurdos. Cabalmente lo
contrario es l1o que podria sostenerse, y no sin visos de razon.
Ora sea,.que consideremos al partido espafiol como una verdadera
entidad,; ra sedescienda al juicio de sus parties components una
por una, much mre temo que cualquierexaimen frenot6gico dara
por resultado enqontrar su 6rgano de la veneracion en un estado
lamentable de imperfecto desarrollo: y quien fuere confiado en
tropezar coinuna protuberancia tamaiaa cual un melon 6 un iame
de nuestra tierra, se hallara con una tabla rasa para no suponer
una sima profunda. Ni hay por ello de que pasmarse, cuando so
recuerda que no es sino una fraccion de nuestras classes medias pe-
ninsulares, empapada en las mismas ideas; y fraccion que basta
donde se recluta en circulos algo inferiores, nogaua por ello gran
cosa en refinamiento de doctrinas. De su espiritu religioso no hay
para que hablar much, porque sobre ser question agena del
moment present, nada ganariamos en profundizarla. Con tener a
la vista 4o quo son en dieho concept las classes medias de la so-
ciedad peninsular, vendremos finalmente en conocimiento, de
que tampoco por aca escasean los animos despreocupados. En
26 -
cuanto al espiritu monarquico reiaa con absolut. imperip, hasta
done la moiarquia sirve de emblema i la causa national,: eojeto
de su uninime culto.; mas si con rigidez 16gicase esperase obth
ner de aqui ciertas aplicacionessubalternas, saldria dicho cdlculo
fallido. Lejos de distinguirse por su sumision.intelectual, campean
en ol aquellas tendencies semi-disolventes que senalan la indoledel
siglo XIX en su pleno poderio. El Muelle es y ha side de tiempo
inmemorial un tribunal de critical capazde correrpacejas con la
antigua Puerta del Sol por lo tocante i la latitud que.concede A
sus atribucLones. En cada. establecimientol aomo aqui, se-dice,
esto es, en cada almacen 6 tienda hay en section permanelit una
sucursal de aquel cuerpo; done se charla y be'juzga A itroche *y
moche. Desde los Consejeros de S.,M. hasta el Capitan general i -
desde el Capitan general hasta el mad Inimo agente.delt Gobiernoe
nadie hay que logrie esoaar de laimplacable censura; .y eli eiguaje
usualmente empleado paraejercitadla,;: lce was porlIo oenrgico
y pintoresco, que no por lo respetsoso y laudatoiio, Si legase A
los oidos de su objeto, quedarian estosi edianamente halagados.
Por'fin, si se desea uno de esos pequefios indicios que revelan el
temple dominant de las ideas, no me negar6 suministrarlo, Antes
he manifestado que las contiendas political de la Peinsila se.mi-
ran en Cuba como olvidadas; pero que a pesar de eso subsisted
las antiguas simpatias y las alejas afiliaciones. Ahora bien: por
cada retrato del general Narvaez quo se me haya podido presentar
en la Habana, aundurante el apogeo de su fama, me comprometo
i encontrar.:ouatro retratos de Zumalacirregui y una docena del
general Espartero. No iban encaminadas per este rumbo mis pro-.
pias afecciones, pero no era.dable negarme al convencimiento de
un hecho tan notorio. Meditese sobre lo que eso quiere decir, y
tal. vez se le concederi mayor significado, del que i priilera vista
lleva consigo.
Tal es en. Cuba el partido espanol,. basa y puntal de nuestro
dominion y element ante todos conservador. Si su bosquejo no
satisface, no entrar6 i debatir las condiciones _de un bell ideal.
Mi prop6sote.se reduce a describirle como es y como me le han
27 -
dado i conocer oehoo afos de asiduo estudi6 y de intimo mce cou
todos esus circlos y classes. Thl es el partido espafol, 'repito, y
tales la-suma (comercialmente hablando) de sentimientos patrib-
ticos que tiene depositados en cuenta corriente, y de los cuales
puede disponer la,.causa national en elmomento de prueba. Para
seguir el mismo simil, advertire que la prudencia manda no ex-
cederse en los-giros, fin de que la libranza no liegue jams i
ser protestada por falta de fondos.
II.
*Al seguado partido existente en Cuba se le conoce vulgarmente
por etitualo del partido criollo. Sin metermeen decidir hasta que
punto sea exacta dichalcalificacion, por cuanto pudiera quizk atri-
birsele un signficado lato en demasia, no puedo tampoco alterar
el use estableeido,, por el conato de introducir una nueva fraseo-
logia tat vez incomprensible. Cuando hago mencion del; partido
criollo todos' me entenderAn sin el menor trabajo, y i esa regla
debo deo atenerme, poniendo A un lado cualquier esfuerzo de suti-
leza (sicupiere), para bautizarle con mas adecuado nombre.
Mi anilisis en esta material serd sin la menor dada algo. somero;
y mispalabras no llevaran consige in aun .aquel pequefio grado
de autonidad quepara ellas reclame cuando se trataba del partid'o
espafiol. Con el partido criollo no he vivido en esa intimidad de
relaciones, en esanmancomiunidad de afectos que permiten serpren-
der el sesgo de las ideas en el desahogo de una conversation fa-
miliar, y quiefacilitaan :ripida inteligencia. Mi trabajo, pues,
no descaasard sobre tan s6lido cimiento, visto que. la copia de
datos habrk enta* manera de sustituirseuna- hilacion l6gica de
mhas dudos espeeie. Ademis, el partido -eriollo (sine me equi-
voco) se eaeoentra mas dislocado, y pesee un grade de organiza-
cion bastaute mns impefecta, circunstancia important no solo
28 -
porala.fqumesaquL ent~ neral IBI srrea rsino, tarnbianu por; r
compo que pietala ,a di~eridad.de arecetscon lalonsigie~te
dificultad. de claiiftrarlos y desumirlos. tMassau cuaddotamtlr
ios trepieiosBexistan, y aum ctaade no prbctitreiy,6 femi, disI
mulirlos, eno bastan.a infaurdir razonable deseo9eimas poitloiqu~
toea al reuattad itotalde, Ia pesquisa; A trats. deftedoihr*f 'yeier,
tas verdadesqiie descuellan en portenteso, relieve, y. hicia ellia;
es dable dirigir el paso, si bien el sendeibo se& 1aspe aty Va. an
veces torcido. Lo que para esto se require es solo empeiio en
Ilegar al paradero seialado.
Una de tales verdades, donde se envuelve de paso la exactitud
del titulo dado al partido, es la. que me propongo pregonar pri-
mero. No puede negarse que la sociedad cubana, come eualquier
otra, abrigue en sus entrailas una gran masac inerte, que en poco
se ,ocupa de los asuatos politicos,' y onft-idji esfj .p. o ;le atfto
unp cantidad negative. No rechazafr tampeola- lhiptai ide que
se cueiden desperdigadas bastantes indi&idualidadeps, ouy:o seair
discrepe del de la mayoria ; 6bienpor frtrtI diteo naadsretie-
cinio, 6 bien por un impulse hijo delrespeloa las tradiioe~i ..iero
aui despues de descontadas ambas partidas:(s'obse as cuateseoa
fesar6 mi temor de que la primera seawais corta que lo uasal.,y
de que la segunda pertenezca con rarisimaeoxcepeiona lsaogene-
raciones de edad ya algo avanzadafty: en:*visperaa dedmsiareeer)
todavia queda un sobrante de gran mnagiitud y capaz id aiteo zar
la calificacion porriente:iL.Mubchmeduiethe Iaber, de ,eonfesr l, y
con tanto mis motivo uanto quelen-ello veo ena! ghab:ittieia
respect: lo pasado ,' la vez querin norme desacierto. fespeto
a to present y i io venidero; preoiel easeeseque ia granmayo-
ria, 6 la casi unanimidad de los hijos;del paisitnira en despego
y aun con sentimiento de petrf ralea a lasu~asibla'tQidel demiio
espalol en Cuba. Quien desconotea bAte-bheho:serd:a t isiogaiao;
y quien se afahen por ocultarli; cuandotat pa teni ee'n pasas
de contarse centre los.necies,: al asna q4e pravocaton iese: a-
mentable estadode la opinion sam:Mudhase y derdifseagespecie;
inherentes alganas a la esefeiainisma .teIlad'cesas ,etras tam-
bieh ineidm katerrt a e tae ,iEtsel as. pwrimeraw i Aespunta
ciett lt de.os~ l ittnitii nib de loealidad, que anni enlas acionus
mtaf eimpacta se e.tndiawn ,el espiritt de -covincialismC, -foO
q je]ir iobaj dlfiond'eens s favorables,'la armoia sociall cobta
elI: career de antagoiismo abiert ; antagonismo deque poeden
Ira2arse los vestigios eirnesIra America desde cas laera mismia
de los Cop slt res, y: antagonise de ipqe la histeria hos ofrece
ontlanoseii nploswdes d les i~ias.remotoissiglos, siempre que en
los lirltes de; algun impeit seinEoloweron, lejanas posesienes. A
esei.rg6ren 'latente dedeesnnion: moral, et.:de agregrse aquel
cirwtlo de pasirnes- (pudto nienot: que:inevitable, mientras los
hombres fueren hombres) engendradas poret peirp tuo cotacto
eatre dos oases de ti sociedad desemejantes'entre, si; yy de las
cuaes, engreida :nna pdr su riqueza ya adqnirida y por su mayor
aparente refinamiento, afeetal tener en poco a la otra -omo adve-
nidiza, mientras esta; ltima, orgultosa de -snyo, eampreodedora
y envanecida de seasbrls, paga cou ausqra qizaiaquellas selates
dedesden; Ahacinde .saftuano albirdeelsgCaemeola.plitica. Una
cnra r dicatl sobre ambos de estos doi estreiod me parece inate-
quiblerpereo As ebe'Osavizar la aebioi delmal m y Tefrenar el des-
enolvvimiento de sus sintomas:, con no: menor 6xio :del que en
otras 6pocas y en otros paises se ha cohseguido por idWntica- via.
Nentralizar el influjo disolvente, mediante robustecer el principio
de cohesion, -es us proyecto noble a la par que haeedero.
Sobre estas'causas perennes de alejamiento hay tambien otras
de origen mas nplerficial y que no son imposibles en un todo de
desvanecer.Mencionar6, en primer t6rmino, cierta ilusiori que pre-
domina'en los daimos, generosa si se quiere, perb que:por su
exageracion frisa eon el bello ideal de lo peril. Hermosa, sin
dispute alguna, es esta afamada Isla, y dotada con mano prbdi-
ga se mira por las didivas de'nna benigna Providencia; mas no a
punto de adquirir aquella superioridad sin limits sobre las de-
mas regions del*orbe que sus hijos eutusiastas le atribuyen, y
que forma para ellos arttculo de fe. La admission irreflexiva de
tan fantfstice lipo de bonded, no solo losarrastra ia4 r ingratob
30 -
con lo existence, sine qae alimenta cirta oonlanzao~ te iguna gira
do area y nociva, en una caracidad (de iqueCu\aleBalla sun
muy distant) para hacer frtnte s los mas-thes empeio,o La raiz
de tales ilusiones se. encuentra en la profunda inesperietnia 'el
mundo practice que sefiala d la nmayoria de los hijos del pais,
En cuanto al especifico, dicho se esti que consiste.en la iniciacion
lenta y bien meditada al manejo de.losnegociospositivos. -
La pr6xima causa de descontento -ed de mascompleja dole, al
grado que no me atrevo i,decir si es de'reputarse per real,6 por
imaginaria. Aclarando mejor mi concept, dire que lasquejas a
que aludo son reales en-cuanto i la existencia del hecho en que se
fundan, pero imaginarias en cuanto al mal que este produce.
Nuestro gobierno en America per espacio de tres y medio siglos
ha sido bueno en esencia; y en los resultados que di6 de si alega
el.mayor testimonio en su abono. Las ricas, tranquilas y (dado
que un tanto apiticas) progresivas sociedades que A principios del
present siglo revelb la pluma de Humboldt ante los ojos:de. Eu-
ropa, sociedades cuy -posterior destiny forma tal contraste con
sus felices antecedentes, dicen a voz en cuello cuales eran los
frutos de aquel dominion. El desenvolvimiento de los recursosde
Cuba, encumbrada i tal apogeo durante el curso de los litimos
ajos, bastarA tambien i declarar si hemos desmerecido de nues-
tros antecedentes y si la fuerza vital de la civilizacion hispano-la-
tina se halla en vispera de agotarse. Bueno ha sido nuestro domi-
nio y de ello me glorio; pero tampoco lo hemos de suponer un
tipo cabal de perfeccion, ageno de faltas. Entre los inconvenien-
tes mas leaves anexos a su mecanismo figure la lejania del centro
del poder, con su 16gico desnivel en la distribution de gracias y
favors. Y lo que de suyo era un,hecho espontkneo vine a agra-
varse eh estos tiempos modernos per el curso de los sucesos po-
liticos. Verdad es que el segundo influjo no ejerce tanta accion,
ni con much, come el primero; pues bien sabido es que cuantos
se acercan al manantial suelen conseguir sin gigante faena el'apa-
gar la sed ep sus raudales..Los hijos del pais que personalmente
acuden A Madrid 6 quo cuentan con relaciones de.algun valimien-
31 -
towen aquella eorte, sale aventajados como qujien'mas;en.el re-
parto del turron. Mas al fin y postre ta)es lances constiMiyen la
minoria; y cierta portion de las classes medjas tiene menor pro-
babilidad de encontrar salida para los miembros superabundantes
dela familiar. Que elpais gana, en ello, es para mi articulo, de
fe, pues nada enerva el vigor de las sociedades modernas cuanto
las locas y casi siempre fallidas esperanzas de la empleo-mania.
Inmenso come es el beneficio de que Cuba disfruta al mirarse
exenta-de la dura-y odiosa contribucion,de sangre, todavia i mi
juicio es mayor el provecho por ella obtenido de que no cundan
en su seno los g6rmenes de la alta burocracia-.Pero los individuos
que miran punto menos que cerradas las puertas de,na carrera a
lo sumo seductora, no es de esperarse que en el anilisis de la si-
tuacion desplieguen la sangre fria indispensable para aplicar des-
apasionadamente las reglas de un filosbfico critqrio. No pequefia
porcion del descontento sordo, cuya presencia me veo obligado A
reconocer, acua este origen, viuiendo a ser por su turno efecto y
causa, merced la cantidad de abogadosi siu pleitqs y4de~dcto-
res sin pacientes que procedq de eaconcentraciop del a.mbiciones
sobre un nAmero mas reducido de carreras. Y lo mas triste del
lance es que no me atreveria yo 4 proponer, at meaos desear,
una innovation sibita e dicho concepoo.; Ni la prudencia, ni la
conveniencia aconsejan, alterar de pcQuto,(dado que fuese bacede-
ro) las reglas establecidas en achaque de empleos. El :verdadero
especifico se cifra en abrir con mano liberal otras vias menos es-
t6riles por done busquqn y encuentren desabogo tantas aspira-
ciones comprimidas.
Tras esa paladina -onfesion, que acusa el sesgo general de las
ideas, viene el deber de. sefalar tambien. los matices, todavia
mas -variados que el segundo partido encierra. En primer lugar es
de tomarse en cuenta la crecida fraction, quedominada por el
hibito mas que por el raciocinio, no pasa de obedecer A un instin-
to vago de repulsion; y que apetece quiza un cambio, pero sin
hacerse cargo de su entidad 6 results, ni hallarse inclinada i
emplear.el menor esfuerzo para conseguirlo. En seguida entra
3 <'
otra porcion de mas refitin ihit~ir ila' y de, lidei 'nias fijis,
cuya oposicitn, silffebahig I.sei''un caieter atlstit so-mas
bien que no positive. El dict hfratdio1 de pesa' rt' ez pi r -su
namero pibio mas respetabe auiit por la poid6n. social de sd in-
4ividtios, opera mnichos-afect -ttmpladoS pfr'Iaexperiacii del
imuno. Aspiracihnes' apanas deffnidas ldiA:ruuaa inacioialidad
distinta, y qub provienen'de'esa exCeWiva idea de 's pitria qite i
los cubanos distingue, se fidzclan con los edti'iflodsdel"anmor
propio 6mine'nudo ajadd a consecuencia de la division d iehiid"s,
de los li;itosisofials que esta eiigndra, y de las m(iluas' pte-
ocu.acioiies per ellas fomentadas. El convencimienti enipeid de
los empefios'y peligros persofilea que :coalquier g Ii tAtdWitrh
acarrea ineviable'merite en pos de si, y el esp~~ecetilo' de'lo.
grades males fi que so adorado pais se teria de'segiiroexpuestn
en el mormento de crisis, caoperan 'para refretear :e' pbdrlo de
tales impulso por lo que concierne- I la vida prpictiAes. Anibas! de
estas categoia d de opositi$tr se distihiguen pai'el eaiPitler, en
esencia negative de ga de~bcitento;'el q~d, cuandobe tweonsidtra
de por si, no apaiece pteladb' de grades aeilnaMias Masifatieiu n-
do yo asi lo retcoozca ebl.el "'rt' e ramnti'ietlto, ;el
problema muda de especieOis anlpliados sus ~trintfs',7; abaicre;
el cohjunto de la sithacidOnlii'al. Aqiellas clase* frmnan,- por
done quiera que bay un:jhst 'equilb'rio social, el 'legitimo y
ancho cilniento de los interlo onasetVatfores, :la thitados en sut
robustez intrinseca cuando tal hapoy ltes falta. El g6rmen de d'd
bilidad que el retraimieuto de la ai'isrooradia legiimista infuindi6
al gobierno de Luis Felipe en Francia, con notaite perjuicio
sufrido de una y otra barida, puede sugerir cierto tipbde apre-
ciacion sobre los inconveninftes iiacidos de tan'falsas relaciones.
El alejamiento, pues, A que me voy refiriendo, no es tanto de
tomarse en cuenta por lo que aamenta el empuje de los adversa-
rios declarados, cuanto por lo que disminuye el numero do
nuestros aliados naturales. Afortunadamente dichas classes sou
tambien las menos pervertidas en su senior, y aquellas so-
bre cuvo temple ejercerA mas ripida v mas- saludable action
S- 33-
uaa political hibil, just, y aun cuerdamente coficiliadora.
Otro paso dado por la via que venimos siguiendo nos coloca
ya en contact con la fraccion hostile, que no solo disienle. del
r6gimep establecido, sino qne activamente se emplea por consu-
mar su destruction. Mas aun aqui asoma de nuevo la disidencia
de miras on cuanto al fondo y en cuanto a la forma. Para desig-
nar esos dosnuevos matices acudir6, como de costumbre, al len-
guaje do uso vulgar; que en este caso posee tambien la prenda
de una significativa exactitud, cuando los apellida independientes
y.anexiqnistas 6 filibusteros. Estos nombres declaran el hondo
abismo que centre ambas fracciones media, y que les confiere
tan diferente categoria moral. La resistencia energica y aun
desesperada, qde en uno y otro. caso estariamos dispuestos los
espafoles i opener contra tales conatos, va acompaiada en el
primero de cierta especie de respeto impossible de conceder en
el segundo. Los independientes constant del grupo de personas,
un tanto visionaries, que, halagadas por su entusiasmo, creen a
Cuba ya poseedora de todas las condiciones necesarias para tomar
sobre sus hombros la carga de una nacionalidad propia; y que
no rehuyen aceptar desde luego los empeiios de tan alta empresa.
A lo sumo, no ven mas obsticulo que el nacido de la esclaviitd
y de la desproporcion de razas; y por este motive la porcion do-
tada de mayor entereza se inclina a la emancipacion, mientras la
part restante, menos lbgica quiza, pero mas obediente a los ins-
tintos 4elpropio interns, procura por vias artificiales lo que se
llama el fomento de la poblacion blanca. Tales ensueios (y per-
mitaseme-un vocablo en que nada intent sugerir de ofensivo) no
obstan, con todo, a esa noble repugnancia con que cualquier in-
teligencia recta contempla.la perspective de sumir una sociedad
pr6spera y tranquila en el pielago de las agitaciones revoluciona-
rias, por la sola esperanza de mudar de dueiio y con la: plena
certeza de empeorar en el cambio. De consiguiente los indepen-
dientes de ideas fijas no cooperan con los anexionistas; y sus tra-
bajos de subversion se hacen mas bien a la zapa, que no en campo
abierto, de modo que a todo rigor casi pudieramos agregarlos al
3
34- Pj
catalogo de la oposicion negative pr6viamente analizada. En cuan-
to al poder material de esa fraccion del'partido criollo, par6ceme
hoy sumamente reducido, y aun sospecho que mengua por dias,
dado que represent las formas y aspiraciones de una combina-
cion political ya gastada. Sin embargo, su ascendiente moral es
de bastante peso para atraer hacia si y neutralizar, por lo tanto,
algunos elements que sin semejante freno acudirian A fortalecer
el partido filibuster.
Lo que 6ste sea, bien A las claras lo indica su propio apodo de
raiz extranjera. En cuanto d calificar su indole he de andar muy
parco, porque ni me agrada, por sentimientos de propia dignidad,
zaherir 6 un enemigo, ni acertaria 4 valerme de frases comedidas
cuando me ensayara a espresar mis intimos pensamientos. Un
corto anAlisis de sus parties components bastari pues a mi pro-
p6sito. El fanatismo politico, unido A la inesperiencia, ejerce su
terrible poderio para arrastrar hbcia el remolino la porcion de
materials que menos debiera alli figurar. Aquella exasperacion
y aquel encono, que son frutos inevitable de una lucha prolon-
gada (puesto que, cual nunca me cansar6 de repetirlo, la lucha
existe, por sorda que en si fuere), secundan el mismo influjo. A
estos elements de la ceguedad humana se agrega una suma de
ambiciones, justas y loables hasta cierto punto, pero que no
logrando verse satisfechas se dejan seducir por el atractivo de la
novedad y buscan en ello mas ancha atm6sfera para exteiider su
vuelo. Las pasiones ruines y bastardas que, mejor 6 peor disimu-
ladas fermentan en cualquier combination social y se prestan
gozosas 6 la obra de destruction, llegan a completar la lista. H1
aqul descritos con brevedad los ingredients que constituyen el
partido anexionista; partido cuyos secuaces, mas 6 menos firmes,
fluctian en numero al paso que las circunstancias influyen en el
estado de los Animos, pero que siempre componen un grueso res-
petable. En verdad, si se pusiere aparte aquella masa inerte que
por done quiera predomina, much me temo que sea la fraction
mas cuantiosa entire cuantas dividen a los hijos del pais. Su pres-
tigio, A lo que creo y confio, dista infinite de equipararse a su
35 -
fuerza num6rica; mas el peligro, hasta donde peligro hubiere,
se encuentra aqui pura y exclusivamente cifrado.
