Citation
Sombras eternas

Material Information

Title:
Sombras eternas
Creator:
Cabrera, Raimundo, 1852-1923
Place of Publication:
Habana
Publisher:
Imprenta "El Siglo XX"
Publication Date:
Language:
Spanish
Physical Description:
310 p., 1 l. : ; 21 cm.

Subjects

Genre:
fiction ( marcgt )
Spatial Coverage:
Cuba

Notes

Thesis:
University of Florida; Ph. D.

Record Information

Source Institution:
University of Florida
Holding Location:
University of Florida
Rights Management:
All applicable rights reserved by the source institution and holding location.
Resource Identifier:
13687178 ( OCLC )
19008521 ( LCCN )

Downloads

This item has the following downloads:

67424.pdf

00265.txt

00199.txt

00206.txt

00026.txt

00047.txt

00080.txt

00288.txt

00105.txt

00060.txt

00054.txt

00092.txt

00282.txt

00233.txt

00280.txt

00051.txt

00269.txt

00177.txt

00231.txt

00263.txt

00252.txt

00055.txt

00061.txt

00153.txt

00162.txt

00137.txt

00205.txt

00253.txt

00183.txt

00067.txt

00181.txt

00237.txt

00037.txt

00290.txt

00262.txt

00033.txt

00215.txt

00100.txt

00224.txt

00291.txt

00145.txt

00308.txt

00108.txt

00174.txt

00062.txt

00112.txt

00146.txt

00243.txt

00076.txt

00057.txt

00293.txt

00148.txt

00182.txt

00158.txt

00087.txt

00186.txt

00073.txt

00075.txt

00267.txt

00279.txt

00194.txt

00007.txt

00127.txt

00235.txt

00027.txt

00063.txt

00315.txt

00270.txt

00114.txt

00221.txt

00091.txt

00071.txt

00120.txt

00059.txt

00223.txt

00136.txt

00259.txt

00284.txt

00150.txt

00303.txt

00042.txt

00012.txt

00201.txt

00156.txt

00125.txt

00023.txt

00039.txt

00218.txt

00122.txt

00258.txt

00163.txt

00255.txt

00256.txt

00133.txt

00072.txt

00081.txt

00274.txt

00038.txt

00268.txt

00309.txt

00213.txt

00250.txt

00179.txt

00193.txt

00151.txt

00101.txt

00011.txt

00238.txt

00277.txt

67424_pdf.txt

00190.txt

00285.txt

00160.txt

00034.txt

00083.txt

00311.txt

00157.txt

00143.txt

00024.txt

00110.txt

00093.txt

00117.txt

00247.txt

00234.txt

00310.txt

00184.txt

00022.txt

00204.txt

00119.txt

00168.txt

00111.txt

00154.txt

00248.txt

00207.txt

00019.txt

00289.txt

00203.txt

00251.txt

00126.txt

00135.txt

00283.txt

00172.txt

00191.txt

00246.txt

00169.txt

00299.txt

00070.txt

00032.txt

00138.txt

00068.txt

00241.txt

00294.txt

00107.txt

00217.txt

00128.txt

00140.txt

00212.txt

00064.txt

00008.txt

00035.txt

00095.txt

00200.txt

00271.txt

00090.txt

00196.txt

00016.txt

00222.txt

00116.txt

00118.txt

00005.txt

00103.txt

00304.txt

00208.txt

00301.txt

00197.txt

00017.txt

00139.txt

00178.txt

00097.txt

00050.txt

00121.txt

00085.txt

00195.txt

00018.txt

00227.txt

00307.txt

00098.txt

00209.txt

00113.txt

00052.txt

00144.txt

00084.txt

00069.txt

00245.txt

00239.txt

00088.txt

00187.txt

00240.txt

00292.txt

00286.txt

00287.txt

00029.txt

00257.txt

00175.txt

00226.txt

00074.txt

00254.txt

00249.txt

00132.txt

00077.txt

00300.txt

00219.txt

00041.txt

00236.txt

00053.txt

00164.txt

00198.txt

00229.txt

00104.txt

00185.txt

00115.txt

00078.txt

00149.txt

00141.txt

00131.txt

00021.txt

00028.txt

00216.txt

00275.txt

00031.txt

00009.txt

00230.txt

00276.txt

00295.txt

00281.txt

00298.txt

00278.txt

00266.txt

00147.txt

00297.txt

00044.txt

00013.txt

00001.txt

00109.txt

00225.txt

00099.txt

00102.txt

00180.txt

00040.txt

00129.txt

00313.txt

00094.txt

00159.txt

00302.txt

00014.txt

00086.txt

00242.txt

00232.txt

00305.txt

00130.txt

00049.txt

00079.txt

00048.txt

00165.txt

00306.txt

00211.txt

00123.txt

00065.txt

00261.txt

00106.txt

00214.txt

00015.txt

00314.txt

00056.txt

00192.txt

00045.txt

00161.txt

00171.txt

00176.txt

00173.txt

00244.txt

00089.txt

00082.txt

00155.txt

00273.txt

00036.txt

00124.txt

00260.txt

00043.txt

00025.txt

00003.txt


Full Text





















SOMBRAS ETERNAS







IKAIMUNDO CABRERA


SOMBRAS ETERNAS


CABANA
IXPEEBNTA "EL STGLO IXX
TrNIENThs REv 27
1919














Usted cree sin duda, que yo ivo en Junio de
1918; no, senior; vivo uchMsimos afios atrds;
y haga yo lo que hiciere no puedo ponerme a to-
no con los que viven aqui ahora. Mi modo de
sentir y pensar les pareceria un anacronismo y
es au anacronismo. Todo aquello por que me es-
fored y luche, se ha venido abajo. Lo mismo en
el orden de las ideas que en el de los principios
y las instituciones. Nosotros, los revolucionarios,
reinmos haber vencido el espiritu con que.Espa-
ia nos gobernaba. Error profundo. Somos nos-
otros los vencidos, y ese espiritu el vencedor. Nos-
otros quisimos dar a Cuba un gobierno poco cos-
toso, fundado en el respeto a las leyes constitu-
cionales, inspirado ei la voluntad del pueblo. To-
do eso ino parece mera fantasia? Somos ricos,
se dice, y hemos de gastar como ricos. Las leyes
estdn bien para escritas, pero hay que modifwar-
las en la prdctica. El pueblo es menor de edad
perpetuamente, y hay que hacerlo felis aun con-
tra su voluntad. Se le debe tasar lo que come y
lo que vende y lo que lee y lo que describe; y se
le debe hacer hdroe, si no se presta al heroismo,
y maiiana asegurarle la vida eterna.
Estos, s8pase o no, eran los mandamientos del
buen gobernante en tiempos de Espala, y estos,
acomodados a las circunstancias, son los de hoy.
Todo ello responded a un sistema que no discuto,
pero que no es el mwo.
No olvide ousted que ya estoy viejo, y que a
mi edad no se cambia, quisds por falta de duw-
tilidad cerebral, pero no se cambia. Por eso amo
la pas, en medio de la guerra nds colossal que ha
ufrido el mundo, y amo la libertad, cuando ya
de ella no queda ni el nombre.
Es todo lo que puede decirle,


ENmIQua Jost VARONA.


1o Julio de 1918.
















DEDICATORIA-PROLOGO


Sr. Manuel Mdrquez Sterling.

Querido amigo:
Por las carifosas insinuaciones de nuestro insig-
se escritor, Jose de Armas, acometi la area de es-
cribir una novela cubana. Iniciada en SOMBmAS QUE
PASAN, la solicit y present con calor y benevolen-
cia en Heraldo de Cuba el Dr. Orestes Ferrara, pu-
blicdndola en sus folletines diaries (1916).
Cediendo a los generosos estimulos del mismo Jus-
to de Lara (Armas) continue la labor en IDEALES, co-
menzada en la Habana y terminada en su mayor par-
te en Nueva York durante dias aciagos (1917).
Fue usted entonces quien con solicited afectuosa,
al visitarme en mi destierro, honrdndome en extre-
mo reclam6 esa segunda parte para el folletin de
su diario La Naci6n, ese periddico en que con su ci-
vismo y talents extraordinarios, sostiene y reprodu-
ce usted los blasones patri6ticos de nuestros excelsos
periodistas de otros tiempos: Saco, Poeos Dulces y
Delmonte.
Seguramente debo a Jose de Armas y a usted el
szito que los dos tomos han alcazado en la opinion







CARTA-PRDLOGO


y en los anaq(teics de los 7;brcros. donde se han ago-
tail. en corto ticr)po las ediciones.
A Justo de Lara dcdiquii con gratitude la segunda
parte. A usted. que me ha prestado en el retire, en
que vivo constantes y necesarios alientos, en tertu-
lias y confidencias repetidas, a usted dedico la presen-
te. _o_'i;.,sK ETERNAS (bautizada con este nombre
por Josi de Armas en una de sus carts, que ousted
public, aun antes de estar escrita y s6lo con cono-
cimiento de mi plnin). constitute la iiltima en la tri-
logia novelesca que me propuse escribir sobre el es-
tado, desenvolvimiento y car6cter de nuestro pueblo
en los tiltiios cincuenta afos.
Cada roluminit citado ofrece una leyenda distinta,
independiente; pero las tres estdn enlazadas por la
continuidad de los sucesos y de la vida social y po-
lit i'e- en que intervienen los mismos personajes.
I '!(ld liallari que mi novel es triste. Lo es como
la riiiladd que nos envuelve. He sido siempre es-
critor ingenuo y sincere, afano o en la education de
nuestro pueblo y he trasladado a las cuartillas id
verdad tat como la comprendo y la siento.
Intento expresar en forma amena, s.nicilla, sin tesis
ni di.qvisirfoiiis impinerthi, nhiln por medio de persona-
jes que vemos a diario y en sucesos q~' se desenvuel-
yen a nuestra vista, c6mo el cardcter heroic y desin-
teresado que .sofri; y luck' y realize el ideal de nues-
tros mayjorc., ha descendido en la prdctica de los de-
beres civicos cegado por ambiciones concupiscentes
y ha vuelto at pasado por atdvicos y fatales movi-
mientos.
,.La realidad agobia a os hombres de mi tiempo,







CARTA pHBLOGO


que recuerdan la pureza de los primeros anhelos y
sentimientos.
La pluna se moja en ldgrimas al exponerlo.
Pero mi realism no es absolutamente pesimista y
desesperado. Por eso lo expongo: porque creo y es-
pero en la eficacia y las virtudes de las generaciones
nuevas.
A ellas hay que mostrar las grandezas y la luz del
pasado, la pequelez y las sombras del present y en-
comendarles el porvenir.
Si pudiera algtin dia coleccionar en un solo volu-
men mis trees leyendas, Sombras que Pasan-Ideales-
Sombras Eternas, habria de poner en la primera pd-
gina con amor y optimism fervientes, esta dedica-
toria:

A LA JUVENTUD CUBANA

y este lema:

i EXCELSIOR !
Por ahora, mi buen amigo, reciba usted solo esta
dedicatoria con el testimonio de mi gran afecto.


RIMUNDO CABBEBA.

















LAS DOS PESETAS

Bajo la linea de frondosos laureles de la
India que sombreaban la acera de Galiano
frente a la antigua quinta de Barrena con-
vertida en Centro Regional con el nombre
de Aires da Miia Terra, una larga hilera
de coaches de alquiler llenaba el paradero au-
torizado en aquel sitio por los bandos muni-
cipales. Los aurigas, formando grupos al-
rededor de los pescantes, tertuliaban y fu-
maban mientras obtenian pasajeros. De
seguro los tendrian con creces al terminal
su sesi6n y retirarse los miembros del Club
de auxilios a los campamentos cubanos de
los barrios del Angel y Monserrate, que a
la saz6n se hallaban reunidos en el sal6n de
la casa calle de Concordia niunero 20.
La ancha calzada aparecia, sin embargo,
solitaria, oscura y silenciosa; ni un alma
transitaba por ella, todas las puertas y ven-
tanas de los edificios estaban cerradas y ape-






RAIMIUNDO CABRERA


nas si ilumninraba el arroyo el tenue resplan-
dor de los faroleks de gas encendidos en los
pl:4tes de las esquinas. Eran las diez de la
uor:he:: un ligero viento del Norte movia las
ramas de los laureles produeiendo rumor
melanil,'licu. y menuda lluvia comenz6 a hu-
nl:ideccr el pavimento. Los cocheros se
ar:-.urar,,n a cubrir los vehiculos con ta-
pacetes y a envolverse en sus capotes.
-E-71(. pobres si-blail s,.-dijo uno de ellos
con acento galle~Zc.-van a mnijarse si 11o-
viere mis fuerte.
-De seguro se mojan,-dijo otro,-mira
las nubes qu6 !:.i.~s est6n y c6mo corren.
Efei-tivamcnte., un chaparr6n sfibito y
epeso emuaip,, en pocos se'undos el empe-
dir'!l., y !ia', los frentes de las casas.
Ent,!n,-... se vi6 que la soledad de la calle
era aparente. Una turba de soldados acos-
tados en el suelo 1baijo: los portales del lado
,Ipui.-to ite la avenidla, durmiendo sobre las
iil'clil 1.-, con el fusil a la mano, se alzaron
de sus lechos improvisados armando alga-
zara con sus imiprei.-a,-iones y ternos y estr6-
pito con las pisadas y el choque de los ar-
mamentos.
Pero el chubasco copioso fue muy breve:
las nubes se disiparon y aquellos infelices
anunaitelad;-os en la via puiblica volvieron a
acomodarse sobre las baldosas. barriendo
antes con las manos los charcos que produ-
jo el a~uan:cro.
-iLos pobres!-dijo el mismo cochero






SOMBRAS ETERNAS


que habia hablado antes-se acuestan mal,
pero ya duermen tranquilos porque volve-
rfn pronto a la terrufia y se acab6 la gue-
rra; mas dura la tuvieron en la manigua:
un poco de lluvia, qu6 mas da Mafiana
o pasado iran al barco y concluyeron las
penas.
-- De d6nde vienen?-pregunt6 otro.
-Son dos compafiias del batall6n de Ca-
zadores de la Reina que l1egaron del campo
y alojaron en la Pirotecnia. Ayer evacua-
ron el barrio de Cayo Hueso y mafiana o
pasado evacuarin a Galiano; asi van eva-
cuando barrio por barrio: las tropas sal-
dran en el "Alfonso XIII" y en el "Maria
Cristina", que estin ya en el puerto; todos
los cuarteles estin llenos y los transportes
no alcanzan.
-Hoy habia la gran huelga en el Cerro
y en Jesfis del Monte; en todas las casas se
pusieron banderas cubanas, no bien eva-
cuaron las tropas y las trajeron a los por-
tales del Puente de Agua Dulce: se arm6
la gorda; la gente del bronce se ech6 a la
calle; iqu6 griterial Yo venia por la calle
de la Horqueta con un pasajero y no pude
andar: la turba la cubria del todo, las mu-
jeres cantaban y bailaban, los hombres pa-
recian locos: los fnbigos marchaban a la
cabeza cantando y todos hacian coro: "Ya
th lo ve Fondeviela."
-- Viva Cuba Libre !-gritaban los que se
asomaban a las puertas.







RAIMUNDO CABRERA


-;-" 7:i:n~i,'ii *n'rit,-e tI-?
-Ya se -.. como que soy gallego y si no
grito me apalean.
--N, hay mis remedio,-dijo el otro co-
c E:-,: T;:! lLu- que ser criollos o evacuar;
Sque te ]pare-ce?
-Que yo no evacuo; v,.y a ponerle al
,.Vl, :! una bandera cubana en la rrejera y
a vivir: ya estamos :., echan.
-Es tn viniendo a montones los ameri-
canos,--1;.i el otro,- ayer llev6 desde el
muelle a dos de ellos al Hotel Trotcha; el
hotel Ing~letcrra. el Pasaje y el Louvre y
ftr1i;:. estain rcrlto:s: vienen para hacerse
,arg4', ilcui Gobierno el dia primero.
--- van a a ser ahora los amos; pero
por ellos nos salvam's. cque si no, nos plan.
-' 'ui;l: habia de decirlo en los dias de
la muerte de _MaI:,-:; te acuerdas? iC6mo
estaba esta Calzada! i Cuinta iluminaci6n,
cuanta mfusica y cueintas banderas! Ya no
se ve ni un triste trapo amarillo y colorado.
--~Ni qui6n pudo ':'.Cc-re l cuando duran-
te el bl i,,!uo esperl 1amos al Vizanya ? Nos
IhuindIierol los barcos y abora, gallego. con
los vyaqiiuis o con Ios cubanos. Pero, calla,
ya v-i.*:.; los del club: al pescante.
Por ]a bocacalle ile Concordia aparecie-
ron en girul Pos sucesivos una veintena de ca-
balleros hablando entire si y gesticulando;






SOMBIAS ETERNAS


sueesivamente fueron ocupando los coaches
o siguieron a pie a lo largo de la calzada,
que qued6 solitaria. Un solo pesetero per-
maneci6 desocupado, bafiado por la debil
luz del farol de gas, bastante para mostrar
su estado de ruina y desaseo. Sin duda al-
guna fu6 desechado por los pasajeros por su
aspect de atraso. El fuelle deslustrado y
desclavado de las molduras estaba l1eno de
rasgufos; el guardafango abollado en todas
sus orillas y el estribo desnivelado. Si el
vehiculo aparecia ser una miserable antigua-
Ila, no tenia mejor apariencia el caballo: un
viejo rocin flaco y huesoso, cuya cabeza, con
las riendas aflojadas, llegaba hasta el suelo
en actitud de debilidad y cansancio. Pero la
figure robusta del cochero se destacaba so-
bre el ruinoso pescante. Era un negro for-
nido, cubierto con un sombrero de paja de
alas muy anchas, vestido de saco de alpaca
negra raido, pantal6n gris de rusia, cuyos
bajos se perdian entire los borceguies desa-
botonados. Con aquella miserrima indu-
mentaria irradiaba en su rostro de 6bano,
veteado por un bigote canoso espeso y la li-
nea rojiza de los labios belfudos, la inten-
sa blancura de sus ojos y la fosforescencia
de sus pupilas.
Oy6 sonriendo con malicia desde su pes-
cante la conversaci6n de los dos cocheros
espafoles, limitindose a mover la cabeza
con ademAn triunfante, y cuando se anun-
ci6 la llegada de los miembros del club, se






RAIMUNDO CABRERA


agit6 afanuoso invitundolos. unos tras otros,
con ]a mirada y el gesto, a ocupar el coche.
Cuando se encontr6 solo, sin pasajero,
ImurImiiu'. mea neliii.i'i'auien.te.
-iQu,' hemos de hacer! Paciencia, otro
v-Ir-dr:A.-y a1:'c2: ', diri.'i;lun:d:n.,e al caballo,
como si lo hiciera a un amig:o de confianza:
-lo siento por ti, fl7nyi. que estAs viejo y
cansado y sentiris hambre, y lo siento por
aqueilla's pobres que tendran menos que co-
mer mafiana.
Al.fl tiiuallaila.nte un miembro retardado
del club apareci6 en la esquina con unos
Ipar-,les bajo el brazo e interrumpi6 el mo-
u,'i,',. Se acerc6 al cioche. mir6 al caba-
11o y pl:'egmunti al n1egro:
Podra llevarme tu jamelgo hasta la
calle de Tejadillo?
-No digo yo! Hasta el fin del mundo,
enal illero,-contest6 con arrogancia el au-
ringa.
El vi:eiro se acomod6 sobre los cojines
deslustrados y agujereados del vehiculo, y
el negro acariciando con dos palmadas en
el anca al caball,:, dijo carifiosamente:
-Anda, Gayao, que ya tenemos viaje y
luego, a descansar.
El cuadrdipedo pareci6 comprender la
frase; respondi6 a la caricia con un impe-
tuo(", arranulue: sigui6 la calle de Neptuno
hasta la avenida del Prado, lade6 victorio-
samente el Parque hasta la de Zulueta y alli
comenz6 a flaquear; su niariha fu6 mais len-






SOMBRAS ETERNAS


ta, casi al paso, hasta la entrada de Empe-
drado, y desde esta esquina hasta la de Te-
jadillo se detuvo una, dos y tres veces ja-
deante, moviendose cada vez a los nuevos
reclamos y palmadas de su amo. Ya en la
calle de Tejadillo, pasada la de Villegas, el
pobre rocin no pudo dar un paso mAs, su
vientre se agitaba tembloroso y las patas le
flaqueaban.
-Pegale con el cuero para que ande,-
grit6 impaciente el viajero.
-No, caballero,-respondi6 el negro;-
yo no castigo nunca a mi caballo; le hablo
y basta; 61 me entiende.
-Es que no sirve para nada: eso no se
debe sacar a la calle.
-Ha servido much, senior mio; ese ca-
ballo fu6 de casa grande y despues ha Ue-
vado much gente: ha cargado al General
Aranguren y al General Cardenas; yo mis-
mo los llev6 en este coche hasta Santa Maria
del Rosario y a Las Minas cuando se fueron
disfrazados a la guerra de independencia:
ya ve usted si ha servido, no hay que des-
preciarlo.
-f-Pero ahora, ya lo ves, no puede con su
alma.
-Es que estA viejo y se ha puesto malo;
pobre Gayao! Tiene algo extraio.
El cochero baj6 del pescante; pas6 una
esponja por el hocico del rocin, le friction6
las patas, le acaricio el pescuezo/y otra vez
le incit6 a andar con afectuosas frases.


_.~.r _I_






RAIMUNDO CABBERA


El ca!al!,I no pudo moverse: el pasajero
inlp:(-ieutc. grit6:
-Tcunih. que .-e.uir a pie, es muy tarde
y esta il :.ii, n-.: n;itito sea el caballo!-y
al dek i: c. se arroj6 del coche y emprendi6
su march en dire.eiLn- al Seminario. El
cochero inquieto le alcanz6 y le dijo con
tono suave:
E-, q!ue el .efior se va sin pagarme?
-- Qu6 voy a iiaga rte si no me has lleva-
do hasta casa ?
-Le he tr;tido hasta aqui, no es culpa
mia: espere a que el caballo descanse algo,
ya falta poco.
1-Qur voy a esperar! Es casi media
noche.
-Yo llevar6 al senior cargado a mis es-
paldas si 1qulere. pero el senior me paga;
i vya, que si me paga!
El viajero observe el gesto resuelto del
inegr', imponente en la oscuridad de la no-
che y la soledad de la calle, por donde no
transitaba un alma viviente, y contest:
-T. paigar6 carrera simple, pues no me
has I,- -u, h. -,, el fin.
-Me pagara la carrera double: son mis
de las once; lo que esta di !lue.tHio.
-De ningful modo; con esto estAs mis
que ]iaradi,(,--y extendi6 al nuriga en la
puntia i, .s- dedos una peseta.
-i Dos pesetas!-? greg.i etste;-ni un cen-
tavo menos: he pw jni: toda la prima noche
por giin:irlna: :< ofu .i pan de unos pobres; a






SOMBRAS ETERNAS


usted no le hacen falta, le sobran: para mi
y los que cuido serAn la vida mariana. Ah!
Yo conozco al sefior: usted es el abogado
don Cayetano, el Diputado: yo vi a usted en
la calzada de Galiano cuando la muerte de
Maceo, brindando con los voluntarios por
aquel suceso; ahora esti usted en el club cu-
bano recogiendo recursos para los insurrec-
tos: usted esta siempre bien. Por que ha
de negarme mis dos pesetas
-; T6malas!-contest6 apresurado e in-
quieto el pasajero, sacando otra moneda del
bolsillo de su chaleco y alargdndosela;-no
hablemos mAs,-y emprendi6 su march a
pie por la calle de Tejadillo.
-- Ah!-exclam6 el cochero, restregando
con las yemas del pulgar y el indice las dos
monedas;-las he ganado y si no me las da,
i se las quito! Esa pobre gente tiene ya para
mafiana;-y, mirando al pasajero que se ale-
jaba en las sombras de la calle estrecha, si-
lenciosa y solitaria, agreg6 con tono de des-
precio:
-A ese miserable lo conozco bien, tan in-
tegrista espahol y patriota antes, es ahora,
como los dos cocheros, de los que gritan Viva
Cuba Libre, se pone arriba una banderita
con estrella y no evacua.

















GAYAO

Aliviado por lo que habia dicho, como si
hubiera escupido el desagravio contra el in-
dividuo que se alejaba, el buen cochero con-
templ6 otra vez las dos monedas de plata,
las bes6 con devoci6n, las guard cuidado-
samente en una de las faltriqueras del saco
y acercindose en seguida al caballo, le dijo
dulcemente:
-Pero, qu6 tienes, Gayao? Estas ma-
lo: si, estis muy viejo. Vamonos a casa,
a comer tu pienso y a descansar: ya hici-
mos la cruz esta noche; es bastante; mafa-
na veremos. Animate, yo te ayudar--y co-
giendo con una mano el extreme de la ba-
rra izquierda del coche y con la otra la ca-
bezada del freno, el cochero tir6 del vehicu-
lo con fuerza. El caballo inteligente y
agradecido, como si entendiera la larga in-
vocaci6n de su amo, ech6 a andar tambi6n
arrastrando el vehiculo sin tropiezo desde






RAIMUNDO CABRERA


la cila-e de Tejadillo por la del Recinto y
la de Col6n hasta atravesar el Prado. Alli
se det'lvo de nuevo, movi6 la cabeza a uno
y otro lado y respir6 fatigosamente.
El cochero le examine alarmado, le pas6
las manos por las patas, cuyos mfisculos
flacos agitaba un estremecimiento visible.
-Vamos,-dijo el negro ;-tienes calam-
bre, espera; y le friccion6 fuertemente des-
de los muslos hasta las piernas,-- Te ali-
vias? Bueno; no te eches, vamos a andar
otro poquito; el establo ya esta cerca;-y
volvi6 a tirar de la barra.
GCarto no correspondi6 esta vez, no podia.
El cochero tom6 una resoluci6n: desat6
el caballo del vehiculo, lo despoj6 totalmen-
te de la cincha y los arreos, y lo amarr6 a
la trasera del c:arruaje.
-Ahora, si podrAs andar un poco, vie-
jo; yo te Ulevo,-le dijo,-metiendose entire
las dos barras y agarrando los extremes de
cada una con sus manos robustas. En esta
di-ps:iciiin tir6 del coche y ech6 a andar a
lo 1;rro:, de la calle de Col6n, arrastrando
sobre la via desempedrada y fangosa el pe-
sado vehiculo, seguido a paso lento por el
c;balil enfermo, sin que en las puertas y
vi.ntan'as cerradas de las casas silenciosas.
ni en las esquinas de las calls oscuras y
di.eiertas, un solo rostro human presencia-
se aquella march mealane6lica del vehicu-
lo tirado por el hombre y seguido por la
bestia.







SOMBRAS ETERNAL


Asi llegaron hasta la calle de Blanco jun-
to a San Lizaro y penetraron por la ancha
puerta abierta de un gran patio cuadrado,
terroso, sin pavimento, 1leno de charcos de
agua, producidos por la lluvia reciente.
En el fondo del patio, bajo un colgadizo
de tejas plans, se veian alineadas una se-
rie de caballerizas o pesebres con pisos de
tablones hmunedos, agrietados y sucios, di-
vididos por listones gruesos; un largo caj6n
de madera adosado a la pared servia para
depositar los granos del pienso, con abertu-
ras circulares para el hocico y el pescuezo
de los cuadrfpedos y sobre ese caj6n esta-
ba un enrejado de balaustres delgados re-
matando en sus extremes en dos maderos
paralelos, clavado a la pared el de abajo
e inclinado el de arriba para depositar el
heno y facilitar su extracci6n por los dien-
tes de los animals.
El cochero dej6 el vetusto coche entire va-
rios almacenados bajo otro cobertizo cerra-
do con tabiques de madera a la izquierda
del patio y condujo a su jamelgo a una de
las caballerizas vacias.
Un caballericero sofioliento y medio ves-
tido con un pantal6n de rusia, sin zapatos
y sin camisa, con una boina roja sobre el
craneo y las orejas, vino a ayudarle pre-
guntAndole:
-i C6mo! vienes a pie ?
-Gayao se ha puesto malo.
-Pero si es un saco de huesos y pellejo I







AIMUNDO CABRERA


---Es que td no lo cuidas bien, lo has ma-
tado de hIumibn le acortas el pienso.
--E que tti no lo pagas y lo debes y el
amo chilla.
-Lo pagu6 siempre: yo no tengo la cul-
pa de que k~::- ainjiu malos tiempos, y Dios
mcL:ii.. ya i..:.: lo que debo.
-- ',:n Gayao Jo dudo, ni con ese carro
que se est hacienda pedazos. Vamos a ver
si ahora, cuando -lleueu los americanos, a
ti, que ores tan in-u r'r;.:i., te dan otro nuevo.
-N,, me 1o darnin, paro yo lo ganarf, que
s6 traWajair. Lo que quiero aborao es curar
a (r',awn. Andn. trieme un poeo de aguar-
diente ,para diar]e una friega. un puuiado de
a freh-lo :moijan1 ln 1 ara que se :ep!;i ,nga.-y de-
cia esto !nie~ntr -: con p1ja arrela ba la ca-
ma ;l ,jametn, lo -registraha desde el lomo
hasta las putas y lo acariciaba con la pun-
ta de los dl.'!,.
El uRaund:-ipedlc ] Ire,-'a sentir con delicia
narmil h.'hi.,1oO v suavemente se habia echado
sobre la paja en el tablado de la caballe-
riza.
-Toma el n'iuardiertc y. aqui estA el
afreli,-h i.-l- ijo, ei -Ial;l!lcl i-c3'). tiayendo: es-
tos ,!h.jt, -:-t- e i. d- ,, 1rlque no he de ne-
ga rte nada, que eres formal; pero si el amo
lo sahe me reprende: me ha dic-lh que te
cobre el pienso de contado.
-. r:.i;is.,-clnutestti el negro;-eres un
buen i~"ll. de "los que ban venido por
tierra"; ya lo pagari.6 todo. hoy no puedo.






SOMBRAS ETERNAS


-Pero, j no has hecho nada hoy tampoco,
ni un peso siquiera ?
-Casi nada, pero lo que he hecho, ti lo
sabes, ha de ser primero para esas ham-
brientas y enfermas: tengo para levarles
temprano la leche y los huevos, lo inico con
que se alimentan.
-Vaya, moreno, yo no s6 si debes pagar
primero el piso o dar de comer a tus po-
bres, eso es cuenta del amo: all te las arre-
gles; lo que si s6 es que si fueras rico paga-
bas y lo dabas todo a los que necesitan. Aho-
ra, voy a dormir un poco y duerme ti tam-
bien, que Gayao ya estA arreglado y tiene
listo el pienso.
-Mira como se consuela y descansa, ya
estA comiendo el afrecho: mafiana estarA
bien y saldra de nuevo y acaso tengamos
mis suerte que hoy. Hasta maiana, Ga-
yao, come y duerme, viejo, y ponte bueno;
-y pasindole otra vez la mano por el pes-
cuezo con carifio y ademin de despedida,
cl negro cochero se dirigi6 con el caballeri-
cero al Angulo interior del patio, se encara-
m6 por una escalera de madera, penetr6 en
unas estrechas barbacoas montadas sobre
las caballerizas, se desnud6 y sobre las mis-
mas ropas se ech6 en el suelo y se durmi6
sonriendo y esperanzado en la cura de
Gayao, y en que al dia siguiente tendrian
mejores tiempos.






RAIMUNDO CABRERA


-iJuan, levintate !.--r;iti desde abajo
a la madiiud-: el ;ii ilr ic-r'- haciendo-
le saltar a.i.--:ti.-iI de su miserable lecho;
-fa.iwan ha estii adi las patas.
il in',-li: se lanz6 medio desnudo por la
escalerilla de madera y cruz6 el patio de-
solado. Al 1Ii-:air .junt, al caballo muerto,
se puso de rodillas junto a 61 y al contem-
plarle inerte, estall6 en sollozos como un
muchacho.
-Vamos, tonto,-le dijo el gallego com-
padecido;-ya tendras otro cuando te jun-
tes con dinero.
-Nunea tendr6 otro como 6ste,--balbu-
ce6 el negro seeindose los ojos con la palma
de la mano:-me ha na'i:.ipafiado veinte
afios; me ha dado el pan: no era un caba-
ilo, era mi familiar.
-- Familiar ? Ya tfi la tienes, esas pobres
mujeres a las que has dejado tu cuarto y
que alimentas.
-Las mantenia Gayao, ahora sabe Dios
c6mo podr6 hacerlo. Le viste mn.rir?
-Si, boqueaba cuando me acerque a el:
me di6 pena llauni te y avis6 ante a La Mi-
randa para que se lo even: ahorita ven-
drd el carro.
-Pobre Gil wi. lo descuartizaran, ni si-
quiera tendr6 el ust., de enterrarlo como
61 lo merece. Se lo compr6 a mi pobre ama
cuauil, me di6 la libertad, el coche y el ca-
ball:. y no nos hemos separado nunca. I TI
sabes lo que es vivir veinte afios con un ca-







SOMBBAS ETEBNAS 27

ballo? Andar con 61 siempre, ganar el pan
con e1, conversar con 6l? Lo he de echar de
menos y l1orarlo.
-Esa es la vida, Juan, semos mortales,-
dijo sentenciosamente el caballericero:-pe-
ro, leal ahi estA ya el carret6n de los muer-
tos: se acab6: el entierro no cuesta nada,
lo paga el mismo cuerpo,
Por la puerta del establo penetr6 en ese
instant un carro de plancha de dos ruedas
tirado por pareja de mulas y dos peones
descendieron en el patio con un papel en
la mano.
-A ver ,qu6 es eso?--dijo uno de ellos.
El caballericero les mostr6 el cadaver de
Gayao y el hombre agreg6:
-Flaco estA 61, no tiene mAs que el pe-
Ilejo y los huesos: ni una gota de grasa: no
darA ni para el flete. iEh!, den una mano
para cargarlo.
-Esperen,-suplic6 Juan,--djenme re-
zarle un padre nuestro,-y con el rostro hu-
medecido por las ligrimas, el buen negro
se arrodill6 otra vez junto al animal muer-
to y rez6 con verdadera devoci6n.
El caballericero enternecido se arrodill6
tambien en actitud devota y dijo a Juan
afectuosamente:
-Vamos, compare, no tiene remedio, a
cargarlo.
Y entire los cuatro hombres, despu6s de
haber inclinado la plancha del carro hasta
tocar el suelo, tiraron del cuerpo estAtico






RAIMUNDOY CABBE"A


del caballo para colocarlo sobre aquella,
volviendola despu6s a su posici6n hori-
zontal.
-Hasta otro; abur,-dijo el pe6n que
habia hablado a~mts, tomando las riendas
de las mulas en actitud de arrancar con el
vehiculo.
Juan salt encima del carro teniendo en
las manos '1o ramas de maloja y las coloe6
en forma de cruz sobre el pecho de la bestia
rii!.ll.-Ali:-, Gayao, le dijo con voz ron-
ca ,-.,i'i.nd,: una de las patas delanteras del
animal muerto, apretaindila en serial de
1.-spel,'lida, y estampando un beso en el
casco.
El carro parti6 y el pobre negro se qued6
en la puerta contemplhndolo con profunda
tristeza hasta que dobl6 la esquina en di-
recci6n al Vedado.
De su meditaci6n le intirrumnpi5 el caba-
liHrii--i.r, t.,iALu ile'( en el hombro y dicien-

-Ahi esta el amo: dice que para arre-
glar lo que debes dejes el coche en prenda.
-,Para que quiero yo el coche?-excla-
m6 Juan.-que se cobre y que me devuelva
lo que mis valga.
La melancolia de Juan la aument6 el tra-
to con el rudo :luefin, del establo, que puso
1n,jo precio al desvencijado coche, de molde
;nti'i'4, y casi deshecho. El negro debia
un mes de establ,, el pienso, la limpieza,
un mont6n de pesos: el coche no valdria






SOMBRAS ETEBNAS 29
m~s de cincuenta; el amo le ofrecia en buen
sobreprecio veinte duros, que Juan rechaz6
de moment con tristeza.
El vehiculo era todo su caudal despues
de tantos afios de trabajo; perdido Gayao
t que le importaba No seria mas nunca
cochero, tendria que trabajar de pe6n o de
criado, pero t ahora?, en fin, ya pensaria,
y ofreci6 volver mis tarde a arreglar aque-
llas cuentas.
-Ya son las siete,--dijo,-se me ha hecho
tarde, volver6, tengo que llevar los alimen-
tos a esa pobre gente.
Y sali6 del establo con paso apresurado
y con el rostro entristecido, pensando en
que ya no volveria a juntarse con el pobre
Gayao en esta tierra.















III


LO QUE VIO FONDESVIELA

Juan penetr6 en la bodega La Paloma de
Gij6n, situada en la esquina de San LAzaro
y Crespo, y arroj6 sobre el mostrador las dos
pesetas que habia guardado cuidadosamente
la vispera despues de la dispute con el fil-
timo de sus pasajeros.
-Don Pinfilo, buenos dias,-dijo al bo-
deguero, un hombre grueso de grandes bi-
gotes negros, que le devolvi6 solicito el
saludo.
-Buenos dias, Juan, iqu6 tarde vienes
hoy! /
-- Me ha comprado usted la botella de
leche?
-Si, aqui la tienes.
-L Es buena ?
-Pura y espesa, L no la ves ?
-- Tiene usted separado los diez huevos,
un medio de pan?
-Tambien, tonto, no te falta nada.






iAIMUNDO CABRERA


--Dciu:e un punto fijo bastante grande.
-Ahi esti ya en el paquete y paria ti
tenls e-tn. tu taza de caf<' y un panecito de

--N, tengo "Liuna. he pasado mala noche.
-C,'ie y bebe, Juan. que trabajas.
-C6brese y mire si con eso alcanza,-
ag re-(,' el negro sefialando las (Ios pesetas que
briilhii;an sobre el mostrador, mientras be-
bia a .ran~d.l, sorbos la taza de cafe que le
sirvi6 el Il,.e-zi'uer, y guardaba el panecillo
en ,i ancho bolsillo del saco de alpaca.
-Un real de ]c,.!:J. tres reales de huevos,
medio de Ipan. medio el punto fijo, falta un
ir;! y medio ide cafe: bien, me lo debes:
mi:lfnina me lo pagaris.
-Gracias, don Pinfilo: uitedl sabe que
clunplo.
-Y aunque me debas mis: si necesitas
un peso lo tie:,w.s. somos amig.-s, ti cuentas
,.,-i.,igo:y y yo cuento contigo, ,estamos?
Namlie nmjc.r que ti sabe que no me he por-
tado mal con los cubanos; he side volunta-
rio, tenia que serlo; aunque no he side de
esos que han tirado por arriba y por abajo:
yo en mi bodega y bendita sea la paz y a ca-
da uno lo suyo, ie.-tamos?
-Ya lo s6, don Pnlfilo.-contest6 el ne-
gro :-tengame li ti lo mismo para mariana
temprano que es tarde y voy a llevar la
leche a esa pobre gente.
-Tfi has sidto y eres un hoimre, Juan,
b.lenn r.omi:i pocos: ircrogiste y cediste tu






SOMBRAS ETEBNAS


cuarto a esas infelices reconcentradas y las
has mantenido y las has salvado: no lo han
hecho muchos ricos, yo lo sd; por. eso te
sirvo con agrado: pide, Juan, que mi bo-
dega estA a tu disposici6n. No habran de
meters conmigo porque sea espafiol ,ver-
dad cuando venga el otro gobierno, porque
somos hermanos, Juan, somos de la raza, y
la concordia y la uni6n son las que salvan:
ti ves: voy a quitar el r6tulo a la tienda y
le pondr6 La Paloma de San Lizaro, te
gusta T
-Si, don PAnfilo,-replic6 el negro con
dulzura,-piensa usted bien: dejeme ir pron-
to, que me aguardan.
Y sali6 de la tienda levando en las manos
la botella y el paquete de comestibles. Atra-
ves6 la calzada de San Lizaro y por el cn-
gulo norte de la calle de Aguila, lleg6 hasta
los arrecifes que rodeaban el litoral, dete-
ni6ndose al fondo de una casa vieja de tejas,
de techo gacho, ante la puerta diminuta de
una sola hoja, de un cuartucho agregado a
la pared del fondo del arruinado edificio.
Con-sus paredes de tablas carcomidas y de
lechadas borrosas y el techo de planchas de
zinc elavadas sobre las tablas y listones de
pino, bien pudiera tomarse aquel apendice
de casa mis como perrera que como habi-
taci6n humana. Desde sus umbrales se ex-
tendia la riscosa superficie de los arrecifes
hasta la orilla del mar, lena de basuras, in-
mundicias y charcos de agua que exhalaban






RAIMUNDO CAB1EBA


fi.!.;: y lanzaban con las brisas del mar
p,,.,il"'. nimasmas a la ciudad.
.,u:,!; ;, suavemente en la lpuc'te'illa
con los nudos de ii., de '.s y una voz d6bil
Sr,-: !ll; desde dentro:
-;.. usted, .}u;;..?
-Soy yo,-contest6:-aqui lo 'ti-aig, todo.
La puerta se abri6 y apareci6 en ella una
mulata de ;-;le in, enteco, rostro escuilido
y mirada va;ga, vestida con un tmnico de
listado a ra;;va.., roto y il.-alinid.
-Aila,-- l Iii ii, Juan,-pon el reverbero:
hierve en .- !auiila !a leche, pasa por agua los
huevos y a que seo .l:iyunen en seguida: c6-
mete t-i ese punto fil'; es precise que en-
:a'des, que et'i.- muy flaca.
La mulata tom6 en silencio los paquetes
y se :.-:aI .!' .llJnt,) a un e,.j';n de madera con
cacharros o sea la cocina improvisada en un
:i!:.-'i: del e.tL.-;.io cuarto, comi6ndose si-
lenciosamente mientras traba.ita., el pan
con came sua;!,. a qu e e di6 el negro.
-i Qu6 bueno es usted, Juan: ae6rquese !
-rci iti- la misma voz d6bil que habia ha-
blado antes.
A la luz del ventanillo abierto en el ta-
bique a un costado de la habitaci6n, sobre un
catre de tijeras cubierto con una colcha y
apiyada la cabeza sobre la almohada, se
veia a una ;;ier enferma, blanca y de pa-
lidez iUtCn:,1., que movia con languidez un
brazo desnudo y hiuc.c,. saludando al re-
cin Uegado.






SOMBRAS ETERNAS 35

Al acercarse el negro, salt6 a los pies de
la cama una niia flacucha, rubia, de ojos
azules, de blancura extremada, tambien muy
palida, que agarr6 una de las manos del co-
chero sonriendo y le grit6 con alegria:
-Papa Juan, te esperaba.
El negro se incline y le bes6 la manitas,
diciendole:
-A-h te traje tu lechita, me he retarda-
do; pero, ahora va a tomarla mi nifia,-y
dirigiendose a la enferma pregunt6:-- C6-
mo ha pasado la noche la sefiora ?
-Mal,-respondi6 ella:-he tosido bas-
tante, pero tampoco ha dormido esa infeliz
mulata, siempre silenciosa y desvelada.
-Ha sufrido mucho,-murmur6 Juan:
mataron a su marido en la guerra, vivia
acomodada, perdi6 su casa, se le murieron
sus dos hijos de hambre en las calls: ha de
tardar en consolarse.
-i Como yo!,-suspir6 la mujer,-que lo
perdi todo, y si no hubiera sido por usted
que nos recogi6 a las tres en su coche en los
portales del Prado y nos trajo aqui a su
cuarto y nos ha cuidado y mantenido, ha-
briamos muerto todas.
-CArgame, papa Juan,-grit6 la niffita
acercandose al negro, que la tom6 en sus
brazos.
--iPobrecita!; me dice papa, a un negro
viejo como yo.
-- Qu6 tiene un alma tan grande !,-mur-
mur6 la madre.






RAIMUNDO CABRERA


La mulata se a:werc'.' cn dos vasos de le-
che hirviendo en las manos y dos panecillos.
-t Le has batido dos huevos a eada una,
como siempre ?-pregunt6 el negro. Ella
asinti6 con un movimiiento de z-abeza. Juan
coloc6 la nifia en el care y la ayud6 a tomar
el alimento mientras lo hacia la enferma.
-Esta buena mujer nos cuida much; no
habla, pero atiende a todo; nos da el ali-
mento a su hora y si yo no se lo dispongo
no se ocupa (e. tomar el suyo. E.- un hos-
pital su cuantit Juan: pero es un palacio
que nos ha salvado de la miseria de la calle.
Aniila. mlulata. Dios te lo pague: esta leche
me ha restaurado, iay! me siento muy mala.
-Ya se pondra buena p'ronti,.--dijo dul-
cemente Juan.
-Dios lo yiuiera. pero lo dudo; estoy ti-
sica y esa 1.,. -ire nifia de mi alma que se que-
dard sin padres. U sted se encargara de
Ella? No la abandonard, Juan?
-No hable de eso la sefiora: yo me he
enilrgadl, de todas. Mire, ahora dentro de
tres dias ya estarin aqui los americanos,
habrA pan y habri tralajo y ganard para
alquilar un cuarto mis grade que 6ste,
hasta una casa: vamos, no se aflija la se-
flora; Dios no habra de faltarnos.
-Si no me muero, entonces volveremos a
mi casa: hemos sido ricos. Juan: la concen-
traci6n de Weyler nos sac6 de nuestro retire.
Nos hicieron salir de la finca sin tardanza;
a nuestra vista quemaron las casas los sol-






SOMBBAS ETERNAS


dados; nos metimos en un tren en la esta-
ci6n cercana; Icuanta gente afligida como
nosotros lenaba los carros! Al Uegar a la
Habana habia perdido mi equipaje, en la
confusion me lo robaron: en la miseria, en
el abandon Iqu6 horror! IAyl la guerra,
la concentraci6n, que me lo ha quitado to-
do: mi hogar, mi marido, su padre.
La mulata, silenciosa hasta ese moment,
sentada en el suelo junto al fog6n, exhal6
un sollozo de dolor y rabia que pareci6 un
rugido.
Pero su eco se perdi6 en un ruido exterior
lejano: se oy6 el rumor distintivo y pene-
trante del vocerio de la muchedumbre que
se agita y corre y avanza.
-No se apure la sefiora,--dijo Juan pres-
tando oido,--es que habrAn evacuado las tro-
pas espafiolas de este barrio y vienen las
gentes de otras barriadas a expansionarse,
gritar y celebrar el triunfo.
Al oir esto la mestiza se puso de pie y se
lanz6 a la calle.
-- Mulata I mulata 1,-grit6 Juan siguien-
dola,-no te vayas;-pero ella sin obedecer-
le ech6 a correr hacia donde parecia venir
el rumor de voces.
Al legar a la esquina se mezcl6 entire la
multitud y la sigui6 muda, resuelta, sin pro-
nunciar una palabra. El cochero se coloc6
a su lado.


Ya tN lo ves, Fondeviela,






RAIMUNDO CABRERA


cantaban a coro los que amontonados en
gru, .' interminables y a millares, blancos
y Tit" ...-. j6venes y viejos, los rostros demu-
,l>]:,,.-, los ve.-rirlI:'s Lairapiientos, muchos sin
sombrero ni ztaliti I, fam6licos, con aspect
de miseria, :-;uiaii ireintiicos la iinca de
la calle.
La mulata abri6 su boca y cant6 tambi6n,
y Juan, contrariado y entusiasmado a la vez,
adelant6 junto a ella, cuidindola como a
una nifia; haei6ndola ap'oyarse en su brazo,
mientras gritaba con los demis con tonos

-iliViva Cuba Libre!!!
Era aqu-l espectuculo patitico de la turba
miserable cele:-lbri:il el triiunfi,. la condena-
ci6n mAs conmovedora y expresiva del ho-
rrendo pasado.


Fue liuvi,:.-., y frfoi el memorable mes de
b ri-._li:bre de 1898, cuando regresaban, em-
pobrecidas, pero alegres, las families de los
cubanos revolucionarios y de los que emi-
g'-r:.u 6 iulant,: el gobierno sanguinario del
(Ueneral W'.-ler o al anunciarse el bloqueo
de los puertos por la escuadra de Sanmp.on,
y al par de c'!!.. li-,l.:ai tambi6n a la Ha-
bana las comisiones y :'.plm.ea-!,:,s americanos
que habian de enacrgarse tc las dependen-
cias del g:llicrnl, n pli imero de Enero de

No eran aguaeeros ropiosos de verano los







SOMBRAS ETERNAS


que caian, sino lloviznas frecuentes o con-
tinuas acompafiadas de frias rAfagas del
norte.
No importaba esta molestia a la turba que
eorria por las calls celebrando el triunfo y
aprovechando la evacuaci6n, por barrios y
secciones de la ciudad, de las tropas espa-
folas acuarteladas provisionalmente en los
portales exteriores de las casas por falta de
espacio en los cuarteles. Este paso de los
soldados de una barriada a otra parecia de-
jar sin gobierno ni regimen la porci6n ur-
bana evacuada; no habia autoridad autono-
mista, alcalde o policies pr6ximos a cesar en
sus cargos, que pudiera restringir, ni se
atrevieran a ello, aquel natural desborda-
miento popular en las alegrias de la victoria,
despu6s de los tres afios de tribulaciones,
ansiedades y miserias que produjo la guerra
de independencia.
Los hambrientos que habian sobrevivido
a los horrores de la reconcentraci6n de cam-
pesinos en la ciudad, el proletariado de to-
dos los barrios, los vagabundos, los pilluelos,
el hampa miserable de las metropolis popu-
losas, todas las edades y sexos engrosaban
aquella muchedumbre que marchaba proce-
sionalmente por las callejuelas y las aveni-
das, viniendo de los sitios distantes, Jesius
del Monte, el Cerro, el Vedado, y juntandose
en las plazas y alamedas centrales para for-
mar una inmensa masa de series humans,
desarrapados, fam6licos, con los trajes em-






RAIMUNDO CABRER&


npa!a.dos por la Iluvia, los zapatos enlodados,
los rostros flaZios y pilidos iluminados por el
re planulo ri del triniifo, y el deleite de aquella
libertad para moverse y gritar a sus anchas
en i,.ro, a todo pulm6n e incesantemente:

iViva Cuba Libre!

Hombres y mujeres, viejos y iifiios, iban
provistos de banderas cubanas de diferentes
tan f.ii.s, pero todas peiullifia-, compradas
a cin.co y diez centavos en las tiendas de los
mercaderes espafiilce que se habian provisto
en abundancia de ellas en las fiibricas de
Nutev.i York para no inteirrmunmir su comer-
cio de bandea.- en el merirdilo. Ellos mismos
eran los primeiros en vestir con pabellones
de la et-trella .-olitariia las puertas y fachadas
de sus tiendas en el moment de evacuar las
tropas espaiiolas en su barriada.
En algunos sitios, como en la calzada de
4alian o, se di6 el caso curioso de estar acuar-
eiluwi.s los soldados en la acera norte del ba-
rrio de Col6n y llenarse de banderas cubanas
las fahadas de la acera sur opuesta del ba-
rrio ile Mouse.ri ate, en que se habia realizado
la evac-uacion.
Los pobres soldados vencidos contempla-
ban at6nitos las procesiones que les pasaban
por delante, y oian souriendo el grito antes
subversive que en la manigua eombatieron.
Alguna vez en algfin sitio esta mansedum-
bre la convirti6 en ira la intemperancia de






SOMBRAS ETERNAS


algin jefe o la imprudencia y el desmin de
uno que otro manifestante y fueron inevi-
tables los choques sangrientos.
Juan, tratando de contener a la mulata,
fu6 arrastrado por ella. Sujeta a su brazo
para ampararla, se vi6 a su vez cogido en-
tre la masa humana que como un hormigue-
ro en march llenaba la calle. Asi pasaron
de una via a otras, engrosindose la multitud
en cada esquina con nuevos grupos que en la
misma forma e iguales demostraciones ve-
nian y cruzaban de los otros barrios. El sen-
timiento patrio comprimido, las penas pro-
longadas, las ansias de libertad, el rencor
por los agravios, el odio a la opresi6n, no
podian tener desahogo y expresi6n mAs sen-
cilla y adecuada.
Los vecinos acomodados, sin darse adn
verdadera cuenta de aquella transformaci6n
en la vida urbana, se asomaban a las puertas
y balcones, asocidndose espontaneamente
con sus gritos y agitando banderas en sa-
ludo a la manifestaci6n popular; los ancia-
nos con los ojos humedecidos sonreian y las
mujeres iloraban. La mulata no hablaba
una palabra, sus ojos brillaban con fulgores
extrafos en el fondo de las 6rbitas huesosas
y su rostro flaco y pAlido se habia iluminado
con un carmin rosAceo:
Ya tu lo ves, Fondeviela,
Ya tu lo ve
Que Cuba es Libre
Y que ya no lloro.







RAIMUNDO CABRERA


cantaba incesantemente con el coro y no se
limitaba a ai;,ar sino se agitaba como los
d(ctiLi-. con las cadencias y contorsiones del
bailey finfiigo.
-VTAmonos ya para i:-;a.-le decia con
insistencia Juan. lila no contestaba sino
seguia adelante arrastr~ndole. Asi conti-
nuaron por la -:ail, de Industria hasta la
de Dragones; atravesaron el parque del
C;..;',: de Ma rte; penetraron en la barriada
ic l:,..s Sitios, donde la ;.imnife-iailn era
mIs nu11 iMda y estruendosa que en ningun
otro lug';L; recorrieron la calle de Vives y
volvieron al centro de la ciudad por la cal-
zada del IMnt !. La procesi6n era intermi-
n.bll; se dividia a veces en grandes seccio-
nes en las esquinas de las calls y volvian a
reunirse mns adelante en las plazas.
Ni el chubasco -ol-piooi ni la llovizna in-
cesante, detenian la infatigable comparsa;
ni el canto y los ,rit-,, patri6ticos cesaban.
A. uell gente parecia no sentir hambre ni
-e'l!. ni cansancio. El afin de cada uno era
llevar en la mano una bandera cubana y co-
mo no todos tenian dinero para compiarlas,
muchos de los que las llevaban desgarraban
la -u--a en pedazos y los distribuian entire
sus 4. i:.pfie1rs: el lienzo azul y blanco se
agitaba con movimientos a':n-,;a.;nds al
s6n del mon6tono cantar fifiigo.
El autor de estas piginn.-, al regresar del
destierro en aquellos dias memorables, so-
corri6 en la calle a un pobre joven sin som-







SOMBBAS XETINAS


brero, descalzo, con las ropas desgarradas
y enlodadas que cay6 en el suelo desfallecido
sin soltar de las manos un pedazo deshila-
chado de una bandera cubana.
Hacia dos dias y noches que marchaba en
las calls cantando y gritando con la turba
y sin haber torado mrs que sorbos de agua
cogidos con el hueco de la mano en alguna
llave pfiblica o bebedero de caballos.
La procesi6n en que iba Juan, teniendo
sujeta a la mulata y amparindola, regres6
a la tarde, cerca del anochecer, de su largo
recorrido en direcci6n a la Punta. Cundi6
el rumor de que las tropas habian evacuado
el barrio del Angel y la apifada fila de ma-
nifestantes entr6 por el boquete de la calle
de la Bomba en direcci6n a Empedrado. Alli
tropez6 con un pelot6n de infanteria espa-
fiola acuartelado en la plazuela. Por eso
no cesaron los gritos ni el canto y la muche-
dumbre sigui6 adelante.
Los soldados, al mando de no se sabe qui6n,
dispararon sus fusiles sobre la indefensa ma-
sa humana y se replegaron a la misma calle
de la Bomba. Algunos de los manifestantes
que llevaban rev6lvers los dispararon a su
vez sobre la tropa temeraria. Pero el desor-
den y el pinico fueron tremendous e inevita-
bles. Los que creian poder cantar y gritar
en las calls del pais libertado, sintieron el
iltimo azote cruel de los opresores que ain
tenian alli su plant y sus armas. La fuga
en masa, frenetica, empujandose unos a






RAIMUNDO CABRERA


otros, queriendo forzar las puertas de los
e,'ificiis cerrados, buscando salida por las
calls que daban al Paseo, se realize en po-
cos segundos en carreras locas y desordena-
das con lamentos y gritos ensordecedores.
La mulata fu. derribada por los que
huian y sin poderlo evitar Juan, que se man-
tuvo firme a su lado, pasaron sobre su cuer-
po unos tras otros los fugitives pisoteindola
y iiultdratludola. Cuando el negro pudo
asistirla, la vii diesmayada.
-Tii lo ves, loca.--le dijo con dulce re-
i'ri:I- ,he.-por no obedecerme.
Y tonmiandula en sus brazos como un nifio,
ech6 a correr tambi6n hasta alcanzar sofo-
cado la esquina de Refugio y Prado. El
paseo estaba silencioso y solitario; los gran-
des ta!ll-res de madera de la acera izquierda
se hallaban cerrados lo mismo que las casas
de los vecinos del lado opuesto, por la alarm
que produjeron los que huian por las calls.
A-ll. en un banco de la alameda, deposit
Juan su ;inrga y examine con cuidado a la
mulata, viendo que no estaba herida y res-
piraba. Fud a la fuente pr6xima done lle-
n6 de agua la copa de su sombrero y volvi6
para rociar con ella el rostro p6lido de la in-
feliz mujer, que volvi6 en si al cabo, y son-
ri6 como si despertase de un suenio agra-
dable.
-Anda, reponte, -dijo e1,- para irnos
a casa; no has comido ni bebido en todo el






SOMBRAS ETERNAS


dia, y la pobre sefiora y la niia abandona-
das; por que te obstinaste en seguir?
-Ah!--dijo ella, rompiendo el silencio y
con frases lentas y acento vago,-lo mata-
ron, se murieron de hambre mis hijos, que
evacuen i que evacuen!-y en seguida, incli-
nando la cabeza sobre el pecho, todavia fa-
tigada, se ach6 a reir con una risa que pare-
cia lIanto y cant6 bajo, muy bajo:

Ya t~ lo ve Fondeviela
Ya tu lo ve
Que ya no lloro.

El buen cochero, que tampoco habia co-
mido ni bebido y mientras hablaba, sorbia
en las palmas de la mano el agua que sa-
caba del sombrero; vaciando 6ste en el suelo
y sacudi6ndolo despu6s, se sent junto a ella
en el banco y le dijo dulcemente:
-Tienes raz6n, mulata,--qu6 dichal ique
ya evacuan

















LA IECONCENTRADA

-i Ah! qu6 es esto?,-dijo Juan, trope-
zando con un objeto duro al meter la mano
en su bolsillo;-pues no me acordaba! Es el
pan de don Pinfilo. Toma! ya tenemos cena:
come y recobra fuerzas, hija.
Y partiendo el pan en dos pedazos, tom6
el mis pequefio para si y di6 el otro a su
compafiera. Ambos comieron con avidez el
misero bocado satisfaciendo la necesidad
corporal mAs que el apetito.
-Ahora, en marcha,-agreg6 el negro,-
vamos despacio para que no te canses,-y le-
vantandola suavemente echaron a andar
apareados hacia la Punta.-Esa pobre se-
fora enferma y la nifia solas... ; no has de
volver a hacer eso, verdad? pase lo que
pase. Pero, vuelves a callar? Responde.
-Habla tii,-dijo ella.
-i CuAntas cosas han pasado, Juana, des-
de que a ti y a mi nos di6 la libertad nuestra





RAIMTUNDO CABRERA


buena ama, dofia C('idida; tte iacuerdas?
iq iu amos tan buenos aqcicllos! Don Jose
Caraballo, un gran abT.gado y Dofia Cindi-
da, una santa. C.'imo se deshizo aquella casa,
tan pr6spera y dichosa, desde que al caba-
llier, lo prendieron y lo desterraron a Fer-
nando Poo por revolucionario y le confisca-
ron sus bienes: 61 muri6 alli en el destierro
mientras ella sostenia aqiu a toda la fami-
lia con sus propios recursos, hasta a la fa-
milia i,. su cufiado don (Claudlio, que tambi6n
edt-'.11iarnii. pero que volvi6 sano y salvo
para cogerse lo que le quedaba a nuestra
ama y despu6s ser lo que ha sido, un espa-
fiolizado, un austriacante, un aristdcrata,
que ha hecho much dinero con malas ma-
fias. Cuando la nifia CAndida se arruin6
por complete y nos di6 la libertad para que
no pasramnos a manos de otros duefios, yo
me fui por mi cuenta a trabajar con el co-
che que me vendi.;; ,qu6 digo me vendi6?
que me di6 casi regalado y que pague a re-
tazos: tfi te casaste con Leonardo, el sastre,
y fuiste dichosa y si tid y tu marido no hu-
bieran sido tan buenos con ella, la pobre
seiiora se habria muerto de pena en casa de
su cuflado don Claudio. con aquella mujer
dofia Lo,l. tan durn, tan orgullosa y arist6-
crata que la desdeiaba y la trat6 mal por
envidia y por lo mismo que le debi6 la sub-
sistencia y la de sus hijos mientras el avaro
de su marido estuvo desterrado. Qu6 cosas
tan injustas tiene esta vida, Juana Yo lo






SOMBBAS ETERNAS,


se todo; aunque te veia pocas veces o deje
de verte much tiempo, lo sabia todo; es
que cada uno march en el mundo por su
lado; pero no pens6 nunca hallarte como te
encontr6, muerta de hambre en las calls,
despu6s de haber perdido tus dos hijos de
fiebre y de miseria, sin tu marido que mata-
ron en la guerra, sin tu casa, de la que te
echaron porque no pagabas los alquileres;
ipobre Juana! ipobre Juana! ti, que tuvis-
te una herencia de nuestra ama, la hacien-
da de Pifiales que te arrebat6 tambi6n
don Claudio, ese malvado; de alli se fu6 tu
marido para la guerra, cuando no pudo sos-
tenerse mis en la finca y lo maltrataban
para que la desalojara; has sido muy des-
graciada, lo s6; pero siempre buena estabas
cuidando a esa pobre sefiora enferma con
su nifiita, que parece un angel; en la calle
la conociste I verdad ? En la Plaza de la
Punta, y en los portales del Prado, en el
agujero en que podian dormir por no que-
rer ir a meters en los Fosos con la miseria
de tanto reconcentrado harapiento, podri-
do y hediondo: salias a recoger limosna para
ella, la pobre sefiora que con la fiebre y la
tisis no podia moverse; por ti, cuando te ha-
116 casi muerta, las recogi a las tres y las lle-
vW a mi cuarto, ese cuchitril en que yo vivia
y que me cuesta de alquiler dos pesom'y me-
dio al mes; desde entonces, menos mal, alli
las cuidaste y las cuidaras, aunque no ha-
bles: pero habla y responded, muchachal






RAIMUNDO CABRERA


Juana seo tL..i:'6, sus ojos con las dos ma-
nos; iba i;':. ''.
Sa-~ lis? otra desgracia,-continu6 el
:..:- .. :-se me ha muerto Gayao, mi buen ca-
ballo, ie' no se 1o digars a la sefiora: no
les ifanLiaar nada; vendor el coche para comer
mientras encuentro t rahajo, y trabajaris
tii tam.niin, mulata, paia que nada les falte.
':: ;1.:. .i !~-.i, un instant mientras an-
daba a paso lento por la calle oscura y so-
litaria y luego continue:
-E.- necesario que te cures, que comas,
que sacudas esa idiotez que te han dejado
las penaas y sobre todo, que hables. Ti no
estis muda, la fiesta de hoy me ha servido
para saber que tienes garganta: ibien que
has -it.don y cantado!
Hablando asi llegaron a la puerte,'illa
del cuartucho que abandonaran por la ma-
IllllL.
La enferma, levantindose pen ;cal nute
de la cama, les abri6 y los salud6 con sonri-
sa w -la"nIcii,' c'' y -'._.I',-o ada.
-i' C!:1 ui-.. has ta; l'-d Juana! casi no he
p,...i:l d'-.r la leche a la nifia ni tomarla yo;
me esfoir.d al levantarme y me postraron los
desmayos.
-?-r '.dine :" ,-n,-dijo Jua n,-se vol-
vi6 loea hoy; pero vuelve curada; no lo vol-
veras a ihacc', no las 'lejarzis mds solas jver-
unld, mulatat
lt I--contest6 con un sollozo Juana y se







SOMBEAS ETERNAS


acurruc6 al pie de la cama sobre un mont6n
de trapos.
-Y la nifiita ?-pregunt6 el cochero.
-Durmiendo, Ino la ve?-dijo la ma-
dre, sefialando a la pequefia dormida al ex-
tremo de la cama y mientras se acostaba en
el catre ahogada por la tos. Juan,-agreg6
a poco,-hoy crei morirme y escribi a usted
unas lines con lApiz en un papel que meti
con otros que me dej6 mi marido cuando se
fu6 a la guerra; aqui estin, en una carte-
rita que llev6 colgada al cuello para no per-
derla; yo morirA pronto; jfireme, Juan, que
usted cuidari de mi nifia y no dejard que se
muera en las calls o la eleven a un hospi-
cio. No la abandon nunca, Juan, ni la d6
a conocer; no ensefie esos papeles hasta
que... se la robarian y la matarian por qui-
tarle lo suyo.
-Se lo juro, sefiora; pero tranquilicese,
se pondrd usted pronto buena.
-Fuimos ricos, Juan; mi niiia deberA
vivir y educarse, si es que hay justicia. Us-
ted hard que... Un fuerte acceso de tos in-
terrumpi6 a la enferma y la dej6 desfalle-
cida.
-Bueno, sefiora, tranquilicese, mariana u
otro dia hablaremos; procure descansar y
curarse,-dijo carifiosamente el negrq;-vea
usted, Juana se ha dormido; esta molida, no
hay que despertarla; yo cerrar6 la puerta
desde fuera y meters la llave por el posti-
go. Buenas noches, nifia.