La resefia que inmediatamente precede encierra nna dura con-
fesion,, que la misma seriedad de mi lenguaje procura atestiguar;
ly ojali me haya sido dado trasladar al papel una sombra siquie-
ra de la honda tristeza que abruma mi mente al desempeiar por
obligacion ese trozo de la tarea que tengo seialada! Sin embargo,
tambien seria infiel i mi deseo y creencias, si la impression total
que Ilegue i producer fuera de un tinte sombrio sin mezcla algu-
na de luz. Lo dislocado y lo divergente del partido criollo, no solo
explican su debilidad fisica relative, sino que, acusan cuin vas-
tisimo campo queda aun abierto para grangearse infinitas volun-
tades; para neutralizar en otras los .instintos de alejamiento, ha-
ci6ndolos permanecer en aquel estado de apatia al fin y postre
tan favorable; para aminorar, en fin, las fuerzas de la fraction
revolucionaria, y para aumentar sobre todo su aislamiento. A eso
tambien coadyuva con no insignificant poderio la masa de ele-
mentos conservadores que en la sociedad cubana se esconde y de
qne paso ahora a hacerme cargo para completar esta part del
cuadre.
El influjo de la riqueza ocupa aqui de derecho el puesto de
preeminencia. Las classes opulentas y acomodadas son, por regla
general, poco amigas de grandes novedades, exceptuado el caso de
que su amor propio se yea herido en lo serio; y aun donde asi
acontece, todavia la accion de este m6vil se encuentra limitada
por altisimas consideraciones. Por de pronto.no hay que recalcar
aquel evidence impulse de propio egoismo que retrae a quienes
bien se encuentran de aventurar su sosiego 4 un golpe de fortune.
Pero tambien, para no ver en un todo la naturaleza humana por
to negro, la propiedad contribute por vias indirectas a templar y
madurar el ardor de los inimos. La experiencia que inevitable-
mente s'e adquiere en el manejo de los propios negocios, sirve
para rectificar las ideas sobre temas de mas lata importancia. Ade-
mis la ocupacion que esos mismos cuidados proporcionan; sirve
de vilvula de escape A la innata efervescencia de los genios ambi-
36 -
ciosos: circunstancia a mi entender de sumo peso, porquo en
political como por donde quiera, la ociosidad es la verdadera
madre de todos los vicios. Y para completar la suma de taotas y
tales partidas, es ahora de agregarse cierto vago y perp6tuo terror
dimanado del fr6gil cimiento en que la riqueza territorial- des-
cansa, y que amenaza flaquear por su basa y arrastrar en pos de
si todo el edificio. La question de la esclavitud no se abarca en
mi present tarea, por ser demasiado vasta para que pueda dilu-
cidarse 6 manera de episodio; y porque ademis no juzgo ahora
su examen punto de absolute necesidad. Quizi.en otra occasion
me atreverb A exponer las ideas, eclhcticas en su esencia, y quiza
en sa manifestacion un tanto peculiares, que me he llagado a
former sobre tan peliagudo problema, mas de moment habr6 de
ceiiirme a aquellas alusiones incidentales que no son posibles de
evitar respect a un fen6meno social de tamafia magnitude. A este
nuimero pertenece el instinto conservador que su existehcia al-
canza a engendrar en las classes propietarias de Cuba. Antes he
dicho que una fraccion del partido independiente aspir6 con des-
prendido, pero mal aconsejado entusiasmo, a difundir las doctrinas
de emancipacion, como adecuadas 4 facilitar el logro de sus aspi-
raciones. Fuera sin embargo un error muy craso el de im'nginarse
que las ideas de esta escuela han hallado eco entire. la mayoria.
El sesgo general de la opinion corre en sentido contrario, quiza
hasta con excess; y los hijos del pais en nada discrepan aqui de
los espaioles, dado que no los aventajen. Alguna que otra de-
clamacion teorica, de bonito efecto y en palabras embozadas', ca-
rece de todo prop6sito de aplicacion; y quien asi nQ lo reconozca,
mal comprende la indole dela sociedad cubana. El temor, pues,
de que la esclavitud se viese afectada por un trastorno politico,
constitute uno de los mayores elements de.estabilidad con que
podemos contar; cooperando al mismo fin el caricter razonable
de nuestra legislacion sobre dicha material, y el escaso s6quito
que las predicaciones de una filantropia descarriada han pedido
merecer en la Peninsula. Sin calificar el echo y sin investigar su
origen, puedo tomar por sentado que la opinion espaiiola no
37 -
sigue en esto el djemplo de los demas pueblos europeos; y i
cousecuencia nuestro dominio en Cuba presta, en el sentido mate-
rial y en el sentido moral, inestimables garantias i esa institution
de suyo artificial y delicada. Quieta non movere tal es nuestro
lema; y ninglmn otro hay en igual grado apto 'ni para satisfacer
los intereses ya creados, ni para calmar sus recelos. Creo por lo
tanto, en resume, que las classes ricas del pais, sin Ilenar en un
todo mis exigencias, podrian ya ser reputadas por medianamente
conservadoras; y que el afianzarlas en semejante sentir reune,
sobre la calidad de Atil, la condition de factible.
Ni dejan de abundar en el mismo ben6fico poderio los resulta-
dos de la pasada ensefianza y del desapasionado raciocinio. El es-
pectAculo de lo que fueron y de lo que son las vecinas comarcas
de la antigua America espaiiola, encierra lecciones de muy subida
entidad y que no del todo quedaron desaprovechadas. Cuando
Cuba se compare A Mejico, la elocuencia del contrast habla con
voz de trueno. M6jico, estacionario por 16 bajo en su desarrollo
material; victim de una anarquia- espantosa, s-umido en el
mas hondo desprestigio ante la opinion estraia que aun exagera
los vicios de su situation, y pr6ximo a ser devorado por la im-
placable ambicion de sus emprendedores vecinos, Mejico; repito,
ni es, ni puede ser A buen seguro, objeto de envidia 6 modelo que
incite i. seguir sus destinos. Ahora bierr: si se prosiguiese el para-
lelo hasta el punto de medir los elements de vida propia con que
Mejico ya contaba cuarenta afos atras, y los que Cuba hoy dia
posee, no es tampocuo )le negarle ai 1 la ventaja. De todo esto
nace, para cuantos no sean presa de invencible obcecacion, un
convencimiento intimo y profundo de que el pais no se encuentra,
ni con macho, maduro para arrostrar los empeios de una nacio-
nalidad separada. VWase, pues, esplicado.lo que aminora el n1i-
mero y poder del grupo de independientes, que bajo cualquier
otra hip6tesisabsorberia en si todas las fuerzas vitales del espiritu
de oposicion; y vase tambien lo que causa esa indecision tan
ceracteristica de sus actuales conatos. Enlel terreno prsctico no
queda para romper con lo existente otra alternative que la dcl
S38 -
filibusterismo; y para las inteligencias dotadas de median luci-
dez no ofrece, por cierto, dicho recurso menores reparos, siempre
que al impetu irreflexivo se sustituya el empleo de un elevado
criterio.
Ante todo entra aqui el ejemplo de lo ocurrido en paises y en
ipocas que, por su proximidad, no permiten laignorancia; ejemplo
cuya repetida autoridad no puede desvirtuarse por ningun racio-
cinio abstruso. Aun para no tomar en cuenta los inauditos crinienes
de Walker en Nicaragua, y que con tanta fidelidad revelan la
innata naturaleza del filibusterismo; aun para no tomar en cuenta,
digo, tamaios excess, prefiriendo atribuirlos al arrebato pasa-,
gero de la lucha, todavia restan suficientes casos de posesion con-
sumada para que permitanjuzgar con pleno conocimiento de causa.
Desde Luisiana hasta Florida, desde Tejas hasta California, donde
quiera que se llev6 a cabo la substitucion del dominion anglo-sajon
al dominion de la civilizacion latina, el fruto de la mudanza ha sido
identico en cierto sentido. En t6sis general (si ya no aplicable'
Florida) es de confesarse que el pais ha ganado en' el desenvol-
vimiento de su riqueza y recursos, pero ha sido siempre en bene-
ficio de los advenedizos con menoscabo de los naturales.-La misma
regla de esterminio que por vias indirectas y solapadas ha sabido
con soberana frialdad aplicar la civilizacion anglo-sajona hacia las
razas indigenas, vi6se empleada con cortas modificaciones respect
i los miembros de una nacionalidad extrafia; consigui6ndose' per
cllo la humillacion yabatimiento de los individuos y la complete
desaparicion de la sociedad preexistente. Hechos de semejante
clase 6 imposibles de desconocer, repito que son superiores i
cualquier raciocinio y que bastarian para arredrar al mas arroja-
do, aun en el supuesto de que su esplicacion te6rica superase A
nuestros alcances. Ahora bien: nada cabe de mas 16gico y sencillo
que el demostrar el;enlace entire los efectos de la llamada cristia-
nizacion y su intrinseca naturaleza. La civilizacion norte-ameri-
cana no solo es agresora 6 intolerante, por hallarse en aquel pe-
riodo de expansion que con el vigor y prendas de la juventud
posee los defects de esa propia edad, sino que despliega aquellas
-39 -
condicidnes de ser en escala mayor, merced a su indole democrai-
tica. Su estructura es, por decirlo asi, at6mica; y con una fuerza
inmensa en el conjunto, fuerza que con su agudisimo espiritu de
anilisis halificb Tocqueville de acaso excesiva, reune una organi-
zacion d6bil 6 imperfecta en la maquinaria gubernativa, siempre
y cuando no sirva esta de mero instrument a las pasiones popu-
lares. Obvia se hace, pues, la imposibilidad que le asiste de tolerar
en su seno cualquier cuerpo extrailo, si estuviere dotado de mas
compact forma, que descollaria sobre su superficie y que contra-
balancearia su propio empuje. De aqui la necesidad imperiosa,
que por una 16gica fatal, la arrastra a pulverizar cuanto con ella
se pone en contact, para reducirlo i su mismo nivel. La verdad
filos6fica de tal explicacion se atestigua por la mayor virulencia
de los conatos destructores, i proporcion exacta que el espiritu
de democracia se ha ido desenvolviendo en las instituciones, hi-
bitos 6 ideas de la Confederacion, hasta frisar ya hoy dia en los
limites.de la demagogia. La diferencia de intensidad en la obra de
.absorion violenta que cabe sefalar entire Luisiana y California,
corresponde exactamente al inmenso desarrollo de la democracia
en los Estados-Unidos, desde 1806 hasta la 6poca present. Segun
ese trabajo de metam6rfosisinterna adelante en su curso (y no hay
por ahorasefiales 6 esperanzas de que Ilegue i interrumpirse), asi
los efectos esteriores aumentarin a una en la rapidez y aspereza
de su manifestation.
Ni cabe concebir que la demolicion political vaya acompaiiada
por la salvedad de las existencias individuals. La passion por el
dominion de la tierra es un rasgo distintivo de la sociedad norte-
americafia y procede de su propia esencia. Si el principio vital y
la direction social resident en las masas, precise sera a su turno
que las masas se posesionen del pais y que echen raices en su
terreno, puesto que no podrian de otro modo existir y que su
poderio pecaria de efimero y de incomplete. El despojo de las
tribus indias, consumado con auxilio de la presion y de su igno-
rancia, mediante la compra de su derecho de primogenitura ter-
ritorial por un plato de lentejas, no admite repeticion con otra
40 -
raza mas avanzada. Ahora bien: -una peculiaridad caracteristiea
de las sociedades hispano-americanas consiste en que, A pesar de
su escasa poblacion, carecei casi en lo absolute de terrenos bal-
dios 6 iealengos. Por un sistenia de vastas coacesiones, ya indi-
viduales 6 ya municipales, cuyo tino econ6mico no viene ahora
' cuento el discutdr, los vastos campos que yermos y eriales se
presentan por donde quiera i la vista, cuentan ya con un dueio
legal y por tal entire nosotros reconocido. De consiguiente, la in-
troduccion pacifica y legitima del nuevo element anglo-sajon en
la propiedad, se mira dificultada cuando no imposibilitada; y-
siendo como lo es dicha introduction un corolario imprescindible
de la soberania anglo-sajona, hay que buscar algun m6todo mas
expedite de realizarla. La usurpacion de los squatters en Califor-
nia y su sancion political por la ley de Mr. Guin, se convierten bajo
este punto de vista en hechos espontAneos y de fidil comprension,
si ya el justificarlos fuera mas ardua tarea. Y pues he citado ese
acto de legislation peculiar, que constitute uno de los mas graves
escindalos dados en el present siglo, no estarA de sobra el ofre-
cer breves esplicaciones sobre su naturaleza. No solo'es un prin-
cipio inconcuso y acatado del modern derecho de gentes que el
cambio de dominio politico no afecta ni menoscaba los, derechos
civiles ni la propiedad del individuo, sino que, Aino equivocarme,
esa mixima sagrada qued6 explicitamente reconocida en el tratado
p'rque hMjico se desprendi6 de su soberania sobre' California.
Pero la ley de Guin, eludiendo, cuando no infringiendo tan sagra-
do empeiio, y pretestando la confusion introducida pbr los
squatters y por otras causes de idWntica especie, en lugar de refre-
nar el daiio con mano fuerte, prefiri6 autorizarlo por medio de
una pesquisa sobre la validez de todos los titulos de piopiedad
territorial. Europa, distraida en much parte por pueriles tenias
referentes A los Ducados Dinamarqueses 6 la situation de Nipoles,
creo que no ha fijado debidamente la vista sobre tamaio atropello
de las doctrinas fundamentales- que consagran el progress de l'a
civilizacion modern. Pero en Cuba, donde el hecho -nos tocaba
mas de cerca, la cosa no pudo ser mirada con tan cahal indife-
41 -
rencia. Y en verdad, el precedent envuelve terrible significado.
Al recorder lo que son nuestras tierras mercedadas, v el dudoso
deslinde de nuestras concesiones circulares de terrenos, con las
haciendas poseidas por diferentes duefos pro-indiviso, y otras
peculiaridades de la posesion territorial en Cuba, ayudado eltodo
por esa argucia y esa sutileza en interpreter el texto material de
la ley que.los juriseonsultos norte-americanos ban heredado de
los jurisconsultos ingleses, y que con tan implacable habilidad
manejan; al recorder, repito, esos elements de nuestro ser y de
una situation hipot6tica, no hay propietario que no sienta temblar
sus carnes ante la prevision de analoga pesquisa, 6 que league i
creerse a salvo de sus efectos. Para espresarse en el estilo pinto-
resc6 de la conversation familiar, no quedaria entonces there con
cabeza. Y en cuanto i la aplicacion del m6todo, es mera question
de tienmpo. Up afio antes 6 un aio despues, la cosa seria infalible.
Siendo pues, como son, los hijos del pais due~os de la propiedad
territorial por enorme mayoria, no ban de encontrarse muy ha-
lagados con los encantos de semejante perspective.
Todo el encono que concebirse quepa no basta a ofuscar la
mente para que, tras un momento-siquiera de reflexion, puedan
desconocerse tamaias verdades. Quienes con mas exaltacion abor-
recen nuestro dominio y le califican de tirania extraia, no alcan-
zan a negar que la anexion se reduce A un cambio de seiiores, con
la plena certidumbre de perder en 61. Habria en ello modo para
saciar la venganza de agravios mas 6 menos positives, pero solo
a trueque de prepararse mayores sufrimientos en el tiempo future:
El conoeido ap6logo del Caballo, el ciervo y el hombre, viene
aqui tan de molde, que no parece sino que fu6 inventado al pro-
p6sito. Porque al fin y postre, la sociedad cubana, tal cual fuere,
no es sino un vistago de la sociedad espaiola, que tras haberla
creado, la contin6a nutriendo con los mismos materials que le
dieron el ser y que tan perfectamente se amalgaman con su esen-
cia. El mismo apartamiento geogrifico y lo relitivamente m6dico
de la inmigracion peninsular operan a la manera de un riego be-
n6fico que fecundiza la tierra y robustece la plant ya arraigada.
42 -
Si lo pasado engendr6 lo present, y si lo present engendrari Io
future, es de suponerse que la semejanza de influjos acarreara en
pos de si la semejanza de efecfos; y quien abrigare ciertas aspira-
ciones ambiciosas (que no pretend juzgar), sefialado mirari el
camino que por una march mas 6 menos lenta debt conducirle
hacia su realization. Pero la cristianizacion anglo-sajona, con
sus innumerables hordas de ap6stoles devorados por una actividad
febril 6 imbuidos con el sentimiento de su inconmensurable su-
perioridad, operariia de bien distinta manera. Ante la inundacion
de tan impetuoso torrent todo quedaria sumerjido entire sus
ondas, y segun la humana probabilidad todo se veria arrasado.
Los intereses existentes, de cualquier g6nero y esfera, verian su
estabilidad convertida en problema de dudosa solution. No es tal
el rumbo por donde corren-ls deseos, mas 6 menos legltimos, mas
6 menos acertados, que fomentan en su imaginacion los hijos del
pais.
Para confirmar lo exact de tal juicio, permitaseme referir una
an6cdota personal. Con la franqueza propia de una conversation
familiar entire personas que no pueden ser delatores, discatia yo
cierto dia (como con suma frecuencia se discute), estos mismos
temas; siendo mi contrincante un caballero cabano de alta posi-
cion social y de distinguidisima familiar, hombre dotado de inge-
nio i lo sumo vivo y agudo, asi como de la respectable calidad de
no doblegarse hip6critamente y de no disfrazar la tendencia gene-
ral de sus ideas. Acosado por mi con arguments iguales i los
que preceden, respect i la naturaleza y males de la anexion (hi-
cia cuyo apoyo siento decir que casi seinclinaba), no hall al fin
mejor defense que la de concederme el pinto doctrinal, escusan-
do, con todo, del conato por.ser la political de la ira. Pintoresca es
la frase, y A to que me temo sobre lo pintoresca, no poco exacta;
prestindose en ello mismo i graves meditaciones. Tal cual ye la
interpreto, avisa que las classes inteligentes, dentro del mismo
partido criollo, sienten una aversion profunda hMcia el filibuste-
rismo, siempre que la razon tenga tiempo para influir en sus jui-
cios. V6ase otro element conservador en que se p"ede descansar,
i3 -
d menos de un empefo irreflexivo en hostigar las pasiones y em-
pujarlas hicia un estado de delirio.
Casi el mismo sentimiento de repugnancia se reproduce por
ayuda del mismo instinto, en terreno inferior; y aun quiza con
influjo por desgracia menos intenso. Las doctrinas cosmopolitas
son muy bellas, y la gran mancomunidad humanitarian seduce la
fantasia, en cuanto simboliza el bello ideal del progress; pero
esa emanacion direct de la filosofia panteista, dado que est6 un
tanto de moda en la esfera intellectual, encuentra bien poco se-
quito en el vulgo y tiene pobrisima accion sobre los negocios de
este picaro mundo en que vivimos. Desde luego pugna de frente
con otros sentimientos muy nobles y muy tiles, coal el de na-
cionalidad 6 patriotism; i la parque ofende otras flaquezas de
peor estirpe, pero todavia mas poderosas, como son la vanidad y
el egoismo.
Casi siempre quie se ponen en contact director dos razas distin-
tas, separadas por el idioma y las costumbres, lejos de arraigarse
entire ellas un afecto de hermandad, lo que suele brotar del roce
es la mas positive antipatia. Y si tal fuerela regla por punto ge-
neral, no propende d suavizar sus efectos la naturaleza de les
ciudadanos ambulantes de la vecina republican, cuya brutalidad de
modales en la mayoria de casos corre pardjas con la arrogancia
de sus pretensiones. Seria una falta de criterio medir toda la so-
ciedad Norte-americana por semejante muestra; pero al cabo,
puesto que eso es lo que se v6, y que tales serian los agents
probables de la cristianizacion, no hay en la opinion formada ni
grave error, ni grande injusticia. El 6dio sin limited queen Nica-
ragua y en Panama y en M6jico se profesa hoy dia unAnimente
por las classes no educadas hicia los Norte-americanos, se encuen-
tra asi racional y 16gicamente explicado. Ni dejaron de ejercer su
accion sobre el vecindario de la Habana, y principalmente sobre
la poblacion libre de color, aquellas bandadas de viajeros cali-
fornianos que los vapores de trinsito arrojaban en nuestros mue-
Iles y.que inundaban nuestras calls, incitando a la vez la risa y
el hastio. De esto .y del mnrcho hablar sobre el particular, pro-
U4 -
viene que el tipo del yankee no pase poT cosa muy linda 6 sim-
pitica aun en lo interior del pais. El nfal consiste en que las po-
blaciones rurales, 6 sean los guajiros (clase que sobre tbdas con-
viene cuidar de que no se vicie y contagie por entero), soh'los
que menos ban palpado la diferencia, y de los que inenos ceden
A sus impresiones. La ventaja de esta manera de sentir no se ob-
tendria por complete sino en el triste caso de una invasion y una
lucha; pero aun asi, no es de despreciar,'ni de desatenderse cuan-
to conduzca A robustecer su influjo. Ya en los sucesos de 4 851
juzgo que la calidad de extranjeros, incomprensibles y repugnan-
tes en el primer moment, perjudic6 en algun grado a los secua-
ces de Lopez; retrayendo de toda asociacion con semejante gente
aun A ciertos individuos no muy bien predispuestos en favor de la
causa espaiola.
Para iltimo, en la lista de los influjos que atenian la tendencia
disolvente he reservado uno que posee, en mi pobre entender,
muy subida importancia. Aludo aqui A cierta especie de espiritu
aristocrAtico que no del todo sin fundamento se atribuye A los
naturales de Cuba, y en virtud del cual despliegan innata aficion
hicia los titulos, honors y dignidades. No falta, y asl lo reco-
nozco, quien discrepando de mi sentir propenda a niirar el nego-
cio bajo un aspect ridicule; si ya tambien declare que no adier-
to A comprender semejante juicio. Concedida que fuese (en gracia
del argument) la puerilidad de ese deseo, todavia su utilidad
prictica seria innegable, puesto que por su medio'es dable le-
vantar y aflanzar una barrera mas entire la sociedad cubana y el
impetu barredero de la democracia en los Estados-Unidos. Si. los
mercaderes que venden ricas sedas y brocados predieasen contra
el lujo y pidiesen a voz en cuello eyes santuarias, se diria que
habian perdido el seso: sin embargo darian en ello cabal modelo
para nuestras nociones de filosofia despreocupada, dado que fue-
sen admisibles. Pero la cuestion- en si es infinitamente mas honda
y complicada de lo que piensa una critical superficial, y no re-
huir6 yo el debate aun en el terreno de la teoria. No solo el anhe-
lo por tales preeminencias y distinciones es un instinto insepara-
45 -
ble del hombre, instinto cuyas aspiraciones retofian por donde
quiera aun.en las menos propicias circunstancias, sino que la
historic abona aquella sanction regularizada y legitima que le ha
sido en. mil casos concedida. Los pueblos cuya organization reco-
noce y acata el principio de gerarquia, obluvieron siempre una
estructura dotada de mayor estabilidad, y tambien A la larga ma-
yor suma de empuje, que cuantos otros obedecieron sin freno 6
cortapisa- las sugestiones niveladoras de la escuela democralica.
Y si esta doetrina, inherente por su esencia a la aieja civilizacion
latina, ha imperado siempre entire la raza espaifola que compone
uno de sus principles vistagos, todavia puede sin extravagancia
sustentarse que las condiciones peculiares del'pais confieren a su
eficacia incomparable ensanche. Aun en la vecina republican se
nota sin esfuerzo hasta qu6 punto la existencia de la esclavitud
contrabalancea en los Estados del Sur el influjo de las institucio-
nes political. Mes aqui donde nada contraria el poderio de los an-
tegedentes y donde la sociedad toda estriba en cierta distinction de
colors, que confiere ipso facto una indisputable supremacia;
aqui donde puede decirse que la misma atm6sfera que intelec-
tualmente respiramos se hall impregnada de mol6culas aristocra-
ticas, cualquier aplicacion ulterior de ese principio viene revesti-
da con el caricter de un hecho espontineo: hecho de todo punto
concorde con nuestros habitos 6 ideas, / la vez que satisface una
de las pasiones innatas al corazon human. Si en otro lugar he
dicho, y asi lo ratifico, que nuestras costumbres respiran un
tonoi de visible democracia mercantil, es porque todos nos cree-
mos, en cierto modo, parties integrantes de la aristocracia, mer-
ced a la calidad de nuestro c6tis.
Cierto es tambien que ese precioso recurso para-obrar sobre lo
que unos llamarin vaniiad y otros propio respeto y culto de la
familiar, puede emplearse con escaso tino i grado de convertirse
en initial 6 poco menos. Pero de que algun j6ven pr6digo 6 in-
experto derroche y malbarate su herencia sin obtener de ello ni
provecho s6lido ni lucimiento, no se deduce la negacion de aquel
poder y ventajas anejas 6 la posesion de gruesos capitals. Si los
46 -
favores que nos ocupan Ilegaren a prodigarse, 6 i repartirse sin
discernimiento por quien ignora los antecedentes, 6 a dejarse ar-
rancar por importunas solicitaciones, ficil es que entonces se
vean tenidos en bien poco ,y hasta que proinuevan i risa. Pero
si les dispensare con parca y razonada liberalidad; tras un ma-
duro exAmen de las calidades personales, y sobre todo con
aquella expontaneidad por parte del otorgante que realza el.
m6rito de la gracia 6 que casi.lo constituye, entonces no titubeo
en afirmar que tales premios serAn bien acogidos por la opinion y
anhelados por sus poseedores, contribuyendo 4 enlazar los inte-
reses creados-con el 6rden politico existent. El acaudalado co-
merciante, el opulento hacendado, el abogado integro, el indus-
trial emprendedor 6 inteligente, cada coal segun su clase y"
position, sentirin 6 aymentarse su entusiasmo 6 entibiarse su
desvio, y se apiiarAn voluntarios en la comun defense de un
sistema que reconoce sus prendas y que procura conferirles el
just galardon.
Pero cuando 4 impulses de ouna political elevada se procediere
con m6todo 4 fomentar en Cuba los g6rmenes latentes del espt-
ritu aristocratico, bueno sera ir resueltos 4 aceptarle tal cua es
y con todas las condiciones de 61 inseparables. En la hipotesis
opuesta acaso los efectos obtenidos resultarian contraproducen-
tes. Puesto que la indole de la sociedad cubana es eminentemente
industrial y mercantil, el punto de partida para medir los mere-
cimientos deberi de consistir (sin desatender en un todo los titu-
los que alegue la inteligencia) en la actividad con que cada cual
haya ceoperado al desarrollo econ6mico del pais. Sin descartar
en un todo las consideracioies political, no han de ser las deci-
sivas; ni menos son de apreciarse en much los servicios admi-
nistrativos, poniendo en su totalidad aparte cuanto pueda tradu-
cirse por flexibilidad de espinazo. El secret del 6xito que sea
de obtenerse, si se aspira A establecer una verdadera armonia
entire el 6rden de los hechos materials y el 6rden de las ideas
political, reside en procurar atraerse las altas posiciones indivi-
duales sin Ilevar visos de intentar su compra. Ademlis (y h6
47 -
aqui un tema bien delicado), nunca ha de echarse en olvido' que
afianzar nna aristocracia desnuda de todo prestigio y de todo peso
real y efectivo, clase cuyas distinciones se reduzcan A algun ti-
tulo vacle, vox et preterea nihil, ha sido, es y seri perpotua-
mente un.imposible absurdo. A toda preeminencia fundada en la
riqueza, en la capacidad y en los meritos que aquel mismo favor
implica, ha de ir adjunta cierta portion de influjo social mas 6
menos director, pero nunca de un caricter: en lo absolute negati-
ve. De lo contrario, repito que seria de temerse un serio des-
engaiio. Ensalzar para luego deprimir, avivar las ambiciones le-
gitimas para dejarlas luego burladas, dando asi mayor notorie-
dad al agravio y mayor intensidad a la ofensa, no me parece
conduct que deslumbre por su trascendental sabiduria.
Con el anterior resimen de los instintos conservadores que
abrigala sociedad cubana, de la accion que hasta aqui ejercen
para neutralizar tendencies .muy peligrosas, y de la necesidad y
conveniencia de aprovechar su fuerza, creo haber Ilevado A cabo
el minucioso andlisis del partido criollo. Al terminarlo, repito
como al principio, que esta porcion de mi trabajo no me inspira
igual certidumbre que la referida al partidosespariol; pero que
sin embargo, tal desconfianza no es de entenderse sino en el
sentido relative. Un incansable studio de ese partido criollo y
de sus condiciones de ser, con alguna que otra incursion (me-
diante las facilidades, nunca desaprovechadas A sabiendas,. que
proporciona el trato dom6stico) en la esfera intellectual de sus
ideas, me infunden la esperanza de que cualquier error cometi-
do en los pormenores no alcanza i desvirtuar la rigida exactitud
del juicio fundamental.
III.
Por mas que sin disimular nada en el fondo haya tratado de
suavizar algun tanto.los contornos del precedent bosquejo, el
48 -
ceqanto que hasta aqui he ofrecido, la, vista no line, much
de satisfactorio. Dos partidos, tales cuales los he definido, que
absorben entire si todo el vigor y la actividad social y que a su
mitua oposicion afiaden, 6ste un espiritu, de hostilid~ad mas 6
menos desenvuelto y aquel una independencia (6 si se quiere un
estado de indisciplina) cuyas exigencias van en via de aumento,
no prestan en concept alguno prendas de sosiego capaces de ins-
pirar confianza sobre lo porvenir. La situation total es lo sumo
forzada, porque descansa en un confuso hacinamiento de materia-
les inflamables y de fAcil explosion al coutacto de, cualquier
chispa casual, en el moment mas inesperado, Si el.doble (y casi
casi estoy por decir que el triple) antagonism ya descrito y que
todo lo domina, fuese de una indole radical, y.no admitieseiser
por lo menos aplacado en cuanto d la virulencia de sus sintomas,
entonces el lance fuera desesperado en verdad. Un profundo de-
saliento, 6 quizA aquella calma apareite fruto de la desespera-
cion, serian la consecuencia de tal doctrine. A lo sumo cada cual
buscaria el media de ir trampeando y viviendo al dia, con espe-
ranza de salvarse A tiempo de la quema pero sin calentarse: la
mollera para encontrar un medio de impedir la inevitable crisis
En el hecho mismo de publicar el presenteoescrito vengo a. de-
mostrar que no participo de semejante convencimiunto. Por: el
contrario, creo que existe un poderoso m6vil, suficiente' para
aunar los elements hasta aqui discordes; y creo tambien que se
halla muy a nuestro alcance- la facultad de concederle absolute
suppemacia sobre los instintos disolventes.
Dicho punto de enlace entire ambos partidos, y entre-llos y el
mecanismo gubernativo (apreciada la entidAd de este iltimoen su
mas elevado concept) consta de la perfect 4, indisputable man-
comunidad de intereses inateriales. Que A los miembros de, cual-
quiera sociedad.les conviene, sin diferencia alguna, el estar bien
gobernados, el gozar de seguridad para el fruto de sus faenas A
la menor costa possible, y el encontrar tan cortas,;trabas cuanto
fuere dable para el ejercicio de su inteligencia 6 indatria: mlxi-
ma es que se cae de su propio peso; y en la misma categoria de
49 -
verdades ..pero-grulladas (olvidadas empero,vwn frecuencia
sumai.en virtud de su propia claridad) habr6ide colocai el,caro-
lario dee ue dieha conveniencia crece en!proporcion direct, con el
estqdo de las;fortunas. Si la production de la isla aumnenta, si los
ffrutos suben de precio, si el comercio active y extiende sus reAa-
ciones, todos nos regocijamos a una -y con sobrada razon, pueslo
que~lodog :gomos participes en la riqueza asi creada; riqueza que,
porabiertos 6 por ocultos:canales,'refluye sobre.todaslas classes,
yen vario gradoelas favorece. El furor de las pasiones political
.noi eierra,- aun en.los instances de mayor freiiesi;. su .oidos a doer
trina tan palmaria y que.se percibe con ayuda del s~eno juicio
vilgar, mientras sus efectos sedan i onocer en el bolsillo. De
aqui-procede el que la efervescencia 6 la calma de los Animos en
Cuba puedan infaliblemente medirse por la series de ideas. que ep
un. moment dadopredomina: con las del 6rden: politico todo es
exqsperacion y peligros icon las del 6rden. econ6mico vienen el
sosiego:y los conatos de verdadero progress.
Para encebif tambiea basta donde,se exiiende es nronppomur
nidad de ini'eres materials, 'hay. un, datq. artiha consignado .y
-que no.debe perderse. un solo instant de vista. Porl o .isno que
el partido espaiol es acaudalado y laborioso fNera do toda propor-
.cion.con su entidad numerica, y que es dueiio de.grande capita-
es, 6'que trabaja y suda sin descanso en la esperanza de adquirir-
los, por te mismo.tambien cuenta entire sus atributos la mas es-
quisita sensibilidad sobre-cuestiones de dinero. Hasta las nopiones
que'tiene concebidas.de su importancia political y del prempi. que
su adhesionainreco,,contribuyen a hacerle masexige4tee jntrata-
ble:en dicho particular. Por eso cualquier reforma.lata, Iberal y
sAbia en nuestros aranceles. de Aduanas, cual !a. que etia pi-
diendo en vozide trueno, nos haria batir palmas ,embriagads de
placer,. En cambio, cualquier traba mercantile 6 :piJdustial que se
juzgue vejaminosa, y cualquier recargo de tributes como los qqe
a.la sordina suelen introducirse, con escasas fac!tiades latamente
interpretadasj despierta en nosotros un enpjo de, sbida ,temple.
Siseopidiereun. ejempli, le pondr6 sin dilacion al canto. Caando,
50 -
en la epoca contemporanea de mal Ilamada reforms, se ha tripli-
cado 6 casi cuadriplicado la cuota de contribution municipal pa-
gada per el comercio de la Habana, (peninsular casi sin excep-
cion) y cuando de ello no hemos notado que resultara gran pro-
vecho, las quejas exhaladas son mas dignas de reparo por su
unanimidad que no por su mansedumbre.
En resumen, pues, no solo existe la mancomunidadde intereses
materials propia para establecer un pacto de union entire uno y
otro partido, sino que tambien desaparecen aqaellos motivos de
recelo aptos para anular la afinidad intrinseca en que se fund. A
poco que los hijos del pais mediten sobre el asunto, llegan a co-
nocer que nuestra position econbmica y nuestro genio les brindan
en el partido espafol aliados sinceros y cuyos esfuerzos no son de
tenerse en poco.
Por lo que al gobierno toca, considerado no en la persona de
sus agents con las miras y pasiones'individuales A que ellos pue-
dan obedecer, sine en la encumbrada esfera de representante de
la nacionalidad espahola y curador de sus interests, obvio es asi
mismo el provecho que de la mayor riqueza pdblica proviene.
Desde luego los ingresos del erario subiran con el desarrollo de los
recursos y el movimiento del pais; circunstancia muy atendible,
y aun tal vez supreme para ciertos juicios, dado que para mi sea
la mas mezquina y subalterna entire cuantas median en el negopio.
Pobre auxilio (y quizi comprado a precio alto en demasia, cuando
se atiende al prestigio moral y a las abultadas preocupaciones que
engendra) es el de dos 6 tres millones de pesos fuertes, mal con-
tados, que per tOrmine medio podran haberse remitido durante el
curso de los 1ltimos alos al tesoro de la Peninsula, cayas rentas,
obligaciones y presupuestos barbean en realidad, con el guarismo
de cien millones. No pretend por eso que se suprima en princi-
pio (y menos aun que la supresion sea instantAnea), semejante
sistema;,pero si habri~de insistir en que no es de conoedersele
soberana importancia. El grand beneficio que la Peninsula report
de la permanencia de Cuba bajo el amparo de nuestra come mo-
narquia, consiste de hecho en el fomento que presta A nuestro tri-
64 -
fico y A nuesira navegacion. Si la bandera mercante espaiiola se
muestra en via de decidido adelanto, puede asegurarse que esto es
peculiar y esclusivamente debido al apoyo que para sus primeros
pasos encontr6 en las relaciones comerciales con Cuba; apoyo no
monos convenient aun para sostenerla en su carrera. Si nuestros
frutos peninsulares admiten en muches casos buena colocacion,
por donde su production se extiende, a nadie se le oscurece lo que
a4 efecto influyen las facilidades de este rico mercado, gran con-
sumidor en s y basa al mismo tempo de otras operaciones, sin su
intervention punto menos que imposibles. Si el algodon empleado
en nuestras fibricas peninsulares procede directameate.de los Es-
tados-Unidos, conducido en buques espanoles, aprovechando con
estQ el imported de sus fletes y eximi6ndonos de pagar cual otros
paises europeos en forma de comisiones, almacenage, utilida-
des, etc., etc., grueso tribute a los mercados ingleses, tamaia
ventaja no es de atribuirse sino i la proximidad en que el trafico
de Cuba coloca a los buques nacionales. Si en el rio de la Plata el
comercio y la navegacion espaiola sostienen con exito su terreno,
debese en la mayor parte al retorno que se brinda con la conduc-
cion del tasajo para el consume de Cuba. Nada es mas facil que
proseguir en la acumulacion de ejemplos, pues si acaso en Madrid
se ignoran tales pequeiieces, 6 se las atiende en proportion a su
supuesta insignificancia, no se desconoce 6 menosprecia en nues-
tros puertos de mar la saludable accion ejercida por el trafico de
Cuba sobre la presencia de nuestro pabellon mercante en el Havre
y Liverpool, en Bremen, en Hamburgo y en Amberes. Demos-
trado asi cual sea el sblido y verdadero vinculo de mftua utilidad
que liga entire si i las provincias peninsulares de la monarquia
con esta provincia ultramarina, queda demostrado de paso cuanto
interest i aquellas el desenvolvimiento economic de Cuba. Segun
esta isla se yea en un estado mas pr6spero y floreciente, asi to-
maremos mas vino de Barcelona, mas harina de Santander, mas
aceite de Cidiz y mayor cantidad de infinitos renglones subalternos
de estos y los restantes puertos peninsulares; mientras a esa accion
direct vendrai afiadirse el indirecto influjo ejercido sobre el en-
52 -
sanche de las relaciones mercantiles con el extranjero. ficho so
estAi, pues, si el gobierno al abarcar bajo un punto de vista eleva-
do los intereses generals de la monarquia deberi 6 no cuidarse
de promover i toda costa el desenvolvimiento ecoi6mico de Cuba,
siempre que las medidas necesarias no amenacen lastimar la esta-
bilidad political de la monarquia.
Semejante condition, que en today su latitud admito, me con-
duce i investigar si la supremacia porque abogo en pro de las
cuestiones econ6micas, encierra algun peligro de semejante especie.
Que asi fuera, no alcanza apenas, i concebirse cuandoaparecequie
por dicho medio se satisfacen las principles necesidades 6 aspira-
ciones de cuantos tienen interns en el asunto ; mas per si acaso'tal
sofisma se llegaSe i esforzar, me contentar6 ahora con indibar sr
possible existencia y naturaleza, reservando la prueba plena -de su
falsedad para el'momento en que deslindela clase y estension d6
esas grandes reforms aqui tan necesarias.. Centre tanto habr6 de
desvanecer otro reparo que cabe asomar, y que consiste en sos-
tener la ineficacia de las ideas del 6rden material para refrenar
la efervescencia de animos agitados por el influjo, de ideas del
6rden intellectual.
Especioso es el argument, y lleva consigo, al primergoolpe de
vista cierto, grado de fuerza que require un detenido anilisis pa~a
que sea desvanecida. No desconfio con todo de consegtiirlo, pubs
el secret para ello estriba en hacer una distinction, como decian
los ergotistas. La maxima es verdadera en so esencia, pero tam-
poco hay que concederle aquella latitud lbgica que arrastr infa--
liblemente A falsear todas las verdades. Una sd6iedad no es, ni
puede 6 debejamis ser una mera piara de marranos, encerradk
para la ceba en c6modo chiquero, y que gozosa vejeta y nada
mas apetece, interin se la suministre en abundancia con que saCiar
sus brutales apetitos. La naturaleza humana se eleva 'sobre ton
grosero tipo, por la part noble y hasta por la parte viciosa de su
organization; y quien fijare sus calculos 6 esperanzas en tan ruin
teoria, pecaria al tiempo propio ya de bajeza y ya de ignorancia.
Presto mi humilde asenso con tanto mayor gusto y con tanta mayor
53 -
energia a este sentir, cuanto las doctrinas filos6ficas a que en una
edad ya madura rindo homenaje (y en las cuales a poco que con
algun m6todo se raciocine hay que buscar la fuente de donde ema-
nan todas nuestras creencias) participan en su eclecticismo antes
del idealismo plat6nico y del ascetismo est6ico que no del sensua-
lismo de la esedela epicurea mal entendida. Algo de lo que arriba
dejo diCho al tratar del espiritu aristocrAtico y de la indole y exi-
gencias de los partidos en Cuba, y algo de lo que mas adelante
dire para apoyar mis principios, bastaria quizd a revelar que no
cifro en la riqueza y en su lata distribution la panacea que uni-
versalmente cure las dolencias sociales. Pero si el hombre no es
un s6r tan degradado, ni son las sociedades de medirse por seme-
j'aotrasero, tampoco es de negarse la double entidad de su condi-
cion. Reconozcamos y acatemos la existencia del alma, pero sin
incurrir en el absurd de desconocer la del cuerpo y de menos-
preciar el'poder de los sentidos. El gran problema intellectual de
la creacion nace de esa tendencia divergente entire el espiritu y la
material; el gran problema del mundo prictico se ciiie A conservar
el equilibrio entire una y otra fuerza, buscando con tino su punto
de enlace y satisfaciendo ya A esta y ya A aquella, segun el impe-
rio de las circunstancias.