RAIMUNDO CABRERA


Juan sali6 e hizo lo que dijo; di6 la vuelta
por el costado exterior del cuartucho, y en
el angulo del fondo, junto a la pared trasera
de la casa que daba frente al mar, sobre la
tierra desnuda y cubierta de desechos, se
ech6 como un perro, estir6 sus miembros
cansados por la march del dia y. olvidando
sus plrna-, se qued6 profundamente dor-
mido.
Las noches anteriores desde que cedi6 su
cuarto a las pobres a-Hailai. habia dormido
en las barbacoas de la caballeriza que tenia
en alquiler para Gayao; aliora, que ni amn
eso i-,'osefa. era uno de tantos miserables que
dormian en los h ,vyiIs de los arrecifes, junto
a las paredes traseras de las casas de San
Lazaro, en los cobertizos arruinados, en el
cafi6n de la cloaca, bajo tinglados construi-
do, con lienz,-ii alfombras viejas, maderas,
latf., hierros y desperdicios por los vaga-
'und,:,s. Imendigi.,s y reconcentrados en aque-
Ila barriada inmunda de la mendicidad que
tuvo la capital de la filtima colonia espa-
fiia en America, junto al litoral, desde los
bastiones de la Punta hasta la caleta de San
L6zaro.
Los desventurados sin hogar ni asilo que
se re'-ogfian a dormir de noche sobre los des-
pojos y ]as inmundicias de aquella ancha
faja de terreno "pedregoso. erizado, hudme-
do y fi'tidl. tenian a lo menos la soledad, el
eielo). las e.trellas, el es:ac-io, el rumor de
las olas roumpieudo en las rocas de la orilla






SOMBRAS ETERNAS


y el soplo refrescante y arrullador de las
brisas del oceano.



Al primer destello del alba, Juan dej6 su
cama terrosa y enlodada, con la preocupa-
ci6n de obtener recursos y traer temprano
alimentos a sus protegidas.
Decidi6 la venta del coche desvencijado
antes que poner a prueba las ofertas de cre-
dito y amistad del bodeguero don PAnfilo y
se dirigi6 al establo. Logr6, tras largo re-
gateo, un sobreprecio de treinta y tres pe-
sos cincuenta centavos, saldada su deuda,
por la armadura del antiguo carruaje, cuya
reparaci6n seria costosa, y logr6 mAs: la pro-
mesa del establista de arrendarle en alqui-
ler por tres pesos diaries otro coche con
arreos y caballo para continuar en su nego-
cio de cochero de plaza.
Para el duefio del establo tenia todo lo
que se necesitaba, el cr6dito de hombre tra-
bajador y honrado.
Juan llev6 al cuartucho provisions do-
bles y hasta un cuarto de polio asado para
la enferma; los entreg6 a Juana y le reco-
mend6 con insistencia y carifio el cuidado
de la sefiora y la nifiita. Despusbte enca-
min6 a la calzada del Monte y entr6 en una
tienda de ropa hecha: tenia que reponer su
indumentaria completamente desgarrada,






RAIMUINDO CABRERA


sobre todo, los zapatos que dejaban los de-
(do al desnudo a travis de sus roturas.
Hizo una provision modest y adecuada:
camisa blanca, pantal6n y americana de
lienzo de color glis. corbata negra y unos
borrcguies. de cuero. En el mismo cuarto
de prueba se eujug6 el cuerpo y cambi6 de
traje, deseebando por infitil el usado. El
sombrero no habia que reponerlo: era de
jii, ,i1,p: estaba recien lavado y le duraria
much tiempo.
Pag6 las piezas despues de su ajuste cui-
dadoso; se habia transformado y vestido por
O:-f:I,.lltlc, con s6lo un gasto de diez pesos en
uno de esos almacenes de ropa hecha, estre-
chos, os,:uros, atiborrados de mercancias ba-
ratas, que al izuiil de otras grandes ciuda-
des. tiene para los pobres en sus barrios
bajos la Habana. Juan sali6 orondo y con-
solado con sus nuevos vestidos; ain le que-
daban veinte pesos en el bolsillo para afron-
tar los dias de ce.autia. Pero al pasar por
una pequefia tienda de modas, vi6 en la vi-
driera trajes de mujer y entr6 en ella. Ad-
quiri6 una bata de algod6n blanca, un cami-
s6n, un vestido de listado, una camisita de
niia y un pafiuelo grande de color a rayas,
de los que llaman de bayajd, dando las me-
didas aproximadas de las que habian de
usarlas.
Este trato import doce pesos; le resta-
ban ocho. Eran bastantes para pagar el al-






SOMBRAS ETERNAS


quiler del cuarto y comer una semana mien-
tras volvia al trabajo.
Con el paquete de vestidos que el tender
le entreg6, envueltos en un papel de peri6-
dico y atados con un cordel, se encamino sa-
tisfecho y ufano a su casa.
La pobre sefiora enferma se pondria una
bata nueva y limpia, la mulata el vestido de
listado y el paliuelo de bayajd, y la nifia su
camisita.
iQuB fiesta para aquellas desgraciadas!
I QuB placer tan grande para 61 que se la
proporcionaba!
Asi march a paso apresurado por la ca-
lle de Aguila hacia la de San Lazaro.
En la esquina de Animas llam6 su aten-
ci6n una gran concurrencia de curiosos que
contemplaban un carro de cuatro ruedas, de
color rojo, con las iniciales en blanco U. S. A.
y tirado por dos grandes caballos ameri-
canos.
El vehiculo se habia atascado en el pro-
fundo lodazal que en la calle, sin pavimen-
to y sin aceras, habian producido las filtimas
Iluvias. El cochero sobre el terreno, lucha-
ba infitilmente por sacar a los animals del
mal paso, tirindolos del freno mientras un
official, cuyas insignias se veian en las hom-
breras de su traje gris, sentado en el pes-
cante, daba impaciente, en ingl6s, 6rdenes al
conductor inexperto.
Juan ech6 una ojeada al cuadro, estudi6
el terreno, la situaci6n del coche y la actitud






RAIMUNDO CABRERA


de los caballos y con un arranque generoso,
pri:lpi de su ,aira.-:ier, se acerc6 al pescante
v di il, al ,iiia il:
-; Quiere usted que le ayude? subir6 al
pe:ta te.
Asittii' el military y el negro acomodin-
dose en el asieuto. despu6s de poner su pa-
quete en el carro, tom6 las riendas, les di6
dos o tres sesgos hibiles y en pocos minu-
tos Icl-gi'r que los caballos sacasen el vehiculo
del pantano. Ah! los pantanios! 61 sabia
veune' los? ; era su prActica; conocia bien esos
anujeros llenos de agua y lodo de la vieja
ciuilad de la Habana que habia transitado
con su coche durante veinte afios.
Al descender del asiento, le dijo el official
en mal eslpafil:
--jCudnto pedir por su trabajo?
Na,.ia. sefinr.-contest6 Juan.
-Usted ser buen conductor.
-Soy cochero de ,,--i-i,,.
--i L.'ted querer emplearse?
-Si, senior.
-Ir ifultian, a Maiianao, aqui tener mi
tarjeta, capitin Bates.
-C6mo no! ,o faltar6 mafiana.
Y Juan radiate de gozo rompi6 la fila de
curiosos que lo felicitaban, y con paso apre-
surado se dirigiO hacia San LAzaro, mui nu-
raildo con mezcla de pena y alegria:
-jAhl Gayao! pobre Gayao! te fuiste y
me dejaste tu buena sombra; lo que es aho-






SOMBEAS ETERNAS 57
ra, la sefiora, la nifia y Juana no carecerin
de nada.
Al tocar a la puertecilla le abri6 Juana
con aspect descompuesto; la sefiora estaba
desmayada. La chiquitina se acerc6 a Juan
y se abraz6 a sus piernas dici6ndole:
-Mama estf durmiendo hace much rato.
Despues de besar las manitas de la nifa,
el negro se acerc6 al lecho, contempl6 el ros-
tro pflido de la enferma, le tom6 el pulso,
le levant los brazos, le abri6 los parpados
y di6 un paso atras con angustia y terror.
La infeliz reconcentrada estaba muerta.

















SALDO DE CUENTAS

El coche funerario de los pobres "La
Lechuz'", vino a recoger por la tarde el
cadaver y conducirlo al cementerio. Juana
llev6 la nifa a la calle para que no presen-
ciara la triste ceremonia y siguiese creyen-
do que su madre estaba dormida, mientras
Juan, en un coche de plaza que alquil6 al
efecto. acompafiaba los restos de la difun-
ta hasta su enterramiento en la fosa comfin.
Los tramites de la inscripci6n en el regis-
tro de defunciones fueron breves. Juan co-
nocia a la finada s6lo con el nombre de Do-
fla Aurora, pues la habia recogido por ca-
ridad entire la turba de reconcentrados ham-
brientos que meses antes lenaban las calls
de la Habana, y no sabia mis.
Cumpli6 religiosamente el encargo de re-
coger y no mostrar a nadie la carterita de
papeles, y siguiendo los nobles impulses de
su character generoso, se reiter6 a i mismo






RAIMUNDO CABRERA


el compromise de conservar para su cuida-
do y afecto a la niifita huerfana.
Cuando la -iltima paletada de tierra ceg6
la fia;i, Juan con mayor devoci6n que la
que habia mostrado junto a los restos iner-
tes de f.f:',!.. se arrodill6 y rez6 largo tiem-
po. 1.sanulo un lpiinf:lid de la tierra remo-
viI.d y arrojindola a la sel:pultura.
Al volver al cuarto encontr6 a Juana
llorando, sentada en un rini:,;'n, con la nifia
i-lrtiiih.a en los brazos.
-; La cuidaris much, mulata ?-le pre-
gunt6 conmovido el cochero.
-i Mi hija -respnudii', ella, con su laco-
nismo ,iiieluizi y habitual, apretando a
su seno con ternura el cr:iu.rpe,.ito flaco de
la criatura.
-SerA hija tuya y nieta mia,-agreg6 el
ii~je', ..-aunque sea blanca.
Juana hizo una camita en un caj6n de
ina.-l-i;, en la que acost6 con cuidado y es-
mero a la hliii.rfana. recogi6 las ropas del
lecho de la enferma y las arroj6 a distan-
cia sobre los arrecifes, junto al mar, en el
basurero habitual del -vecindairio; lav6 con
a-ua y jab6n las barras del catre y las dej6
adosadas pierplendii.ularlnente a la pared;
ilespu, s se acurruc6 para dormir junto a
1aU nifia.
El cochero, por no dejarla en la soledad
y tristeza de la habitaci6n de que acababan
de sacar un cadaver, se acost6 tambien en
el suelo.






SOMBRAS ETERNAS


Esa noche por lo menos tenia techo que
le abrigara, aunque en aquellas cuatro pa-
redes estrechas habia dejado un ambiente
de melancolia la ausencia de la muerta.
Al dia siguiente, acudi6 formal a su cita
en Marianao.
El capitAn Bates contrat6 sus servicios
para conductor de un carro y cuidado del
pesebre por quince pesos semanales. La
duraci6n del empleo dependia de su buen
desempefo. Debia habitar cerca del cam-
pamento de Columbia, en trazado y rApida
construcci6n entonces, y Juan no perdi6 el
tiempo. Tom6 en alquiler' por diez pesos
mensuales una casita de embarrado y tejas
en los suburbios de los Quemados: un pa-
lacio con portalito al frente, de horcones
de madera, piso enlosado, sala, comedor,
cuarto con ventana al campo, todo diminu-
to, una cocina sobre el patio l1eno de Ar-
boles, y un cuartucho al fondo para 6l, casi
la perrera, pero mAs grande y luminoso que
el que tuvo en San Lazaro y cedi6 a las dos
reconcentradas.
Al regresar por la tarde se sentia conso-
lado y fortalecido.
DespuBs de acariciar a la muchachita y
contestar a sus preguntas:-D6nde esta
mama; cuindo viene; quiero que venga:
-Se estA curando, vendrA pronto, me en-
carg6 que te cuidara y te dijera que fue-
ras buena,-agreg6:
-Juana, mariana nos mudaremos, el dia






RAIMUNDO CABREBA


de afio nimej el dia en que todo cambia.
J.franw,, otra \-tz, que vas a curarte de esa
idiotez o uue te causaron tus desgracias y la
miseria, y que vas a vivir pain esta huerfa-
nita v a consolar con ella tus penas.
Juana tom6 a la niiia en sus bra-,os, la
bes6 Ilorando y le contest:
-Si; .'- estoy buena.
-To an,.ha'i .,-a.gregf lc negro ;-ya hemos empe-
zado bien -e:,n .:l.,: tengo colocaci6n con un
.,;'!i .i americano y un sueldo qiue es lo mis
-'ra.T que he IganIad, en mi vida. Vamos
a aiej'',r:!r y a i:-m:plir este deber.
A la mafana si Luierite,. empaquetaron su
pobrisimo minaje y en un carret6n lo remi-
tieron a la nueva casa, en los Quemados.
Pasadas las once estaban listos para em-
prender la mareha. P? ,r el frente del cuar-
tucho y al medio de la calle fangosa, sin
pavimento y sin aceras, pa.-aihan. unos trash
otros, .ri".l~i', de curiosos que iban al lito-
ral a presenciar desde los arrecifes la ce-
remonia del cambio de banderas en la for-
taleza del M'irri. Eva el dia sefialado para
abandonar el gobierno esplaf l- el iiltimo pe-
dazo 'IT- su dominio en America y entregar-
!o al de la Interi'v-:'.:iu Aimericana.
-Vamos a ver eso,-dijo Juan, sig:uien-
do tras los grupos y lh:ga. id, con la mulata
hasta la orilla.
T'l! re. la muchedumbre que llenaba la an-
cha faja de terreno yerrni,,, desde la Punta






SOMBRAS ETENAS 63

hasta la caleta de San LAzaro, moviendose
.lificilmente entire los picos de la roca, sal-
tando por encima de los hoyos llenos de
agua estancada y pisando las inmundicias
alli esparcidas, reinaba un silencio espec-
tante. No se gritaba, ni siquiera se habla-
ba en voz alta. El mismo silencio se obser-
vaba en los espectadores que llenaban las
azoteas, los balcones y ventanas de los edi-
ficios cercanos al litoral. Veianse rostros
mustios, en que se reflejaban la congoja in-
terior por el desastre inevitable y el valor
mudo con que asistian hasta el filtimo ins-
tante a la caida del ideal derrotado; veian-
se semblantes que expresaban el asombro
y la duda en la realidad de aquel desenlace;
otros que mostraban francamente la satis-
facci6n del triunfo, y se oia el rumor de los
que lamentaban la derrota y apenas habla-
ban y el de los que reputAndose los vence-
dores se sentian contenidos por la duda y la
incertidumbre del mafiana y por cierto res-
peto y conmiseraci6n hacia el vencido.
Un fil6sofo habria observado en aquella
concurrencia, comedida y recatada, que la
conciencia popular se deba cuenta de la so-
lemnidad del instant. Los caidos, porque
caian para siempre; los que subian, porque
ignoraban si la ascension seria una reali-
dad sin obstAculos. De todos modos, la de-
rrota era cierta para los unos y la victoria
un hecho realizado, prometido y garantiza-
do para los otros.


T*.,






RAIMUNDO CABRERA


Veintiin cafionazos disparados desde
la fortaleza de la Cailiina anunciaron el
moment final. Eint.,nii-e ces6 todo rumor,
y el silencio, un silencio anhelante, tiiido,
casi 1rliLi,,so, rein6 en la muchedumbre que
llenaba el litoral, los balcones y terrazas.
El cielo estaba claro, azul. ligeras nubes
grises se alzaban en el horizonte y la sere-
nidad de la atm6sfera parecia reflejar la
misma calma de la tierra. Todas las mira-
das se hallaban fijas eon ansiedad en el ele-
vado mistil del MrIrr,. que sostenia la ban-
dera de oro y gralna. plegada sobre si mis-
ma, caida por su propio peso en pliegues
recogidos paralelos al asta, sin que la mis
liS.rri brisa la Alitsr.. Al sonar el estam-
pido del filtimo :anlrunazoa mano expert sol-
t6 la cuerda y el pabell6n de Espafia, sin
sost:'u. cay6 r;il'idainente, sin desplegarse,
como un fardo largo y i-,tsad:o, perdidndose
en un .segun-ul a la vista de los millares de
espl'cItadLdI-re, bajo los muros del baluarte
elevado sobre la colina.
Eni se'uida otra mano, 6gil, elev6 sobre
un s e uiud, mistil desnudo e inmediato, el
pahell'in de los Estiad:'s Unidos.
i Coincidencia extrafia! En ese mismo
instant se levant la brisa del mar con
fuerte raifaga e hizo desplegar en toda su
aniplitlud los col.,,li're-, azul, rojo y blanco, del
pabell6n americano. Veintiin cafionazos lo
sAlli ofla 'i-'11.
Al sonar el filtimnv disparo, el silencio res-






O'dMBRAS ETEENAB


petuoso y contenido de la muchedumbre,
contra todo lo preceptuado y establecido,
estall6 en una exclamaci6n simultAnea y
estruendosa. Esta explosion inevitable sa-
ludaba con frenesi a una bandera cubana
que flotaba en el aire y ascendia sobre las
fortalezas prendida al hilo invisible de un
papalote que la brisa juguetona llevaba ha-
cia las nubes.
SQuB hermosa a todas las miradas luci6
en el acto el pabell6n de la estrella solita-
ria! I Que patriota an6nimo seria el que
elev6 al cielo, sobre todos, el simbolo her-
moso de los ideales patriots!
-Dios es muy grande!-murmur6 reli-
giosamente Juan.
Juana, recordando a su marido Leonardo,
muerto en la guerra, a sus hijos que expi-
raron de hambre con los reconcentrados en
las calls de la Habana, secandose una l1-
grima y apretando a su pecho con ternura
a la niia hu6rfana, murmur6 tambien con
voz ronca:
-i Todo se paga I

















UNA APOTEOSIS Y UNA MIRADA

-iQu6 contrast! "La alegria quieta"
que recomendaba al pueblo de la Habana el
General Ludlow en su carta previsora y se-
rena a la Junta Patri6tica, pidi6ndole que
pospusiera para otra 6poca los festejos que
la agrupaci6n proyectaba celebrar el pri-
mero de Enero, al cesar la soberania espa-
fiola, en realidad di6 a aquel dia solemn
un tono severe y melanc6lico: el de fiesta
de recogimiento y meditaci6n. A los que la
presenciaron produjo estupor semejante al
que experimentan y described los que asis-
ten a la ejecuci6n de un reo: pesar por la
vida que se siega: piedad por el delincuente:
respeto y hasta temor por la acci6n inexo-
rable de la justicia. En aquella hora la so-
berania espafiola, ambiciosa y obcecada en
cuatro siglos, pag6 todas sus injusticias y
errors. La caida de su bandera fu6 la de-
capitaci6n; los que la amaban y defendie-






RAIMUNDO CABRERA


ron experimentaron torture; los que na-
cieron y sufrieron Laji ella, la compade-
cian; Ier," la justicia humana se sinti6 sa-
tif'chln. Ahl'ra. contemplen ustv.des este
otro cuadro: es el de la alegria delirante de
un pueblo que triunfa y siente que su ideal
de libertad se realiza al cabo de un cons-
tante hregar y de luchas .sngrientas.
El que decia este discurso, hablando a
otro (..llr',rn. a una sefiora y un niifl ves-
tiil.s- de nerlii. de pie tod-is. apoyados en
el ei-r:t-1.A..,t de uno de los balconies del pri-
mer pi-, del Hotel Tulatiterria, sobre la es-
quina de San Lft';-acl y Prado, les sefialaba
la ola humana que se aJital-,a en la amplia
plaza I.1l frintt1. lenando las calls anexas
en todas direcciones y los balcones y azo-
teas de los edificios c.ntiu,-is. La muche-
dumbre apresurada y gozosa buscaba sitio
al. a'lad: para presenciar, sin desperdicio
de un detalle, el desfile military y la proce-
si6n civic.
--iQu6 hermoso espectaculo! c6mo en-
sancha el coraz6n y c6mo me consuela!-ex-
clam6 el caballeril vestido de luto con acen-
to emocionado y los ojos hinmedos.
-F 1gieon.-volvi6 a decir el que habia
hablado a nt.s y cuyo traje distinto consis-
tia en pantal6n y americana blancios, de cor-
te nilitlar, gorra del mismo color y en
el hombro las insizuias de Coronel:-este
nmainuiiinl, finall -'xii.', muchos sacrificios y
penas. Esu.s sten:blantes alborozados que







SOMBRAS ETENAS 69

muestran en cada concurrente la alegria de
la victoria, encubren los recuerdos de lo que
cada cual ha sufrido. & Qui6n en la ardua
lucha no ha dejado en el camino jirones de
su came y angustias de su espiritu? Esta
hora lo compensa todo: ya somos y seremos
pueblo libre.
-Mi pobre mujer enferma, mi pobre hi-
ja que no alcanz6 esta hora de compen-
saci6n I
-He visto families enteras disgregarse
y desaparecer durante esta guerra de ex-
terminio: la concentraci6n de los campesi-
nos en las ciudades despobl6 al pais; per-
diste a tu nifia y tu buena compafiera estA
postrada; no pudieron resistir la estrechez,
las privaciones del destierro y la inclemen-
cia del clima glacial del Norte, mientras
cumplias tu deber de patriota en la emigra-
ci6n; pero has vencido: te queda tu mujer,
que curari, y tu hijo; eres ain joven, fuer-
te; por ellos tienes que rehacer tu patrimo-
nio y tu hijo y la patria serin ahora tus
objetivos.
-Lo s6 y a luchar sigo dispuesto, sobre
todo por 61; que ya la patria tiene andado
su camino.
-Te equivocas: ahora es cuando empieza
a abrirsele; ese pueblo alborozado que con-
templamos desde aqui y que nos contagia
con sus alegrias, tiene un sentimiento ins-
, tintivo: ama la libertad porque vivi6 opre-
so, pero todavia no la comprende; hay que







RAIMUNDO CABRERA


educarlo, ilustrarlo y dirigirlo: los hombres
de saber y de patriotism tienen a su cargo
esa misi6n: la lucha heroica ha terminado;
los E .anl'si Unidos echaron en la balanza
de las discordias su intervenci6n justicie-
ra ponrlque "Cuba sea y deba ser pueblo li-
bre e independiente", pero ain hay que ha-
cer y 1, rar esto. Pi6nsalo, sacude tus pe-
nas y a luchar de nuevo en campo mas ex-
pit- it.,. pero no menos accidentado y di-
ficil.
-PapA! mira! mira qu6 carrozas tan en-
galanadas y tan lindas!-grit6 el nifio que
con la sefiora enlutada se hallaban abstrai-
dos en la contemplaci6n de la multitud que
abajo de los balcones se movia y ajenos a
la conversaci6n de los dos caballeros.
-Ah!-dijo el vestido de blanco,--, las ca-
rrozas ya? me voy: tengo que ordenar su
entrada en la comitiva: me detuve a salu-
darte y a saber si querias ir conmigo al
Ayuntamiento, a la sesi6n extraordinaria
y a presenciar el desfile; vienes?
-No, me quedo aqui con Leonor y mi
hijo. Alquil6 este balc6n s6lo con ese ob-
jeto.
-Como quie'ra;s. Vine desde la estaci6n
del Feirrtocarril de Marianao con la comisi6n
de fete.jios ordenando la via. iSi vieras c6-
mo e-:ti to:ida esa calzada adornada con arcos
triunfales y los edificios cubiertos de bande-
ras! Pero lo que m6s asombra es la concu- *
rrencia: los portales y las aceras no dan es-







BOMBRAS ETERNAS 71

pacio para la muchedumbre. La calzada del
Monte, la de Galiano, estAn como San Ra-
fael y este parque: no es concurrencia, es un
hormiguero continue que se agita, que crece,
que se renueva: nunca la Habana ofreci6
espectaculo tan grandiose ni semejante y lo
mas curioso es que unos y otros, vencidos y
vencedores, estin juntos en escena.
-El viaje del Generalisimo ha sido un
paseo triunfal.
-Y cordial! Ha sabido atraer y hala-
gar a todo el mundo. Desde las Villas has-
ta Marianao, en cada ciudad tuvo un home-
naje estruendoso: los cubanos y las colonies
espafolas lo festejaron igualmente, y las
autoridades americanas lo han colmado de
atenciones.
-Tuvo una frase genial en Sagua la
Grande, en el Casino Espafiol; la lei en los
peri6dicos: "La libertad es para todos; la
uni6n de todos sin recelos ni rencores serA
su garantia."
-Pero esta fiesta de la Habana supera a
todo; raz6n tuvieron los americanos en pos-
ponerla en primero de Enero; el cambio de
banderas pudo ser ocasi6n de conflicts; la
realidad se impuso en el silencio, en un acto
respetuoso, culto y civico; el tiempo ha cal-
mado las pasiones y la bandera de las estre-
Ilas y la concurrencia de los interventores
dan hoy confianza en el present y para el
porvenir; esto es, seguridad a los espafoles
que han de convivir con nosotros. Pero, ha-







RAIMUNDO CABRERA


blamos deiuisiad,, y me .speran: hasta la
noche que me reunir6 con ustedes en tu
casa.
-Hasta luego, JuliAn--lijoeroin con cari-
fio a una la mujer, el nifio y el caballero en-
liitado, y se inelinaron en el antepecho para
contemplar con ansiedad el desfile.
Por el extremo de la calle de San Rafael,
en la esquina de Galiano, sonaban ya los
clarines del piquete de ciento sesenta bati-
dores paisanos, montados en briosos corce-
1. que al mando de dos jefes insurrectos
abrian la march y despejaban la via. La
muchedumbre hecha una masa avanzaba
hacia el Parque. tropezando y confundi6n-
dose con la que penetraba por las esquinas
de las calls traviesas y se desparramaba
en todas direcciones. Los grupos se empu-
jaban sobre las aceras sin altercados ni ri-
fias, y cada rostro mostraba las sefiales de
una alegria franca y expansive, que se des-
ahiigba con grits y exclamaciones.
Tras los batidores marchaban cien jefes y
oficiales del ejirciit,, cubano, seguidos por
una banda del ej6rcito inamerican.,; tras
ellos, a caballo, todo el estado mayor del
Generalisimu,; en un coche el General Ro-
loff levalba el estandarte de la Invasi6n, la
b:inudera de la estrella solitaria heeha giro-
nes, agujereada por la balas y ahumada por
el fuego, y luego, a caballo. en el corcel .\o-
ble que fuc de Ma:eo, se destaeaba el in-
tven.uible sobreiviente de las dos guerras,







SOMBRAS ETERNAS


el brazo tenaz sufrido y victorioso de la
Revoluci6n, el Generalisimo MAximo G6-
mez, al frente de dos mil soldados de caba-
Ileria e infanteria, vestidos de nuevo, con el
sombrero de paja, la escarapela y el traje
tipicos del mambi. Y alrededor de las filas,
marchando al par de ellas y siguiendolas,
el pueblo, el pueblo redimido, un sequito
de mAs de treinta mil personas de todos los
sexos, edades y colors, agitando en el aire
con los brazos levantados y moviendolas a
compAs de vivas y gritos alborozados, mi-
ilares de banderitas cubanas y americanas.
Al entrar en cada calle, la vista del H6roe,
sobre quien convergian con avidez todas las
miradas, producia verdaderos paroxismos
de entusiasmo: se gritaba, se reia y se Ilo-
raba. Su cuerpo enjuto parecia clavado en
la silla criolla del corcel que marchaba al
paso, d6cil a la rienda. En el rostro more-
no, huesoso, bajo el bigote lacio caido en
sus extremes, se contrarian los labios con
una sonrisa jovial y satisfecha. La mira-
da penetrante, movida a uno y otro lado, ob-
servaba con avidez en los balcones y hacia
el frente, los movimientos de la concurren-
cia y contestaba a los vitores y saludos con
inclinaciones de cabeza, con la mano dere-
cha elevada a la altura de las sienes a usan-
za military o quitAndose y agitando a veces
su sombrero calafins.
La legada del Generalisimo al Parque
se anunci6 con veintiun canonazos dis-







RAIMUNDO CABRERA


parados en la :,'m ;!z': hi la Cabaifa. Los
mon6tonos ei-.t;;J .ii ils resonaron en los
uiiis del pipi'"h..:i: I..n acentos de gloria.
La banda ;m,: i,'l:i;Ln,. detenida frente al
teatro de Albisu, hizo oir los acordes del
Himno de Bayamo y en ese instant toda
a.iiii!: masa humana guard un silencio
solemn. E! .-i'.'iiii de un minute, de un
seguibl,,, si se qn-ierc. que fud como el acto
de ri.-,.i iiecnt, de un pueblo que habia su-
fi id:o opresi6n y martirio durante siglos y
elevaba con unci6n su espiritu y su recuer-
do a los manes de la patria, a los martires
(Idl .a.-nl.. a los ,;i'do-, a los venuiidos, y la
ora l.ei.'n lt- las conciencias libertadas al Dios
de la Justicia y de los pueblos redimidos.
Cuando los acordes del himno cubano ce-
saron, no fu6 un gritb, fu6 un sollozo lo que
brot6 al unisono de todos los pechos.
-J- t:ujuin.-dijo en su balc6n el enluta-
do, tomando entire sus manos la del nifio
que estaba a su lado;-contempla bien a ese
viejo soldado: es el ejemplo del tes6n y del
vi ,i r en la defense del ideal de nuestro pue-
blo; luch6 joven en la guerra de los Diez
Afios y no caij:iitul.', vergtuzi,-samente en el
Zn.j-!.n: sigui6 vigilante nuestra causa en
largo destierro; respondi6 al primer llama-
miento de los revolucionarios; condujo
nuestro e.ij6ritc desde Oriente a Occidente;
lo mantuvo firme en todos los trances; lo
ensefiS a sufrir hambre y miserias; no de-
c;iy-', uni.na: di6 ejemplo de fortaleza a los







SOMBRAS ETERNAS


d6biles, y entire los fuertes fu6 el m6s fuer-
te; venci6 a los generals espafoles Marti-
nez Campos y Weyler; abati6 la political
mentirosa de Blanco y de los cubanos que
equivocados la siguieron. Su firmeza tra-
jo la intervenci6n americana que nos eman-
cipa; no es el Libertador por si mismo, por-
que tambi6n lo fueron C6spedes y Marti;
pero 61 ha sido el genio y el brazo de los
libertadores, fuerte para sobrevivir y ven-
cer. Joaquin, la mas hermosa de las vir-
tudes es el patriotism; no lo olvides y prac-
ticala, hijo mio.
El nifio escuch6 atento el discurso de su
padre y tomando de una cesta lena de flo-
res colocada en el balc6n, un pufiado de p6-
talos, lo arroj6 sobre el Generalisimo y su
comitiva, gritando:
-Viva Cuba libre!
Maximo G6mez alz6 la vista y sonri6 al
nifo, que continue arrojando flores. Un jo-
ven ayudante que estaba a su lado, salud6
al enlutado.
-1 Qui6n es ?-pregunt6 el General.
-El caballero vestido de negro es el abo-
gado don Ricardo del Campo.
-i Ah! lo conozco de nombre: ese es un
patriota,-y quitAndose el sombrero el H6-
roe salud6 al balc6n.
El s6quito estaba detenido a la entrada
del Parque; las carrozas de la procesi6n ci-
vica se habian situado en linea desde la pla-
za frente al teatro de Tac6n hasta la esta-






RAIMUNDO CABRERA


tua de la India para desfilar despues de la
tropa alrededor del Parque y llegar por la
calle de Obispo hasta el frente del antiguo
palacio de los Capitanes Generales.
De la primera de las carrozas, adornada
primorosamente con guirunldas de fires
llau'zi,. azules y r",jas y palmas de laurel,
descendi6 una bellisima joven vestida de tfi-
nica ibliania, birrete rojo, las franjas y la
estrella de la bandera cubana ceiiida en el
esbelto talle y en cada nnuieen un anillo
lirn:mild, con los extremes de una cadena
rota: el simbolo mas sugestivo y hermoso de
C'uba libertada.
Seguianla dos caballeros vestidos de ne-
gro, con banda azul sobre el pecho y en
ellas el letrero dorado "Junta Patri6tica";
con los sombreros de elpa en la man, uno
an:iian:. el otro de edad median: se acer-
caron al G.-n,:ralisimuo. La joven le dijo
con acento jovial y gracioso, ofreci6ndole
una corona de laurel y rosas:
-Al primero en la guerra y el primero
en la paz.
T.I >;neal se incline sobre la silla, reci-
bi6 la corona y bes6 a la joven en las ma-
nos. e(nt!reaudnl d1esipuns el trofeo a uno de
su sirquitl. mieniitras atronaban el aire los
aplausos de los concurrentes.
1n ayudante del jefe baji, a su vez del
caballo y ai:.,:pafni a la joven y a los dos ca-
balleros a la carroza. Al dale una mano






SOMBRAS ETEBNAS


para ayudarla a subir al carruaje, la dijo
con pasi6n:
-iQue linda estAs, Sofia!
-Para ti esto, Gustavo-contest6 ella
sonriente, arrancfndose de la guirnalda que
ceiifa su cabello, un blanco jazmin y entre-
gfndolo al joven military; 6ste lo llev6 a sus
labios mientras regresaba al lado del jefe.
La marcha se inici6 de nuevo: desfilaron
soldados, pueblo y coaches; cruzaron bajo los
balcones las cien carrozas de distintos sim-
bolos de la procesi6n civica y continuaron
hasta la Plaza de Armas, por frente al bal-
c6n del palacio de los Capitanes Generales,
donde se habia situado el Generalisimo con
el Gobernador americano, General Ludlow,
y el Alcalde de la Ciudad, Perfecto La-
coste.
Las orquestas callejeras, los petardos y
cohetes alegraron la fiesta y los concurren-
tes en los balcones y portales empezaron a
desfilar por las calls, ya mas desahogadas
de grupos.
-Vamonos a casa,-murmur6 Ricardo,
poni&ndose en pie.
-- No te fijaste,-le pregunt6 la sefiora,-
en esa mujer hermosa que ha estado duran-
te el desfile y estA todavia en la terraza del
cafe de Tac6n, frente a nosotros? No ha
quitado sus ojos de ti: te miraba con tal
insistencia que me llam6 la atenci6n.
-- CuAl?-pregunt6 Ricardo a su vez,
volviendose hacia el lugar indicado por Leo-






78 RAIMUNDO CABRERA
nor.-i Ah!-- exclam6 con un extremeci-
miento imlprcelptible al cruzar su vista con
la de la dama curiosa, clavada en 61 con
persistencia y osadin. En seguida, volvi6n-
dose a su lwrmana. agregz' con tono displi-
cente para ocultar su turbaci6n y evitar
otra i'regunta:
-M-e parece conocerla: creo que es una
de mis antiguas clients.
Mal sin poderlo evitar, antes de separarse
del bah-n., sus miradas volvieron a encon-
trarse con las tenaces e insistentes que sur-
gian de aquellas pupilas brillantes y azules.















VII


INSTRUIR ES LIBERTAR

En una sala baja con ventanas a la calle,
amplia y l1ena de luz, amueblada con gran
mesa escritorio, various sillones y estantes
de nogal medio vacios, adosados a los teste-
ros, Ricardo del Campo sacaba de unas ca-
jas de pino abiertas y colocadas en el sue-
lo, los volimenes de divers tamafio conte-
nidos en ellas; los ponia sobre una mesa,
los sacudia con un pequefio plumero y des-
pugs de leer los r6tulos del lomo o abrirlos
a veces para examiner sus pdginas, los colo-
caba simitricamente, ordenAndolos por ta-
maio y colecciones en los distintos ana-
queles.
Aquella labor mon6tona y fatigosa pare-
cia deleitarlo.
La puerta interior del despacho se abri6
empujada por mano que no necesitaba anun-
ciarse y aparecio en ella el individuo vestido





RAIMUNDO CABRERA


con t aje military blanco que le acompafi6 la
vispera en los balcones de Inglaterra.
--T :i ,.,via con los libros?-pregunt6,-
tno te cansas?
-N --contest6 Ricardo:-me reiereo tan-
to como si me reuniera y conversara con
un z: u i, de buenos amigos. E;t.'ss libros, Ju-
liain, fuler(ii mi vida en muchos afios. Cada
volume me trae un recuerdo grato: mar-
caron mi ascenso en la lucha por la exis-
tencia. Cuando empec6 a tr:bajir. joven y
.i2..!'r. mi biblioteca la formaban s6lo mis
libros de texto de la Universidad. El nli-
mero de tomos y de obras crecieron luego en
raz6n direct de mis ganancias. Si un ha--
cendado media su riqueza por el nilmero de
bocoyes de azficar de su zafra, yo media la
I~rosperidad poir el naimero de mis estantes.
La iev:ilur.iin me! alej6 de ellos; durante mi
ausc.uwia de cuatro ai-. estuvieron en un
depl'.-ito en:-ajomados, como los ves; vuel-
ven a la luz como yo he vuelto a la patria.
Si he perdido la riqueza y la dicha, es un
gran consuelo para mi volver a encontrar-
los. Por eso los tomo y los miro uno por
uno: son mis viejos camaradas y al tener-
los de nuevo a mi lado, cerca de mi, a mi
maino. se renueva mi con:fianza en el traba-
jo y en el porvenir.
-Esu es lo que espero de ti: que manten-
gas y vigorices la confianza en'ti mismo;
la de tus primeros lfios, la de la juventud,
la que te di6 nombre, bienestar y fama. Hoy






SOMBRAB ETERNAB


tienes quintuplicada tu popularidad; el he-
cho de haberte ido a la emigracion y afiliarte
a los revolucionarios desde el principio sin
esperar a que te echaran del pais las pros-
cripcionps de Weyler, ni menos haberte
agregado voluntaria y cobardemente al ca-
rro de los defensores de la integridad na-
cional, como lo hicieron muchos de los je-
fes del Autonomismo, nuestros antiguos
amigos que condenaron la revoluci6n, te
abre ahora sendas faciles para tus laborers.
Yo con menos merecimientos que td, pero
con los mismos titulos de cubano consecuen-
te, te conmino, Ricardo; hay que entrar en
acci6n de nuevo; el pais necesita ahora mis
que nunca del concurso de sus buenos hi-
jos. Ha sacudido en tres afios de convul-
si6n sangrienta y ruinosa el y.o de sus
opresores y la Intervenci6n amerinan,.que
consum6 el heroico esfuezo declarando su
derecho a ser libre y lo rige temporalmente
ahora, le ofrece constituirlo tan pronto co-
mo est6 en condiciones de consolidar el go-
bierno propio independiente. Hay que es-
tar a su lado para ese prop6sito: ilustrar-
lo, enterarle de nuestras necesidades y as-
piraciones, cooperar a la reconstrucci6n, pa-
cificar y pedirle que cumpla ese sagrado
compromise.
-Pero I dudas de que lo haga
-No, no lo dudo; tengo la fire convie-
ci6n de que los Estados Unidos ban inicia-
do y realizarin una obra magnanima de jus-






BAIMUNDO CABRERA


ticia; pero mi sentir es otro. Pienso que
junto a ellos deben ponerse todos los que
han amado y servido de veras la causa de la
libertad y de la independencia y no permi-
tir que sean sus inspiradores y corifeos los
que fueron no ya imiffierinte.; sino enemi-
g-:Is de la realizaci6n de ese ideal politico.
i i hubieras visto nyer en la recepci6n del
Generalisimo y al lado de los jefes america-
nos a tanto tipo de esa etlpeiie alardeando
de patriotism y de servicios imaginarios!
Olfatean los puestos !,l ib;l-ios, el brillo, el
medro pc-r-.,nal, sin importarles un ardite
la causa de la patria ni los principios que
han de in te ga la.
-D..'ja!o.- que mel ren:: ya ellos no podrAn
evitar el triunfo de la Revoluci6n que ha
vencido y si se poe-.n bajo su palio, la apo-
yan y la servirdn.
-Pero no le comunicarin la pureza de sus
idealismos: lo que ,uiero decirte es que hay
que entrar en a<-,--n: no abandonar la sen-
da de nuestra vida:; trabajar porque la pa-
tria realize sus destius.
-No he de rehuirlo; pero, por ahora d4-
ja me consolar mis tristezas: llevo en el co-
raz6n reiiente las heridas: la muerte de mi
nifia, mi mujei' inv.lida: las sacrifiqu6 ule-
v~ndolas -onmig"io a un clima inclemente, a
sufrir estrecheces y privaciornes.
-Fueroun otras victims ofrendadas a la
Revoluci6n: iha l il:;ido tintas! iCuintos







SOMBRAS ETERNAS


han sucumbido! Ellas te acompaiaron en
la via de tu deber.
-Tengo que rehacer mi patrimonio, re-
construir mi bufete y las escasas fincas que
me quedan destruidas por el incendio; ase-
gurar el porvenir de ese pobre hijo; pagar
mis deudas contraidas en el destierro y en
el servicio de la independencia: todo lo di
por ella, la labor de veinte afios destruida.
-Ese ha sido hasta ahora el hado del cu-
bano. ; Qu6 grande y triste fu6 la ruina de
nuestras families en el 68! iDegoladora ha
sido en el 95! Menos mal para nosotros que
aim estamos en los cuarenta afios de edad,
en la plenitud de la virilidad y hemos visto
lo que no pudieron ver nuestros mayores,
la caida de la soberania espafiola, causa per-
manente de tantos martirios. Ya el porve-
nir estA definido: trabajemos para que sea
seguro y stable. Pero, de otro asunto quie-
ro hablarte antes de ausentarme mariana.
Sidntate, deja ya esos libros y 6yeme.
-Me siento, habla: soy todo oidos.
-Sabes bien que no fui a la Revoluci6n
como soldado: he estado en el campo cerca
de cuatro afios sin disparar un tiro ni de-
rramar una gota de sangre aunque por mis
servicios el Generalisimo me confiri6 el gra-
do de Coronel. Mi misi6n principal fu6
acopiar recursos para los insurrectos: ar-
mas, provisions y medicines. Hice facil
a mis convecinos aptos para la guerra su
march a la manigua y cuando Gomez y






RAIMUNDO CABRERA


Maceo invadieron mi Uomiarea, encontra-
ron en ella millares de hombres prepa-
rados para seguirle.- y un hospital de san-
gre que mont6 en el coraz6n de los montes
del Rosario. Alli fui enfermero, cirujano.
farmacvutico, todo.
-Fuiste como sieiupre, un ser superior,
un filuntropo, un patriot.
-Entre mis heridos asisti a un joven ca-
lpit n a quien tuve que amputar las dos pier-
nas det.trozada.s al pisotearlo la caballeria;
la gangrena no se contuvo; muri6 en mis
brazos resignado ilspul:, s de terrible pade-
cimientos: fu6 un valiente.
-jiCuinto heroe ignoirlad! i Cuinta vic-
tima!
-Aquel j,.:'uii. de figure. a:rr,,'gante, me
hizo su historic antes de morir y me confi6
un encargo piadoso. Era casado con la
hija de un rico rentista. Su cufiada, la her-
mana iniyi' de su mu.ij';, era la esposa de
un mercader espailol del mismo pueblo,
hombre de caricter duro, avaro y signifi-
cado por sus ilitran.igeiiians como integris-
tn. T i y v lo conocemos: se llama don An-
tero, aquel que me sueedi6 en la alcaldia
ruando me depusieron los espafioles en tiem-
po 'v los ;-l ',i ni ,-... p,'ri '-.lit,, de don Tor-
cuato del Pazo. iEs coincidencia rara!
I verdad? Los dos matrimonios estaban se-
parail'is por sus diferencias political que
acentuaba mis el hecho de haber sido el
padre, el suegro, cubano de ideas avanza-




. -F'j


SOMBRAS ETERNAS 85
-das, uno de los revolucionarios del 68, miem-
bro en Nueva York de las Juntas Revolu-
cionarias de aquella 6poca y que al regre-
sar a Cuba despues del Zanj6n y recuperar
sus cuantiosos bienes confiscados, los reali-
z6 unos tras otros y convirti6 su product
en bonos y acciones de empresas ferrovia-
rias de los Estados Unidos, cuya ciudada-
nia habia obtenido. El matrimonio con
don Antero fu6 motivo de hondas oposicio-
nes y discordias y de amarguras para el an-
ciano patricio. En cambio, el matrimonio
de la segunda hija con el capitin insurrec-
to que me las referia, objeto de su predilec-
ci6n y cariflo aumentado con el nacimiento
de una nietecita. El amor inspire y cobij6
esta uni6n: el interns y la avaricia la del
mercader atraido por las riquezas del ren-
tista. La guerra del 95 trajo la definitive
desorganizaci6n de la familiar. Seguramen-
te por instigaci6n del yerno integrista, el
suegro fue denunciado al regresar de Nue-
va York, despues de un corto viaje para
negocios o para conspirar, y preso y deste-
rrado por Weyler a Chafarinas. El pobre
anciano sacado de su casa no lleg6 a embar-
car; reclam6 los fueros de su ciudadania ex-
tranjera y mientras le defendia el c6nsul
General Lee, muri6 en las mazmorras de
un castillo de enfermedad sibita.
El insurrecto que me referia este amargo
incident de su vida, me afirm6 que a mas
de la muerte misteriosa de su padre politi-






RAIMUNDO CABRERA


co, adivin;' en su -:onleuil, el designio de ha-
cerle perseguir y de.sapareeer, asi eomo a
su nmu lt y a su hi. a. acaso para acaparar
todo el patrimonio del suegro, ignorant de
las precauciones lque dste habia torado res-
pecto a sus valores en el viaje uiltimo a los
Estados Unidos. Las asechanzas fueron
tales, la persecuci6n tan visible, que fi6 al
porvenir la decision de esos conflicts. Hi-
zo salir secretamente de su casa a su mujer
y su nifia. ir al Rinc6n, a la finca de un pa-
riente y amigo, las dej6 a su cuidado y se
fu6 a la revo:lucivin a unirse con el General
Maceo. Recogio por su sacrificio la muer-
te. Durante su larga agonia fu6 su marti-
rio pensar en la suerte de aquellos dos se-
res queridos, c:uyo estado ignoraba. La con-
centraci6n en las ciudades decretada por
Weyler habia sacado de sus casas a los cam-
pesinos; qu6 seria de ellos? Me di6 sus
nombres, todos los datos para identificarlos
y sus filtimas palabras al morir fueron este
rueg.:,: "IBu-tu-i y salve a mi mujer y a mi
Iii.j;; Aurora, me 4ij,, tiene en su powder los
documents que me dej6 mi suegro; logre
usted que ricupereu lo suyo; prom6tamelo
pir;i morir t;lii :!;il,.'' Le jure que lo arfnia.
-s Q,.i. hi-t,,ri:- rt,,i triste! Julian,---dijo
Ricardo.
--ML., triste que la tuya. Desde que se
-,onfirmil la paz y regress del campo he es-
tado *.'usagrado a e-te empefio dificil, sin
re-ulta1do. La famiilii del Rinc6n ha desa-







SOMBRAS RTERNAS 87
parecido, la finca fu6 quemada, los pocos
vecinos supervivientes que retornan al dis-
trito a intentar rehacer sus chozas destrui-
das por el incendio, no tienen notieias de
aquellas infelices, que no eran alli conoci-
das; la mujer y la nifia deben haber sucum-
bido. He hecho initiles pesquisas en San-
tiago, en el Rinc6n, en Calabazar, en la mis-
ma Habana y en todos los poblados cercanos
donde reconcentraron a los guajiros. Los
reconcentrados que morian en las calls
eran enterrados en la fosa comin sin nin-
gun registro previo; pero no desmayo to-
davia y quiero que ta continues en mi ausen-
eia esta investigaci6n por la memorial de
aquel joven capitin que me lo rog6 al exha-
lar el iltimo suspiro.
-Lo hare sin descanso,-contest6 Ri-
cardo:-dame los apuntes que tienes y
march tranquilo. gA d6nde vas?
-Marcho a recorrer las provincias con el
Supervisor de Instruccion Pfiblica; me he
adscrito a este Departamento del Gobier-
no. Vamos a estudiar las grandes necesi-
dades del pals en este asunto; a transfor-
marlo, a abrir escuelas, a ensefiar a leer y a
pensar a nuestro pueblo. Ricardo, la labor
de los jefes autonomistas fu6 una gran em-
presa civica y educadora en medio de un
pueblo ignorante y frente a un gobierno ob-
cecado, retr6grado y duro; la labor de los
revolucionarios ha sido heroica; la tarea
de los libertadores cultos ha de ser ahora







88 RAIMUNDO CABREBA
formal rIepublicnnos: el que instluye eman-
cipa; Ricardo. mientras yo voy a abrir es-
cuelas, con tu pluma y tu palabra sigue tra-
bajando en esa send de patriotism. Para
ser libres hay que ensefiar a saber serlo.
-Anda Juliin, ve tranquilo. trabaja; tu
palaira y tu ejemplo, ahora como en los
dias ide nuestra juventud, encienden mi pa-
triotism o.
Y los dos viejo-; nmigos se estrecharon
las manos con la efusiion y el eariflo de sus
afios juveniles.















VIII

AMARGURAS DEL DESTIERRO

Maximo G6mez dijo bien de Ricardo del
Campo al oir su nombre "Es un patriota".
Su vida entera consagrada al servicio del
pais le habian ganado en la consideraci6n
de los contemporaneos ese honroso titulo.
Hijo de una familiar acomodada de provin-
cias, creci6 en uno de aquellos hogares que
desde el sacrificio de Agiiero y de Narciso
L6pez mantuvieron en las ansias de libertad
y las tristezas de la servidumbre el culto de
la patria. La revoluci6n del 68 enlut6 su
casa: le arrebat6 padre y hermanos ma-
yores, y ain en la adolescencia, empez6
la lucha de la vida pobre y con el deber
de amparar a su madre viuda y a una
hermana huerfana. Con gran vocaci6n por
el studio, libr6 con su trabajo personal en
el oficio de maestro los medios de ganar
una profesi6n y al cabo de grandes sacrifi-
cios y penas, obtuvo el titulo de abogado






RAIMUNDO CABIERA


con una double sabiduria, la que dan los li-
bros y la que se obtiene por el trabajo, los
sufi'inietiit:,s y la pobreza. Afecto a la cau-
sa de la libertad por la que se sacrificaron
sus maLYrIcs'. lej,'s mantenerse indife-
rente a ella, sirvri' la Revoluci6n dentro de
sus medios y 1:.psibilihddes como estudiante
p(lbiir.. ceo:'i'p:iranl'd, con los compafieros de
studio y exponi6ndose sin miedo a las per-
secuciones y las durezas de la 6poca, mien-
tras .lle-i.)nba recursos materials y servia
de medio de comunicaci6n entire los conspi-
radores de las ciudades y los insurrectos
del campo. La paz del Zanj6n fu6 para sus
convicciones una vergiienza que alent6 sus
prop6sitos de apoyar y organizer nueva re-
vucita. Pero ese impulso juvenile cedi6 al
convencimiento que llev6le al animo la pa-
labra austera de un amigo. Julian AlcAzar,
quien, como 61, habia dado a la causa de la
Independencia amor y dedicaci6n, las es-
peranzas e ilusi,,ncs primeras. Los revo-
luin lrio,'. empobrecidos y aniquilados en
diez afios de lucha, no podian realizar con
6xito su rIpo:peya; el pai. de.:tiugrado, no de-
bia quedar a merced de sus antiguos d6s-
potas, los vencedores, y pues ese Pacto del
Zai~jji'u contenia promesas de reform, la
area civica y prudent era obtenerlas.
Puso con Julian todas sus actividades
al servicio de los eII!nLiatrii:itas que organi-
zaron el Partido Liberal para pedir y ob-
tener un gobierno propio, bajo la soberania






SOMBRAS ETERNAS


nominal de la metr6poli, que las armas no
habian podido veneer.
En esa nueva senda, sus ardores, entusias-
mos y talents le llevaron a la meta como
repiblico: su palabra en la tribune politi-
ca y en el foro, sus articulos en el perio-
dismo, sus libros, su acci6n en las Asam-
bleas, elevaron su nombre a las alturas del
aprecio puiblico y la popularidad, que fue-
ron la inica recompensa de los pr6ceres cu-
banos que, como 61, quisieron educar a su
pueblo, reconstruirlo y llevarlo por sendas
de paz a la conservaci6n de un estado libre
de cuasi independencia, conservando la ban-
dera de la naci6n colonizadora y dando a
6sta condiciones de permanencia.
Pero aquel hermoso suefio lo hizo fraca-
sar la obcecaci6n y la dureza de los enemi-
gos eternos de la raz6n y la justicia. Al
cabo de diez y siete afios de dura brega, el
pueblo, que habia seguido con esperanzas
de &xito a Ricardo y sus ilustres compafie-
ros, volvi6 a sus antiguos ideales, a los de
independencia, viendo que las promesas del
Zanj6n fueron mentirosas y las esperanzas
de tevoluci6n pacifica una quimera. La
revoluci6n del 95 estall6 y Ricardo sinti6
que el coraz6n le latia con los impulses he-
roicos de los primeros afios. Julidn, el conse-
jero y compafiero de las primeras luchas,
se fu6 a la guerra; 6l levant el hogar pr6s-
pero, cerr6 el bufete de abogado que era la
fragua de su prosperidad y riqueza y emi-






AIMUNDO CABoERA


gr6 con su mujer y sus hijos al extranjero
para id:l'iitir de nuevo y servir con los en-
tusiasmos de sicmupre la causa de sus mayo-
res, de sus maestros y colimpafieros de estu-
dios universitarios, la de los cubanos bue-
nos, la de la santa y sofiada independencia
a costa de sangre y sacrificio de generacio-
nes enteras.
iAh! la emigraci6n political cuintas
a;ui.I:I.u:! Se vive en hogar prest;ado. en
la incertidumbre, sin quietud ni fijeza, en-
tre Sentes que hablan distinto idioma y
sieutrni. piensan y actidan de diferente mane-
ra. Se han perdido los deleites de la exis-
tencia acomodada en la labor uniform, me-
t6dica, en el seno de la familiar establecida
:ha j techo fijo, en vecindad conocida, en re-
la:i;-ii diaria con amistades que nacieron en
la nifiez y se fortalecieron en la comunidad
de gustos, aspiraciones y sentimientos. El
cielo tiene otro color; el sol distinto brillo;
la noche pare-.- mnis obscura y mas largo y
ainri.tin,. el transcurso del tiempo.
i I di.nti.rr,' es la soledad, la ausencia, la
carencia de goes que han formado el co-
raz6n y de los afanes que han iuiado la in-
teligcmnia. Si el pais que da abrigo al des-
terradi' es grande y ftatuso:, su misima
grautil't es limitada para el que tiene en
1 pIasa cro e iusc'uro asiento.
La ,:'mi'r:1rai-iI,'f para Ricardo y sus fami-
liares tii.' sa,-riticiiu y t6sigo, lo que fue para
tantos cubanos de valer en las frecuentes







SOMBRAS ETEBNAS


etapas dolorosas que atraves6 Cuba duran-
te sus convulsiones revolucionarias. El ho-
gar amplio, enriquecido con los products
del trabajo o de la fortune, se convierte en
rincon estrecho: la abundancia en escasez
y cuantas veces se pasa de 6sta a la miseria.
Ricardo y Mercedes resistieron con fortale-
za las amarguras de esta transici6n penosa
del bienestar a la pobreza; y mientras 1l,
consagrado enteramente a los trabajos re-
volucionarios en los clubs y asambleas, en
comisiones al extranjero, con la acci6n, la
palabra, sus informes escritos, los articulos
en la prensa y sus folletos daba a conocer
a los pueblos de Am6rica y al mundo ente-
ro la justicia de la revoluci6n cubana, Mer-
cedes repartia con acierto los recursos mo-
netarios para que en el estrecho apartamen-
to en que habian situado sus cuarteles no
faltase el pan a los hijos, ni abrigo y calor
en el invierno. Pero la revoluci6n destruia
en Cuba las propiedades: las rentas dismi-
nuyeron; el fondo de previsi6n acumulado
para emigrar y establecerse, convirti6 sus
cifras redondas en ceros y los temores de la
prolongaci6n indefinida de esta situaci6n,
le pusieron en el trance de solicitar en nue-
vas labores recursos para asegurar la sub-
sistencia. Ricardo, el letrado famoso y ri-
co, descendi6 a jornalero. Busc6 empleo en
una oficina editorial de traducci6n de len-
guas y dividi6 afanoso su tiempo en el tra-
bajo pobremente retribuido y en las labo-






RAIMUNDO CABRERA


res rev'L.ii:U-,:;ria;, sicmpreI con el espiri-
tu alentado por la esperanza del triunfo de
su p-,l: .
.r:.u- amarju!r':e fueron pocas compara-
das con la tribulaci6n que llev6 a su espiri-
tu la enfermedad lenta, penosa, prolongada
y triste de su amable compafiera. La natu-
raleza debil de Mei,~r,-,i-,-s no pudo resistir la
inclemencia del terrible invierno. La nos-
talgia y la anemia la postraron en tanto que
la hiM' mayor, un bot6n blanco de quince
afi:.s. ornato y a,1.?rfa del hogar prestado,
.:._,i ai.; .il;i ;o por violent pulmonia.
, Que veladas tan amargas acuelilas en que
la madre enferma asistia angustiada, aho-
gada p :r la t:.s. jadeante, a la agonia de su
ninil y en que Ricardo las miraba decaer y
sucumbir a las dos, sin epevrauzas de re-
medio.
El ,,ni.-ujte-rio di, Greenwood guairdi, bajo
sus fl, res y cespedes los restos de la primo-
guita. |La tumba lg:i'da :lten suelo ex-
tranjero! 1El destierro perpetuo para sus
restos! I1 patriota habia sacrificado pa-
S:iml I ,'. bienestar, riqueza, I qu6 le impor-
taban las Iriv,.'il,-. la estrechez ni nin-
gIin otro sacriticio propio ni su existencia
misma i" r el logro del ideal de su pueblo
Peri el coraz6n paterno no se resiguaba
en su soledad al sacrificio y a la perdida de
la hija inocente que calmaba con su sonri-
sa y presencia todas las itUinas ni con haber
hecho victim de su destierro a su fiel y
atribulada esposa.






SOMBBAS ETERNAS


En este estado de abatimiento y duelo
habia regresado a la Habana en los u1timos
dias del mes de Diciembre de 1898. El
triunfo de la patria levantaba su espiritu
decaido; pero la sonrisa de complacencia
terminaba con un sollozo al echar de menos
a la amada adolescent y al contemplar in-
vilida y abatida, mAs inconsolable que 1,
a Mercedes, la martir del destierro. Con-
servaba a su hijo, un var6n de doce aiios,
educado en un colegio americano y como ha-
bia dicho a Julian, a 61 iba a consagrar sus
desvelos. Vendida la vieja casa en que fun-
d6 su hogar y elabor6 una fortune modest
en veinte afios de trabajo, destruidas sus
fincas rusticas, hipotecadas, iba a empezar
de nuevo, a los cuarenta y cinco afios, cuan-
do se sentia viejo, la ruda labor por la sub-
sistencia. Alquil6 una casa en la calle de
Virtudes, capaz para su studio y la fami-
lia y anunci6 su regreso a la antigua clien-
tela. En aquel nuevo hogar, limpio y mo-
desto, le encontramos sacando del encierro
y el olvido en que estuvieron durante los
afios de la guerra, como habia dicho a Julian
melanc6licamente, a sus viejos camaradas,
los amigos silenciosos y expresivos de siem-
pre, sus instruments de trabajo, cuya vis-
ta y contact volvian relative consuelo a su
Animo angustiado. La Revoluci6n no le
habia destruido todos sus bienes: le queda-
ba su antigua biblioteca.


