Ademas, puesto que me he deslizado insensiblemente hasta ro-
zarme con tewis de tan abstrusa y elevada naturaleza, mejor sera
abordar su examen; tarea dificil y arida quiza pero no de seguro
ociosa. El culto de los intereses materials es un rasgo dominate
y espontaneo de nuestra 6poca, por done quiera que alcance'el
dominion de esa modern civilizacion que tan profundo orgullo nos
inspira. Mucho me temo, pues, que al rechazar con soherbio
desden la legitimidad moral del hecho, demos con ello una prue-
ba de cuAn corta y flaca en sus fallos es nuestra humana sabidu-
ria. Ora creamos con la escuela platonica en un progress perpe-
tuo, ora acordes con la escuela asc6tica (segun el cristianismo la
interpreta) nos humillemos en todo y por todo ante los mandatos
de una Providencia soberana, nunca estaremos autorizados ni para
condenar un g6rmen que brota en el seno de las sociedades ma
5k -
progresivas, ni para anatematizar lo que esta Providencia con-
siente. Esa censura barredera y petulante que pronunciamos en
nuestro engreimiento, acaso llegue a ser una blasfemia contra la
potestad divina. Las sociedades en su curso de adelanto se cris-
talizan lentamente, para adquirir formas mas perfectas; y la na-
turaleza de ese trabajo sordo, y el aspect de sus fases, y el de-
signio superior i que todo obedece, son cosas que en cualquier
tiempo superaron A nuestro pobre alcance. Resignemonos, pues,
A respetar lo que no comprendemos; y cuando el culto de los
intereses materials descuella con lato y eldstico y espontineo
poderio entire los signos caracteristicos del siglo d6cimo nono,
coadyuvemos con sAbia humildad a difundir los limits de su
accion. En resistirse habria much de arrogancia unido A la cer-
teza de un descalabro digno de mofa. En obedecer'seremos files
al espiritu, de la 6poca, con probabilidades de adquirir en ello
honra y provecho.
Demos, con todo, treguas A este debate epis6dico que puedeser
reputado por ageno de la question present, si bien yo lo creo
oportuno para justificar en el fondo la especie de transformation
(6 de evolucion mejor dicho) a que aspire en el regimen guberna-
tivo de Cuba. Para defenderla en otro g6nero de raciocinio mas
ramplon, tampoco faltarian arguments. La historic contempori-
nea nos avisa A cada paso que la mejor valvula para dar desahogo
a la presion que ejercen con exceso las pasiones, consta en pro-
porcionarles salida por el conduct econ6mico." Aquella supera-
bundancia de energia y de actividad febril propia de nuestro tiem-
po, encuentra entonces empleo, sin perjudicar per lo menos, ya
que no brinde resultados positives; de modo que, aun bajo la peor
hipbtesis, la ganancia liquid es de much cuantia. La aplicacion
do ese principio nunca puede haber side fecunda en igual grade
del que lo seria en Cuba; puesto que el peligro social consiste
aqui en permitir que los animos se ceben en aiejos rencores, en
rancias preocupaciones mituas, y en temas mas 6 menos fundados
de descontento. Con solo cambiar de cauce el torrente de las ideas,
habriamos oblenido una complete victoria.
- 55 -
IV.
tl.
-Tras haber asi establecido los litulosque median en abono de la
supremacia economica, pasare, con el debido m6todo, a bosque-
jar lo que sea la situation del dia bajo este concept, con los an-
tecedentes que Ie precedieron y las necesidades ulteriores que de
ella al parecer dimana.
Que la situation es pr6spera y floreciente no hay para que refe-
rirlo. La fama lo public; y la envidia que sus ecos despiertan, y
la codicia con que en Cuba se clavan los ojos extraiios, da un
penoso pero decisive testimonio de la verdad. Poniendo a un lade
paises excepcionales y apenas ann constituidos, come lo son Aus-
tralia y California, no hay sociedad alguna que se halle en estado
de competir con la nuestra. Hay miseria en Cuba, y locura seria
el pretender to contrario, cuando cierta suma de mal existe por
dondo quiera; y epa miseria se hace principalmente sentir en la
portion inferior de las classes medias, y quiza en la gente de color
libre, categories ambas que son las mas espuestas a sentir sus
efectos. Al lado de la miseria positive hay tambien otra masa
terrible de ambiciones despiertas y no satisfechas, porque el re-
parto de los hienes de fortune no HegarA jams a colmar todos
los deseos. Mas ann cuando muchos padezcan en realidad y otros
so atormenten per quejas imaginarias, la suma de riqueza y de
bienestar general que nuestra sociedad encierra sobrepuja a cuanto
en diferente punto es dable observar. Nada tan seneillo cuanto el
acumular una serie de guarismos estadisticos que por su autoridad
merezcan convencer al mas reacio, pero cuya aridez me temo que
ponga pr6viamente en fuga a la casi totalidad de mis lectores. Y
aun si de estos los hubiere en escaso nimero dotados de mayor
heroicidad y paciencia, fuera tambien injusto el abusar de su
mansedumbre. Algunos pocos dates bien escogidos y de indispu-
table carter opine que cumplen mejor a mi proposito, por
56 -
cuanto con facilidad y rapidez darin una idea clara y distinta,
grabAndose por ello en la memorial con double fijeza. Los censos de
poblacion con que contamos en Cuba no son muy de fiar por lo
que concierne a su nimia exactitud, pero en el fondo suministran
la suficiente luz para conocer que el nimero de sus habitantes no
excederA en nueho de un million do almas, La nmoderna legisla-
cion en puntd a 'cdul'as para los siervos, infoudeia'certezade e
poder 6currir ocultaciones de entidadlsobite' itdiboi ramno de, Ipo
blacion, en el'que mas se sospeehaban'A'horabid ; la expdrta-
cion de frutos agricolas producidos en el paiis.haieirido barbeaa-
do durante estos iltimosa tres aiios con do :millones de cajas'de
azicar, (incluso el error ocasionado en los registrbsord Aduanai
por el derecho de estraccion) con Iel- coinpetentiengregadoi8le'las
miles de caina y aguardiente ; mietras Ila salidai-"del tabaeooen
rama y torcido alcanz6 proporciones; no -menos colosales',- si-a,
mas'dificiles de conocer con rigida exactitud, acausa de los-dei're
chos arriba mencionados. La miel de abejas,; l !cera:,blanca -y,
amarilla, las maderas de construction ,el inineral d'e cbre, job
dulces y aun las frutas verdes, constituyen partidas en queapbnas
se fija aci la vista, pero que en cualquier otrd plunto seconsidee-
rarian muv atendibles. Suma total: a los precious que hair egidob
el valor de la exportacion excedi6 tambien, por termirio mredio, de
cincuenta millones de pess Jo que equivale iA cincuenta Adhres
por cabeza, sin excluir del calculo ni aunn a los esclavos.tLa
gigante representation de este hecho, acaso no se conciba n ~e oda
su magnitude, sino por la via de una comparacion. Concedida la
Peninsula una poblacion, no ya de diez y seis millones de habi-
tantes cual lo indican datos recientes, sino de solo doce.mill6nes
de almas, segun el computo antes mias.admitido, lds:valdres'de
su exportacion habrian de alcanzar A seiscientos milloaes de dtros
(6 sean 1,200.000,000 de reales), antes de equipararse, a nCuba.
Lo fabuloso del guarismo exime de todo ulterior c6mentario.iPero
la superioridad poseida por esta porcion de los dominios !espafioles
no se limita al paratelo con un pais, por desgracia, tan n6toria-
mente retrasado en punto a desarrollo mercantil como lo :es la
57 -
cabeza, de Ia monarquiai Si-aceptamos por contrincantes los pue-
bMgs mis adelantados!e4 di&W concept ;, todaiia Ia vemtaja qteda
todd g.huos4'efpvpr ioohlatgadi t ia PoI ejemplo, Ia exporta-
oionv) ianteping Aistaji qudse efActu& 8n:Inglatetra:de los productDs
dsislkelo~wrde k imntrzii -brfit~nica.lurante el ourso de 4 8;i7,
sube muy- pdco lde!cidntai 'eiwilos igmilones de6 liboafs esteriinas,
suuam aueirepartia &ntre: vieintiocho millones langos do Wabilantes,
nos da-luppowmenooe e enattrofibras y media por cabeza, 6.sqap
oas4e,v iatidixs peso fue",te I Degde luego aparece que -Ia camti-
da64 nmukaiecaesl d6blfeon fator de Cuba-, A lo; que es.de afiadirse
qmsela-etportacionDinglesa incle y teodo.'el Talot dej W.in-aterias
piia~esalgaOood s clna:;..wda-, c~famci yflifo, Untessi 068.. eto.), C*A
qwa 'aw;inLusw~fabri* s*rte A6de 1 -e exranjero -'oe lo...qv eo qeS tituye
unaw Mijaka paFtid84' qus ti liido arigdriseria: eA desountarsw doI total;
nhloncasmeaotkbai soleI tenemb'.qie deduzir el iriporte !de- las
maderas pgra'ia envawe es; log; aPteares;, '.uloles.y,, aguardieat%,
cowdemasiado iosignificanIe; para afecwak' en, aigo oel, esallado ge-
neta4f:(f).lY -sisde Inglaterra:pasamxs. !t 'Ios Estados-Unidoi, iel
sald der-la. co6 paracion ,aerAdtodavie mas;favo'able l lprinweras-
pebto,;au okuaudoi qqiz4:eu.:sialsain& uo es muy-difefente; Iwulasa
Ia;eilraciean de ie1ioo,;! quea -pr orp respe tar. Winj, iyrig. Mnueira
de Caiiforpia;,puede-toj 1 tse o t entire los% veriaderf proiiudos;. I d
pais,ila expor4aabioxfectua'da par, Ia ,confe4IernWa4i Wi4e-amqri-
(1) La poblacion de Inglaterra Gales, Eicocia 6 Irlanda, segun el censo
de 1831. -aso~mdia Osraiaqueif& feoha a 27.435,000 alwats, 1q qua de*segro,
da para 1857 los 28.O0O.060 4ue-he mencionado..-.s'r'
El valor exaclo de las exoprtaciones produclo de Ia industria-bri~nica,
enieI itimnotde los dos cildos pfos, esto! es, ei de 18-57; fue 122.153,237;
por donde soe ve que no alciaza al. guarismo de i 112 par indiviluo. Agre-
gando el importe de las meroancias taxtrafljeras, noexportados:ea: Lransito,
por ia sumaldB23,358,'65, y el do Ia exportacio, de, mtafigo gn un.todo
semejantey qde stbe~a'336566;968, podria'mos conceder. por a ipoqticion
total lacuota de 6 112 no cabals 64 iean 33 por batilaatlu 4-pe~ar de in-
cluirse tales paptidas, i entera. yvisiblemente ilusoi'ias, en cuanto a mcdir
las fuerzas productoras.de aquel pais ,todavia queda:en favor de CubR una
inmensasdiloneia al primer gale ~de vista.: veolaia quo sube aun de puoto
porFiexistencia aqui -de Ia esciqvitid y por Ia no introduccion de materios
primas para noestra'inditstriA,
En cuanto al cAlculo de 50.000,000 para Ia exportacion de Cuba en 1857,
58 -
cana en la 6poca present estA ampliamente representada por el
guarismo de trescientos millones de pesos, mas bien menos quo
mas. Con los veinticuatro millones de almas, que por lo bajo
cuenta en la actualidad aquel pais, se obtendri la proportion de
trece pesos no cabales para representar la exportacion por habi-
tante. Tal resultado aparece muy inferior at de Inglaterra; mas
acaso en realidad se aproxime en atencion A la presencia de tres
millones-de esclavos, y a que no hay en tales valores una re-ex-
portacion disimulada de materials primas. Mas al fin y posture, en
nada nos concierne la mas exacta graduacion de la categoria que
entire si garden los dos grandes ramales del tronco anglo-sajon.
Bastenos dejar consignada la inmensa supremacia de que Cuba en
este sentido goza sobre los grande bolosos mercantiles de nuestro
siglo. Si en parangon con semejante tipo poseemos tamala supe-
rioridad, escusado fuera prolongar la comparacion con otras na-
ciones colocadas en inferior grado de la escala econ6mica.
Y la celeridad del movimiento corre parejas con sn magnitude.
Pdblico y notorio es que casi hasta los Altimos dias de lnestro
gobierno en 1%6jico las atenciones de Cuba se cabrian con un si-
tuado sobwe las cajas de aquel Vireinato, prueba evidence del
atraso econ6mico de la Isla, cnya actual riqueza se acusa por la
situation desembarazada del Erario piblico. Y ann en 6poca bas-
tante posterior, cuando ya se hallaba planteado el nuevo sistema
de progress, empezando a rendir sus frutos,- los datos oficiales
nadie que est6 medianamente versado en el hegocio puede dedar que peca
de bajo en atencion al precio que obtuvieron los frutos y i la importancia
real y efectiva de la extraccion del tabaco torcido aun en afios normales. En
cuanto a la subida exceptional de precious, que fuW general en el mundo,
tambien se hizo sentir con igual 6 mayor intensidad en eagrosar la suma de
las exportaciones britanicas. Sabido es que estas no se evalnan por tipo al-
guno official casualmente, sino por la mera declaracioa del comerciante
que embarca ; y pues no hay la menor sombra de derechos de exportacion,
tampoco media motive alguno que incline a desfigurar su verdadero imported
en el sentido de disminucios. Por el contrario, en las mercancias consigna-
das para su venta, por cuenta de quien las extra, existed una tendencia
innegable a exagerar su precio de factura. Las grandes especulaciones for-
zadas de que Inglaterra era teatro, y que posteriormente se colocaron en
triste evidencia nos aseguran casi que la accion de dicho inflijo hubo de
operar en no pequeffa escala.
59 -
que poseemos respect a la production agricola revelan el inmen-
so camino-quehemos andado. Para el quinquenio de 4 826 a t830,
la exportacion de azdcar registrada en las aduanas de la Isla as-
cendib en el afio comun a 6.508,437 arrobas, lo7 que segun el
c6mputo admitido de 6 arrobas, nos dara algo menos de 420,000
cajas. Suponiendo que los motives de error operasen con ignal
fuerza en ambos periods (y A mi sentir se han agravado en el
dia, especialmente respect a los puertos subalternos) veremos
que-la extraccion de este fruto se ha cuadruplicado en el espacio
de veintisiete afios; A lo cual se agrega que las cajas exportadas
tienen por t6rmino medio notable exceso en su peso sobre las
diez y seis arrobas supuestas, y que los bocoyes de moscabado
(cuyo nimero crece por dia) no bajan tal vez do sesenta arrobas
netasel uno con el otro, mientras solo so les calcula per iguales
a tres eajas en el c6mputo official. Pero si del azucar pasamos al
tabaco, la progression se hace todavia mas maravillosa. Los mis-
mos documentos A que teogo hecha referencia nos dicen, que,des-
de el citado quinquenio al trieno que medi6 desde 4846 4 848,
la extraccien de la rama de tabaco snbi6 en la proportion de 31
6 per 400, y la del tabaco torcido en la de 3,80 per 400. Des-
de 4848 a la present fecha, la salida del tabaco en rama ha ve-
nido~casi A duplicarse, con una subida notoria en su valor. Por lo
que hace A la extraccion del tabaco elaborado, es punto envuelto
en much mayor oscuridad; y confesar6 sin rebozo que los dates
oficiales no me inspiran la menor confianza. Alganas comparacio-
nes, quepr mera curiosidad, me entretuve en hacer entire las
cantidades que los buques registran aqul a su salida para Nueva-
York, y las que declaran en sus manifestos en dichos puertos,
dan resultados tan pasmosos, que no me atrevo a mencionarlos,
porque no se me tache de exagerador. Sin embargo, como cunde
y se afianza por todas las naciones civilizadas la moda de fumar
tabaco habano, bien se comprende que el surtido no puede per-
manecer estacionario. De elle tambien ofrece otro indicio podero-
sisino la prodigiosa subida de precio que en la Habana esperi-
mentamos, subida que para el curso de los echo ultimos aiios
60 -
monta por lo bajo a un 50 por 400. Puesto que el cultivo de
las calidades superiores no ha disminuido i buen seguro la es-
casez del renglon uan ao tras otro, 6 independiente casi de la.bue-
na 6 mala cosecha, no cabe atribuirse que proceda sine de mayor
demand para los mercados extranjeros. La decadencia', 6 la poco
menos que total desaparicion del cultivo del caf:, incapaz:de
competir con la producciof, del Brasil, no alcanza i desvirtuar
aun remotamente esas manifestaciones de violentisimo progress.
La decantada subida de los Estados-Unidos notiene, legitima:pro-
porcion guardada, cosa capaz de retraernos de admitir el parale-
lo; siendo de advertir que, pues, en nuestra Isla por: causes en
much parte fisicas y en otra parte morajes, noh.a crecido, 1i
poblacion idWntioo paso que en, a reptblica vecina, todala
nos toca mayor caota en el reparto de tales beneficios mayorr
suma de gloria per el adelanto que con mas esQasos elements
hemos conseguido.
A la par delorgullo national que el eximen de semejantes he-
chos autoriza, juzgb que de ellos se desprende enbuena l6gica
un principio fundamental que debe servir de pauta para que i 61
arreglemos nuestras doctrine y conduct. Puesto que.el 6xito ob-
tenido en el.brden de ideas econ6micas fu6 tan brillante, el a~sie-
ma que presidi6o la concepcion y aplicacion de tales ideas tiene
que ser por su esencia atinado en principio y apto para acooeo-
darse A las necesidades y peculiares circunstancias del caso. Sus:
formas acaso est6n gastadas y necesiten de enmieeda, pero su es-
piritu deberd presidir puro 6 intacto i las modificaciones que-se
intenten. Reformas que afiancen lo existente por cuanto acatan su
origen y conservan sus tradiciones, y no medidas revolucionarias
por donde se falseen y violenten; desenvolvimiento y no trastor-
no: h6 aqui la formula que responded A la. situation econ6mioa do
Cuba. Sentada. esta base de raciocinio, tan clara 6 mi sentir como
la luz del medio dia, cumple ahora apalizar los rasgos de aquel
sistema, desentraiando su verdadera indole con la .mira de ro-
buslecerla. En el met6dico desenvolvimiento de mi tarea, tal es
el oficio que ahora me incumbe; pero antes de proceder a su
desempebio, creo de justicia detenerme un instance para rdndir
su inerecido tribute a quien descuella como el inventor de ege
propio sistema 6 per lo menos, como su principal agent.
En ello dar6 tambien una muestra de la alta imparcialidad de
que procuro revestirme. Durante los Altimos aieos que el Conde
de Villanueva ejerci6 el mando econbmico en Cuba, se me ha
contado entire' el.ndmero de sus opositores; y .'no negar6 que con
cierto grade de justicia, aun aparte de que mis relaciopes paliti-
cas y periodisticas, me colocaban desde luego i aquella actitud.
No desmentir6, pues, el cupo de oposioion'personal qne hice a
sogobierno rentistico en la yamcitada epoca; oposicion cual la
posdble en Cuba, compuesta:en parte de silencio y en parte de
insinuaciones; poco formidable at parecer, pero que acaba y
acabaria por matar en este pais a cuantos fueren el blanco de sus
merecidos embates. Y mas aun: tambien confesar6 que silasco-
sas volvieran a ponerse en id6ntico ser y estado, es niny kerosi-
mil qiueme manifestase impenitente; porque e lJa vida practice
los objetos son de medirse en mudio grado antes por su proximi-
dad que peorsu absolute tamaio. Si el Conde, de Yillanueva per-
sistiera en sustentar el diezmo, tribute que political y'eco~A6mica-
mente hablando presenta aqul rasgos, peculiares, Iy:enlos9mo
ofensivos; si, por esta 6 las otras causes, se obstinaia eh continuar
dispensando cierto grado de favoritimio d ciertocirculo de perso-
nas, poco simpAticas hasta:dejAtselo de sobra; si, por 6ltimo, si-
guiera-fomentando el debate sobre la malhadada question de ha-
rinas, con aquel empeio, qne soek eontarse entire las flaquezas
de una edad avanzada, contribuyeido as i'descarriar.la opinion,
a abultar la importancia'del negocio y_ enconar las pasionesapor
el coforido politico dado un punto de disidencia entire las es-
cuelas proteccionistas y libre-cambista (4); si estas u otras analo-
gas condiciones volviesen 6 presentarse con el caricter de actua-
(1) Escusado casi me parece advertir que al considerar la question bfri-
nera bajo este su verdadero punto de vista, ne opino por la amovilidad de
la legislation existente. Por el contsario, mis ideas de reform ban side ya
expuestas en el Diario de la Marina en su debido enlace con la complete
mejora de nuestros Aranceles.
6U -
Jidad, confieso que ahora y siempre renovaria mi oposicion, per
el intense convencimiento de su justicia y conveniencia. Pero
cuando estas pequeleces subalternas (por pequehece&son, si se
abarcase el gran conjunto de los hechos) quedan ya atrAs, y cuan-
do lega la hora de juzgar la vida de un hombre p6blico y- de
justipreciar su conduct, haria traicion i mis sentiamieptos sino
pregonase los muchos y relevantes servicios que el Conde de Vi-
Ilanueva ha prestado al pais, y con el pais a; la monarquia y al
trono. Si en las plazas de la Habana no se eleva algan dia digno
monument a la memorial del hombre que presidi6, en ,l' era de
su nacimiento, a los destinbs econbmicos de esta Cuba.qpe .hpy
dia admiramos, solo podri verse en ello una prueba mas de la
ingratitud con que los m6ritos de una vida publica son,con fre-
cuencia acogidos. Al rendir mi humilde pore expontaneo tribute
de aplauso, lo hago con tanta mas libertad, cuanto que i lfui
adulador del mandatario en la 6poca do su apogeo, ni hay apenas
quien ahora se cuide de agradecer mis palabras. Mi razon tras -n
desapasionado exdmen me dicta tal leaguaje; y no me retraerd de
emplearlo el que pueda quiz4 offender con l6 las ai~ejas corie-
ciones de mis amigos politicos.
Ni consentir6 tampoco en escudriiar hasta qu6 punt es de cali-
ficarse al Conde Villanueva como el autor del sistema bajo su di-
reccion planteado. Sin rebajar en lo mas minimo aquellos tiulos
de gloria que en concebir ese plan pertenezca al intendente Rami-
rez 6 a otro cualquier individuo, y sin desconocer el poderio to-
davia mayor que ejercibra el influjo de las circunstancias, queda-
me much hueco para conceder aplausos a quien tan bien supo
empaparse en la idea, y consigui6 ponerla por obra. Rarisima vez
el m6rito de un invento es propiedad exclusive de una sola inteli-
gencia; y cualquiera que fuere la serie de hechos que se someta
a un rigido analisis, seri dificil en alto grado reconocer un mo-
nopolio contra el cual pugna cierto encadenamiento 16gico de co-
natos y de ideas. Pero el reducir a practice los mejores principios
y fecundizar su action, y el plantear un sistema y dejarlo firme-
mente arraigado, son prendas de indisputable valia, cuyo empleo
63 -
cabe a.muy pocos en suerte. Traida la question a semejante ter-
reno, no sera ya penoso deslindar que cuota de alabanza cor-
responda al Conde de Villanueva por legitimo derecho. Compirese
el estado de desarrollo que Cuba obtenia al comienzo de su ad-
ministracion con el que dej6 tras si, y poco 6 nada me quedara
ya por decir.
Y ese mismo engrandecimiento que aquel sistema dio cual es-
pentaneo fruto, acrecienta la importancia de estudiarle A fondo,
asi en sus formas cuanto en su espiritu; subdivision de gravisima
trascendencia, puesto que a su vez determine cuAl deba ser nues-
tro juicio final. En el primer concept, casi puede decirse que
desciella cierta pobreza de rasgos que impide dar A las cosas su
verdadero valor. No creo, y lo digo sin rebozo, que el Conde de
Villanueva haya de contarse entire esas sublimes inteligencias que
todo lo penetran de una ojeada, y cuyas encumbradas aspiracio-
nes se enderezan A re-modelarlo todo de conformidad con un tipo
ideal, si bien a trueque de estrellarse A menudo contra obstacu-
los materials. Para espresarme en 1a modern gerigonza galicana,
el senior Conde no era un ginio. Por el contrario, sus dotes con-
sistian A mi enteader en ser un hombre de negocios, bastante enten-
dido dentro A la esfera que sus conocimientos alcqnzaban, asiduo
en el trabajo y sobre todo perseverante en sus miras, para cuyo
logro empleaba una dbsis de tacto de mundo algo mayor de lo
usual: hombre en fin notable por el sentido comun, como se dice
en el antes citado dialecto. Dicha especie de talents, mas tiles
que deslumbrantes, no propenden a nutrirse de espinosas contro-
versias doocrinales, ni i introducir con estr6pito grandes innova-
clones. Mas aun suponiendo erroneo mi juicio, la atm6sfera po-
litica de aquella epoca no era en Madrid muy adecuada para
permitir libre vuelo al prurito de novedades. Seguir la senda tri-
lada, por lo menos en apariencia, tal fu6 la pauta observada; lo
que segun pasar6 i noar se prestaba maravillosamente i las exi-
gencias del lance. Por lo tanto, el sistema rentistico arreglado
bajo los auspicios del Conde discrep6 lo menos possible de sus ao-
tecedentes, salvo en cuanto A coordinar mejor sus elements y a
i5 -
establecer cierto m6todo en sus opeiacifnes siendo ieta- cirn.cws-
tancia de an 6rden frjo merecedora dd just elogio.' Si se 1me pi-
diere definir niejor por alguthejempllI:qiieque' el Jsisteina tri-
butario en Cuba, (y lo' oqusigtieaiiedr doi sin; dimcabion de
entidad en su indale ni estru'ctura),'har:I notar. sti semejanzft ieo
la administration del Sr. Lopez Ballesteros, que. en aina 6ppoa
coritemporAnea surti6 tan !buents ieeteo-' oi..la-Haciendal p(bffca
de la Peninsul.: Pero en cuanto Foi ierde' :la'parte:coianerailiide
nuestta' leIgislnacion iedtiistidi'(sindudtda' algtina ha lamaI vitalipala;
el pais), co6tn los antioederitds e'an; as'asbs yidocdside'nfe
rt* grado d'e 'afrthb-idad,, 0'oflphititu'!mOrnb' ejerici'ddehedolhin
flujo casi decisive. SShiada) S pri" e lpi. de d alg no 'afi ,trai
la sibia doctrina de la libetiad edc~ieriti onw'lodai las tabideas
extranjeras,, fid preeisjrediufir'la'A pri'i.aIy'eJtableeer'nta le,-
gislacibiaiduanera acWrde (Ibn la ovoed;da'itins~c deala sitda~-
i~h..Eituonces, pues', e sentarbn tls bases do inuesmtrob ctuales
aratineles, que aunt bsiste. aaimnistno'ih -alteraeiod otaLbld,i
puesto le si' algina lit srl.drid'no lha sidt 'ea'd.fiidari:duentad
para' su nej'oa; aranil6es en'lk ceaoeside tarvel*atddlrafente ddl1
engrandecimiento merc antil y'della posperidad Itel'pas i:sitIe
A esto coadyuv6 la rigidaohoiservacion del b6dien; politico aii lAw-
terior. Mas ann cuando las' ltas'ltreidr s de eAtw'sistemi s;fialpan
bn 'dus consecuenicias fmaeli' mit etio, qu' huh laturalema, se'riA
poco conbcida y aun menos'estidiadad:' En, e'iextranttjiri dtmd
sigue ann de moda el 'hablarmal de las iosasn de;Espafia: nada
tiene de extraho que, partepobr inalicialy part odiiKvt: niayor
per ignorAteia, -se denigre lo 0qu ~i s' cor~o60; .y' uiqidnenimas
se aprovecharon y, aprt6vebhan' de nahetra legiglaiioa ni6reantil,'
sean de paso sus principles detractors. Eni'la Peninslatiy. con
dolor lo digo, especialmente en Madrid dande las ideas deu'meri
cio se limitan al juego de Bolsa, y: glas contratasi on: el ,Tesoro;
reina sobre tales materials la mas deplorable incudia; Permitaseme
pues, que con la brevedad oportunl trace i graadesi'lasgiounn
bosquejo de la legislation aduanera de Cuba'; obra do las qaei'ma
honor bacen a Espaia en el presence sigli, tiy cu yeo rritw i real-
65 -
za por su profunda analogia con las tendencies econ6micas de
nuestros tiemposi
Los aranceles de Cuba tienen por base el ilimitado trifico con
todas lasnaciones amigas, bajo el pie de equitativa igualdad entre
ellas, pero.concediendo una just supremacia i los ictereses na-
eioEales.:'Por lo tanto son proteccionistas en la elevada y cuerda
interpretation de una teoria que la experiencia unanime de los
sigles ha sapcionado; y que tras haber imperado universalmente,
conseru a;ti no leave influjo en la legislation de casi tedos los
pueblos civilizados. Sin. embargo, este espiritu proteccionista
guardaestrechos limits y evita esa funesta exageracion que des-
virtia los mas sanos principios. Nadade prohibiciones (4) en la le-
gislacion aduanera de Cuba, cuales las que todavia afean el c6di-
go mercantil de Erancia-; y nada tampoce de esos rigores fiscales
aplicadesen grande, por donde se llegan a conseguir iguales re-
sultados. Los dos puntos extremes de partida se cifran en el de-
recho de un 7 4 12 por 400 para los frutos peninsulares introdu-
cidos en derechura bajo bandera espaiola; y un 33 412 por 400
pard lass mercancias, y frutos extranjeros que se introduced en
banderaiextrafa (2). Entre ambos estremos fluctilala escalh segun
la mereancia, la procedencia y el pabellon introductory. Alguna
que otra exception rarisima, (dicho sea de paso) no afecta la
esencia del sistema; y en verdad, salvo la malhadada y mal com-
prendid question de las harinas, no hay un solo case practico
done las exigeneias del fisco traspasen de la seialada raya. Y en
cuanto la aplicacion de un sistema notable por sus franquicias,
hay establedido el m6todo universal de avaluo fijo para cada mer-
(1) Debe entenderse que hablo en el sentido practice; es decir, que no
hay prohibido ningun objetq de los que sin dicha traba podrian recibirse de
el extranjero. Los fratos del pais, que no admiten rivalidad interior, estan
en diferente.caso.
S(2) Puesto queen realidad lejos de mejorar hemos empeorado, a conse-
cuencia de una legislacion ultra-estacionaria, los derechos de arsenal sufren
hoy dia un recargo de dos por ciento sobre el avaliuo; merced a ciertos ar-
bitrios introducidos por causes accidentales y que despues subsistieron sin
mudanza. Los verdaderos tipos extremes son en la actualidad' el 9 112 y el
35 112'por 100.
66 -
cancia, equitativo y hasta mbdico en -principio, A la fecha de su
sejalamiento; y que todavia por regla general coaserva didho
caracter, segon me atrevo 6 demostrarlo cuando se escluyan quiz
los tejidos extranjeros. Ahora bien, la decantada legislation de
Inglaterra admite un derecho de chelines y 6 peniques sobre
cada galonde vino, lo que suele representar el 300 y aun el 100
por 400 de su valor primitive. Del tabaco no hablemos por ser
objeto de especial gravimen en casi today legislation; pero la pro-
mesa mas implia, y apenas realizada per brevisimo' espacio, to-
cante A los derechos del azicar en aquel mismo pais, era klde
cobrar 10 chelines per quintal sin distincion de classes, lo que para
las calidades inferiores de nuestro fruto representaba-a la sazon
cosa de un 400 por 400 sobre los precious de venta do este mer-
cado. Tales anomalias, que i cada paso se descubten cuaado de
la declamacion vaga y superficial se pasa al concienzudo exmla
de los hechos, me exoneran de seguir analizando los aranceles bri-
tanicos. Por lo que a Francia toca, nada hay que.decir; pero en
los Estados Unidos recordar6 que hasta el pr6ximo pasado afio la
cdula A de sus aranceles reconocia el derecho de un 4 00 per 400
para los licores espirituosos, y que el impuesto de 40 per 400
abarcaba crecidisimo numero de renglones, incluso el tabaco ela-
borado. Sobre ello hay que mencionar los vejamenes que original
el sistema de avaldo sobre factura jurada, que ha-de someterse al
juicio de los vistas 6 appraisers. Y cuidado que hasta aqai solo
tomo en cuenta los principios generals, olvidando al parecer la
legislation inicua, especial y parcial que mancha el c6digo de los
Estados Unidos en perjuicio de- la bandera mercante espahola; la
legislation que,-como casi iodas las medidas econ6micas de noto-
ria injusticia, dictadas ab irato, opera en dafo de sus autores,
impidiendo la estension del trifico norte-americano con Cuba
much mas que todas nuestras supuestas trabas, y amenazando el
imperio en nuestro mercado de algunos renglones que ellos en el
dia nos suministran.
Aun cuando nutrido en mi juventud de las ideas de la escuela
economist inglesa, desde Adam Smith hasta Mac-Culloch, y ann
67 -
cuando posteriormente haya procurado por medio de una asidua
lectura mantenerme al corriente del estado de la ciencia y de sus
doctrinas, me precio en alto grado de no ser lo que ahora se llama
un libre-cambista. Mas por esta disidencia solo pretend indicar
que no, cedo al torrrente de la moda (moda ya un tanto de vencida)
hasta afiliarme entire los secuaces de Sir Peel y Sir Cobdin, quie-
nes ea esos propios ridicules apodos acusau su profunda ignorancia
de la sociedad. inglesa, que apenas han visto ni per el forro. No
soy libre-cambista, repito, hasta prestarme al delirio de esos
actos que yo califico de traducciones legislativas, en que se des-
conocenla autoridad delos hechos, los antecedentes y las necesi-
dades econ6micas de cualquier pais dado, y hasta el significado
de las leyes que servilmente se pretend copiar; por lo que resul-
tan a menudo de tales conatos mamarrachos tan estupendos como
cuantos hacen gemir las prensas con la version de pOsimas nove-
las del francs al gringo de uso vulgar. Y sin que se entienda
que por esto aludo a los ensayos de aclimalar la alia administra-
cion en el para ella ingrate terreno de la Peninsula & el ingratisimo
de Cuba, tomare, si, nota de que cualquier testimonio prestado por
los hombres de mi sentir en favor de una just liberalidad en ma-
terias comerciales,=adquiere mayor peso. Pero tambien fuera im-
posible hacer oposicion i una maixima universalmente acatada en
nuestro siglo y admitida por legitima base de criterio. En obedien-
cia i sus preceptos proclamo las grandes dotes porque se distingue
el sistema aduanero de Cuba, y que much mayores fueron en
la era de su establecimiento. En efecto, no se hard debidajusticia
a lo que ahora existe, sino se entablare la comparacion con los
hechos contemporineos a su fundacion. Los principios dominaittes:
de nuestro actual arancel se fijaron en sustancia durante el quin-
quenio que media desde J 825 a 41830. Para no.mencionar la im-
penetrable barrera que entonces y aun largos afios despues cerraba
lasposesiones coloniales britinicas al trifico exterior, bueno es
recorder que los primeros d6biles y hasta embozados esfuerzos de
Mr. Huskinson para templar el feroz afejo proteccionismo de la
legislation mercantile inglesa, no cuentan fecha mas atrasada.
68 -
Hacia los mismos tiempos cundia y se arraigaba en Francia el
rigido sistema de prohibiciones y subidisimos derechos, inaugu-
rado por Mr. de Saint-Cricg durante la restauracion, yAlevado a
su apogeo con el influjo estimulante de las Camaras en el reinado
de Luis Felipe. Por fin, tan unisonos en su modo de sentir iban
los Estados Unidos en el citado periodo" que lleg6 a decretarse
en 61 aquel subido arancel, origen de la semi-insarreccion de la
Carolina delSur en 1832 ; legislation modificada antes por con--
sideraciones political que por un convencimiento de-su error.eco-
n6mico, puesto que la mayoria parlamentaria volvi6 i sancionar
su espiritu por el arancel de 4 842. Bastan tales ejemplos para
demostrar que, si aun hoy dia no debe asustarnos una comparacion
con los paises de mas renombre, infinitamente mayor fue la de- '
lantera que les habiamos cobrado cosa de veinticinco aios atris.
El escelente resultado de nuestra conduct de entopces se halla
visible, de done deduzco yo el 'ino de perseverar en su obser-
vancia, procurando recobrar el terreno perdido.
Pero, interrumpiendo de moment el hilo de tales deducciones,
fijemos la vista en otro rasgo mas vital, si cabe, del sistema eco-
n6mico-administrativo planteado por el Conde de Villanueva. Su
autor, field A las antiguas tradiciones de la domination espafiola en
Am6rica, asi como i los dictados de la sana razon, no acometi6
la loca empresa de uniformar en un todo la legislacioa de, Cuba
con la del resto de la monarquia. Y digo fiel A la tradition espa-
fiola, por cuanto Espaia no intent jams el impossible absurdo
de rejir por el mismo texto y por id6ntico mecanismo las vastas
posesiones ultramarinas y las provincias europeas; que si lo hu-
biera intentado, ni conservAra por espacio de siglos -su imperio
sobre aquellas, ni habria acertado a dejarlas en tan floreciente
estado. Ni es menos evident la ensefanza que se desprende en'
igual sentido del mas somero'examen te6rico; puesto que comar-
cas tan divergentes, para no decir encontradas, en las condicio-
nes fisicas y morales de su entidad, no pueden humanamente
amoldarse A las mismas formas sin violentar la esencia de las
cosas. La legioiaion para los paises es como el vestido para el
69 -
individuo, que nunca sale bien cuando se quiere cortar por un
solo patron; pueg entonces lo'que i este le viene ancho al otro le
viene estreehol Apenas acertar: A decir si el Conde de Villanueva
lleg6 6 comprender tamana verdad en virtud de un raciocinio"
abstruso, 6 si empapado como lo estaba en las necesidades de la
situacioil cedi6 por-instinto A sus mandates. Ambos influjos opera-
rian sobre 61, a to que opino, en divers grado; si bien el caracter
dehombre prActico que le he alribuido, prestaria mayor accion
al segundo element. Pero sea de ello lo que fuere, consta el re-
sultado obtenido y esto nos exime de alambicar su origen. Por la
organization administrative y econ6mica coucedida al pais en
aquella 6poca, ,y bajo cuyos auspicios se ha elevado A tanta gran-
deza, Cuba qued6 constituida en una entidad casi perfect. Dife-
rentes aranceles, diferente sistema tributario, diferentes oficiias
cdn- diferentes reglamentos, todo en fin, se hallaba calcado con
arreglo 4 uin plan definido. Y si algo habia de incomplete en el
aspect material de las cosas, quedaba subsanado en la prctica
niedianteel'decisivo fhflujo que el Sr. Conde ejercia en ]a c6rte
por la autoridad de sus consejos. Algo de esto sW por esperiencia
propia respect i ciertos afios de los de su mandoi y mayor aun
(si mis noticias no yecran) fu6 la action de este poder durante la
vida del difunto rey D. Fernando VII, mientras el' sistema atra-
vesaba los critics dias de su nacimiento. Asi la legislation eco-
n6mica procedia casi directamente del mismo pais donde se sentian
las necesidades-quela situation engendra, y donde se las com-
prendia de lleno y era dable tratar de satisfacerlas con pleno cono-
cimiento de causa. Asi, pues, qued6 establecido el regimen que
desde 4854 tras estudiar los elements de la situation en Cuba,
califiqu6 (bajo elimperio de la censura) ,de resumir eq si la Uni-
dad national con la federation administrative :atinadisima com-
binacion 4 que presto mi humilde pero ilimitado asenso, por re-
putarla hermanada con el lema de nacionalidad, 6rden y progress
que en la misma 6poca y con igual autorizacion estampd en las
columns del Diario de la Marina. Y para coronar en cierto
modo la fibrica, vino la institution de la Real Junta de Fomento;
70 -
corporacion emanada de los consejos del Conde de Villanueva. Hago
esta breve mencion de su existencia Porque sin ella pareteria haber
omitido un punto de alta importancia. Por lo demis, ya vendrt
el lugar en que me ocupe de este tema con infinita mayor amplitud.
Lo fecundo de este plan, como nunca me cansari de repetir,
se palpa en las consecuencias que de si ha arrojado. El vasto
desenvolvimientoAe los recursos materials de-la Isla no es me-
nos maravilloso que lo saludable de su accion indirecta sobre los
problems politicos. El sesgo dado a los negocios contribuy6 con
eficacia a que en el period de mayor abatimiento para Espaia,
y period lleno de peligros por la vecindad de las nuevas repibli-
cas hispano-americanas, llenas aun de fegosas ilusiones, iio Sqlo
conservasemos este resto de nuestros dominios, sino que corisi-
gui6semos aplacar bastante los inimos. El reinado de Fernan-
do VII ha dejado en Cuba recuerdos que por lo grato de su natu-
raleza hacen notable contrast con los del resto de la monarquia;
y que casi exclusivamente se deben ~ la aplicacion y tendencies
del nuevo regimen econ6mico.
La gran belleza de dicho regimen eonsiste en la profunda ver-
dad de admitir, no un antagonismo y si una positive armonia en-
tre los intereses provinciales de Cuba y los intereses generates de
la nacion; de modo que el paralelismo de su desenvolvimientori
los separa entire sA, ni menos conduce A promover un choque. Su
robustez emana de que sentada la conveniencia de fomentar' sin
recelos 6 dortapisas la vida industrial y mercantil dentro del pais,
acepta en prActica y en doctrine el. Anico m6todo adaptado para
conseguirlo. Hay quienes estiman en poco el poderio de'los gran-
des principios, pero yo tengo fe especial en la fuerza 16gica de
las ideas, que todo lo avasallan' A su influjo -y que no tardan en
encarnarse en los hechos. Establecida la base de una legislation
especial, se implica el acomodamiento de sus medidas i lasnece-
sidades locales, y eso arrastra en pos de si la probabilidad de
acierto para el n6mero infinitamente mayor de casos; siempre
que al dictarlos se consultase el voto de quienes sienten aquellas
necesidades y sobre sentirlas las comprenden. Mas ann: el error
74 -
que quepa cometerse en un caso dado, no afecta la regla funda-
mental; por donde puede, no solo percibirsele con mayor pronti-
tud, sinoeliminarlo sin grave sacudida y sin poser en riesgo la
estabilidad de la fabrica. Para resumir mi teoria, el priqcipio de
una legislation econbmica especial exige, por cierto inexorable
encadenamiento del raciocinio, que los trimites para fijarla cor-
respondan -la idiosincracia que la distinction revela: de aqui re-
pito, verosimilifud mayor pare el acierto, y facilidades ilimitada-
mente mayores para la enmienda, cuando enmienda se nece-
stare.
Mis ultimas palabras preparan, no sin studio, la transicion para
esforzar otra nueva serie de ideas; conciliando mi admiracion y
respeto hicia el sistema antiguo con el clamor per extensas mu-
danzas. Entre la bondad intrinseca de un principio y las forms
empleadas para utilizarle, no.es just olvidar la distancia enorme
que existe. Ahora bien, las forms de. nuestro regimen econ6mi-
co-administrativo estAn ya mas que medianamente gastadas; y no
correspondent ni al m6rito radical del sistema, cuya eficacia ami-
noran, ni i as condiciones de la 6poca present, cuya magnitude
desconocen. El propio fxito, fuera de toda media, que por su
accion se obtuvo, acarrea la conveniencia de sustituirlas con otro
mecanismo mas avanzado y que se encuentre i la altura de las
nuevas circunstancias. La sociedad para que legisl6 el Conde de
Villanueva ha desaparecido ya en su esencia y pertenece moral-
mente i la categoria de lo pasado, gracias a ese espiritu de pro-
greso que todo lo domina en el siglo present y que hace sentir
aqui su empuje con peculiar intensidad. La Cuba de 825 era
cual n- ninoo rayando en los afios de la pubertad y dotado de
bellisimis cualidades, pero d6cil y con la-necesidad de un guia:
la Cuba de 4858 es un j6ven rohusto, en que A la expansion de
lasfuerzas materials acompaia el aguijon de los instintos pro-
pios de la edad varonil; j6ven que se siente casi un hombre, y por
tal aspira A ser tenido, mostraldose a consecuencia menos sumi-
so pero mis abierto i escuchar el raciocinio. Nieguese la exacti-
tud de esta pintura, cosa equivalent a near la luz del sol a mi-
72 -
tad de su carrera, 6 no sera dable negar la rigurosa y apremian-
te necesidad de un cambio. El metodo estacionario no se concibe.