RECUERDOS Y DEBERES

Todo dolor se calma, por grande que sea,
con el transcurso del tiempo: los aconteei-
mientos, las nuevas relaciones, las necesida-
des, los deberes, el afOn incesante de la
vida proporcionan al cabo ese gran panue-
lo de lgrimas que se llama Conformi-
dad. Pero en el coraz6n de n padre no se
lRena jams el vacio que deja la perdida del
hijo. Es un recuerdo que se' lleva siempre,
que humedece los ojos con frecuencia y tra-
za una arruga permanent en el ceiio.
Las fiestas patri6ticas que a la saz6n se
celebraban por la entrada de Miximo G6-
mez al frente de su ejercito en la Habana,
y que no s61o fueron en realidad la apoteo-
sis del jefe, sino el reconocimiento y home-
naje al triunfo de la Revoluci6n libertado-
ra, reanimaban el espiritu de Ricardo con
la satisfacci6n del exito a que habia consa-
grado sus afanes y contribuido con constan-






RAIMUNDO CABRERA


te sf.ii;',. Pero esas expansiones popu-
lares daban pi:l,-i a su melancolia. Qu6
complete habria sido su dicha si con 11cr-
cedes, sana y fr.'crti:. y sus dos hijos a su
h!i, I hubiera regado con flores el paso del
(inljri; isiMlI y asistido a los demas rego-
cijos y fe tcj.s!
No quiso que Joaquin, el tierno hijo, de-
jase de presenciar aquellos sucesos que mar-
caban el inicio de la vida libre en su pueblo
y hacia que Leonor, su hermana, lo llevara
a il-ls., mientras l1 -<,!I.1!:, en el hogar
,..i;.;,:ilkd,, a la pobre valetudinaria y
Spra :-! ki; 'i.u i(:, para el reingreso en las labo-
res profesionales.
La asistencia a la ecl:.pri',n de Maximo
G6mez ;lil un sacudimiento. Cuando re-
torno a ai:-i. despuds de saludar a la enfer-
ma y contarle sus iliiprc'i.nis de la fiesta,
Se encerr6 en su dt.-cl-h.
De a;i,1'L estruendosa manifestaci6n
S',1, i~1 .-: I(.l vcerio (!li:;,it.*, de los sones
di. 1.: ii',ir,1,.as y orquestas, le qued6 una
impresi6n m6s viva y obsesionante: la de la
mirada insistence, osada y carifiosa de los
ojos azules en un rostro bello de mujer que
]e hizo observer su hermana Leonor. iAh!
Tdo, el p',siad. la juventud, las p.riimeras
dichas, las primeras penas asaltaron tu-
multuosamente su memorial. AV-uellos ojos
azules fueron el incentive de su primer
amor casi en la adolescencia; de la p.isi6n
vihliemente y pura mantenida durante los






SOMERAS ETERNAS


largos afios de studios universitarios cuan-
do en su cuartico estrecho y pobre de estu-
diante, sofiaba con las glorias del porvenir,
las conquistas y anhelos para el objeto
de su ternura. Aquel amor intense lo des-
defiaron los padres de su amada a causa de
su pobreza y en la atm6sfera de la vani-
dad y la opulencia tambi6n lo desdefi6 ella.
El idilio termin6 con el desengafio: en un
rapto de dignidad lo quebr6 41 mismo po-
niendo entle los dos el desvio y la au-
scnea.
En la lucha de la vida, 6l tuvo la recom-
pensa de sus afanes; le ungieron el 4xito,
la fortune y la fama y un amor tranquilo,
sereno, sin v6rtigos ni turbulencias, le di6
un hogar dichoso presidido por su dulce y
virtuosa Mercedes.
Ella, en tanto, casada opulentamente con
el elegido de sus padres arist6cratas, un alto
empleado espafiol de fastuosa representa-
ci6n, recogi6 en la realidad el castigo de su
inconsecuencia. Su marido result un fra-
casado, un vicioso, miserable rufiin y ca-
yeron ambos de las alturas del fausto a las
bajezas de la discordia, la pobreza y las
desvergiienzas, sin que en esas horas amar-
gas del desengafio, sus padres, los respon-
sables de su desventura, la ampararan y
acogieran.
iCudn hermosa, interesante y lastimera
la encontr6 el dia en que acudi6 al bufe-
te a pedirle consuelo y a renovar su recuer-






RAIMUNDO CABRERA


do! iCu6in grande el esfuerzo al darle sa-
ludables -',nusejus y alejarla de su lado para
no quebrantar sus deberes con la fiel Mor-
cedes!
iAh! Ia infeliz sacrificada al orgullo pa-
terno y a las prulpias vanidades. no pudo
soportar las Iinnillaciones, estrecheces y
desventuras de la vida c'nyvugal con un ma-
rido ab.iyect y di6 al fin el paso fatal, el de
la deshonra, en busca de bienes materials,
alu,.n',,aniil',, inarido. hijos, hogar y honor,
para seguir a un amante rico y compla-
ciente.
Con todo eso .qiiu rebajaba en su estima-
ci6n a aiuella mujer que am6 de nifio, cu-
ya vida entera *':,.il:ia. que no pudo olvidar
nunca en medio de las dichas de sus mejo-
res tirinli s,. disculpindola y compadeci6n-
dola, ahora que la habia vuelto a hallar mi-
rdndIle fij.iaenie 'i-on sus ojos azules, siem-
pre limpiis. sicmnile bellos. sentia el cora-
z6n sacudido con zozobra y anhelos indefi-
nibles en medio de las actuales tristezas.



En la mariana siguiente, Ricardo se sen-
t6 junto a la mesa escritorio a ordenar pa-
pelecs y -on:,enzar sus tareas. El criado ha-
M1ia i:t'iov:.adoi sobre el pupitre los peri6dicos
de la mafiana y un rimero de eartas traidas
por el correo. Entre estas, llam6 su aten-




Full Text

PAGE 1

SOMBRAS ETERNAS

PAGE 2

. . I 'I ,, ,, ,. __ "AIMUNDO CABRERA 'J .. .. .. BABAl'A IKPBBlfTA. BL SIGLO X X'' TB1'IBNTB RBY 27 1919 1 .. t

PAGE 3

,. ~ Usted cree cin duda, que yo 1'i110 en J unw de 1918; no, seor; vivo muchLrim o aos atrs; '!I haga yo lo que hiciere no puedo ponerme a to no con los que viven aqu ahora. M, modo de sentir y pensar les parecera un anact"ooismo 'JI es un anacronismo. Todo aquello por que me ea /orc 11 luch, se ha venido abajo Lo mvmD en el orden, de la8 ideas que en el de los principio y las instituciones. Nosotros, lo~ revolucionarios, cremos habe1" vencido el espritu con que Espa iia nos gobernaba. EN"or profund_o. Somo nos otros los vencidos, y ese espritu el 118'1&cedor. Nos otros quisimos ilar a Cuba un gobierno poco cos toso, fu1idado en el respeto a Zas leye& constitu cionales, inspirado en la 110Zuntad deZ pueblo. To do eso no parece 11~ ra f antasia! S~mos ricos, 8e dice, 11 hemos de gastar como ricos. Las leyea estn bie n para escritas, pero hay que modificar las en la prctica. El pueblo ea menor de edad perpet uamente, y hay que hacerlo fel aun con tra su voluntad. Be le debe tasar lo que come 'JI lo que vende y lo que lee 11 l-0 que escribe; 11 ae le debe hacer hroe, si no se presta al herosmo, 11 maana asegurarle la vida eterna. Estos, spase o no, eran los mandamientos del buen gobernante en tiempo de Espaa, y stos, acomodados a las circunstancias, son los de hoy. Todo ello responde a un aistema que no discuto, pero que 110 es el mo. No olvide usted que ya estoy viejo, 11 que a mi edad no se canibia, quizs por f~ta de duc tilidad cerebral, pero no se cambta. Por eao amo la paz, en. medio de la guerf'a ma colosal que Tia 811,frido el '111/Undo, y amo la libertad, cuando ya de ella no queda ni el nombre. Es todo lo que puede decirle, ENBIQUB J'od V&BONA. 1'! Julio de 1918.

PAGE 4

. DEDICA TO"IA-PROLOGO 8r. Manuel Mrquez Bterling. Querido amigo: Por las cariosas imi11,uacitmes de nuestro insig ne escritor, Jos de .Armas, aco~t Za tarea de es cnoir una 11,ovela cubana. Iniciada en SoMBBAS QUE PASAN, la solicit y present con calor y bene11oleneta en Heraldo de Cuba el Dr. Orestes Ferrara; publicndola en sus f oUetines diarios ( 1916) . Cediendo a los generosos estmulos del Jw to de Lara (Armas) continu 1a labor en IDEALfB, co menzada en la Habana y terminada en su mayor par te en N ue'Va York durante ~as a~gos ( 1911). Fu usted entOflces quien con solicitoo afectuosa, al 1Jisitarme en mi destierro, honrndome en extre mo reclam esa segunda parle para el folletn de su diario La Nacin, ese peridico en que COft su civismo y talentos extraordinarios, sostiene y reprodu ce 'USted los blasones patriticos de nuestros excelsos periodistas de otros tiempos: Saco, Pozos l>lces y, Delm011,te. Seguramente debo a Jos de Armas 11 a usted el &ilo que los do, tomos han alcanzado -tn Ja opini6n

PAGE 5

8 ,. CARTA-PROLOGO y en los anag1,eles de los libreros, donde se han tl(IO tado en corto tiempo las ediciones. A Justo de Lara dediqu coti gratitttd la seguM ' nuestro pueblo h./J trasladado a las cuartillas l& . j verdad tal cotn0 lt1 comprendo y la siento. ... . ,. .. Intento expresar en forma aniena, sencilla, sin tesis ni disquisi.ciones itnpertinentes; por niedio de persona-. jes que. vemos a diario 'JI en sucesos q1te se desenvueZ, . . .. . ,. . ven a _tlltiestra V'ltSta, cor_no el carcter lieroico y desit1teresado .9~ siifri y. luch y realiz el ideal de nues tros mayores, des,ceruJ,ido en la prctica de los de beres. c~vicos ce.gaa, por. ambicio1ies concupi-scente1: i, 1za vulto at p~ado por at,,icos y fatales mov~ mientos.. : y .. ""' .,.,., .... i, . ... La ,;~!~~ 1 _~gob~ ~ hombres de mi tiem~ :~

PAGE 6

, 9 que recuerdan la pureza de los primeros anhelos y sentimientos. La pl'u.rma se moja en lgrimas al exponerlo. Pero mi realis':mo no es absolutamente pesimista y desesperado. Por eso lo e~pongo: porque creo y es pero en la eficacia y las virtudes de las generaciones nuevas. A ellas hay que mostrar las grandezas y la luz del pasado, la pequeez y las sonibras del presente y en comendarles el porvenir. Si pudiera algn da coleccionar en un solo volu men mis tres leyendas, Sombras que Pasan IdealessSombras Eternas, habra de poner en la primera pgina con amor y optimismo fervientes, esta dedicatoria: A LA JUVENTUD CUBANA y este lema: EXCF,C,SIOR Por ahora, mi buen amigo, recioa usted so'lo esta dedicatoria con el testimonio de mi gran afecto Suyo, RAIMUNDO CABRERA. .

PAGE 7

I LAS DOS PESETAS Bajo la lnea de frondosos laureles de la India que sombreaban la acera de Galiano frente a la antigua quinta de Barrena con vertida en Centro Regional con el nombre de Aires da Mia Terra, una larga hilera de coches de alquiler llenaba el paradero au: tor~zado en aquel sitio por los bandos m11ni. cj.pales. Los aurigas, formando grup9s al rededor de los pescantes, tertuliaban y fu1naban 1nientras obtenan pasajeros. De seguro los tendran con creces al terminar su sesin y retirarse los miembros del Club de auxi'1ios a los campamentos cubanos de los barrios del Angel y Monserrate, que a la sazn se hallaban reuni dos en el saln de la casa calle de Concordia nme1 20. La ancha calzada apareca, sin embargo, solitaria, oscura y silenciosa; ni un a1ma transitaba por ella, todas las puertas y ven de los edificios estaban cerradas y ape... ; ; )

PAGE 8

RAIMUNDO CABRERA nas si iluminaba el a1 .. royo el tenue resplan do1~ de los f a1~0Ies de gas encendidos en los postes de las esquinas. Eran las diez de la noche: un ligero viento del Norte mova las ramas de los lau1~eles produciendo rumor melanclico, y men11da lluvia comenz a hu medecer el pavimento. Los cocheros se apresura1-.on a c11bri1 .. los vehculos con ta pacetes y a envolverse en sus capotes. -Esos pobres soldados,-dijo uno de ellos con acento gallego, van a mojarse si llo viere ms fuerte. De segu1 .. o se mojan, dijo otro, mira las nubes qu bajas estn y cmo corren. Efectivamente, un chapa1~rn sbito y ,espeso empap en pocos segundos el empe d1--ado y los f1~entes de las casas. Entonces se vi que la soledad de la calle e1~a aparente. Una turba de soldados acos taclos en el suelo bajo los portales del lado opuesto de la avenida, durmiendo sobre las mochilas, con el fusil a la mano, se alzaron de sus l.echos improvisados armando alga za1'a con sus imprecaciones y ternos y estr pito con las pisadas y el choque de los armamentos. Pe1 el chubasco copioso fu muy breve: las nubes se disiparon y aquellos infelices acuartelados en la va pblica volvieron a acomodarse sobre las baldosas, barriendo antes con las manos los charcos que produ jo el aguacero. Los pob1 11 es !-dijo el nri.smo eocher~ ,. : .}f'(::.:.\::':,.:::: :.~,: .. :>:.: : . . ..

PAGE 9

\ SOMBRAS ETERNAS 13 que haba hablado antes se acuestan maJ pero ya duermen tranquilos porque volve rn pronto a la terI1Ja y se acab la gue rra; ms dura la tuvieron en la manigua: un poco de lluvia, qu ms da, Maana o pasado irn al barco y concluyeron la~ penas. --i De dnde vienen 61 pregunt otro. -Son dos compaas del batalln de Cazadores de la Reina que llegaron del campo y alojaron en la Pirote cnia. Ayer evacua ron el barrio de Cayo Hueso y maana o pasado evacuarn a Galiano ; as van eva cuando barrio por barrio : las tropas sal drn en el ''Alfonso XIII'' y en el '' Mara Cristina'', que estn ya en el puerto; todos los cuarteles estn llenos y los transportes no alcanzan. -Hoy haba la gran huelga en el Cerro y en Jess del Monte; en todas las casas se pusieron banderas cubanas, no bien eva cuaron las tropas y las trajeron a los por tales del Puente de -4.gua Dulce: se arm la gorda; la gente del bronce se ech a la calle; qu gritera! Y o vena por la calle de la Horqueta con un pasajero y no pude andar: la turba la cubra del todo, las mu jeres cantaban y bailaban, los hombres pa recan locos: los marchaban a la cabeza cantando y todos hacan coro: ''Ya t lo ve Fondeviela.'' Viva Cuba Libre! gritaban los que se Momaban a las puertas. ., . ,..... .. t ""' .. ... ,e e coa

PAGE 10

.. ,. 14 ,. RAIMUNDO CABRERA -i Ta1nbin gritaste t 6/ -Y el se ve, como que soy gallego y si no grito me apalean. -No hay ms 1emedio, dijo el otro co chero locuaz, se acab aqullo!, se acab Espaa IIa)l' que ser criollos o evacuar; qu te pa1"ece 1 -Que yo no e'7acuo; voy a ponerle al caballo 11na ba11dera cubana en la orejera y a vivir: ya estamos seguros de que no nos echan. -Estn viniendo a montones los americanos, dijo el otro, ayer llev desde el muelle a dos de ellos al Hotel Troteha; el hotel Ingleterra, el Pasaje y el Louvre y todos, estn repletos: vienen para hacerse ca1~go del Gobierno el da p1'*ime1~0. -Esos va11 a a ser ahora los amos; pero por ellos nos salvamos, que si no, nos pelan. -Quin haba de decirl{) en los das de la 1nl1erte ele Maceo; t te acuerdas 7 Cmo estaba esta Calzada! Cunta iluminacin, cu~ta msica y cuntas banderas 1 Ya no se ve ni un triste trapo amarillo y colorado. -i Ni q11in pudo creet'lo cuando durante el bloqueo esperbamos a,l Vizcaya t N oS hundieron los barcos y ahora, gallego, con los yanquis o con los cubanos. Pero, ealla, ya ,ienen los del club: al pescante. Por l.a bocacalle de Concordia aparecie l"on en grupos sucesivos una veintenade ca balleros habland.o ent1--e s y gesticulando; .. . . ::. . . ., ... . . .. . .... r ... : ... ./_/.,. ::-: .....

PAGE 11

SOMBRAS ETERNAS .. "' .. 15 sucesivamente fueron ocupando los c;oches o siguieron a pie a lo largo de la calzada, que qued solitaria. Un solo pesetero per maneci desocupado, baado por la dbil luz del farol de gas, bastante para ~ostrar su estado de r11ina y desaseo. Sin duda al guna fu desechado por los pasajeros por su aspecto de atraso. El fuelle deslustrado y desclavado de las molduras estaba lleno de rasguos; .el guardafango abollado en todas sus orillas y el estribo desnivelado. Si el vehculo apareca ser 11na miserable antigua lla, no tena mejor apariencia el caballo: 11n viejo rocn flaco y huesoso, cuya cabeza, con las riendas aflojadas, llegaba hasta el suelo en actitud de debilidad y cansancio. Pero la :figura robusta del cochero se destacaba so bre el ruinoso pescante. Era un negro f or nido, cubierto con un sombrero de paja de alas muy anchas, vestido de saco de alpaca negra rado, pantaln gris de rusia, cuyos bajos se perdan entre los borceg11es desa botonados. Con aquella misrrima indu mentaria irradiaba en su rostro de bano, veteado por un bigote canoso espeso y la nea rojiza de los labios belfudos, la inten sa blancura d e sus ojos y la fosforescencia de sus pupilas. Oy sonriendo con malicia desde su pes cante la conversacin de los dos cocheros espaoles, limitndose a mover la cabeza con ademn triunfante, y cuando se anun ci la llegada de los rnie~bros del club, se ) ., .. .. ... .. .. ::t ""!' E e r

PAGE 12

16 RAIMUNDO CABRERA agit afanoso invitndolos, unos tras otros, con la mi1'ada y el gesto, a ocupar el coche. Cuando se encontr solo, sin pasajero, murmur melanclicamente. -Qu hemos de hace1~ Paciencia, otro vend1--, y agreg dirigindose al caballo, como si lo hiciera a un amigo de confianza: -lo siento por" ti, Gayao, que ests viejo y cansado y sentirs l1ambre, y lo siento por aquellas IJobres que tendrn meios que comer ma11ana. Afortunadamente un miembro retardado del club apareci en la esquina con unos papeles bajo el b1 .. azo e interrl1mpi el mo nlogo. Se acerc al coche, mir al caba llo y pregunt al negro: -~ Podr lleva1 .. me tu jamelgo hasta la calle de Tejadillo 6/ -No digo yo! Hasta el fin del mundo, caballero, .. contest con arrogancia el aur1ga. El viaje1 se acomod sobre los cojines deslustrados y agujereados del vehculo, y el negro acariciando con dos palmadas en el anca al caballo, dijo cariosamente:.. -Anda, Gayao 7 que ya tenemos viaje y luego, a descansar. El cuadrpedo pareci comprender la frase; respondi a la caricia con un impe tuoso arranque: sigui. la calle de Neptuno h~sta la avenida del P1ado, lade victorio samente el Parque hasta la de Zulueta y all comenz a flaquear; su marcha fu ms len.. '

PAGE 13

17 SOMBRAS ETF..RNAS ta, casi al paso, hasta la entrada de Empe drado, y desde esta esquina hasta ~ de Te jadillo se d~tuvo una, dos y tres veces ja deante, movindose cada vez a los nuevos reclamos y paJmadas de su amo. Y a en la calle de Tejadillo, pasada la de Villegas, el pobre rocn n9 pudo dar un paso ms, su vientre se agitaba tembloroso y las patas le flaqueaban. -Pgale con el cuero para que ande, grit impaciente el viajer o. No, caballero, respondi el negro; yo no castigo nl1nca a mi caballo; le hablo y basta ; l me entiende. -Es que no sirve para nada: eso no se debe sacar a la calle . -Ha servido mucho, seor mo ; ese cabailo fu de casa grande y despus ha lle vado mucha gente: ha cargado al General Aranguren y al General Crdenas; yo m~s. mo los llev en este coche hasta Santa Mara del Rosario y a Las Minas cuando se fueron disfrazados a la guerra de independencia: ya ve usted si ha servido, no hay que desp1 ~ eciar lo. ; Pero ahora, ya lo ves, no puede con su alma. . -Es que .est viejo y se ha puesto malo; pobre Gayao! Tiene algo extrao. El cochero baj del pescante; pas 11na esponja por el hocico del rocn, le friccion las patas, le ) acarici el pescuezo.y otra v~z le incit a andar con afectuosas frases. ' .. > "' ' t

PAGE 14

18 RAIMU1'TDO CABRERA El caballo no pudo move1se: el pasajero impaciente, g1,it : -Tendr~ que seguir a pie, es muy tarde y est llo1riendo: n1aldito sea el ca,ballo l y al decirlo, se arroj del cocl1e y emprendi su marcha en di1iecein al Seminrio. El cochero inquieto le alcanz y le dijo con tono suave: Es que el seor se va sin paga1w.e Qu voy a paga1-ie si no me has lleva do has.ta casa 1 -Le he traido hasta aqu, no es culpa ma: espere a que el caballo descanse algo, ya falta P.OCO. Qu voy a esperar! Es casi media noche. -Y o llevar al seor cargado a mis es paldas si quiere, pe1'0 el seo1' me paga; vaya que si me paga! El viaje1~0 observ el gesto 1 11 esuelto del negro, imponente en la oscuridad de la no che y la soledad de la_ calle, por donde no transitaba un alma viviente, y contest: _... Te pagar carrera simple, pues no me has llevado ha~ita el fin. -Me pagar la car1~e1a doble: son ms de las once ; lo que est dispuesto. -De ningn 1nodo; con esto ests ms que pagado, y extendi al auriga en la punta de los d,edos 1ma peseta. Dos pesetas! agreg ste; ni 11n cen tavo me11os: he penado toda la prima noche poi .. ~a11arlas: son el pan de unos pob1 11 es; a

PAGE 15

' SOMBRAS ETERNAS . ' 19 usted no le hacen falta, le sobran: para m y los que cuido sern la vida maana Ah! Y o conozco al seor: usted es el abogado don Cayetano, el Diputado: yo vi a usted en la calzada de Galiano cuando la muerte de Maceo, brindando con los v0I11ntarios por aquel suceso ; ahora est usted en el club cu bano recogiendo recursos para los ins11rrec tos: usted est siempre bien. Por qu ha de negarme mis dos pesetas 'I Tmalas contest ap r esurado e in quieto el pasajero, sacando otra moneda del bolsillo de su chaleco y alargndosela ; no hablemos ms, y emprendi su marcha a pie por la calle de Tejadillo. -Ah! exclam ei cochero, restregando eon las yemas del pulgar y el ndice las dos moneda~; las he ganado y si no me las da, se las quito! Esa pobre gente tiene ya para maana; y, mirando al pasajero que se aie jaba en las sombras de la calle estrecha, si lenciosa y solitaria, agreg con tono de desprecio: -A ese miserable lo conozco bien, tan in tegrista espaol y patriota antes, es ahora, como los dos cocheros, de los que gritan Viva Cuba Libre, se pone arriba 11na banderita con estrella y no evacua. \ \

PAGE 16

' II GAYAO . Aliviado por lo que haba dicho, como si hubiera escupido el desagravio contra el in dividuo que se alejaba, el buen cochero con templ otra vez las dos monedas de plata, las bes con devocin, las guard cuidado samente en una de las faltriqueras del saco y acercndose en seguida al caballo, le dijo dulcernente: -Pero, qu tienes, Gayao 'I Ests ma lo: s, ests muy viejo. Vmonos a casa, a comer tu pienso y a descansar: ya hici mos la cruz esta noche; es bastante; na veremos. Anmate, yo te ayudar y co giendo con una mano el extremo de la ba rra izquierda del coche y con la otra la cabezada del freno, el cochero tir del vehcu lo con fuerza. El caballo inteligente y agradecido, como si entendiera la larga in vocacin de su amo, ech a andar tambin arrastrando el vehculo sin tropiezo desde I J

PAGE 17

RA.IMUNDO CABRERA la calle de Tejadillo por la del Recinto y la de Coln hasta atravesar el Prado. .All se detuvo de nl1evo, movi la cabeza a uno y otro lado y respir fatigosamente. El cochero le examin alarmado, le pas l.as manos por las patas, cuyos msculos flacos agitaba un estremecimiento visible. -V amos, dijo el negro ; tienes calam bre, espe1~a ; y le friccion fuertemente des de los muslos hasta las piernas, t Te ali ,,ias, Bueno; no te eches, vamos a andar otro poquito; el establo ya est cerca; y volvi a tirar de la barra. Gayao no correspondi esta vez, no poda. El cochero tom una resolucin: desat el caballo del v,.ehculo, lo despoj totalmen te de la cincha y los arreos, y lo amarr a la trasera del ca1 11 ruaje. -Ahora, s podrs andar un poco, vie jo; yo te llevo, le dijo, metindose entre las dos barras y agarrando los extremos de cada 11na con sus manos robustas. En esta disposicin tir del coche y ech a andar a lo largo de la calle de Coln, arrastrando sobre la va desempedrada y fangosa el pe sado vehculo, seguido a paso lento por el caballo enfermo, sin que en las puertas y ventanas cerradas de las casas silenciosas, ni en las esquinas de las calles oscuras y desiertas, un solo rostro humano presencia se aquella marcha melanclica del vehcu lo ti1ado por el hombre y seguido por la bestia.

PAGE 18

, SOMBRAS ETERNAS 23 As llegaron hasta la calle de Blanco jun to a San Lzaro y penetraron por la ancha puerta abierta de 11n gran patio cuadrado, terroso, sin pavimento, lleno de charcos de agua, producidos por la lluvia reciente. En el fondo del patio, bajo lln colgadizo de tejas planas, se vean alineadas una se rie de caballe1-aizas o pesebres con pisos de tablones hmedos, agrietados y sucios, di vididos por listones gruesos ; un largo cajn de madera adosado a la pared serva para depositar los granos del pienso, con abe1tu ras circulares para el hocico y el pescuezo de los cuadrpedos y sobre ese cajn esta ba un enrejado de balaustres delgados re matando en sus extremos en dos maderos paralelos, clavado a la pared el de abajo e inclinado el de ar!iba para depositar el heno y facilitar su extraccin por los dien ... tes de los animales. El cochero dej el vetusto coche entre va rios almacenados bajo otro cobertizo cerra do con tabiques de madera a la izquierda del patio y condujo a su jamelgo a una de las caballerizas vacas. Un caballericero sooliento y medio ves tido con un pantaln de rusia, sin zapatos y sin camisa, con una boina roja sobre el crneo y las orejas, vino a ayudarle preg11ntndole : Cmo vienes a pe! Gayao se ha puesto malo. -Pero si es un saco de huesos y pellejo t

PAGE 19

' 24 BAIXUNDO CABBERA Es qne t no lo cuidas bien, lo has ma tado de hamb1-ae, le acortas el pienso. -Es que t no. lo pagas y lo debes y el amo chilla. -Lo pagu siempre: yo no tengo la culpa ele ~que te11gamos malos tiem1Jos, y Dios me(l ~,onfn ya "'lfJ"~~ .. e~ 'lo rue debo .u,(4 .. i&,,~ .. 6 (A.;l. \) ', . ---Con Gayao lo dudo, ni con ese carro que se-est haciendo pedazos~ Vamos a ver si ahora, cuando lleguen los .americanos, a ti, que eres tan insurrecto, te dan otro nuevo .. -No me l-0 darn, paro yo lo ganar, que s trabajar. Lo qiie q1rlero ahora es curar a Ga,yao. Anda, trem~ un poco de aguar diente para darle tma friega, un puado de afreeho mojado 1)a1'a que se reponga, y deca esto n1ientras con paja arreglaba la ca:. ma al ~jamelgo,. lo registraba desde el lomo .. hasta las patas y lo acarieiaba con la pun...: ta de los dedos. ,, El euadriledo pareca sentir con delicia aquel halago y sua, 1 emente se haba echado sobre. ;la paja en el tablado de la caballeriza. --Toma. el aguardiente y. q11 est. el afreeho,-dijo el eJtl)allerice1"0, t1-.ayendo es tos objet.os :-te lo doy, porque no he de ne garte nada, que eres formal.; pero si el amo lo sabe,. -me ,reprende: me ha dicho que te cob1~e el J)ienso de contado. . -Gracias, contest el ne.gro;.. -e1'es un buen gallego, de ''los que han venido por tierra':'; ya lo pagar 'todo, hoy no puedo. ,. .,

PAGE 20

' SOMBRAS ETERNAS 25 -Pero, i no has hecho nada hoy tampoco, ni un peso siquiera in, que Gayao ya est arreglado y tiene listo el pienso. -Mira como se consuela y descai:isa, ya est comiendo el afrecho : maana estar bien y saldr~ de nu evo y acaso tenga~os ms suerte que hoy. Hasta maan~, Ga yao, come y duerme, viejo, y ponte bueno; -y pasndole otra vez la mano por el pes cuezo con cario y ademn d~ despedida, fl neg1"0 cochero se dirigi con el caball~ri cero al ngulo interior del patio, se encara" m por 11na escalera de madera, penetr en 11nas estrechas barbacoas montadas sobre las caballerizas, se desnud y sobre las mismas ropas se ech en el suelo y se du1mi sonriendo y esperanzado .. en la cura de Gayao, y en que al da siguiente tendran mejores tiempos. * ... l ~ 1

PAGE 21

' .... 26 R.AIMUNDO CABRERA t ' -j Juan, levntate!, gi--it desde abajo a la madrugada el caba.lle1,.icero., hacindo le saltar angustiado de su mise1--able lecho; -Gayao ha estirado las patas. El infeliz se la.11z n1edio desnudo por la escalerilla de madera y cruz el patio de solado. Al llegar junto al caballo muerto, se puso de rodillas junto a l y al contem plarle ine1 11 te, estall en sollozos como un niuchacho. -V an1os, tonto, le dijo el gallego com~ padecido; ya tendrs otro c11ando te jun tes con dinero. -Nunca. tendr otro como ste,-balbu ce el negro secndose los ojos con la palma de la mano: me ha acompaado veinte aos; me ha dado el pan: no e1a un caba llo, era mi familia. -~ Familia 'f Y a t la tienes, esas pobres mujeres a las que has dejado tu cuarto y que alimentas. -Las mantena Gayao, ahora sabe Dios cmo podr hacerlo. iLe viste mor'ir1 -S, boqueaba cuando me acerqu a l: medi pe11a llamarte y avis ante a La Mi randa para q11e se lo lleven: ahorita ven dr el carro. -Pobre Gayao, lo descua1~tizarn, ni si quiera tendr el gusto de ente1 .. rarlo como l lo merece. Se lo compr a mi pobre ama cuando me di la libertad, el coche y el ca ballo, y no nos hemos separa:do nunca. T sabes lo que es vivi1 .. veinte aos con un ca.. .:~

PAGE 22

SOMBRAS ETERNAS 27 bailo 'I Andar con l siempre, ganar el pan con l, conversar con l! Lo he de echar de menos y llorarlo. 4 -Esa es la vida, Juan, semos mortales, dijo sentenciosamente el caballericero : pe ro, ea t ah est ya el carretn de los muer tos : se acab : el entierro no cuesta nada, lo paga el mismo cuerpo. Por la puerta del establo penetr en ese instante llD carro de plancha de dos ruedas tirado por pareja de mulas y dos peones descendieron en el patio con un papel en la rnano. -A ver i qu es eso! dijo uno de ellos. El caballericero les mostr el cadver de Gayao y el hombre agreg: -Flaco est l, no tiene ms que el pe llejo y los huesos: ni una gota de grasa: no dar ni para el flete. Eh!, den una mano para cargarlo. -Esperen, suplic J11an,-djenme re zarle un padre nuestro, y con el rostro hu medecido por las lgrimas, el buen negro se arrodill otra vez junto al animal muer to y rez con verdadera devocin. El caballericero enternecido se arrodill tambin en actitud devota y dijo a Juan afectuosamente : -V amos, compadre, no tiene remedio, a cargarlo. Y entre los cuatro hombres, despus de haber inclinado la plancha del carro hasta tocar el suelo, tiraron del cuerpo esttico

PAGE 23

28 -del caballo para colocarlo sobre aqull~ volvindola despus a su posicin hori zontal. -Hasta ot1~0; abur, dijo el pen que haba hablado antes, tomando las riendas de las mulas en actitud de a1~ranear con el vehculo. Juan salt encima del carro teniendo en las manos dos ramas de maloja y las coloc en forma de cruz sobre el pecho de la bestia l"gida. 1\..dis, Gayao, le dijo con voz ron ca cogiendo una de las patas delanteras del animal muerto, ap1etndola en seal de despedida, y estampando un beso en el casco. El carro parti y el pobre negro se qued en la pue1"lta contemplndolo con profunda tristeza hasta que doblo la esquina en di reccin al Vedado. De s11 meditacin le interrumpi el caba llerieero tocndole en el hombro y dicin;dole: )$ .. -.~Ah est el amo: dice que para arregla1~ lo que debes dejes el coche en pren~a. -i Para qu quiero yo el coche,,,_ exela tn J 11an,-qt1e se cobre y que me devuelva lo que ms valga. La melancola de Juan la a11D1ent el tra to con el rudo dueo del establo, que puso ha.jo precio al d~svencijado coche, de molde antiguo y casi deshecho. El negro deba un mes de establo, el pienso, la limpieza, ;un. montn de pesos: el coche no valdra .. 1:. : . ,. .. . ....... . ... . .... "l:

PAGE 24

SOMBRAS ETERNAS 29 ms de cincuenta; el amo le ofreca en buen sobreprecio veinte duros, que Juan rechaz de momento con tristeza. El vehcul o era todo su caudal despus de tantos aos de trabajo ; perdido Gay,1<> i qu le importaba 'f No sera ms n11nca cochero, tendra que trabajar de pen o de criado, pero .i ahora 'f, en fin, ya pensa1a, y ofreci volver ms tarde a arreglar aque llas cuentas: -Y a son las siete, dijo, se me ha hecho tarde, volver, tengo que llevar los alimen tos a esa pobre gente. Y sali del establo con paso apresurado y con el rostro entristecido, pensando en que ya no volvera a juntarse con el pobre Ga yao en esta tierra. '

PAGE 25

III LO QUE VIO F0Ii'DESV1P:LA Juan penetr en la bodega La Paloma de Gijn, situada en la esquina de San Lzaro y Crespo, y arroj sobre el mostrador las dos pesetas que haba guardado cuidadosamente la vspera despus de la disputa con el ltimo de sus pasajeros. -Don Pnfilo, buenos das, dijo al bp deguero, un hombre grueso de grandes bi gotes negros, que le d~volvi solcito el saludo. -Buenos das, Juan, qu tarde vienes hoy! / -i Me ha comprado usted la botella de leche! -S, aqu la tienes. iEs buena~ -Pura y espesa, no la ves 'f Tiene usted separado los diez huevos, 11n medio de pan Y -Tambin, tonto, no te falta nada

PAGE 26

.. ... '" .. ... . .... .\, .1. ' 32 BAIMUNDO CABRERA -Deme un JJttn.to fijo bastante grande~ -M. est ya en el paquete y para ti tengo esto, tu taza de caf y un panecito de :tia.uta. -No tengo ganas, he pasado mala noche. -Come y bebe, Juan, que trabajas ... --Cbrese y mi1~e si con eso alcanza, ag1~eg el negro sealando las dos pesetas que brillaban sobre el mostrador, mientras be ba a g1.,andes so1bos la taza tle caf que le sirvi<5 el l>odegi1e1~0 y guardaba el panecillo en el ancho bolsillo clel saco de alpaca. -Un real de leche, tres reales de huevos, medio de pan, medio el JJ-unto fijo, falta un 1~eal y medio del caf : bien, me lo debes : maana me lo l)agars. -Gracias, don Pnfilo: usted sabe que c11mplo. .. aunque me debas ms: si necesitas un l)eso lo tie11es, somos amigos, t cuentas co11migo y yo cuento contigo, i estamos f N ade mejo1~ que t sabe ql1e no me he por~ tado ma.l con los cubanos; he sido volunta rio, tena que serlo; aunque no he sido de esos que han tirado por arriba y por abajo: yo en mi bodega y bendita sea la paz y a cada 11no lo suyo, testamos!. -Y a lo s, don Pnfilo,-contest el ne gro: tngame listo lo mismo para maana temp1 .. ano que es tarde y voy a llevar la leche a esa pobre gente. -T has sido y eres un h.ombre, Juan., be1:10 con1~~: pocos : recogiste y cediste tu ~.: .. . \ .: .. .. ~. . ,. : .. :.~ .. .. ., .

PAGE 27

, SOMBRAS ETERNAS 33 cuarto a esas infelices reconcentradas y las has mantenido y las has salvado : no lo han hecho muchos ricos, yo lo s ; por. eso te siryo con agrado : pide, Juan, que mi bo dega est a tu disposicin. No habrn de meterse conmigo porque sea espaol ver dad! cuando venga el otro gobierno, porque somos hermanos, Juan, somos de la raza, y la concordia y la 11nin son las que salvan: t ves: voy a quitar el rtulo a la tienda y le pondr La Palom a de San Lzaro, 1, te gusta~ -S, don Pnfilo, replic el negro eon dulzura,-piensa usted bien: djeme ir pron to, que me aguardan. Y sali de la tienda llevando en las manos la botella y el paquete de comestibles. Atra ves la calzada de San Lzaro y por el gulo norte de la calle de Aguila, lleg hasta los arrecifes que rodeaban el litoral, dete nindose al fondo de una casa vieja de tejas, de techo gacho, ante la puerta diminuta de 11na sola hoja, de un cuartucho agregado a la pared del fondo del ar111inado edificio. Con sus paredes de tablas carcomidas y de lechadas bprrosas y el techo de planchas de zinc clavadas sobre las tablas y listones de pino, bien pudiera tomarse aqnel apndice d~ casa ms como perrera que como habi tacin h11mana. Desde sus l1mbrales se ex tenda la riscosa superficie de los arrecifes hasta la orilla del mar, llena de basnras, in mundicias y charcos de agua qUe exhalaban r r "" .. . .. == ~

PAGE 28

34 f eticlez Jr Ianzaba.n con lc:is brisas del mar pesti1.entes mia~~1nas a la ciudad. J11an toc suavemente en la pue1 .. tecilla con los nudos de los dedos v un,t voz dbil .. pregtint desde dent1~0 : -i Es usted, Juan 1 -~Soy yo,--<~ontest: aql1 lo traigo todo. La }Jue1~ta se abri y apareci en ella una mulata de asJ;>ecto enteco, rost1'0 esculido y mi1~ada vaga, v"estida con 1m tnico de listado a rayas, roto y desaliado. 1:\.nda, le dijo Juan,.... llOn el revsrbero: hie1-avc en seguida la leche, Jlasa poi-agua los l1uevos y a que se desayune11 en segt1ida: mete t ese p1ii1fto fijo, .. es preciso que en go1ldes, que est.s muy flaca. La mulata tom en silencio los paquetes y se agach junto a un cajn de madera con eacha1~ros o sea la cocina improvisada en un 1'fincn del est1~ecl10 cuarto, comindose si lc11ciosamente mie11tras t1 .. abajaba, el pan co11 ca1~ne salada que le di el negro. Qu bueno es usted, Juan: acrquese l -1~e1liti la mis1na voz dbil que haba 11.ablado antes. w. la luz del venta11illo abierto en el t:.i bique a un costado de la habitacin, sobre un catre de tije1 .. as cubierto con una colcha y apoyada la cabeza sobre la almohada, se vea a una m11jer enf e1"ma, blanc~a y de pa, lidez intensa, que mova con languidez un brazo desnudo y huesoso, saludando al re cin llegado. :,... ., .. ,,, ...

PAGE 29

' 1 SOMBRAS ETERNAS 35 .Al acercarse el negro, salt a los pies de la cama una nia flacucha, rubia, de ojos azules, de blancura extremada, tambin muy plida, que agarr 11na de las manos del co chero sonriendo y le grit con alegra: -Pap Juan, te esperaba . El negro se inclin y le bes la manitas, dicindole : -.All te traje tu lechita, :qie he retarda do; p ero, ahora va a tomarla mi nia y diri r ~in
PAGE 30

36 RAIMUNDO CABRERA . . .. La mulata se acerc con dos vasos de le che hirviendo en las manos y dos panecillos. -i Le has batido dos huevos a cada una,. como siempre! pregunt el negro. Ella asinti co11 u11 movimiento de cabeza. Juan coloc la nia en el catre y la ayud a tomar el alimento mientras lo haca la enfe1~a. -Esta buena mujer nos cuida mucho; no, habla, per~o atiende a todo; nos da el ali-, mento a su ho1~a y si yo no se lo dispongo no se ocupa de tomar el suyo. Es un hos pital su cua1 .. tito, Juan; pe1 es un palacio, que nos ha salvado de la miseria de la calle. Anda, mulata,, Dios te lo pag11e: esta leche, me ha restaurado, ay 1 me sie11to muy mala. -Y a se pond1~ buena pronto, dijo dul cemente Juan .. -Dios lo quiera, pero lo dudo; estoy sica y esa pobre nia ,de mi alma que se quedar sin padres.. Usted se encargar de Ella
PAGE 31

> SOMBRAS ETERNAS 37 dados ; nos metirnos en llD tren en la esta cin cercana; cunta gente afligida como :nosotros llenaba los carros 1 Al llegar a la Habana haba perdido mi equipaje, en la confusin me lo robaron: en la miseria, en el abandono qu horror! Ay! la guerra, la concentracin, que me lo ha/ quitado to do: mi hogar, mi marido, su padre. La mulata, silenciosa hasta ese momento, .sentada en el suelo j11nto al fogn, exhal un sollozo de dolor y rabia que pareci 11n rugido. Pero su eco se perdi en un ruido exterior lejano: se oy el rumor distintivo y pene trante del vocero de la muchedumbre que se agita y corre y avanza. -No se apure la seora, dijo Juan pres tando odo, es que habrn evacuado las tro pas espaolas de este barrio y vienen las gentes de otras barriadas a expansionarse, gritar y celebrar el triunfo. Al oir esto la mestiza se puso de pie y se lanz a la calle. Mulata 1 mulata!, grit Juan siguin. dola, no te vayas ; pe~o ella sin obedece1 le ech a correr hacia donde pa1eca venir el r11mor de voces. Al llegar a la esquina se mezcl entre la multitud y la sigui muda, resuelta, sin pro .: nunciar una palabra. El cochero se coloc .a su lado. Ya t lo ves, Fondeviela, \

PAGE 32

.-, .. ~l 38 RAIMU?\i"'DO CABRERA cantaban a coro los ql1e amontonados en. grupos interm.inables y a millares, bla.ncos y negros, jvenes y viejos, los rostros demu da.dos, los vestidos l1arapientos, muchos sin somb1'iero ni zapatos, famlicos, con aspecto de miseria, seguan f1enticos la lnea. de la calle. ... La mulata abri su boca y cant tambin, y J 11an, contra1"iado y entusiasmado a la vez, adelant j11nto a ella, cuidndola como a una nia; hacindola apoyarse en su brazo, n1ientras g1~itaba con los dems con tonos desaforados: -Viva Cuba Libre!!! E1a aqueles1)ectculo pattico de la turba miserable celebrando el t1 .. iunf o, la condena cin ms conmovedora y expresiva del ho r1"endo pasado. * Fu lluvioso y f1~o el memorable mes de Diciemb1e de 1898, cuando regresaban, em pob1~ecidas, pe1 alegres, las f ami1ias de los cubanos revolucionarios y de los que emi graron durante el gobiertno sa.nguinario del General W eyler o al anuncia1~se el bloqueo de los puertos por la escuadra de Sampson, y al par de ellos llegaban tambin a la Ha bana las comisiones y empleados americanos que haban de encargarse de las dependen cias d.el gobie1~no en p1,imero de Enero de 1800. No eran aguaceros copiosos de verano los

PAGE 33

SOVBRAS ETE:RNAS 39 que caan, sino lloviznas frecuentes o con tinuas acompaadas de fras rfagas del no1--te. No jmportaba esta molestia a la turba que ~orra por las calles celebrando el tril1nf o y aprovechanclo la evacuacin, por barrios y secciones de la ciudad, de las tropas espa olas acua r telad as JJrovisionalmente en los portales exterior es c1e las casas por falta de espacio en los cuarteles. Fiste paso de los soldados de una barriada a otra pareca de jar sin gobie1 -no ni rgimen la porcin 11r bana evacuada; no haba autoridad autono rnista, alcalde o policas prximos a cesa1-en sus cargos, que pudiera restringir, ni se atrevieran a ello, aquel natural desborda miento popular en las alegras de la victoria, despus de los tres aos de tribulaciones, ansiedades y miserias que p1 ~ odujo la guerra de independencia. Los hambrientos que haban sobrevivido a los horrores de la reconcentracin de cam pesinos en la ciudad, el proletariado de to dos los barrios, los vagabtmdos, los pilluelos, el hampa miserable de las met1 ~ polis popu losas, todas las edades y sexos engrosaban aquella muchedumbre que marchaba proce sionalmente por las callejuelas y las aveni das, viniendo de los sitios distantes, Jess del Monte, el Cerro, el Vedado, y j11ntndose en las plazas y alamedas centrales para f or mar 11na inmensa masa de seres humanos, desarrapados, famlicos, con los trajes em'

PAGE 34

40 : ., RAIKUNDO CABRERA papados porla lluvia, los zapatos enlodados, los rost1~os flacos y plidos iluminados por el resplandor del triunfo y el deleite de aquella libertad para moverse y g1~ita1 .. a sus anchas. en coro, a todo pulmn e incesantemente: TTit,a Cuba Libre! .. .. .. .:, . Hombres y mujeres, viejos y nhios, iban provistos de banderas cubanas de diferentes tama,os, pero todas pequeas, compradas a cinco y diez centavos en las tiendas de los mercaderes .espaoles que se haban provisto en abundancia de ellas en las fbricas de Nueva York para no interrumpir su comer cio de. banderas en el mercado. Ellos mismos eran los pri1neros en vestir con pabellones de la estrella solitaria las puertas y fachadas de sus tiendas en.el momento de evacuar las tropas espaolas en su barriada. En algunos sitios, como .en la calzada de Galiano~ se di el caso curioso de estar acuartelados los soldados en la acera norte del barrio de -Coln y llenarse de ba11deras cubanas las fa.chadas de la acera sur opuesta del ba r1~io deMonserrate, en que se haba realizado la evacuac1on. Los pobres soldados vencidos contempla ban atnitos.las procesiones que les pasaban por delante, y oan sonriendo el grito antes subversivo que en la manigua combatieron. Alguna vez en.algn sitio esta mansedum b111e la convirti en ira la intemperancia de ;~ ""-' .. ,.,, .. . :

PAGE 35

SOMBRAS ETERNAS 41 algn jefe o la imprudencia y el desmn de 11no que otro manifestante y fueron inevi tables los choques sangrientos. Juan, tratando de contener a la mulata, fu arrastrado por ella. Sujeta a su brazo para ampara~la, se vi a su vez cogido en tre la masa humana que como un hormigue ro en marcha llenaba la calle. As pasaron de una va a otras, engrosndose la multitud en cada esquina con nuevos grupos que en la misma forma e iguales demostraciones ve nan y cruzaban de los otros barrios. El sen timiento patrio comprimido, las penas pro longadas, las ansias de libertad, el rencor por los agravios, el odio a la opresin, no podan tener desahogo y expresin ms sen cilla y adecuada. Los vecinos acomodados, sin darse an verdadera cuenta de aquella transformacin en la vida 11rbana, se asomaban a las puertas y balcones, asocindose espontneamente con sus gritos y agitando banderas en sa ludo a la manifestacin popular; los ancia nos con los ojos humedecidos sonrean y las mujeres lloraban. La mulata :ho hablaba una palabra, sus ojos brillaban eon fulgores extraos en el fondo de las rbitas huesosas y su rostro flaco y plido se haba il11minado , con un carm1n rosaceo: Ya tu lo ves, Fondeviela, Ya tu lo ve Que Cuba es Mbre Y que ya no lloro ' ' ..

PAGE 36

' ,, 42 ~\.!11UNDO CABRERA cantaba incesanten1ente con el coro y no se lin1itaba a anda.1.. sino se agitaba como los dems, con las cadencias y conto1~siones del baile -Vmonos ya l)ara ca.sa,, le deca con insistencia Juan. Ella no contestaba sino segua adelante a1~rast1eind0Ie. As conti nua1"'on poi la calle de Industr~ia hasta la de Dragones; atravesaron el parque del Cam1Jo de Marte; penet1~aron en la barriada de los Sitios, donde la manifestacin e1~a ms nut1tida y es~truenclosa que en ningn otro lugar; I*eeorrie1~on la calle de Vives y -* vol,'ie1 .. on al centro de la ciudad por la cal zada del Monte. La procesin era intermi nable ; se divida a veces en g1"1andes seccio nes en las esq11inas de las calles y volvan a 1 11 eunirse ms adelante en las plazas. Ni el chubasco copioso ni la llovizna in cesante, detenan la infatigable comparsa; ni el canto y los gritos patriticos cesaban. Aquella gente pareca 110 sentir ha1nbre ni sed, ni cansancio. El afn de cada uno era llevar en _la mano 11na bande1--a cubana y co mo no todos tenan dinel~~o para comprarlas, muchos de los que las llevaban desgarraban la suya en pedazos y los distribuan entre sus compaeros : el lienzo azul y blanco se agitaba con movimi.entos acompasados al sn del montono cantar EJ. autor de estas pginas, al regresar del destierro en aquellos das memorables, so cor1~i en la calle a un pob1~ joven sin som

PAGE 37

. : .. .. . SOMBRAS JtrM:BN..lS 43 brero, descalzo, con las ropas d~sgarradas y enlodadas que cay en el suelo desfallecido sin ~oltar de las manos 11n pedazo deshila chado de una bandera cubana. Haca dos das y noches que marchaba en las calles cantando y gritando con la turba y sin haber tomado ms que sorbos de agua cogidos con el hueco de la mano en alg\1na llave pblica o bebedero de caballos. La procesin en que iba Juan, teniendo sujeta a la mulata y amparndola, regres a la tarde, cerca del anochecer, de su largo recorrido en direccin a la Punta. C11ndi el r11mor de que las tropas haban evacuado el barrio del Angel y la apiada fila de ma nifestantes entr por el boquete de la calle de la Bomba en direccin a Empedrado .All tropez con un pelotn de infantera espa ola acuartelado en la plazuela. Por eso no cesaron los gritos ni el canto y la muche dumbre sigui adelante. Los soldados, al mando de no se sabe quin, dispararon sus fusiles sobre la indefensa ma sa humana y se replegaron a la misma calle de la Bomba. Algunos de los manifestantes que llevaban revlvers los dispararon a su vez sobre la tropa temeraria. Pero el desor, den y el pnico fueron tremendos e inevita bles. uos que crean poder cantar y gritar en las calles del pas libertado, sintieron el ltimo azote cruel de los opresores que an tenan all su planta y sus armas. La fuga en masa, frentica, empujndose unos a

PAGE 38

. :,:, .:,t~t.... .. .. : : ::~i. .l. t .. 44 RAIMUNDO CABRERA ot1,os, queriendo forzar las puertas de los edificios cerrados, buscando salida por las calles que daban al Paseo, se realiz en po eos segundos en ca.rret'as locas y desordena das con lamentos y gritos ensordecedores. La mulata fu derribada por los que huan y sin poderlo evitar Juan, que se man tuvo firme a su lado, pasaron sobre su cuer po unos tras otros los fugitivos pisotendola y maltratndola. Cuando el negro pudo asisti1--la, la viq desmayada. -T lo ves, loca, le dijo con dulce re p1 .. oche, por no obedecerme. Y tomndola en sus brazos como tm nio, echtS a correr tambin hasta alcanzar sof ca.do la esquina de Refugio y Prado. El paseo estaba silencioso y solitario; los gran des tal.le1es de madera de la acera izquierda se hallaban cerrados lo mismo que las casas de los vecinos del lado opuesto, por la alarm.a que prodltjeron los que huan por las calles. All, en un banco de la alameda, deposit Juan su carga y examin con cuidado a la mulata, viendo que no estaba herida y res piraba. Fu a la fuente prxima donde lle n de agua la copa de su sombrero y volvi pa1,.a rociar con ella el rostro plido de la in feliz mujer, que volvi en s al cabo, y son ri como si despertase de un sueo agradable. -Anda, reponte, -dijo l, par~ irnos .a casa; no has comido ni bebido en todo el ..

PAGE 39

-. SOMBRAS ETti:RNAS 45 da, y la pobre seora y la nia abandona das; ;, por qu te obstinaste en seguir 'I -Ah! dijo ella, rompiendo el silencio y con frases lentas y acento vago, lo mata ron, se murieron de hainbre mis hijos, que evacuen! que evacuen! y en seguida, incli ~ando la cabeza sobre el pecho, todava fa tigada, se ach a reir con 1~na risa que pare ca llanto y cant bajo, muy bajo: Ya t lo ve Fondeviela Ya tu lo ve Que ya no lloro. El buen cochero, que tampoco haba co inido ni bebido y mientras hablaba, sorba en las palmas de la mano el agua que sa caba del sombrero; vaciando ste en el suelo y sacudindolo despus, se sent j11nto a ella en el banco y le dijo dulcemente: -Tienes razn, mulata, qu dicha! que ya evacuan! ., I p .. . ..

PAGE 40

IV LA RECONCENTRADA Ah qu es esto , dij o Juan, trope zando con un objeto duro al meter la mano en su bolsillo ; pues no me acordaba! Es el pan de don Pnfilo. Toma! ) ... a tenemos cena : come y recobra fuerzas, hija. Y partiendo el prtn en dos pedazos, to~ el ms pequeo para s y di el otro a su compaera. Ambos comieron con avidez el msero bocado satisfaciendo la necesidad corporal ms que el apetito. -Ahoria, e11 marcha, agreg el negro, vamos despacio )ara que no te canses, y le vantndola suavemente echaron a andar apareados hacia la Punta. Esa pobre se ora enferma y la nia solas. . no has de volver a ha~er eso, t verdad 1 pase lo que pase. Pe1'0, i vuelves a callar! Responde. -Habla t,-dijo ella. Cuntas cosas han pasado, Juana, des de que a ti y a m nos di la libertad nuestra

PAGE 41

,,. .. . :. ,. : : < .... ': .' . .,.,,.. . ... ;~: . . 4'8 .. lUIMUNDO CABRERA .:::. .\ .. . t buena ama, .. doa Cndida; te acuerdas! qu amos tan buenos aqullos! Don., ,Jos Caraballo, un gran abogado y Doa Cndi da, una santa. Cmo se deshizo aquella casa, tan prspera y dichosa, desde que al caba llero lo prendieron y lo desterraron a Fer nando Poo por revolucionario y le confisca. ron sus bienes : l mt1.ri all en el destierro mientras ella sostena aqu a toda la f ami lia con sus propios recursos, hasta a la fa milia de su cuado don Cla.udio, que tambin dester1~a1--on, pe1--o que volvi sano y salvo para cogerse lo que le quedaba a nuestra an1a y despus se1 lo que ha sido, un espa olizado, un aitStia,cante, un aristcrata, que ha hecho mucho dinero con malas maas. Cuando la nia Cndida se arruin por completo y nos di la libertad para que no pas'amos a manos de otros dueos, yo . "': .. ~~:: .. : i.:.:~'.\ .;\ .J;:. ;, -~ .. :{~t .,~:_;~f~-~..... me fu por mi cuenta a t1abajar con el coche que me vendi; i qu digo me vendi Y -~:. ... . que me di casi regalado y que pagu a retazos: t te casaste con Leonardo, el sastre, y fuiste dichosa y si t y tu marido no hu bieran sido ta!1 buenos con ella,' la pobre seora se hab1a muerto de pena en casa de su cuado don Claudio, con aquella mujer:: j;;tr doa Lola, tan dura, tan or osa y arist:.; ,,;; ... ,, crata q~e la desdeaba y. ;la trat mal por .. ,; :\r; envi
PAGE 42

" 111 SOMBRAS ETF!RNAS. ~s s todo; aunque te vea pocas vece$ o dej de verte mucho tiempo, lo saba todo; es que cada 11no marcha en e~ m11ndo por su lado ; pero no pens n11nca halla~te como te encontr, muerta de hambre en las calles, despus de haber perdido tus dos hijos de fiebre y de miseria, sin tu marido que mata ron en la guerra, sin tu casa, de la que te echaron porque no pagabas los alquileres; pobre Juana! pobre Juana! t, que tuvis te una herencia de nuestra ama, la hacien da de Piales que te ~re~at tambin don Claudio, ese malvado; de all se fu tu marido para la guerra, cuando no pudo sos tenerse ms en la .. finca y lo maltrataban para que la desalojara; has sido muy des graciada, lo s; pero siempre buena estabas cuidando a esa pobre seora -enferma con su niita, que parece un ngel; en la calle la conociste verdad En la Plaza de la P11nta, y en los portales del Prado,' en el agujero en que podan dormir por no que rer ir a meterse en los Fosos con la miseri& de tanto reconcentrado harapiento, podri do y hediondo: salas a recoger limosna para ella, la pobre seora que con la fiebre y la .. tisis no pod~ moverse ; por ti, cuando te ha ll casi muerta, las recog a las tres y las lle.J v a mi cuarto, ese cuchitril en que yo viva y que me cuesta de alquiler dos pesoB ~ me dio al mes; desde entonces, menos mal, all las cuidaste y las cuidars, ~unque no ha bles: pero habla y responde, muchacha!

PAGE 43

:,;, . .. :~\~ .. .. ._. .. 50 RA!)iU~"DO CABRERA .. ,. . J nana se enjug sus ojos con las dos ma nos; iba lloI;l~nd(l. -, Sabes, otra desgracia, continu el neg1~0: se me ha muerto Gayao, mi buen ca ballo, pe1~0 no se lo digas a la seora : no les falta1,. nada; vendo el coche para comer mient1~as encuentro trabajo, y trabajars t tan1.bi~, mulata, para que nada les falte. Gua1d silencio un instante mi.entras an daba a paso lento por la calle oscu1~a y so lita1~ia y luego continu: Es necesario que te cures, que conias, que sacudas esa idiotez que te han dejado las penas y sob1~e todo, que hables. T no ests muda, la fiesta de hoy me ha servido pa1~a saber q11e tienes garganta: bien que has gritaclo. J.,. cantado! Hablando as llegaron a la puertecilla del cua1'tucho que abandona1an por la roanana. La enferma, levantndose penosamente de la ~ma, les abri y los salud con sonri sa melanclica y alborozada. Cu.nto has tardado, Juana! casi no he pottid dar la leche a la nia ni tomarla yo; me esfo1~c al levantarme y me postraron los destna.yos. -Perdnela., seo1 .. a,-dijo ,Tuan,-Se volvi loct.~itoy; pe1~0 vuelve curada; no lo vol.:. vers a hacer, no las dejars ms solas verdad, mulata 1 -No -contest con un sollozo Juana y se ;;.

PAGE 44

SOMBRAS ETERNAS 51 acurruc al pie de la cama sobre 1rn montn de trapos. -Y la niita~ preg11nt el cochero. -Durmiendo, i no la ve~ dijo la madre, sealando a la pequea dormida al ex tremo de la cama y mientras se acostaba en el catre ahogada por la tos. Juan, agreg a poco, hoy cre morirme y escrib a usted unas lneas con lpiz en 11n papel que met con otros que me dej mi marido cuando se fu a la guerra ; aqu estn, en 11na carte ri ta que llev colgada al cuello para no per derla; yo morir pronto; jreme, Juan, que usted c1ridar de mi nia y no dejar que se muera en las calles o la lleven a 11n hospi cio. No la abandone nunca, Juan, ni la d a conocer; no ensee esos papeles hasta que ... se la robaran y la mataran por quitarle lo suyo. -Se lo juro, seora; pe1'0 tranquilcese, se pondr usted pronto buena. -Fuimos ricos, Juan; mi nia deber vivir y educarse, si es que hay justicia. U te ( l har que. . Un fuerte acceso de to s interr11mpi a la enferma y la dej desfallecida. y -Bueno, seora, tranquilcese, maana u otro da hablaremos; procure descafilt!)r y c u rars e, dijo cariosamente el ne~o; vea usted, ;ruana se ha dormido ; est mlida, no hay que despertarla; yo cerrar la puerta desde fuera y mete1' la llave por el posti go. Buenas noches, nia

PAGE 45

' 52 RAIMUNDO CABRERA Jua,n sali e hizo lo que dijo; di la vuelta .po1-a el costado exterio1 del cuartucho, y en el ngttlo del fondo, junto a la pared trasera de la casa que daba f1\ente al mar., sobre la tie1"ra desnuda jr cubierta de desechos, se ech como un pe1'*ro, esti1~ sus nri.embros cansados por la marcha del da y. ol,idando sus penas, se qued profundamente dor mido. Las noches anterio1~es desde que cedi su cua1'to a las pob1es asiladas, h.~ba dormido en las barbacoas de la caballeriza ql1e tena en alquiler para Gayao; ahora, que ni ami eso posea, era uno de tantos miserables que do1'1l1an en los hoyos de los arrecifes, junto a las paredes t1~aseras de las casas de San Lzaro, .en los cobertizos arrtrinados, en el can de la cloaca, bajo tinglados construi dos con lienzos, alfombras viejas, maderas, latas, hierros y despe1-tdicios por los vaga bundos, mendigos y reconcentrados en aque lla~ bar1'4iada inmunda de la mendicidad que tuvo la capital de la ltima colonia espa ola en .An1rica, junto al litoral, desde los bastiones de la P11nta hasta la caleta de San Lzaro. Los desventu1'*a,dos sin hogar ni asilo que se recogan a do1 .. mir de noche sob1~e los des pojoS ,4Frr-:\ 1as inmundicias de aquella ancha .. faja de terreno pedregoso, erizado, hm.e do y ftido, tenan a lo menos la soledad, el cielo, las estrellas, el espacio, el rumor de las olas rompiendo en las 1 .. ocas de la orilla.