La alternative queda limitadh A dar buena 6,mala satida a esa
acumulacion de vigor juvenile ;: y.por lo tanto pretend consumer
una semi-revolucion econbmica, por evitar otra especie de Cona-
tos. Veo en Cuba los elements de un comerciante emprendedor,
y busco a darle con tiempo carrera adecuada A,:ss deseos, para
distraerle de que se me eche a calavera 6 quiera sentar algurudia
plaza de soldado.
Aceptadas que fueren mis premises, es obvio qu6 genero de no-
vedades pretend introducir. He dicho antes que el sistemaien-
tistico del Conde de Villanueva era empirico y que lejos:de'lle-
var por norte los principios de una teoria avanzada, .se 'cifr6 en
acomodar a sus necesidades los hechos pre-existentes,: Semejante
plan podria servir para un period de iniciacion; perp el jipisse
hall hoy dia maduro para dar un paso mas por la reeta ,senda.
De los arbitrios del Sr. Lopez Ballesteros conviene-dar a;indestro.
turno un salto al sistema tributario del Sr. Mon ,.6 a unacosa pa-
recida; cosa mejor arreglada bajo el punto de vista financier y
mejor combinada para el just reparto de las cargas p6blicas que
no la rancia estructura. En verdad varias de nuestras'contribucio-
nes terrestres son indefendibles, salvo en el concept de hallarse
sancionadas por el uso y como tal toleradas por la opinion. A
dicha clase pertenece el diezmo, tribute que recopila en,Citba
cuantos vicios sea dable concebir asi politicos como econ6micos;
a punto de que por el legitimo descontento provocado en los dis-
tritos rurales de la Isla, casi se le padria calificar de maquina in-
ventada ex-professo para acufiar filibusteros. A dicha clase :per-
tenece asimismo la double alcabala de bienes inmuebles yde.es-
clavos; puesto que sobre ser un gravamen odioso, entorpece las
facilidades de negociacion cabalmente sobre aquellos. objetos
cuya movilidad seria mas conducente al bien pdblico.en general. -
Tales lunares no admiten escusa, hi tienen estos tributes parti-
darios. Bien reconozco que las nuevas cargas escitan siempre ma-
yor repugnancia; y que la impopularidad de toda contribution
73 -
diretta de alguna cuantia es en Cuba excesiva. Sin embargo,'no
sbhprjtzgo fAcil paira' erionas lntendidas en la. materia el combi-
naien eta Isla un :sistelma tributario mas arreglado a lod buenos
princi ies deola eiencia y fecundo enfelices resultados, siho tam-
bien.lacedero eliqub ladpinten pdblica lo acepltehasta con jabi-
lo, ,s llega i -enetrarseidelbalivio que habra de proporcionarle'
la suprpsioli'del diezmol; de laialeabala y del derecho de consu-
mo sobre. tines6':para no:mencionar algunds otras menudencias
de tdintioogAnero,;caso que las fubierei. .l solo requisite indis-
pensable consiste en no preparar tamais cambio la' sordina,
por niedioide'simplesieipedientes gubernativos, cuya instruction
quaii peqie'deleicash, pero que de seguro no;inspiran A los con-
tibuyenteis la meBor ipizca, ide- conflanza. Consultar siquiera al
paig, no paor :merw firinxla siio de hecho, y por conduct de cor-
poracionesnque seao verdaderosi 6rganos de la opinion; y obtener,
pormediide lata ydtetenida dischsion, el convencithiento de la
utilidad public de'lareforma propuesta antes de dictarla cual ley
obligatoria, tales ion los preliminares que aconsejo.
En cuauto i- la variaeionde los aranceles vigentes en un sentido
liberal' la conveiienudia sera mayor aun, sin que medie el menor
obsiculo. La situation del Tesorb permite, A Dios gracias, arros-
trar los inconvenientispasajetos de cualtqier mudaaza; con la
casi total certeza detque, a la larga, la sumal total de'ingresos re-
sarcird co itcre~es la perdida (no segura) sufrida en'el primer mo-
meato. Por lo que;A la popularidad del cambio se refiere, sera
universal y en un grado impossible de describir. Todos lospartidos
en Cuba estarian unfnimes para alabar el acto, ni seria menor el
aplauso recogido en pass. extranjeros; por lo cual la supnesta
rebaja en los derechos de aduana mereceria tal vez contarse en-
tre los rasgos de alta sabiduria political. De las innovaciones a que
daria ye preferencia', no me ocapare ahora, por no ser tiempo
eportuno 'para entrar en pdrmenores. Solo si sentar6 que de nada
serviria. hacer irs cosas 4 medias y con timidez; pues ya para
crear una impression favorable, ya para oblener en breve la de-
bida recompensa, no hay otro camino que el de elegir ciertas cla-
.74 -
ses de efectos y obrar respect a ellos con valentla, comI so hace
cuando se tiene fe. Colocarros, hasta donde dable fuere, en la
misma delantera que por la,,liberalidad de nuestra legislation
mercantil obteniamos veinte asios atris, y de que tamtaio benefi-
cio hemos reportado, tal deberi de ser el fin de nuestros trabajos,
y much cabe'efectuar en este sentido, sin sacrificio alguni d& los
interests del comercio national, aila vez quese fomente el trAfico
de Cuba con aquellas naciones que son politicamente nuestras
amigas natutales, y que se ataje en gran manera la escandalosa
prActica del contrabando.
Vastas como son las reforms i que aspiro y que vengo de bos-
quejar, nada se nota con todo en ellas que des-irtfie 6 contrarie
el caricter de la organization primitive; Al contrario, hay un co-
nato visible hicia robustecer los principios de que emana, con-
cediendo mayor amplitud A su a~cion, por cuanto lo creo confor-
me con la verdadera Indole del pais, tantoen el sentido moral
cuanto en el de sus necesidades materials. H6 aqui, pues,'lle-
gado el caso de apuntar otra distinction tan vital que,, mientras
no se comprenda y no. se reconozca su inmenso poderlo, no cabe
corresponder dignamente a las exigencias del lance, ni legislar
con tino para Cuba. En medio al comun empuje torque se distin-
guen las sociedades modernas en el desenvoevimniento de su ri-
queza, impossible fuera cerrar los ojos i, la existencia.de'dos es-
cuelas inconciliables entire si, por lo que toca al m6todo mas ade-
cuado a realizar su m6tuo anhelo. En sentir de la una .todo
movimiento debe venir de arriba y seialarse por su sistemitica
regularidad. En sentir de la otra, el interns individual es el gran
m6vil de todo progress econ6mico; y las manifestaciones de este
ultimo deberin brotar de abajo, por cuanto sa espontineo pode-
rio recompensa entonces con much los lunares de su aparente
des6rden. Ahora bien: entire la Peninsula y Cuba reina sobre este
punto la mas absolute divergencia. La civilization material de
esta Isla es por esencia anglo-sajona, y radicalmente opuesta al
galicanismo que impera con tan ilimitado influjo en las provincias
europeas de la monarquia. Este principio que acabo do establecer,
75 -
y cuya action todo lo domina, no es una question de doctrmas
sino de bechos., cuya explicacion filosbfica de puro sencilla ape-
nas requier aclaracidoes Sujeta la Peninsula desde principios del
pasado'siglo al imperio de las ideas francesas,, introducidas por la
dinasta reinante, se ha ido penetrando de su sustancia, y amol-
danao a este precepto todas sus forms administrativas y hasta so-
eiales. El sesgo de los studios que en la actualidad se hacen, va
edierezado por id6ntica via; y con aquella ciega fe propia de
quien to ley6 mas que un libro, y i pufo cerrado cree en cada
line de su texto, percibo dominant en la madre patria cierto
fervor casi inedmprensible de imitation hicia los tipos franceses,
demodo que quien consigue trasplantar algo del suelo vecino al
suelo espafiol, sse, imagine haber puesto una pica en Flandes.
Aci en'Cuba," las 6osas corrieron de muy diferente manera. Nues-
tra sociedad que yacia aletargada, 6 mejor dicho en embrion,
hasta ya bastahte adelantado el present siglo, entr6 en la vida
active bajo diversas:condiciones y obedeci6 i divers empuje. go
solo el influjo de:las doctrinas britAnicas era infinitamente mayor
en la Iltima 6poca, sino que nuestro caricter de pais commercial
nos puso mas en contact con los grandes pueblos mercantile.
Sus ideas son las que hemos absorbido, y sus pr6cticas las que
nos han servido de modelo; circunstancia que lejos de ir desapa-
reciendo, crede aun por dias y por horas y porinstantes. Asi como
en la Peninsula por cada individuo que medianamente posee el
idioma ingl4s se cuentan docenas que degiiellan el frances, asi en
Cuba se observe y con usura la proportion inversa. En cuanto al
lenguaje commercial y d las formas que se emplean.para el despa-
cho de los negocios, la de semejanza entire la Peninsula y'Cuba
no es de menor bulto, reprbduci6ndose en uno y otro case ambos
de los tipos primitivos. Y lo peor del negocio es que, lejos de irnos
aci enmendando, nuestro convencimiento se arraiga mas y mas.
Si la supremacia econ6mica de Inglaterra pudo con razon deslum-
brarnos, el roce continao con los Estados Unidos y el espectaculo
de su engrandecimiento material, ejercen una action constant y
en gran parte justificada. Acaso no se haga debida justicia ea el
7h -
antiguo mundo a los vicios y peligros de las instituciones politioas
de la repdblica vecina, citada hasta hace pocos aiios chal unmo-
delo ideal; pero en cambio se trata con demasiada severidad sa
regimen econ6mico, imperfectisimamente conocido entire lai na-,
clones del continent europeo. Los mismos que combyo abomiinan
de corazon el gobierno de la democracia pura, y que le miran
hundirse a paso ripido en el lodazal de la demagogia, no pueden
desconocer (si entienden la material de que se habla) los grandes
rasgos de energia y progress porque-la civilization material norte-
americana descuella, y que adaptaidose a las exigencies de todo
pais nuevo, arrojan de si tan jigantesco adelanto. Cbpiar 1o bueno
de tal ejemplo, descartando sus errors, ese es el ideal que nos
forjamos; y al que damos cabida en nuestro inimo. sin el menor
recelo, porque conocemos a fondo lo inconexo de tales fen6menos
con la naturaleza del regimen politico. Las ideas econ6micas fun-
damentales son comumies entire la monarquica y aristocratica In-
glterra y la democracia absolute de los .Estados Unidos; y aun i
todo rigor puede decirse que poseen.mas afinidad con. la primera
de ambas-sociedades, puesto que enella nacieron y de ella:as
tiene la segunda heredadas. Los conservadores progresistas, entire
cuyo ndmero tengo la arrogancia de incluirme, aspiramos por lo
consiguiente i realizar iguales ventajas bajo los atspicios de la
domination espafiola; arrebatando con esto de manos delenemigo
el arma mas poderosa de cuantas en nuestro dailo esgrime. '
Possible es tambien, no pretend negarlo, que vayamosequivo-
cados en sustentar semejantes doctrinas; mas entretanto no se nos
ilumine y se nos introduzca el convencimiento dela belleza innata
de la burocracia, de lo fecundo de la centralizacion administra-
tiva, y de lo Atil y agtadable del reglamentarismo, entretafto asi-
mismo habremos de permanecer impenitentes. Ahora bien: repito
que esto nos trae al terreno de'los hechos, dejando A un lado la
doctrine. Sea para bien 6 sea para mal, el principio del individua-
lismo econ6mico constitute la base de nuestras creencias y obtie-
ne en Cuba universal adhesion. Hasta quienes pueden no haberse
ocupado de profundizar la teoria cedieron A sus mandates. Por
77 -
ejemplo, cuando uno de los hombres ilustres que han rejido a
Cuba, el general Taeon, quiso hermosear nuestra ciudad, no
tomb sobre sidirectamente la ejecucion de sus proyectos, sino
que acudid al plan de Acontratas. particulares.. Mucbo ban dado
estas quehablar, ,quiza en parte con razon y quiz. tambien
porque'(penitet me) nos hayamos mostrado ciertos critics con
demasia exigentes y quisquilosos en estremo. A sangre fria no es
possible ahora desconocer que, ejecutados aquellos planes por una
direction de obras piblicas, habrian salido de seguro mas cars,
y serial probgblementc pcores-sus resultadog, No quiero con todo
extenderme sobre un caso incidetlt y ,que solo cito cual autori-
zado ejemplo de la obediencia implicita que aqui se. tibuta al
principio de la action individual. Si de sus ventajas aspirisemos
a convencernos por hechos de mas alta trascendencia, ahi estA la
historic de nuestros.ferro-carriles. Cuando tras una de esas in-
fracciones que la political elevada aconseja y que el sabio eclec-
tismo admite per regla universal, el gobierno (siempre por con-
ducto de la semi-popular junta de Fomento) se encarg6 de- iniciar
en Cuba este gran adelanto del siglo, no tard6 en- descargarse del
empefo y n depositar su propiedad y manejo en manos de la in-
dustria privada. Fiel i esa plant, promovi6 luego la fecunda acti-
vidad de los intereses particulares; y Cuba espailola tuvo la gloria
de ser con much el primer pais de los tr6picos que, con escasa
poblacion, y con esclavitud en su seno, y con insuficienciarelativa
de capitals, estableci6 un estenso sistema de ferro-carriles per
donde logr6 aprovechar la riqueza latente de su suelo. Saquese
por la muestra una idea de los beneficios que del individualism
econ6mico hemos reportado; y con ello se comprenderA de golpe
lainstintiva y honda repugnancia que abrigamos hAcia nudar en
este ounto de sistema.
Tamafa diversidad de antecedentes y do manera de sentir, cual
la que acabo de consignar entre la peniusula y Cuba, compone
uno de los terminos fundamentals del problema cuando se pro-
cure regir con acierto y hxito feliz los destinos de esta provincial
ultramarina. Dable es que se me tache de alambicar principios
78 -
metafisicos; mas aun cuando asi fuere, mi metafisica es do atu-
raleza muy prActica, pues sus efectos cunden por donde quiera.
El vulgo podra pasar pbr alto tales investigacioncs, pero so igno-
rancia no es licita para quien siquiera tenga pretensions a la ca-
lidad de hombre de estado, Si se desconeciere verdad de tain st-
bida importancia,; habri la'casi certeza:de violentar A cadaqpsso
la indole de la situation, y de obstinarse en euantos erasos errore
puedan haberse cometido. No me agrada espaciarme sobre ilos
peligros posibles, y aun probables, de semejante condocta r me
contentar6 con recorder (cual un 'mal positive) que pni toda situa-
cion violent y forzada se neutralizaa cuando menos losg6rmenes
de adelanto. .
:, V '"
Ultima necesaria pincelada del retratoque vengo a .la carrera
trazando, sera la que va enderezada 4 representar los rasgos que
constituyen el desarrollo intellectual de Cuba. :Yidesde liego tome
por sentado que eladelanto bajo este concept ha sido simulti-
neo con el que se ha consumado en el terreno de los heohos nma-
teriales; si bien no pretenders que est6 tan parents ni que posea
quiza dimensions tan gigantescas. La suposicion contraria 6 ne-
gativa encerraria un baldon para nuestro dominion; pues si Espafia
hubiese conseguido en pleno siglo diez y nueve conservar estacio-
naria a toda una sociedad, dentro A la esfera intellectual, y re-
frenar sus aspiraciones ideals, poco motive tendria en verdad
para vanagloriarse de su obra. Todas las maravillas de la civili-
zacion material que alegase en su abono, no disculparian tamaila
ofensa contra la indole de la civilization verdadera. Mas per for-
tuna no hay para que detenerse en el eximen de una hip6tesis
radicalmente absurda, y que pugna con la razon y los hehbos. Sin
el espiritu que vivifica y sostiene, la material inerte jamig alcanza
79 >-
a desenipefar los grades fenomenos de la vida. El mismo empuje
de que Cuba daimes0tras en su existencia, econ6mica acusa la
actividad.mental de donde precede; y nos revela que puesta en
contact~ con el. movimiento del siglo, obsorbit4 los principios ele-
mentales,qu* confieren A estesu su y que se.halla de ellos pe-
netrada hasta la misma m6dula de sus huesos, Lo inico digno de
studio y.de especial averiguacion consistemen comprender y de-
fitul la idiosiaracia de.ese desarrollo intellectual, que toqgo per
axioma inconcuso, puesto que,. merced a cierto paralelismo de
muy fAcil comprension en el terreno filos6fico, el desenvolvi-
miento.de las, facultades mentales posee grande analogia con las
demas condiciones de la situacioa general.
Mi manera de ver sobre tanvital asunto. es Pl fruto de un des-
apasionado eximen; y por so absolute imparcialidad es muy posi-
ble que i nadie satisfaga, por cuanto ofende las preocupaciones
de unos y las aspiraciones de otros. Nada me arredrark con todo
de exponer mi sentir con aquella ilimitada franqueza quo llevo
por guia, confiado en que tras el primer moment de enojo lo
equitativo de mi apreciacion se veri unAnimemente reconocido.
Y para empezar por la-parte mas sensible, advertir6 primero
i los hijos del pais que ceden i so exagerado amor de localidad
cuando pretenden colocar A su patria en una altura que no le ha
side aun dable el conquistar. Ni Cuba posee una literature pro-
pia, bajo concept alguno, ni hay hasta aqui en las producciones
de sus mas aventajados varenes nada de verdaderamente grandio-
so y que se pueda con impavidez presenter para que arrostre la
critical de propios y de estrahos. Semejantes ilusiones dan un re-
sultado diametralmente opaesto t lo que se pretend por ellas
conseguir. Y cuenta que mi fallo no encierra ni remotamente
cosa que sea ofensiva. Nadie come yo se complace en reconocer
las grande dotes inteleotuales porque espontineamente se distin-
guen los naturales de Cuba, y que tan brillantes esperanzas les
ofrecen en lo present y en lo venidero. Lo delicado de sus per-
cepciones, lo ripido de su comprension, lo agudo de su ing6nio
y lo impetuoso de su fantasia, los constituyen sin dispute en uno
80 -
de esos tipos perfectos de las razas meridionales a que pertenec~u,
y cuya porcion de renombre mental ni ha sido ni serainuneaes-
casa. Pero tan ricas facultades requieren, como todo ea. el mun-
do, el debido-tiempo para desenyolver su poderio ;!y la vida.mo-
ral de Cuba es demasiado modern para quet todos 4lo tramites
de esa noble evolucion se miren ya'transcurridos.. Rica kei svia
y frondosa en susaun.tiernos vastigos es la pltatp,, pOro aib ,:ha
Ilegadg la 6poca de que'rinda sazondo frnito; ,ai;hay lque ehti
greirse por su lozania hasta descuidar el. cuivo: i riesgo deti oor
promoter sa future robustez. Coo: forza- la.naturaieaa di .las,o-
sas nada se consigue: La tarea; delilas eneraciones, aotuaales as
menos deslumbrante quiti ,,perogi o; meinois fecuadai ln gloriosa.
recompensa para quienes con lo:jusoto y,noble.se satisfaon. i Ab-
sorber las. ideas dominates de la ciyilizaciou, y trasmitir:;st aq-
cion bienhechora, .y asimilarselas amoldndolas .4 ,laspeouloares
circunstancia., hW aqui el oficio que al pais oorrespondo en esta
era de incubacioa moral, y el'quo esti desempeniando :ilal sm+
bra con 6xito maravillosoNi. ms, ni menos., ,; ... ..
La falta de ipiciativa. quoa econozco~ieo. plica, sin embargo,
la paralizacion de las inteligencias; y asi dombatir0 con, dnpljcda
energia los temerarios juicios de quienes abrigaa p-oeocapaiones:
opuestas a la exagerada pretension. qde aeabo .de rechazpr.llBisa
me dai mi vez oir:la sentenciaque c andia:in tloo 6Cubaa.ful-
dAndose en los abominables reoalones nmal,:.ortados queion iQ1;
falso titulo de versos abruman las cholumnas: de! los diariosaya
celebrando los natales de las sefiorias A,6 B., a;: poniepo por
las nubes las ignotas virtues de algun.bonrrado veeipo! ya ensalr,
zando la prodigiosa ciencia de ese-Adoctor 6.: eSotro, licenciado;
sentencia que de camino suelen dictar, personas no muy .alifica-
das para emitir su voto en achaques de literature, Que elIsigno
es malo y que se presta al ridicule, uo. pretendere:negarjl;. pero'
bueno es recorder que pordonde quiera se cotetea iguales1atro-.
cidades seudo-po6ticas, y que:la sola diferencia-ooppiste ania,.p--
sima maia que aqui aun reina de publica;ilas$, l mralgast4aogd e:
ello tiempo y dinero. Mas el datoi no es suficiente;, ,il aul con
81 -
mucho, para fallar en tono decisive acerca de la situation inte-
lectual del pais. A o: sumo acusa una escesiva aficion i la poe-
sia, rasgo bastante comun en las razas meridionales; aficion que
me parece ir en menguante, y que por otro lado arroja de sl fru-
tos muy dignos de estima. Entre los j6venes de Cuba que aun
hoy dia cultivan esta seductora rama de las bellas letras, hay
various que merecen elogios por la gala de su diccion y por el
nervio 6 la sensibilidad de su fantasia. No es aqui, con todo, don-
de yo cifrare mi principal defense del estado intectual del pais.
Los studios s6rios obtienen un s6quito mas numeroso de lo que
vulgarmente se opina, tanto en las filas de la juventud cuanto
entire hombres de edad ya mas madura. Y obedeciendo, cual an-
tes he indicado, i la tendencia general de la situation, el ade-
lanto se hace especialmente sentir sobre cuanto se refiere i la
ciencia de los intereses materials. Aqui se lee much v muy bue-
na economic political, y no solo se la lee sino que se la digiere y
comprende su significado, sin cuyo requisite en balde son los
studios. En materials political much me temo que no hay 4anto
progress, y que todavia pudieran encontrarse sugetosdignos de
gran respeto que creen en el Contrato social, 6 que adoran la
democracia cual un bien abstruso; atribuyendo i las institucio-
nes gubernativas el falso caricter de ser un fin en si y no un sim-
ple medio de promover la felicidad general. La carencia de una
discussion lata sobre tales temas, A consecuencia de trabas que
por ahora admito cual hijas de una legitima 6 imperiosa necesi-
dad, propende i perpetuar esa crudeza de ideas. Si, lo que Dios no
permit, vibsemos aqui reunida una asamblea deliberate dota-
da de atribuciones political, cierto es que daria muestrasde aque-
Ila deplorable inesperiencia que siempre acompafia al trinsito de
la vida ideal i la vida prActica; y de que ni Francia ni Espafa,
ni pais alguno colocado bajo iguales condiciones, acert6 nunca 4
escapar. Pero en los problems econbmicos, ora sea por su mas
desembarazado eximen, ora por aquella 6til preparation que nos
ofrece el conocimiento prActico de los negocios, la position inte-
lectual del pais es de much mas encumbrada esfera. Si en Cuba
6
82 -
llegisemos a ver una corporation que tratase i fondo tales mate-
rias, no titubeo en anunciar que manifestaria inmensa 6 indispu-
table superioridad, respect los debates de igual naturaleza quo
se ventilen en las C6rtes peninsulares. Y, 4 laverdad, tampoco ha-
bria en ello m6rito excesivo, pues no es este cabalmente el punto
donde mas se aventajan nuestras Asambleas parlamentarias, ni
sobre el cual pueden desafiar con mayor lucimiento los juicios do
la-critica extranjera.
*Este field traslado de la situation intellectual del pais, complete
la primer parte descriptive de mi trabajo, y encierra avisos de su-
bida entidad. En primer lugar refuta la creencia de un atraso que
no existe; creencia que una vez admitida se presta i peligrosas
deducciones. Aqui, como en todo, conviene tener present que la
sociedad en Cuba no atraviesa el period de los afios infantiles,
sino que recorre la 6poca de una juventud vigorosa, aproximAn-
dose much A la edad varonil; de modo que el tratamiento i que
se la sujete deberA ser adecuado A su condition verdadera. En se-
gundo lugar nos dicta la conveniencia de abrir cauce franco al
impetu que aqui se anida, y de abrirsele por donde 61 busca ya de
suyo espontAnea salida, y por donde puede desahogar en general
beneficio la superabundancia de su elAstico poderio.
VI.
En cuanto hasta aqui he escrito no se me ha podido ocultar, ni
siquiera por un instant, el riesgo en que incurria de-no satisfa-
cer plenamente a nadie y de herir A derecha 6 izquierda infinitas
susceptibilidades, merced a la desnudez y aspereza de esa verdad
que caracteriza mis palabras. Mas azarosa, sin embargo, y fuera
de toda media, es aquella porcion de mi area que paso ahora a
desempefiar. Las opinions doctrinales, dado que no congenien con
las ideas del lector, rarisima vez alcanzan a producer grave ofen-
sa, pues no hieren la sensible y delicadisima estructura del amor
83 -
propio. En las cuestiones personales no es dable rehuir este se-
gundo compromise; y si licito me fuera escusar su investigation,
no arrostraria i fe mia y por mero capricho tan desagradable em-
peho. Pero la obligacion existed, pues sinI un conocimiento de las
personas y de su accion, mal se puede comprender el estado ac-
tual de los negocios pdblicos en Cuba. Echo por lo tanto el pe-
cho al agua, y acepto con toda su latitud la carga que me he im-
puesto, confiado en los mismos principios que hasta aqui me sir-
vieron de guia para salir con bien del peliagudo lance. Mis
juicios pueden tambien pecar, pero expresan mi convencimiento
intimo, formado tras deliberado studio -y con riquisima cdpia de
datos. Por lo que toca i la parte anecd6tica, que habri de hacer
aqui papel de alguna entidad, no refiero cosa alguna que no pro-
ceda directamente 6 de mi propio conocimiento 6 de informes
tan autenticos y autorizados'cuales no dejan lugar a la duda. De
una vez por todas desafio la contradiccion en thesis general, y
cuantos est6n algun tanto en autos prestarin sin titubear plena fe
A mis asertos.
Para principio de esta resena retrospective adoptar6 la adminis-
tracion delgeneral O'Donnell, que cierra una de las grandes eras
en la situation moral del pais. Esta misma calificacion implica
que puedo en muy pocaspalabras describir la naturaleza de aquel
gobierno, al que en su conjunto apellidar6 bueno sin el menor
rebozo. Fu6 una administration fuerte, muy fuerte, acaso dema-
siado fuerte, por lo dificil que se hace mantener con firmeza el
field de la balanza en su estricto equilibrio, sin inclinarse un tanto
i lado alguno. Pero sobre que la fuerza era, es y seri por largo
tiempo aun, condition precisa de gobierno en este pais, corres-
pondia maravillosamente i la situation que el general O'Donnell
habia heredado y que supo trasmitir intacta a su sucesor. Repilo,
pues, que la administration del general O'Donnell tuvo sus lu-
nares: como, por ejemplo, algunos de sus lados (segu la frase
usual) y el poder de algunas otras influencias econ6micas que, por
venir de Madrid no le era quiza dable el suprimir; pero dejand
aparte el insondable enigma de la conspiracion de los negros (pues
84 -
como todo cuanto so reflere a la esclavitud es ageno de mi actual
prop6sito) fu6 buena en su esencia, atendidas las circunstancias
que la rodeaban. Las altas dotes de gobierno que el general
O'Donnell ha desplegado*despues, en teatro mas elevado y en po-
sicion much mas escabrosa, no solo abonan la calidad de su
mando, sino que sirvieron de templar los rasgos mas desapacibles
del sistema. Sobre todo es de encomiarse que hubo entoces una
fijeza de direction en los negocios, para todos mas acceptable que
esas caprichosas oscilaciones del tira y afloja en que el prestigio
del poder tanto padece y con que los animos tanto se irritan. Y
esa misma serenidad de espiritu contribuy6, no menos, Ai evitar
ciertos destemplados actos de autoridad que, cuando no son nece-
sarios, gastan la elasticidad de los resorts. Sabido es (lo que-cito
por via de muestra) que cuando aquel gobernador crey6 que las
tendencies de la Junta de Fomento no eran las mas convenientes,
6 las mas adecuadas para armonizar con sus.propias miras, no
acudib por ello con la impaciencia de un niiio .mal criado 4 desba-
ratar el instrument que no sabia manejar. Empleando ciertos
recursos 6 influjo, que estin siempre y por donde quieraal al-
cance del poder, y que mientras los hombres fueren hombres hay
que aceptar salvo a nutrirse de infantiles ilusiones, el general
O'Donnell cambi6 la mayoria de la Junta por trAmites legales, y
sin aparato alguno de violencia. No quiero discutir ahora sobre si
la mudanza efectuada era 6 no apetecible en si; pero insist ea
la inmensa superioridad del m6todo adoptadopara levarla & cabo.
En ello encuentro una prenda decisive de las calidades que sefa-
lan al verdadero hombre de gobierno; y por ello creo firmemento
que, asi como el general O'Donnell supo ser estacionario en una
epoca de indole tambien estacionaria, asi lograria. ahora acomo-
darse al temple de una situacton muy diverse, dirigiendo el espiri-
tu de reforms por la recta senda, y conteni6ndolo dentro a sus
debidos limits.
Siguibse d su gobierno el del general Roncali, y escusado casi
me parece el decir que Cuba sali6 bajo todos concepts perdiendo
en el cambio. Manda el adagio que de los muertos no se diga sind
85 -
lo bueno, pero a mi sentir la just pauta consist en decir sobre
vivos y muertos la verdad lisa y Ilana, y principalmente si me-
diaren allisimas consideraciones de public interns. Ahora bien:
cuantos estudiaron la vida political del difunto general, 6 cuantos
tuvieron algun medio mas director de juzgar al simple individuo,
estaran forzosamente acordes en reputarle por hombre de muy
diferente calibre mental que el general O'Donnell. Facultades de
representation teatral le asistian en grandiosa escala, pero fla-
queaba sobre puntos de mayor solidez; y asi lo que se ganaba
en el ramo de prosopopeya, habia que descontarlo en achaques
de madurez y tino. Que no supo manejar, pues, con pulso firms
las riendas del mando, cosa es que se cae de su propio peso; y
esa inferioridad intellectual del individuo ha influido much (por-
que influir debiera) sobre el desprestigio de la institution por el
representada. En verdad, al vasto y casi ilimitado poderio de que
un Capitan general en Cuba, estA 6 se cree hoy dia revestido, va
aneja una responsabilidad moral en id6ntico grado inmensa; y
que para ser con impunidad arrostrada, exige imperiosamente
una capacidad adecuada al empeio por sus colosales dimensions.
No me entretendr6 i examiner ahora si tales inteligencias andan
de sobra por el mundo, 6 si merced i su escasez el mecanismo
que las require para funcionar con 6xito queda ipso facto conde-
pado. Bistame solo consignar que cuando el paralelismo no exis-
te todo se falsea. El que aun estando quiza dotado de muy respe-
-table robustez, toma sobre si el papel de Atlas, queda para los
espectadores convertido en raquitico enano; y pues no acierta a
sostener el firmamento sobre sus hombros, perece abrumado bajo
el peso 'de su intempestiva grandeza.
Algo de muy parecido aconteci6 con el geral Roncali durante
la epoca de su mando, en que lleg6 a inicifse la impopularidad
del sistema a la vez que el desquiciamiento de sus ruedas. O por
falta de voluntad clara, 6 pot mero abandon, todos los aiiejoi
abuses subsistieron sin el menor conalo para refrenarlos; arrai-
gandose y estendi6ndose en virtud de su innato soplo vital, mien-
tras por la misma causa se hacian mas vejaminosos e intolerable
86 -
para cuantos no entraban i la parte del provecho. El pertinaz fa-
voritismo que en el ramo de negocios seguia dispensAndose A un
circulo en estremo reducido de personas, sembr6 g6rmenes do
hondo descontento entire otros que veian desde afuera el reparto
de la torta, y que quiza se abultaban lo grande de su tamafio y
sabroso de su gusto al paladar. Ora esto procediese de envidia,
ora de caridad, porque todo es possible, acabo de referir' uno de
los m6viles que mas han contribuido a la fermentacion de los es-
piritus dentro del partido espafiol. Y como si este disgusto inci-
piente en las filas de las classes mercantiles no bastara de si propio
A cohrar raudo vuelo, vino A facilitar su desarrollo otra torpeza
en que incurri6 la primera autoridad. Cediendo quizi al peligroso,
pero casi natural prurito de distinguirse de su antecesor, 6 tal vez
obedeciendo al temible poderio que sobre las personas con nuevos
cuarteles en su escudo ejercen las meras apariencias aristocrAticas,
ello es que el general Roncali no solo se desvi6 en sus relaciones
familiares del circulo espaiol, sino que dej6 .traslucir hacia 61
cierto desden. A lo menos asis se supuso, y la suposicion no des-
mentida produjo id6ntico resultado que la misma verdad del hecho.
Por fin, el general Roncali con escasa reflexion cometi6 una ex-
travagancia tan inaudita, que al referirla incurro visiblemente en
el riesgo de que los lectores peninsulares recelen que invento 6
que exajero mis noticias. Afortunadamente el caso es tan notorio,
que aun el mas superficial informed bastara A borrar cualquier
duda que abrigar pudiesen; y ojala el convencimiento de mi rigida
exactitud en este punto, les induzca A fijar la vista con mayor
cuidado sobre lo que en Cuba pasa.
Ya he dicho como en el genio de aquella autoridad se encerraba
cierta desusada aficion hacia las cosas de aparato teatral; por lo
que presumo que si el libro de las Mil y una noches estaba in-
cluso en el circulo de su lectura, hubo de quedar seducido por
las histories del califa Haroun al Raschid y la manera de regir sus
pueblos. Pero como la copia de los mejores models suele que-
darse A gran distancia del original, el conato de reducir A prActica
aquel famoso ejemplo flaque6 en no leve grado; viniendo a ser
87 -
su fruto algo de muy parecido al tribunal de un simple cadi
turco, 6 bien al del nuestro inmortal Sancho Panza en la insula
Barataria. El Capitan general de Cuba abri6, pues, tienda de jus-
ticia, franqueando su divan i las quejas del phblico; pero no a
titulo gratuito como los monarcas orientales, sino con su cuenta
y razon. Mediante el pago de.un peso fuerte (precio sino me equi-
voco de la papeleta de citacion) cada cual tuvo entrada al sagrado
recinto donde, hora tras hora y dia tras dia, dispensaba la cabeza
del gobierno los tesoros de su sabiduria judicial. No permit el
cielo que yo me propase hasta poner en duda la equidad y acierto
de tales sentencias, puesto que no las conozco una a una, ni por
su infinita muchedumbre fuera dable el conocerlas. El daio por
otra parte no habria sido nunca de grave monta; porque no obs-
tante el atractivo de la novedad, que multiplic6 las demands, y
no obstante lo que se inclinatoda jurisdiccion mal definida a ex-
tralimitar su esfera, la casi totalidad de los casos fueron de mini-
ma importancia, reyertas de vecinos, chismes de familiar, recla-
maciones tocante a esclavos, deudas de menor cuantia y otros
asuntos de id6ntico jaez. Por de pronto la condescendencia de
S. E. en tender i tales nimiedades, le proporcion6 una breve
rafaga de vulgar popularidad; pero segun creci6 el nlmero de
descontentos (una de las parties contrincantes cuando menos, y
ambas A dos A menudo) el abuso lleg6 a juzgarse bajo un punto
de vista mas exacto. Lo incongruente de ver i la primera autori-
dad de la Isla convertido en alcalde de monterilla 6 simple juez de
paz, contribuy6 a rebajar su prestigio hasta un grado inconcebible.
Me he detenido sobre episodio, al parecer, tan trivial, porque
pienso rastrear en 61 lecciones de muy encumbrada trakcendencia.
Olvidadas las formas y escudrifado el principio, hallo un sintoma
de ese espiritu invasor de toda otra atribucion legal por donde el
gobierno de Cuba se va tristemente selialando en el curso de los
Altimos aios. El primer ejemplo ya citado fue con demasia ri-
diculo, pero al fin y postre se consume a costa del buen 6rden
administrative y de lo sagrado de la potestad judicial; y no es de
desdefarse la ponzoiia que contiene y cuyas ulteriores manifesta-
88 -
clones serAn quizi mas peligrosas y de mayor escindalo, sin que
por ello haya variado 6 empeorado su esencia.' IH aqui por qu6
desearia que el pdblico peninsular se enterase con mas deteni-
miento de cuanto en Cuba ocurre, para evitar ciertos estravios
que en nada robustecen la causa national, sino que operan al con-
trario en mengua de su solidez y decoro.
Pero interin tales elements de descontento se acumulaban bajo
cuerda y seguian fermentando en el period de su incubacion,
ocurri6 el incident politico bajo cuyo influjo la situation moral
del pais se ha trasformado tan completamente. Al descubrimiento
de la conspiracion tramada por Narciso Lopez sigui6se la manifes-
tacion del filibusterismo, engepdrado 6 fomentado por la infeliz
guerra de M6jico entire losg6nios mas turbulentos de la vecina re-
pdblica. A la aparicion de este nuevo peligro, s6rio en si y to-
davia mas temible por lo desconocido de sus fuerzas al primer
moment, acompain6 aquel desasosiego que (segun antes he dicho)
arranc6 al partido espaiiol de su antiguo letargo. Apenas formu-
lado aun ese nuevo instinto, los amagos de la Isla Redonda le
hicieron rdpidamente cundir, hasta que la invasion de CArdenas
en Mayo de 4 850 precipit6 la crisis. Que la conduct del Capitan
General en aquel lance no estuvo 6 la altura de las circunstancias,
punto es universalmente concedido y que no se hace necesario
probar. Las muestras de atolondramiento que amonton6 en los
instantes critics fueron innumerables; y sin embargo el aparato
de defense supero6 i las necesidades reales del caso. La creacion
de la milicia, institution condicionalmente buena y de cuya natu-
raleza me har6 mas adelante cargo, fu6 desde luego media inne-
cesaria por entonces, y que propendia A difundir la alarma dentro
y fuera del pais. La tormenta, pues, que estaba suspendida sobre
su cabeza desde largo tiempo atrAs estall6 con inaudita violencia,
sin que nada lograse aplacarla. Bajo un Capitan General mas
querido 6 mas respetado, lo ficil de la victoria obtenida sobre los
invasores y el apresamiento de sus buques hubieran apaciguado
los animos; pero la predisposicion era demasiado adversa para
prestar oido d semejantes consideraciones, y las tropas de Car-
89 -
denas con el senior Comandante general del Apostadero repartii-
ronse entire si toda la gloria y popularidad, sin que cupiese ni
pizca a la autoridad superior. Por un impulse casi irreflexivo, las
cartas que de Cuba salieron para la peninsula estaban unisonas en
la vehemencia de su censura. Ante dicha explosion el gobierno,
obrando con energia adecuada i las circunstancias, no solo dispuso
el envio de grandes refuerzos, sino que acord6 sin titubear la re-
mocion de su primer representante. El general Roncali ha sido el
primer Capitan general de Cuba que pereci6 bajo los tiros de la
opinion public de la Isla; pero no ha side ni con much el alnico,
asi como tampoco seri el ultimo de su dinastia.
Pero entretanto se consumaba el relevo, la position del despres-
tigiado general era tan falsa y desagradable cuanto cabe concebir.
Todo se enderezaba en su contra; y cuando trat6 de arengar A la
oficialidad de los batallones de 'voluntarios, la oficialidad sali6
de Palacio ri6ndose de la perorata, cosa sencilla A lo sumo de
comprender si recordamos los posteriores y malhadados esfuerzos
de S. E. en el ramo de elocuencia parlamentaria. Mas aun: cuando
obedeciendo 6i rdenes positivas de la c6rte, procedi6 el general
Roncali i la disolucion de los citados batallones, todo el odio do
la media recayb sobre 61 esclusivamente; si bien precise es
confesar que la torpeza en ejecutar lo mandado escedib del limited
racional, y casi justifica la severidad de la opinion en su contra.
Asi pues se iba arraigando por mil y mil vias la costumbre de
juzgar i la autoridad y de cebarse en sus actos, a punto que la
prActica adquiri6 la fuerza de un hAbito inveterado; preparandose
con ello una brillante entrada en el mando para su sucesor, pero
a costa de consecuencias i la larga menos halagiieias. La era de
la critical quedaba ya iniciada, y ha de seguir su curso sin quo
nada baste a contenerla, porque
Facilis descensus Averni:
Sed revocare gradus, sublimes tolere ad auras,
Hoc opus, hic labor est.
Puede que tal situation no complazca 6 muchos; pero puesto
que existe, forzoso sera el acomodarse A sus condiciones. Dado
9t -
puesto que estudib en la carrera de artilleria, y tambien le con-
ceder6 sin empacho que sea un excelente tictico en el arma de
caballeria, cuando public sobre la material un libro que parece
merecer bastante aceptacion entire los inteligentes. Pero en los de-
mas grandes ramos del saber, y sobre todo en las cuestiones eco-
nomicas, sosp6chome que S. E. es de una superficialidad verda-
deramente lastimosa; por mas que se cuente entire los adeptos do
esa pseudo-ciencia, hoy dia en boga, llamada administration,
y que se reduce al empeio de organizer la sociedad i manera do
un ej6rcito, ignorando en un todo lo complejo de sus problems
y la irresistible elasticidad de sus encontradas aspiraciones. En la
cabeza del general Concha bullen en deplorable confusion mil y
mil nociones crudas, que las faenas de una vida active (partida
entire el campamento y los manejos de la political militant) no le
permitieron digerir, si ya no fu6 que el temple de su ing6nio era
poco apto para semejante oficio. No hay, por lo tanto, coordinacion
ni asimilacion, no hay m6todo ni enlace quepermita utilizar tales
elements, separando lo bueno de lo malo, lo aplicable de lo in-
itil, para sacar de aquello el legitimo partido. Ademas, esa falta
de fijeza en las ideas se inclina A crear un nuevo y colosal peli-
gro. Creo ser observacion de los m6dicos cientificos que, mientras
reina con violencia cualquier virus epid6mico, todas las enferme-
dades comunes al alcance de su foco propenden A revestirse de sus
sintomas, y aun A dejenerar de especie cediendo al influjo del
contagio. En el mundo de la inteligencia esa teoria es, si cabe,
aun mas positive. Quien carece de creencias bien definidas y ar-
monizadas entire si por un deliberado raciocinio, suele dejarse
arrastrar, sin percibirlo 61 mismo, por el torrente de las doctri-
nas dominantes. Mucho me temo, pues, que el general Concha,
nutrido A la carrera en las ideas francesas de nuestra 6poca, A
medio acomodar en castellano, abrigue en su espiritu los g6rme-
nes de un socialism latente y de la clase mas perniciosa. A lo
menos, la nocion de legalidad civil no parece ocupar puesto en su
animo; 6 vejeta, A lo sumo, raquitica y en recinto muy estre-
cho, hajn la sombra nociva con que de una banda la cubren los
93 -
hUbitos del mando military, y do la otra banda los principios do
administration.
Nueva peculiaridad en igual grado ostensible de S. E., y quo
tampoco discrepa de mi definition primitive, se cifra en lo impe-
tuoso de sus sensaciones y de los actos que de ello se original.