PAGE 46

, SOMBRAS ETERNAS 63 y el soplo refrescante y arrullador de las brisas del ocano. .. * Al primer destello del alba, Juan dej su -cama terrosa y enlodada, con la preocupa cin de obtener recursos y traer temprano alimentos a sus protegidas. Decidi la venta del coche desvencijado antes que poner a prueba las ofertas de dito y amistad del bodeguero don Pnfilo y se dirigi al establo. Logr, tras largo re gateo, un sobreprecio de treinta y tres pe sos cincuenta centavos, saldada su deuda, por la armadura del antiguo carruaje, cuya r eparacin sera costosa, y logr ms : la pro mesa del establista de arrendarle en alqui. ler por tres pesos diarios otro coche con .arreos y caballo para continuar en su negocio de cochero de plaza. Para el dueo del establo tena todo lo que se necesitaba, el crdito de hombre trabajador y honrado. Juan llev al cuartucho provisiones do bles y hasta un cuarto de pollo asado para la enferma; los entreg a Juana y le reco mend con insistencia y cario el cuidado de seora y la niita. Despus e enca min a la calzada del Monte y entr en 11na tienda de ropa hecha: tena que reponer su indumentaria completamente desgai~rada, ( 1

PAGE 47

, 54 RAIMU~"l)Q CABRERA sobre todo, los zapatos que dejaban los de dos al desnudo a travs de sus roturas. Hizo una provisin modesta y adecuada: camisa blanca, pantaln y americana de lienzo de color g1~is, corbata neg1--a y unos borcegues de cuero. En el inismo cuarto de p1ueba se enjug el cuerpo y cambi de traje, desechando por intil el usado. El sombrero no haba que reponerlo: era de jipi;j,xpa; estaba recin lavado y le durara mucho tiempo. Pag las piezas despus de su ajuste cui dadoso; se haba transformado y vestido po-r completo con slo un gasto de diez pesos en uno de esos almacenes de ropa hecha, estre chos, oscuros, atiborrados de mercancas ba ratas, que al igual de otras g1~andes ciuda des, tiene pa1"a los pobres en sus barrios bajos la Habana. Juan sali orondo y con solado con sus nuevos vestidos; an le qu~ daban veinte pesos en el bolsillo para afron tar los das de cesanta. Pero al pasar por 11na pequea tienda de modas, vi en la vi.; dI~iera trajes de mujer y entr en ella. Ad quiri unabata de algodn blanca, un cami sn, un vestido de listado, una camisita de nia y un pauelo grande de color a rayas, de los que llaman de bayaj, dando las me didas aproximadas de las que haban de usarlas. Este trato import doce pesos; le resta ban ocho. Eran bastantes para pagar el al,.

PAGE 48

SOMBRAS ETERNAS fluiler del cuarto y comer una semana rnientras volva ~l ttabajo. Con el paquete de vestidos que el tendero le entreg, envueltos en tm papel de peri dico y atados con 11n cordel, se encamin sa tisfecho y ufano a su casa. La pobre seora enf e1ma se pondra una bata nueva y limpia, la mulata el vestido de listado y el pauelo de bayaj, y la JJia su e.aroisita. Qu fiesta para aquellas desgraciadas J Qu placer tan grande para l que se la proporcionaba! As march a paso apresurado por la ca lle de A a hacia la de San Lzaro. En la esquina de Animas llarn su aten cin una gran concurrencia de curiosos que conteinplaban un carro de cuat1~0 rued~s, de color rojo, con las iniciales en blanco U. S. A. y tirado por dos grandes caballos ameri canos. El vehculo se haba atascado en el pro fundo lodazal que en la calle, sin pavimen to y sin aceras, haban producjdo las ltimas ll11vias. El cochero sobre el terreno, lucha ba intilmente por sacar a los animales del mal paso, tirndolos del freno mientras 11n oficial, cuyas insignias se vean en las hom breras de su traje gris, sentado en el pes cante, daba impaciente, en ingls, rdenes al conductor inexperto. Juan ech una ojeada al cuadro, estudi el terreno, la situacin del coche y la actitud 1 w .....,

PAGE 49

) RAI.MUNDO CABRER.\. de los caballos y con un arranque generoso, propio de su carcter, se acerc al pescante y dijo al oficial: Quiere usted que le a;111de 1 subir ~l pescante. Asinti el mili.tar y el neg1~0 acomodn dose en el asiento, despus de poner su pa quete en el carro, tom las riendas, les di dos o tres sesgos hbiles y en pocos minu tos log1:t que los caballos sacasen el vehculo del pantano. Ah! los pantanos! l saba vence1~Ios ; era su prctica ; conoca bien esos ag11jeros llenos de agua y lodo de la vieja ciudad de la Habana que haba transitado con su coche durante veinte aos. Al descender del asiento, le dijo el oficial en mal espaol: -; Ouito pedir por su trabajo! -Nada, seo1~, contest Juan. -Usted ser buen conductor. -Soy coche1--o de oficio. -& U stea'querer emplearse t -Si, seor. -1 r tJ'ia.ana a Marianao, aqu te1ier mi tarjeta., capitn Bates. -Cmo no! No faltar maana. Yf.Juan radiante de gozo rompi la fila de curiosos que lo felicitaban, y con paso apre SU111ado se di.Iigi hacia San Lzaro, murmu rando con mezcla de pena y alegra: -Ah! Ga11ao! pobre Gayao! te fuiste y me dejaste tu buena sombra; lo que es abo..

PAGE 50

' SOMBRAS ETE:RN.AS 57 ra, la seora, la nia y Juana no carecern de nada . Al tocar a la puertecilla le abri Juana con aspecto descompuesto; la seora estaba desmayada. La chiquitina se acerc a Juan y se abraz a sus piernas dicindole: -Mam est durmiendo hace mucho rato. Despus de besar las manitas de la nia, el negro se acerc al lecho, contempl el ros tro plido de la enf erroa, le tom el pulso, le levant los brazos, le abri los prpados y di 11n paso atrs con angustia y terror. La infeliz reconcentrada estaba muerta. ' ,, ' ,.

PAGE 51

. ., \ V SAI,DO DE CURNTAS El coche funerario de los pobres ''La Lechl1z~ '', vino a recoger por la tarde el cadver y conducirlo al cementerio. Juana llev la nia a la calle para que no presen ciara la triste ceremonia y siguiese c1eyen do q11e. ~u madre estaba dormida, mientras Juan, en 11:ri coche de plaza que alquil al efecto. acompaaba los restos de la dif11n ta hasta su enterramiento en la fosa comn. Los trmites de la inscripcin en el regis tro de def11nciones fueron breves. Juan co noca a la finada slo con el nombre de Do a Aurora, pues la haba recogido por ca ridad entre la turba de reconcentrados ham brientos que meses antes llenaban las calles de la Habana, y no saba ms. C111npli religiosamente el encargo de re coger y no mostrar a nadie la carterita de papeles, y siguiendo los nobles impulsos de t t , su carac er generoso, se re1 ero &. s1 1n1smo ~ ,.. & .........

PAGE 52

60 RAIMUNDO CABRERA el compromiso de conservar para su cuida do v afecto a la niita hurfana. \ ... Cl1anclo la ltima paletada de tierra ceg la fosa, Juan con mayo1" devocin que la que halJa mostrado junto a los restos iner tes de Gayao, se ar1 .. odill y rez largo tiem po, besando un puado de la tierra remo vida y a1"ojndola a la sepultura. Al volver al cuarto encontr a Juana llorando, sentada en un rincn, con la nia dormida en los brazos. -i La cuidars mt1cho, mulata 1 le pre~ gunt conn1ovido el coche1--o. Mi hija! respondi ella, con su laco nisn10 enfermizo y habitual, apretando a -su seno con ternura el cuer'pecito flaco de la cIia tu1 .. a .... -Se1-hija tuya y nieta ma, agreg el negro, aunque sea blanca. Juana hizo una camita en un cajn de made1a, en la que acost con cuidado y es111ero a la hurfana, recogi las ropas del lecho de la enfe.rma y las a1~1~oj a distan cia sobre los ar1~ecifes, junto al mar, en el basure1 habitual del vecindario; lav con agua y jabn las bar1as del catre y las dej adosadas perpendicularmente a la pared; despus se acurruc para dormir junto a 1 nma. El cochero, por no dejarla en la soledad y t1isteza de la habitacin de que acababan de saca1 lm cadver, se acost tambin en el suelo . ~:.: ... ~: . . .. '. $ . ~.

PAGE 53

SOMBRAS ETERNAS 61 Esa noche por lo me:p.os tena techo que le abrigara, a11nque en aquellas cuatro pa redes estrechas haba dejado un ambiente de melancbla la ausencia de la muerta. Al da siguiente, acudi formal a su cita en l{arianao. El capitn Bates contrat sus servicios para conductor de un carro y cuidado del pesebre por quince pesos semanales. La duracin del empleo dependa de su buen desempeo. Deba habitar cerca del cam pamento de Col11mbia, en trazado y rpida construccin entonces, y Juan no perdi el tiempo. Tom en alquiler ~ por diez pesos mensuales una casita de embarrado y tejas en los suburbios de los Q uemados : un pa lacio con portalito al frente, de horcones de madera, piso enlosado, sala, comedor, cuarto con ventana al campo, todo diminu to, una cocina sobre el patio lleno de rboles, y un cuartucho al fondo para l, casi la perrera, pero ms grande y luminoso que el que tuvo en San Lzaro y cedi a las dos reconcentradas. Al regr esar por la tarde se senta consol~do y fortalecido. Despus de acariciar a la muchachita y contestar a sus preguntas : Dnde est mam; cundo viene; quiero que venga: -Se est curando, vendr pronto, me en carg que te cuidara y te dijera que fue ras buena, agreg: Juana, maana nos mudaremos, el da .. ... .. .. . . 1

PAGE 54

62 RAIMUNDO CABRERA de ao nuevo;. el da en q11e todo cambia. J --ame, ot1--a vez, que vas a curarte de esa idiotez que te causaron tus desgracias y la mi8e1ia, y que vas a ,,.ivir para esta huerfanita ).,, a consolar con ella t11s penas. ,J 11a1a tom a la nia en sus brazos, la bes llo1~ando ,T le contest: .., -Si; ya estoy buena. -Y o trabajar para las dos, y todo se anda1i, agreg el negro; ya hemos empe za
PAGE 55

SOMBRAS ETERNAS 63 hasta la caleta de San Lzaro, movindose ,lif~ilmente entre los picos de la roca, sal tando por encima de los hoyos llenos de agua estancada y pisando las inmundicias all esparcidas, reinaba 11n silencio espec tante. No se gritaba, ni siquiera se habla ba en voz alta. El mismo silencio se obser vaba en los espectadores que llenaban las azoteas, l os balcones y ventanas de los edi ficios cercanos al litoral. Veanse rostros mt1st io~ .. en que se reflejaban la congoja i11terior por el desastre inevitable y el valor mudo con que asistan hasta el ltimo ins tante a la cada del ideal derrotado ; vean se semblan~es que expresaban el asombro y la duda en la realidad de aquel desenlace; otros que mostraban francamente la satis faccin del triunfo, y se oa el rumor de los que lamentaban la derrota y apenas habla ban y el de los que reputndose los vence dores se sentan contenidos por la duda y la in~ertidumbre del maana y por cierto res peto y conmiseracin hacia el vencido. Un filsofo habra observado en aquella eonc11rrencia; comedida y recatada, que la conciencia popular se deba cuenta de la so lemnidad del instante. Los cados, porque caan para siempre; los que suban, porque ignoraban si la ascensin sera 11na reali dad sin obstculos. De todos modos, la de rrota era cierta para los unos y la victoria 11n hecho realizado, prometido y garantiza do para los otros. .. .. ..(,ro .. ;

PAGE 56

64 .. BA.IMUNDO CABRERA Veintin caonazos disparados desde la fortaleza de la Cabaa anunciaron el momento final. E11tonces ces todo rumor, y el silencio, tm silencio anhelante, tmido, casi religioso, rein en la muchedumbre que llenaba el litoral, los balcones y terrazas. El cielo estaba claro, azul, ligeras nubes g1~ises se alzaban en el ho1 .. izonte y la sere nidad de la atmsfera pa1~eca reflejar la. misma calma de la tierra. Todas las mira das se l1allaban fija~ eon ansiedad en el ele vado mstil del ~Iorro que sostena la han. dera de oro y grana, plegada sobre s mis ma, cada por s11 p1"opio peso en pliegues recogidos paralelos al asta, sin que la ms lige1~a brisa la agitase. Al sonar el ~estam pido del ltimo caonazo, mano experta solt la cuerda y el pabelln de Espaa, sin sostn, cay rpidamente, sin desplegarse,. como un fardo largo y pesado, perdindose en un segundo a la vista de los millares de espectadores, bajo los muros del baluarte elevado sobre la colina. En seg11ida otra mano, gil, elev sobre un segundo mstil desnudo e i11mediato, el pabelln de los Estados Unidos. Coincidencia extraa t En ese mismo,. instante se levant la brisa del mar con fuerte rfaga e hizo desplegar en toda su amplitud los colores, azul, rojo y blanco, del. : pabelln americano. Veintin caonazos lo .. saluda1on. .Al sonar el ltimo disparo, el silencio res"

PAGE 57

, SO'),[RBAS ETERNAS 65 petuoso y contenido de la muched11mbre, contra todo lo preceptuado y establecido, estall en una excla,nacin simultnea y estr~endosa. Esta explosin inevitable sa ludaba con frenes a 11na bandera cubana que flotaba en el aire y ascenda sobre las fortalezas prendida al hilo invisible de 11n papalote que la brisa juguetona llevaba ha cia las nubes. Qu hermosa a todas las miradas luci en el acto el pabelln de la estrella solita ria! Qu patriota annimo sera el que elev al cielo, sobre todos, el srnbolo her moso de los ide~les patrios! -Dios es muy grande! murm11r reli giosamente Juan. Juana, recordando a su marido Leonardo, muerto en la guerra, a sus hijos que expi raron de hambre con los reconcentrados en las calles de la Habana, secndose una J;_ grima y apretando a su pecho con tern11ra l h f ta b. a a ntna uer ana, mu1muro _m ~ 1e n con voz ronca: Todo se paga! ..

PAGE 58

' ,, VI UNA APOTE0$IS Y UNA MIRADA Qu contraste '' La alegra quieta'' que recomendaba al pueblo de la Habana el General Ludlqw en su carta previsora y se rena a la Junta Patritica, pidindole que pospusiera para otra poca los festejos que la agrupacin proyectaba celebrar el pri mero de Enero, al cesar la soberana espa ola, en realidad di a aquel da solemne un tono severo y melanclico : el de fiesta de recogimiento y meditacin. A los que la presenciaron produjo estupor semejante al que experimentan y describen los que asis ten a la ejecucin de 11n reo: pesar por la vida que se siega : piedad por el delincuente : respeto y hasta temor por la accin inexo rable de la justicia. En aquella hora la so berana espaola, ambiciosa y obcecada en cuatro siglos, pag todas sus injusticias y errores. La cada de su bandera fu la de capitacin; los que la amaban y def endie

PAGE 59

68 RAIMUNDO CABRERA < ron experi1nentaron tortt1ra ; los que nacieron y sufrie1--on bajo ella,, la compade ca11; pero la justicia h11mana se sinti sa-, tisfecha. Ahora, contemplen ustedes este otro cuadro: es el de la alegra delirante de un pueblo que t1,iunf a y siente que su ideal de libertad se realiza al cabo de un constante bregar y de luchas sangrientas. El que deca este discurso, hablando a otro caballe1'0, a una seora y un nio vestidos de neg1~0, de pie todos, apoyados en el a11tepecht) de uno de los balcones del pri mer piso del Hotel Inglaterra, sobre' la es quina de San Rafael jr P1 .. ado, les sealaba, la ola hlm1ana qt1e se agitaba en la amplia plaza del frente, llenando '1,1s. calles anexas, en todas di1~ecciones y los balcones y azo teas de los edificios contiguos. La muehe dmnbre ap1"esurada y gozosa buscaba sitio adecuado l)ara p1'*esenciar, sin desperdicio de un detalle, el desfile mjlitar y la proce. ,, s1on c1v1ca. Qu l1ermoso espectculo! cmo en sancha el corazn y cmo me consuela! ex clam el caballero vestido de luto con acen~ to emocionado y los ojos hmedos. .. Es lgico, volvi a decir el que haba. hablado antes y cuyo traje distinto consista en pantaln y americana blancos, de corte militar, gorra del mismo color y en. el homb1 .. o las insignias de Coronel: este~ ma.gnfic final exigi mucl1os sacrificios y penas. Esos semblantes alborozados que

PAGE 60

. , SOMBRAS ETEINAS 69 muestran en cada concurrente la alegra de ~a victoria, encub ren los recuerdos de lo que cada cual ha sufrido. 1, Quin en la ardua lucha no ha dejado en el camino jirones de su c~rne y angustias ae su espritu 'I Esta hora lo compensa todo : ya somos y seremos pueblo libre. -Mi pobre mujer enferma, mi pobre hi ja que no alcanz esta hora de compen sacin! -He visto farnilias enteras disgregarse ) y desaparecer durante esta guerra de ex terminio: la concentracin de los campesi nos en las ciudades despobl al pas; per diste a tu nia y tu buena compaera est postrada ; no pudieron resistir la estrechez, las privaciones del destierro y la inclemen cia del clima glacial del Norte, mientras cumplas tu deber de patriota en la emigra cin; pero has vencido: te queda tu mujer, que curar, y tu hijo; eres an joven, fuer te; por ellos tienes que rehacer tu patrimo nio y tu hijo y la patria sern ahora tus objetivos. \ -Lo s y a luchar sigo dispuesto, sobre todo por l; que ya la patria tiene andado su ca-mino. -Te equivocas: ahora es cuando empieza a abrrsele; ese pueblo alborozado que con templamos desde aqu y que nos contagia con sus alegras, tiene un sentimiento instintivo : ama la libertad porque vivi opre so, pero todava no la comprende ; hay que f 1

PAGE 61

70 educarlo, ilustra1--lo y dirigirlo: los hombres de. saber y de patriotismo tienen a su cargo esa misin: la lucha heroica ha terminado; los Estados U nidos echaron en la balanza de las discordias su intervencin j11sticie ra po1 .. que ''Cuba sea y deba ser pueblo li bre e independiente'', pero an hay que ha cer y I0g1ar esto. Pinsalo, sacude tus pe nas y a l11char de nuevo en campo ms ex pedito, pero no menos accidentado y di fcil. -Pap! mira! mira qu carrozas tan en galanadas y tan lindas 1 grit el nio que con la seora enlutada se hallaban abstra dos en la contemplacin de la multitud que abajo de los balcones se mova y ajenos la conversacin de los dos caballeros. -.Ah !M-M dijo el vestido de blanco, & las ca rrozas ya 1 me voy: tengo que ordenar su entrada en la comi.tiva: me detl1ve a salu darte y a saber si queras ir conmigo al Ayuntamiento, a la sesin extraordinaria y a presenciar el desfile ; 1, vienes 1 -No, me quedo aqu con Leonor y mi. hijo. Alquil est.e balcn slo con ese ob jeto. Como quieras. Vine desde la estacin clel Ferroca1--ril de Marianao con la comisin de festejos ordenando la va. Si vieras mo est toda esa calzada adornada con arcos triu11f ales y los edificios cubiertos de bande ras! Pe1 lo que ms asombra es la concurrencia: los portales y las aceras no dan es' . .....

PAGE 62

SOllRBAS ETi:RN.AB 71 pacio para la muchedumbre. La calzada del Monte, la de Galiano, estn como San Ra fael y este parque: no es concurrencia, es 11n hormjguero continuo que se agita, que crece, que se renueva: n11nca la Habana ofreci espectculo tan grandioso ni semejante y lo ms curioso es que unos y otros, vencidos y vencedores, estn j11ntos en escena. -El viaje del Generalsimo ha sido 11n paseo triunfal. -Y cordial! Ha sabido atraer y hala gar a todo el mundo. Desde las Vi11as has ta Ma1'ianao, en cada ciudad tuvo un home naje estruendoso: los cubanos y las colonias espaolas lo festejaron igualmente, y las autoridades americanas lo han colmado de atenciones. -Tuvo una frase genial en Sagua la Grande, en el Casino Espaol; la le en los peridicos : '' La libertad es para todos ; la unin de todos sin recelos ni rencores ser su garanta. '' -Pero esta fiesta de la Habana supera a todo ; razn tuvieron los americanos en pos ponerla en primero de Enero; el cambio de banderas pudo ser ocasin de conflictos; la realidad se impuso en el silencio, en un acto respetuoso, culto y cvico; el tienipo ha cal mado las pasiones y la bandera de las estre~ llas y la concurrencia de los interventores dan hoy confianza en el presente y para el porvenir ; esto es, seguridad a los espaoles que han de convivir con nosotros. Pero, ha

PAGE 63

72 blamos demasiado y me esperan; hasta l& noche que me reuni1 con ustedes en tu casa. \V Hasta luego, J ulin dijeron con cario a una la mujer, el nio y el caballero en lutado, y se inclinaron en el antepecho par~ contemplar con ansiedad el desfile . Por el extremo de la calle de San Rafael, en la esquina de Galiano, sonaban ya los clarines del piquete de ciento sesenta bati dores paisanos, montados en briosos corce les, que al ro.ando de dos jefes insurrectos abran la marcha y despejaban la va. La muchedumbre hecha una ma.sa avanzaba hacia el Parque, tropezando y co'.!}fundin dose con la que penetraba por las esquinas de las calles traviesas y se desparramaba en todas direcciones. Los grupos se empu jaban sobre las aceras sin altercados ni ri as, y cada rost1 .. o mostraba las seales de una aleg1 .. a franca y ex1Jansiva, que se des ahogaba con gritos y exclamaciones. Tras los batidores ma1 .. chaba.n cien jefes y oficial.es del ejrcito cubano, segl1idos por una banda del ejlcito amertcano; tras ellos, a caballo, todo el estado mayor del Generalsimo;, en un coche el General Ro loff llevaba el estandarte de la Invasin, la. bandera de la estrella solitaria hecha giro nes, aglrjereada por la balas y ahurnada por el fuego, y luego, a caballo, en el corcel No ble que fu de Maceo, se destacaba el in vencible sobreviviente de las do~ guerras, ti'::'.. .:ll

PAGE 64

SOMBRAS ETERNAS 73 el brazo tenaz sufrido y victorioso de la Revolucin, el Generalsimo Mx.imo mez, al frente de dos mil soldados de caba llera e infantera, vestidos de nuevo, con el sombrero de paja, la escarapela y el traje tpicos del mamb. Y alrededor de las filas, marchando al par de ellas y siguindolas, el pueblo, el pueblo redimido, un squito de ms de treinta mil personas de todos los sexos, edades y colores, agitando en el aire con los brazos levantados y movindolas a comps de vivas y gritos alborozados, mi llares de banderitas cubanas y americanas. Al entrar en cada calle, la vista del Hroe, sobre qui en convergan con avidez todas las miradas, produca verdaderos paroxismos de entusiasmo: se gritaba, se rea y se llo raba. Su cuerpo enjuto pareca clavado en la silla criolla del corcel que marchaba al paso, dcil a la rienda. En el rostro more no, huesoso, bajo el bigote lacio cado en sus extremos, se contraan los labios con una sonrisa jovial y satisfecha. La mira da penetrante, movida a lino y otro lado, ob servaba con avidez en los balcones y hacia el frente, los movimientos de la concurren cia y contestaba a los vtore~ y saludos con inclinaciones de cabeza, con la mano dere cha elevada a la altura de las sienes a usan za militar o quitndose y agitando a veces su sombrero calas. La llegada del Generalsimo al Parque se anunci con veintin caonazos dis.. ..

PAGE 65

74 RAIMUNDO CABPtERA parados en la f 01,taleza de la Cabaa. Los montonos estan1pidos resonaron en los odos del po)l1lacl10 Ct)ll acentos de gloria. La banda ame1--icana, detenida frente al teatro de Albisu, h.izo oir los acordes del Himno de Ba;-~amo y en ese instante toda aquella masa hum.ana guard un. ~ilencio solen1ne. El silencio de un minuto, de un segundo, si se quiere, que fu como el acto de recogimiento de un pueblo que haba s11f1~ido opresin y martiIio durante siglos y elevaba con uncin su espritu y su recuer do a los manes de la patria, a los mrtires del pasado, a los cados, a los vencidos, y la oracin de las conciencias libertadas al Dios de la Justicia y de los pueblos redimidos. Cu.ando los acordes del himno cubano ce saron, no fu un grito, fu un sollozo lo que brot al unsono de todos los pechos. -Joaqun, dijo en su balcn el enluta do, tomando entre sus manos la del nio que estaba a su lado; -contempla bien a ese viejo soldado: es el ejemplo del tesn y del vigor en la defensa del ideal de nuestro pue blo; lueh joven en la guerra de los Diez .Aos y no capitul verg-onzosamente en el Zanjn: sigui vigilante nuestra causa en largo destierro; respondi al primer llama miento de los revolucionarios; condujo nuestro ejrcito desde 01~iente a Occidente; lo mantuvo firme en todos los t1~ances ; lo ense a sufrir hambre y mise1,.ias; no de cay nunca: di ejemplo de fortaleza a los ,,

PAGE 66

SOMBRAS ETFBNAS 75 dbiles, y entre Ios fuertes fu el ms fuer te; venci a los generales espaoles Mart nez Cainpos y W eyler; abati la poltica mentirosa de Blanco y de los cubanos que equivocados la siguieron. Su firmeza tra jo la intervencin americana que nos eman cipa; no es el Libertador por s mis1no, por que tambin lo fueron Cspedes y Mart; pero l ha sido el genio y el brazo de los libertadores, fuerte para sobrevivir y ven cer. J oaq11n, la ms hermosa de las vir tudes es el patriotismo; no lo olvides y prac tcala, hijo mo. El nio escuch atento el discurso de su padre y tomando de una cesta llena de flo res colocada en el balcn, lJn p11ado de talos, lo arroj sobre el Generalsimo y su comitiva, gritando : -Viva Cuba libre! Mximo Gmez alz la vista y son1~i al nio, que continu arrojando flores. Un jo ven ayudante que estaba a su lado, salud al enlutado. -i Quin es, pregtint el General. -El caballero vestido de negro es el abogado don Ricardo del Campo. ~ 1 lo conozco de nombre: ese es un patriota, y quitndose el sombrero el Hroe salud al balcn. El squito estaba detenido a la entrada del Parque; las carrozas de la procesin vica s~ haban situado en lnea desde la pla za frente al teatro de Tacn hasta la esta'

PAGE 67

' 76 RAIMU~"DO CABRERA tua de la India para desfilar despus de la tropa alrededor del Parque y llegar por la calle de Obispo h.asta el frente. del antiguo palacio de los Capitanes Oenerales. De la primera de las carrozas, adornada primorosame~te con guirna.ldas de flores blancas, azul.es y rojas y palmas de lau1~e1, descendi una bellsima joven vestida de nica blanca, birrete Iojo, las franjas y la estrella de la bandera cubana ceida en el esbelto talle y en cada mueca un anillo bronceado con los ext1--emos de una cadena 1~ota: el smbolo ms sugestivo y hermoso de Cuba libertada. Seguanla dos caballeros vestidos de negio, con banda azul sobre el pecho y en ellas el letrero clo1~ado ''Junta Patritica''; con los somb1,.eros de copa en la niano, uno .anciano, el otro de edad mediana: se acer ca1--on al Generalsimo. La joven le dijo eon acento jovial y g1--acioso, ofrecindole una corona de laurel y rosas: -Al primero en la guerra y el primero en la paz. El Gene1~a1 se inclin sobre la sill~, reci bi la corona y bes a la joven en las ma nos, entregando despus el trofeo a uno de su squito, mientras atronaban el aire los .apla11sos de los concurrentes. Un ayudante del jefe baj a su vez del caballo y acompa a la joven y a los dos ca~ ba,lleros a la car1~oza. Al darle una mano ..

PAGE 68

. .. SOMBRAS ETERNAS 77 para ayudarla a subir al carruaje, la dijo con pas1on: Qu linda est~, Sofa! -Para ti esto, Gustavo-contest ella sonriente, arrancndose de la guirnalda que cea su cabello, un blanco jazmn y entre gndolo aJ joven militar; ste lo llevo a sus labios mientras regresaba al lado del jefe. La marcha se inici de nuevo : desfilaron soldados, pueblo y coches; cruzaron bajo los balcones las cien carrozas de distintos bolos de la procesin cvica y continuaron hasta la Plaza de Armas, por frente al bal cn del palacio de los Capitanes Generales, donde se haba situado el Generalsimo con el Gobernador americano, General Ludlow, y el Alcalde de la Ciudad, Perfecto La coste. Las orquestas callejeras, los petardos y cohetes alegraron la fiesta y los conc~ren tes en los balcones y portales empezaron a desfilar por las calles, ya ms desahogadas de grupos. Vmonos a casa, murmur Ricardo,. ponindose en pie. -i No te fijaste, le pregunt la seora, en esa mujer h ermosa que ha estado duran te el desfile y est todava en la terraza del caf de Tacn, frente a nosotros! No ha quitado sus ojo s de ti: te miraba con tal insistencia que me llam la atencin. -Cul, pregunt Ricardo a su vez, volvindose hacia el lugar indicado por LeoI

PAGE 69

78 RAIMm"DO C.ABR-ERA nor. Ah l exclam con un extremeci miento imperceptible al cruzar su vista con la de la dama curiosa, clavada en l con persistencia y osada. En seguida, volvin dose a su he1,mana, agreg con tono displi cente para ocultar su turbacin y evitar otra preg11nta : -1\'fe parece conocerla: c1 .. eo que es una de mis antiguas clientes. Mas sin poderlo evitar, antes de separarse del balcn, sus miradas volvieron a encon tra1 .. se \';on las tenaces e insistentes que sur gan de aquellas pupilas brillantes y azules. ' ::;,: '.'.~"'...~~ . l

PAGE 70

' VII INSTRUIR ES I,iBERTAR En 11na sala baja con ventanas a la calle, amplia y llena de luz, amueblada con gran mesa escritorio, varios sillones y estantes de nogal medio vacos, adosados a los teste ros, Ricardo del Campo sacaba de unas ca jas de pino abiertas y colocadas en el sue~ lo, los volmenes de diverso tamao conte nidos en ellas; los pona sobre una mesa, los sacuda con 11n pequeo pl11mero y des p~s de leer los rtulos del lomo o abrirlos a veces pa1 ~ a examinar sus pginas, los colo caba simtricamente, ordenndolos por ta mao y colecciones en los distintos ana queles. Aquella labor montona y fatigosa pare ca deleitarlo. La puerta interior del despacho se abri empujada por mano que no necesitaba an11n ciarse y apareci en ella el individuo vestido

PAGE 71

.. ,{ :,', . :'5.~ 80 RAIMUNDO CABRERA con traje mili.tar blanco que le acompa la vspera en los balcones de Inglaterra. }~ -i Todava con los libros! pregunt, no te cansas tJ -No, contest Rica1-.do: me recreo tanto como si me reunie1a y conversara <;on un grurJo de buenos amigos. Estos libros, Ju lin'I fue1-.on mi vida en muchos aos. Cada I voll1men me t1 11 ae un recuerdo grato: marcaro11 mi ascenso en la lucha por la exis tencia. Cuando empec a t1~abajar, joven y lJobre, mi biblioteca la formaban slo mis .. libros de texto de la Universidad. El mero de tomos y d.e ob1'aS c1~ecieron luego en razn directa de n1js ganancias. Si un hacendado meda su riqueza por el nmero de bocoyes de azcar de su zaf1 .. a, yo meda la prosperid~d por el. nmero de mis estantes. La 1~~voleiQ.r~ 1 nte alej de ellos; durante mi ausencia. de cuatro aos estuvieron en un . ,. depsito encajonados, como los ves; vuelve11 a la lu~ como yo he vuelto a la patria. Si he perdido la 1~iqueza y la dicha, es un gra.n consuelo pa1--a m volver a encontrar los. Por eso los tomo y los mi.ro uno por uno: son mi.s viejos camaradas y al tener los de nuevo a mi lado, cerca de m, a mi mano, se renueva mi confianza en el trabajo y,en el porvenir. -Eso es lo que espero de ti: que manten gas y vigorices la confianza en 1 ti mismo ; la de tus primeros aos, la de la juventud, ... la que te di nombre, bienestar y fama. Hoy .. . :->.. : . ,. ..

PAGE 72

' SOYBBAS ETERNAS 81 . tienes quintuplicada tu popularidad; el hecho de haberte ido a la emigracin y afiliarte a los revolucionarios desde el principio sin esperar a que te echaran del pas las pros eripcion,es de Weyler, ni menos haberte agregado voluntaria y cobardemente al ca rro de los defensores de la integridad na. cional, como lo hicieron muchos de los je fes del Autonomismo, nuestros antiguos amigos que condenaron la revolucin, te abre ahora sendas fciles para tus labores. Yo con menos merecjmientos que 2 pero con los mismos ttulos de cubano consecuen te, te conmino, Ricardo; hay que entrar en accin de nuevo; el pas necesita ahora ms que nunca del concurso de sus ~uenos hi jos. Ha sacudido en tres aos de convul sin sangrienta y ruinosa 8' rago de sus opresores y la Intervencin amer~na, __ que cons11m el heroico esfuezo decla,tando su derech a ser libre y lo rige teinpo:ralmente ahora, le ofrece constituirlo tan pronto co mo est en condiciones de consolidar el gobierno propio independiente. Hay que es tar a su lado para ese propsito: ilustrar lo, eilterarle de nuestras necesidades y as piraciones, cooperar a la reconstruccin, pa cifi.car y pedirle que cumpla ese sagrado . ) comprom1so. -Pero ;, dudas de que lo haga, -No, no lo dudo; tengo la firme conviccin de qe los Estados Unidos han inicia do y realizarn una obra magnnima de jus, 1 ..

PAGE 73

82 R ... UM:UNDO CABRERA. ticia ; pero n1i sentir es ot1~0. Pienso que junto a ellos deben ponerse todos los que han amc:iido y se1~vido de veras la causa de la U.bertad y de la independencia y no tir que se.an sus inspi1'adores y corif eos los que fueron no ya indiferentes sino enemi gos de la realizacin de ese ideal poltico. Si hubie1 1 as visto ayer en la recepcin del Generalsi~o y al lado de los jefes america nos a tanto tipo de esa especie ala1,deando de patriotismo y de se1~vicios jmaginarios Olfatean los puestos pblicos, el brillo, el medro personal, sin importa1les un ardite la causa de la pat1--ia ni los principios que han de integrarla. -Djalos que medren: ya ellos no podrn evitar el triunfo *p.e la Revolucin que ha vencido y, si se ponen bajo su palio, la apoyan y la servirn. -Pero no le comunicarn la pureza de sus idealismos: lo que quie1 decirte es que hay que entri)ar en accin; no abandonar la sen da de nuest1~a vida; trabajar porq11e la pa tria realice sus destinos~ ~ : -No he de rehuirlo; pero, por ahora jame consolar mis t1istezas : llevo en el co razn reciente las heridas: la muerte de mi ni.a, mi muje1" invlida: las sacrifiqu lle vndolas conmigo a un clima inclemente: a sufrir estrecheces y privaciones. \. -Fueron otras vctimas ofrentladas a la Re,~olucin: ha habido tntas! Cuntos .. '.

PAGE 74

' SOMBRAS ETERNAS 83 han sucumbido 1 Ellas te acompaaron en la va de tu deber. -Tengo que rehacer mi patrimonio, re construir mi bufete y las escasas fui cas que me quedan destruidas por el incendio; ase gurar el porvenir de ese pobre hijo ; paga1 mis deudas contradas en el destierro y en el servicio de la independencia : todo lo di por ella, la labor de veinte aos destruida. -Ese ha sido hasta ahora el hado del cu bano. Qu grande y triste fu la r11ina de nuestras familias en el 68 Desoladora ha sido en el 95 t Menos mal para nosotros que an estamos en los cuarenta aos de edad, en la plenitud de la virilidad y hemos visto lo que no pudieron ver nuestros mayores, la cada de la soberana espaola, causa per manente de tantos martirios. Y el porve nir est definido: trabajemos para que sea seguro y estable. Pero, de otro as11nto quie ro hablarte antes de ausentarme maana. Sintate, deja ya esos libros y yeme. -1Ie siento, habla: soy todo odos. -Sabes bien que no fu a !a Revolucin como soldado: he estado en el campo cerca de cuatro aos sin disparar un tiro ni de r1i.ama1-11na gota de sangre aunque por mis servicios el Generalsimo me confiri el gra dO de Co1~onel. Mi misin principal fu acoi)iBJI"' 1--e c u1sos pt1ra los insurrectos: ar mas, pro;.visiories y medicinas. Hice fcil .a mis convecinos aptos para la guerra su marcha a la 1nanigua y cuando Gmez y \ \ r

PAGE 75

O.A>. RAIMUNDO CABRERA Maceo invadieron mi comarca, encontra ron en ella millares de hon1bres prepa.. rados pa1"a seguirles y un hospital de sangre que mont en el corazn de los montes. del Rosario. All fu enfermero, ci1-,jano,. farmacutico, todo. -Fuiste como siempre, un ser superior,. un filnt1 .. opo, un patriota. Entre mis heridos asist a un joven capitn a quien tuve que amputa1 .. las dos pier nas destrozadas al pisotearlo ia caballera; la gangrena no se contuvo; muri en mi.s. brazos resignado despus de terribles pade cimientos: fu un valiente. Cunto h .. oe ignorado! Cunta tima! ..... #.._t\.q11el jove11., de figtll'.ta ar1,.ogante, me: hizo su histo1ia antes de morir y me ,confi un enca1~go piadoso. Era casado con la, hija de un rico rentista. Su cuada, la her1nana mayo1~ de su 1nuje1~, era la esposa de, 11n mercalle1 espaol del mismo pueblo, hombre de ca1~cte1 duro, avaro y signifi.-~ cado por sus intransigencias como integris t11. T y yo lo conoce111os : se llama don An tero, aquel que me sucedi en la alcalda cuando me depusieron los espaoles en tiem }J< (le los a11t()nonristas, J?I'oslito de don Tor cuato del Pazo. Es coincidencia rara t & verdad tJ Los dos matrimonios estaban se parados por sus diferencias polticas que acentuaba .ms el hecho de haber sido el padre, el sueg1, cubano de ideas avanza.

PAGE 76

. SOMBRAS ETERNAS 85 -0.as, 11no de los revolucionarios del 68, 1niem nro en Nueva York de las Juntas Revolu ciona:rias de aquella poca y que al regre. sar a Cuba despus del Zanjn y recuperar sus cuantiosos bienes confiscados, los realiz 11nos tras otros y convirti su producto en bonos y acciones de empresas ferro via rias de los Estados U nidos, cuya ciudadana haba obtenido. El matrimonio con don Antero fu motivo de hondas oposicio nes y discordias y de amarguras para el an ciano patricio. En cambio, el matrimonio de la segunda hija con el capitn insurrec to que me las refera, objeto de su predilec cin y cario aumentado con el nacimiento de una nietecita. El amor inspir y cobij ,esta l1nin: el inters y la avaricia la ~el mercader atrado por la s riqueza s del r e tista. La guerra del 95 trajo la definitiva desorganizacin de la familia. Seguramen te por instigacin del yerno integrista, el suegro fu denunciado al regresar de N ue va York, despus de un corto viaje para negocios o para conspi1'ar, y preso y desterrado por W eyler a Chafarinas. El pobre ancian.o sacado de su casa no lleg a embar~ car; reclam los fueros de su ciudadana extranjera y mient1 -. as le defenda el cnsul General Lee, muri en las mazmorras de 1.1n castillo de enfermedad sbita. El insurrecto que me refera este amargo incidente de su vida, me afirm que a ms de la muerte misteriosa de sU padre politi'

PAGE 77

86 RAIMUNDO CABRERA co, adivin en su conc11o el designio de ha cerle perseguir y desaparecer, as como a su 1nujer y a su hija, acaso para acaparar todo el patrimonio del suegro, ignor~nte de las precauciones que ste haba tomado res pecto a sus valo1 .. es en el viaje ltimo a los Estados U nidos. Las asechanzas fueron tales, la persecucin tan visible, que fi al porvenir la decisin de esos conflictos. Hi~ zo salir secretamente de su casa a su mujer y su nia, ir al Rincn, a la finca de un pa riente y amigo, las dej a su cuidado y se fu a la revolucin a unirse con el General Maceo. Recogi por su sac1 .. ificio la muer te. Durante su larga agona fu su marti rio pensar en la suerte de aquellos dos se res queridos, cuyo estado ignoraba. La con centracin en las ciudades decretada por W eyler haba sacado de sus casas a los cam pesinos; t qu sera de ellos 1 !{e di sus nomb1~es, todos los datos para identificarlos y sus ltimas palabras al morir fueron este ruego: ''BQ.~que y salve a mi muje1-y a mi hija; Auroria, me dijo, tiene en su poder los documentos que me dej mi suegro; logre usted que recuperen lo suyo; promtamelo para n101~ir tra11ql1ilo. '' Le j111~ que lo hara~ Qu historia tan triste! J ul.in, --dijo Ricardo. Ms triste que la tuya. Desde que se confirm la paz y regres del campo he es tado consag1ado a este empeo difcil, sin resultado. La familia del Rincn ha desa..

PAGE 78

SOMBRAS ETERNAS 87 parecido, la finca fu quemada, los pocos vecinos supervivientes que retornan al dis trito a intenta1~ rehacer sus chozas destrui das por el incendio, no tienen noticias de aquellas infelices, que no eran all conoci das; la mujer y la nja deben haber suc11m bido. He hecho intiles pesquisas en San tiago, en el Rincn, en Calabazar, en la mis ma Habana y en todos los poblados cercanos donde reconcentraron a los guajiros. Los reconcentrados que moran en las calles eran enterrados en la fosa comn sin nin. gn registro previo ; pero no desmayo to\ dava y quiero que t contines en mi ausen cia esta investigacin por la memoria de aquel joven capitn que me lo rog al exha lar el ltimo suspiro. -Lo ha1-sin descanso contest Ri cardo :-dame los apuntes que tienes y marcha tranquilo. A dnde vas f -Marcho a recorrer las provincias con el Supervisor de Instruccin Pblica; me he adscrito a este Departamento del Gobier no. Vamos a estudiar las grandes necesi dades del pas en este asunto; a transf or marlo, a abrir escuelas, a ensear a leer y a pensar a nuestro pueblo. Ricardo, la labor de los jefes autonomistas fu una gran em presa cvica y educadora en medio de t1n pueblo ignorante y frente a 11n gobierno ob cecado, retrgrado y duro; la labor de los revolucionarios ha sido heroica; la tarea de los libertadores cultos ha de ser ahora '

PAGE 79

. ,\',.~ ':'::: .. ... 88 RAIMUNDO CABRERA formar republicanos: el que i.nstruye eman cipa; Ricardo,_ mientras yo voy a abrir es cuelas, con tu plum~ y tu palab1~a sigue tra bajando en esa senda de patriotismo. Para se1 libres hay que ensear a saber serlo. -Anda J ulin, ve tranquilo, trabaja; tu. palabra y tu ejemplo, ahora como en los das de nuestra juventud, encienden mi pa triotism,o. Y los dos viejos amigos se est1"echaron :las manos con la efusin ) 7 el cario de sus aos juveniles. ' . . . ,,:. ..

PAGE 80

' . VIII AMARGURAS DEL DESr:1 ERRO Mximo Gqmez dijo bien d~ Ricardo del Campo aJ oir su nombre ''Es un patriota''. Su vida entera consagrada al servicio del pas le haban ganado en la consideracin de los contemporneos ese honroso ttulo. Hijo de 11n.a faIDilia acomodada de provin cias, creci en uno de aquellos hogares que desde el sacrificio de Agero y de Narciso Lpez mantuvieron en las ansias de libertad y las tristezas de la servidlrmbre el culto de la patria. La r~volucin del 68 enlut su casa: le arrebat padre y hermanos ma yores, y an en la adolescencia, empez la lucha de la vida pobre y con el deber de amparar a su madre viuda y a 11na hermana hurfana. Con gran vocacin por el estudio, libr con su trabajo personal en el ofic io de maestro los medios de ganar una profesin y al cabo de grandes sacrifi cios y penas, obtuvo el ttulo de abogado ..

PAGE 81

\ .. . ;; .. 90 BAI:MUNDO CABRERA con una doble sabidura, la que dan los libros y la que se obtiene por el trabajo, los sufrimientos y la pobreza. Afecto a la cau sa de la libe1iad por la que se sacrificaron sus mayores, lejos de mantenerse indif rente a ella, sir,ri la Revolucin dentro de sus medios y posibilidades como estudiante pobre, conspirando con los compaeros de estudio y exponindose sin miedo a las per secuciones y las d11rezas de la poca, mien tras allegaba recursos mate1~iales y serva de medio de com1,1nicacin entre los conspi1ladores de las ciudades y los insurrectos del campo. La paz del Zanjn fu para sus convicciones una vergenza que alent sus propsitos de apoyar y organizar nueva re vuelta. Pero ese impuls~ juvenil cedi al convencimiento que llevle al nimo la pa labra austera de un amigo, J uli.n Alczar, quien, como l, haba dado a la causa de la Independencia amor y dedicacin, las es peranzas e ilusiones p1~imeras. Los revo lucionarios, empobrecidos y aniquilados en diez aos de lucha, no podan realizar con xito su epopeya; el pas, desangrado, no de ba quedar a merced de sus antiguos potas, los vencedores, y pues ese Pacto del. Zanjn contena promesas de reforma, la tarea cvica y prudente era obtenerlas. Puso con J ulin todas s11s actividades -al servicio de los compatriotas que organizaron el Pa.rtido Liberal para pedir y ob tener un gobierno propio, bajo la soberana ,.

PAGE 82

.. .r::e SOMBRAS ETERNAS 91 nominal de la metrpoli, que las armas no haban podido vencer. En esa nueva senda, sus ~rdores, entusias mos y talentos le llevaron a la meta como repblico: su palabra en la tribuna polti ca y en el foro, sus artculos en el perio dismo, sus libros, su accin en las Asam bleas, elevaron su nombre a las alturas del aprecio pblico y la popularidad, q-qe fue ron la nica recompensa de los prceres cu banos que, como l, quisieron educar a su pueblo, reconstruirlo y llevarlo por sendas de paz a la conservacin de un estado libre de cuasi independencia, conservando la ban dera de la nacin colonizadora y dando a sta condiciones de perrnanencia. Pero aquel hermoso sueo lo hizo fraca sar la obcecacin y la d11reza de los enemi gos eternos de la razn y la justicia. Al cabo de diez y siete aos de dura brega, el pueblo, que haba seguido con e s peranzas de xito a Ricardo y sus ilustres compae ros, volvi a sus antiguos ideales, a los de independencia, viendo que las promesas del Zanjn fueron mentirosas y las esperanzas de ~volucin pacfica 11na quimera. La revolucin del 95 estall y Ricardo sinti que el corazn le lata con los impulsos he roicos de los primeros aos. J ulin, el conse jero y compaero de las primeras luchas, se fu a la guerra; l levant el hogar pero, cerr el bufete de abogado que era la fragua de su prosperidad y riqueza y emi...

PAGE 83

~ . ' ., .... : '92 RAIMUNDO CABRERA gr con su mujer y sus hijos al extranjero para adorJtar de nuevo y se1 .. ,rir con los en tusiasmos de siempre la causa de sUS mayo res, de sus maest1os y compaeros de. estu dios unive1'sitarios, la de los cubanos bue nos, la de la santa y soada independencia a costa de sangre y sacrificio de generacio nes enteras. Ah! la emigr .. acin poltica t cuntas .ama1~guras Se vive en hogar prestado, en la incertidumbre, sin quietud ni fijeza, en tre gentes que hablan distinto idioma y sienten, piensan y actan de diferente manera. Se l1an perdido los deleites de la exis tencia acomodada en la labor uniforme, me td.ica, en el seno de la familia establecida bajo techo fijo, en vecindad conocida, en re lacin dia1~ia con amistades que nacieron en la niez v se fortalecieron en la comunidad 41 de. gustos, aspi1~aciones y sentimientos. El cielo tiene otro color; el sol distinto brillo; la noche parece n1s obscura y ms largo y angustioso el transcurso del tiempo. E~l destie1~ro es la soledad, la ausencia, la eareneia de goces que han f orm.ado el co razn y de los afanes que han guiado la in teligencia. Si el pas que da abrigo al des terrado es g1Jande y fastuoso, su mi:sma '':. .grandeza es lim,itada para el que tiene en -l pas,ajero e inseguro asiento. La emigracin pa1a Ricardo y sus fami1 f .fi t" l f 1ares lle sacr1 c10 y _. os1go, o que ue pa1~a tantt)s cubanos de vale1~ en las frecuentes ... ':, . . .. . ........ ... . . . .. :.: :. .. . . . . . ... '\; .:~. :~ :

PAGE 84

\ SOMBRAS ETF:RNAS 93 etapas dolorosas que atraves Cuba durante sus convulsiones revolucionarias. El ho. gar amplio, enriquecido con los productos del trabajo o de la fortuna, se convierte en rincn estrecho : la abundancia en escasez y cuntas veces se pasa de sta a la miseria. Ricardo y Mercedes resistieron con f ortale za las amarguras de esta transicin penosa del bienestar a la pobreza; y mientras l, consagrado enteramente a los trabajos re volucionarios en los clubs y asambleas, en comjsiones al extranjero, con la accin, la palabra, sus informes escritos, los artculos en la prensa y sus folletos daba a conocer a los pueblos de Amrica y al m11ndo ente ro la justicia de la revolucin cuban~, Mer cedes reparta con acierto los recursos mo netarios para qu~ en el estrecho apartamen to en que haban situado sus cuarteles no faltase el pan a los hijos, ni abrigo y calor en el invierno. Pero la revolucin destrua en Cuba las propiedades: las rentas dismi nuyeron; el fondo de previsin acumulado para emigrar y establecerse, convirti sus cif-as redondas en ceros y los temores de la prolongacin indefinida de esta situacin, le pusieron en el trance de solicitar en nue vas labores recursos para asegurar la sub sistencia. Ricardo, el letrado famoso y ri co, descendi a jornalero. Busc empleo en 11na oficina editorial de traduccin de len guas y dividi afanoso su tiempo en el tra bajo pob,.-emente retribuido y en las labo' .. '1

PAGE 85

94 RA1MUND0 CABRERA res( revolucionarias, siempre con el espritu alentado por la esperanza del triunfo de su pueblo. Estas amarguras fueron pocas compara da.s con la tribulacin que llev a su espri tu la enf ermeda.d lenta, penosa, prolongada y triste de su amable compaera. La natu ra.leza dbil de 1'1: ercedes no pudo resistir la inclemencia del terrible invierno. La nos talgia y la anemia la postraron en tanto que la hija mayor, un botn blanco de quince aos, 01--nato y alegra del hogar prestado, cay aniquilada por violenta pulmona. t Qu veladas tan amargas aquella.s en que la mad1e enferma asista angt1stiada, aho gada por la tos, jadeante, a la agona de su ni.11.a y en que Ricardo las mi.raba decaer y sucumbi1"' a las dos, sin esperanzas de re .medio. !4Jl cementerio de Greenwood guard bajo sus flores y cspedes los restos de la primo _gni ta. La tu1nba ignorada en suelo extranje1""0 l El destie1~1~0 perpetuo para sus restos! El patriota haba sacrificado pa trimonio, bienesta1~, riqueza, i qu le impor taba:n l.as pri,raciones, la estrechez ni nin gn otro sacrificio p1~opio ni su existencia misma por el logro del ideal de su pueblo! Pero el corazn pate1,.no no se resignaba .en su soledad'" al sacrificio y a la prdida de la hija inocente que calmaba con su sonri sa y }J1--esencia todas las penas ni con haber hecho vctima de su destierro a su fiel y. atribulada esposa. ,.

PAGE 86

\ SOMBRAS ETE~BNAS 95 En este estado de abatimiento y duelo haba regresado a la Habana en los ltimos das del mes de Diciembre de 1898. El triunfo de la patria levantaba su espritu decado ; pero la sonrisa de complacencia terminaba con un sollozo al echar de menos a la an1ada adolescente y al contemplar in vlida y abatida, ms inconsolable que l, a Mercedes, la mrtir del destierro. Con servaba a su hijo, lin varn de doce aos, educado en un colegio americano y como ha ba dicho a J ulin, a l iba a consagrar sus desvelos. Vendida la vieja casa en que f11n d su hogar y elabor una fortuna modesta -en veinte aos de trabajo, destruidas sus fincas rsticas, hipotecadas, iba a enwezar de nuevo, a lo~ cuarent a y cinco aos, cuan do se senta viejo, la ruda labor por la sub sistencia. .Alquil una casa en la calle de \Tirtudes, capaz para su estudio y la fami lia y an11nci su regreso a la antigua clien tela. En aquel nuevo hogar, limpio y mo desto, le encontramos sacando del encierro y el olvido en que estuvieron durante los aos de la guerra, como haba dicho a J ulin 1nelanclicamente, a sus viejos camaradas, los amigos silenciosos y expresivos de siem pre, sus instrumentos de trabajo, cuya vis ta y contacto volvan relativo consuelo a su nimo angustiado. La Revolucin no le haba destrudo todos sus bienes: le queda ba su antigua biblioteca

PAGE 87

1 ' \. 1 IX RECUERDOS Y DEBERES Todo dolor se calma, por grande que sea, con el transcurso del tiempo : los aconte c imientos, las nuevas relaciones, las necesida des, los deberes, el afn incesante de la vida proporcionan al cabo ese gran paue lo de lgrimas que se llama Conforrni dad. Pero en el corazn d.e 1 padre no se llena jams el vaco que deja la prdida del hijo. Es lJD recuerdo que se lleva siempre, que h11medece los ojos con frecuencia y tra za una arruga perrnanente en el ceo. Las fiestas patriticas que a la sazn se celebraban por la entrada de Mximo mez al frente de su ejrcito en la Haban~, y que no slo fuer-0n en realidad la apoteo sis del jefe, sino el reconocimiento y home naje al triunfo de la Revolucin libertado ra, Teanimaban el espritu de Ricardo con la satisfaccin del xito a que haba consa grado sus afaDes y contribudo con constan.

PAGE 88

. . :~ RAIMUNDO CABRERA te esfuerzo. Pero esas expansiones popu lares daban pbulo a su melancola. Qu eompleta hab1 1 a sido su dicha si con 1VIer cedes, sana ,y ft1e1-.te, y sus dos hijos a su lado hul)ie1"1,1 regado con flores el paso del Generalsin10 y asistido a los dems rego cijos J., festejos! No quiso que Joaqun, el tie1,.no hijo, de jase de p1~esencia1-aqt1elI0s sucesos que mar caban el inicio de la vida libre en su pueblo y haca ql1e Leonor, su he1inana, lo llevara a ellos, mientras l qt1edaba en el hogar aco111paando a la pobre valetudinaria y p1--eparndose para el 1eingreso en las labo1~es profesionales. La asistencia a la 1,.ecepcin de Mximo Gmez f u un sacudimiento. Ct1ando re to1~n a casa, despt1s de saludar a la enf er ina J' contarle s11s impresiones de la fiesta, St~ enc~err en su despacho. De aquella estruendos(1 manifestacin JJ(.,1)u].a1~, del voce1~o deliIante, ele los sones do el pasado, la j11ventud, las p1"ime1'as clit~has, las p1i1ne1 11 as penas asaltaron tt1multuosamente su memoria. ..t\.quellos ojos .azules fueron. .el incentivo de su primer am-01~ ca.si en la adolescencia ; de la pasin vel1emente y pura mantenida durante los ..

PAGE 89

' SOMERAS ETF!RNAS 99 largos aos de estudios 11niversitarios cuan do en su cuartico estrecho y pobre de estu diante, soaba con las glo1"ias del porvenir, las conquistas y anhelos para el objeto
PAGE 90

.. ,. : ... ,.. '.. :). ,. 100 RAIMUNDO CABRERA do! Cun grande el esfuerzo al darle sa~ ludat.>Ies consejos y alejarla de su lado para .. no quebrant.'lr sus deberes con la fiel Mer....... cedes! "' Ah Ia infeliz sacrificada al or o paterno y a las propias vanidades, no pudo soportar las humillaciones, estrecheces y desventuras de la vida conyugal con un ma1ido abyecto y di al fin el paso fatal, el de la desl1onra, en busca de bienes materiales, abandonando ma1--ido, hijos, hogar y honor, para seguir. a un amante rico y complaciente. Con todo eso que rebajaba en su estima cin a aquella n1ujer que am de nio, cu-~ 3' ,~ida entera conoca, que no pudo olvidar nu11ca en medio de las dichas de sus mejores tiempos, disculpndola y compadecin dola, al1ora q11e la haba vuelto a hallar mi--1ndole fija.mente con sus ojos azules, siem-pre limpios, siemp1~e bellos, senta el corazn sacudido con zozobra y anhelos indefi nibles en medio de las actuales tristezas. * En la maana siguiente, Ricardo se sent junto a la mesa escrito1io a ordenar pa-~ peles y comenzar sus ta1 11 eas. El criado ha ba colocado sobre el pupitre los peridicos ae la maa.na y un rimero de cartas tradas por el correo. Entre estas, llam su aten. ,, ., . .. . ... : ... : :_

PAGE 91

.. SOMBRAS ETERNAS 101 ein 11n sobre de color, satinado y elegante, as como el car-cter de la letra, y su nombre y apellido escritos con rasgos que no le eran extraos. Abri la cubierta y ley el contenid con curiosidad febril . ''Ricardo, cunto tiempo sin haberte -visto cuantos sucesos y cambios en nuestra existencia! Te hall cambiado, canoso, gra ve, triste. Pero t tienes hasta la dicha de que no te avergencen sino te realcen los motivos de tu tristeza. No te he olvidado n11nca y he sabido siempre de ti. ]l1iste dichoso porque mereciste serlo y volvers a serlo. Tu hija lo quiere as desde el cielo. ''Yo he tenido y tengo por compaeros inseparables el infortunio y la vergenza. i No te he parecido vieja! Aquel marido infame y abyecto que me di mi suerte mu ~i en las calles vctima de su miseria ; mis hijos, no s hoy dnde estn; los tiene no s dnde su abuelo, que ni siquiera recuerda que le deb la existencia. No supe o no pude seguir tus consejos: ser bu-ena, y me hice la concubina de un malvado que goz de mi cuerpo y me dej cuando saci su apetito grosero, marchndose a Espaa, su tierra, acobardado acaso de sus culpas e infamias en sta. ''Hoy. . estoy abandonada y pobre, en nuevo camino de penas. Tengo que ser in genua contigo que eres el nico ser bueno que he conocido en mi vida. Al hallaite

PAGE 92

102 RAIMUNDO cA.BRERA pens que ya tena en el m1.1ndo un p1otec to1 y un amigo. Debiste ser el nico, pero no lo quiso mi desdicha. '' Socrreme o prstame doscientos pesos que me ha1n mucho bien. '' Vi, 1 0 sola en la calle de Aguila esquina. a San Jos. U nos al titos aislados ; se entra por una puertecita independiente, una es calera corta. N ade podr verte. 6 Por qu no habras de traerme t mismo ese dine. I"O y venir a verme hoy, maana u otro da, cua:q.do t quieras~ .,l Qu grato me sera oirte 3r recordar nuestros tiempos de ino cencia! EI,ISA.'' Ricardo qued suspenso. Ley y reley emocionado aquellos prrafos ingenuos, de femenil franqueza o de atrevido desenfado, y sin moderar su natural impulso reda.ct la respuesta : ''Elisa: He ledo tu carta y no debo ocul tarte que me impresion tanto como el ver te al cabo de tantos aos de separacin y ausencia. Me hallaste envejecido, es natu ral: he trabajado y sufrido y sufro mucho. T. me pareciste ms mujer, ms gruesa, pero siempre bella. 'rampoco yo he olvi dado: he sabido todos. tus sufrimientos y ,tus errores y te he compadecido. Has he cho bien en acudir a m. Te 1--emito la suma que me indicas. Pero, no espe1 9 es mi visita; no quiero encontrarte a solas.

PAGE 93

SOMBRAS ETF.RNAS 10S ''No sentira a tu lado el afn puro y casto que llen mi corazn juvenil cuando lo eras todo para m y no pensaba ni ten1a que dejaras nunca de pertenecertne. Y a no pue do quererte de otro modo. Prefiero guardar en el pecho y en la memoria el sen timiento y el recuerdo de mis primeros aos. Prescindo del deber que m~ aleja de ti y de otros afectos. No te lastimes por lo que te escribo. Soy como t, ingenuo. Te amo todava como te am cuando mos casi nios. Si cierro los ojos y lanzo la imaginacin al pasado, te veo con tu ros tro y tus sonrisas de los quince aos, no como ests ahora, y me punza el mismo do lor que sent al convencerme de que te ha ba perdido para siempre. '' Despus de todo lo pasado, de tu existen cia novelesca, de mi vida de trabajos, lu~ chas, xitos y reveses; en tus desgracias actuales, en tu soledad, en mis tristezas i a qu voy a exponer las reliquias del pasado, de las primeras ilusiones que guarda incl11mes el recuerdo, ''Amis aos prefiero conservar en la ima ginacin la juventud; recordar y amar tu imagen infantil en el ensueo como si no hubiramos vivido ms que aquellos das de bon dos afectos inocentes y no se hubieran agostado por el desengao y el tiempo las florescencias de las ilusiones p rimeras. RICARDO.''

PAGE 94

. . .. ::: . 104 : ... ... :.:: .. . .,.:.. ,. .. . RAil(Ul\11)() OABB&B.'.~);;:,:: ::, .. ,, .. ,}::} -t~t : ';, . '. ,' .. ~: : ... ;> '\. .. ,,, .Al firmar y, pJegar la, car~, Iteg s . 01dos voz debil de Mercedes gritaba desde el cuarto: -Ricardo 1,;no ha vuelto an el nio! -No, -contest; no ha de tardar. Ten pac1enc1a. Y entonces se sinti ridculo, cobarde y pequeo porque haba dado rienda a su sen timentalismo: la madre enf e1:ma lo volva a la realidad. Cogi las cuartillas que aca:... baba de escribir y las hizo pedazos entre sus dedos. Puso ,en s~ lugar, bajo un sobre, dos billetes de a .. ;,f.~ >en pesos con 11na, tarjeta. Le pedan un.a limosna e 'iba a en viar la respuesta: rio deba llegar a ms su complacencia. Entre l y aquella ml1jer que le incitaba, removiendo memorias iin borrables del pasado y sus sentimientos in gnitos, no deba haber ms que una etena& barrera: el deber de esposo y la dignidad paterna. ..