Cualquier novedad, grande 6 chica, excelente, median 6 p6si-
ma, se apodera de su espiritu con igual entusiasmo y promueve
arranques, apenas meditados, para poner por obra el capricho
del instant. De aqui una necesidad de movimiento perpetuo que
borra toda idea de just relacion entire el tamaio, la importancia
y la oportunidad de las cosas; y entire cuyo bulle bulle se aco-
meten sin cesar mil y mil empresas, destinadas a fracasar por de
contado en su inmensa mayoria. A la verdad, si prestasemos fe
a la doctrine india de la metempsicosis, estariamos inclinados a
suponer que el alma del general Concha habit anteriormente en
el cuerpo de una ardilla y que conserve reminiscencias de su
pristine estado; 6 bien, que destinada a pasar alli en castigo de
sus culpas actuales, deja ya traslucir muchas de sus inclinacio-
nes futuras. Mas sin insistir en ese simil algo fafitistico, afirma-
r6 que, si de tales conatos se vislumbra un loable deseo de pro-
greso, su naturaleza pugna con la posesion de aquel aplomo y de
aquella sangre fria que son las condiciones fundamentals de
mando, y las virtudes cardinals del verdadero hombre de Estado.
Ademis (y con esto ilego a la part mas sensible de mi juicio),
esa vehemencia en ceder i la impression del moment, abultindo-
se su legitima entidad, se combine con la escasez de fijeza en los
principios-para engendrar de consuno la mas deplorable instabili-
dad de prop6sitoe. Eu el curso de mi trabajo he de verme impeli-
do i consignar con dolor algunos ejemplos visible de tamaia
flaqueza.
SEn punto i dotes subalternas he de mencionar aqui cierta ca-
pacidad innata para la diplomacia, que no quiero escudriiiar ni-
miamente hasta que grado quepa confundirse con la astucia, 6
avenirse con las exigencias de una sinceridad cabal. De cualquier
modo, no puede disputarse que constitute un iustrumento de go-
bierno, si ya no de los de mas eievada gerarquia, en el 6rden
moral. El general Concha posee cierta afabilidad un tanto several
v cierta expontaneidad ostensible en la conversation (la que, di-
cho sea de paso, monopoliza por regla general) por done sedu-
ce y se capta en gran manera las voluntades. De mi se decir quo
no soy hombre muy blando de corazon, ni apto para dejarme
deslumbrar por grandezas con que estuve desde niiio un tanto fa-
miliarizado, ni ficil para variar en mis opinion 's que no concibo
a la lijera; y sin embargo, confieso que tras de desempenar el
pap6l de oyente en alguna que otra conferencia, A que no entr6
con el inimo muy bien preparado, sail no convencido pero si
un much suavizado en mis ideas de censura y aun en mis pro-
yectos de oposicion indirecta. Esa action, no del todo desvirtua-
da en el caso menos propicio, hubo de operar con lato poderlo
bajo circunstancias mas favorables; y creo que contribuy6 eficaz-
mente A la inmensa y positive popularidad de que algun tiempo
el general Concha ha disfrutado. El inico mal que en ello des-
cubro se cine A la posibilidad de abrigar esperanzas exageradas
respect a la trascendencia de esa -facultad de atraccion personal.
Es tan efimera de suyo que A veces qued6 ya desvanecida mien-
tras se bajan las escaleras de Palacio; y a lo sumo sus efectos
no resisten a la experiencia, cuando los actos no correspondent i
las promesas empleadas 6 entendidas, siendo luego muy de te-
mer la reaction en opuesto sentido. Sin embargo, las ventajas in-
dudables que por ello ha conseguido el general Concha pueden
servir de aviso 4 sus sucesores. La suavidad de modales, la lla-
neza del trato y cierta templanza normal que reserve la energia
para casos escepcionales, son prendas muy tiles por done quie-
ra, pero que en toda la America espafiola, sin esceptuar a Cuba,
se convierten en absolute necesidad para gobernar con tino y 6xi-
to. Nuestra sociedad democrAtico-mercantil no solo mira con
desvio una conduct opuesta, sine que se venga i su sabor abru-
mAndola de ridicule.
Quizi A esta misma afabilidad se deba el que todos hayamos
por cierto tiempo concedido al general Concha el dote de una
95-
bondad absolute y perp6tua de corazon; punto que ya hoy dia
so mira mas abierto a debate. No ser6, con todo, tan severe que le
niegue por redondo esta calidad; limitandome d decir que mer-
ced A lo impressionable de su g6nio suele, si se le hiere en la va-
nidad, ceder a ciertas impaciencias propias de un nino mimado
cuando se le contrarla, y desahogar su resentimiento con aquel
ardor peeril que ni mide el aspect moral de sus actos, ni se
cuida en demasia de la dignidad. Cierta an6cdota de cierto fusil
arrancado A cierto voluntario, ex-comandante de batallon y ex-
amigo de S. E., podria dar much que reir si yo la relatase aqui
con todos sus pelos y sefales. Mas aun cuando tales pequeiie-
ces faciliten tal vez eljuzgar el cardcter de un hombre, no quie-
ro cebarme ahora en ellas. Pase, pues, la bondad confo prenda
positive; advirtiendo solo que, si por una parte no es de gigante
estatura, por otra ofrece bastantes rasgos de semejanza con su
cercana parienta la debilidad.
Lo que si no puede disputarsele al general Concha es una sed
ardiente de fama y gloria. Se conoce que hasta las manifestacio-
nes mas subalternas le satisfacen y Ilenan, cuando van endereza-
das a demostrar la realizacion de su anhelo; y que su oido se re-
gala y nutre con los vivas y aclamaciones en no menor grado
que con las muestras de una popularidad mas s6lida y razonada.
A este generoso movil, estimulo de toda gran empresa cuando se
v6 bien dirigido, no puedo negar mi ilimitada si ya humilde apro-
bacion. He visto y he oido en el curso de mi vida no pocos hom-
bres pfblicos que hacian alarde de menospreciar el aura popular,
pero no s6 c6mo, 6 por que, nunca pude impedirme de recor-
dar la zorra y las uvas verdes de la fibula. La opinion es en este
siglo la reina del mundo, y contra su fallo no es dable vivir. No
digo que se sacrifique i sus rAfagas la idea del deber, 6 que en
un todo se sujete A sus caprichos la elevada profundidad de mi-
ras, ni menos pretend que se confundan como de precio igual
los quilates de todas sus manifestaciones; pero si insist en que
contra la corriente de la verdadera opinion nada hay hoy dia que
resista. iOjala se hubiera comprendido en Cuba durante estos 6lti-
96 -
mos tiempos la terrible elocuencia de su silencio, por quien vi-
siblemente se aturde y desespera al observarlol i'Ojald, y antes
de que sea tarde, se league para lo venidero a medir todo su sig-
nificado
Por Altimo el general Concha puede jactarse de una integridad
superior 6 todas las tentaciones presentadas directamente bajo la
forma de dinero. Menos pr6digo 6 generoso en su segunda admi-
nistracion que no lo fu6 en la primera, no ha flaqueado por ello
en el ejercicio de una virtud que me felicito de reconocer en el.
Cuando el curso de la opinion popular se ha desencadenado casi
uninime en su contra, me he esforzado en-combatir sospechas
faltas de toda verdad; y a las que casi prestaban oidos sujetos
muy respetables, por no acertar 6 distinguir debidamente entire
la falta de perspicacia para elegir los lados y las flaquezas del
propio individuo. El general Concha ha sido y es integro 6 toda
prueba; y asi lo proclamo en alta voz, sin la menor reticencia,
porque tal es mi intimo convencimiento. Acaso el anterior retra-
to de su individualidad moral no se repute cual trazado por mano
de amigo; dado que i su vez yo rechace con indignacion toda
culpa de enemistad premeditada. La verdad y la imparcialidad
me sirvieron de pauta en cuanto pude distinguirlas; y obs6rvese
en prueba de ello cuAl he reservado para el postrer lugar el ras-
go mas honorifico.
Para resumir ahora en pocas lines cuanto arriba vengo de
decir, manifestar6 que el general don Jos6 de la Concha no es a
mi sentir ni hombre de inteligencia superior, ni menos un hombre
del todo adocenado. Reconozco por el contrario en 61 todas las
cualidades de un cadete de muy bellas esperanzas. Si con mala
direction puede fracasar, es capaz de muchas y muy buenas cosas
cuando se le ilumine con sanos consejos.
- 97: -
-," .: ,^ -' VIII.
I C e esteivmii lo de faciltades, contradictorias acaso en cuanti
;oncitrftalixKiteial, pert calculadas en conjunto para deslum-
brar.e :lap1rimteros moments,, se present el general Concha en.
Cuba (~tso bormbre que s deL huena estrella), bajo la combina-
cionparia ~ mas feliz de citeunstancias que se pudiera, apetecer.
Venia:en relev.o de un Capitan general gastado, y condenado por
la opijiion ,:yesta se veia: por o tanto inclinada a acogerle desde
luego con beneyolencia. Adeas, la llegada del nuevo jefe i la
cabeza:delos 'refuer os qteicon tan loable energia nos envio el
gobierno superivr:,,rodeaba la entrada de aquel en el mando con
una destsada aureola. El partido esphiol, siempre el mas active
vybulliWioso, seimanifestaba ileno de jibilo., estudiando hasta el
menor: gtos ddelmahdatario parabuscar un pretesto. su apro-
bacion. !Si en'ela to:solemne del juramento hubo pues, come se
dijo, -a sable :mpuiado con terrificas palabras, ese rasgo, do
gusto mas qtue medianamente dudoso, se .recibi6 por la mayoria
peninsular con estrepitosos aplausos. Una especie de protest que
alguni-siarfidarios (y no los mas escogidos) del general Roncali
inentarod,; en la ovacion de despedida que prepararan para su
favorite, fracas6 par complete; cayendo en el mas soberaho ri-
dicaio, y dande pjor to tanto un resultado contraproducente a la
mia :de sus ai*tares. Desde aquel inomento mismo la popularidad
del general Concha qued6 ya establecida.
-Mas a esta Ilamarada fugaz y falta quizi derazon, se aiadi6 sin
demora pabulo de mas s6lida clase con que alimentar la hoguera.
Mientras por la suavidad de modales antes mencionada, y aun tal
vez por el secret atractivo de una misteriosa analogia intellectual,
se iba: el nuevo gobernante atrayendo i los hijos del pais y pres-
tando en ello un relevant servicio a la causa national, otras
prendas de su earicter contribuyeron a impulsar el movimiento.
7
Ficil es de concebir por mi precedent bosquejo que la actividad
mental del general Concha no tardaria en dar de si pruebas. La
primera autoridad del pais solt6ila palabra de reforms, y.em-
pez6 dirigiendo sus actos hasta done possible era de conformidad
con sus frases. Ahora bien, la predisposicion universal de los
inimos se hallaba tan intima y maravillosamente acorde 'con el
espiritu de tal program, que ana general esploeionde enttastmo
fu6 la necesaria consecuencia de oirle pregonado. Lo vago de 'us
formulas acrecent6 el arrebato, porque cada coal acarici6 la
idea, acomodindola en cuanto i latitud y direction, a sus pecu-'
liares miras. Y esta sancion casi uninime del pais, porque solw
son de esceptuarse algun circulo de ultra-conservadores timidos
en demasia, 6 algun grupo de intereses privilegiados, ratificb
solemnemente el fall condenatorio de lo existence per lo gastado
de sus forms. En cuanto A lo demas, si respect A lo que fuera
de sustituirsele era infalible la disidencia, la brevedad del plazo
y lo peculiar de las circunstancias no dieron tiempo para que esta
se desarrollase. Los pocos actos positios de la autoridad fueron
de caricter satisfactorio, aun cuando versaron sobre pequeneces,
porque todos propendian a rodear el poder de corporaciones semi-
populares en su esencia, aun cuando de nombramiento superior;
sistema que jams se ha ensayado en Cuba sin arrancar testimonios
de aprobacion y que hasta done se le prob6 ha surtido brillanti-
simos efectos. En cuanto i negocios mas graves, y que las facul-
tades del Capitan General no alcanzan i resolver, se hablaba de
grandes proyectos sometidos i la resolution soberana. Thngome
yo para mi, segun la experiencia posterior nos ensena, que si los
tales proyectos hubieran sido bien conocidos, habrian obtenido
tambien una aprobacion infinitamente mas moderada; pero eptre-
tanto no lo eran, su misiaja oscuridad fomentaba el prestigio. Todo
el period del primer mando del general Concha fu6 una 6poca
de esperanzas y de ilusiones sin limits, realzadas y sostenidas
estas y aquellas por los propios obstAculos que parecian oponerse i
su logro.
En este intervalo estall6 la crisis political que de large tiempo
99 -
atris venia prepar6ndose, y a mitigar cuya violencia creo que no
en poco hubo ya de contribuir la favorable disposition de. los
animos. No supongo que me haya seguido hasta aqui persona al-
guna tan ignorante-de los sucesos de Cuba, 6 tan descuidada en
recordarlos, que no est al cabo de aquella 6poca de su historic.
Sin necesidad poes, de remover cenizas medio calientes, ni de
entrar en doloros opormenores (que perdieron tambien mucho de
su interns) me'basta aludir A la facilidad con que la crisis foe su-
perada. Las dos tentativas de insurreccion interior, iniciadas en
las cercanias de Puerto Principe y Cienfuegos, se lograron sofocar
por complete, con rapidez y leve efusion de sangre. Lo mismo
aconteci6, tras algun leve contratiempo, con la invasion1filibus-
tera de Lopez, que concluy6 por el esterminio 6 la rendicion del
caudillo y de todos sus secuaces. La sacudida, si bien algo brusca;
solo puede compararse a una granizada de verano que apenas
llega i turbar la serenidad de la atm6sfera. En tan feliz desenlace
es de concederse su accion a la buena suerte porque el General
Concha seha visto hasta aqui acompafiado, y cuya. misma coas-
tancia, poco vista, hace mas de temer quiza el futaro abandono;
pero tambien la conduct del mandatario merece su part d elo-
gios. Por lo tocante al ramo de operaciones militares, he, oido a
jueces bien entendidos en la material (y sobradamente hostiles al
hombre) encomiar sus preparativos y su disfribucion de las trpas&
para rechazar la invasion; y aun no mostrarse severos respect a
las operations posteriores, on tanto desquieiadas por la imprn-
dencia que el valiente general Enna pagb i; costa de su vida.
Ademis, en la part political se observa una muestra habilmente
combinada de rigor y de clemencia, que realz6 la gloria del
triunfo y permiti6 sacar luego de 61 todo el possible provecho. Sin
embargo, en este mismo period se encierra uno de los pripberos y
mas lamentables ejemplos de la instabilidad de prop6sito que por
desgracia seiiala al general Concha.
La action de las Pozas, dada por la primer column de tropas
enviada a la persecucion de Lopez, no fu6 ni por asomo undes-
calabro en el sentido military, segun se ha querido suponer,: pero
4i0. -
su:efecto moral .fue bien desgraciado. Una coofianza :,escesiva-
engendiada p0r abjiltadas relaciores: de loocurrido en Cirdenas en,
el afio anterior, produjo los malos resaltado. que.siepr.eseob-
tienen de cedet a ilusiones nial fundadas. El 'valor de :las tropas
estaba hien ealculado, pdro habia un absurd desprocio respect
al arrojo personal de los filibusteros; gente desesperada,: avezada
al manejo de laarnmas, y que pr ambos nmotivosdebian pelear,
como pelearon, con el corajo e dla desesperaciotn. Cuando losipi-
ralas, pues, habian cometido el grave errorde diseminar.sus es-
casas fuerzas, el jefe de nuestra columna:tuvomerti st mimahacer
el castigo quizdi mas lento, pero de seguro mas ficil y:menos cos-
toso. La:falta consisti6 on subdividir tambien las tropas; y ,en
estrellarlas sin artilleria, mal comidas por la priesa y cansados
por el viaje dem ar y por una march i la carrera, contra.los pi-
ratas parapetados-en edificios., desde done podian emplear a su
saborila fijezade punleria que les distingue, sin sufrir los inconve-
nienteside:su eseasa discipline. Nada hay,.-pues, -de extrafio' en
qu .losifrutos conseguidos de tan mal dirigido ataque fuesen in-
completos:: Elencuentro cerca de la playa trminnoi de hecho en
eLaniquilamiento de aquella partida; y la action de las Pozas no.
les permiti6,siquiera sostenersa terreno. Con todo, innegablees
que el efecto moralno correspoiidi6 a .nuestrai legitimas espe-
ranzas. ,*
En tales circunstancias, la buena estrella del Capitan, General.
hizo que i:contra sus; rdenes, se trajesen i la Habana los, cin-
cuenta y dos filibusters 'apresados en un Cayo de la costa, yi quk
formaban el residue de aquella porcion de su gavilla. El suplicia
de estos pirates i las faldas del castillo de Mares, fue.un.rasgo de
terrible pero oportunay d la larga clemente severidad. En aque-
Ilos mementos y con aquel aparato fu6 un guante varonilmente
arrojado a las hordas congregadas en Nueva Orleans, y que les
produjo saludable encogimiento de espiritu. El fusilamiento, in-
negable ya, de miuchos de sus compafie'os, los mas notables qui-
za, no solo les manifesto toda la latitud de su empeoo, sine que
confundi6 los rumors inventados a consecuencia de la action de
401 -
las Pezas. La niuertede Crittenden y de, los demas espedicina-
rios, despues de hechos prisioneros, atestiguaba:que la invasion
no iba .pujane; y porello contrvo la salida dei uevos refuerzos
que habrian prolongado la lucha con gran derramamiento de san-
gre y desmesurados perjuicios de todo gnerom. Per etra part,
tameiio rigor en la occasion oportuna (y las camlpaias.ftancesas
de Argely las recientes campaias inglesas de la India:nbs dicen
que no'era excesivo) permiti6 desplegar today la, possible :y, hbil
blandurahiecia los rebs domfsticos, .y mbstrarse tambiem miseri-
cordiosos iAcia-los miserable restos de los renditos pirates. La
ingralitud de estds Altimos, que nunca debi6 sorprendrnos, ,en
nada aten6a la sabiduriade su despreciativo person :bajbacircuns-
taolcias:dadas. ; :
iY sip embargo, cual anles he dicho, tese rasgo do enterezaviue
tanto reaz6.drntro- y ftiera defEspaia el prestigio dlel general
Concha,, par lb queen si:era y por.sus consdcuencias-;)estavo i
pique de frustrate merced a su incalificable instahilidad:de re-
soluciones. Despues de: no poco vacilar thabia triunfadb la buena
political se'habia mandado la ejecucion de todoslos ptrisiberos,
cuando casi en iel iltimo moment v durante la ausenoia.de,.na
autoridad subalterna (hombre de nota no inenospor sufranqueza
que per su energia, y hombre de los que todo mandatario' debiera
apetecer contar en abundancia A su lado) se ;counie&conata-6r-
den; disponiendo que solo fuesen diezmados Una.casualidad,;ver-
daderamente providencial, hizo volver t Palacio- al- mencionado
sugeto,: quien al saber la modern providenciainmanifest&; :s opi-
nion-en tirminos hien explicitos. Conmovido denuevaelGeneral
(y .no: quibro calificar tantas y tales fluctuaci6nes) escucuh les in-
convenientes que en el estado de exasperation de los;niamas en-
tre la tropa y la poblacion podria acarrear su poco premeditade
clemencia, y a consecuencia reiter6 la 6rden para el fusilamien-
to de todos, con tal de que no se les hubiere co municado atn la
gracia. Tomo un bote la autoridad ya citada y Ai duras penas,
agotando su's esfuerzos, consigui6 Ilegar a bordo del btque en el
instant mismo de ir a leerse la sentencia. ;i;inco minutes de re-
402 -
traso en su visit a Palacio, 6 en la travesia de la babia, y el
,golpe de rigor quetantos beneficios"produjo al pais y tanto pres-
tigio A la autoridad superior se hubiera hecho 6 medias,- malo-
grando la grande impression moral! -
La autenticidad plena y absolute de esta an6cdota no adiite r6-
plica. En ht Habana todos lo sabemos, dentro a ciertos circulos
bien informados ;'y desafio a-que se me de una negative, franca
y rotunda, por quien en algo estime-su reputation de veracidad!
ioLo que de aqul se deduce, j6zguelo cada lector a su manera
SMas comno el conocimiento de tales episodios se hallabax inevi-
tablemente circunscrito, lo brillante del desenlace redund6 sin
mermna alguna en beneficio de la autoridad colocada al frente de
la situation. La obra de conciliacion no qued6 interrumpida,
gracias la sAbia templanza con que el castigo de las culpas do-
misticas so redujo al mas estrecho limited" possible; .mientras lo
duro y enArgico del escarmiento sufrido por los invasores logr6
satisfacery aplacar las exigencias contrarias. El period de entu-
siasmo, de esperanzas y de popularidad se prolong, ganando en
intensidad durante los meses que mediaron desde la derrota de
Lopez hasta la remocion del Capitan General. Los intereses con
que este se vi6 colocado en pugna habian trasladado a Madrid su
esfera de action, y valiendose alli de la sorpresa, y- hasta dire
del desagrado, con que se oian los nuevos proyectos de innova-
cion, creaban grandes obstaculos A la accion del gobierno local,
cuyos planes se veian cuando menos aplazados. En cambio, la
opinion pAblica de Cuba agradecia al General esta especie de lu-
cha sorda, y le dispensaba con mayor prodigalidad sus favors,
en recompensa de los meritos supuestos. Cuando todos hacian
eco al gritb de reforms sucedi6 que, interin subsistib la incerti-
dumbre sobre la naturaleza de estas, cada cual se las pintaba a
su antojo. No es de extraiar, repito, que el gobierno superior
de la monarquia, poco versado en los pormenores del estado mo-
ral de Cuba, se sintiera desapaciblemente sorprendido al ver
plintearse tan grave problema; pero lo que si no alcanzo A com-
prender es la indecisa conduct por algun tiempo observada. 0
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