PAGE 95

J :: .. .. # X MAR ABIERTA El cochero Juan reconoci al abogado Cayetano que le disput las dos pesetas de 11n pasaje a media noche. El lector cubano lo conoce tambin: ha estado y est cerca de l siempre, ayer y hoy, con los viejos colo niales y con los jvenes republicanos. Es 11n tipo que la Revolucin no extirp, sino que ha prohijado; que aparentemente se metamorfosea, pero que es el mismo en todas las pocas. Vino a Cuba de Madrid, joven, pobre, abogadillo annimo, empleado en 11na ofici na del Gobiero, criatura amamantada en el Ministerio de ffitramar y desenvuelta en la administracin de la Colonia. Osada, des enfado, ambicin, carencia de escrpulos fueron sus armas de combate esgrimidas con listeza, locuacidad, despreocupacin e insolencia. En la oficina donde libraba un pinge sueldo en relacin a sus anteriores

PAGE 96

. ,, t:1;:'.::~,, .. :: 106 RAIMUNDO CABRERA est1echeces, busc e11 habilidosos cohechos mayores recompensas, considerando tener en el pas, objeto de s11 desp1 .. ecio, una por cin del do1ninio colectivo ele los espaoles peninsula1~es. Pe1~0 aun aquel campo de tantos medros era est1;Jecho para sus ambi ciones. Se hizo notorio, zahiriendo con Slt pluma y su facundia a los polticos que protestaban del mal gobie1~no, hasta que del silln burcrata modesto, le sac la pro teccin de uno de los caciques integristas de la poca pa1~a utiliza-r sus maas al fren te de un bufete de torcidas combinaciones financieras y pleitos. El foro corrompido y venal fu entonces ancho escenario para su actividad, tretas y afn de adquirir pron tas riquezas, sin pe1,.juicio de disiparlas en breve con su fausto y livianas prodigalida des. Eso no bastaba: la poltica local le brind su pist,a para encumbrarse social mente, explotando las pasiones patriticas de sus conter1-aneos cont1 .. a los hijos del pas y afi1~mar sus influencias en el Gobierno. Todo eso lo logr con sus escritos de ret~ rica inflada en los peridicos de la Unin Constitucional; con sus diseursos procaces en los ntines; con su artificioso y exagera do integiismo, falto de fondo, de princi pios y de ideas, pero vestido con frases pom posas, 1,.esonantes y huecas. ''Se abri camino'' como se deca con fasi.s de los advenedizos empleados que lle gaban conio l sin fortuna y sin nombre y

PAGE 97

. 1 . SOMBRAS ETE!RNAS .. 107 alcanzaban relativo y pronto xito por aquellos medios. Con el cacique protector, que antes se haba abierto no una sino muchas, anchas y fciles sendas, la acogida y bene volencia de los elementos oficiales y la soli daridad y tacto de codos con los comprovincianos que constituan la clase privilegiada, i para qu ms 1 Cayetano lleg a la meta: lleg a ser hombre de pro, uno de los voce ros del partido de la Unin Constitucional, uno de sus ms activos y osados agentes elec torales, de sus instr11mentos ms decididos en torcer procedimientos y leyes, y para col_: mo de sus ambiciones, candidato a la repre sentacin en Cortes. Lleg hasta ser electo en lucha con 11n candidato popular del partido cubano, Ri cardo del Campo, empleando con impunidad y con la accin hipcrita del Gobierno, el amao y la violencia. Su triunfo result efmero, porque 13t cada de Cnovas del Castillo del Ministerio espaol y la disolu cin de las Cortes, le d~jaron con el acta fraudulenta en el bolsillo y con slo la es peranza de obtenerla de nuevo por iguales o p arecidos medios. El partido espaol en Cuba siempre uni do en un solo afn, conservar la colonia bajo el lema la integridad del territorio, se divi da entonces en dos tendencias : la asimila cin on Cnovas del Castillo y el ref ormismo con Sagasta. Su protector; integrista de vieja cepa, si, f

PAGE 98

. 108 RAIMUNDO CABRERA. gui la primer tendencia y para andar arn hos en todas para sus p1'ovechos particula res, de mutuo consenso, l se adhiri a la .segunda. Don Cayetano, hasta entonces intransigen te, apareci liberal apoyando el plan de re _f 01illas descentralizadoras que di a luz el l.ft.nist1~0 Maura y que en su enunciacin ::fu ahogado no slo por Cnovas y sus se~ cuaces, sino por la obcecacin nacional espaola. Entonces estall la Revolucin cubana del 95, y Cayetano volvi a s11s cuarteles de exa gerada y declamatoria intransigencia. Su pluma movi la p1--ensa y su palabra .atron los ecos por la integridad del terri torio, junto ot11)a vez, sin apa1 .. entes dife1 .. en cias de crite1 .. io en la poltica colonial, con su protector, el ca.cique poderoso don Tor..:. ,cuato del Pazo y con todos sus congneres .Y conmilitones. Cay Martnez Campos, vencido en Coli seo por Mxin10 Gmez sin pode1contener la invasin de Occidente por las fuerzas re volucionarias; le sucedi W eyler y a su lado estuvie1~on los dos y estuvo especialmente don Cayetano, apoyando la poltica de ex terminio del cubano en el Comit N aeional ,de Defensa . W eyler no tuvo mejor suerte que su pre deceso111: la reconcentracin de los campesi nos en las ciudades, que dec1',tet como medi.:.. da exterminadora; las proscripciones y la . '. .. .

PAGE 99

.. SOMBRAS ETERNAS 10~ xnatanza de patriotas, acentuaron y dieron f11nd amentos a las protestas y com11nicacio nes de intervencin de los Estados U nidos. E.l revlver de un anarquista derrib a novas, el gran estadista espaol, el enemigo ms obcecado de las reformas polticas c"' banas, y entonces Sagasta apareci de nue vo con el ministro Maura, implantando en Cuba como medida diplomtica, como mo recurso de guerra y con insinceridad no. toria, un sistema autonmico ms amplio que el an11nciado antes de la gue1ra y abor tado en di~tingos y discusiones. En esa sazn Cayetano fu autonomista: como en pocas semanas, rpidamente, ver tiginosa,nente, se constituyeron 1m Cngre_ so de dos cmaras y un Gobierno insular~ en sus manos cay fcilmente otra acta de Diputado. Las elecciones se hacan en ei C~mit, en el despacho del Gobernador Ge neral, entre los directores de los partidos espaoles y los r~stos del partido autono rnista disgregado y vencido por la Revolu cin y en aquella comedia que forj la di ploinacia espaola como trinchera pstu ma para evitar la desintegracin nacional,. la prdida d la colonia, con el apoyo de los colonos crdulos, equivocados o traidores, Cayetano, intransigente, integrista aos atrs, apareci con esta tesis de conciliado ra ref orrn~ : '' Pactar con los insurrectos''. Si no era un talento, era sagaz y vea ve.. .. \

PAGE 100

-110 RAIMUlIDO CABP.ERA nir la Intervencin americana y el triunfo de la Revolucin. Haba que ponerse en bien con los cubanos y a.1Jrovechaba el moment.o; si no fu liberal al principio, lo era aho1~a: los tiem pos convencen, el error es humano y la ree. tificacin sabia; dos o tres discursos, cua. t1~0 o seis artculos con actos de contricin, con manoseadas frases de solidaridad de raza, de idioma, de religin, de comunidad t1--adicional de vicios y virtudes, echaba en tre el pasado y el presente un puente slido. Era he1~oso proclama1~ que los yerros ante1~iores estaban ennoblecidos por el patriotismo; si el pas se t1~ansf ormaba y dejaba de se1~ de la patria espaola, estaba justifi.. cado que en los individuos se operara la misma tr~ansf 01~macin. Qu es la patria 1ns que el luga1, donde se vive y se come! El desast1~e del M ltine; la Resolttcin del Congreso An1e1,.icano de que '' Cuba deba se1' libre e independiente''; la declaracin de gue1~ra, el bloqueo de los pl1e1~tos de Cuba ; -1a destruccin de la escuadra de Cervera en Santiago ; la paz de Pars, todo eso hallaba a Cayetano dispuesto y convencido: l pudo como espaol sal11da1 con brindis cal11rosos apurando copas de champagne, la victo1--ia por la muerte de liaceo; pero a la hora de la realidad contraria, bien poda aceptar como triunfo la derrota. Amaba al pas, estaba a1iraigado en t~l, su porvenir estaba aqu, sus xitos, su brillo ..

PAGE 101

SOMBRAS ETERNAS 111 prof esonal, sus relaciones sociales, sus amo res, todo ; si no tena riquezas tena la sub sistencia asegurada; volver a Madrid, ven cido, sera la oscuridad, el fracaso sin es peranzas; quedarse y transigir y mentir, confesar sus errores, hacerse cubano, era eonservarlo todo. Hasta le ligaba a la tierra otro error: ha ba creado familia con una mestiza liberta, su cocinera, ms neg1~a que mestiza, con la cual haba mantenido encubiertas relacio nes ilcitas. Que1 -a a sus hijos mulatos como si fuesen blancos, llevarlos a Madrid sera risible; adems la etipica no le segui ra a lugar extrao y distante. Y a no era un jovencito, contaba ms de los cuarenta y no era acertado volver a hacer esfuerzos de novicio. Estaba decidido. Se cubrira con la bande1--a de la estrella solitaria; que evacuaran otr o s del pas; l se quedara. Este era el don Cayetai;io, que el c~chero Juan reconoci a media noche en la calle 1 de Tejadillo. * Todo le iba a pedir de boca. La consti tucin de 11n club con el objeto ya vulgar de arbitrar auxilios para los campamentos de los insurrectos establecidos en las poblacio nes cercanas o en las fincas prximas a la capital, fu tarea fcil. Entraron en l 11na

PAGE 102

.f 112 :RAIMUNDO CABRERA veintena de Cayetanos de la -misma especie,. espaoles o cubanos austriaantes azyepenti dos y 11n nmero igual o mayor de sujetos hasta entonces tibios simpatizadores de la. Revolucin o acomodatcios a cualquier .,. ,,. ., regrmen. Coloc en la Presidencia a su antiguo amigo y cliente, don Claudio Ca1"'aballo, hom bre de pro, rico banquero, de edad av~nza..: da, jefe de '-una antigua familia del pas,. que como l haba pasado con brillo por el partido de la Unin Constitucional prime.:. ro, por su fraccin, el de los reformistas despus, aceptando la autonoma de ~au~ 1~a, y que con otros ttulos, hasta el de Mar qus de Piales, obtenido por slis servicios de integrista, tena el de haber sufrido la deportacin a Fe1,~ando Poo en 1869, con un. hermano, por revolueion~rio. ~l se rleserv la .. sec1eta1a, la agencia,.; el puesto de accin y exhibicin ms efectivo. Aquella noche, la noche de su enc'\].elltro con el coche1 Juan, Cayetano obtuvo tm tri1.1nfo para su amlgo el Marqus, y sobre todo para l: haba I0g1~ado que el Club p-or gran mayora los eligiese roiemb1os Dele gados a la J11nta .. ;J:>atritica, el gran cen tro poltico constitudo en la Habana al haee1 .. se la paz y aun bajo el expirante rgimen espaol, pa1~a recibir a los comi.sionados. americanos, a los jefes y fue1zas insurreetas y por qu no decirlo 7 pa1-.a ofrecer per>. ., .. t .. ... :: . .~~ ... :~d .... ,.:.:: ~: .. .. ; .. . .:. : .. \: .... ,, :

PAGE 103

113 sonal de funcionarios y empleados al nuevo Gobierno. Para lograr ese resultado y punto de apo. yo en el porvenir, . puso a contribu cin la avaricia de su am go, llevando a la sesin en su nombre la oferta de contribuir con tres mil pesos a los gastos de los festejos que se preparaban para el prime1 de Ene ro, da del cambio de banderas; festejos, que como queda dicho, se pospusie1~on por con sejo u orden afable del Gobernador amencano. Como ninguno de los miembros del Club poda llegar a tanto, era lgico que el ma yor contribuyente fuese el representante de la colectividad, y su vocero el secretario, pues nada ms lgico que medir el patrio tismo por la ascendencia de la cuota con tributicia. Cayetano al ter:rninar la sesin, se haba retardado en extende1~ el acta, las comuni caciones y los nombramientos y a eso debi el cochero Juan obtener pasaje tardo. En la calle de Tejadillo~ a1mque a hora avanzada, en su antigua casa, don Claudio Caraballo esperaba con ansiedad a su fact tum, acompandole su esposa, 11na mujer alta, esbelta, de aparente frescura, que con el cabello copioso teido de rubio, los labios pintados de carmn y con aromo~os polvos en el cutis, afectaba una juventud perma nente a sus cincuenta aos, sostenida por J /

PAGE 104

114 RAIKUNDO CABRERA la mirada lumi.nosa y altiva en un rostr~ .. terso, seve1~0 y adusto . Don Claudio, por su parte, no estab~ tan favorecido por el tiempo. Su patilla negra inglesa estaba encanecida; tena la frente surcada por arrugas que le daban un ceo constantemente fruncido; la boca afectaba ligera cont1accin en 11no de sus extremos y el brazo derecho cierta dificultad en los movimientos. Pero el aspecto general era saludable y su apostura la de un hombre de maneras distinguidas. Hallbanse am. bos sentados, m10 frente a otro, en la ante sala, a la luz de una lmpara colgante, jun to a 11na mesa de juego, entreteniendo la velada, segn su costumb1~e, en el carteo del dosillo. En otro extremo de la habitacin, reclinada en ltn mecedor, una bellsima jo ven rubia de unos diez y ocho aos, hojeaba. indolentemente un libro y bostezaba de tiem po en tiempo con seales de fastidio. Tarda Cayetano, dijo don Claudio son ya pasadas las once y la sesin ter1nin,a. siempre a eso de las diez. Habr fracasado 7 pregunt doa Lo la con tono inquieto. No lo creo; es ml1y listo y contaba con la mayora: me aconsej que no, asistiera yo al acto para aparecer despreocupado y que la ddiva no resultase interesada. Caro te cuesta eso! -Caro! muy caro! repiti el marido: -pero es lo que l dice: hay que hacerse ca

PAGE 105

SOMBRAS ETERNAS 115 tninq; entrar con los vencedores y no que darse de ningn modo con los vencidos. Las cosas cambiarn con el nuevo gobierno In terventor y con lo dems que venga despus, y nosotros, como l dice, estaremos siem pre de arriba. Creo que no se equivoca y por eso he sido largo ; esos sacrificios se co bran luego; si hay Congresos y Secretaras de Gobierno, y todo lo dems que necesaria mente tiene que haber, no estaremos exclui -d-0s. Por lo pronto, si fig11ramos en la Jun ta Patritica ya estaremos en va franca; para eso se ha he~o la J 11nta por los que no se descuidan y no hemos de ser menos nosotros. Sofa! grit doa Lola, volvindose a la joven lectora, por qu no vas ya a acos tarte Y Nosotros tenemos que esperar to dava. Ah , ora ire, mama~ Qu ests leyendo'! -Una novela que me trajo esta noche Lt1is ViCtorio; muy bonita, se llama Dora, de Alfonso Daudet. -& Es de las que te ha perrnitido leer el Padre Benigno, tu confesor! -Creo que s ; pero si no, se lo pregtinta r cuando vaya a confesarme el sbado. -1, Despus de haberla ledo! -No, antes; ahora no hago 1ns que repasarla; es muy bonita. Bueno; ve a acostarte. La joven apag la l,npara cercana a su 1 1

PAGE 106

.'t 116 RAIMUNDO CABRERA silla, llev el libro consigo y despus de dar las buenas noches a sus padres, se retir a su cuarto. Sabes lo que me ha dicho Cayetano t Que nuestro camino ms fcil pa1~a subsanar el pasado, es casarnos con la Revo lucin~ -i Qu t pregunt zorada doa Lola .. w-Muy sencillo. No tuvo Sofa unos amorcillos con aquel joven estudiante, Gus tavo, que se fu a la guerra desengaado y desdeado por ti -S, un mequetrefe:~ el hijo de aquella,. costurera Sunta, que fu la concubina de: un. boticario. -Ese mismo; pues ya no es lo que t. dices: es hoy un General distinguido: se ha hecho un nombre en la Revolucin por su a1~rojo y valenta. Se ha batido muy bien, es Ayudante del Generalsimo; con l hizo, la Invasin y con l volve1-a la Habana: es uno de los nombres que ms suenan y de, los que ms han de figurar en la Repbli-' ca. Y a ves, hija; pues es lo que Cayetano dice: ponerlo, en seguida que llegue, en eontacto con la chica y casarlo luego con ella. Con eso se habr arreglado todo y no se re,f codar lo que hemos sido. 4 Cmo tJ Casar mi nia, una marque-sita, de nuest1~0 linaje, con el hijo de una. ; y para eso habr hecho tanto para desvane cerla, para que se olvidara de aquel ma jadero! .,

PAGE 107

117 Que es hoy general! A~nque lo sea; no valdr ms que Luis Victorio, que es noble y de linaje muy an tiguo y limpio. -Pero que no tiene feudo ni cosa que lo valga, y adems tiene el mismo inconve niente que nosotros: es hijo de integrista y tambin lo ha sido; hasta fu capitn de milicias de Pando durante el bloqueo. -Bueno! hay tieinpo para tratar de ~so: ya lo pensaremos; por lo pronto, Cayeta~o no llega y es muy tarde y debes recogerte temprano. -No ha de tardar, esperemos. Anda, jue ga, que te doy codillo. Cayetano es fiel, es astuto, sabe lo que se trata. Quin lo di ra! Te acuerdas! el da en que ca enf er mo con 11n ataque de parlisis, tuve una alucinacin, 11na locura de celos. Como me haba visto burlado en los negocios por mi socio don Torcuato y en mi honor por aque lla mala hija Elisa, sent que el cielo se pegaba a la tierra y hasta dud de ti; en mi pesadilla vi a Cayetano en tu alcoba, solo contigo, besndote. -No hables ms de eso, murmur doa Lola fruciendo las cejas; ya te he perdo nado esa injusticia: ni en sueos debiste fi. gurrtelo. -Bien lo he pagado y lo he visto; tu ab negacin al asistirme en mi enfermedad; no te separaste de m; sufriste como yo; eres la lealtad y la bondad juntas. \ 1 \

PAGE 108

,. .. 118 BAIJ(UNDO CABBERA. Y celar1ne a nuestra edad 1 celarme con Cayetano que vale mucho, que es muy hbil, que nos .sirve y que me era simptico. por su locuacidad y suscantos flamencos,. pero que ha resultado ser querido de una negra que fu su criada y tiene hijos mula tos con ella -Calla; no lo repitas, l no hace gala de eso; es su debilidad ; pero silencio, que ah llega. : Cayetano, en efecto, atraves el zagun sacudiendo las ropas h111nedecidas por la llovizna, y grit al entrar en la sala sin sa-, ludos ni miramientos: -Albricias, amigos mos! los tres mil pe sos fueron de maravilla. Quin haba de ofrecer tanto! Don Olaudio, nos han elegido miembros Delegados en la Junta Patritica, comisionados para asistir el da primero a. la ceremonia de la entrega del Gobierno y para todo: deme las manos I que ya tene mos la patente limpia para navegar en. Cuba Libre . ..

PAGE 109

.,. XI EL N>O EN LA PA1RIA -Vean ustedes. Desde esta terraza se domina el mar ; su superficie azul, rizada de espumas, empieza all abajo al pie de la pendiente y se pierde en el horizonte ; lle gan aqu sus brisas refrescantes. Y o nece sito ver el mar: me cri en l, me form en l; despus, en Cayo Hueso, lo tena a la vista por todas partes. Por esa otra terra za de la izquierda se domina el campo, se ve el ro que ~orre entre dos colinas y va a perderse en el ocano junto al castillejo a.rruinado : a la derecha la terraza da a la meseta de la colina que se ex tiende hasta la 1 ciudad, y en el fondo tenemos 11na ;linda arboleda ; qu les parece 'f El que as hablaba, 11n hombre moreno y robusto, de ojos viv.os, de cabello canoso y de rostro en que rebosaba la franqueza, se diriga a dos caballeros y dos seoras, a quienes mostraba solcito y satisfecho Jas cercanas de la casa en que se hallaban. .. lt

PAGE 110

... 120 RAIMUNDO CABRERA -Has acertado, Toms, en la eleccin de este sitio alto, fresco, solitario, cercano y accesible, dijo tino de ellos. -~l mar lo busqu pa1~a m: la soledad y el arbolado para St1nta; esta buena ami ga ma aspira a \In verdade1 .. o retiro, y alu di a t1na te1">cera seora q11e a su lado pa reca ensear a los cuat1 vi.sitantes su nue va residencia. La habIamos buscado ms lejos, )ero tenemos que contar tambin con Gustavo, que tiene sus oficinas en la ciu dad y no podra alejarse de ella. -Pero, estn bien cerca : el tranva est a cu..atrocientos pasos, dijo el segundo de los ca.balleros, qt1e oa como los dems com placiclo las explicaciones del anfitrin. -Fu un hallazgo, Ricardo, continu el que se lla1naba Toms; haba en este sitio 11na c1t.sita de campo, algo ms que t1n bo ho: fu esto la vivienda de una pequea estancia, de una vaquera, de las que ha comprendido y demolido el repa1"tto del V dado: comp1 al estanciero la casita y el te1~1eno. al censista y he aqu que al mandar a const1~t1ir el chalet tena ya arboleda ;y jardn. i Quieren aho1 .. a entrar a ver la casa 'f Ve1n. qu cmoda y qu mona: es 1-1n cottage a la ame1icana, pero con anchuras tropicales. -Va.mos a verlo todo,-dijo 11na de las seoras; a eso .hemos venido. Guiados por Toms y Sunta penetraron todos en el edificio. Era en verdad::.Ua-,ha~ . .;:.: :: : :. : . .. . " . . ... .. .. . . :, . .. . . : .... ... '. ... ... :

PAGE 111

SOMBRAS ETERNAS 121 hitacin confortable, amplia, limpia, amue blada sin lujo, pero con gusto. La direc cin y la mano de l1na mujer hacendosa ha ban puesto en cada detalle un tono de sen cillez elegante. Las ventanas de la sala y las del gabinete contiguo, destinado a des pacho, daban a la terraza del frente y la terales. Los huecos estaban decorados con cristales mates y cortinajes blancos. Del saln se pasaba al comedor y de ste a la repostera que comunicaba por un largo pasillo a la cocina, establecida en 11n pe queo edificio anexo. Una escalera de madera conduca a los altos, divididos en dos alas por un ancho corredor amueblado con divanes y que daba paso a dos series de cuartos con sus baos; tma escale1 11 illa conduca al tercer piso cons trudo entre los dos a Ieros del tejado inclj. nado en dos bandas. -..ffis una casa de campo americana, vol vi a decir Toms; casa de pobres que vi ven como ricos; es un modelo usual en las ciudades del Sur, como Tampa. Con poco dinero se hace 11n pequeo palacio. i No les parece una novedad entre esos casero nes anchos, chatos, de columnas redondas de que est lleno all lejos el Vedado 'I -Efectivamente,-dijo una de las ras ; he visto mucha f s casas como sta en los alrededores de Nueva York; son muy modas. Van a estar ustedes muy bien; les sobra casa. ..

PAGE 112

, 122 BAIMUNDO CABRERA -No nos sobrar, .dijo S11nta; el segundo piso no es slo para nosotros. -Ah he hecho construir los dos nidos, agreg Toms; un al.a de cuartos para nos otros los dos ,iejos; la otra para Gustavo, y su mujer. S11nta quiere que viva1nos juntos y yo tambin lo deseo. -i Se casa G11stavo 'I pregunt uno de los caball.eros. -S, Ricardo,,dijo S11nta con tono lige ramente amargo, nos deja pronto; se ca,. sara. -Le veo muy raras veces, ,-dijo el llama do Ricardo; nunca va a visitarme. Y eso que fu su maest1'0 y fu mi pasante antes de la g,1erra. Con las glorias se olvidan las memorias. -Hasta nosotros le vemos muy poco, -agreg Sunta suspirando; su habitacin est siempre desocupada: l tiene otra en el Hotel Inglaterra; su cuarto de soltero, su cuartel, como l dice. -Bueno, exclam Toms; bajemos ya, vmnos a la ter1aza a ton1ar un refrigerio ; all hablaremos. Gustavo me ofreci venir a esta especie de bautizo de nuestro nuevo hogar que apad1 11 inan ustedes, y es proba ble qt1e llegar mientras tanto. Los tertulf.J.nos descendieron por la moda escalera de caolJa y salieron. a la te rraza. Un:; criado estaba ya en espera con los servicios del t. ,. -Ea! -di.jo Toms con su tono de jovia:j .... . ..

PAGE 113

SOMBRAS ErEBNAS 123 lidad y franqueza; las seoras sintense all jti:Dto al jardn, a la sombra de las enre daderas ; nosotros, los hombres, ac, a la vis ta del mar; entretnganse con sus bordados y sus flores: nosotros con lo nuestro. Las tres mujeres se acomodaron sonrien tes en el sitio que Torns seal, alrededor de una mesita preparada con dulces, pas teles y el caliente t, y Toms y ~us dos arnigos se situaron en el otro extremo del portal, junto a 11na mesa servida del Jnis,no modo y provista de tabacos y cigarrillos. Qu feliz me siento, J ulin Ricardo 1 todo realizado los tres reunidos en 1ni casita y en Cuba Libre. Cuntos trabajos! cuntas luchas pasadas! -Si nos lo hubieran anunciado cuando eras t un pobre botero del puerto de la Habana y pasebamos en la baha en tu bote, jovencitos, pobres y revolucionarios, no lo hubiram!Os credo, dijo Ricardo. Te acuerdas, J ulin 'I cuando f11imos a Cayo Hueso, porque la polica descubri nuestros trabajos, dejando a Ricardo ya preso y nos embarcamos en mi bote pesca dor con aquel otro ami go silencioso y tris ie, pero bravo, que te acompaaba! -Chavarre excla1n J ulin con afec to,-; qu habr sido de l! Y o s dnde est, dijo R~cp,rdo. He tenido carta de l, inesperada. Saba de por ,nis libros que obtena en las libre1as de Buenos Aires. Emigr a la Argeno\. ..

PAGE 114

!'f..,. ;:,,.:' .~ .~ 124 RAIHUNDO CABRERA ti11a. Se dedic a la enseanza. Edl1c los hijos varones de un modesto colono y se cas con una de sus hijas. Mientras el la.b1--iego lleg a sel' estanciero cultivando alfalfa y criando ga.nados, l fund 1m gran plantel de enseanza y es all 1.1n educador .apreciado. Est ya viejo; quisiera venir a Cuba lib1 .. e; pero sus hijos, que son argenti nos, no lo dejan ausentarse ni hacer tan lar go viaje a sus aos. Y a tiene otra patria. -Pero .. honra all el nombre cubano, arguy J ulin. Cuntos emigrados como l han ar1--aigado en otros lares y ha perdido Cuba su concu1~so, por culpa de Espaa! -Hace ele todo lo que recordamos y de la ausencia de Chavarre ms de seis lus tros, mu1-mur Rica1~do ; ramos casi lllllOS .. -Pero todava no somos viejos, grit Toms; ni aun J ulin que es el mayor de nosot1~os tiene cincuenta aos y t, t eres siempre el pollo, Ricardo: t ests an en los cu.a1enta y cinco. -Felices nosot1 .. os, dijo J ulin, ...... que he. mos llegaclo sanos y fuertes al logro de tan tos anhelos: nuestros pad1~es murieron sin esperarlo ni crecer en l y cuntos de nues tr .. o tiempo quedaron sac1--ificados en el camino! -Cada uno de nosotros dej en l pedazos de su alma : J ulin sacrific toda su f or tuna que era escasa; yo perd mi hija, mis bienes y casi pierdo a Mercedes. .. -.

PAGE 115

.... .. \ SOMBRAS ETERNAS 125 -Pero ella est ya buena y resignada y t ests reconstruyendo tu patrimonio; ade ms tienes llD hijo que ser tu gloria. Y o con lo que me queda trabajar de nuevo, aqu, en la patria, con Sunta al lado: lapo bre, tan santa, tan buena, tan digna de ser dichosa! -La conoc desde nio, replic Ricar do; y no es necesario que me lo digas; vi vamos frente a frente, cada uno en su cuar tito alquilado en el interior de 11na casa de farni1ia : ella costurera, yo estudiante ; des pus de algunos aos, cuando ya fu aboga do, y volvimos a vernos, lleg a mi bufete a contarme sus desventuras; tena a ese hijo,. Gustavo, por cuyo porvenir luchaba como una herona al frente de un taller de modis ta : all los conociste por m y los amaste, cuando hacas tus viajes desde Cayo Hueso con el pretexto de comprar tercios de taba co pero en realidad para conspirar contra Espaa y contra nosotros, los autonomis tas. La historia de dolores de S11nta que tena ese nio ilegtimo, sin padre y sin que l lo supiera, la supiste por m y fuiste jus. to y magnnimo al adoptarlo como hijo y darle tu nombre. Cmo no! exclam Toms; mj nom bre y mi fortuna. El muchacho fu digno, ofreci honrarme con sus proezas en la Re volucin y lo ha climplido. Quise casarme con Sunta, pero ella no consinti entonces. No le bastaba conquistarme con su belleza y

PAGE 116

.. ~126 BAIMUNDO CABRERA . \, sus mritos, quiso gan.arme antes con su sa-. Crificio. Y o conduje a Gustavo al Cayo, lo puse al frente de una expedicin, compr un vaporcito y yo mismo lo llev en l con pertrechos y otJ.os expedicionarios a las cos tas de 01~iente. All lo dej en el camino de la gloria. Lleno de laureles regres al lado de lfximo Gmez i -Has sido un benemrito, .. -dijo Julin. -Oh! Tenamos que vencer a Espaa, -. .. conti11u Toms entusiasmado; mientras t, J ulin, que habas sido fervoroso autono1nista, estuviste en el campo curando heri dos, y t, Ricardo, en la emigracin pro~ pagando< nuestra justicia, yo en mi barco comprado y armado por m, gast ms e la mitad de mi fortuna en traer pertre cl1os y expedicionarios a la manigua, sobre todo' a Gustavo que por eso alcanz pronta jerarqua; la ltima vez deb perecer de hamb1~e y abandono : la to11menta azot 1ni en1barcacin al regresa1 con xito de Cuba, la destroz y fu a parar a un islote desier to ,con dos de mis tripulantes: all me consumi la fiebre~ U na lancha de pesca dore.s me condujo por fin al Cayo, casi mori b1mdo. Snnta lo supo en la Habana, donde viva sola y triste en su comercio arruinado, y vol a asistirme. Al verla a mi lado de enf erme1a, cuidndome como madre, como 1 < amiga, recobr las fuerzas y la vida. Cu~ndo estuve b11eno, ya Cuba estaba interveni da: los espaoles se haban ido. Rogu & . . . ;_: ,,,; '.i . : .. .,. :"i ...... ,,..,:::: .,

PAGE 117

SOMBRAS ;ETERNAS 127 Sunta que c11mpliera al fin su palabra y accedi: nos casamos. Despus nos queda mos en Cayo Hueso realizando lo que me quedaba: mi. fbrica de tabacos casi aban donada, mis casas. Logr re11nir unos ochenta mil pesos, restos de tantos aos de labor y aqu los he trado; a mi Cuba, que ya es ma. He comprado esta casita y con lo que IQ:e queda voy a comenzar a indus triarme en lo que conozco; en tabacos, en mi oficio. -Has sido y eres 11n hroe, Toms; ex~ clam J ulin, estrechndole la mano. -Me place que me lo digas t, que de veras lo has sido. -~ Y no vas a hacer poltica Y prega1nt Ricardo. -Poltica! contest Toms; pues ya la hicimos; vencimos a Espaa; ahora, a tra bajar y ser libres. La hacen ustedes! -Y o, dijo J ulin ; la hago siempre; predico y doy ejemplo a los maestros de escuela que dirijo en la Inspeccin de Ins truccin Pblica, para que se afanen en en sear a los nios los deberes cvicos. -Yo,dijo Ricardo; la hago en 1nis es critos, en las revistas y peridicos a11nque no estoy 8,dscrito a ningn partido; a la patria hay que servirla siempre : a todas horas. -Y o lo entiendo as. Gustavo me repi te a cada momento que vaya a los co1nits .. .. ...

PAGE 118

..... :.: '\ .... : : .. ~:, ;:1{~ .; 128 RAlllUNDO CABRERA ... de barrio, a las asan1bleas, po1 .. que el que no hace poltica, dice, se mosquea. -Bueno,----dijo J11lin sonriendo; nos cub1i1~n las n1oscas si _la poltica consiste en vivir tras de los empleos JT medr~r con ellos; pero si consiste en t1'abaja1 poi~ la 1econst1 .. uccin j"' la consolidacin de la patria, seremos abejas nosotros. -Ayer tarde, --objet Toms, baj de paseo, a pie, pa1"a 1~egist1 .. ar las' ce1canas. Junto a la calzada que viene del campamen to de Columbia vi pasar en su coche, tambin de pa,seo, al Presidente ; iba solo con su es }Josa y s11 hijita. Qu gusto me di con te1npla1'1le modesto, sin boato, sin squito, como t1n padre de f a1nilia cualquie1~a Eso es tene1 Repblica y P1esidente t Se fij en n1 e hizo detene1-el cocl1e. -i Qu es de su '1ida, tocayo! me dijo, -i qu hace 1 t dnde est j -Le ofrec mi nueva casa, le cont lo que pienso hacer. -Vaya ,a ve1w.e, no quiere usted tomar parte en el Gobierno en algn puesto! volvi a decirme; usted, qt1e hizo tnto por la independencia. -Pero ya est hecha, le repliqu y est en buenas manos, como las de usted, y agregu: yo no hago poltica. -Yo tampoco la hago, dijo; lo que yo quie1'10 junto a m son ciudadanos; y al des pedirse, me reiter que lo visitara. -Le "Vi aleja1~e tranquilo, grave, feliz con

PAGE 119

1 I! SOMBRAS Ei'F.aNAS 129 su buena mujer; ay! me sent dichoso vien do que ya no tendremos jams en Cuba Ca~ pitanes Generales, soldados, 11nifo1mes, trompetas y lanceros que lo acompaen con estrpito, sino Presidentes sencillos, vene rables, justos, cordiales, amados de su pue blo; que lo Uiren a uno como igual y lo lla men tocayo. -Pues la poltica que hay que hacer, To, mas, es apoyar y conservar eso mismo; que as es como tendremos patria. Pero, las senoras nos miran ya y nos esperan : vamos con ellas ; otro da agotaremos el tema. ... Las seoras en tanto no haban estado calladas. r ~ ru Qu bien est usted ya, Mercedes! dijo Sunta; ha recobrado su fortaleza, sus colores ; como antes, bella y joven . -Me he curado, s, repuso dulcemente Mercedes; aquellas penas de la emigracin, los afanes de Ricardo, la n1ina de sus ne goeios, la mue1~te de mi hija, los inviernos crudos me ac~baron, la nostalgia, la neu rastenia, qu s yo -Pero est ya transforrnada. -Ricardo fu mi mdico. Al regresar a Cuba me dijo: ''pernos llorado ya bastante a nuestra hija: hay que sonreir ahora al que nos queda, a quien haces falta: ten f or~ taleza, crate.'' Puse la voluntad en curarJ i .. ....

PAGE 120

130 BAIMUNDG CABRERA .. me y ya ve usted: mi salud ha dado alien tos a Ricardo en el trabajo y sin aquel ama1~go recue1 .. do ya estaramos como antes .. ,_., Y su 1iijo
PAGE 121

SOMBRAS t.rERNAS 131 -S, y yo anunci bien pronto a Toms , que deJar1a su solter1a a los pies de Madame Rosario, como a usted la llamaban las J parroquianas de su taller de modista. -Nunca pens que a mis aos pudiera ocurrir eso ; i no era ridculo ltD amor casi a los cincuenta aos! Usted los lleva tan bien que no se le co nocen: es usted de esas mujeres privilegia das que son siempre jvenes y hermosas. -Gracias, es lisonja. Me cas por el bien de Gustavo, por leg itimarlo y por la bondad de este hombre, que tiene 11n ~ora, .. zon magnan1mo. -Todava tienen ustedes juventud para ser felices muchos aos en este nido. -Ah! Si Gustavo lo quisiera lo sera mos del todo, murmur amargamente Sun ta ; pero ese hijo nos abandona. Los cra uno con Sq,crificios y ansiedades, y luego nos dejan. -i Pero l no est con ustedes! i no ven dr con ustedes! -Casi no le vemos n11nca: llega a veces de paso, habla dos palabras y se marcha: nos lo han acaparado los polticos y esos marqueses de Piales, los padres de su no via. ;, Vieron ust edes el departamentico 'I Lo he amueblado y preparado con todo es mero para que Gustavo con su elegida, sea quien quiera, viniese a endulzar nuestra ve jez con su compaa, a fortalecernos con su cuidado. En su cuartito he puesto todas

PAGE 122

' 132 .' . ,, :, :;,, aADIUNDO CABRERA las reliquias de su infancia, sus retratos en distintas eda~~s, y en el de ella flores, lazos y derroches de elegancia. -Y ella'I -Es que no vendrn a ocuparlo. Cuando he mostrado a Gustavo las habitaciones alliajadas, me dijo con lige1 .. eza: ''es tiempo perdido: doa Lola, la suegra futura, me ha puesto por eondicin que cuando nos casemos, Sofa y yo hemos de vivir en su casa. Y a ven ustedes, agreg con pesar S1mta ;ste es el premio que recojo. -Vamos, no se inquiete usted tanto, concluy Mercedes con acento afectuoso; l es buen hijo y ya vendr a ustedes; en esa disputa usted ser la que t1iunfe. Pero" vuela el tiempo; los caballeros se olvidan de nosotras: vamos a 1~ecordarles que ya es, hora de retirarnos. A la cada de la tarde los tres matrim~ nios amigos se despidieron y separaron .. Ricardo y Julin, con Mercedes y Leonor, emprendieron la ruta a pie, desde la entra da de la casa a travs del campo yermo has ta la lnea de los ca1"ros urbanos, distante a. cuatrocientos pasos. El sol hunda su brillante disco en el azul ocano; nubes rojas reflejaban en las olas tintes rosceos y el crepsculo vespert.ino daba al paisaje un tono de solemnidad agra dable. Tom~, sonriente y satisfecho, apoy su brazo sobre el hombro de S11nta y le dijo: .. : . . .. .. . .

PAGE 123

. SOMBRAS ETERNAS ... 133 -Esos buenos amigos de la juventud y -compaeros de luchas han bendecido con su preseneia nuestra casa. -S, expuso amargamente Sunta repri miendo un sollozo; ya lo ves, todos vinie ron, pero aunque lo ofreci, Gustavo no ha -venido. r--.~ \ '

PAGE 124

\ t .. .. XII EL IIOSCON -Ha llegado est aqu! le he visto des embarcar yo mismo en el muelle de San Francisco; vuelve famoso con su mujer y sus dos hijos; la mujer, ya la conocern ustedes, 11na vueltabajera triguea y r11mbo sa que mira a su marido y a todo el m11rido ~on cierta altanera; los hijos, dos barbianes madrileos. -1, Pe~o de quin habla usted, Cayetano Y -De don Torcuato, S(;'o:r don Claudio, de don Torc11ato mismo, su antiguo socio, su a-m1go. Mi amigo! i qu dice usted 1 me rob, me hizo traicin. -Pues me preg11nt por usted: me anun ci que ya nos veramos; que viene hacer negocios, a liquidar y arreglar con usted y eon todo el m11ndo : a echar pelillos a la mar; a pasar la vejez tranquilo con ~us hijos en la tierra de sus hijos. Y a le oir usted; es

PAGE 125

.. ..~, .. .. .. . :. .. -~ .. .. ,., :~ ... ,. .. s ~13 ... / B .. UMUNDO CABRERA .. ~. ..;.:... ..... '.? ;... ~I: ~r:,. .. .. f'~'~Q;p.Zata'liado, cubansinio; no puede vivir fuer.a, sta es su pat1"ia. -Y o cre,-dijo doa Lola que tambin :se hallaba en la te1tulia en la antesala que ya conocemos,-que ese hombre no volvera ms a Cuba, que haba evacuado para siem pre; era demasiado intransigente. -Evacuar! de aqu no ha evacuado na die: l se fu cuando se fu el General Blan co pa1"'a no sufrir la pena de entregar esto: me lo dijo; no dudo que le faltaran temores a las represalias, pues las me1
PAGE 126

' ,. . \ SOMBRAS ETE:BNAS .. f 137 f -De esos otros asuntos no tienes ~ha cer mrito; no los sabes, como si no i hu bieran ocurrido, objet doa Lola con tono agrio; ocpate de los dineros, y nada ms. -Se refieren ustedes a las relaciones de don Torcuato con su hija Elisa, la de Mederos 'I -Hija de Claudio ella no es hija interrumpi con .el 1nismo acento doa Lola ; es sangre de otra mujer, la primera mujer de Claudio; Elisa ha sido llDa desvergon zada. -Tal vez disculpable, marguesa: tuvo muy mal marido; aquel Mederos era un ba dw.aque. -Pero ella no careca de nada, tena lina mesada que le pasbamos nosotros: lo que hizo, al irse a vivir en concubinato con don Torcuato y deshonrarnos, fu una desver genza; adems, abandon a sus hijos, nos los envi con una criada, al huirse, como si fueran unas baratijas; nos di esa carga y no se ha ocupado ms de ellos. -1, Y qu es de los nios 'I -Ya son unos zagalones: Claudio los tiene en ui;ia pensin en los Estados U nidos : all se queden, yo no quiero verlos -Algo deba hacer por esos muchachos, murml1r don Claudio: adems, cuando es tuve enfermo sent algn remordimiento, quin sabe si Elisa no habra sido tan mala si no le hubisemos dado tan mal marido t r

PAGE 127

.. ,: < 138 R.AIMUNDO CABRERA -Lo tom ella a su gusto, grit doa Lola. --No del todo, hija ma, respondi cori tono suave Piales; le quitamos su primera inclinacin; rechazamos a aquel Ricardo os~ c11ro y pobre que luego fu ilustre y rico, y preferimos a Mederos q11e tena brillo e influencia, y que al cabo la envileci. Si no es tu hija, Lola, lo es ma y la compadezco; .. ya estoy viejo y. . -i Y qu es de ella~ pregunt Cayetano. -No me ocupo en averiguarlo, respondi doa Lola; lo que s es que nos cuestan caro sus hijos. -No s de ella ahora, ni dnde est, agreg don Claudio; s que don Torcuatq, al irse a Espaa, la dej abandonada con la misma despreocupacin con que me defraud en los negocios ; casi me cuesta la vida. Elisa jams me escribe, no me visita, ni me pide nada. Cuando convalec de mis males, re cib un da 1ma cartita en que me deca ''no sabrs ms de m, pero te pido que no aban dones nunca a la miseria a mis pobres hi jitos''. -Hipcrita! exclam doa Lola: ms le valiera haber sufrido por ellos-Bueno, amigos mos; dejemos tod.o eso que es historia antigua, dijo con tono con ~iliador Cayetano; vamos a lo presente, que es lo que importa. Ha hablado usted con Gustavo sobre aquel negocio! .. El de la paga del ejrcito de la inde~ !. ..

PAGE 128

. SOMBBAS ETltBN.lS 139 pende~cia y la compra de haberes de los sol dados Y, respondi don Claudio. S, est uesto: me ha dicho que le vea usted ma ana para estar al tanto de lo que resuelva el Congreso, demorar o activar su resolu cin; le espera en su cuarto, en el Hotel Inglaterra. Est usted preparado para ese nego cio Es de mucho dinero. -Mucho no tengo, pero algo puedo poner en l. -Y a ve usted, en eso nos viene de perilla don Torcuato; a l le sobra caja; quier~ usted que le interese! -No me parece mal siempre que nos ase guremos en nuestra participacin; ya usted sabe como procede -Djelo a mj cuidado: maana ir a ver le : esto nos servir para facilitar el arreglo con del Pazo de los as11ntos anteriores ; ;, no lo cree! -Eso depende de la habilidad de usted. -Bien: ir a ver a Gustavo maana. No le ., preguntar a l, sino lo pregunto a us tedes ahora: ;, cundo es su boda fon Sofa! -Esta Lola la ha demorado por sus es crpulos de nobleza, los papeles del novio. -Por supuesto, exclam la marquesa, que haba guardado silencio con aparente mal humor; aunque sea General y Repre.. sentante e influyente, es hijo de una ... No, replic Cayetano; es hijo adop tivo de un fabricante rico y hoy es hij~

PAGE 129

140 legtimo; tengo ya sus documentos; sus pa dres se han casado, es buena gente. -Papeles a1 .. reglados grit doa Lola. .. -Sea lo que fuere, es hoy un prohombre: nos ha int1oducido en Palacio; a usted, don Claudio, lo han hecl\o por l vocal de varias j11ntas, con dietas; hasta entra1 .. usted al gn da en el Gobierno. -La boda se demor adems por el viaje de Gustavo a Europa en co1nisin durante el Gobierno del General W ood, que lo dis tingui mucho; pero ahora no se demorar, ser tan pronto como haya ar1~eglado Gus tavo ese asunto de la paga del ejrcito, que lo har rico. -Pues, me retiro; hasta maana; nada, seora ma1 .. quesa, ag1"eg Cayetano pretan do con intencin mi.steriosa y con marcado ascendiente la mano de doa Lola al despe dirse; hay que obedecer, aceptar la demo cracia, acomodarse a las circ11nstancias y easar a esos chicos. -Hagan lo q11e quie1 11 contest; y mientras l se encaminaba por el zagun hacia la puerta de salida, ella le sigui con una mirada mezclada de SUD1isin y de reproche. ..... .. Al cruzar la calle Cyetano afect no ver a Sofa que estaba ~Jllada al postigo abier~ to de una de las ventanas exteriores de' la sala y a un jOVf.lJl~;.~~p.esto que de pie sobre. la acera pl~ti.eaba," en voz baja con. ella y tena cogi
PAGE 130

. ., .. 141 . 80XBB48 -.1-e-aNAS las de la jovencita. Pero mientras se ale jaba en direccin a las afueras de la ciudad deca entre dientes con sorna: -A este moscn de Luis Victorio habr que espantarlo, no vaya a descompoi;ier nues tros planes; la prxima vez que me rena con Lola lograr que ella misma sea quien lo espant~. . ; .,.

PAGE 131

' ...... .. XIII EL BA!-lQUETE DE LA RAZA El gran l)anquete se celeb1aba en el am plio anfiteatro del teatro de Tacn, exone rado de este odioso nomb1'.le al instaura1~se la Independencia, sustituyndolo con 1edun{lancia, e11 pe1~idicos y carteles, con el de Teatro N acio1ia-l. Ibase a celebrar la Fie,7)tl1, de la Ra;za, 1m nombre y Ull motivo inventados para afirmar lazos de unin ent1~e los antiguos elementos de la colonia espaola, los que fueron domi. nadores privilegiados, y los que de dominados se haban convertido en gobernantes. Los t1~escientos c11bie1 .. tos estaban ocupa dos por re11resentaciones nutridas de las So ciedades polticas o de instrucci(Sn y recreo de los provinciales pe11insula.1~es, llamadas con nfasis Gentros Regioia.les; por los di rectores de los peridicos del antiguo gimen, inalterables -defensores de la sobera na espaola hasta su cada en el Triltado > .,.fJy, ,, . ., ,. . .. ;:.~.~ii ;/~\J~;~~ ~kit~~ ,~.:-rz..~ "~ . .. .. {J'.~~ .. ...

PAGE 132

.. 144 RAIMUNDO CABRERA de Pa1 .. s, y de sus fue1,.os, sistemas y t1 11 adi ciones despus; por los ge1"entes de -las conocidas casas de comercio, de la industria y de la banca, y con ellos, estremosamente invita.dos, los Sec1 11 etarios de Gobierno, el. Gobernado1-. de la Provincia, el Alcalde de la ciudad, Magistrados y Jueces, Represen-, tantes y Senadores, mitares en servicio ac tivo, catedrticos, abogados, mdicos, vete ranos conocidos del ejrcito revolucionario,. en suma, todo lo que p.aba sido y lo que e1~a conspicuo en uno y otro bando, en franca comtmin y concomitancia. En los palcos estaba la sociedad habanera representada por las damas elegantes y en las altas loca lidades y en las ga.le1as, los curiosos de todo espectculo. Fu elocuente el b1"indis del president~ de la comisin 01~ganiza,do1~a 'de aquel solemne acto. '' Espaa pleg su pendn. Cuba era in. dependiente. El pasado de agravios se haba sepultado en el ol,rido. Los hijos de la mis. ma raza sellaban su unin partiendo el pan de la cordialidad y sellndola con el abrazo fraternal. La Repblica que los cubanos heroicos haban constitudo, los espaoles que la combatieron por lealtad a su nacin, juntos con aqullos, la consolidaran con su devocin y su trabajo. ''Los errores. los rectifica la experiencia ... Merecan los cubanos ser libres por sus vir tudes heredadas de sus progenitores. Fue .. . .. ... : -.~: .:, . ....... ' .. .-.: ... .... . .. ::f ,, .!,., "~' i: ': :'; ?\:y ... . ... . .. . .. .. ,.~~ ...

PAGE 133

.4! SOKBRAS ETmNAS 145 ron como ellos, bravos, abnegados, heroicos;. dignos sucesores de los Pelayos, los sagi1n tinos, los numantinos y los madrileos del Dos de Mayo. Es que la misma religin nos enaltece; nos elevamos hasta Dios con las mismas oraciones que nos ensearon en la i.nfancia nuestras madres; las pronuncia mos con las n1ismas palabras y con igual idioma expresamos ambiciones y quejas y alegias, y escribimos nuest1-aos cont1'atos y leyes. Si las dif e1encias jr las pasiones lticas nos sepa1'aron, nos 1men y unirn los intereses y la solidaridad de la 1aza. '' .., Si este discurso elocuente arranc resonantes aplausos, hizo derramar lgrimas un General veterano de las dos guerras de in dependencia con esta respuesta pattica y vibrante: ''Cuba rompi los lazos de unin C{)ri Es~ paa por sus intereses como colonia distan te, por su crecimiento y riqueza; porque era lgico que el fruto maduro se desprendiese del rbol y, sobre todo; por la injusticia y dureza con que la gobe1naron. Pero la hija. emancipada sinti la nostalgia de ausen~ cia de la madre dtu~ante la intervencin americana. Si sta no h11biera sido breve y beneficiosa, el corazn cubano habra que rido volver a sus antiguos hogares: al hogar oom{m de la raza. Mas la Repblica se ha ba constitudo porque los americanos cum plieron noblemente su palabra y ahora la hija independiente se siente or osa y fe

PAGE 134

146 . liz en da1, a~silo y garantas a los espaoles, que son en. 1~ealidad. nuestros padres, nues tros hern1anos, nuestro~_ verdaderos amigos y se1~n en cualquier. continkencia los soste nes de _la comunidad y la integ1~idad de la raza. Aqu, grit con entonacin efusiva, aqu no hay vencidos ni vencedores; en el regazo de Cuba slo existen y conviven uni dos como fa1niliares los espaoles residentes y los cubanos, hijos todos de la noble nacin ~ que descubri la Amrica, que les di su idioma y religin, sus l.eyes y costumbres, sus er1--ores y vicios, su herosmo y virtudes y que siemp1 .. e llamaremos con orgullo nues tra madre patria.'' Coron aquella contricin de. los unos y los otros eon nota .. oportuna y simptica el b1indis cordial y franco del conocido mereiante y poltico espaol Excmo. seor don Torcuato del Pazo, no porque lo esmal~ ,, taran los tintes brillantes de la oratoria, sino poi~ sus matices de ingenltidad y sus resolu..; ciones prcticas .. ''Yo me 'ausent de Cuba,djjo,. -entris tecid~ .en los momentos en que vea acercarse el trance inevitable de la cada del pabelln glorioso de Castilla. Mi co1~azn espaol no se avena a prsencia1~10. Volv a mi terro abandonado dejando con des~peracin esta tierra bendita donde labr en muchos aos de mprobos trabajos mi for.tuna y donde me b ,. f case con 1.m.a_. cu ana y cree una am1-1a ue cubanos. All lejos, con mi esposa y mis hi. ... :., .... ... .. .: ,,

PAGE 135

' SOMBRAS :Wl'ERNAS 147 jos., lloreI gran desastre de mi. patria, y en .la soledad y en la meditacin 1--econoc al cabo que yo tambin fu culpable de l, 1101qt1e partic1p de la. obee
PAGE 136

' 148 restos cuando mue1~a y pa1~a que veis cun sincera es esta manifestacin, os traigo, co mo prenda de solida1~iclad y de amo1, a dos cubanos, a nrls hijos nacidos en Cuba, edu cados en Madrid, donde suspira1,.on poi~ veni1 .. a t1'iabajar por su verdadera pat1ia, a ser lo que ellos son por el nacimiento y por .. la devocin: ciudadanos de la nueva y ama da Repblica. Ah los tenis'' y al pronun ciar esta frase, sealaba a dos cabezas jvenes y 1~ubicundas que se movan emocionadas entre las de los comensales; '' ellos por m aman a Espaa :i' yo por ellos amo a Cuba: son amores intensos e iguales; cutindo un e,jem1Jlo como ste se ofrece en esta hora de-: co1~dialidacl y de ha1 .. mona, bien podemos gritar todos, unos y ot1--os, los adversarios de ayer, los familiares de hoy, alborozados y segur"os del po1~venir, \Tiva "'Espaa! Viva Cuba Lib1:.e '' El est1 .. pito de los aplausos produjo el~ tricas tre1lidaciones en el anfiteatro ; los corazones, conmovidos, palpitaban entusiasmados. -i Qu crees de todo esto, J ulin 'I pregunt.aba con sorna Toms a su amigo que,. j1mtos con R~ica1 .. do asistan de curiosos en~ un palco del segundo piso. .. -Que si fuera realidad, recibiramos un gran bien con la unin y solidaridad de los elementos espaoles que aqu residen, han conservado sus capitales y tienen hoy ma-~ yores garantas para a11mentarlos. La in-'

PAGE 137

SOMBRAS ETERNAS 149 . l f 1 1n1grac1on espano a por a1n1 1as es a que ms nos conviene. Ha sido una dicha y la debemos a la p1evisin de los americanos que la guerra haya te1~minado sin represa lias ni trastornos entre cubanos y espaoles. El inn1igrante espaol, la masa, ya te lo he dicho otras veces, es bueno, laborioso,. cor
PAGE 138

' 150 RAIMUNDO CABRERA Hasta don Claudio Ca1~aballo, ar1~astrado por Cayetano que co~bati sus escrpulos,. se acercaba a darle la mano y uno de los abrazos ms efusivos se lo di el joven Ge neral de la Revolucin, Gustavo, oportunis ta y entusiasta defensor de los fue1 .. os de la raza, del idioma de Ce1 .. vantes y de la relii gin catlica, apostlica y romana. Al retirarse del local, don .Torcuato, orgu lloso y regocijado, dijo en voz baja a Cayetano: -i Qu te pareci
PAGE 139

\ SOMBRAS ETERNAS 161 comp1--a de las soldadas de los libertadores. Y deleitados con estas perspectivas de ga nancias .fciles, el joven General revolucio nario y el antiguo diputado integtista se est1--echa1~on las manos con efusin y conti nt1aron su pltica tutendose y libando a sorbos, entre una y otra frase pronunciada en voz baja, el 1 .. on de las copas que el mozo. por su orden les haba puesto delante. ;, ...

PAGE 140

XIV ARREGLO DE l\~GOCIOS Don Claudio Caraballo se f1~otaba las manos de gozo, tanto, que despus de un abra zo efusivo, regal a doa Lola un cheque de mil pesos para baratijas de toeador. Se haba reunido con don To1,.cuato por media cin de Cayetano, y despus de varias con ferencias se reconciliaron y entendieron. Los agravios de intereses quedaron zanja-, dos con una rectificacin de conceptos y abo no de saldos satisfactorios, iniciando y po niendo en marcha nuevas combinaciones de negocios, entre ellos el de la paga del cito, comenzado con grandes xitos bajo la agencia y participacin de Cayetano y del General Gusta,.,.o. Don Torcuato era un ge nio, el hombre de la hora. Su discurso en el Nacional, la presentacin pattica de sus hijos y su riqueza conocida y cuantiosa, le abran todas las puertas. Y a era visita de Palacio, del palacio de los Presidentes de

PAGE 141

. :~ .;,: .~,~. .... l<:,j>,;': .: ,:i '. ., < .. : ;Si1" 0 1 oi. RAIMU~-roO CABRERA ';~~ ,.,,; ;;;r.: . ,~:: .. la Repbli_ca, el que fu d~ los Capitanes Ge.. .. nerales y la misma escale1~a de mrmol pa.. reca sonrei1~ complaciente a la pisada de .. sus talones. .. Nadie recordaba ya su historia. Haba venido a Cuba joven, de empleadillo en una oficina administ1~ativa, pas por las de po lica y ~tras; emprendi en negocios de ta baco, en contratos de sumi.ajstros al cito, en azcares, en emisin de valores. Se enriqueci pronto; fu Co1--onel de V ollmta rios, i1itegrista intransigente, miembro de las Juntas Di1 .. ectivas de los Bancos, de to das las asambleas consultivas oficiales, de la de los pe1 .. idicos reacciona1ios, mayor domo de cofradas, fundador y vocal del Partido de la Unin Constitucional, Sena dor del Reino, G1'1ande de Espaa y medr a su antojo. Lo elevaron a tantas altm .. as su osada y sobre todo, su enemiga constan te y eficiente a las libertades del pas en que gan fortuna y encumbramiento, privilegios y pompa, poder y honores. Evac1t antes que evacuara el General Blanco, cuando lo vi todo perdido, des pus de haber apoyado la poltica extermi nadora de Weyler. Combati la autono ma de Maura; desde y rebaj 1a armada americana, creyendo de buena fe y con jac;.. tancia aragonesa que acabaran con ella el caonero V enadito y el acorazado Vizcaya, y que rechazaran a los invasores ~,yanquis los bisoos castellanos y los volu11tarios. :i .,, ....

PAGE 142

" ' .. .. \;;. : :._,( ... :.\\;:'F .. :. ... .. :.. .. Al desploma1se tantas ilusiones, se fu. ~-;\i:: i/:} su tierra a reuni1~se con su muJ e1 v"' sus hi~t~:_;-~~:; ; .. ,. .. 'f y .. :~~\ ~'t,~~ .. J?' jos, a quienes, segn deca siempre, mante. /~,:J)t/'.i;/ 5 1; na all para eductrlt)s y hacerlos ve1 10 daderos ::;;,,;' espoles, ya que nacieron en Cuba. Se llev ;,,, i; sus valores realizables, lamentando no pode1" vende1-casas v fincas v sus muchos in.. V muebles por la crisis revolucionaria, repitiendo en la fuga para consola1"se, la bre y dolorosa f1~ase del Gene1al Blanco al antmciar la de1~rota de Santiago: ''No siempre al valo1' acon1paa la f ortun1t .. '' Ahora q11e ha.ba visto las ga1~antas que daba a los c9lonos espaoles en Cuba el tra tado de Pars, ql1e la inte1~encin america na cum.pli sus promesas y que los cubanos en el nuevo rgimen mostraban un gran es pritu de concordia, resolvi volver. Pero antes lo haba investigado y estudiado todo, principalmente la nueva fase de los nego cios. No regres directamente de Santan der a la Habana, sino q,ue pas por Pars, Londfes y N e,v York y se puso en contact.o. con los banqueros y comerciantes que esta ban en relaciones con el mercaclo de la nueva Repblica. Y no lo hizo en balde. Al llegar 1ealiz la venta de sus almacenes de tabaco en 1~a ma y sus vegas de Vuelta Abajo. U 11a compaa americana le di por ellas uria millonada, considerable nmero de acciones y puesto entre los director~s .. de la sociedad annima compradora. Entonces trat a Je ... <

PAGE 143

156 RAIMUNDO CABRERA Mr. Bates, un oficial del Ejrcito de ocupa: ein, que al cesar la intervencin america na, ya retirado del servicio, decidi quedar se en Cuba dedicado a negocios ag1colas y. mercantiles y que fu el p1~omotor o agente de aquel primer negocio de la tabaquera. Ahora, tenan entre manos la venta del ingenio Aurora a otra empresa annima. Este nuevo asunto le aproxin1aba a don Claudio Ca1<\aballo, su antiguo arrrigo y socio. Don Claudio era ot1--o tipo: no haba na cido en Castilla ni e,n la Mancha, sino en la misma Habana, de antigua familia del pas. En su juventud, al inicia1,.se la Rev9lt1cin de los diez aos, tu,~o un ttulo hono rfico inmerecido, el de deportado a Fer nando P()o por el General Dulce por ser hernian o de un ferviente 1evolucionario, pues l no lo haba sido n11nca. Al regre sar del destierro, mue1--to el verdadero pa t1'iota y n1rtir, el he1,.1nano don Jos, con los bienes de ste que adqui1~i con malas ar .. tes de la viuda emp1'.tobrecida, a la que lle g al extremo de dejar sin recursos ni asi lo, emp1,endi el negocio de prstamos usu ra1ios :;r e11 ellos p1,.ospe1 asociado a don Torcuato, su con111inche .. Con l J 7 por l as cendi en la escala social de la colonia, ad.hi rindose al pa1tido "espaol dmante la ca de la propaga.nda autonomista, y gan ri quezas y hono1--es. Casado con doa Lola, de 01"*igen aristocrtico y fastuoso, ascendi tanto que emprendi en gran escala el ne., f' .~>:~ ~:

PAGE 144

SOMBRAS ETERNAS 157 gocio de refaccin de fincas azucareras, el ms usurario entonces. El Ingenio ..t.~Uro ra, un gran central de un hacendado cu bano llamado Linares, que confi en la reetitud del prestamista compatriota, cay en sus redes en una reclamacin judicial del crdito refaccionario amaado y lo adqui ri en remate el Sr. del Pazo, bajo el con cierto clandestino de que sera pa1~a ambos .. Pe1 .. o don Torcl1ato se qued con la l)ropie dad, burlando a su vez al 1~efaccionista dulo Y este desengao, con otro ms senti mental y g1~ave, el de q11e clon To1cl1ato se 1ini en concubinato misterioso con la hija del primer matrimonio de don Claudio, Eli sa, esposa de un espaol envi.lecido llamado Mederos, interrl1mpi las relaciones de amis tad y de negocios y casi cuesta la vida al socio y padre burlado. El ingenio Aurora, bien atrincherado y defendido por ft1e1'zas espaolas pagadas por don Torcuato, se libr de la tea de los in surrectos incendiarios y e1~a notorio que el cabecilla Linares, antiguo dueo de l.a fa mosa finca, mud en sus linde1~os durante un ataque f orn1idable en el que intent en vano arrasarla. Con la venta del ... t\.urora a una compa americana, representada poi Mr. Bates, don Torcuato daba solucin a sus dif e1~en cias con don Claudio, enterndole de una porcin importante del precio y otra de ac ciones, aunque reservndose para l lama

PAGE 145

158 RA.IMUNDO CABRERA yor parte. El an1bicioso Ma1q1is de.Piales que lo conside1~aba todo perdido, vi el cielo . a.biei:to con esta inesperada ganancia : di : '' '.\, a .sti\antiguo enengo el ms afectuoso abra '. Y,.,ri.ohizo memoria del agravio de honra, .... :::.:::.' del ::.concubinato con la hija, ya abandonada, h'i~;;:. : que :no afectaba a su caja. ,_~'.:\z~:: : .. -~~:t;Q a clon Torcuato, que no actuaba des.: Y! ip.ter\lesadamente, mova. ahora un nuevo negocio : la venta del ingenio Piales, que con don CJ.a11dio y otros posea en comunidad y al que incitaba con pinges ofertas y promesas de fciles y grandes ganancias, el promotor americano permanente, Mr. Bates. La. alegra de don Claudio no estaba exen ta de preocupacin; en su cielo haba una nu be: no se poda vender de seguida el inge nio Piales, porque sus ttulos de propie dad no estaban limpios. Al constituir ha ca agunos aos la Sociedad Piales, Pazo y e~ y emprender la construccin del Cen tral, l apo1~t los terrenos de la Hacienda como adquiIid_os tot.almente por compra a la viuda y heredera de su hermano don Jos Ca1~aballo, doa Cndida Vlez, comp1'*en diendo entre .. ,ellos con artificio y mala fe como suya, 11n.a mitad de la finca que cons titua la paraf e1-na de la viuda y que sta se haba reservado La cuada antes de morir leg ese inmne-: ble a una mulata llamada J nana, que fu su ' ... "' \: :~ ',

PAGE 146

' SOMBRAS ETERNAS 159 ., :: . . . esclava, en 1~ecnocimi.ento de haberla an1parado en su abandono y miseria. Haban-, disputado aquella p1itopiedad, en ;J;, .. pleitos intermi11a'bles.. El marido de la Ju.ti;'.:~ , ._ na, un mulato llamado Leonardo, que QCll.-. ;. .. p judicialmente esos ter1~enos, se fu a,,ila:.~)tmtanigua y muri en ella batindose por la independencia. La Revolucin hizo,. que quedaran en suspenso los litigios. Para vender aho1~a el Ingenio y realiz.ar las seducto1~as proposiciones de M1. Bates, era indispensable contar con la mulata J ua na, transigir con ella, darle algo, eon1prar le su participacin y su derecho. Pero dnde estaba J uanii Nadie conoca su paradero. En estas confusiones )Y' p1~emu1as, acu ,di don Cayetano, que en tales em--edos tena siemp1e asegurado sus honorarios y diligenc1as. -i Busca usted a la mulata Juana j-di jo; el camino es no era su apoderado don Ricardo clel .. Campo f Pues acu(li1~ a ese abogado. Fu el maestro de su futt1ro yer no, de Gustavo; srvase de ste e interselo. -Cierto f.. .,. "exclam don Cla.udio, abrien do los ojos des1neSllradan1ente ;w--este yenlO viene para todo a pedir de boca: voy a l1a blarle, y aunque Lola se resista no hay qtte pe1,.der tiempo en casarlo. Aydeme en esto: eonvnzala. ... : :'t. ''<., . :~ : . ,. ......... .. .. ....... .. . . .. . ..... '._. ___ .:. -::.:;:::.... }::::-f: .. :_:_: ___ _. -: : __ .. '. ._ :. .... :.~_._: .. ,.: .. . ._,:. :.. ... ,. ::, :. ...

PAGE 147

160 RAIKUNDO CABRERA -Lo har a la p1--imera oportunidad,-res)ondi sonriendo el astuto consejero, lan zando con cierto placer esta frase de doble sentido al rna1 11 ido c1~dulo y confiado. ,. :

PAGE 148

,. . XV .. ~f~. . . .. SOLILOQUIOS DB SURTA Las bodas de Gustavo torturaron el corazn de Sunta: haba concebido, criado y educado a aquel hijo en medio de grandes dolo1es y ang,.1stias apa1-tando de su eamino todos los abrojos y espinas, consagrndole cuidados, afanes y sacrificios, para que fue ra dichoso y le pagase en-la vejez con leal ~d y cario. Todos los incidentes de su enca a,ia rosa y triste asaltaban su memoria, sin eonsolarla la solicitud de Toms, el esposo y buen amigo~ Recordaba la niez feliz, al amparo de su padre, hasta que se lo arrebataron las tur. bas de voluntarios espa.iloles en las calles de la Habana: el primer amor malogr~do por la infidelidad y el abandono de un pro metido, que no la quiso pobre y desvalid~ y aquellos largos aos en qt1e su juventud se agostaba en el trabajo nprobo de cos.,

PAGE 149

. . 162 CABBEBA. ... .. : . tt1rera que ejerca en 11n cuartito interio,r de una casa tambin enlutada por las alter-,_ nativas de la Revolucin y las persecuciones, en el seno de la familia arruinada, y dottde conoci a Rica1do del Campo, joven estu diante, pobre y luchador como ella; 1 .. ecorda ba con vergenza y remordimiento su cada, inspirada por el temor a la vejez y a la mi ~eria, al hacerse la concubina de un viejo mercader espaol casado en la pennsula, (J.lie crey rico y de cuya 11nin ilegtima tuvo a Gustavo, su amor, su vida, su an g,1stia, el consuelo y la pena a la vez de su delito. El concubino muri sin dejar nom bre legtimo al hijo y volvi al trabajo, a la virtud, para darle en cambio pan, h0Ig11ras,, educacin y dichas; para librarlo de las i vegiienzas que. ella haba sufrido. Recordaba sus tribulaciones e inquietu des para ocultar a Gustavo su origen irre gular, mientrasle estimulaba en el estudio y Qn los afanes de gloria, y el da amargo en que doa Lola, la adusta madre de Sofa., de la; noviecilla entonces y la prometida ahora, que la conoci en la juventud en la misma casa de la calle de Tejadillo y por eso saba el secreto de. su cada, lo revel groserament.e a la nia. Gustavo fu b11eno y digno en aquella. crisis : el amor fili.al se sobrepuso al sacu dimiento del or. o, comprendiendo l& abnegacin y el sacrificio materno. a Toms, el amigo magnnimo que a 811 ,, .,; > : . ,,,.:

PAGE 150

... 163 SOMBRAS ~'TERNAS ~asa trajo la proteccin de Rica1--do del Campo, y quien en largos aos de trato timo la haba amado en silencio, salv aquel .conflicto, adoptando y dando nombre hon _rado al hi~jo ilegtL-rno. .. Pero la. Revolucin se lo arrebat todo: el __ joven ardo1'oso y digno, educado en un am biente de sanos y elevados principios, mar al campo de la lucha a cumplir el deber pa.tritico y a eleva:f con sus propias accio nes el li11aje honrado que l1aba adquiriclo. Qued so1,t, t1~iste, pobre, sin el encanto .de su hogar y sin el amigo. Cmo l1aba s11frido en la soledad y en la ausencia! Ct1ntas angustias pensando .en el incie1"'to destino del pedazo de sus en traas lanzado casi nio a los horrores de una gue1~ra de exterminio! Aquel adolescente ql1e vivi en sil rega. zo como una flor en un bcaro, regada et,n -.esmero )r cario, desafiando a,hora la intem perie, la desnudez, el hamb11le, las marchas forzadas JT expuesto a todas l1oras a las ba las enemigas. En sus desvelos le vea jadeante, ensangrentado, mo1'ibundo, sus restos despedaza dos regados entre las zarzas y los senderos y le pa1~eca que todo aq11el ho:rro1 .. os<) des... el ,lor.~ r1e ~ exis+encn e1' 11 a el J'.iOst,.lf'F() lllre~ t.i (l ~ \j \..-. 0 .... "'V L. ,; c.;, -i. . \..-t:C...~ ', ,., -. '\.~ ~.eido de la liviandad que di la vida a stt hijo. Cuando ley repetidas ,Teces en los peri. ~dicos e-1 nombre de Gustav enaltecido p,or >.

PAGE 151

' 164 BA.IMUNDO CABRERA. ., proezas inauditas, tu, 1 0 ia. satisft1cc1n;.ift~ je1 .. a del orgullo legtimo; pero aquel arrOj~ .. J.,. valenta le anunciaban la posibilidad de,, m,tyi'1res peligros. P<.r {l, por el nomb1e de ese se1~ querido,. y p()1 gratitud, acudi al lado de Toms en Ce:1.)~(. JI11eso, cuando ste, tambin vctima del sacrificio patritico, reclamaba su presencia y cuidad.os junto al lecho de mori h1111cl(> .. ,.. accedi des.ptt~s a sus 1*uegr,s y le di su mano de esposa, ya ,ieja, no ,ara p1~en1i:.11~Je con las bellezas pe1--manentes de s11 c11c.rpo, siempre joven, por don y }>I'*i:vilegio incomprensible, sino para pagarle con su abnegacin y sacrificio :,r sobre todo, para v~sti1~ por fin con el aparato y el brillo-de la legitimidad el naci1niento obscuro de: su hijo. Gu~tavo,' al fin, reg1 .. es t1iunfante del. catnpo; y ella se hizo la ilusin de encon-,. trarle y tenerle de nuevo consigo dulce, afable, et.n aquella ternura y sumisin ingenua de la niez que fueron los lazos de su comu nin y cario. Qu desengao! Los hbitos y los fciles xitos guerreros.,, haban cambiado su carcter: el joven Ge neral e1a indmito, br11Seo, voluntarioso,, .~ despreocupado _y altivo; el hogar materno 1 est L,,: ,._ to L t para e.1 recmsrmo recm. . e a ra1an el bullicio, el mando, las ansias de ~r y d ... El to l .h .b, 'd e riqueza. en que e ia sonre1 o,,, someta el mundo entero a sus designios. La ... .. e dulce y el padre adoptivo no eran\ ,,. ., . ... .. ~:-: ..

PAGE 152

' SOMBRAS t.rEBNAS 165 ya autoridades insinuantes e influyentes en sus decisiones, sino tambin subalternos de sus caprichos. Sus visitas al hogar paterno eran esca sas; su conversacin durante ellas, ligera, trivial; se sentaba lID instante sin or ape nas la palabra de su madre que le devoraba con los ojos y le sonrea con tern11ra; re ehazaba la caricia y el beso que Sunta an siaba estampar en su mejilla, se quedaba en los labios temeroso de ser repelido. Se levantaba y marchaba en seguida aprernia do por los negocios, por cualquier motivo y sobre todo, por la poltica. La madre desconsolada le vea alejarse ,con tristeza y le suplicaba ht1mildemente que volviera pronto, que no le escatiinase sus visitas y secaba cuando se haba ido la lgrima inv0I11ntaria que se desprenda de su pupila en tanto que Toms la consolaba, dicindole : -Es natural: es joven, lucha, se divier te y tiene ya posici.n propia. Ten la se guridad de que volver a ti c11ando se serene y siempre que nos necesite. Oh! Ese da en corta visita le haba an11nciado su prxima boda, incidenta.Jmen te, como asunto insignificante que no af ec tara en lo ms mnimo el sentimiento de su fanlia. -Me caso pronto, dijo. -Pronto!exclam Surata. -S, en quince das, todo est listo ; te

PAGE 153

166 lUll{UNDO CABRERA extraa Y Es tiempo de dejar la soltera; me conviene tener estado para mis proyec tos polticos. Si no fuera eso, tal vez no me casara; pero, es lo que dice Cayetano, el matrimonio da carcter, edad, represen tacin. -i Y has pedido oficialmente a la novia t T11 padre deber pedirla : es lo usual y a l debes esa deferencia, aadi ella con tono afectuoso. -Peticin oficial1 esas son antiguallas: ya eso no se usa; soy mayor de edad; Ca yetano I1a dado todos los pasos; tengo ya todos los permisos. Se ha convenido en ello y se ha fijado el da naturalmente. -i Y los padrinos, volvi a preguntar ella casi con humildad. Don Claudio y doa Lola sern los pa drinos, ella me lo ha pedido : nos casaremos en la Merced, una gran fiesta: ustedes no faltarn, verdad 1 Se lo avisar a Toms; queda dicho, pero i dnde est Toms
PAGE 154

SOlfBBAS B'1'11BNAS 167 y l tan inconsciente de ese menosprecio! Un sollozo estall en su garganta. al ter minar el soliloquio con este ltltimo y amargo :reproche: Para esto he sufrido y trabaja do tanto, Dios mo! .. .. .... .. 1

PAGE 155

' XVI LA PAGA DEL EJERCITO -Hola f General,dijo aleg1 .. eme11te To ms, que estaba sentado ante un lindo bu fete de nogal, arrojando la pluma con que haca nmeros y cuentas y alargando una mano cordial al recin venido. Qu dicha el verte poi~ aqu Vienes a, almorzar con nosot1os Tu madre se deleitara .. -No, no tengo tiempo, respondi Gus tavo, sentndose en el sitio opuesto del es critorio ; ya los he visto: volver otro da antes de casa1~e. Te casas ya! Tan pronto Y -S, ya se lo he dicho a mam para que estn advertidos y vayan a la boda. -Bien, contest Toms; .. -iremos; que sea para t11 dicha, pero eso no ql1ita que te quedes a almorzar; ha.r prepara1~ la mesa p1~onto y en ella hablaremos de tu matri monio y tle todo. -No, excsame hoy, Toms: me esperan '

PAGE 156

170 .. :.~ ... ,. .)~\\ .. .... .,. .. ,: ., BAIKUNDO CABRERA ,.: .. . . .... ., . all abajo, tengo mucho q~e hac~r; 1~ poli-. tica me tiene emba1gado,_ :hoy se rene la Asamblea :,no puedo falti1~. -~lli dijo Toms con ae.ritud: la tica! mal anda la poltica! Por qu lo dices 7 ,.\ -Est.n ustedes enmaraando el pas, ustedes, los Moderados, que han hecho sin mo deracin unas elecciones violentas. -~ u dices~ Hemos reelegido a don To, ms, que es el hombre que conviene. -Han sacado ustedes de sus casillas a ese anciano probo y sencillo; le han hecho aceptar 11na reeleccin que l antes no que ra, o por lo menos as me lo dijo y loma~ nif estaba a sus amigos. Y cmo, emplean do la fue1~za, los amaos, aprisionando a los agentes electora.les y a los electores del otro partido, determinando un ret1aimiento, va mos, haciendo en la Repblica lo que ha can los espaoles en la colonia -No. es as, Toms, se ha hecho lo que se deba para librar al pas del gobierno de los descamisados.. -i Y tienen camisa los que violan el de recho electo1al t V amos, hijo, ms valiera dejar que honrada.mente se manifestaran las mayoras en los comicios, fuera lo que fuese. Ahora, mira como anda esto: hay vientos de fronda, como dice Ricardo, que es retrico y sabe lo que dice; yo lo que s es que no estoy satisfecho; no luch por (Juba libre para ver estas cosas. Oye! hace

PAGE 157

... 171 tres aos, cuando e a esta casa, me deleitaba viendo pa a don Toms por la calzada prxirna . su coche, solo, con su mu jer y su hija, la tranq11ilidad de 11n buen padre de f pasaba el verano modesto y tranquil n una casita de madera del campo de 0I11m bia, sin sodados que le cus todiara los muchachos de la calle al verle pasar 1 gritaban: '' lidis, don Toms'', y l mo~ la mano, saludndoles y se sonrea. "" Ahor yo lo he visto veranear en el cas tillo de la Cabaa; ",. del Palacio al puer to 1 ~on una escolta aparatosa y la lancha q)le lo lleva a la fortaleza a descansar y a respirar frescas brisas entre la soldadesca ;, que lo cuida, va llena de militares y de 1 fusiles. I Es que se conspira contra su vida. / Y a se ve : si ustedes han conspirado contra la vida de la Repblica imponindolo; tengo para m que l hubiera sido reelecto si no se hubiese entregado a ustedes, a quie nes crey los mejores : al aceptar la disci plina del Partido se indisciplin con sus antecedentes, con su sobriedadf con su propia vida de patriota ntegro. -Ests equivocado, Toms : el Gabinete de Combate que se form para atender a la reeleccin ha salvado las instituciones y el tesoro que l acapar en las arcas. Don To ms era la garanta de todo eso. -La garanta de la nacin, Gustavo, es la ley, el respeto a las mayoras, y eso se ha

PAGE 158

.. 172 .. ~ .. ., ?':".-'\>:;~;:=~}ti, '" .;. RAIMUNDO .. RERA . .;. .. ::r .. : .. . .... pisoteado. Amo a don ~" oms, he conspi1~ado y luchado a sus ~d~ ... es; respeto y estimo, pe1,,o aho1 1 a lo comp .. ezco : ha credo subir y ha cado de su popt,.:. ridad, y con qlti~es {I.. .. no me negars q 1,. tu Partido Moderado tiene el defecto ca \~_.tal de esta1 c,onstitudo, apoyado e inspira ~en suma y;ora. po1~ los antiguos ene1nigos ~::_"eclarados o amigos dudosos o tibios e indife~entes de ~-,la independencia y por algunos reyolucio. ... narios ambiciosos. '\\ i Y o entre ellos
PAGE 159

~ . f. . . \ .. .. SOMBR,s ETERNAS 173 Pblica, continu su labor en la epblica con el afn de echar ell las escuelas s semillas para hacer buenos ciudadanos. Sabes por qu lo han echado! Porque se ha uesto a que con los libros de texto hagan anj era los mercaderes del antiguo mold es paol que 1 medran y todo lo dirigen y que no q11iso que con los maestros a sus dnes se hicieran hordas de electo1~es pag dos para dar votos vendidos a una ficticia mayona. -Don J ulin y Don Ricardo son 11nos uto, pistas que se alucinan con sus teoras ro mnticas; en poltica hay que ser prcticos, y lo prctico es ganar las elecciones el que manda; los gobiernos fuertes las ganan en todas partes. -Ay! hijo mo! lo prctico debe ser siempre lo justo. -Bueno, inteIT11mpi Gustavo, conste que discutimos y que no me enojo al oirte, pero recuerda que estoy de prisa; vamos al asunto para que he venido. Oyeme. Hace cuatro meses te ped cinco mil pesos para 11n negocio lucrativo. -Te los di sin preguntarte de qu se tra taba; ahora como entonces t eres mi confianza y mi hijo. -Lo s: vengo a darte cuentas. Aqu tienes en este paquete, -dijo sacando del bol sillo interior de su levita 11n rollo de bill~ tes de banco y colocndolo sobre la mesa; tus cinco mil pesos y otros tantos de tu ga...

PAGE 160

174 / I .. . RAI~~ CABRERA ,. I / / nancia. i/'Jtan producido dos ~ntos ms; se triplicar6n. He tomado para. mi socio don Qa et.ano y para IJl cinco mil, y estn ah l tuyos. -~.:~ uchacho qu dices exclam To m~,.l a.briendo des1nesuradamente los ojos; a,/ln negocio ha sido ese tan extraordina r4t'rnente lucrativo~ fu mina de oro 'f 1 Es mu)r sencillo y el negocio del feplic Gustavo. Hemos negociado pagas ,// del, ejrcito; las hemos cobrado ya y ah 1 estan . T1~es l)Or ltno qu horror! grit To. 1 1 1 ms; y sin habrmelo advertido! Oye Gus/, tavo, aprecio tu honradez al darme esa cuenr ta y al reintegrarme capital y ganancias en negocio que po1* tu propia iniciativa hicis te, pero no estamos de acuerdo. A ver, re cobro mis cinco mil pesos (y los tom del rollo contndolos nerviosamente) ; en cuanto a las ganancias, llvatelas, no las quiero, no las admito ; reprtelas con tu socio don Ca yetano, tu consejero, tu gua; aJlcalas a los gastos de tl1 boda si te place ; dalas a tu no via; pero nd!; dejes ese dinero en esta casa; yo no le he pedido a la patria que me pague mis sacrificios de todo gnero por su reden cin; Ricardo y J ulin no han pedido ni pedirn que les paguen las propiedades q~e les destruye1'.lon; yo no llens nunca que los libertadores pidieran tampoco que la blica se empease en deudas cuantiosas para recompensarles: concibo que al soldado po'

PAGE 161

SOMBRAS ETERNAS 176 bre se hubieran dado tierras y elementos de cultivo, a los capaces empleos tiles para ellos, y para la nacin ; lle1~0 que la paga del ejrcito se acordase a fin de dar a los ricos y a los antiguos ene:rnigos del pas motivo y materia ele mavor enriqueciml.ento con la inmoralid.ad y la usura, eso 110 lo supuse siquiera ni lo espe11l nl1nca. Toma ,.ese di nero, llvatelo, no me pertenece, no lo he solicitado y no hablemos ms de ello, que me aflige. -Bien, res1)ondi Gustavo con tono con trariado; me lo llevo; no te propondr ne. .,, goc1os mas nunca. -De esa clase evtalos, y t sabes, hijo mo, que todo lo que yo tengo, lo que. tiene tu mad1'e, es tU) 7 0 y ser tuyo. Ojal que fueran tambin tuyas mis ideas y n1is es crpulos! A poco de reti1,arse Gustavo, Toms en tr en la sala donde le aguardaba Sunta con los ojos hmedos y el rostro f1 .. 1ncido .. -& Qu pas con Gustavo~ pregunt ella; sali cabizbajo sin hablarme. -Ah! hija, contest l, le 1 ipasa ql1e la mnbicin de riquezas y poder lo devo1an; que sus sentimientos de familia se atrofian, que sus principios de rectitud se tuercen y que rebaja y mancha en sendas de error y de torpeza su patriotismo. Pero se fu agraviado! t no volver! pregunt Sunta con angustia. -No, hija : volvei;, volver! Pero aun~.. .... . .

PAGE 162

.. \ .. ':. ,, '.~ 176 CABRERA que vuelva, ese hijo como nosotros lo ba.mos, como t lo educaste y .yo lo quise, ese para siempre se ha ido. ,. .. . . 'f :f ,. , .. ' <

PAGE 163

XVII ; AMORES VIEJOS Ricardo dej a un lado las tiras de prue bas de imp1enta que estaba corrigiendo cuidadosamente en su biblioteca, para re cibir a una se~a cubierta con velo espeso que acababa de entrar en ella. Al verla se extremeci. Sin que se hu biera descubierto an, ni oir su voz, la haba reconocido. Era Elisa. -Acudo a ti, dijo ella despus de los sa ludos recprocos; como otras veces eil que he necesitado proteccin y consejo. Per dname si te contra1~o y yeme, que ser muy breve. Mi vida, que conoces, es siempre 11na madeja de contrariedades des de que el destino me separ de ti. Prime ro aquel matrjmonio ostentoso con Mede :ros, que hicieron mis padres torciendo mi voluntad y seducindome con aparieneias; despus los vicios, relajacin y miseria de mi marido. S buena, me ~ dijiste ent~nces; J .. """ ...

PAGE 164

.. 178 ILUKUNDO CABRERA quise serlo y no supe serlo ; pe1 cuando fui lllllla quise librar de mi contacto a mis hi jitos y los envi, como una reconvencin y con un ruego, a mi padre, a su abuelo. El hombre con quien holguras luego, y que me atrajo con ddivas y promesas, me abandon a su vez. Por dnd~ voy y qu senda sigo, no lo s ni lo sabrs ; no me im po1'lta, de ello hago responsable ms que a mi voluntad al que me di el ser y a su in fame compaera. _,, .. Doa Lola murmu1 .. con acritud Ri cardo. -S, esa pe1~ersa, respondi ella. -La he visto hace poco, prosigui Ricardo, en las bodas de Gustavo a que asist. El hijo de Sunta Lo le en los peri.. dicos. Por cierto que no vi el nombre de ella en las crnicas. Parece mentira y no a, lo es. Lola ha casado a Sofa como me cas a m, por vanidad y por ambicin, por que Gustavo es hoy un pe1sonaje de b~illo y de influencia ; pero yo s que sin eso, ella no aceptaba de buen grado al hijo de su an tigua costu!era. -Iba en la boda altiva, satisfecha, todava vistosa y conservada, y eso que tiene anos. -Oh! exclam Elisa: la maldad nunca envejece! Se acicala con el esmero de una. joven; .se hace dar masaje, se pinta, se tie; quiere atraer siempre por las apariepcias .. ' ;.. . .~

PAGE 165

SOMBRAS ETERNAS 179 :y conservar con atractivos artificiosos los homenajes del amante que se paga. Qu dices 't -Ah! T vives en 1m mundo de abstrac,ciones, yo no ; i quin no lo sabe t y jTO lo s, "que s -muchas cosas. Esa. ma.lvada engaa primero que nadie a su esposo, a mi pa dre que est caduco, y entretiene su pasin ,senil con don, Cayetano, un miserable que le vende caro 'su constancia y sus caricias. Es vergonzoso, incr~eble exclam Ricardo. -Pues c1~elo; pero no he venido a ha blarte de eso; perdname; no lo estimes a .despecho ni maledice11cia : he ve11ido a ha bla1--te de mis hijos: empecellIDs. Toma, -agreg sacanclo de una elegante bolsa de un rollo de billetes de banco : vengo ante todo a pagarte los doscientos pesos ,que te debo. R,icardo los rechaz con un gesto sua,-pe v expresivo de negativa. .,~ Cuando te los ped, te los ped con ese propsito: pagrtelos de algn motlo; no me ha.s pasado cuenta. Ahora que puedo, te los pago en la misma especie y puso el rollo sobre la mesa. Djame seguir, aadi:-he ledo en los peridicos que partirs en breve para los Estados lT nidos. -V amos a pa,sar las vacaciones con mi hijo que estudia all medicina. -Lo s, y por eso vengo; Ricardo, -tin1 Elisa con voz ronca y con lo-s ojos ,,

PAGE 166

1SO RAIMUNDO CABRERA humedecidos po1--una lgrima) t tienes ya cincuenta aos v eres un hombre de vida. austera; yo los tendr pronto y no he sido correcta; puedo hablarte con el corazn en la mano : en mi vida de inf ort1mios y tris tezas he conservado dos sentimientos puros: mi veneracin l)Or ti y mi amor a ipis hijos;: vengo a pedirte tu proteccin para ellos. -Habla! -contest l conmovido, sintien do en su corazn removerse las fibras de sus antiguos y adormecidos sentimientos, y contemplando el rostro an bello de Elisa con los encantos de sus primeros ensueos ... -El da en que decid abandonar a mi 1narido Jr la casa est1~echa que sostena con migajas de su opulencia mi padre, no quise manchar con la deshonra a mis hijos, a11n, muy nios; y los entregu a su abuelo. Qu, ha hecho de ellos 1 Los en,ri con don Ca :yetano, en tierna edad, a un pensionado en los Estados U~dos, una pobre casa de in. ternos en familia en el Estado de N ew J er sey; all los tiene todava; no he vuelto a verlos; se1 .. n ya unos hombrecitos; pero me~ informo a menudo de ellos a mi modo: le jos de su pas estn all sin ningn contacto de cario como pupilos pobres; he sabi do que para hacerse de patines y bicicletas y otros admniculos, para ~lternar con sus. compaeros, se han empleado en el mismo establecimiento en trabajos manuales. Pobrecitos Lola arrastra carrozas, -.se cubre de joyas; Sofa se casa en el templo de la,

PAGE 167

SOMBRAS ETF:RNAS 181 Merced ante toda la sociedad habanera sor J>rendida de su boato, y mis pobres hijitos, que son carne de mi padre, estn desterra dos en aquella pensin lejana y modesta como dos desvalidos. Ricardo, yo no quie ro que ellos sepan de m : que ignoren hasta que vivo; pero deseo proveerlos de lo que necesitan. Ahora tengo dinero, me sobra; no me p1 ? eguntes cmo lo gano, lo ves~ ah estn tus doscientos pesos, y trescientos ms que quiero y te pido que los lleves al Direc tor del colegio y hagas que con ellos les d mejor alojamiento, mejores vestidos, que los inscriba en los clubs de los colegiales ; que disfruten de todo, que gocen, que vivan. Di que eres un filntropo, que vas a hacer ese donativo a tus paisanos ; di lo que quie ras, y ve a verlos, y escrbeme y dime si estn arrogantes y sanos. Dales con tu pre sencia y tu visita una oleada de cario que no tienen de nadie, y no les hables de m, que soy su deshonra. Al acabar de decir esto, con locuacidad nerviosa, la pobre mujer estall en sollozos hasta entonces comprimidos. Ri c ardo, emocionado se puso de pie; tom el rollo de billetes colocado sobre la mesa y dijo: -Tranquilzate, Elisa, sernate. Y o lle var a tus nios este dinero que me entre gas para ellos y los doscientos pesos que E.e pagas. Y a ver cmo lo hago, pero lo har. Los visitar y me enterar de su es,

PAGE 168

182 BAIKUNDO CABBEBA tado; procurar que en lo adelante los cui den y hasta les hablar de ti; les dir que tuvieron una madre infortunada que los am\ mucho y que siempre quiso que ellos fue1~an dichosos y dignos. -Dios te lo pague, Ricardo. Y a lo sa ba, que habas de ser generoso conmigo. T me esc1 11 ibirs contndome cuando los hayas. visto. A dnde has de escribirme~ toma mi direccin y la del colegio. Si me escribes no firmes la carta. Debes saberlo que irri sin! ya no me llamo Elisa Caraballo : aho ra en el mundo liviano me conocen con el nombre de Rosa Carina. Se levant del asiento, apret la mano de Ricardo con mo vimiento nervioso y sali con paso vacilan te de la sala, echndose el velo sobre el rostro empapado en llanto. Ricardo la vi salir conmovido, sintiendo que tambin lma lgrima surcaba su meji lla y un sollozo estallaba en su pecho ~,.

PAGE 169

' XVIII CARTA DE UN COLONO DB OAil'A '' Dichoso t, Ricardo, si en ello puede an haber dicha, que lejos de la patria, aten diendo a la educacin de tu hijo, no has asistido personalmente a este derr11m be inesperado a11nque previsto del edificio na cional que anhelamos hacer duradero y fir,ne. '' Los que creamos sinceramente que en 1898 se haban extirpado para siempre los motivos de discordia y que en los ambientes de la democracia, la paz y el orden ~nstitu cional jams se turbaran, reconstruyndose y desenvolvindose el pas en sendas har mnicas y progresivas, hemos despertado bien pronto de ese hermoso ensueo, sobre saltados por la pesadilla del desastre. ''Nuestro primer Presidente, el smbolo revolucionario, cuya reeleccin impuso un grupo de ambiciosos, directores de 1m par tido ensoberbecido, excluyendo y violentan. ..

PAGE 170

184 BAIMUNDO CABB1mA do a sus opositores, qv.e acaso;.eran la mayo .. ra, ha cado sin glo1ia ni prestigio, entre gando el poder a los interventores extranje ros, que llam ante el peligro de una revo lucin sangrienta. ''Hoy todos son vencidos con la Repblica intervenida y ~sus destinos de nuevo en ma nos extraas ; ni siquiera es 11n consuelo pensar en que los Estados U nidos crean en ella un.a adrnini.stracin provisional y tem porera con la promesa de restablecer en bre ve trmino nuestro gobierno propio y cuan do estn acordadas leyes orgnicas que im pidan nuevos yerros de los partidos. '' La ambicin de unos, la intransigencia de otros, ha manchado nuestra historia de puel>lo lib1~e en sus comienzos. ''Yo he p1~esenciado atnito, o ms bien me he instrudo en mi retiro ru1~a1 de estos su cesos, sin partieipa1~ en ellos, como los ha brs conocido t, en tu ausencia, por el re .lato de los peridicos. ''Los que se haban entregado altaneros a :las d.elicias del pode1', con la segu1~idad de m,antenerlo muchos aos por los mismos me dios torpes y violentos y con los recursos y demasas del gobierno, no contaron con las fuerzas de la opinin. La conv7Ulsin, cual un terremoto, los so11}rendi en sus desig nios, como ha sorprendido siempre en la his to1~ia, tarde o temprano, a los que pisotean -el derecho de los pueblos. Por qu nos ha pasado esto 'I Porque llevamos en las venas

PAGE 171

' SOMBRAS ETERNAS 185 la sangre corrompida bajo el domjnio y tu tela de nuestros progenitores; porque hemos heredado ambiciones desmedidas, afn de mando y de fciles medios : altivez, presun ciones, hbitos de desigualdad, soberbia y desconocimiento del derecho colectivo. '' Por eso & lo recuerdas~ en la juventud cre prematura la Revolucin y consider luego que la autonoma colonial debi ser la gran escuela cvi c a de nuestro pueblo; por eso mismo ayud al Gobierno Ameri cano a extender en :rruestras poblaciones y en los campos establecimientos de ensean za. Lo que necesitan estas poblaciones co loniales habituadas a la servid11mbre, a la exclusin, al dominio de los menos s ob r e los ms y rebeldes por el ansia de cambiar los trminos y sobreponerse, es educacin, edu cacin, esto es, renovacin del espritu. Que no haya analfabetos ni in c ultos, que todos los ciudadanos sean conscientes de su dere eho y I'espetuosos de la ley y de s mismos. Eso debi ser y debe ser todava la obra del tiempo. No basta haber sacudido la opresin extraa: es necesario regenerarnos nosotros --mismos. '' Porque as lo creo, donde quiera que me encuent r o sigo inculcando estos principios e ilustrando a los que me rodean. Persevera t en ello como siempre lo has hecho, en tus libros art c ulos y di s cursos, en esa labor compleja noble y excelsa reservada a los es critore s y repblicos de tus talentos.

PAGE 172

186 RAlMUb.,no CABRERA ''Yo soy ahora me1amente un colono ingenio; un agricultor desconocido; un sem brador de caas; busco en el trabajo rudo. rec11rsos de subsistencia propia y prosperi dad colectiva con la pena de haber sido ex cludo d~w. las labores del Gobie1'110, por no estima1.. los que gobernaban la rectitud. de mis mtodos ni la conveniencia de mis pro cedimientos .. '' Aqu me tienes, en la soledad del campo, viviendo con Leonor en lma linda casita. de made1,.a de forma americana. rodeada tle un jardincillo que ella misma asiste y amenizando su vi.da de labriega con los cuidados de un paloma11t y gallinero. Cubre la ca sa la sombra de una alta ceiba y de algunos frutales y a lo lejos desde el cercado del an cho batey en todas direcciones se extienden los caaverales sembrados bajo mi direc cin por mis b1~aceros o partidarios. Viven stos en casitas de madera y guano, cons trudas por ellos mismos en sus 1-aespectivos cuartones y constituyen por su n(rmero con sus familias algo as eomo un pueblecito, de que .soy naturalmente el jefe. '' En el batey tienen la bodega, la tienda de vveres, en la que se proveen, con vales, de lo que necesitan con cargo a la administracin de la Colonia y a su cuenta de subcolonos y junto a la tienda, una casa escuela a la que procuro que asistan todos los chicuelos de esas buenas gentes. A algunos adult~s los he excitado a asistir a clases nocturnas y,

PAGE 173

187 los he visto sonrer con orgullo cuando han llegado a vencer su ignQrancia y a demos trar prctieamente que podan leer los papeles. '' Es fortuna que en medio del trastorno poltico del pas, su potencia agriQulturera e industrial se sobreponga a todas las crisis. El fomento y desarrollo de los ingenios contina y ste de que soy colono, es una hennosa muestra. Pertenece a una compa americana, de la que es presidente Mr. Bates, un hombre singular que debes conocer siquiera sea de nomb1'*e. Figura desde el trmino de la primera Intervencin en casi todas nuestras empresas industria. les y financieras. Fu mio de los jefes de la administracin militar que ejerci el gobier no interventor de Cuba. Dirigi la construc cin del cam.pamento de Columbia, aquella hbil e inteligente seleccin de las colinas de Marianao para habitacin higinica de un ejrcito de ocupacin; realiz la magna obra de limpieza y sa.neamiento de las call.es de la Habana en pocos meses e hizo desapare cer en un instante la inm11nda faja de te rreno yermo que como cinturn de :niateri_as ftidas rodeaba la ciudad en el litoral de San Lzaro y concibi, traz y comenz el hermoso paseo que hoy sustituye a aquel tradicional mingitorio y basurero. '' Al cesar la Intervencin, terminaron sus servicios y se qued en Cuba, invi.rtiendo en :pegocios agrcolas sus ahorros. Fund en .,. . .. .:.~. .. ,,

PAGE 174

188 BAIMUNDO CABRERA Vuelta ...:\1--rib~ plantaciones de naranjos y cultivos cientficos ,.del tabaco; financi ins tituciones de crdito, de ferrocarriles, com paas elctricas, en s1nna, cuanto pudo ser fuente de riqueza colectiva y fundamento de su p1opia f 01~tuna. La industria azucarera estaba. IJara l en mantillas. Sus iniciativas han ::iportado capitales de su pas para su mejo1~amiento y este Ingenio, cuya compa p1~opietaria preside JT cuya construccin dirigi, sustituJ ... endo los naranjos con verales, es lma de las mejores pruebas. ''Es un hombre extraordinario este Mr. Bates, hoy inmensamente 1iico, que debe a Cuba to(lo lo que tiene y cree de buena fe que Cuba le debe, a l, mayor suma de bienes. '' Se ha. hecho construir en el gran Cent1 .. al su casa con todo el conf 01 .. t de las grandes ciudades, riica.mente amueblada e iluminada. La ocupa du1~ante los in,11ernos, en la zafra, eon su m11jer, que es una yanqui vistosa y excntrica y con una hija que pasa con ella el resto del ao en los Estados U nidos. ''Mr. Bates tiene dos pasionef): una genial, la de I.a riqueza, que no sacia nunca con in cesantes combinaciones, proyectos, actos e iniciativas, y otra cap1~ichosa, la de los ca ballos. Sostiene en la finca unos establos modelos y en ellos piezas de distintas razas y cruzamientos. Gasta en esta aficin un caudal, ms que por el placer de montar sus caballos o emplearlos en el tiro de sus rrozas, para lo que no tiene tiempo apenas, ..

PAGE 175

SOMBRAS ETEllNAS 8 9 1 u por el de contemplarlos, acariciarlos y en searlos a sus amigos. ''Dice que el automvil es 1m gran pro greso, til, pero que el. caballo es el mejor conductor del hombre y ms que cabalga dura un amigo. ''El jefe de sus cuadras es un negro viejo, gran experto en caballeras, que l{r. Bates tiene en mucha estima v a las .. denes de .. ste tina cuaclrilla de palafreneros. '' Departo algunas veces cuando voy al, Central con este jefe y patrn extraordina rio y con su m11jer excntrica y algtn1as ve ces, por incidente, hemos hablado de po ltica. '' En la ltima ocasin, comentando la cada de Estrada Palma y el estadt) actual 1 del pas, me dijo: ,,. Amigo don Julin, siembre ca.a y hagainos azcar. Cuba es como su colonia. La prosperidad de la colonia depende de mis mquinas y la del ingenio de los sembrado res. Si usted no siembra bien )-r destruye el campo, yo busco mayoral que lo sustitu,ya o lo sustituyo yo mismo. El trapiche de Cuba est en Washington. Que los cubanos siem bren bien y no tendrn sustituto. '' T, que eres filsofo, Ricardo, piensa en esto y escribe e ilumina a los nuestros que estn en las sombras y lo necesitan. ''Tuyo: 'JU I.1I..."'T.

PAGE 176

... ,,. 190 '' P. S. No abandones las pesquisas sobre la familia del capitn Fuentes. Interesa a Toms en ellas, qui es activo y sagaz y est en contacto con homb1~es del pueblo, sus operarios, que conocen los pliegues ocultos de la ciudad. '' < .. ' .: . ': : ~: .,i;: .. .

PAGE 177

XIX DISCIPULO Y MAESTRO -Observo, don Ric::irdo, demasiada quie tud en su despacho: no haba nadie en la antesala cuando entr. ;; Usted solitario t me asombra! En otro tiempo, en aquellos. de la propaganda autonomista, cuando yo practieaba con usted, se acuerda! su bi blioteca era una oficina pblica qu entrar y salir de gentes! y despus de los clientes que iban por sus asuntos, los polticos: tes que se ha 1~eti1 .. ado .usted de todo 1 -No, hijo mo, es que los negocios y los hombres se han retirado de m: como no estoy en las altt1ras del poder y de la influencia de los partidos, es l.gico. Pero usted es influyente siempre; 6 quin no le respeta t quin no le admira
PAGE 178

192 RAIMUNDO CABRERA ,. negocios de ahora, e~ las concesiones y con tratas, en las g1~andes empresas financieras que se conciertan con los que gobiernan, en el reparto de bonos, acciones, en todo eso que en la colonia espaola se llamaba man ganilla y la burocracia cubana llama aho ra chi,vo por m, me contento con mante ne1ine en mi fragua antigua y modesta, aten diendo a los clientes que an me consultan y confan sus intereses y cuidando de mi patrimonio .. -Pe1~0 no est usted rico! -i Rico f s, en c11anto yo deseo: vivo con holgura como ves; mis bienes aumentan en valor y p1 .. oduccin en proporcin al aumen to de la I 1 iqueza del J)as; estoy acomodado, educo a mi hijo Joaqun, que con lo que yo le deje y con s11s facultades se bastar a s n1ismo, y estoy satisfecho. -Es que incur1'e usted, como Toms, en el error de no hacer poltica : si la hicieran otro gallo les cantara. -i A qu llamas t hacer poltica! -A incribirse en los clubs o fundar alguno; figu1ar en las asambleas de sus di~ rectivas, asistir a los m.tines; hablar en ellos, alternar con las masas, intervenir en las candidaturas para cargos electivos; ele gir a los candidatos, serlo uno mismo; figu..;. rar en el gobierno, y en suma, cuidar de no ser preterido e imponerse. Sobre todo es tar al lado del que se quiera que sea el jefe y el elegido para que en la hora del repar' .,. . :

PAGE 179

. S011BJL\8 ETERNAS 193 to.de beneficios se tenga la mano en la masa como quien dice. -Es muy agitada esa 1 poltiea que t ha ces, co11 xito por lo que he visto; pero no es la ma. Y o s ha.go poltica, a mi modo. La hago siemp1 9 e, a todas ho1as, en casa y fuera de ella. Apoyo al gobie1no consti.. tudo, ilustro a la opinin con mis escritos. Estudio casi todas las cuestiones de inters pblico. i No lees mis artculos en algunos peridicos serios y en las revistas 7 Siem pre los firmo. ..t\hora acabo de combatir la creacin. de la lotera que es inmoral y una reve1sin al pasado, una iI1consecuencia de. los liberales. Tambin combat la dacin de terrenos e impuestos del Estado a Una compaa, c.uyos fundadores se han enri~ quecido de improviso. -Si, lo s : se hapuesto usted frente a to~ dos, a uno y a otro partido que ha11 hecho eso. -le pongo stSlo con la causa de mi pue blo y al lado de la .. justic,ia. -C1--eo que usted y Toms se equivocan~ La poltica hay que tomarla como lo que es: como un negocio. Y los principios 't Los principios son inmutables,. no pier den por eso; por el contrario se robustecen~ Los cubanos despus de sus revoluciones _quedaron pobres. Es necesario que haya cubanos ricos y el camino y la manera de que los haya pronto es la poltica. Los que ... \' . ': ...... . . .. ' . : . ~' .. ,, .. . .... :.. . . ". .. f/:{ ... :.:.:.:. .: .... ::::::;.. ..

PAGE 180

..... ' 194 suban al gobie1-no delJen. em~iquecerse. As habr luego familias conservado1 .. as po1--que la l"iqueza las fo1-n1a y sern el sostn de las instituciones. El mejo1,. jefe se1-el que se en1~iquezca ms y haga que se enriquez can a su vez los que lo sostienen. -i De qu te1{to sacaste esas enseanzas, -De la Historia y de la experiencia. i C1~ee usted ql1e clesp11s de estudiar ocho o diez aos en la Universidad puede 1_rn pro f eso1'l l1ace1~ f 01 .. tuna en ot1~os doce o veinte t La carrera l)Oltica es ms breve. En el 110der favo1,,ece usted a. los industriales, a las emp1,.esas, )articipa de sus p11.vilegios y provechos y }J1,.osJe1~a con ellos. -Veo Gt1stavo q11e tienes talento pa1--a def ende1 1 tu prctica, creas una teora t1'litica q11e consi.de1~0 no solamente e1~r nea sino inmoral y funesta; pero despus de todo esto, a qu has venido, ta conver ti1~n1e, Son tan 1~a1'la.s tus visitas l No te vea desde la nocl1e de tus bodas ; cuando voy a casa de Tom.s y Su11ta, nunca te en cuent1~0 con ellos. -Es que 110 tengo tiempo : la Cma1~a, los negocios, las asa111bleas, los banquetes, y luego, los amigos, la mujer, los salones; pero nunca los olvido a ustedes, a mis pa dres y a usted q11e es pa1-.a m como ellos. Te echan mucho de menos: la pobre Sunta, que se desvela poi-ti, se queja de tu alejamiento ... -Se queja de vicio; i por qu no va ella

PAGE 181

~. SOMBB..48 ETERNAS 195 .. a casa 'i no es culpa que tenga p1--edis posiein con mi familia poltica: Sofa la 1ecibi1a con los brazos abiertos; no va a verla porque ella no la visita. Puede us ted creer que mi madre no ha ido tma sola vez a saludar a mi st1egra -Sunta no est buena 1, no lo sabes~; no va a ninguna pa1--te, sien1p1 .. e encerrada en s11 casita, cuidando a Toms, y ms cuida da ella por l que la vene1a; pero los dos hablando siemp1le de ti con cario. -Ir a verlos maana co11 Sofa. Se lo Jlrom,eto: ahora djeme decirle a lo q11e he venido.. Usted sabe que mi suegro es con dueo del Ingenio Piales; lo tiene en so ciedad con do11 To1~cuato del Pazo; am'bos t1atan de venderlo en un g1~an precio a m1 si11dicato extranjero ; l)ero hay una porcin
PAGE 182

196 RAI:M.UNDO CABRERA s donde est hoy la mulata .Juana: cuando. volv de la emigracin no la hall en la Ha bana, la he procurado intilmente. .... Lo s, replic Gustavo, tambin lo hemos hecho nosotros, mi amigo, el abogado Cayeta.no hizo las pesquisas en vano; pero no consta su muerte y acaso viva; en el pro ceso est la escritura de poder que otorg a usted. Don Cayetano dice que usted puede ejercerlo y eso bastara. -i Cmo~ pregunt .. Ricardo, echando sobre su antiguo discpulo una mirada in quisitiva. -Por una transaccin o un allanamiento de usted, que ratificara como apoderado:. usted recibira el precio en dinero y accio nes de la porcin de Juana y cobrara bien su honorario; as tpdo estara hecho; si ella resucita y apa1ece le da usted su porcin en efectivo y si no, usted se beneficia. Rica1~do se puso de pie, coloc suavemen te la mano en el homb1~0 de Gustavo y con tono severo y fin:rie le dijo: -Gustavo! hijo mo! Cmo has cambia do, y cmo ha disminudo el aprecio que de bieras tener por tu viejo maestro y amig-0; no me ofende tu proposicin porque est en la atmsf e1~a de estos tiempos en que predo min.an el afn de prontas y fciles rique zas, el concepto de las ganancias y no el del carcter de los individuos; pero, la oferta v'iniendo de ti, de mi antiguo discpulo, me lastim.a. ,.

PAGE 183

., .:;. SOMBRAS ETERNAS 197 -, Por qu Y.-preg1mt atnito el joven. -Porque los bienes de Juana no son mos y yo no puedo disponer de ellos. Si ,ella viviera me at6rizara o no para eje1 cer su dominio. Si ha muerto, ser de sus herederos o del Estado. T que eres ahora uno de nuestros ms sagaces y activos hom bres pblicos no te das cuenta del error en ,que conmigo has incurrido! -No lo veo: tiene usted una moral demasiado absoluta. -No tengo la de tu suegro y tus actuales amigos que ahora te inspiran. Ve, Gus tavo, ve y di al Marqus de Piales, que to .dava en esta poca republicana hace gala .de su ttulo nobiliario, que hace aos vino a mi despacho con semejante e:comienda, .a pagar mi ambicin si yo la tena.a cambio de esos terrenos que no son suyos, no a rea lizar liD acto de justicia; ve y dile que ahora como entonces, a ti, a su hijo poltico, el hijo de mis mejo1~es ami.gos, respondo con la negativa: la de nn abogado ntegro. Hay algo que vale ms que el oro, Gustavo: el deber y la conciencia tranquila. ' ....

PAGE 184

<. XX LA ALBINA Los cuarenta meses de la prnne1*a Inter vencin americana fue1~on de prueba para el coche1~0 Juan en trabajos dia1~ios y cons tantes, empleado en el c1ridado de la gana de1"a dedicada a los trabajos de construc cin del campamento de Col1imbia y sanea miento de 1\Ia1 1 ianao. De conductor de ca1,.ros cargados de ma teriales asisti a la. apertu1a y terrapln de la nueva calzada de Columbia y en esas y otras obras que ca1"acteriza1on aquel pe1-odo de tranf ormacin lle una ciudad inmunda, arbiga, en poblacin sana y lim pia, se gan y afi1w. la estimacin de su jefe y protecto1~ Mi~. Bates, el cerebro y b1~azo eject1tor de tales prodigios. Pe1, so bre t'do, haba cambiado y mejorado su sistema de vida. Se sinti f el:iz en la estre cha casita de los Quemados, donde su vida, hasta entonces nmada y solitaria, hall los encantos del hogar y de la :familia. . . .... ,.. . <:: :: -~; . .. .. : : ..... :. ... :

PAGE 185

' 200 BAIMUNDO OABBEBA Al regresa~ cansado a casa, la mulata so lcita le tena preparado el refrigerio, la eomitia sazonada, el lecho limpio, mullido, y sobre todo deleitaban su espritu las ca rreras y monadas de la pobre reconcentra. dita, que creca paliducha, endeble, con la blancura de la tez sombreada an por el. tinte amarillento que trazaron con huellas indelebles las miserias de la lactancia, pero en cuyo rostro flco brillaban unos ojos azu les, claros, de mirada inteligente y lmpida. Todo el sentimentalismo que el, buen co che1--o cif1~ du1~ante veinte aos en el nico . compa,ero de su vida, Gayao, se centuplic en el cuidado de la criatura que le confi an tes de mori1~ la pobie madre q11e recogiera exnime en las calles de la Habana por un imp1tlso de su co1~azn tierno y compaSIVO. Jur guardarla y defender su existencia mi.entra.s viviese, y ahora esa nia era su amor, su tesoro, su vida,. algo ,~e lo que le ~ra imposible desprenderse. Velaba su sue o, sus pasos, le afliga su llanto y le alegraba su risa.. -Se ama al perro, al caballo que se cra, -deca hablando sob1'e ella a la mulata; cmo no se ha de amar a esta inocente qite -.a crecido a nuestro lado, que vive por uno y que vive uno por ella, . -T no la quieres tanto como yo, responda Juna con frase corta y expresiva: rompiendo :su_ ;inveterado silencio. . .. . ".}.. . . . . .. ... ;; .. . .::, .
PAGE 186

' ~.~ .~ ,. SOMBRAS ETE.BN.t\S 201 .... -Los dos la que1emos, contestaba l;.. t como matlre, lo has sido; yo como padre o ,eomo abuelo; pero, t t11viste hijos; yo no :hetenido a nadie en la tierra; t has que rido a otros y yo no l1e querido ms que a esta huerfanita. Bendita sea! 111t1rmu1aba ella_ enju~ gn.dose una lgrirna como si la amargasen los recuerdos de sus desdichas.;~, E.h t i V as a afligirte t' digo eso porq,1e ;es as; yo no he tenido familia en el ml1n ,do; me trajeron del A.frica en un barco euando e1~a un chiqt1itn; ni siquiera me acuerdo de mi tier1'a; trabaj en el campo muchos aos, duro, muy duro y no s cmo fu bueno. Luego ttt"'le ainos benignos y ,cuando fu libre no tuve ms !tmjgo que mi caballo; ya lo ves. Dios me ha dado este -consuelo ; el da en ql1e te recog casi muerta ,en las calles con la seora At1rortt 'j" este angelito, no hice ms que ganar tanta di eha; tenerlas a ustedes, tener.la a ella! V amos! no llores ms que los dos seguire-, mos querindola igualn1ente.. La nia entraba entonces y saltaba del uno al otro. cubrindolos de besos; llaman do fi1tatr1~ita a la mulata y papito a J'uan. Ese :nombre llenaba de regocijo al buen negro~ Un da Mr. Bates le dijo: ~-Juan, estoy tan satisfecho de usted que ,quiero proponerle otro negocio. La Inter vencin va a cesal' y yo me retiro del ~ito. Podr se1 11 que lo dejen a usted en su ~.... \ ',:.

PAGE 187

202 RAIMUNDO CABRERA empleo. V O).,. a establece1'111e en el campo. He comp1--ado ltna finca lejos de aqu .. 1, Quiere usted ir a ella a seguir trabajando con n1igo Tendr all ta1nbin una casita en que vivir y un buen sueldo. El cocl1ero acept regocijado. La mula ta le sigui co11tenta. i A dnde habra de ir ella sin J ua.n, que er~a su padre, y sin Ro sala, la. niita, que era su nico anhelo I Los trabajos en el campo fueron ms sua. ves. lVlr. Bates se estableci como hombre ya rico. En el amplio batey de lma extensa plantacin de naranjos y en gran parte de dicada tan1bin al cultivo cubierto del ta baco, tena1 un cmodo chalet para su residencia temporera y al fondo de la arbo-: leda y a distancia, ot1 .. a graciosa construc cin dedicada a cocl1e1~a y establo. M1. Bates y su esposa,, sob1~e todo l, tenan aficin especial por los cabal.los. Era su place1 .. y su I11jo tener hermosas parejas para el .. tiro y piezas selectas para la monta y ostentar "en sus peseb1,.es los tipos ms arrogantes y., perfectos. El ca.prichoso yanqui pudo apre:-),(' ciar en los trabajos anteriores dsel negTo co:.''''" chero, el exquisito c11idado, mansedumbre y expe1 .. iencia q11e desplegaba en las caballe~ .... ,' ras. Le confi la di1~eccin de sus establos " . y le di ce1"ca de ellos, a ms del sueldo, una .. .. casita de madera para su residencia y Ia .. de ,~ sus f ami.liares con un cercado para jardn, : 7 que el cuidado de la mulata, em'belleQi ,f' -.,. pronto con l"'osales y enredaderas. . .:, .: I' .

PAGE 188

SOMBRAS ETEJL.V.AS 208-Esa chiquitina que ltsted tiene tan del gaducha, engorda1~ aqu;-le dijo un da la seora de Bates; -est muy plida, pero es blanca como un lirio. i Die.e usted que es su nieta, Juan! .. S, seora, contest(S l 1esueltamente,. es mi nieta. -Pero, t cmo siendo usted negro y la madre mestiza T -Es que es albina, l'epuso sin pestaear., La americana pa1 .. a, no insistir en sus pre guntas, i.nquiri de st1 marido el significa do de la palabra; y como l se eneogitS de hombros por no ilnpo1tarle ms que la bon dad de su caballe1~icero, le mostr el diceio~ nario para que averigua1~a que albina que-. ra decir, hija de 1nestiza y de blanco. .Ah! I--'a paliibra era un gi'jan recu1~so para el viejo cochero. En su corazn gene roso, e11 el que haba ge1illinado, crecido y arraigado un a1nor intenso, prof,mdo por Rosala, surgi paralelo, con igual intensi. dad, un sentimiento egosta_ .Ll\.quella )ii;\ era suya, la haba librado del abandono, el hambre y la miseria; la haba acogido y re cibido con 1m juramento: cuidarla J.,. libra.:rla enemigos para l desconocidos. Aho : ra, que estaba salvada, que viva ignorante -del pasad~, satisfecha de su presente, te : nindolos por padres y sin preocupaciones ; por :el futuro, no quera desprende1-se de ~ella, que nadie supiese su origen y que por ningn motivo se la disputasen.

PAGE 189

'204 RAIHUNDO CABRERA Si dijera por qu y cmo estaba a su lado tal vez alguien vendra eon otros derechos a recogerla. E1--a su nieta, nada ms que .. su nieta, hija de Juana, que tampoco tena en, el mundo ms ambicin que estar con J y con ella. Aquellos papeles que la seora Aurora l dej para justificar cuando fuera posible .la :filiacin de la nia, l los haba examinado. un da y no entendi ms que los que se re. fe ran a su nacimiento ; los otros estaban -:: escritos e impresos en idioma extranjera~ ,::, liejor era no entenderlos. I .. os guard de nuevo con absoluta reser va, sin tocarlos ms, para que el secreto fue ra slo suyTo, y que Rosala siempre le per teneciese. La m11lata participaba de estos temores ,Y sentimientos. Interr111npiendo su mutis~ mo habitl1al qlte aada a su aspecto cierto sello de imbecilidad o las seales de anti~ guos y acendrados sufrimientos, en ocasio nes en que Juan hablaba de la posibilidad de que apareciesen los parientes ricos de Rosa..... la y se la quitasen, lanzaba frases como sta: --Somos su familia, nadie ms que nos otros la quie1'e. Hoy somos dichosos porque t eres muy bueno y ella lo es con nos otros. Qu puede ser rica Y que no qui~ ra serlo! Porque quise ser rica con mi ma~ rido, l muri, murieron mis hijos y estoy yo en la. pobreza. ' . ., . .

PAGE 190

;~: .,, ,: SOMBRAS ETERNAS Juan aceptaba esta moral como infalible ... Si era egosta o generosa quin podra de cidirlo! As corrieron los aos tranq11ilos en la ea-, sita limpia del caballericero y de la mulata~ creciendo a su lado al calor de los afectos,_ -1 par de los rosales y las enredaderas del jardipcito, la ms cara flor de sus cuida,dos, Rosala, la albi1ia, la endeble reconcentra dita. ' ., ,, ' ., :;;

PAGE 191

XXI LOS AGRJ;. VIOS DE SUNTA No, no e1,,a un a1Jas.ionaclo ).,. vulgar egos mo n1aterno lo qt1e obsesionalJa a. Sunta. ''roda Sll existencia halJa sido 1111a I11cha ab negada por el bie11 del hijo. Pe1.,o en que vivi1ia apegado a ella sin que le faltase jams el calo1-de su estimacin y .afecto. Que l1alJ1~a ele llega1* la l101~a en que ama1~a. a tma n1uje1\ -:,r siguienclo la ley humana de la creacin"' se. casase 6 ? Bien. r1 1 1aera a ,{ s11 la.do a ot1a I1i;ja, ensan.cbanclo 1~ esfe1a c1el ca1 .. io v las dicl1as. La Rev0l1cin que se lo arrebat, le d:i la esperanza de que er1 l.a ausencia y en los ,ardo1es de la luGha, ol,11da1~a su prin1er amor de 11io ; po1q11e 110 era S<)fa~ la hija de doa Lola, por lintla ql1e fuese, la 11uera qt1e soaba, pa1 .. a l. E11t1e ellos puso la altivez y .:1critucl de la sobe1~bia Marquesa ~un allis11~1l1; descle a

PAGE 192

' .. 208 R.:\I:MUNDO CABRERA Gustavo y a1'roj entre los inocentes aman tes, como 111tado de lodo, el secreto de su .. ,~ida. Ese ftt el pri.mer ag1~a,io, hoJ!:do, p1 11 ofundo, imbor1~able. No haba guardado ese secreto con el temor constante de que la, empeque.eciese a los ojos de su vstago ni 1~edimido su fa.lta con labor austera, con remordimiento constante, con la virtud y ahnegacin ms gi .. andes para que aquella ma. la 1nad1 1 e intentase desviar las inclinaciones~ de s11 11i .. ja, n1ost1ndole el}~eshonor oculto de la p1 .. esunta mad1ie poltica. Per'o, en fi.n, ese agravio poda habe1'1,e desva,necido. Entonces era Gustavo un pobre estudiante, oscuro, hijo de 11na humilde : costurera ; pero al1ora que estaba aceptado Y:*,; ..,i agasajado porque e,i sus campaas guerre~ : ras conquist l mismo por sus proezas nombre, jera1--qua militar, popularidad y brillo y en el nuevo estado l)Oltico del pas tena. puesto promlnente, inflt1jo, accin y pres tigio, por qu aquella aristcrata presuntuosa. mante11a un.a repulsin visible hacia e.lla y hacia Toms, los padres amantes ) .... verdaderos del hon1bre que adnrlta coillo yerno~ A la penetracin y sensibilidad de S11nta no esca1)aban las seales que marcan en hechos a)arentemente i11significante.s la desunin de las fa,milias. El primer rasg1.mo lastimoso haba sido la omisin del requisito fo que las con veniencias sociales y las costumbres han ,..

PAGE 193

SOMBRAS ETERNAS 209 sancionado, de la peticin de la mano de Sofa por el padre del prometido. Es que Gustavo estaba solo en el 1nunclo i No llevaba el nombre de su padre adop tivo Y No lo saba ella., doa Lola, que co noca el secreto de su nacimiento y por l lo rechaz al principio y ahora vea en los ,apeles pblicos su apellido 'f Ni Gustavo con su juventud, abstrado en una existencia bulliciosa y en los alicientes de la boda, ni Toms, de _carcte1" natural mente despre()cupado y extrao a las 1ninu eias de las conveniencias sociales, die1~on im.. i~ortancia a este detalle ; pero ella no pudo dejarlo desa1)ercibido; las mad1 .. es de los que se casan son las ms cuidadosas de esos re quisitos y en su sentir, doa L-ola i11tencio nalmente lo haba omitido. Dab
PAGE 194

:, 210 RAIMUNDO CABRERA Gustavo slo les haba anunciado 'e invi tado pa.1~a la ceremonia. No es que ella de~ sease asistir y figurar; no, en aquel templo tle la Merced, elegido con prefe1~encia por la a1istoc1,.acia 1~e1Jublicana de nuestros das para la celebracin teatral y ostentosa, ante un pblico nutrido, de las ceremonias nup ciales, tan sencillas y silenciosas en pocas remotas, Sunta no se hubiera sentido bien. Cutas mi1adas de antiguas parroquianas se habran fijado en ella sealndola y repi t;iendo su nombre de taller: Madame Rosa1~io, la madre del novio, del General! Pensaba con razn que eso mismo que ella no deseaba en su modestia, era lo que preci samente no quera doa Lola al omitirla. L11ego, la eleccin de padrinos de la boda. Ella y Toms tambin fueron exeludos. Todo concertado y arreglado en la calle de Tejadillo sin dar lugar a ninguna designacin y preemi.encia a su hijo, de tales deta lles siempre i~advertido. Y lo ms doloroso para su co1azn e1a que los l{arqueses lo acaparasen del todo, llevndose a Gustavo y a Sofa a vivir con ellos, lejos del nido qt1e les haba preparado en su casa, const1--uda con el afn de que la iluminase y diese calor y dicha la presencia de su hijo. La serie de agravios no segaro:n la delica deza y sensibilidad de Sunta; no tuvo repro ches par Gustavo; le llam, fu a verle a ... . ..

PAGE 195

> SOMBRAS ETERNAS 211 .. :su c11arto de solte1~0 y le p1~epar con solicitud el ajua1,. d~ novio. -Los hombres, le deca, ... ---no se ocupan bien de estas cosas. Para eso servimos las mujeres y sobre todo las madres. El hom bre que se casa debe lleva1 su vestuario com pleto, a1'reglado, de modo que lo acredite ,de pulcro y metdico. Y a se1 .. la ltima vez que cuide de tus ropas: en lo adelante .lo har tu mujercita. En otro sentido se expres con Toms, su marido: ... ~migo nrlo, le dijo, hay que llevar un lindo regalo de boda a Sofa. Hacer todo lo que podamos en nuestra modesta posi cin: no va.a ser,nt1estra hija 7 Que empie ee a conocer nuestro cario. -Se lo llevaremos los dos, verdad eontest l complaciente. -No, dijo ella estremecindose a la itlea ele ir a pisar los umbrales de la casa de {loa Lola en aquella inolvidable calle de Tejadi, llo; se lo mandaremos con 11na ca1 .. tita eariosa: ya i1~emos a verla despus, o ven -dr ella. La joya valiosa, ms que por las piechas .Y el mrito artstico, por el af eeto con que ft1 ofrecida, y la carta expresiva, tuvieron por nica respuesta las graci~ trasmitidas verbalmente por conducto de GUStavo, que .agreg de su cuenta: . . Es t1n collar muy lindo, po.r qu hicieron ~se gasto f

PAGE 196

212 RAIKUNDO CABRERA La noche de las bodas, S11nta, que excus su ausencia por enferma, se qued en casa llorando; llor amargamente n1i.entras To ms asisti con Ricardo y Mercedes a la ti.es~ ta nulcial conf11ndido e ignorado entre la. muchedun1bre que llenaba los escaos del templo. A su vuelta refiri la suntuosidad de aquella ceremonia, a que haba concurrido todo el grJan mundo habanero, en que la no via arranc ml1rn1ullos de admiracin por Sll belleza y el lujo de su traje, y en que Gus tavo pareci radiante de gozo y satisfecho. Qt1e sea feliz, Dios mo! nn1rn1ur Su11ta con el ervo1' de una l)legaria, arrancada con 11n sollozo del fondo de su pecho." Algunas semanas despus, los recin casados vinieron a hace1~1e la visita de novios. Sunta tuvo un estremecimiento de dicha: i: e~ustavo estuvo jovial, ca1ioso, alegre; Sofa loc11a.z J. ex1)1esiva. .i"'nbos jvenes 1~e velaban e11 sus f1-.ases y gestos la dicha in genua y com1micativa de los das de lima. de miel. Sofa traa puesto el collar de per~ las que los suegros le haban regalado: lo mostr ella misma con un gesto y una sonrisa amables. Fu una atencin que le agradeci IJI~ofundamente. La conversacin se cruz rpida, efusiva, agradable. Sunta sinti entonces su co1 .. azn inundado de sim pata y ternura hacia aquella joven fresca. y, linda, objeto (lel cario de su hijo: 1ma sonrisa de la nuer~a disip en un momento

PAGE 197

SOMBRAS ETERNAS 213 todas s11s prevenciones. Le ense la casa y el departamento que haba preparado en ella para Gustavo soltero y para cuando se casase. Qu bonito! dijo Sofa. ---Vengan a pasar una o dos semanas en :l, exclam ansiosa S11nta. Imposible repuso la nuera desper tando de nuevo el recelo de S11nta; mam no me dejara, quiere que estemos siempre eon ella. -Y o he dicho a Sofa, inter1111npi Gustavo,que venga a verte cuando quiera: yo apenas tengo tiempo para visitar: con meterse en su automvil y venir sola, est hecho. -Si, si, ven muchas veces, y trelo a l tambin siempre que puedas; me harn di chosa vindolos. -Por m, agregp Sofa, voy a volver muy pronto, la necesito : en mi habilitacin para la boda me trajeron de Pars dos som breros muy monos, pero me estn mal, hay que componerlos y quiero estrenarlos. Cuando supo mam que tenamos que venir ac, me dijo! -Aprovecha, ve hoy mismo, Sofa: vale los sombreros a la madre de Gustavo; tiene \1n arte especial para ellos, ella te los arreglar como nadie; fu una gran som brerera. Y mire usted, ah los traje en el automvil; quiere que se los deje 'f ,.

PAGE 198

. . .. .. .. ;,,:. ''> . ._:.~ . . .. -Si, si, djamelos, respondi ... Sunta~ dando. a la frase un tono comjiaciente y sin..:. tiendo:otra vez el agravio en su seno. Su n11era no vino a,_ visitarl'1 espontnea.. mente; la t1 .. aa11 los sombreros. Doa Lola, tan desatenta ha.sta entonces, no haba in sinuado a su hija n1s que; la conveniencia de i1,. a aprovechar los servici9s de la grari modista. iNo por es() dej de ar1--eglarlos con su arte exquisito y enviarlos prontamente a Sofa. Pero los jvenes esposos no menudearon las ,isitas. Largos meses transcur1 .. ieron aguardndolos en vano Slmta y lamentando en la soledad su ausencia y despego, mien tras lea en las crnicas sociales qu~ estaban brillando en todas las fiestas, en 1~ teatros, en las reuniones, en los clubs, en los asaltos fa.1niliar'es y deslumbrando Sofa con la ri queza de sus trajes y joyas. Un da al regresar Toms de su oficina, le dijo: -He hallado a Gustavo en la calle; cru zamos dos palabras. Sigue engolfado en la poltica y los negocios; se excusa por eso de no ve1~nos. Me ha dicho que Sofa est con fiebre, delicada, que vayamos a verla; no te parece que debemos ir a visitarla, N11n.ca hemos ido. -Iremos dijo Sunta, con el temor de que su negativa produjese preocupacin en su compaero y sobre todo el de ,contrariar a Gustavo. ' . .. ... . :!

PAGE 199

... ,o; I SOMBRAS ETERNAS 215 V enciendo su propia resistencia ~ fu: con paso trmulo volvi a pisar los umbrales de la casa de ~ la calle de Tejadillo: la emo cin agitaba sn seno. t Gustavo estaba entonces en el club. Don Claudio recibi afablemente a Toms y en la antesala le entretuvo en pltica ligera sobre los sucesos corrientes. Doa Lola con ceremoniosa cortesa atendi a S1rnta y la condujo al lado de Sofa, que era presa de una fiebre t pasajera. El c11mplido estaba hecho y Sunta se despidi de la enferma. Al salir ~ de la habitacin, Doa Lola con cierta petulancia dij o : -Reco:;dar usted esta casa, a11nque est muy camoiada: mire el primer patio, es un jardincito: all estaba mi habitaci~; venga, a la entrada del segundo patio, a la izquier da, est ahora el bao de Sofa, en el mismo sitio donde estuvo el cuarto en que usted vivi . Cuntas cosas han pasado desde que usted lo dej vaco! Sunta experiment 11na especie de vrtigo, mir a doa Lola con fijeza, con ansia de devolverle el agravio; se despidi y sali con Toms silenciosa, triste, sin comunicarle su pena; pero con el propsito de no volver ms n11nca. Si Sofa no sufra ningn mal grave, ella era la que se senta enferma. Doa Lola que le haba quitado su hijo no d~perdici la ocasin de recordarle el pasado, su deshonor y desdicha. 1 \ ,/ .. ..

PAGE 200

E XXII f > EL CUARTO PODER Lleg mi hora! exclamaba triunfal mente don Cayetano al cabo de 11n largo so liloquio en el que repas todos los acciden tes de su vida intrigante y batallosa, an no coronada por 11n xito positivo. Desde que sali de Madrid joven, pobre, ambicioso, a desempear un puesto en la ad ministracin de Cuba, como base para ha cerse nombre y fortuna i qu haba logrado! Los chanchullos de aquella poca no le en1i quecieron. Los caciques protectores, como don Torcuato, que le pusieron al frente de 11n bufete para explot:tr su locuacidad, des/ preocupacin y habilidades: qu le deja ron!; ganancias limitadas cons11midas en las apariencias necesarias de la vida pblica, sin contar con los excesos de ostentacin y los vicios. Sus desplantes tribunicios cuan do haca campaas electorales contra los au tonoinistas y en pro del integrismo, sus ar.. !r i: ._.

PAGE 201

218 R ... .\.IMUNDO CABBEBA tculos desaforadQs co11 expresiones turbu lentas en los peridicos para popularizarse entre s11s comp1ovincianos los peninsulares y te11er el favoi .. del Gobierno; sus arti1naas. y violencias electo1ales i qu le dieron 1 : un. acta de Diputado de duracin efmera que ni siquiera pudo llega1~ a ostentar entre sus antigi1os conte1~tulios y co-aspirantes a em pleos ultramarinos de la Puerta del Sol y del caf de Fo1~nos, en :A{adrid. ''La revolucin de los cubiches'' como la. llaniaba cori tono depresivo, en 1895 inte r1~pi su car1--era de manera harto imprevista. La realidad le impuso cambios de opinin y de conducta sucesivos. Del puro y 1abioso i12,tegris'J1110 pas al hipcrita y convencional reformismo; de ste al auto nomismo neto, y en cada cambio de actitud y de orator'ia f1~acas su intriga. La f or tuna todava no se haba sentado tranqttlla. y firme a su lado 1Ja1~a p1--otegerle y conser. va1le permanentemente sus favores; esa diosa esquiva slo le concedi las prodigali~ dades clandestinas de la aristcrata do.a. .. Lola, vieja estlida y presuntuosa de sen~ les apetitos. Este lazo misterioso que 'la hipocresa de, ambos supo librar de los recelos de ,don Claudio, vena a ser, al cabo, el hilo conduc tor de sus nuevas maquinaciones. Y a ha. ban prosperado sus procedimientos para poner un puente entre el pasado y el presente polticos, entre la situacin colonial y .. ... . ,~'. .... : : .. ', .:; ..,.:. ...... ':i... .. . . :

PAGE 202

SOMBRAS ETEBN'AS 219 la Revolucin, haciendo puntales de l los an1ores 4~ Gustavo y Sofa. Se gan el afecto del joven y p1estigioso Gene1*al, ha lagando su orgtillo, acercndolo al objeto de su primer cario juvenil, 1enovando su pa sin con el contacto y allanndole el eami i10 de la conquista sin n1s escollo a vencer, 3'-a que a don Cla11dio slo haba que incitarle con los atractivos de la avaricia, qlt la re sistencia orgullosa de su querida. Los acontecimientos se desenvolvieron a medida de sus deseos. En la. transformacin poltiea que an1enazaba condenarlo y prete rirlo, estaba absuelto, m.s q11e esto, admi tido. Si en ella necesitaba 11roteccin, tena ya un, protector que l haba protegido. El ne gocio de la paga del ejrcito fu un anillo entre el General libertador despreocupad<> y ambicioso y el in.tegrista rapaz arrepentido .. La boda de Gustavo y Sofa era el contube1~nio definitivo con los Piales y aho1"a el 1e.. greso de don Torcuato con sus riquezas y los mi.smos afanes de lucro y b1-illo, le ponan, ; ; a en mejores condiciop.es que en los anti~~,~~;;~~/ ~. ;: .. ... guos tiemI)OS }Jara semb1~a.r con. xito e11 terreno prolfico. No se descuidara de nltevo ni lo cogeran desprevenido otros acont-ecimientos i.m.previstos. Ya no era jovenci~o: los cuarenta aos le daban experiencia y bros. Era preciso ser otra vez notorio, inflll~-. -:~ .t .: ........ . . . . ::.... .. . . ~,;: . . .,

PAGE 203

' > 220 RAIMUNDO CABRERA yente, fuerte y sob1~e todo rico, rico, muy 1co. ,,, :';: ... t\.cababa de Cltajar el gran proyecto, el defini1:ivo. Su esfe1 1 a de accin deba ser el . J)eriodis1no. Tener 1m diario poltico, suyo, escrito y 1~edactado por propia inspiracin, rg"ano apa1 11 ente de un Partido, que con este ascendj.ente clavase bien las piedras ya alla nadas en el camino de sus ascensos. El plan de l.a publicacin entusiasm .al Gene1~a1 Gustavc>; a nadie interesaba ms tener un 1 gano de combate sl1miso para los fines polticos; a don Claudio desde lue go le cc)nvena, as como a don Torcuato, ctuien bajo la p1~e1nisa de que el peridi C(l deber~a sostener los fueros de la raza, el iclioma y la religin catlica como pie dras 111iliares de la nueva Repblica y soll1e todo ser ,.gano annimo, incondiciona.l, de los asuntos financie1'ios del grt1po, aport eon aqullos las p1 .. i1neras acciones suscritas. En la socied.ad anni1na que al efecto cons tituyeron, Cayetano a fue1~ de listo se asign los deberes y franquicias de Director y el 11me1 de accio11es en recompensa de su IJroyecto y agencia suficientes para disponer eon Gustavo de la mayora de votos en las Juntas de ~t\.ccionistas, esto es, el exclusivo do1ninio. Un bue11 peridico poltico hbilmente manejado p1l\onto recoge sus notas y cancela sus deudas. El Gobierno y las empresas fi. nancie1~as privilegiadas pagan ampliamente

PAGE 204

' .. SOMBRAS ETERNAS 221 la propaganda favorable a los medros o el silencio si conviene. En euallto al personal de rdaccin para qu estaba Gustavo en el negocio 1 para qu existan las plantillas de personal en los depar tamentos de la adm]nistrac i n de l E s tado en los que influa~ a, para qu la renta de lotera~ Los sueld-0s de los reda cto res se obtendran de esas fuentes fcilmente; el presupuesto de la Nacin tiene plie g u es vas tsj1nos para semejantes dispendios, y por algo el periodismo es un poder nacional. No todo el mundo puede disfrutar de tales beneficios; pero, periodistas excep c ional e s y tiles como l, don Cayetano, con una con ciencia poltica elstica al servicio de los poderes, de los influyentes en la admi n istra cin pblica, de los concesionarios de pri vilegios y los favorito s deban obtenerlos en toda medida. Con razn, al final de su largo soliloquio, sentado en el escritorio despus de ordenar las tiras de pruebas y el reparto de planas del pri1ner nl1mero del diario Febo, ex c la maba satisfecho y seguro de su xito. Lleg mi hora! Vea como en sueos las bovinas de papel y el plomo de las linotipias; oa el fragor de las rotativas reproduciendo diatribas y de nuestos contra los adversarios; homenajes y adulaciones a sus patronos y ainigos. Por la puerta entraba el oro a raudales ; toda em presa le pagara su tributo y de todo ne

PAGE 205

1 222 RAIMUNDO CABRERA gocio, sucio o limpio, sera partcipe. La carta de ciudadanct cubano obtenida formal mente le daba ttulos para escribir en nom bre de la Revolucin libe1 .. tadora y de sus inml1tables p1~incipios. N ade como l en salza1~a a los mrtires in.marcesibles, a los qlle die1~on ideas, sufrimientos, sangre.y vi da por la independencia. Cspedes, Agui lera, 1Ittceo, Mart, timbres de la raza in signe que descubri la Amrica, creyentes de la fe catlica, que no negaron ni en eso a los progenitores qt1e co1nbatieron. La Repblica! la soberana! Haba que extir..: par de la Constitucin el apndice Platt que la disminua, buscar en la unin ibera, fuerza y 1~esistencia para ese objetivo. En manifestaciones patriticas nadie le exce dera. Oh! Qu. gran palanca es el perio disn10 Es la mano que riega diariamente la serp.illa en los campos de la opinin y que da frut.os abundantes al que. sabe ser pe1--iodista.. Las semillas para Cayetano deban fruc tificar en dive1'Sos sentidos : sembrara la propia candidatura pa1a Representante con su apoyt) a os planes ambiciosos de Gustavo en la Cmara donde habra de compartir las ta1eas legislativas de este jefe poltico; llevara al Senado a don Claudio; realizara las aspi1"aciones de don Torcuato 1especto a sus hijos, los dos jvenes cubanos educados en Madrid, a qui~nes vocacin ingnita a los puestos,,~l~e ,g.jjtno atraa y llamaba a, la alta g s.i~i}''}t;':J~'. i~f-~t:,~:"a st t. . .. ~. ''.:/ ,~ ,~-"-iI~:>:t;.\;,.[~~1-J1-ir , 1 1 ra 1 va. : .,.;. ~:. ". . . .

PAGE 206

' SOMBRAS ETERNAS 223 El grupo sera as fuerte, invencible ; ro bustecindolo se robustecera l 1nismo. Cuba necesitaba del concurso de sus buenos servidores. El periodismo en manos de Cayetano al servicio de los ideales de la pa. tria, pondra a sus amigos, a l primero, en : la cjina del poder, la opulencia y la fortuna. Seran los rbitros en los destinos de la Re pblica. ;, Acaso no son esas las aspiraciones Y las merecidas recompensas del patrio tismo Cayetano no monologaba como iluso. Era -tipo viviente, real y prctico del modernismo JJoltico. \ i

PAGE 207

XXIII MATONISMO ' Le has visto 1 i qu tiene 1 le ha pasado algo 1 p1 11 egunt Sunta co11 ansie{lad a Toms que regi~esaba de la calle, al ab1ir la puerta y sin darle tiempo pa1'.la sentarse .. No tiene natla, nada: le he visto, le he hablado, un rasguo insjg11ifica11te y 01gu lloso y conte11to por haber he1lido de ms gravedad a su contra1'io, 1m antiguo com paero de la guerra ql1 lstima Dios mo! !lasta cundo va a tener due los ese muchacho. -No estaba en su casa: su fan1ilia. no sa ba nada; el porte1 me inform que podra hallarlo en el club ... -i Ji.Jn el club, i ta.n tem1l1a~o t -All estaba. rodeado de sus conmilito nes, los correligionarios ; una turba de n1a jaderos desocupados que pa1jece no tienen. otro oficio que el de adularle; empiezan por~ llan1ar al club l,,ltl.tb Gusta 1 vo, como si se di~

PAGE 208

. ' ::' ... . j~: .... .. .. .. . .. :.' 226 RA.I:MUNDO CABRERA jera. el club Cspedes, el club Mart; apenas me dieron paso paI'a eneont1~a1'le; entraban y salan, le felicitaban, le abrazaba.n, le acla maban c~omo a un hroe; ''ya se ha batido veinte veces'' dec.an; nosotros inquietos por la noticia del peridico esta maana so bre ese la11ce de honor y aquella gente tan risuea y entusiasniada. Dos duelos en slo un mes! qt1e horror! -Y tendr muchos ms; es base de su xito, esa es la poltica de estos tiempos. El mismo me lo ha dicho en ot1 11 a ocasin: ''al que no es guapo lo ar1,.0Ilan y el que lo es . '' p t . t s ta se nnpone .. ero, no e mqme es, un esos duelos pa1~ecen trgi:c.os sin serlo en realidad; es llll herosmo de saln que sirve para ser temido y afirmar la p1imaca entre adversa1ios y partidarios. Pensar que ha venido a ser un duelista mi hijo, aquel ser tan dulce y afable! El ansia de poder t la populachera! la ambicin! ah! l sabe lo que hace, si fuera un incl1lto, un ignorante! no; l conoce que la intrepidez, el ar1 .. ojo, el valo1 caballeresco en la apariencia, in1presiona11 a los dems, ,dan carcter, y explota todo eso. -Cualquie1-da me lo matan.. El matonismo poltico no mata a nadie, Sunta; t no lo entiendes; lo que mata es la nobleza de ideas y sentimientos, los bue nos propsitos ; si estuvieras al tanto de lo que pasa lo con1prenderas; no temas poi~ la . .,.

PAGE 209

SOMBRAS ETERNAS vida de Gustavo; vivir y realizar sus an sias de mando y grandezas; lo que debemos -sentir es que l, que fl1 'Un patriota, un re1rolucionario, 11n libertador que tuvo nobles -enseanzas, haya, descen. : .~ ..... ... . . .. .. .. >r .. ... ... ::' .. .. :;: .. }.:. >.

PAGE 210

11, y 228 .. .. . . ' :'!:~ ::' BA.IM:t.TNDO CABR--ERA lucin nos ha nega(lo; la desvirta11 sus hi-jos; se han embriagado en el poder; el man do y las riquezas, es la sola ambicin; los ambiciosos se echa.n en manos de los antiguos enemigos ricos o intrigantes o hbiles que con ellos se escudan a la vez Jr n1antene11 sus viejos baluartes y med1"'os~ Gustavo trai.. ciona sus p1 .. inci)ios, su .h.istoria. -Qu dolor para m que l sea motivo de tus ag1"Javios .. -No, an1iga n1a, si no me refiero a l solo: al tirlo, al cubano trnsfuga de s11s, ideales; pe1~0 i por qu lloras as t -Po1 .. que soy la causa de tus penas, que mj hijo no ha sabido recompensarte t porque es un ing1~ato, que amar:ga 1:u vida. -No, estando t a mi lado no 1ne amarga nada; Sunta, mi vieja, mi compaera, consula.te; tal vez Rica1--do y yo exageremos; dejen1os a ese hijo loco que luche y se desen vri1el,ra a su modo ; tal. v""eZ rectifique y aqu en nuestro 1~incn hagamos nuestra vejez tranqui.la; no hablemos ms de ello, nate, clan1e un abrazo. -Ay! murmur Sunta echndose en los. brazo~ de su marido sollozando; l no es tu hijo, pero l debi se1 bueno con10 t: nos lo quitaron, es que 1~espira una atmsfera impura entre elen1.entos malos Gustavo, ent1 .. e tanto, apur:.iba en el club. todas las delicias de la aparatosa ,11.cto1~ia., recbiendo a,1J1~etones de manos, abrazos y frases de congratulaci de sus c~afiliados .. ;,

PAGE 211

. .. .. ,. . . ,. ': ... .. \ . .~ . :' .:: .. .. SOMBRAS ETERNAS 229 Era el hombre fue1~te, el len invencible, el jefe irreemplazable. El sonrea satisfecho, .con aire de proteccin para la tmba que ser ,ra de apoJro a sus ambiciones :i" en la cual cada entusiasta contaba con su valimiento })ara encumb1 .. arse .. No falt quien hiciera traer co1)as y bo tellas, )T el 1~on se escanci abl1ndantemente .entre lJrinclis 1~epetidos de los partidar~ios .. Pelayo, el hijo mayor de don Torcuato, yt\ poltico de altltra, q11e afectaba t1n aire ve, llev 1.a palabra y e acent() mad1~ileo y 1m ceceo marcado, ensalz el valor perso nal y la alteza pat1itica de Gustavo, el in ,licto gene1--a,l 1~evoll1cio11a11-io q11e levantaba al. he1'.in1ano peninsular, formado en Cuba y 11atl1ralizado cubano, a las esferas legislati vas, JJOniendo p11ente de concordia entre los JJadres y los hijos )"" los her,.manos divididos
PAGE 212

., . ,,: .. . . ., . .. :. : . .... 230 RAIMUNDO CABRERA .,, res en los mtines pblicos, llevaba los estan dartes del club en las manifestaciones populares, cond11ca los electo1es en su automvi.l a la hora de las votaciones 1 ha.ca gala de su l1abilida,d en meter fo1,ros gran nrmero, esto es, lleva1~ votantes falsos. Para los grandes f1--audes electo1~ales, sust1accin y sustituci de boletas, falsificacin de se llos y de firmas de actas de .. escrutinio, era el agente ms res11elto, ladino y hbil. Tena una voz rotm1da y en las discusiones de las asambleas y en los colegios electorales se impona con gritos y gestos altaneros, ele vando los puos, dejando ver bajo el faldn de su levita, la gruesa culata de un revlver S111itl1 de gran calibre o sacndolo de la funda y esg1 .. imindolo amenazante. Si al guno quiso recordar cuando vociferaba sobre su pa,triotisn10, que fu capitn de mili cias es1)aolas del Batalln de Pando, du. rante el bloqueo de la Habana poi' la escua.dra americana, le impuso silencio a la brava, afu~mando que ese uniforme fu un disfraz para poder ~,i,ecolectar y envia1~ recursos y quinina a los insurrectos cubanos; nadie le exigi la prueba; despus de todo, el general libertador Gt1stavo tena su confianza. Luiq. Victorio era el lugarteniente del grupo de g1.1apos que capitaneaba el General G11stavo,. y su edecn n1s temido; andaban siempre juntos, almo1,zaban jlllltos en el Hotel In glaterra. o en el resta.urant Pars y por las noches asistan con sus mujeres,. Sofa y ,, ... .; . .. ... .. : .. '.;J .. ~~.:i .'::: .. .: .. ..

PAGE 213

'. . :. ' >..':; .. ~.'{"!>'>. S{I.HBBAS ETERNi~ 281 Adela, a los teat1~os, a los cafs y dems es pectculos. Las dos parejas eran insepara bles. Luis Victorio estaba en la t1ibnna de la Cmara mie11t1ias Gustavo pe1~oraba, dirigiendo la claq,zte y la. g1.1ardia sec1~eta de su jefe J... era l1otorio ql1e esos se1~vicios fieles estaban recompe11sados con el empleo lucra tivo que en las oficinas de Hacienda tena Luis Victorio, a las que 110 conc11.rra nitra bajaba y con el (lisf1"11te de las prebendas de lotera, esto es, tres o cuatro colectu1~as de billetes de recoleccin fcil, obtenidas por la influencia de Gustavo. El p1esupuesto de la N aci; tiene este gran 1~ec11rso para pagar los se1~viios 11ecesarios de hombres con10 Luis Victo1~io: el mato11ismo es llna fuerza de gobier110, y 11n (lustavo con su corte de matones, lma necesidatl de Estado. Cuando ya las botellas del 1on se haban escanciado y l.as voces ror1cas de los bebedo res agotaban los ditirrunbos al jefe duelista, G-ustavo se sinti ca.nsado y dijt) a I~ts Victorio: -Me voy a casa; Sofa pltede saber lo que ha pasado y estar inquieta. ~. N t t t' . o e ocupes, -con .es ~o su amigo ;---yo .. "' fu en un salto en el auton1,~l d.esde tem.. .. p1ano a darle la. noticia nrie11tras estab~s~/,:tt~.,;,:>, entretenido con esta gent,e: ya lo sabe y f'\f:,'.;}<,,;~, ... }a hallars tranquila : yo siempre me OCtlpO~ J s, '.:: de todo. '\:. : .. .. ~.. . ... .\ .'::. :, .. ::~~{: : -Gracias : lo s. Lo dijiste a Adela, tu :;f{\),~?,;;i 1 t 1 a :.~ .. .~ ... mnJ e.r -.6 t,;:, :~~\: .':.t:\. .!!~?:

PAGE 214

. .. 232 RAIMUNDO CABRERA -Se lo dir al llegar a casa: me ocup slo de Sofa ; pero esta. noche nos reunire mos todos en Miramar; he ordenado por te lf ono que te separen una mesa esta1nos cenaremos juntos. -Siempre aciertas; djame en la puerta de casa y que el auto te lleve despus a donde quieras : 11ecesito descansar y hasta la noche : cuntale a Adela cmo me he portado .. Y pensando en Adela, la esposa atractiva y elegante de Luis Victorio y en el efecto % que en ella ha1 .. a el relato de su hazaa, en tr en su casa ; hall a Sofa te1,.tuliando con doa Lola sobre modas y figurines, comple tamente desp1'.teoc11padas del lance. y no le asalt po1" un momento el recuerdo de la po-. bre madre, de Sunta, el nico corazn in_: quieto y atribulado 11or sus turbulencias y vida desordena.da. ~ .,.

PAGE 215

.. XXIV LAS BUENAS FAMILIAS -Es muy linda tu nue1 .. a, deca }Ierce des a S11nta, refi1~indose a Sofa : la he vis to varias veces en el IJaseo y e11 el teatro: desl11mb1--ada con la elegancia y riqueza de sus trajes: la rodea siempre un squito d~,~,, admirtidores. ~, -S,contest Sunta con amargura; es l1ella, deslumbrante, pero es vana, com_o Sll madre. Lleva llna vida de exhibicin y de boato, siemi)re en sttraos y fiestas. '.'.'Yo l1u biera deseado menos belleza, ms sencillez, recogimiento: una mujer hacendosa, de nuestro medio, que continua1 .. a mi labor mol tleando el carcter ele Gustavo. ... t\. qu llamas nuestro medio f pre gtmt Ricardo que con Toms completaban la reunin sentados en el portal de la casa de este ltimo, en las inmediaciones de la Chorrera, frente al mar. -Pues el de las mujeres de nuestro tiem"

PAGE 216

~: 234 BAIMUNDO CABRERA A po o mod
PAGE 217

235 continu Ricardo; a n11evos tiempos, nue vos hbitos ; no sean intolerantes ; consideren ustedes que Gustavo est en la cspide de su earre1a p-oltica: es popular y porque lo es, querr aparecer rumboso; es :i11fluyente v tiene que rr1a11te11e1' s11. bri:Ilo : la ho1~a es de ostentacin y es ostentoso; no ha de se:r menos que los tlems. Sofa, que es st1 mu jer, sigue ese rumbo o l mis111<.1 se lo t1 1 aza. B1 .. illan al pa1~ y se acon1oda.n a lo que est establecido. -Vaya 1 que no me convences,--exclam Toms que haba odo el dilogo silencioso; -no me hables de costumbres nuevas ni de deberes sociales. Cuando don Toms presida la Repblica no tuvin1os estas grandezas de ahora. El daba el tono. Aq11e.l era, ms q11e Jefe de Estado, un padre de fa1nilia. Y vi vimos entonces con10 en los tien1pos IJatriar e.ales que t dices. Si ahora tenemos a1isto cracia burocrtica, es n1alo; si tenemos m.s riq11eza, es 1r1entira; lo que tenemos es co rrupcin y vicios. Y o veo n1uchas veces pa sar a Sof,t en su automvil, entra1~ y sal.i1 en las tiendas de ropa, e11 las joyeras y en las casas de moclistas. Todo el mtn1do la mira y la comenta; dicen que deja el auto mvil. a la puerta del almacn y sigue a pie a otros lt1ga1 .. es y qL1e ta1-da a veces en volver a ocuparlo ; a m no n1e gusta eso ; es muy joven y demasiado bella I)ara tanta exhib ,. 1c1on. Ricardo no 1"'espondi, no le dejaron ha" ,. ',

PAGE 218

236 RAIMUNDO CABRERA .... .< blar las dos seoras, que continuaron el de~ bate con ar)asionamiento y sin disentir, a solas, en el interio1 .. de la casa; pero al ter. minar la visita y despedirse, ya en la calle y en su ca1 .. riuaje, !Iercedes pr~egunt a Ri ea1--do: -~ Por q11 tomaste con tan.to calor la de fensa de las actt1ales costumbres que t no practicas No has sido sincero. Hija ma, he querido disculparlas y exin1ir de censura a Gustavo y S9fa para ate11uar la pe11a tle esa pobre Sunta, que est enferma y sufre. -T, lo sabes todo, murmu1~ en voz baja Me1~cedes. -Lo adivino. Ql1 es lo que adivinas~ -Que ella sospecha que su hijo no es dichoso. -Po1~ el contrario, lo que la irrita y 1 mar ti1tiza es la idea de que l se crea dichoso; que viva inconsciente de su desdicha. 1~1 e1~cedes, qu dices~ -Oh! las mujeres sabemos ms que ustedes los l1om.bres con su experiencia y su filosofa. Nosotras divisamos\ la montaa cuando ustedes no divisan ms que la lla nura; vemos la sombra cuando ustedes creen que todo es da: somos recelosas, pero .... -No te comprendo, explcate. -Ricardo: Gustavo y Sofa viven en un t1~en den1asiado s1_mtuoso y rpido; a l sus

PAGE 219

S01\'lBP ... \S ETERNAS I 93 .. ..... xitos temp1~anos lo han enloquecido: a ella la vanidad la ciega y no se ha educado bajo rigurosos pIincipios: los dos va.n lanzados al . prec1p1c10. -N u.nea te o exp1~esarte en trminos tan an1biguos. Habla ms p:r~eciso. -Sun.ta no ignora que a11da en todas las lenguas la reputacin de su hija poltica; cuando el mal se anm1cia, llega 1)01~ todos los conductos: hay hilos invisibles que traen la. noticia. Antes la acongojaba el despego de su hijo; ahora la angl1stia ese torcedor: ella que lo sotS g1,.ande, glorioso, ln1)ido. -Ser la envidia, la call1mnia q11e se ceba en Sofa; a los que suben de la mane1a que, Gusta,-ro ha subido lo roen siempre sus ene-, m1gos. -No, se corroe l mismo, que no se limita~ a disfruta1 de los xitos polticos, de la in fluencia, delpoder y a compartir con su .. compaera los deleites de la 1 .. pida fort11na, sino da rie~~a a sus Jasiones en otro orden. Gustavo no es slo un ambicioso, sino un pervertido; mientras l satisface su vanidad y apetitos, ella, Sofa no pierd.e el tiempo: padecen del mismo mal. Pero quin te ha revelado todo eso 1 .. Sunta l la misma Sunta que vive pendiente de la vida de su hijo ; que lo oye todo, que lo averigt1a todo, que lo sabe todo, que sufre horriblemente y entre sus remordi mientos tiene el haber manchado con estas miserias la vejez y el nombre de Toms.

PAGE 220

232 RAIMUN'DO CABRERA. Pobre n1~tir no m-ereca esta recom Jensa su vida de abnegacin y sacrificios por ese l1ijo. -i Sabes lo ql1e me deca al despedirnos y felicitarme por el prxin10 reg1eso de tT oa qun con su diplomtt de mdico, Ah! sta fu la frase: ''Ustedes tendrn el premio en ese buen hijo, dcil, aplicado, inteligente, altivo; es f1-11to de un amo1 .. legtimo; el 1no lo fu de la liviandad: la culpa se paga, es mi delito'', y bajando la voz para que To ms no la oyese, continu : '' tambin ese g1'1an co1azn es mi vcti.ma, busc la dicha con .nosotros y vive triste. Mercedes, cuide siempre de Joaqun y cuide que cuando elija a una compaera sea igual a l, modesta, buena y digna.'' .Hablamos de costumbrs, Ricardo: las costumbres las hacen las bue nas familias. ,, '" :-.

PAGE 221

XXV .;; LA MADRE INFAME > :filstaban en los post1es de 11n alm11erzo, :sueule11to en 11n ga.binete p1~ivado del restau rant El., Casino ) 7 hacan el 1~eparto de su tiempo demasiado octi~ado e:r1 asuntos elec torales. Gt1stavo deba asistir al da sig1rien te a un mitin pblico en Matanzas y Luis Victo1io i1 a Sa11 Anto11io a. coo1--dinar ciertos elementos locales divididos, no por cues tiones de principios, sino J)o1~ apasionados pe1 .. sonalisn1os. Po1 la noche se reuniran con sus dos costillas, Sofa y -'-\dela, en el cine Fausto, lara ir luego a cena1~, solos los .euatro, libres ele znganos J>olticos, al Ho tel Luz, frente al mar ,ref1 .. escados poi.. la brisa. Estaba11 en pleno perodo electo1 .. al. Las asambleas, el club, los 1ntines, los arre glos, la necesidacl de asegurar el acta de Cayetano, cuya postulacin haba costado un duelo y repa1"tir c11.atro o c.inco J)aquetes

PAGE 222

240 RAIMUNDO CABRERA de centenes ent1~e los Delegados de la Asam blea para ol1tener la mayora de votos, todo eso, los te11a absortos. La noche antes haban cenado los cuatro en lfi1~amar y all apenas los dejaron solos. -le levant temprano, dijo Gustavo, -para cmnpli1" una promesa que hice a Adela, t no lo oste
PAGE 223

., .. ,. SOMBRAS Ei'EBNAS .. 94 "" . . . e1eada para l'ecompensar los buenos servicios de los amigos y... para comprar a los enemigos. Toma, llvale en mi 11omb1*e el regalo a tu mujercita. -,G1'acias; dijo Luis '\Tictorio, tomaridtl los papeles que le presentaba su runigo, eres un gran coraz y un g1--an patriota, pues que con tal delicadeza me J)I .. emias; por eso te sigo Y te si1~vo. -Andando! vmonos; yo voy al Gobierno a despachar asuntos de don To1cl1ato, de don Claudio y de Mr. Bates; anda1nos en busca. de un. decreto de (~oncesin de unos n1uelles y sus:te1renos, negt1cio magnfico; esprame en el club a las seis. (lustavo tom el autqivil t}lle le aguar d~' a la puerta, y Ll1is:r\Tictorio se meti en ul ford de alquil~r; lo llizo dirigir hacia el Prque y all se det,1vo, and11vo clos ie receloso y luego alq11il otro -fvebc11lo que lo llev l1asta la calle de Indt1s tria; dej de n11evo el ca1~ruaje, Jlag, des pidi a.1. conductor y camin ms de una cuad1~a l1asta la calle de Bernal. Pe:netr en un zagi1ancito que of1eca a la vista t1i.es puertas de ma.clera cer1adas, una a cada lado, otra en la pared del fondo, como si die sen acceso a depa1,tamentos di:stintos de la misma casa. Dirigise resueltamente a la puertecilla del fondo e hizo sona1 un timbre. La ;uerta se abri' inmediatamente y le r~ioi una .. . ,: '

PAGE 224

,. .,. 242 R.:\Il\UNDO CABRERA d t .., 1 .. on1es 1ca f)ia11ca, n1 Joven m ,,.1eJa, vest1 a. con pulc1,.itud. -~ Est la seora Rosa 'f le p'regunt. -Est en la sala: ntre. S 1 $ -Sola como siemp1~e; sola conmigo, aqu no hay rr1s nadie. Luis Victo1~io cruz la antesala y penetr en el saln, amueblado con gusto y lujo J 1mto a una mesa de centro estaba una mu je1~ vestida con bata de seda, bien puesta y .. adornada, de 1ostro ajado y ma1~chito que debi sel"* bello, al que daban vida todava las pupilas de unos ojos azules, brillantes. I-Iola pelagatos ; dijo reco11ocindole, qu te trae f -Vengo a que me reserves la accesoria de la esquina pa1~a maana al medioda y a c1ue me des desde este momnt~ la llave, pues no puedo volver por ella. -Bien: no est con1prometida, :i' eso que abunda la den1anda.. Son tantos los casos! Ustedes tienen el mundo perdido, con el lujo ~de aho1a no hay m11jer que les resista. -Vamos: clame la llave. -No tengas tanto apuro : sintate y empieza t, pagando ad,elantado. Cun t.o 'I -La ot1--a vez me diste cincuenta pesos; ahora est ms ca1,.o y te llevas la llave desde luego; por dos das quiero ochenta pesos. -Es mt1cl10. .

PAGE 225

SOMBRAS ETERNAS q~3. .. ,.. -rues 1~enuncia al local, chico, y b11Sealo ms ba:rato y seguro. -E1--es muJ'y exigente. -& Exigente f y te doy una salita mon~ bien alhajada, un gabinete con una cama 1ica, un bao y pue1,.ta trasera de escape, 1m paraso para alucinar a tu querida f No, / 110 sabes ap1:eciar las ventajas: aseo y segu~ ridad. Pa1;ct esas dichas lo mejo1-es la con fianza. Vaya t Toma setenta y dame la llave. -Ni medio menos; no regatees. -Sea : aqu estn los ot1~os diez ; :;ro vendr a esperarla a eso de las (los: cuida de todo _3r que nadie la vea. -i A ella, a tu que1'icla de eso cuicla t, yo no me ocupo: traes una n1lsma 'I La misma, mi pasin de nio! cosa muy alta, muy difcil y de peligro. VaJ' No des ms noticias; sin p.edr telo vas a deci1 .. me su no:ib1--e: no quiero sa ber tu sec1 11 eto, ni que poi~ m lo sepa nadie; usa mi casa q11e es slo para ricos: pgame y vete. -Y tt te he ptigado : s que e1~es discreta-: -E11tra.1 .. s 1)01 11 el f1,.ente, sald1~n por la 1:>ue1~ta ele atrs y si algo ocu1re, ~la intro {luces aqu, a mi lado no hab1~ quien la at1~a1Je; ni siquie1 .. a la mirar, no ves T por don
PAGE 226

244 BAI:MUNDO CABRERA Co1Tompidos regatean y no miden sus: desrdenes! Como si nada me costara este: lujo y con1binacin de habitaciones y puer ts de entrada y salida para el misterio y la impunidad de sus encuentros y como si yo no debiera tener mis ganancias, mis aho rros para aquellos l1urfanos de mi cario t Maana traer aqu otra vez a la mujer de, Gusta,ro,. el General, el poltico, su mejor amigo; a Sofa, mi media hermana, irrisin! la hija de doa Lola? y el muJ~ sandio no imagina que Gustavo ya ha trado aqu a su mujer, a su A.dela: yo las veo en trar desde mi silla ; qu asco generacin prostituda Y o he sido mala, pero lo he sido por nris miserias, por culpa de otros y cuando lo fu renunci hasta a nris hijos! no como estas dos seoronas que viven en el n1undo con la cabeza a.Ita y con opulencia. y brillo y vie11en a n1i casa a oculta1~ y saciar .. su lascivia. Ah mis hijos! Ricardo mis hijos! Di un suspiro y extrajo del s~no 1ma carta arrugada, cuyos pliegues 1 11 evelaban; haber sido desdoblada y releda millares de ,7eces Cmo me consuelan estas lneas!~ .. -exclam engolfndose en su lec.t11ra. La carta. deca: '' Elisa: uso tu nombre al escribirte; no debo usar~ ot1. Es el nombre de la madre que sufre por sus hijos. He cumplido tu encargo : los he visitado, los he visto. Son .. ... . ... :. .. \,;:.' . . .;. ... . .. >ir: ,.,!!\ ~ .: ... . '. . .... . ., :if,:. .. .... ':-. '. . . \. : . >:.:.,~:.,., .. ,. .... <:: \, { o \ : : . .;'\( ; ': >

PAGE 227

~os jovencitos arrogantes, ingenuos, senei~ .llos. Les he hablado de ti, aunque me lo p1ohibiste .. Saben tu historia, tu madl"aStra nose las ha ocultado. Ha tenido la erueldacl (~uando les ha escrito de excitarlos a que se .apliquen, a que no gasten y sean econmicos ''para que 110 llegt1en a ser como s11 padre, prdigo y vieio~p, y como su madre, deso1 .. denada y n1al agradecida. '' ''Yo les he dicho tus desve11t111as : que los .... amas, que te desvives por ellos, t.J1.~e te ocultas para que sus abuelos no los abandonen .. Y les he visto llorar po1 9 ti y deei1~: ''pobre mamata, nos aplicaremos pa11,a volver all y busca1--la y 1--eunirnos y trabajaremos para que tenga vejez t1'anquila .. '' ''La mesada clel almelo es*es-cassima. El ,iirector de la pensi es 11n hombre tegro; tiene aprecio poitus nios, que tt .. abajan y _se han hecho d.e un salario, como t me ha bas dicho, pa1a cub1~ir sus mayo1 .. es gastos, sir,11.endo de criados de manos a, otros l)Upilos en distintos departamentos; 1ne ha dicho tambin que so11 pat1 11 iotas ; que tiene11 ,el prurito de hon1a1.. con s11s ob1~as t,l con cepto de c11banos.. He entregado a ese buen profesor tu {line1--o para que me._j<1re las me sadas de tus muchachos. Puedes dirigirte a l cuando gustes, te incll1yo su tarjeta. No le he ocultado nada y podr recibir de ti en adelante mayores rec1.trsos y gna1'da1~ reser va. Ten nimo, pobre amiga; lucha por los :hijo,s de tu alma que sern hombres buenos: '. .. . .. : . .:r~, . .. .. . . -~ ... . \ . .. .. . .. . ~. . ..

PAGE 228

"' 246 RAIJIUNDO CABRERA ellos te reilirnirn. He sacado su f otogra fa, te la incluyo, un lindo gr11po que te con solar: dos mancebos sanos, fuertes, algo melanclicos, pero decididos; tienen ojos azules como t. He cumplido )... queda~s .. contenta. RICARDO.'' Al terminar la lectura, Elisa bes la fir111a, inclin la cabeza meditabunda, se enj11g los J ojos llenos de lgrimas y murmur mi.ent1as se contraan los msculos de su cara reve lando un dolor fsico agudo : Dios mo! Yo no volver a verlos. No quera ese pillo darme ochenta pesos! N ece sito rel1nir pronto muchos ms para en,"ar los a ellos ; t1~ist~ suerte qt1e eso sea el prodt1cto del vicio! No ha sido culpa ma. Estoy enferma; herida de mue1"te; este dolor me acaba; pobrecitos! que no tengo siquiera para deja1"les como hefencia cuando muera un nombre honrado y mi. recuerdo digno.

PAGE 229

LOS NEGOCIANTES Tal vez sea don Torcuato d.el Pazo el hom bre ms satisfecho ele la Repblica. Est rico, muy rico. La venta de s11S al macenes de, tabaco en rama, vegas y marcas industriales, de los depsitos de azcares. y los ingenios a compaas extranjeras, dupli caron el capital amasado con r~elativa faci lidad durante la colonia, en el tran.scu1~so de algunos aos de tesn y pe1-.seve1-ancia.. El prodigio se realiz con el cambio de las ins tituciones que no pudo concebir su intelecto ni espera1' su codicia cuando defenda apa sionadamente la integridad y exclusivismos de la patria espaola como condicin esen cial e imprescindible de su propia riq11eza, poder e influencia. El hecho inconcebible fu milagi~oso. La crisis que lo espa11t e hizo ausentrarse ami lanado en los das finales de la Revolucin, se haba resuelto favo1--ablemente a 2us con'

PAGE 230

., . ~.. .. : . .: .. .. : .... ,~ ., . .'\;~: '. .. ,.~ ,,., . .. ... . .. ... -~. . 248 R\mtJNDO CABR--ERA .. ; . .. / . > > i ; ;}< \ . veniencias Ilefsq~al{is y a las colectivas de ;; '\ los de su 6,liaci6'n y;, carcter. Bendita in dependencia q1e combati, que; resultaba mejo1 .. y n1s p,r~opicia a sus intereses! Es de ve1;le .ltando llega ,en automvil desde temp1 .. ano a las puertas del edificio J n1oderno en que ha ins.lado su oficina. de rentista. V a vestid.o enter~amente de blanco . con soml1rero redondo de paja. Y a no usa bigote; ha .adopta(lo la moda americana y el semblante milita1"lesco de la juventud que le daban los vellos, negros, espesos y retorci dos, tiene ahor\ aspecto de fraile campecha_ 110. Siempre va sonriente~ Le saludan los tran~euntes con respeto, alg11nos con hun1il dad; los que parecen conocidos con gestos cordiales. Su paso no es ya ligero porque los aos han aumentado, pero son firmes y el re)oso le presta majestad .. El portero se pone de pie, lo que no hace con los dems ,que entran y salen; el mozo del elevador le sonre y dice con afectacin a los que se. queda,n en el aparato, que no le conocen y preguntan al conductor quin es, '' Es el Sr. Conde del Pazo.'' La Repblica ni si quiera le ha restado el ttulo nobiliario. As llega con el nimo agradado y aire petulan. te a su despacho, ahora reluciente y hasta lujoso, de paredes blancas y cenefas de no gal, compuest-o de una antesala amueblada con sobriedad y gusto, una oficina de -caja a la que asisten tres empleados y un gabinete donde tiene su bufete particular. . ,. .: . .. ..

PAGE 231

V .. \ .. .,. .;./:,. ~.. . .. ,. ,.. . .f. '. ~ . SOMBRAS ETERNAS n~.t9 .. .: 4't~. .~: . .. :::-.:: .... -~... ::: .. ,_ .. :. . ,v . / Viene all dos hor~, a lo ms, todos . .. los das hbiles, menos 1~, :s~dos, desde . .. las nueve desp11s desaytlrio; .. hasta l.as .. doce, hora en que invariablemente le espera el auto que le lleva de nueyo a casa, a almor .. zar en el rico chalet que. -se ha heeho constr1rir en el 1~eparto del .. Vedado, rodeado de jardi nes y donde vive solo COI1 ~U mujer, :una (1iana ,rueltabajera fastuosa, de costumbres :madrileas. Los hijos vTiven ya porst1 ~cuen ta y estn casados: el mi1vo1~. Pelayo, est ... .. desempeando rm alto e:p1pleo en la administracin del Estado,. J.,. el.,~egundo, Favila, .. es }iinist1~0 Plenipote11cia1~io tle Cuba en na repblica sttr ame1\licana, que no en vano son ci11datlar1os cubanos, 11aciclos en Cuba, aunque tengan 11omb1,.es godos, pronuncia{~in y hbitos castellanos. Por qu va al despacho diarirunente si afirma ii to(los los que le hablan, q11e est 1-etirado de los negocios, que ya no comercia )~ que ,-rive de s11s 1~entas Pues po1 .. {1ue va a atencler al cobro de esas n1ismas rentas que son muchas, al alza y b!1ja de sus valores, que son considerables, a realizar los negocios :que an no ha realizaflo y a hacer los nuevos que le den grandes utilidades fciles y sin riesgo, sin su gestin inmediata. Ese es su :retiro. Pero, sobre todo va a aquella oficina que pudiera tener en su casa J)ara tenerla cer :ea de de la de Mr. Bates, el gt"'an despacho de este coloso negociante americano, que ocupa .

PAGE 232

' <. 250 RAilCUNDO, CABRER.A. toda el a,la lateral opuesta y el fondo del. piso e11 que l est insta.lado. Ese es el cen tro ele las grandes e1npresas: de las colas, las f e1 .. roc,1r1'iileras, las n1ineras, las indust1i.ales, las 1Janca1~ias, en las que tiene don Torcuato inve1~tidos gran parte de sus valor~es y donde ha de multiplicarlos. Aunque gua1~de cierto rencor y envidia. a Mr. Bates 1Jo1~que es americano y porque es ms 1~ico, est apegado a l, y ya hasta le ama desde q11e le compr sus almacenes de tabaco en rama y el ingenio .Aurora, y puesto que le invita a ptirticipar en las grandes con1binacio11es -y .. le facilita la coloc,acin de'6 sus capitales. .. ~. Por esa concomitancia se ha realizado al cabo la venta del Ingenio Piales de la So ciedad Piales, Pazo y Ca. La dificultad creada poi~ la ausencia de la mulata J nana, se resolvi n1ediante la inventiva inagotable y traviesa de don Cayetano, la influencia poltica de Gustavo, y con la acci.n ejecu tiva de Pelayo, el funcionario. El lc>te nn1ero uno de la Hacienda ins cripto como de la pro1liedad de Juana, at1n..; qt1e l)osedo de hecho por la Sociedad desde que lo abanclon para irse a la 1iianigua el mariclo Let)narclo, estaba sujeto al pago de ciertos censos a favor del Estado. Pero esto no bastaba. Se demostr que el 1~o lirntrof e de los ter1~enos estaba contaminado poi arrastres y sedimentos orgnicos y la higie. .,.,

PAGE 233

. ... ~f. . .. soM:BR.1.S ETERNAS 251 "'bl. 1 d f. .. .,. d ne pu 1ca recia.mo Sll es1n ecc1on )r esecacin por medio de desviaderos costosos .. El expediente se inco al efecto Jlor las de pendencias de Pelayo; se requiri por dulas y edictos a la p1 1 opietaria, ,,.a que no se hallaba )1~esente 3r por. su defecto y a sus expensas se mand cumplir lo clisJ)Uesto so b1~e el sanea111iento, l1acindose la ob1~a poi~ el Gobier110. Para el col)ro de lo gastado, se instruy expediente de a.premio; se em ba1~g, se tas convenientemente ) ... se sac a remate el lote nmero uno de Juana, que adquiri e i11sc1"ibi a su non1b1~e por precio muy rebajado, en te1'cera subasta, la Socie dad colindante .. S,e cobr el Rstado, se de posit ~n las arcas nacionales el exiguo so brante J)a1 .. a cuando a1iareciera a reclamarle> la propietaria ausente y de este modo pudo la poderosa Compaa americana que rep1~e sentaba Mr. Bates adquirir la finca, dar dii nero y acciones en cantidad conside1--able pa ra 1--e1larti1 entre don Toreuato, don Claudio y sus comanditarios, y recompensar amplia mente la tr~a,resu1--sa de Cayeta110, el hbil abogado; la inte1svencin infl11yente de G11s tavo, el poltico insigne, y 'el cohecho de Pe laJTo, el celoso funciona1~io. Sandio mi maest1--o don Ricardo t de .. ca Gustavo comentando con alborozo este fcil resultado en tertulia con su ntimo Ca yetano; habernos dado tanto trabajo cuan do con su sola aquiescencia hubiramos he~eho eso en menos tiempo. Sabe Dios en

PAGE 234

,, . :. . . . ...... "f; ..... RAIMUNDO CABRERA . ~qu potlridero est la. mulata y l no ha co~ brado un solo centavo! No es hombre prctico como nosotros,-:;: contest gravemente Cayetano. Pe1"0 el 111s 1~egocijado en estos tratos er&
PAGE 235

,f ' SOMBRAS ETERNAS 253 poner esos elementos a disposicin de Mr .. Bates y ste sonrea con cierta sorna, con la suficienci~ del protector, que tena a don Torcuato y a los dems en sus manos. De religin no hablaban nunca: Bates pa reca indiferente a todo credo, aunque por su origen deba ser luterano, y don Torc11ato era tolerante, aunque desde que se haba re tirado, asista puntualmente a misa los do mingos en el templo de la Merced y no de jaba de echar una peseta en la taquilla de las Animas y dos pesetas en la de los pobres de San Vicente de Pal, su patrono. Ah r E sas tres pesetas no haban de faltar; las lle vaba bruidas, brillantes, que la caridad era para l 11na vi r tud c1'istiana. A los mendigos del atrio no les dapa 11n centavo; la mendi cidad er a para l una mancha social ; en la pue1~ta de su casa el portero rechazaba a los mendicantes : l c11mpla con Dios y con el prjjmo con sus tres pesetas dominicales. Don Torcuato, bueno es saberlo, es toda va miembro de las directivas de todas las asociaciones regionales del tiempo de la colo nia ; de los bancos, de las Corporaciones re ligiosas; amjgo del Obispo y de los J esutas; bien quisto en P~lacio y en todas partes y en los papeles siempre se antepone a su nombre el Excmo. Seor del aejo vocabu lario. Cuando asiste a las recepciones ofi ciales, que siempre asiste, pues como ya est. retirado tiene tiempo para todo, va, como cuando concurra a los besamanos de los. , .,

PAGE 236

; ~ ... R!.IKUNDO CABRERA. Capitanes Generales, con sus condecoraciones en la sola)a,. En esas ocasiones expone su adm.iraci y amor por la ~epblica, la patria de sus hijos, q11e realiza progresos tan ext1--aorclir1a.1 .. ios ; en el Casino, (le que fu flmdad.or, entre alg1mos antiguos compae ros, s11ele murn1urar poi~ lo bajo censurando las d.ivisiones y ambiciones de los partidos, el.el 1,e1~sonalismo, tie la, corr'upcin, de lt1S lotella,s y de la l1olgazanera criolla. All suele tan11Jin (lesahogar Sll antiguo 1~encor contra los americanos. recordando en voz, I baja al }Iaine y al Vizcaya y como aqul es su centro, all se esparce haciendo opinin <~011t1"a el cie1--re de los establecinrientos, con tra el d.ivorcio y otras reformas infernales. Est fuerte y sano don Torcuato con sus ochenta aos! No morir nunca en la tierra del lllt-ano este tronco robusto J.,. arraigado. (le las centurias pasadas! ..,...\ho~a tiene un nuevo y grave asunto en t1~e manos, que le preocupa hace algn tiempo. Su antiguo conmilitu don Antero, un alcalde de la Unin Constitucional de su hecl1u1"a en los tiempos en que l haca al caldes, le interes en 11n negocio de extre mada importancia. Don Antero es casado: el paclre de Sll ml1je1' te11a un cat1dal en l)onos de los Estados U nidos, depositados no se saba dnde; haba ido a Nueva York a conspi1'a1' en 1895 y a su regreso fu preso y condenado al destierro en Af1~ica.. l\iuri .. en la prisin antes de embarca1. El suegro '.

PAGE 237

. SOMBRAS ETERNAS 255 -tena otra hija casada con 11n jefe insurrec to: ambos, marido y mujer, haban desapa recido JT conocan el secreto de aquel de psito. Todo el problema de don Antero haba ... :sido durante algn tiempo averiguar el paradero de los bonos y reclamarlos por su mujer, la heredera abintestato. Mr. Bates, enterado del caso, con sus rela. ciones e influencias en Nueva York, inves tig la existencia de aquellos valores : ocho eientos mil dllars con sus intere s es y dividendos al cuatro por ciento, ac11rnulados en tantos aos : 11n milln de pesos en total. Existan en la casa de Morgan, depo sitados e inscripti: nombre de la hermana, la mujer del jefr insurrecto; inscripcin y : depsito que hi~o el suegro, ciudadano ame ricano, en su ltimo viaje a los Estados Uni dos, excluyendo de su herenci a a la esposa .de don Antero. Para reclamar el depsito y las rentas era necesario la presencia o el poder de la hermana casada con el insurrecto, la nica propietaria, o de su legtimo herede1<;> acre ditado, con la justificacin del fallecimien to. Este era el problema. Don Antero ha ba venido al despacho del banquero a in formar le que el ma1~ido de su c11ada muri de las heridas recibidas en combate, en un hospital de sangre en la Hacienda El Rosa Tio y q-qe de la mujer, la c11ada, no haba podido averiguar nada; seguramente no

PAGE 238

' ,.: . . .. : : ..... :: . . 256 RAIMUNDO CABRERA. . exi.stira, pero la muerte no poda probarse~ Don Antero, en su codicia, ofreca la quin ta parte, hasta la cuarta de aquel capital, si. se le ganaba, mientras Mr. Bates lo crea .. muy aprovech.able para. 1n1 g1 .. an negocio mi nero que tenan entre manos en el que podra duplica1 .. se y enriquece1 al grupo. Cayetano, que acababa 'de ser electo Rep1 11 esentante, mediante lo~ ~rrojos _de ~~stavo a la hora del escrut1mo, moVIendO'" su revl1:re1' cont1'la algn interventor recalci.. t.1--ante y f?.acos de centenes para pagar los. refttei~z(,s, ~haba sido consultado en el caso. Ese da traa la solucin: la tena siempre en tales casos su numen ina.gotable de ase so1... El despacho de don Torcuato estaba, concur1,ido. El mismo Mr. Bates lo honraba, con su p1-.esencia. A un lado don Antero; ... al ot1~0 Cayeta110 y Gustavo . A todos absorba la importancia del asun. .to y la necesidad de allanar las dificultades .. Cayetano, el mecnico de los enjuiciamientos y de la justicia, di pronto en el clavo. De qu se trata~ i de la mue1~te de,. 11n capitn insurrecto y de su mujer! La puede crtificar el jefe, de la Divisin en que serva, como se orden en los expedientes de la paga,. del ej~cito. Elcapitn Eugenio Fuentes sirvi a las rdenes del Gene1~a1 Gustavo. Pelez. Estaba en el campo con su mujer;. all murieron los dos,en la Hacienda El Ro-_ sario. T das el certificado, Gustavo, y eon .... dos testi.gos te11dremos el fallecimiento in.. ,. .' .. ; . ,. .. . J l j 1 i 1 j 1 J l j

PAGE 239

J ;... ~ SOMBR.i\S ETERNAS 257 testado ; lo declara un juez cualquiera, que para elegirlo y nos sirva tenemos bastantes; se le paga, se le ofrece ascenso, y todo estar hecho. -Bravo! grit don Torcuato : ya saba que t habras de resolverlo. -Bravo! repitieron los dems. Gustavo tan resuelto e intrpido siempre, se llilcorpor y dijo: -Hay un serio inconveniente. Conoc l)ersonalmente al carJitn Eugenio Fuentes. Fu un b1avo. Su mujer no estuv:o n11nca con l en el campo. Eugenio muri de sus heridas en el hospital de sangre de la ha cienda El Rosa1~io, que estaba a cargo de Julin Alczar, jefe de Sanidad Milita1. Don J ulin vive ; l podra desmenti1me y es l quien podra dar el certificado. Con esta manifestacin todos los del gru po quedaron suspensos y don Antero contrariado. Bates pregtmt entonces: -~Hablan ustedes de Julin Alczarj S, un amigo nti1no de mi padre: como l y don Ricardo del Campo dem asiado pu ristas, tericos, pero muy poco prcticos. -Le conozco bien : es colono de una de mis finca s : un hombre extraordinario, sofo, sabi. -Ese mismo. -Bien, dijo Mr. Bates: yo le hablar; maana mismo ir al campo; si no s e lo'

PAGE 240

' .. \~f~ _: .... ,, .. . : . ... ~. 268 R;;\!MUNDO CABRERA { .. . ... ~'.~s: :~.grare ver l1Stedes qu ot1,.a cosa se ha~:... ... ,: .. : el vierries nos reuniremos de nuevo aqu. . ' Con se I)ropsito y confiados en la gestin del amer;ica.no, se se1)a1\aron. El da fijado volvie1~on a re1J11irse. Mr. Bates a,1)enas se sent, estaba de prisa; otros asln1tos le lla1naban; con precisin yanqui, inf 01,n de Sll misin: -Do11 J 1tlin ha 11egado toda posibilidad er1 el certificado : no lo dar, pod1 .. declarar ante u11 j11ez el hecho de habe1~ muerto el capit Ft1entes en el l1t1spital. a su cargo; . . pe1~0 J:10 su IDUJer q11e IlO \"10 n1 (~OllOClO ntmca )"" Cll)'"'O 11aradero ha proct11--ado, en vano, para cl1mplir encargos piadosos del ma Ido. ''Es p1,obable que I1aya mue11o, pero 110 me consta'', me dijo. Con ese hombre no ca be11 of e.1tas, es i11corruptible; al presente en su col.on.ia est enfrascado en lucl1as electo rales ; es tin a11tirreeleccionista convencido ; lt1s colo11os le qui.e1~en con entusiasn10 J vean ,. 11stedes q11 otra. cosa se piensa y llmenme. Al clecir esto l\I1. Bates sali pa1 .. a su des pach{). -Y o pensa1 .. m11rmur Cayetano con aspecto 1neditabundo. Don Ante1~0 se retir tambin ;T quedaron solos don Toreuato~ Gustavo y el asesor incansable. Este lti, :.mo mi1~ando fijan1ente a Gust.avl) le dijo con .. tono misterioso : Hay un medio de q11e t des el certifi cado, pagndolo bien don Antero: una -' ... ,. . . . '. : . .. :.' .. :, . ~: .. . . ... .,.. .. ,. :. . . '

PAGE 241

~. .. . .. . 1l f ' ~. .. .. SOMBRAS ETF:RNAS 259 q_l1inta parte slo para nosotros dos : lo me.rece. Cul~ preg11nt Gustavo. Cayetano baj ms la voz y acentu la : frase: -Suprimi.endo a don J ulin : en su distrito est la cosa que arde con las eleccio nes; recomindalo a tus guapos. Gustavo sinti un ligero vrtigo: se ex iremeci. Y. Cayetano dej escapar en su odo esta ltima frase: -i Quin lo sospechar~ U na ria elec toral. Son doscientos mil pesos! t Es que -ese viejo los vale~ \ 1, I 1 \ "'\

PAGE 242

, ,. XXVII EL SACO DE INMUNDICIAS -Vengo a felicitarte! a darte 11n abra zo! Ayer recibimos tu recado y hoy lemos la noticia en los peridicos. Y a tenemos a J oa q11inito Mdico Cirujano, 11n Doctor Ha revalidado su ttulo extranjero en la Univer sidad con brillantes ejercicios: tena que ser; es tu hijo 1 As deca Toms en 1m bor botn de frases al entrar sin aviso ni cere monias en la biblioteca de Ricardo, abra zndolo efusivamente una, dos y tres veces y con las manifestaciones ms extremosas y cordiales. Tenemos ya esa dicha! contest Ri cardo; Mercedes y yo hemos visto colmados nuestros anhelos. J oaqt1inito es un hombre. Bien lo prometa! con su aspecto serio y reflexivo. -Pero sensible y afectuoso: no es vani1 dad paterna lo que por l me ciega; puedo

PAGE 243

J 262 .. . . afirm.a1te qt1e es un espritu superior, culto~ sobrio, moral, bien templado ,para la vida. -Tiene a quien salir. Va a ejercer en seguid.a allo, a respirar aire puro y a hacerle compaa: como l y lJOOnor no tienen hijos, J oaquinito es su gran cario. Y el mo que es tu hijo: yo quise tene1 uno y no lo tengo, mu1~mur Toms con amargura. Ricardo con delicadeza desvi el tema di.:.. cindole: oaqun saldr muy pronto paxa la co lonia: ha ido hace poco con Mercedes a hacer compras y prepartivos para el viaje, se en savar como cazado1~, y fu en busca q.e un rifle y otros adminculos. ; -De buena gana 1e acompaara, para, conocerle ms y para estar con J ulin; pero es imposible; no puedo dejar a Sunta, est muy mala: t, no ves! no ha podido venir con migo a felicitarlos, a abrazar a Mercedes: me di mil 1ecados para llstedes y para J oa-. qun, i pobre amiga ma! ... i Sigue con su anemia Y Se debilita ms cada da: ha encane cido por co~pleto, de aquel _bello rostro tan dulce que desafi los trabajos, las desventu. .. . . .

PAGE 244

. . \ SOMBRAS ETERNAS 263 ras y los aos, no quedan ya ms gue rasgos \ entre l~s arrugas y la palidez ; pe 1~ 0 siempre tiene un alma hermosa, llena de bondad,. ab negada, que ha hecho y har mi dicha. Ah 1 me horroriza la idea de perderla y lo temo, _...exclam Toms con voz ronca y los ojos humedecidos. -Tranquilzate, eso pasar. Qu va a pasar! Su mal no es fsico t es mo1 -al: la cons11me el despego y la conducta del hijo, ese desventurado que ha sdo y es su delirio ; ya no va a verla casi nunca ; se pasan los meses sin que le haga 11na visi, ta: fornen tan sin duda sus desvos esas mu jeres, doa Lola, que no s e muere nl1nca, y Sofa. Y a se ve: S11nta no les ha hecho homenaje; t cmo hacrselos a su nuera con lo que se dice y se sabe j El vive ciego, em briagado en los hervores de su alta posicin poltica: en las vanidad es del lujo y en sus medros. Se ha torcido su c a r cte r que debi ser recto ; por eso se atrevi a proponerte 11n cohecho en el asunto de la mulata Juana, como me referiste; un patriota de su histo ria que convive con hombres como su sue gro, con el integr~ta don Torcuato y con don Cayetano qu vergenza I S11nta ni por eso deja de quererle y desearle a todas horas. Pobre amiga ma! Si la vieras Camina ya lentamente, se sofoca cuando hace algn eje1cicio. s lo 11n afn la distrae: que yo no tenga penas, que ..

PAGE 245

264 Rl\I:MUNDO CABRERA .. mi mesa, est puesta a sus horas, mi plato predilecto servido, mi cuarto limpio, ql1e al llegar de mi oficina descanse ; si me ve p1"eo ct1pado me habla, me son1,e y acaricia: no es mi n1ujer, es mi ~adre; tiene un alma delicada, 11n corazn l he1"lnossi.mo ; sus cua lidades mo1~ales aumentan en la medida que su cue1~po desfallece; t.odos los das entra en el cua1'*to que habamos preparado a Gus tavo er1: 11uest1 11 a casita .y que l no ocup nunca, a contemplar la coleccin de retratos de su l1ijo cuando era nio: cada uno de ellos le t1~ae t1n recue1--do : los mira sin cesa.1y llo1~a; la sorprendo a veces en esa tarea y me dice n1ostrndome una de las foto grafas. ''No te parece que estaba muy lindo con ese vestido~''; yo asiento en ello y repite: ''mira, sta fu la que se hizo cuando se re cibi de Bachiller. Aqu est.la brjula que le regalaste el da en que lo conociste. S bueno y s patriota, le dijiste. Dios mo t concluye sollozando, es que l no es bueno conmigo!'' -Esas escenas le harn mucho dao, To ms; impdelas. -~ Q11 l1e ele hacer~ El jco ql1e pudiera cn1"arla y consola.rla, es su hijo y l no se ocupa de ella. -Ese muchacho, que ya no lo es, tiene el mal de la poca: l no es el nico que se ha echadQ a la espalda sus principios; es l tipo moderno: tuvo una educacin y preparacin a distinta; naci en una era de luchas; sufri .~.

PAGE 246

/ SOMBRAS MJ.ERNAS 265 y lleg hasta hacerse hroe; despus el xito, el brillo, la ambicin, la vanidad y los malos contactos lo han engredo y descarriado: oh serva y ve:r;s cuntos son como l en nuestro m11ndo poltico. Ser preciso que 11na nueva generacin y hechos imprevistos, que han de ~c11rrir, restablezcan el equilibrio. N11nca :fu el mal y el desorden cimiento de slidos y duraderos edificios. -Ah! dijo Toms; entramos en la po ltica: s, es el problema poltico el que per turba la familia. Tnto que sufrimos por un ideal santo y cmo se ha subvertido! No soy filsofo como t y como J ulin, pero tambin l}ago mis raciocinios. Cuando veo lo ql1e pasa en nuestro pas con Gustavo y tantos como l que lo rigen, recuerdo un dis c urso de Ed"ll:ardo Y ero, aquel revoluciona rio extremista, en 1m mitin en Chickering Hall : '' Cuba espaola, deca, es 11n saco lleno de inmundicias. Cuando hagamos a Cuba libre vaciaremos el saco, lo volveremos del revs y lo sacudiremos para que quede to talmente limpio.''~ Sabes lo que ha ocurrido, Rica1 '1 clo Que no hemos desenvuelto el saco ni lo hemos sacudido, sino lo hemos cargado de mayores impurezas. -El smil es horrendo, mu1~mur Ricar do mirando con severidad a su ainigo. -El saco, que fu espaol, en Cuba libre 1o hemos rellenado con todos los desechos que combatimos. El personalismo, el milita rismo, el caciquismo: la mentira y el f1--aude

PAGE 247

' 266 electoral, a j11sticia. ,,.e11dida y prostituda, el cau(lillaje,el cleric.alismo, la supersticin, l.a hi11oc1--esa, el cri1ne11 poltico y los indul. tos, las inca:1)acidades en los l)Uestos 1)11hli cos, el coh.echo, la igno1"ancia y la sumisin en las legslatu1~as; en suma, el despotismo IlOj7ado en la corrtlpcin, en el relajamien to de los ca1~acteres, en las ambiciones des n1edidas de los pa1~tidarios que sirven de a1)oyo y en la (lebilidad 1 ... eq.~cia de los que debie11do oponerse, se doblegan, se venden y~ se l111milla11. Es t1~iste y vergonzoso de ci1~10: 111i hijo Gustavo es el tipo en 11na oligarqua qlte Cl1enta 1,ara la corru1Jcin y .el soborno JT la demolicin de la Repblica., con ese vi1~t1s pestilente y corrosivo del organis11.10 .social ql1e se lla.ma __ la renta de lotera .ft...J ter111.ina1 su discurso Toms qued ja deante, con los ojos inyectados y los labios t "' :1 co11 ra1aos. .. Rica:1--do, visiblen1ente emocion.ado, se lin1it .,. d 1 ~o a ec11~ e: -Has dicho la verdad, aunque es n1uy ti .. iste. -Ambos g11arda1~on un silencio pro longado como si SllS pensamientos se a.bis_ maran en la consideracin de los males que el exab1~t1pto deToms haba sugerido. Vamos,-dijo ste despus de unos segl1ndos; vine a felicitarte y no a entriste-: <~erte. Adems, quera decirte que he cerrado mi fbrica La Estrella Solita,ria, con la que me en1~iquec ~n Cayo Hueso y con la qt1e pude da1~ a. la Revolucin la mit.ad de mi f or' :~

PAGE 248

.. a, .. .. J SOM:RRAS ETERNAS 267 tuna. He trabajado aqu ruda e intilmente; no he podido luchar con los Trusts; para el industrial del pas como yo que lucha indi vidualmente, no hay proteccin. El cubano antiguo en la colonia, excludo de los puestos pblicos, tena un refugio para sus activida des en la tabaquera. Y a no tiene ni eso. He liquidado muchas prdidas.. Voy a vegetar al lado de Sunta, casi arruinado : ella no lo sabe; no impo:tta, me queda mi casita hipo tecada y 11nas cortas entradas, bastantes pa ra la vejez; ya falta poc' ella mori1~ pronto y yo no tardar en seg11irla. -En la pobreza no te faltar tu hijo. -Y o no querr n\1nca su dinero: es mal habido; si lo tiene no alcanza1~ para sus vanidades y sus vicios; ahora est constru yendo un gran chalet, un palacio, en el V dado, a donde ir a vivir con sus suegros : lo que debi darnos a su madre y a m fu lo que le falta, cario; pero ~ a qu repetir lo~ te digo adis: da 11n abrazo a Mercedes y una bendicin a J oaquinito. -Adis, T9n;is, replic Ricardo abra zndole con afecto; iremos all maana, yo te llevar a mi h~jo para que t mismo lo. bendigas; t le dirs que sea siempre recto y garanta de mejores tiempos en el futu ro; que la patria necesita sacudir el saco sucio con otra generacin de buenos hijos ' \

PAGE 249

XXVIII EL MEDICO ENFEP.J\10 ''Querido Ricardo: Mucho tengo que es cribirte. Comenzar tratndote de a s l1nto s en cierto modo ajenos, para informarte luego del estado de tu hijo. ,. ''Mr. Bates ha estado a visitarme. Suele hacerlo alg11nas veces en sus excursiones pe ridicas al Ingenio o me llama a la oficina de la administ1~acin para tratar sobre la marcha y cuentas de mj colonia. Esta vez su acercamiento ha llamado mj atencin. Es hombre que no pierde el tiempo en as11ntos ftiles, sino que tiene puesta su alma entera en los negocios. Me ha preg11ntado si tuve a mi cargo 11n hospital de sangre en la ha cienda El Rosario durante la guerra de In dependencia y con mi afirmativa, si recor daba haber asistido a la hora de su muerte a un capitn ins11rrecto llamado Eugenio Fuentes. Mi sorpresa subi de punto, aun que lo disimul, cuando me agreg que ese ..

PAGE 250

' 270 Ri\IMUNDO CABRER.t\ capitn estu,ro e11 la guerra con su mujer legthna ~t\.t1ro1~a Surs. y que ella tambin ml1ri en la l1acienda El Rosario. . -Se necesitara 1J.na certificacin de usted pa1,a aer~editar la m11erte de ambos; i la da1~a usted~' me p1--egunt. ''Pt1de dar esa clase de ce1~tificados pa.ra los expedientes de la paga. del ejrcito, en s11 poca; ya esos no se cu1--sa.n; ahora podra slo declarar y afir mar ante un juez, si fuere llamado, el )lecho de la muerte del capitn Fuentes, no la de su muje1,. que no vi ni conoc, ni estuvo en el Hospital con su marido''; le l"epliqu sin agrega1'a una l)al.abra que l'*evelase la historia que t conoces, ni los encargos q11e recib -de aquel patriota en su agona. ''Parece que h.a.y lln i11te1s ele familia en obtener ese da to, agreg y me han suplicado que inquirie 1--a de usted. '' Y o n.o tengo ms inte1 .. s que exponet la vTerdad y ya se la he dicho, eo11clu sin darle espacio para nueva insistencia. ''Te 1,.elato esto para reitera1~te mi encargo de que inv~tigl1es de n11evo, ah donde pue ,des con ms facilidad que yo, cul fu la sue1 .. te ele la viuda desventurada de Fuentes, y el afn de los fa.miliares en acreditar aho ra su mlterte. Mis gestiones en aquella ave riguacin, las tqyas y las de Toms, que :fueron tan intil~s com.o repetidas, quin sabe si aho1~a conduciran a 1m resultado: no olvides, y de es.to no habl una palabra a Mr. Bates, que Eugeno Fuentes no me re.. .:t\f(': : :., .... ,,... ..

PAGE 251

' 1 .. SOMBRAS ETERNAS 271 eomend slo a su mujer, sino a su hija, una recin nacida cuando march al campo y .que estas desventuradas deban reco g er un pingiie patrimonio en los Estados Unidos. Pobre hroe ignorado que muri suspirando por la suerte de esos seres queridos! En mi cavilacin he recordado las estrechas re laciones de negocios que Mr. Bates tiene con don Torcuato del Pazo, el protector de don Antero, nuestro alcalde integrista de marras, concuo de F11entes, y con el abogado Ca yetano, los amigos hoy del General Gustavo; aunque esta preocupacin no sea f11ndada, no la desaproveches en tus averiguaciones. ''Mr. Bates me habl luego de poltica, co mo para disipar mi aprehensin sobre el primer tema de su visita; no me ocult sus temores de que la prxima zafra sufra que brantos por causa de las ele c ciones genera les q11e se avecinan; tt1vo ~ ensuras para los partidos cubanos que considera descarria dos por la pasin del poder.''iPor qu no se ha de aceptar la reeleccin~'' pregunt. '' C11ando hay prosperidad rjal no se debe hacer cmbios. '' ''En un rgimen re' publicano,,. le contest, deben prevalecer las mayoras; la reeleccin no cuenta c~ ellas y la reeleccin en 11n pas nuevo como el nuestro sin aquel re+iuisi significa oligar q11a. '' ''En Cuba dijo, que hay que ha cer es azcar; con el Gobierno actual se est haciendo muclia, pues que siga. '' '~ Si otro le sucede legalmente, se seguir .. .. .. I

PAGE 252

' 272 RiUMUNDO CABRERA semb1'*ando caa ).,. molindola; lo que im porta1-es que perdure para la riqueza y la.,
PAGE 253

, 1 SOMBRAS ETERNAS 273 '' Eso es, le repliqu, no debe haber Repblica aqu, sino 11na gran factora de sustancia sacarina y administradores pri vilegiados. ''Esta conversacin que te relato ha dejado en mi nimo muchas aprehensiones. Mr. Bates es el tipo repres,entativo del extranje ro terrateniente, del americano ingerido con toda su influencia y v alimlento y s ob 1 ~ e t odo con su inters egosta en nuestra vida tica interna. El c o 1 if eo del latif1-mdio. Aca so no sea reele cc ioni s ta en su pas y sea all un .. republicano inflexible. Aq u n o lo es; porque C uba protegid a por s u naci~ e s pa ra l lo que era para el antiguo penin s ular, colonia, tier a de explotacin, y el cubano, ; 11n siervo. u ingenio es su pat r ia y el Go bierno que le convien e e s el que s le se cunde y con el que tenga inteligen c ias y con. vemenc1as rec11)rocas. '' Rica11'do, el resto de nuestra existencia, ya gastada por los aos y dec~ciones, debe mos consagrarlo a extirpar este virus parri cida; ese tr i ste concepto de nuestra patria que la mantiene siempre en estado inf erioJ de facto ra . ''Por eso en ella priva el afn de p~ntas riquezas, y es la corr11pcin el arte em p leado e slf ~ obie1no. No fo os 11na Repblica: somos un d o. ste Mr. Bate:-3 me ha hecho pensar amargamente en nue s tro estado poltico, en nuestros tiempos de esclavitud, en los intensos afanes de liberl ) "' ,.

PAGE 254

' '274 .v tad y el 'gol:)ie1 11 110 JJropio, en la amada Revo~ luci poi la independencia que no fracas, pero que no triunf por s mis1na. Tenemos una ~xistencia p1e'stada y p1,.otegida ;. somos sienip1~e dbiles aunque fuimos heroicos. Pudo f orta~ecernos. la perseverancia en las vi1tudes excelsas del pat1 .. iotismo ;r nos he~ ;w, .. ";' ~ mos debilitado ms en nuestras discordias~ t ~, Sobre un p11eblo bueno, sano, laborioso y ; \\ti',"' prog1esista., se han encun1lJrado .. las clases '!f 'directoras incapaces y egostas. El ideal co lectivo de la pah"ia se ha sustitudo poi el ideal individualista. El es1Jaol integr 1 ita., que nos tiraniz y se enriqueci, conserva y aumenta entre nosotros su riqueza, infiltra en los inmigrantes de s11 origen:r::~'!}S tradicio.;. nes y }asta 110s dirige. ~Ir. B :~ es, que es un sedimento de la Inte1"ive11cin Al:nericana, pero tambin un advenedizo, no ,ha tenido ,. ni tiene ms aspi1acin que enriquecerse y se1~ ctida da n1s poderoso; con estos ejem-. plos n11estros prceres slo tienni,pn afri, la 1iqueza, y la hacen rpidam~nte e!t los pues.. tos pblicos sin 1--ecato, sobre ;~,ls mi.serias del .Pueblo domin~dO''Y entriste~ido. La prosperidad material a1)arente de qu nos hablan c .. 1mo8resultado de este sistema mentira: los p1"ivilegiados se en1~iquecen: el pi;oleta. riado gime. .~,:' ''Es ,neeesarid nchaontra este 1 .. elaja mie11to que nos conduce al ab,ism.o. '' He hablado, en largas conferencias, s&, bre esta materia con tu hijo. J oaquinito tie.. ,, ~: .:t.: .. :.~ . . ; '. _',' ,i,, ,' ;.:r.t < .. . ... ,. .. . .. .

PAGE 255

SOMBRAS ETERNAS 275 ~e un grande y noble espritu. Suea en 1m porvenir de gloria. Ojal que todos los pa dres como t, excludos y retrados en estas ho ras de gobiernos ~oncupiscentes, corrup tores y corrompidos, hicieran la labor tica de preparar los ciudadanos que depuren y rediman el porvenir. ''Pa&earnos a travs de los caaverales de mi colonia: le muestro con los hechos la efi cacia del sistema que aqu he establecido . Mis noventa caballeras de tierra repartidas entre treinta colonos casados o con familia. Ca da 11no posee como aparcero tres caballe ras: ha hecho su casa, con los elementos que le he facilitado; les sl1ministro dos yuntas -0e bueyes, los aperos y los vveres para su sostenimiento preciso que abonan con vales a la tienda del Ingenio. Deben sembrar en cada lote 11n octavo de caballera de cultivos nienor~s, e1 resto de caa ; hacen juntas para la limpia, el arado, las siembras del campo, para los cortes y acarreos de la caa; esto -es, se prestan servicios cooperativos: al realizar la cosec~a pagan el total y el ocho por eiento de ll:}ters de los anticipos que les he hecho y me ceden el veinticinco por ciento del beneficio que obtienen. Con eso pagan la renta del terreno y tienen un sobrante siempre; el sistema los estimula; se excitan en la labor y en la eco-noma y los que son eco :nmicos aspiran a no se1' simples ap arceros, :sino propietarios, adquiriendo tierras para ;g u propio cultivo. Mi sistema sera completo ...

PAGE 256

.! 276 RAIMUNDO CABRERA si yo pudiera al cabo de un trmino p1"'uden te venderles el lote en que trabajan. Eso podran hacerlo con el mismo sistema el Es-' tado y las grandes compafas que han aca parado inmensidad de te1--1 .. enos. Y ese sera, el medio ms efectivo de asegurar y aumentar la inmigracin por familias, de hace1 patria, pueblo agticultor, ciltdadanos amantes del terruo, y evitar ese trasiego de in mig1~antes ten1poreros que van y vienen du1,ante las zafra-s, indiferentes al bienestar del l)a,s, )T se llevan lejos el n1une1~ario que estodo lo que solicitan. Algo as y mejor que mi sistema se 11a l)l"acticado con xito en la A1"gentina. ''Tu hijo fija en m sus ojos l)enetrantes y me dice despus de haberme odo con atert. ,, c1on: '' Su sistema nacionaliza: el colono adue., ado del terreno que labora y con la seguridad de aclqui1irlo, se a.rraig~ se estabiliza,_ c1~ea la familia cubana propietaria del suelo,. sostn y def enso1~ de las instituciones. '' Lo has comprendido, le 1~espondo mi sistema combate eficazmente el traspaso de la tie1'1ta a las compaas extranje1~as que son J_as que dismi11uyen el conc~pto, el ca1 .. cter, la fue1 .. za y la cohesin nfbional; las que a1)a1entan un gran desarrollo de rique, za, engend1 11 an y an1paran el despotismo, y empobrecen y debilitan al pueblo, que pa dece en las dificultades y la caresta de la. vida.

PAGE 257

SOMBRAS ETERNAS 277 '' Mi colonia es hoy un pueblo rural de -treinta familias y el efecto moral ms inme diato es la identificacin y cordialidad que las une, el respeto, el orden y la disciplina. Todos me veneran y aman como a 11n pa. triarca. Los pequeos asisten a la escuela, los adultos que no saban leer han aprendi do. Hago entre ellos la buena poltica: les doy en mis conversaciones y sus tertulias mxjmas y prcticas de civismo. Su afecto ha extendido en toda la comarca mi reputa cin y sin haberlo soado ni pretendido me han dado una jefatura poltica. Mis colo nos y sus convecinos son antirreeleccionistas, Xr al frente de ellos a los comicios. '' La presencia de Joaqun ha a11mentado mi prestigio. Los enf er mos de la colonia han tenido su p1,,ovidencia en el joven galeno, que ha tenido ocasin de hacer sus primeras prcticas, con tanto xito como desinters. Si se que~a aqu tendra asegi1rada t111a clientela; pero ste no es su medio: el suyo es y ser el de los grandes centros cient ficos. He sondeado sus ambiciones. El afn de gloria lo exalta y el amor a sus padres lo domina. Ricardo, tienen t y Mercedes la recompensa de sus afanes: llll buen hijo, ser un gran ciudadano. '' Pero i ser slo de ustedes! Y a he visto Que tiene un corazn sensible. He dejado _para la ltjma parte de mi misiva sta que se refiere a Joaqun, acaso para disculparme ...

PAGE 258

. .J' .... >'' 278 R-.t\I:MUNDO CABRERA de que yo haya. dado ocasin a su sentimen talismo. .,. ''No andar con rodeos. No se nublen tus ojos con inquietud.. Creo que Joaqun est enamo1~ado, no ligera sino seriamente ena morado. Los corazones como el suyo no palpit.an con impresiones pasajer~s: los gran des earacte1~es son los que ms leal e intensa~ mente se esclaviZan. '' t De quin se ha enamorado 'I Sin duda de 11~a 1nujer que tiene para l y l)ara todos encantos irresistibles: juventud ext1mada, candor, sencillez, voz dulce, miradas tmidas, carmn en las mejillas, pupilas azules, cabe llera dorada, todos los atractivos de la belleza fsica y todas las seducciones n1orales. Cuantos a ven la celebran, cuantos la co-. nocen la admiran, y es hace tiempo el o}J jeto de los comentarios de los ha.bitantes del Ingenio, de las col.onias y las cercanas. La llaman la albina. '' Si t y Mercedes la ven se sentirn do-: mi.nados por el enca11to ir1~esistible de esa nia. Pero, se detend1"an como yo y como, todos, imp1--esionados y suspe11sos al ente-rarse de su origen. '' Ha crecido aqu a la vista de todos, al cuidado de una 1nulata, a la que llama 'liia. triita y del neg1
PAGE 259

' SOMBRAS ETERNAS 279 familiares ha c~ncentrado siempre en ella el inters y la simpata de todos. La seora del administrador la ha asociado a sus hijos y la ha educado al par de ellos con los mis mos profesores, at1ayendo tambin admira cin la albina por su inteligencia preco~ y aplicacin. '' En la adolescencia el botn se ha des aITollado: la nia enclenque y plida ha ad quirido una robusta apariencia y a sus diez y ocho aos es un tipo caucsico de belleza perfecta. ''Lo ms impresionante en esta muje:vcita adorable es la manifestacin de su ternura con su madre mulata y su abuelo negro, y la adoracin de e s tos sere s po i tan 11ella criatura. '' Quin puso la flor a la vista del jardi nero! quin movi los reso 1~ tes del senti miento~ quin pudo preverlo~ ''La madre mulata cay enferma, postra da en el lecho ; la reputacin creciente de J oaquinito en la colonia como mdico, lleg hasta el batey del Ingenio. Fu llamado con insistente ruego por el viejo cochero, y a la casita que entristeca la enfermedad )T la proximidad de la muerte, l llev esperanza y consuelo. Le he visto ir all y volver dos o tres veces en el da y quedarse largas horas junto c:11 lecho de la pobre enferma, pon;iendo su afn no slo en el xito mdico, sino en secar las lgrimas de unos ojos azules que J e miraban con angustia y ansiedad y en 1

PAGE 260

280 RAIMUNDO C.ABRER..\ clevolve1~ la quietud a la lindsina enf er1ne1"a. ''Qu ha pasado du1ante aqltellas horas de tnsiedades, de solicitud y de confidencias! '' El galeno t1~iunf pero su corazn ha quedado he1~ido. '' ~e lo ha dicho, con toda la ingenuidad de car'cter de este noble mancebo. Y o lo haba aclivinatlo antes de que l me lo dijera y preoc1111.ado por ustelles le indiqu qt1e era tiempo de 1~eg1,.esa1~ a la I-Iaba11a, al lado de st1s Jadres y a en1p1--ende1~ se1iamente su ..e ., 1::>ro1.es1on. '' No me i1~ hasta dejar buena a esa ex celente mujer--. '' Insist y me contest : ''-Julin, no debo ocultrselo: amo,aRo sala ( es el nomb1->e de la albina) y ella me a1na ; & no la c1 1 ee usted digna de mi cario 4' ; acaso n1e hable usted lle, las conveniencias sociales, t no es ella hermosa y buena 6/ Ah! :mis padres la amarn tambin cuando la :11ayan visto. ''Ricardo, ll.malo a tu lado con cl1alq1e.r pretexto. Hay que curarlo, a l, al joven mdico enf e1~mo. ... ....... <

PAGE 261

I X XIX NUDOS DE Al'10RES Mercedes y Ricardo meditaron, discutie ron y redactaron con grandes incertidum bres y temores una carta cariosa a J oa quinito llamndolo a su lado, sin revelarle tl motivo de sus preocupaciones. Eran tan graves! Sin dt1da que aquel hijo de condi ciones de carcter extraordinarias haba 1-aendido su voluntad y su afecto a una mujer de superiores cualidades, tan atractivas como las haba puntualizado J ulin en su epstola. Pero t cmo aceptar el hecho de que el joven Doctor llamado por sus voca ciones y talentos a una carrera brillante, la comenzase unindose a una familia de do m-sticos, a la hija de un cochero de raza africana! Mercedes palideca y lloraba al pensarlo y su ingenuidad femenil y mater na se manifestaba en dolientes frases. Ri cardo, ms reflexivo y comedido, estudiaba el medio hbil de evitarlo.

PAGE 262

282 ,, &\!MUNDO CABRERA Hagmosle venir,-deca, .. oiremos,. ... le a1gi1'emos sin violentarlo, inventaremos _:. .. ttn largo viaje: verernos, ya veremos. . Era ~la ho1 .. a de ttn paseo vespertino en. automvil por el Malecn, a la 01--illa del Golf o hasta el ,redad o y Marianao y se encanrina1~on tr"'istes y preocupados a la pt1erta de la calle pa1 .. a toma1 el vel1culo que los aguardaba, lleva,ndo Ricard(? la carta que haban de poner ellos mismos en el buzn de los portales del Hotel Inglaterra. Al recibirla, sin duda, Joaqun empren dera su 1 iaje de regreso y J ulin por otra carta quedaba adve11ido para esti~ularlo .. Al pisar el umbral encontraron a un hom bre vestido, de uniforme blanco, con gorra galoneada, que solicitaba a Rica:1do con ur gencia y le ent1--eg un papel. Ricardo rompi la cubierta y ley el ma nuscrito nublndosele el semblante ... -Diga que ir e11 seguida,-dijo al porta dor de la ca1 .. ta y mir a Mercedes con inql1ietl1d. t De qu se t1"ata pregunt sta a:lar1nada. Rica1"do le mostr el papel y ella leJr: ''Hospital Me1~cedes. Sala de }lujeres .. ''La seo1 .. a Rosa Carina,, enferina operada y en estado sumrunente grave, desea que el seor Ricardo del Campo la vj.site: pido este con.suelo antes de morir. Su m11e1~te ser prxima e inevitable.'' . .. ,' .,. .. . .. . . ;. .. . . . . . . : . . . .. . .. .

PAGE 263

' . SOMBRAS ETE ~RNAS 283 ; Quin es esa mujer, preg11nt Mercedes compadecida e intrigada. -Acompame hasta la puerta del Hos pital, respondile Ricardo, me esperars en la mquina mientras cumplo ese deber p~adoso ; es 11na desgraciada. Y en silencio, emocionados, sobrecogidos por sus pensamientos varios, los dos ancia nos reclinados en los cojines del vehculo se hicieron conducir a lo largo de la calzada del Golf o y por la del Prncipe hasta la me seta de Medina, donde est situado el Hos picio, dominando en su altura el barrio del Vedado, la vieja ciudad, las campias y el azul ocano. Sobre ese va1~iado paisaje, Mercedes dej vagar sus miradas inquietas, apenas preo cupada de la visita que iba a ha c er Ricardo, acostumbrada en los largos aos de su ma trimoni o a l os in c id e nt es n o,,e l escos de la profesin de al?ogado, sino p e nsando en el porvenir de su hijo y en la nube que aquel primer amor a la albina levantaba a su paso. Ricardo fu conducido a tra s de exten sas galeras y patios al extr e mo de 11na larga sala enladrillada de mrmol, de paredes blancas con n11merosas ventanas abiertas al c~mpo, a travs de las cuales se vean los verdes ramajes de 1as enredaderas y los capullos de los rosales. En el ngulo izquierdo, al extremo del saln, en una especie de celda formada por cortinajes, sobre una cama de hierro pintada ... ~.,

PAGE 264

. '284 RAIMUh"'DO CABRERA de blanco, estaba acostada y cubierta con lin1pia sbana una mujer plida, huesosa, con l(>S ojos ce1~rados y en estado de leta,rgo y a st1 lado, sentada en unc1, silla de paja, la enf(~lillera, joven, vestida con toca y sayal blancos .Al. sentir los pasos, la enferma abri los ojos, y sin haberlo visto am exclam con acento dulce y regoc'.ijado : Rica1~do .:~. El se le ace1~c con el co1~azn palpitante, busc su m<:1no 3-r la estrech con afecto sintiendo que la piel seca y flcida comunicaba a la s11ya un f1~o glacial. Cno lo espe1~aba con qu ansiedad! dijo la enfe1illera, ofrecindole la silla J' 1~eti1~ndose con discrecin para no oir lo que hablasen. .. El se sent emocionado y contempl con amarg11ra el rostro ma1 .. chito de Elisa en el que la extenuacin haba borrado todas las huellas de su belleza. Slo quedaban en el fondo de las rbitas ennegrecidas las pupi las azl1les, qt1e ahora brillaban de nuevo contemplndole. -Ha,s venido,-dijo ella; y puedo morir tranquila: no abandones a mis hijos; cu. dalos, recomindalos al tl1yo y sean como l y como t lo has sido, buenos y grandes. -Los cuida1--, vela1~ por ellos; te lo, juro. -Les dirs que he muerto bendicindoles : no sabrn dnde estar m:i t11mba, nadie sabe aqu mi nombre: he venido a este hos

PAGE 265

SOMBRAS ETERNAS picio como lo que soy, llamndome Rosa Ca rina, operada por caridad como lina prole tria ; a ellos mand el dinero que me que daba; mis vicios y mis penas me han matado. Que tampoco sepa mi fin mi padre, ese padre sin entraas! No habra de llorar me ; que siga con su Lola, y con Sofa entre teniendo la vejez con su codicia y vanidades .. -Cumplir cuanto me ordenas, clmate -Oye, Ricardo, acrcate; t asistirs solo a mi entierro ; acompeme, recurdame all como cuando ramos llDOs nios, como me dijiste en tu carta. Y ahora, acrcate ms,. t has sido, t y mis hijos, lo que verdade ramente he amado. Te lo suplico, dame un beso, dmelo. Ricardo la bes en los labios y cayeron de sus ojos sobre el rostro de la moribunda, dos lgrimas. Ah dijo ella con un acento de gozo profundo apenas imperceptible: es el co beso de amor que he recibido en mi vida. miserable . . Y no habl una palabra ms. La enfermera le cerr los ojos y Ricardo se alej con el rostro compungido, tacitur no, en silencio, sin pron11nciar una silaba. .Al entrar en el automvil, ~Iercedes se fij en su rostro plido y en su emocin vi sible. -~ Qu ha pasado~ le pregunt. El no despeg los labios, pero al trasponer ... '

PAGE 266

' >. 286 RAIMUNDO CB.RERA a cuesta y descender hacia la ciudad por la calle 17, exclam : -!1Iercedes, esa pobre mujer,que acaba de morir en la miseria 3r ab\ld()llada, fu. el 1noti,ro de celos de toda t~l: vida, perdnala:es El~a. -Ah! 1nurmur ella con cierta turba. c1on. -Era madre como t lo e1~es. Amaba mucho a sus hijos: me los ha 1~ecomendado: l1aremos poi .. ellos, ~Iercedes. -Lo ha1'emos, 1 .. epiti la buena seora enternecida: :vamos a busca.rlos. -Estn lejos, ya iremos, contest l y gua1da1~on ambos .. un largo silencio. -i Seguimos ahora a echar la carta Y.pregunt al fin Mercedes. -No, vamos a romperla, exclam Ri cardo :-dejemos a Joaqun con sus inclina,~ ciones espont-,neas : l rompe1~ ese lazo si le 1Ja1"ece. Esta pobre Elisa ha sido muy infor tunada po1que sus padres malvTados la vio..: lentaron. Si J o~qun ama de ve1~as, djalo q11e ame. .. '. . .. . . ... . : . ... ,;.,.. < .. ,.

PAGE 267

J XXX J SOBRE LA URNA Despus de 11n da de agitacin electoral y de expectacin nerviosa sobre el resultado de los comicios, de que tambin particip Ricard o, jams indiferente a los asuntos na cionales aunque viviera alejado de las luchas candentes de los partidos, al atardecer, cuan do las cifras que llegaban telegrficamente Y se publicaban iban revelando el tri11nf o de la mayora, excitaban los entusiasmos de sta y hacan enmudecer con despecho a los adversarios, un telegrama le trajo en cifras 1 acicas, pero expresivas y abr11madoras, la notieia horrenda, sbita, fulminante como 11n rayo. ''Julin ha muerto de 11n balazo de revl ver recibido por la espalda, abrazado a la urna que intentaban arrebatarle, mientras !)resida el colegio electoral. Leonor y yo desolados. Vengan. JOAQUN.'' ' J .. ... ..

PAGE 268

288 RAIMU?\"TDO CABRERA En tanto q11e R.icardo y ~f e1~cedes, pro191 .. un1piendo en dolo1osas exclamaciones, cie1t(>S comenta1ios y ab11ndantes lgrimas, p1~epa1 .. aban un ligero equipaje, avisaban por telf<)no a. Ton1s y se disponan sin q1.1.ietud y anonadados a tomar el tren central de las diez de la noche para llega1" cuanto an tes a,l lado de su hermana y de su hijo, los suplementos ext1aordinarios de los peridicos ampliabt1n la noticia esc11eta del telegram.a. Los de la 01Josicin, regocijados con las nue, 7 as de su tri11nfo rJe1 .. t11rbado con las d~ las ,riolencias que se realizaron para evita1~, lo, decan: ''No un agricultor conocido, de crdito, de probidad y de general ap1~ecio, de carc te1-11blico, sino t1n Coronel veterano de la gue1~ra de inde11e11dencia, de g--an cultura y .. civisn10 que, alejado de los poderes pblicos, ha se1~,rido constante1nente durante una lar ga existencia los intereses de la pat1ia, es el q11e l1a sido vctin1a de 1m asesinato. '' P1esida lm colegio electoral donde la 1nayo1 .. a de nuest1"os correljgiona1--ios acaba ba de deposita1 st1s votos con orden y com post11ra. Cl1ando e]. escrutinio iba a comen-, za,1", una tu1~ba desafo1ada penet1 .. en el local intentando ar1"'ebatar la urna. Alczar se in clin sobre ella c11brindola con su cuerpo 3r sujetndola con sus brazos y en la. confu sin d-el momento, entre los_ gritos de los que asalta1~011 y el clamoreo de los que los re.,

PAGE 269

SOMBRAS ETERNAS 289 chazaban, se oy un disparo de revlver y se le vi caer exnime herido por la espalda. '' Quin fu el autor personal de ese cri men 'I No ha podido an averiguarse; pero si la Justicia no lo investiga ni llega a casti garlo, ya sabe el pueblo y 1 sabr la historia quines son responsables de tamaos aten tados. El nombre del noble patriota as sa crificado, con s u historia de servicios eminentes a la libertad del pas, modelo de rectitud en sus principios, ejemplo de probidad y de civismo, har reco1~dar siempre con amarg11ra que en nuestra vida republicana el desmn y la violencia pisotean el dere cho de sufragio.'' Febo, el p eridico de Cayetano, el de las diatribas diarias y los libelos infamantes contra sus adversarios, contaba el suceso de otro modo. ''Julin Alczar, 11n veterano de la inde pendencia, verdad, pero un anarquista en sus ideales, un propagandista de ideas di solventes q11e con ellas lleg a endiosarse entre la t11rb de labriegos ignorantes; un descredo en religin, un descastado en la raza; 11n enemigo del orden que minaba con sus ideas estrafalarias las instituciones que haba contribudo a conquistar; no tuvo re cato ni lmite en sus procedimientos para realizar los fraud es ms escandalosos en el colegio electoral que presida. '' Entre la turba frentica de los exclud~s '

PAGE 270

' .. ~ .,. : .. .. :. ... ... :.. .. .::;,# /\(i::i: .. :.~:.:> ..... ~ 290 BAI1\IUNDO .. CABRERA N y agra'1ados, cuyas h 91 as excitaban sus ile galidades, quin fu el exaltado que hizo 11so del arma que le di m!Uerte en el acto t No se sabe, no se sabr sin duda; es culpa ble, muy culpable. -,Pero no hay una gr~ elpa en quien falsea el derecho sagrado del sufragio! All, dirigiendo a los n11estros, calmndolos, conteniendo sus arrebatos, es taba un hombre prudente,. nt1estro agente electoral incansable, el 81 11 Luis v.,..ictorio, q11e no pudo evitar el suce~o desgraci!ldo. '' En la Estacin Central, al tomar el tren, llorosa !{ercedes, grave, tacitt1rno y conmo ,rido Ricardo, Toms, que les acompaaba y despeda, deca con frase nerviosa a su amigo: -No leas ese peridico q11e irrita y mancha.. -Mira, dijo Ricardo, este Luis Vic torio es el brazo derecho de Gustavo; no s por qu me figuro que este fin trgico de Ju lin tiene I'*elacin con el asun.to del capitn Fue11tes y la herencia de su Sl1egi .. o. -t Qu dices 1' Ser posible que ese m11chacho llegase hasta a . -Se me ha escapado la observacin. La ltima carta de J ulin ql1e te d a leer me ha hecho pensarlo: M1. Bates, don Torcua, to, don Cayetano: ese grupo funesto de G11s tavo; pero no te preocupes: acaso me equi voq'lte ; ya hemos de averiguarlo: al1ora,, di me adis, el tren va a partir: vmonos. .!t -Dale nuest1~os abrazos a Leonor, infn,. ,. .. . : ,J:( : : :. .. : ... :.:i :.: ':.: ........... .. . . : > .. '

PAGE 271

! SOMBRAS ETERNAS \ ., 291 dele resignacin, ; exclam Toms : n11nca tendr consuelo, menos ella que yo, que no lo tendr jams. J ulin era un hombre muy noble, muy grande, de los que ya no quedan. J, Ser posible que Gustavo 1. . Abraza a J oaq11n : diles que no puedo ir a acompa arlos; que Sunta est muy mala y que no puedo dejarla sola. Y cuando Ricardo cortaba sus frases dole un apretn de manos afectuoso y con movido, las concluy Toms dicindole: -Ah! Q1:1 vejez tan triste nos estaba re servada, a nosotros que trabajamos y sufri mos tnto luchando contra Espaa para pre senciar ahora todo esto : peridicos sin con ciencia ni recato ; gobiernos ambiciosos y .sin freno ; el sufragio mentira ; las garantas constitucionales mentira; los cubanos asesi nando a sus hermanos! ... ~l tren arranc y en su larga carrera a travs de campos sembrados, de factoras y -estaciones, Ricardo y Mercedes, silenciosos, tristes, abstrados, no pudieron conciliar el s~eo desv~lados por ) sus amargas refle xiones. Mientras tanto, Cayetano, tramando ma yores crmenes y moviendo el brazo ejecuti vo y ambicioso de Gustavo, sonrea satisfecho al pensar que su consejo se puso en tica y que la muerte de J ulin le aseguraba -su participacin en los millones que a la mu jer del capitn Fuentes leg el padre revo~ lucionario. \ .. ' .. ttt .. .. ..... ft

PAGE 272

I -.. .. ---, .. -;,r. ,. ,.. ~ !v< j .. ,., .. . ., r ., ,. ~ .... XXXI EL PREMO Despus de las ceremonias tristsimas de los f11nerales, del desfile en visitas diarias a Leonor de los colonos afligidos por la pr. dida de su patrono venerado, de las primeras veladas silenciosas y melanclicas y los das largos en el hogar de la viuda inconsolable, sintiendo el vaco que deja la ausencia eterna, sin regreso, del dueo de la casa y dueo del amor de sus familiares, fu pre ciso ocuparse en los asuntos terrenos, de los intereses y de la solucin del negocio de la colonia de caa en que Julin haba inver tido sus recursos, los ltimos aos de tra bajo y cimiento sus esperanzas de reposo en la vejez. Leonor no podra administrarla, ni Ricardo atenderla con provecho desde la Habana. Mr. Bates, el adq11irente insaciable de tierras y sembrados de caa, resolvi el con flicto pagando por la posesin 11n precio ra

PAGE 273

.. \ .,. .. :, .. '':\ . . .. .. .. ~::,. .:;ifJl~tr .. .. .. zona ble, aunque inferior a la estimacin que J ulin en vida le habra dado. / Son la hora del regreso de la familia e~utada a la capital y del abandon9 :. ,. ... ,, : : : t:~ .. : '". . : : . \ .,... . .

PAGE 274

' SOMBRAS BT6:RNAS 295 eito de dos asientos, el mismo que us Julin en sus exc11rsiones ..a los caaverales y ~l j~ven en sus visitas de mdico despus de tJI1 largo s~lencio, Joaqun volvi a deci+, cuando se acercaban al batey del Ingenio y. se divisaba, j11nto a la arb leda, el techo ro jizO de 11na casita de tab pintada al leo de verde y marcos blancos. -T me dirs, pap, al verla y al oirla, si no es digna de ser amada. * En el ja1 .. dinillo que rodeaba la choza y en que crecan los rosales y las enredaderas trepando por las ventanas, la .Albina, sen tada en un banq11illo de madera rstica, mi raba al cielo con los ojos hmedos, pensando con angustia en que Joaqun iba a ausen tarse. En el interior, en la limpia salita, recli nada en -.;ina butaca de paja, flaca y plida, ya convaleciente de la enfermedad cruel que amenaz su vida, estaba la mulata oyendo atnita, silenciosa, con el mismo ~specto de imbecilidad que siemp re mostraba, sin des pegar los labios, al negro Juan, el viejo co ~hero cuyo rostro haban arrugado ya los aos y cuyo bigote espeso y cerdoso, apa reca enteramente cano. -J uana,-deca l, el doctor Joaqun te ha salvado, te ha atendido como 11n hijo, te ha cuidado con la misma devocin de Ro. "' .. I t. ' .. ..

PAGE 275

' 296 RAIMUNDO CABB~ sala; si vives por lo. que l sabe como dico, lo debes por el afn de los dos. Ella. fij ~u mi1~ada en el negro y movi los labios con 1.1na sonrisa de agrado. -Pero ;, sabes lo que ha sucedido '-continu l con cierU:} amargm,a,.... .. que mient~as t te curabas, ellos sin pensarlo se han ena n1orado. La mulata acentu Sll son1~isa y de sus ojos surgieron miradas ms intensas. de complacencia, como si significara que ella saba de antemano lo que el cochero le anunciaba. -Pe1~0, es que eso te agrada 1; habla, habla por Dios! que siempre callas. Hemos cuidado a Rosala como un teso1~0 : es nues tra vida, yo no podra esta1~ sin ella y van a quitr~nosla. .A.t\h separarme de la Albina, mi nietecita blanca! morira de pena! -No, eso rio, murmur la mujer con voz fu1lme, con los monoslabos con que siempre hablaba. -El se la llevar porque ella lo quiere: es ta11 buen~ y tan dulce que me lo ha eon f esado. -A m tambin, murmm~ la enferma. -Tendremos que revelar nuest1 .. o secreto, decir la ve1 .. dad y como no es hija tuya, se ir con Sll no,rio y con su familia de blancos. No, no!exeJ_am la pobre mujer con angustia, retorcindose en la butaca. As los so11>rendi Rosalia que 1 .. egresab&

PAGE 276

~OMBRAS ETERNAS 297 del jardn al ver acercarse a lo lejos el carruaje de Ricardo. -Viene ei mdico, murmur y se acerc a la mulata y le acarici el rostro con las dos manos, despus de estampar un beso en la frente arrugada de Juan, que se lo devolvi en la mejilla con deleite inefable. Ricardo y Joaqun penetraron en la sala; los ojos del padre preocupado se fijaron con ansiedad en el grupo interesante de la mu lata enferma y plida sentada en -n sitial, del negro viejo de pie a su laclo y entre los dos, blanca, son1--iente, rosada y ruborosa, mirndole con timidez con linos ojos azules adoraples, no una mujer sino algo sobrehu mano, la belleza mstica de un ngel. -Mi padre dijo J oaq11n anuncindole. La mulata enferma se puso de pie con los brazos contrados, con el rostro iluminado. Su memoria dormida sufri un sacudimien to; todo el pasado haba surgido en su cere bro al instante. El nio Ricardo grit y solloz. El nio Ricardo! repiti Juan reconocindole tarnbin. -Juana, Juan! grit l a su vez, hallan do en los rostros envejecidos de la enferma y del c.ochero, rasgos inolvidables, y les tendi sus dos manos. Rosala y Joaqun se miraron asombra dos. Medi un instante de silencio y ansie dad y al cabo, pregunt Ricardo: -Pero esta nia es hija tuya, Juana! .

PAGE 278

. "' S()MBRAS t.l'EB.NAS 299 1o ~ Perdi; marid~, hijos, bienes y que tuvo con ella consuelo y dichas. Aqu estn los papeles de Rosala, agreg Juan, abriendo un arca y sa cando de ella una c arteri t a ata da con 11na cinta negra; los mismos que me di su madre. Si va, a casarse que se sepa quin es y que se case, pero que no se olvide nunca de stos viejos qu~ hemos sido sus verda(\eros padres. -Nunca! n11nca grit la Albina. -Nunca! nunca! repiti J oaq11n. Ricardo abri la cartera y revis los pa peles : contena un testamento en ingls otor gado en Nueva York a favor de Aurora Su rs o de su hija, Rosala Fuentes y Surs, hija de Eugenio y de Aurora, cuya copia original exista en poder de los banqueros Morgan; un certificado de depsito de valo res en cantidad considerable para entregar los con sus intereses, a la heredera o su re presentante y los atestados de su filiacin. -Juan! has tenido en tus manos 11n te soro sin tocarlo : esta nia es millonaria, exclam Ricardo -Mi tesoro es ella, grit Juan llorando, y es lo que yo he guardado. -Nuestro te soro, repiti Juana besn dola. -Joaqun, dijo Rosalia ruborizada,dile a tu padre que nos bendiga, que mis pa dres, estos dos que estn aqu, rni vieja mu lata, ,ni viejo pap Juan, mis nicos padres, .. .. .. i.. ... I / \

PAGE 279

300 BAillUNDO CABRERA ya lo han hecho y se sienten dichosos porque t me quieras y yo te quiera. No es verdad que haremos su vejez feliz amndolos y te nindolos a nuestro lado ~ .

PAGE 280

. ,, .. .... ~ XXXII MADRE Y MARTIR No apag esta vez sus rayos el sol de la Justicia para la pareja h11milde, el viejo ne gro africano y la mestiza Juana, nacidos ambos en la servid11mbre y 11ngidos por la Ti.rtud, la abnegacin y el sacrificio. Su afn fu la dicha de la albina y su recompensa el cario de Rosala. Todo eso alcanzaban. All quedaron en el ingenio de Mr. Bates los caballos valiosos sin la asistencia de su antiguo caballericero, sustitudo por otro ms joven. Alojados en la casa de Ricardo, esperaron ansiosos, Juana y Juan, el regre so de los jvenes casados que con sus padres fueron sin retardo a N ew York a recoger la herencia hasta entonces ignorada de la re concentradita, antes que la maldad de sus enemigos la traspusiera, como Ricardo pre, s11m1a. Pero ese mismo sol no haba abrazado con rayos de castigo a los malvados. ...

PAGE 281

. .... ,. . ~: ~.), :\;, .. . ,., . : .. : ,, \ . ., ' ' '.)(\2 OV. RAIMUNDO CABRERA t . ~ . La orgullosa. marquesa de Piales pasea an en los salones de la aristocracia 1-epu blieana, su cabeza altiva, con. la faz emba durnada de blanco y carmn, con una peluca rubia q11e oculta sus canas y calvicie, y con .lujosas sedas y pedi,.eras. La democracia se :inclina ante el prestigio de su fausto y so, bre todo de su linaje y pomposo ttulo. Don Claudio, tembloroso, con un brazo in mvil y el labio contrado, la acolnpaa en su lujoso auto en el paseo, todas las veces q11e le dejan tiempo las asistencias a las .. ,Juntas de Patronato,"de Agricultura, de Co mercio, de Instruccin, de Beneficencia y dems organismos oficiales en que le ha asig nado dietiis y contado con su coope1--acjn J., hbil concu1~so la R'epblica. Jams re cue1dan a Elisa ni ya hablan de sus hijos, los dos nietos que al crecer y hacerse ho1n bres dieron por recon1pensa a Sll proteccin y prodigalidades habe1~ rechazado las me sadas y terminado los estudios de Ingenie1~a en Pensilvania con sus propios medios, sin ,isitarlos ni ofrecrseles. Peor pa1 .. a los mozalbetes pretensiosos y --. mejo1,l pa1~a los abuelos, que no tienen ya en sus riquezas y apariencias otros cuidados que ellos mismos ni mayo1~ orgullo que So fa, la joven casada ms elegante y dist.in guida, 1a ms hermosa y c.elebrada en los altos centrt1s sociales, la esposa del poltico :poderoso e influyente. . No se ha, apagado ni se apagar nunca el '.. .:,' .. :,: .-:: . . . '> .. : .. . :: . . ,, ., i . .. ,, ;: :;::.~ . . : "'. .

PAGE 282

. .. ... . J .. ... .. . ... .. # 111 .,.. .. .. . ..., ., .. .. . .. .. ,I .. _, .. . SO.-ORAS ETERNAS ooa sol de la prosperidad para don Torcuato que contina acaparando acciones de todas las .empresas, disponiendo con reparto habilidoso de alg11nas de ellas, entre legisladores y funcionarios, para las concesiones de los privilegios y contratos, y que ve satisfecho -que su hijo Pelayo est ya en los ms altos pue os de la administracin, y que el otro, F a, ser Secretario de Estado, por lo meno s, cuando Gustavo llegue un da a ser Presidente de la ~epblica ; anhelo que sus tenta y colmar las ambiciones de ese dichoso veterano de la ind~p~ndencia, que habr de realizarlo con la asesora y apoyo del abogado y periodista Cayetano, el astuto y bil poltico de todos los tiempos. Sobre todos esos sujetos para el que brilla ms el sol, es y ser para Mr. Bates, el que a capara la tierra y los frutos y sin respon sabilidades ejerce las supremas influencias. Oh! La noche, la noche oscura es la que cubre con intensas sombra~ y tristezas el hogar de Toms y Sunta Estn sol9s, pobres, enfermos y viejos. La muerte de J ulin llen de amargura y pavor el corazn del noble tabaquero que 1e am con cario y veneracin jnmensos: ia ausencia de Ricardo y Mercedes colma su aislamiento. . Su hijo, ah! no los recuerda, nunca viene a verlos. Para Toms no hay ya ~s vida que cui"' t "' ' ,. . > .. ... ' # . ..

PAGE 283

, . \ : . ..... .... .. .. 304 . ., ., . ... ,,. ... : .. RAIHUNDO CABRERA ;t. . ' . ~.~'. dar c,on solicitud y cariiio a su compaera ... valetudinaria. . : .. ., ,: .. ... Acaba de empujar suavemente hacia la ventana que da a la terraza del frente la. silla:de ruedas en q~ 1 ;, Sunta est sentada parai que desde all '~temple el mar azul lejano y 1 11 eciba el soplo sua,"e de la brisa re frescante. En una mesita de paja, al al.. canee de la mano, ha puesto la criada un ri~ mero de peridicos del da. Stmta al acaso fija su mirada lnguida en ellos y le sorprende ve1-en un memb1~ete de caracteres gruesos el nomb1 .. e de su rujo. Se coloca...:,; .. con ansiedad los lentes colgados al cuello, df~::.:~~~,!,;:i. t 1 ,/~li< T Cm a V ee ::\~',,~i. .. G ._ )\\,{\, '' El H era,ld y los dems cliarios de N uefa Y 01 .. k denuncian el hecho de haberse intenta do la sustraccin de 11n depsito gQJlside~ .. rable de ,ralores en -el Banco d~ Morgan,_ presentndose auto declaratorio de falleci miento intestado de un juez de la Habana,. fundado en un certificado falso expedido por el General del ejrcito de la independencia G p l" '' usta,vo e aez. -Lee esto!.. ~-grit Sunta desfallecida.. T-oms ley el rtulo y el comentario si guiente del pe1 1 idico, Febo, que no daba al suceso importancia, considerl1dolo un err<;>r de hecho o de memoritl; pero la lectura trajo a s11 recuerdo la frase de Ricardo indi cando sus sospechas de que el asesinato de J ttlin tuviese relacin con la herencia del eapitn Fuentes. Fr1-1nci el ceo y s11 ea

PAGE 284

SOMBRAS ETERNAS r ~ : .-) 305 : : .. . .11 4' .; rcter expansivo n j) uda contener est exclamacin : Sera posible que Gustavo fuese asesi no y falsario Un gemido (le la ~t~rma le co ntuvo y le hizo volver hacia ella ; Qued sobrecogido ~ la pobre mujer tena el aspecto de una muerta. ~ Sunta: amiga ma! exclam i por qu te impresionas 'I Haber puesto aqu es e papel! qu imprudencia! y mientras fr o ta ba ca,:josamente con sales la frente y las manos yertas de la anciana, ella abri los ojos llenos de lgrimas y le dijo: -Toms, buen amigo, 1, lo ves! voy a mo rir muy pronto ; pero, quiero verle, quiero verle y perdonarle: es mi hijo; llmalo, ve por l, no tardes. Toms acudi al telfono en vano; dej a S\1 mujer al cuidado de la domstica y sa li corriendo para cuml)lir su deseo. Fu en un automvil hasta el nuevo y fastuoso palacio en que Gustavo se haba alojado con sus suegros; vi pasar por las calles en direcin a San Lzaro y el Prado tropas y muched11mbre ; oy los acordes de las bandas que pre~edan a los soldados. De nada se di cue nta, ni siquiera record que la ciudad estaba agita da por los sucesos tur bulentos del mes de Febrero. En el palacete del Vedado el portero le info1m que Gustavo estaba en el Parque Central en unas ceremonias militares. Si. ... .. .. .. .. ... t . '

PAGE 285

306 lLlI1\IUNDO CABRERA ,. gui en el 111is1r10 ,7el1c11lo ha,sta 1a plaza <1testa.da de gente, p1'*egunt por Sll hijo, se inte1~n<5 en la. 111ucl1ed111nb1~e e1np11jando a los q_11e se Je inter11<.1na.n o I"ogando el paso. Al fin, lleg jadeante a las gradas del mo n11111l~11t() tie 1via1.~t: all ,ri a Gustavo, qt1e i1.c:_tb:1ba de p1-onunciar una arenga belico~ sa, e11 J~a q11e inte1.,cal su defensa cont1--a la 11(}ticia de los diarios de la n1aana; ,ri a So fa, s11 1n11jer, l -'-t\..dela, a 111t1cl1a.s damas y (~al~la.lle1 11 QS Jor ante quienes desfilaban los solclados, dete11i.ndose los pelotones ltno tr'as otro a,nte el g1UJ)O de seo1as q11e ponan e11 1.as sola11a,s de los jefes flores jr medallas y los felicitaban },. estim11laba11 po1,que iban a Oriente a con1bati1~ y -extermina1-alos re beldes. Toms pudo ace1 .. c"sele alfin y dijo al odo a, Gustavo: -Tl1 n1adre se est muriendo, quiere ve1 .. te: 11.e venido a escape; el.la. t-e espera. -Se1 .. n a:preh-ensiones tuyas, .... contest; -l1ace tr'es 111eses la vi y estaba muy fuerte. Y ,i no lo est, se m11ere -i Pe1 .. o lo ves f No puedo ir ahora: cuando a,cabe esto i1-pa1"'a all ; espe1--ame: estoy si1iendo a la patria; la patria es lo pri n1e1"0. Ton1s regres a casa con el co1 11 azn opreso, indignado y entristecido. ;""..t\.l entrar en la sala, Sunta estaba casi en la agona. -i No viene~ pregunt. ..

PAGE 286

SOMBRAS ETERNAS 307 -V endi", no tardar : ten paciencia. -Ah! No vendr, ya no lo ver: perdnalo, amigo mo. Y muri con una contraccin de dolor y desesperacin en los labios que pareca una sonrisa de reproche. Toms se arroj a sus pies, la bes en la cara y en las manos, le cerr los ojos y so llozando se acerc despus a la ventana, mientras la domstica cubra el cadve1 CClil lln lienzo blanco. El sol se hunda en la lnea azul del no tiendo las nubes grises del horizonte con tintes rojizos. La brisa de la tarde trajo a los odos de Toms el eco de los clarines y tambo1es de las bandas militares que marchaban por Ja avenida cercana de regreso a sus cuarteles. Msica que suenas para excitar luchas fratricidas! exclam: suena tambin para S11nta que ha muerto sin realizar el ideal de su existencia ; po b1 .. e madre mrtir q 11e qui siste hacer del fruto ele tus entraas un ser glorioso, no~le y digno T eres la imagen de la patria heroica, grande~ que ahora se desangra y desfallece por el abandono, la corrupcin y el desamor de s11s hijos! ... 1 FIN .

PAGE 287

INDICE EPfGRAFE ... DEDICATORIA-PRLOGO I Las dos pesetas ..... ,. ............ II Gayao .................. ......... III Lo que vi Fondesviela ... ......... IV La Reconcentrada ........ .. ........ V Saldo de cuentas .... . ......... .. VI Una apoteosis y una mir~da .... ... VII Instruir es libertar ........... .... VIII Amarguras del destierro ........... .. IX Recuerdos y deberes ............ .. X Mar abierta ...... ........... .... XI El nido en la patria. . . . ....... XII El moscn ............... ....... Xill El banquete ~e la raza ............. XIV Arreglo de negocios ........... .. .. XV Soliloquios de Sunta ...... ...... ... XVI La paga del ejrcito ..... .......... XVII Amores viejos .... .......... ...... ~VIII Carta de un colono de cafia ........ XIX Discpulo y maestro ............. XX La albina ................... .. .... x-x Los agravios de Sunta ............ XXII El cuarto poder .. .............. ._,,.. .. ... r ,# ag,111 5 7 11 21 31 47 59 67 79 89 97 105 119 135 143 153 161 169 177 183 191 199 207 217

PAGE 288

., .~ 310 RAilIDNDO CABREttA .. XXIII Mato11isn10 .................... ; .. 225 XXIV Las buenas familias. . . . . . . 233 XXV La madre infame. . . . . . . 239 XXVI Los negocia11 tes ...... . . . . . . . 24 7 XXVII El saco Je i11mundicia.s. .. . . . . 261 XXVIII El mdico enfe1mo. . . . . 269. XXIX Nudos de amores ................ ~. 281 XXX Sobre la urna. .. .. . . . . . . . . 287 XXXI El P1~emio ....... :. ... . . . . . . 293 XXXII ~Iad1e y 1nrti1. . .. . . .. . . .. 301 >. :, . .:~ ., '. :. '. ., ,. . ,. ,. '. I ...

PAGE 289

' Pgina., Lnea, 26 26 ~9 29 36 22 51 13 ,.. D 26 61 32 82 28 83 6 99 30 116 29 124 28 199 6 233 5 237 6 262 22 293 16 \ FE DE ERRATAS Bite ante pobre Ella llev6 El cochero sobre el terreno luchaba fueras reciente destruidas su codar crecer cuidado deslumbrada expresarte savar cimiento ~ I I antes infeliz ella llevo El cochero luchaba sea! recientes arrasadas tanta cordar creer maneJo deslumbraba expresar sayar ciment .. 'I \ f